jueves, 8 de julio de 2021

Eutanasia

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-El principal mandamiento

2.-Eutanasia

3.- Los recursos ignorados del alma

4.- El Evangelio según el Espiritismo: Motivos de resignación.

5.- ¿Por qué creó Dios a los Espíritus, que después iban a ir al infierno?



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            ELPRINCIPAL MANDAMIENTO


El mayor mandamiento, para todo estudiante Espirita :   La ley de amor:

"Si alguien que dice ser Espiritista y habla de Espiritismo y recita de memoria toda la codificación Espirita, pero ni entiende, ni trata de incorporar a su vida este Mandamiento de Amor, todavía esta muy lejos de la Espiritualidad."
Del Evangelio Según el Espiritismo



 El amor resume toda la doctrina de Jesús, porque es el sentimiento por excelencia, y los sentimientos son los instintos elevados a la altura del progreso realizado. El hombre en su origen sólo tiene instintos; más adelantado y corrompido, sólo tiene sensaciones; pero instruido y purificado, tiene sentimientos, y el punto exquisito del sentimiento es el amor; no el amor en el sentido vulgar de la palabra, sino ese sol interior que condensa y reúne en su ardiente foco todas las aspiraciones y todas las revelaciones sobrehumanas. La ley de amor remplaza a la personalidad por la fusión de los seres, y aniquila las miserias sociales. ¡Feliz aquel que, elevándose sobre su humanidad, quiere con grande amor a sus hermanos doloridos!¡Feliz aquel que ama, porque no conoce ni la carestía del alma ni la del cuerpo; sus pies son ligeros y vive como transportado fuera de sí mismo! Luego que Jesús hubo pronunciado esta divina palabra: amor, hizo con ella estremecer a los pueblos, y los mártires, embriagados de esperanza, descendían al circo.


    El Espiritismo, a su vez viene a pronunciar la segunda palabra del alfabeto divino; estad atentos, porque esa palabra levanta la piedra de las tumbas vacías, y la "reencarnación", triunfando de la muerte revela al hombre ofuscado su patrimonio intelectual; ya no le conduce a los suplicios, sino a la conquista de su ser elevado y transfigurado.


    Mas los fariseos cuando oyeron que había hecho callar a los Saduceos, se juntaron en consejo. - Y le preguntó uno de ellos que era doctor de la ley, tentándole:

     Maestro: ¿Cuál es el grande mandamiento en la ley? - Y Jesús le dijo:Amarás al Señor tu Dios de todo corazón, y de toda tu alma y de todo tu entendimiento. - Este es el mayor y el primer mandamiento.-Y el segundo, semejante es a éste. "Amarás a tu prójimo como a tí mismo".

De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (San Mateo, cap. XXIII, v. 34 a 40).
  

  "Y así todo lo que queréis que los hombres hagan con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos". Porque ésta es la ley y los profetas. (Id., cap. VII, v.

      Y lo que queréis que hagan a vosotros los hombres, eso mismo haced vosotros a ellos. (San Lucas, cap. VI, v. 31).

"Amar a tu prójimo como a tí mismo, hacer por los otros lo que quisiéramos que los otros hiciesen por nosotros", es la expresión más completa de la caridad, porque resume todos los deberes para con el prójimo. No se puede tener guía más segura sobre este particular que el tomar por medida de lo que debe hacerse con los otros lo que deseamos que a nosotros se nos haga. ¿Con qué derecho se exigiría a nuestros semejantes mejores procederes de indulgencia, de benevolencia, y de afecto, que los que se tiene con ellos? La práctica de estas máximas se dirige a la destrucción del egoísmo;cuando los hombres las tomen por regla de su conducta y por base de sus instituciones,comprenderán la verdadera fraternidad y harán reinar entre ellos la paz y la justicia; no habrá ya ni odios ni disensiones, sino unión, concordia y benevolencia mutua.



Fraternalmente,
Rey Formoso

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                                                     EUTANASIA

                               


Letícia Franco, de 36 años, médica de Cuiabá, ha sido hospitalizada decenas de veces desde 2010. Solo en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) hubo 34 veces. El gran sufrimiento lo provoca una enfermedad crónica degenerativa que  hace poco le llevó a hacer en un post, una especie de despedida en las redes sociales: “En 16 días estaré fuera, en Suiza, haciendo lo que me libere del dolor y el miedo. Creo que mañana o más tarde apagaré este facebook […] (sic)  A toda mi familia les dejo mi más sincero amor ”, publicado el 1 de marzo de 2018. 

