sábado, 3 de julio de 2021

La Umbanda no es Espiritismo

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1,.La idea de Dios ¿ Dios Existe?

2.- Para meditar: El fenómeno de la Muerte

3.- La decisión del aborto

4.- Pérdida de seres queridos. Muertes prematuras

5.- La Umbanda no es Espiritismo




                                  ********************************************



                                                               


                                                LA IDEA DE DIOS :

¿ Dios existe ?.-

      Todo el universo físico y espiritual, está gobernado por  sabias y equilibradas  leyes establecidas según un  Supremo Plan Perfecto de una Suprema Inteligencia, que  excluye la idea de la casualidad.

       Estas leyes regidoras de un  universo ilimitado, no  proceden de los humanos, porque los seres humanos somos seres  fugaces en este mundo, y absolutamente   limitados en el tiempo y en el espacio, por lo que no podríamos haber creado esas leyes permanentes y universales que existen  desde infinitamente antes  de la existencia de la Tierra y de nuestro universo..

   Sobre  Dios no se  puede demostrar su existencia mediante pruebas directas y sensibles. No existen realidades probatorias objetivas, tal y como se entienden, pero concibiéndolo como Espíritu, es algo que sentimos en todo y que  no está sujeto a ninguna experimentación  por parte del ser humano, pues las investigaciones y comprobaciones científicas de los seres humanos están basados en la materia, siendo  el espíritu por tanto, algo de otro género diferente a lo que constituye nuestro mundo material, y por tanto no mensurable ni experimentable por el orgulloso humano que llega a creer que todo lo que no sea experimentable por su ciencia, o que queda fuera  de sus posibles comprobaciones, sencillamente no existe.

    La idea de Dios es algo que no podemos percibir a través de  nuestros sentidos físicos.  Solamente  por intuición  natural, llegamos a comprender, a sentir  y a  admitir su  existencia.

    Como dijo León  Denis,  la divinidad se ocultó bajo un velo para obligarnos a buscarla y  ejercer nuestra facultad de  pensar, dejándonos el mérito de nuestro esfuerzo por encontrarla.

    El estudio de la Naturaleza nos muestra la permanente acción sobre la materia, de una voluntad y una inteligencia ocultas. La armonía del mundo y del universo entero  no se puede explicar  solamente por la materia en sí misma sino es direccionada por la intervención de una voluntad  inteligente, exclusiva de un Ser Perfecto  que se manifiesta a través de unas Leyes Cósmicas, inalterables,  profundas y sabias. Esa es la  forma de acción  permanente de ese Ser que lo engloba y abarca todo y que desde siempre hemos designado con el nombre de Dios.

   Observando la gran maquinaria y engranaje  maravillosos que hacen funcionar  la Naturaleza y  el Cosmos ilimitado, podemos llegar a comprender sus causas.  No puede existir  el reloj  si antes no ha existido un relojero que lo ideara, lo construyera y lo pusiera en funcionamiento. Conocemos la  existencia de ese Gran Ser que es el Todo, porque lo abarca Todo, y porque lo  podemos sentir y experimentar  en  nuestro  Yo profundo cuando meditamos, experimentando con ello una fuerza , un aplomo y un equilibrio indefinibles , que desde luego no proceden de  nuestra  parte  humana  animal, tan  frágil por si sola.

     A lo largo de la historia en todas las épocas, el sentido humano de su existencia, es algo que  evidencia  su realidad, porque  desde los albores de la Humanidad, este  sentimiento natural de la idea de Dios, se encuentra presente en todas las tribus y pueblos primitivos; estos, en su limitadísima capacidad intelectual, lo solían identificar o confundir con los fenómenos de la Naturaleza.

- Jose Luis Martín-

          “Dios es Sabiduría a la vez que Amor, y cuanto mayor sea tu sabiduría, mayor parte de El podrás manifestar. Estudia, pues; pero ante todo estudia aquello que más te capacite para ayudar a otros”.    -Krishnamurti-


                                                     *************************


                               PARA MEDITAR

                                             


                EL FENÓMENO DE LA MUERTE 

El fenómeno de la muerte es algo que invariablemente a todos nos tendrá que alcanzar algún día. En principio, tratándose de algo natural no debería sugerir ideas negativas ni tétricas, aunque esto depende en gran medida de los preconceptos y creencias de cada uno. 