Fue en 2017, cuando fue hospitalizada y se sometió a una traqueotomía para poder respirar, cuando empezó a pensar en el suicidio asistido. Como médica, siempre ha abogado por que los pacientes con enfermedades incurables o con muerte cerebral puedan tener esta opción. La decisión de acabar con su vida, según Letícia Franco, fue sumamente difícil e involucró cuestiones religiosas. Por el momento, Franco afirma haber suspendido el plan, por la posibilidad de poder estudiar su caso y poder ayudar a otras personas que tienen la misma enfermedad que la llevó a cambiar de opinión. 

 Cuando viajó  a la citada Suíza del mensaje apuntaba hacia el plan de la “eutanasia” o suicidio asistido en una conocida clínica que ofrece ese servicio para pacientes terminales que desean poner fin a su vida, práctica que es legal em aquel país, al contrario de lo que acontece en Brasil.

En Brasil, la Constitución y la Ley Penal son bastante claras: la eutanasia es un asesinato común. En la profesión médica, desde el punto de vista de la ética médica, la vida se considera un don sagrado y, por lo tanto, el médico tiene prohibido pretender ser juez de la vida o de  la muerte de una persona. Por cierto, es importante señalar que la Asociación Mundial de Medicina, desde 1987, en la Declaración de Madrid, se  consideró la eutanasia un procedimiento éticamente inadecuado.

No corresponde al hombre, bajo ninguna circunstancia, ni bajo ningún pretexto, el derecho a elegir y deliberar sobre la vida o muerte del prójimo, y la eutanasia, esta falsa piedad, obstaculiza la terapia divina en los procesos redentores de rehabilitación. Los espiritistas sabemos que la agonía prolongada puede tener un propósito precioso para el alma y que la enfermedad incurable puede ser, de hecho, un bien ...

Los espiritistas sabemos que la agonía física y emocional prolongada puede tener un propósito precioso para el alma y la enfermedad persistente puede ser, de hecho, un bien. La pregunta 920, de El Libro de los Espíritus, registra que "la vida en la Tierra fue dada como prueba y expiación, y del hombre mismo depende luchar, con todas sus fuerzas, para ser feliz tanto como pueda, aliviando sus dolores". 

El verdadero espiritista se comporta siempre a favor del mantenimiento de la vida, respetando los planes de Dios, buscando no solo aliviar sus propios sufrimientos, sino también esforzarse por aliviar el dolor de los demás (sin eutanasia), confiando en la justicia perfecta y en la bondad de los del Creador, porque, en Sus Estatutos, no hay lugar para las injusticias y cada uno recibe la vida según sus necesidades y méritos. ¡Es la ley mayor!

Jorge Hessen

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 LOS RECURSOS IGNORADOS DEL ALMA

                                 


 “El alma es lo que nos asemeja a los dioses” (Platón – Filósofo griego, s. V. a. C.)

“Todas mis pertenencias se encuentran en mi alma”. “Todos mis bienes están conmigo, e irán donde yo vaya. Mis valiosos tesoros nunca me abandonan, no los dejo en el olvido ni a merced de quien quiera apropiárselos”. Los interrogadores preguntaron: “¿Cuales son esos bienes que te hacen rico y siempre te acompañan?” Bias respondió sin jactancia: “Las conquistas morales de la paciencia, la sabiduría, la bondad, el amor, el perdón y la resignación que he almacenado en mi mente y corazón durante esta vida“. (Bias, uno de los Siete Sabios de Grecia, ante el inminente saqueo de Briene (Jonia) por Ciro el Grande, Rey de los Persas, s.VI a.C.). 

Ciertamente, ya los griegos conocían la naturaleza del alma en profundidad, como es notorio por las máximas de Sócrates, Platón o Aristóteles, e incluso mucho antes, con las máximas de los famosos sabios de Grecia, una de las cuales inicia este artículo. Desde antiguo se conocen características y cualidades del alma humana que constituyen su fuerza y la dotan de recursos especiales para sustentar al ser humano. No solo hablamos de la vitalidad que otorga al cuerpo y que es esencial para la vida orgánica, sino también de los recursos de nuestro ser inmortal que trascendiendo a la muerte, posee y lo caracterizan. 