 Mucho se ha escrito y debatido al respecto. Es algo que nos inspira mucho respeto y desde tiempos remotos hasta temor. ¿Será que el ser humano, en su proceso evolutivo, lo ha desnaturalizado con demasiada frecuencia? 

 Han sido muy pocas las culturas a lo largo de la historia que, en base a sus creencias y tradiciones, la hayan observado con serenidad y hasta con alegría. Es obvio que el instinto de conservación nos impone de forma sabia y natural la manera de resguardarnos de la muerte. En condiciones normales, nadie desea morir; no obstante, esto no debería impedir el reflexionar sobre ello. 

 En ese sentido, las religiones tradicionales no han ayudado demasiado, ofreciendo una imagen de la muerte bastante ilusoria, vaga y muy poco clara. Esta circunstancia, en lugar de preparar el terreno para afrontar bien este hecho inevitable, llena, por el contrario, de dudas y de una enorme incertidumbre a numerosos creyentes. 

 Tampoco la ciencia a lo largo de la historia ha tenido facilidades para investigar con independencia y objetividad sobre la muerte. Bajo un condicionamiento religioso y social muy fuerte, se vio abocada a ignorarla durante siglos. Para ellos es el punto y final, salvo para algunos investigadores atrevidos y audaces. Y no meditaciones  será porque la vida, siembre exuberante y generosa, a poco que la observemos y analicemos, no nos ofrezca “señales evidentes” que nos ayuden a profundizar en ese proceso inevitable y hasta necesario; también a entender lo que nos aguarda después. 

 Sobre este asunto tan importante, la Mentora Joanna de Ângelis nos aconseja y esclarece una vez más… 

Una vez que otra, dedica algún tiempo para meditar al respecto de la muerte. 

 El ser humano no se debería centrar exclusivamente en las cuestiones que atañen a la vida física y material. Estamos siempre muy ocupados, nuestra mente se llena de pensamientos respecto a los asuntos del día; es a lo que se nos ha educado y hacemos de forma automática diariamente. 

 Sin embargo, no siempre ha sido así. A poco que se repase la historia de la humanidad, podemos comprobar fácilmente cómo el mundo espiritual superior, consciente de las necesidades de una humanidad tan material e inmadura espiritualmente como es la nuestra, trasladó a sus emisarios, a los grandes profetas de todas Amor paz y caridad 28 las épocas, la conveniencia, la necesidad de dedicarle un tiempo, un espacio durante la semana al descanso de las rudas tareas cotidianas para dedicarlo a Dios y a la vida espiritual del ser. Así lo han hecho prácticamente todas las religiones desde tiempo inmemorial, creando espacios para las asambleas religiosas, ofrendas, oraciones, cánticos, etc… 

 Aunque los tiempos han cambiado, lo que en otra época era considerado como suficiente para colmar las aspiraciones espirituales del ser, ahora ya no lo son para una mayoría. Por otro lado, la ciencia y la tecnología con sus adelantos nos ha puesto la vida mucho más fácil, y por lo general, se dispone de un tiempo libre como nunca antes se había disfrutado; no obstante, no le dedicamos apenas tiempo al cultivo de nuestro interior, especialmente a la toma de conciencia respecto a la transitoriedad de la existencia física; algo que, en lugar de mermarnos, debería potenciar el presente, las ganas de vivir, de crecer espiritualmente. 

La muerte arrebata a los enemigos, a los afectos, y te llegará en un momento cualquiera.

Efectivamente, la vida física cumple su ciclo: Nace, se desarrolla y muere, en un proceso irreversible por mucho que lo queramos ignorar. De ese proceso no están exentas las personas queridas, así como aquellas que no nos quieren bien y preferimos ignorar o desearíamos mantener lejos. De ese modo, el fenómeno de la muerte nos despoja de todo lo que poseemos materialmente, así como de la presencia física de las personas que han jugado un papel importante, tanto en lo que consideramos bueno como en lo malo; forma parte de la transitoriedad de la vida física, y en donde, como testigos presenciales, en cualquier momento también podemos desaparecer de igual forma del escenario físico, cuando menos se espere. 

Prepárate todos los días, como si fuese tu último día en la Tierra. 

Cada día es una nueva oportunidad de progreso; no sabemos si tendremos muchos más, o estas pasaran para no volver jamás en las actuales condiciones. El tiempo es oro, y los grandes sabios aconsejan siempre el aprovechamiento de ese bien tan preciado que corre inalterable y que no se pueden controlar ni parar. 

 Quien se prepara para la muerte significa que sabe apreciar aquello que tiene, empezando por un cuerpo biológico que sirve como instrumento para el desarrollo de valores traducidos en el bien al prójimo y a uno mismo; que, en definitiva, es lo único real y auténtico que se llevará el ser de este mundo; sin duda, una herramienta provisional que facilita de forma exponencial el crecimiento intelectual y moral del ser. 

Acostumbrándote a pensar en la muerte, ella no te herirá cuando pase por tu puerta o se lleve a alguien que te sea amado. 

 Desde nuestro punto de vista, la doctrina espirita ofrece la mejor perspectiva posible sobre la realidad inmortal que nos envuelve. Su estudio y comprensión ofrece tranquilidad, paz y una seguridad sobre el futuro que a todos nos aguarda. Nos enseña desde un punto de vista lógico y racional que la muerte no es el final de la vida, tan solo altera el fenómeno biológico, pero esta continúa ininterrumpidamente. Por tanto, pensar en la muerte es pensar en un futuro que se construye día a día. Cuanto más se comprende disminuye la angustia, sustituyendo la fragilidad que provoca la incertidumbre por la seguridad que espera sin temor, con serenidad, con esperanza.

 San Francisco de Asís la aguardaba con la tranquilidad con que “deshierbaba el jardín”.

 El venerable santo de Asís era consciente de esa realidad y no la temía en absoluto. Se cuenta la anécdota de que Fray León preguntó en cierta ocasión a Francisco de Asís lo siguiente: (**)“Hermano Francisco, si usted supiese que iba a morir hoy, por la tarde, ¿qué haría?”. Y el santo contestó: “Continuaría deshierbando en mi jardín…”. 

 Esto demuestra el grado de conciencia adquirido por este fraile de Asís, no temía la muerte y la esperaba con la tranquilidad de los justos, de aquellos que consagran su vida al bien y a trabajar por y para el progreso de la humanidad. 

 Vamos a concluir remarcando la idea principal de estas reflexiones de Joanna de Ângelis. Pensar en la muerte es pensar en el renacimiento, en la vida futura, en el presente, en el amor que todo lo inunda, en el final de todos los pesares, de todas las incomprensiones. Son pensamientos que nos van a permitir valorar la vida de otra forma, ahuyentando también los miedos, las dudas, y aportando de forma natural luz sobre dilemas sociales importantes como son el aborto, la eutanasia, etc. 

 Día llegará en que la muerte se observará como el final de un viaje provechoso para comenzar uno nuevo, lleno de paz y alegría. Somos viajeros con un camino trazado, con un recorrido por las distintas estaciones de aprendizaje en dirección hacia la perfección, la felicidad final. 

 Pensemos en ello. 

José Manuel Meseguer - Amor, Paz y Caridad. 

**** El texto en negrita pertenece a la obra VIDA FELIZ, ítem 60, de Joanna de Ângelis, psicografiado por Divaldo Pereira Franco.


                                                *****************************



                                 La decisión del aborto



                                                                         


¿En qué momento ocurre el milagro de la vida?  

¿En qué instante el soplo Divino pasa a animar el cuerpo de aquel nuevo ser que pronto surgirá en la Tierra? 
La respuesta a estas preguntas siempre inquietó   a la   Humanidad.  Meditaron sobre ella filósofos,  religiosos y  científicos. Solamente la religión  ofrece certezas. Lo más interesante es que esas certezas son muy semejantes, lo que indica que las diversas tradiciones religiosas, alrededor del Mundo, guardan entre sí muchas cosas en común.

Por ejemplo, casi todas las religiones enseñan que la vida se inicia en el momento de la concepción.

   

En aquel momento en que el espermatozoide fecunda al óvulo, se inicia lo más complejo y conmovedor del proceso: la formación de un nuevo cuerpo humano.

Y lo aseguran los religiosos, es aquel instante sublime en que el Espíritu se une al cuerpo en formación.