Siendo el alma humana el origen del pensamiento que proviene de la mente y que es reflejado por el cerebro, y a la luz de los últimos descubrimientos de neurólogos bioquímicos y biólogos, ¿alguien podría afirmar o categorizar los límites del pensamiento? Hoy sabemos que el pensamiento es una energía que, al igual que  la emoción, interactúa en un campo universal del que formamos parte y en el que todo está interconectado. “Cuando tus pensamientos van acompañados de una implicación emocional, se transmite una señal electromagnética al campo universal que atrae hacia ti la realidad que coincide con la que tú deseas” (Dr. Joe Dispenza – Libro “Deja de ser Tú”). Por el mismo motivo, ¿acaso el sentimiento y la emoción pueden ser contenidos en una urna? El hombre es un haz de emociones desde sus primordios evolutivos como “homo sapiens”, donde la primera emoción (el miedo) tuvo su preponderancia en la supervivencia. 

El pensamiento y la emoción son cosas distintas, pero muchas veces van juntas; unas veces el primero precede a la segunda, y en otras ocasiones ocurre al contrario. Cuando ambos se sincronizan se produce lo que se conoce por coherencia, y nuestra mente tiene la capacidad de modificar la realidad a nuestro alrededor. Sea como fuere, ambos son productos o recursos del alma en función del uso que les damos y la naturaleza que poseen. “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. (Albert Einstein (1879-1955) Premio Nobel de Física). 

Un tercer recurso del alma humana es la voluntad. ¿Acaso la voluntad tiene límites? Cuántas gestas imposibles, heroicidades y vidas singulares han salvado muchas vidas y almas a lo largo de la historia basados simplemente en la férrea voluntad de hombres ejemplares. Sin duda, la voluntad es una fuerza que instalada en el alma y con su desarrollo adecuado consigue cosas imposibles en multitud de ocasiones. En las sociedades de excesivo bienestar, donde las generaciones están acostumbradas a tener todo lo necesario desde la cuna, el ejercicio y desarrollo de la voluntad se ve mermado muchas veces por la falta de necesidad. Sin embargo no quiere decir que el hombre acomodado no la posea, tan solo “la guarda en el bolsillo”, y no la utiliza porque le es más cómodo y le supone menos esfuerzo no tener que ejercitarla si ya tiene sus necesidades básicas cubiertas. Ahora bien, incluso en estas sociedades los ejemplos de hombres y mujeres con voluntad excepcional se desarrollan igualmente cuando no la usan para su propio bien, sino para el del prójimo. Y en estos casos, a la voluntad se une la caridad y la fraternidad del alma elevada que viene y se entrega a su compromiso en la Tierra con ansias de ayudar y de hacer el bien. Los resultados son extraordinarios, y la estela de luz y ejemplo de superación que ofrecen al mundo también lo son. 

“Un alma no se puede comprar, pues es libre gracias a su propia naturaleza”

Sin duda alguna, uno de los recursos más importantes del alma humana es la libertad. Y más concretamente el libre albedrío, que subyace en la naturaleza del alma desde que es creada por Dios. 

No existe el fatalismo ni el ciego determinismo que el materialismo ha querido imponer; existe la capacidad de decidir por nosotros mismos. Otra cosa es que las decisiones sean más o menos acertadas. Por ello, somos los “dueños de nuestro propio destino”. Y en función de cómo actuamos, pensamos y sentimos, así creamos a nuestro alrededor las causas y circunstancias que determinan nuestro futuro feliz o desdichado.

 “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. ¿A qué se refiere el maestro de Galilea con esta frase? Nos explica que solo con la verdad podemos ser libres verdaderamente; libres de la ignorancia que nos conduce al error, libres de las pasiones y vicios que degeneran el cuerpo y ensucian el alma, libres de las imperfecciones que nos dominan y debemos conocer para superar. Y así sucesivamente. La verdad se encuentra en nuestro interior, en cada uno de nosotros, y en diferentes grados según nuestra evolución y progreso moral. El alma elevada comprende mejor y en mayor amplitud los conceptos de “la verdad una” que reside en Dios. El alma endeudada goza de menos libre albedrío por sus constantes equivocaciones, y como consecuencia de ello se ve sometida por su propia imperfección y debilidad moral.

 “Si no alimentas tu alma con amor, solo habrá odio en tu corazón”. Pero sin duda ninguna, el recurso más poderoso del alma no es otro que el amor. 

La moderna ciencia de la neuropsicología nos presenta un aspecto del funcionamiento de nuestro cerebro desconocido hasta hace unas pocas décadas. “La base de un cerebro sano es un cerebro bondadoso”. Esta frase del Dr. Richard Davidson, uno de los más eminentes científicos en este área de la neurociencia afectiva, coloca la bondad y el amor no solo como un elemento de salud y mejoría cerebral, sino como una necesidad para el equilibrio mental y cerebral del ser humano. 