Por eso, también, las religiones son unánimes en reprobar el aborto. La única excepción es cuando el embarazo amenaza la vida de la madre. Y eso también es una unanimidad entre las creencias.

Bueno, si es así, si todas las religiones humanas desaconsejan el aborto, ¿por qué la Humanidad insiste en el abortamiento?.

¿ El qué hace que un padre o una madre, decidan matar a su hijo?-¿Qué nos mueve a tomar una actitud que hace víctima a una frágil criatura desprotegida?. 

Respuesta: nuestro egoísmo. Cuando nos vemos en una situación que amenaza nuestro confort, en general nos defendemos escogiendo una actitud defensiva. 

El problema es cuando nuestra actitud viola los derechos de los demás. Y eso, definitivamente. ocurre cuando se hace un aborto.

Sí, porque en el silencio del vientre crece un cuerpo que ya tiene dueño. Será morada de un Espíritu inmortal, abrigará a un hijo de Dios.


¿Cuántas veces nosotros, los que creemos en Dios, pensamos que aquel cuerpo en formación es la morada de un hermano nuestro?; ¿Un ser especial que las manos de Dios depositarán en nuestros brazos?

Y ¿ cómo recibimos esa nueva vida?; ¿Qué hacemos con el Divino regalo que nos llegó a las manos?. ¿Será correcto sofocarlo cuando está todavía tan frágil y pequeñito?

No. La vida pide protección y amparo.

En todos los países e idiomas del Mundo, la maternidad es alabada como sublime. No podemos en nombre de la modernidad, corromper los valores morales y éticos que heredamos, La ley natural es la del progreso; jamás de retroceso.

Hoy, el discurso de mucha gente es que la mujer debe tener poder de decisión sobre su cuerpo. La legalización del aborto es tratada como un avance de los derechos humanos, pues se alega que la medida va a proteger a las mujeres pobres que hacen abortos ilegales.

Son argumentos equivocados que parten de principios erróneos.

Primero, porque el feto es otro ser; él no es parte del cuerpo de la madre.

Y cabe la pregunta : ¿De qué derechos humanos hablamos?. Los Derechos humanos están para garantizar prácticas éticas y no legalizar un asesinato de niños.

Y si, de hecho, deseamos proteger a las mujeres pobres de las consecuencias de un aborto ilegal, deberíamos invertir en salud y educación. Estos son antídotos.

Las mujeres informadas utilizarán métodos contraceptivos y tendrán derecho a la información. No necesitarán matar para evitar la gestación.

Por otro lado, ¿ dónde está el amor del que tanto hablamos y aspiramos a sentir?. El ejercicio del amor nos recomienda cuidar de los más débiles, ¿ qué amor es ese que se desvincula de la vida que florece?

El amor acoge, bendice, fortalece, es la expresión máxima de la solidaridad
El amor seguramente no mata.

- Redacción de Momento Espírita- 

                                            


                                           *******************************

                                                                         


      PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS                               MUERTES PREMATURAS                            
                                                   

21.  Cuando la muerte viene a segar en vuestras familias llevándose sin contemplación a los jóvenes antes que a los viejos, decís muchas veces: "Dios no es justo, puesto que sacrifica al fuerte y lleno de esperanza, para conservar a los que han vivido muchos años llenos de desengaños; puesto que se lleva a los que son útiles y deja a los que no sirven para nada; puesto que destroza el corazón de una madre, privándole de la inocente criatura que
constituye toda su alegría".

     Humanos, en este caso es cuando debéis elevaros por encima de las pequeñeces de la vida terrestre para comprender que el bien está muchas veces en donde vosotros creéis ver la ciega fatalidad del destino. ¿Por qué medís la justicia divina por el valor de la vuestra?

 ¿Podéis pensar que el Señor de los mundos quiera por un simple capricho, imponeros penas crueles? Nada se hace sin un fin inteligible, y cualquier cosa que suceda, todas tienen su razón de ser. Si escuadriñáseis mejor todos los dolores que os atormentan, encontraríais siempre la razón divina, razón regeneradora, y vuestros miserables intereses serían una consideración secundaria que dejaríais para el último proyecto.

      Creedme; la muerte a los veinte años es preferible a esos desarreglos vergonzosos que desolan familias honradas, rompen el corazón de una madre, y, antes de tiempo, hacen encanecer a los padres. La muerte prematura es muchas veces un gran beneficio que Dios concede al que se va, y que de este modo queda preservado de las miserias de la vida, o de las seducciones que pudiera haberle arrastrado a su pérdida; el que muere en la flor de la edad, no es víctima de la fatalidad, sino que Dios juzga que le es útil el que no esté más tiempo en la tierra.

      Es una terrible desgracia, decís vosotros, que una vida tan llena de esperanza, haya sido interrumpida. ¿De qué esperanza queréis hablar? ¿De las de la tierra, la que de el que se va hubiera podido brillar, hacer su carrera y su fortuna? ¡Siempre esas miras mezquinas que no pueden elevaros sobre la materia! ¿Sabéis vosotros cuál hubiera sido la suerte de esa vida tan llena de esperanza, según vosotros? ¿Quién os ha dicho que no hubiera sido llena de amargura? Entonces, para nada contáis las esperanzas de la vida futura, cuando preferís las de la vida efímera que arrastráis en la tierra? ¿Pensáis, según esto, que vale más tener un rango entre los hombres, que entre los espíritus bienaventurados?

      Regocijaros, en vez de quejaros, cuando Dios quiere llevarse a uno de sus hijos de ese valle de miserias. ¿Acaso no es egoísmo el desear que se quede sufriendo con vosotros? ¡Ah! este dolor se concibe en el que no tiene fe y que ve en la muerte una separación eterna. Pero vosotros, espiritistas, vosotros sabéis que el alma vive mejor desembarazada de su envoltura corporal; madres, vosotras sabéis que vuestros hijos muy queridos, están cerca de vosotras, sí, están muy cerca, sus cuerpos fluídicos os rodean, sus pensamientos os protegen, vuestro recuerdo los embriaga de alegría, pero también vuestros dolores infundados les afligen, porque denotan falta de fe y son contra la voluntad de Dios.

      Vosotros que comprendéis la vida espiritual, escuchad los latidos de vuestro corazón llamando a esos seres queridos y estimados, y si rogáis a Dios para bendecirles, sentiréis en vosotros esos consuelos poderosos que secan las lágrimas, y esas aspiraciones prestigiosas que os enseñarán el porvenir prometido por el Soberano Señor.

(Sansón, antiguo miembro de la Sociedad Espiritista de Paris. 1863).

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC

                                              *********************************


La UMBANDA NO ES  ESPIRITISMO


Por Benedito da Gama Monteiro

 

El origen, contenido doctrinario y la práctica ritual, establecen las diferencias fundamentales entre el Espiritismo y la Umbanda. A pesar de la claridad de esas distinciones,  eso no debe ser razón que imposibilite  que entre los Espiritas y Umbandistas   haya respeto mutuo, espíritu de comprensión y sensatez, aunque de esa tolerancia no debe resultar connivencia u omisión.

Deolindo  Amorim, en su libro “El Espiritismo y las Doctrinas Espiritualistas”  concluye, afirmando: “El Espiritismo es una doctrina que se basta a sí misma, sin  añadidos  artificiales.”

A la luz de esa precisa orientación, observamos que ni siquiera en los campamentos  espiritas esa diferencia es hecha, especialmente por aquellos que no se dan al trabajo de estudiar la Doctrina, sin hablar en parte de la prensa laica que, a propósito o no, anuncia todo lo que ocurre en las  tiendas y plazas, como si fuese  Espiritismo, beneficiándose  de eso los opositores sistemáticos de la Doctrina Espirita que se sienten en ventaja  con la confusión establecida.

Se habla de “bajo Espiritismo” y “alto Espiritismo”; de “Espiritismo de mesa” y “Espiritismo de tercera”, etc. ¡como si hubiese más de un Espiritismo!

En cuanto al origen, sabemos que el Espiritismo, es la doctrina codificada por Allan Kardec, recibida de varios Espíritus Superiores  a finales del  siglo XIX, que se caracteriza por un conjunto de principios de orden científico, filosófico y moral, que objetiva el progreso espiritual del hombre, con la implantación de la fraternidad entre todas las criaturas de la Tierra.

La Umbanda se deriva, fundamentalmente, del culto religioso de la raza negra  de la vieja África. Sus principios doctrinarios son realmente frutos del “folclore” de los proverbios, los aforismos, las leyendas y creencias populares, las canciones y tradiciones del negro africano.