El mayor psicoterapeuta de la humanidad lo explicó y lo demostró hace ahora más de dos mil años: “El amor es terapéutico”. Toda la vida y enseñanza del Maestro de Nazaret se puede resumir en la importancia que concedía al amor a Dios, a uno mismo y al prójimo como fuente de salud, felicidad y armonía del alma. “El alma está en el cuerpo como si fuese un diamante; no olvides cuidarlo y sacarle brillo”. Por ello, cuando hoy las ciencias de la conducta humana, junto a las ciencias biológicas y de la salud, ponen en evidencia la importancia del amor, el perdón, la compasión y la tolerancia como recurso de equilibrio mental y salud física, no hacen más que ratificar la luminosa enseñanza del maestro Jesús en su paso por la Tierra. 

El amor es sin duda el recurso más poderoso del alma, no solo porque trasciende las fronteras del tiempo y el espacio, sino, sobre todo, porque vincula al alma inmortal por toda la eternidad con aquellos en los deposita sus afectos más profundos.

 Es el amor el reflejo de la luz interior que todo ser humano posee como consecuencia de haber sido creado a imagen y semejanza de Dios. Dios es amor y el amor es Dios; por ello su obra más excelsa, que es el alma humana inmortal, posee como naturaleza principal el amor divino que deberá desarrollarse al tiempo que el hombre crece y progresa en el desenvolvimiento de las virtudes que posee como recursos latentes instalados por Dios en su interior.

 Redacción de Amor, Paz y Caridad- Grupo Villena


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                 Motivos de resignación


    12. .Con estas palabras, "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán   consolados"  , Jesús indica al mismo tiempo la compensación que espera a los que sufren, y la resignación que hace bendecir el sufrimiento como preludio de la curación.                                                                                                                                                                                       
  Estas palabras también pueden traducirse de este modo: Vosotros debéis consideraros felices sufriendo, porque vuestros dolores son deudas de vuestras faltas pasadas, y esos dolores sufridos con paciencia en la tierra os ahorran siglos de sufrimientos en la vida futura. Debéis, pues, teneros por felices, viendo que Dios reduce vuestra deuda, permitiéndoos que la paguéis ahora, lo que os asegurará la tranquilidad para el porvenir.

       El hombre que sufre se parece a un deudor que debe una fuerte cantidad y a quien su acreedor dice: "Si hoy mismo me pagáis la centésima parte, os perdono el resto; quedaréis libre; si no la hacéis, os perseguiré hasta que hayáis pagado el último céntimo". ¿No sería feliz el deudor, aun cuando sufriese toda clase de privaciones para librarse, pagando solamente la centésima parte de lo que debe? En vez de quejarse de su acreedor, ¿no le daría las gracias?

   Tal es el sentido de estas palabras: "Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados"; son felices porque pagan la deuda, y después de pagar, quedaron libres. Pero si pagando por un lado, se contraen nuevas deudas por el otro, nunca se llegará al saldo. Cada nueva falta aumenta la deuda, porque no hay una sola, cualquiera que sea, que no lleve consigo su castigo forzoso, inevitable; si no es hoy, será mañana, y si no en esta vida, será en otra. Entre estas faltas debería ponerse en primer lugar el defecto de sumisión a la voluntad de Dios; pues si en las aflicciones se murmura o si no se aceptan con resignación y como cosa que ha debido merecerse, si se acusa a Dios de injusto, se contrae una deuda nueva que hace perder el beneficio que podría esperarse del sufrimiento; por esto será preciso empezar de nuevo, absolutamente como si a un acreedor que os atormenta, le dais cantidades a cuenta, y cada vez le pedís prestado de nuevo.

      A su entrada en el mundo de los espíritus, el hombre es semejante también al obrero que se presenta el día de la paga. A los unos les dice el amo: "Aquí tenéis el precio de vuestros jornales"; a los otros, a los felices de la tierra, a los que hayan vivido en la ociosidad, a los que hayan cifrado su felicidad en la satisfacción del amor propio y los goces mundanos, dirá:
"Nada hay para vosotros, porque ya habéis recibido vuestro salario en la tierra. Iros y empezad de nuevo vuestra tarea".

13. El hombre puede aliviar o aumentar las amarguras de sus pruebas según el modo como considere la vida terrestre. Sufre tanto más cuanto más larga ve la duración del sufrimiento; así, pues, el que se coloca en el punto de vista de la vida espiritual, abraza de una sola ojeada la vida corporal; la ve como un punto en el infinito, comprende su corta duración, y dice que ese momento penoso pasa muy pronto; la certeza de un porvenir próximo más feliz le sostiene y le anima, y en lugar de quejarse, da gracias al cielo por los dolores que le hacen adelantar. Para el que sólo ve la vida corporal, por el contrario, ésta le parece interminable, y el dolor pesa sobre él con toda su fuerza. Es resultado de ese modo de considerar la vida el disminuir la importancia de las cosas de este mundo, conducir al hombre a moderar sus deseos y a contentarse con su posición sin envidiar la de los otros; atenuando la impresión moral de los reveses y de los desengaños que experimenta, adquiere una calma y una resignación tan útiles a la salud del cuerpo como a la del alma; mientras que con la envidia, los celos y la ambición, él mismo se pone voluntariamente en el tormento y aumenta de este modo las miserias y las angustias de su corta existencia.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC

                                                  
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¿ Por qué creó Dios a los Espíritus, que después iban a ir al infierno?

 

           No cabe duda que la idea del Infierno y los demonios es la que más cantidad de ateos ha generado en todas las épocas porque resulta  totalmente irracional y descabellada, además de que contradice la  Bondad y  la Sabiduría  Suprema de Dios,  infinitamente perfecto,  justo y bueno. Y este sentido de la Perfección Suprema, no puede ofrecer sombras en cuanto a la lógica y coherencia, pues de ese modo admitiríamos sombras de duda que harían muy frágil nuestra creencia en la perfección del Ser Supremo.

       Si Dios hubiera podido ser así de cruel, sería  contradictorio porque sería admitir que es bueno y malo al mismo tiempo, por  lo tanto imperfecto, y el ser humano, por las bondades y perfecciones sabias que aprecia en la Naturaleza y en el Cosmos, que le hablan del Creador cono la suma de la Perfección, la Inteligencia, la Armonía y, sobre todo el Amor,  nadie puede  aceptar en su fuero interno los dogmas religiosos que enturbian tanto la idea de  un Dios Perfecto,  a no ser que su mentalidad esté cegada por una falsa educación recibida en el seno de esas religiones humanas tan deformantes muchas veces de la idea del Ser Origen de todo y  que llamamos Dios..

    Si la perfección, sabiduría y Amor infinitos se presentaran en su grado supremo en una inteligencia o dios fuese al mismo tiempo así de malo, cruel e insensible,  estaríamos ante el concepto de un Ser peor, que el   peor de los seres humanos, porque    ¿ Qué padre humano  sería tan cruel  para con sus hijos?; ¿ Acaso  Dios  podría ser peor que sus criaturas humanas?; ese dios tan cruel e imperfecto que nos han presentado las religiones, si en verdad existiese sería un dios menor, pequeño y tarado, pero a todas luces comprendemos y sentimos que el Creador no puede ser así, pues  a Dios solo se  le puede entender como algo Supremo y absolutamente Perfecto.

       Al aceptar esta idea de Dios, sería normal  creer  que el acto de la creación Divina del Ser humano, no fue un acto de bondad, sino de   refinada  crueldad y esto es  absolutamente  absurdo, injusto e impensable.

          Si sabemos que Dios solo puede ser Bondad y Perfección infinitas, es imposible que a su vez fuese tan sumamente  imperfecto, cruel e injusto.  Así lo parece porque, según el dogma de las penas eternas,   cuando nos creó Él sabía que nos iba a tener que castigar eternamente, sin más posibilidad de perdón, por lo que  en ese caso, no nos debió haber creado y desde luego si así fue, no  actuó como un Ser  infinitamente bueno  sino que actuó de un modo  infinitamente implacable y cruel, pero si no lo sabía,  entonces significa que  no era un Ser  infinitamente sabio y previsor, y su creación “se le fue de las manos”.  El Verdadero Dios,  un Ser infinitamente Perfecto no pudo ser tan torpe.

    También  parece absurdo creer que un momento de arrepentimiento al final de  la vida es suficiente para obtener el perdón eterno, mientras que si ese arrepentimiento del Ser fuera un momento  después de haber dejado este mundo, ya sería un arrepentimiento  tardío y sin efecto; es como si  después de dejar en la Tierra nuestro cuerpo, Dios  dejase de amarnos y  se volviese insensible, duro e injusto.

¡ Desde luego, ese  dios  menor tan imperfecto y absurdo que nos pintaron, no es mi Dios, ni el de tanta gente que no ha podido creer en ese dios tan pequeño, imperfecto, tarado  y en definitiva,  inexistente, que nos presentaron  las religiones humanas ¡.

- Jose Luis Martín-

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