Con referencia al contenido doctrinario, sabemos que el Espiritismo se sienta en postulados científicos, filosóficos y éticos,  lo que no se da en la Umbanda, que no tiene doctrina codificada, sin embargo sus adeptos aceptan la inmortalidad del alma, la reencarnación y la ley de acción y de reacción (Karma), al igual que los espiritas.

En cuanto a la práctica ritual, la Umbanda difiere, esencialmente, del Espiritismo, porque aquella actúa en el plano de la naturaleza y este en el de el pensamiento, pues solo el espíritu cuenta, realmente. Más allá de eso el Espiritismo no tiene ritual de ninguna especie, pues no admite cuerpo sacerdotal jerárquico o no, ceremonias (bautizos, casamientos, y cualquier otra); no se sirve de formulas, invocaciones, o promesas de cualquier naturaleza; rechaza la adoración de imágenes, símbolos, amuletos, así como creencias y supersticiones y no admite pagamento por la prestación de cualquier asistencia espiritual u otro auxilio, que conceda a los necesitados.

Los intentos para fundamentar la introducción de rituales, inciensos, imágenes y otros objetos de culto material en el medio espirita, generalmente suponen una llamada a la tolerancia. No hay, sin embargo, razón  alguna para tales pretextos, toda vez que el Espiritismo, por sus disposiciones doctrinarias, dispensa completamente cualquier forma de ritual o piezas litúrgicas. 

Siendo así, donde hubiera cualquier manifestación de culto exterior, no existirá una verdadera practica espirita.

A pesar del laudable entusiasmo de algunos espiritas para la comunión con sectas religiosas en el seno de la doctrina, la mixtura heterogénea siempre sacrifica la pureza intima esencial. ¡La calidad de la sustancia espirita se reduciría por la cantidad de mixtura de otros ingredientes religiosos, más adversos! 

¡El Espiritismo, no es una doctrina separatista, ni es eclecticismo religioso a la superficie del Espíritu inmortal! ¡Es, principalmente, un movimiento de solidaridad fraterna entre todos los hombres! Puede ser eclecticismo espiritual uniendo en espíritu a  todos los credos y religiones, porque, también afirma su doctrina  y postulados en la realidad inmortal. Más sería insensata la mezcla heterogénea de prácticas, dogmas, principios y composturas devocionales diferentes, entre si, para construir  otro movimiento espiritualista excéntrico.

   La misión de la Doctrina Espirita, en fin, es liberar al hombre  y no prenderlo aun más a las formulas y supersticiones del mundo carnal transitorio.

  Finalizamos, haciendo nuestras observaciones sensatas del Espíritu Emmanuel, a través del médium Francisco Cándido Xavier, en el mensaje “Doctrina Espirita”, extraído del libro: “Religión de los Espíritu”, concitando a los Espiritas  a cuidar  de la doctrina que profesan:

… Porque la Doctrina Espirita es en si la libertad y el entendimiento, hay quien juzga que esté obligada a mezclarse con todas las aventuras marginales y con todos los exotismos, bajo pena de huir a los impositivos de la fraternidad que vincula.

    Dignifica, así, la Doctrina que te consuela y libera, vigilándole la pureza y la simplicidad, para que no colabores, sin percibirlo, en los vicios de la ignorancia y en los crímenes del pensamiento.

  “Espirita” debe ser tu carácter, incluso cuando te encuentres en reajustes, después de la caída.

   “Espirita” debe ser tu conducta, aunque estés viviendo duras experiencias.

  “Espirita” debe ser el nombre de tu nombre, aun cuando respires en aflictivos combates contigo mismo.

   “Espirita” debe ser el claro adjetivo de tu institución, aunque, por eso, te falten las pasajeras subvenciones y honras terrestres.

     La Doctrina Espirita quiere decir la Doctrina de Cristo.

   Y la Doctrina de Cristo es la doctrina del perfeccionamiento moral  en todos los mundos.

    Guarda pues, en la existencia, como tuya  la responsabilidad más importante, porque día llegará en que serás naturalmente invitado  a rendirle cuentas. 

Amorim, Deolindo - "O Espiritismo e as Doctrinas Espiritualistas";

Traducido por M.C.R

                 ******************




                                     

 

                          


No hay comentarios: