INQUIETUDES ESPÍRITAS
1,.La idea de Dios ¿ Dios Existe?
2.- Para meditar: El fenómeno de la Muerte
3.- La decisión del aborto
4.- Pérdida de seres queridos. Muertes prematuras
5.- La Umbanda no es Espiritismo
********************************************
LA IDEA DE DIOS :
¿ Dios existe ?.-
Todo el universo físico y espiritual, está gobernado por sabias y equilibradas leyes establecidas según un Supremo Plan Perfecto de una Suprema Inteligencia, que excluye la idea de la casualidad.
Estas leyes regidoras de un universo ilimitado, no proceden de los humanos, porque los seres
humanos somos seres fugaces en este
mundo, y absolutamente limitados en el tiempo
y en el espacio, por lo que no podríamos haber creado esas leyes permanentes y
universales que existen desde
infinitamente antes de la existencia de
la Tierra y de nuestro universo..
- Jose Luis Martín-
“Dios es Sabiduría a la vez que Amor, y cuanto mayor sea tu sabiduría, mayor parte de El podrás manifestar. Estudia, pues; pero ante todo estudia aquello que más te capacite para ayudar a otros”. -Krishnamurti-
*************************
PARA MEDITAR
EL FENÓMENO DE LA MUERTE
El fenómeno de la muerte es algo que invariablemente a todos nos tendrá que alcanzar algún día. En principio, tratándose de algo natural no debería sugerir ideas negativas ni tétricas, aunque esto depende en gran medida de los preconceptos y creencias de cada uno.
Mucho se ha escrito y debatido al respecto. Es algo que nos inspira mucho respeto y desde tiempos remotos hasta temor. ¿Será que el ser humano, en su proceso evolutivo, lo ha desnaturalizado con demasiada frecuencia?
Han sido muy pocas las culturas a lo largo de la historia que, en base a sus creencias y tradiciones, la hayan observado con serenidad y hasta con alegría. Es obvio que el instinto de conservación nos impone de forma sabia y natural la manera de resguardarnos de la muerte. En condiciones normales, nadie desea morir; no obstante, esto no debería impedir el reflexionar sobre ello.
En ese sentido, las religiones tradicionales no han ayudado demasiado, ofreciendo una imagen de la muerte bastante ilusoria, vaga y muy poco clara. Esta circunstancia, en lugar de preparar el terreno para afrontar bien este hecho inevitable, llena, por el contrario, de dudas y de una enorme incertidumbre a numerosos creyentes.
Tampoco la ciencia a lo largo de la historia ha tenido facilidades para investigar con independencia y objetividad sobre la muerte. Bajo un condicionamiento religioso y social muy fuerte, se vio abocada a ignorarla durante siglos. Para ellos es el punto y final, salvo para algunos investigadores atrevidos y audaces. Y no meditaciones será porque la vida, siembre exuberante y generosa, a poco que la observemos y analicemos, no nos ofrezca “señales evidentes” que nos ayuden a profundizar en ese proceso inevitable y hasta necesario; también a entender lo que nos aguarda después.
Sobre este asunto tan importante, la Mentora Joanna de Ângelis nos aconseja y esclarece una vez más…
Una vez que otra, dedica algún tiempo para meditar al respecto de la muerte.
El ser humano no se debería centrar exclusivamente en las cuestiones que atañen a la vida física y material. Estamos siempre muy ocupados, nuestra mente se llena de pensamientos respecto a los asuntos del día; es a lo que se nos ha educado y hacemos de forma automática diariamente.
Sin embargo, no siempre ha sido así. A poco que se repase la historia de la humanidad, podemos comprobar fácilmente cómo el mundo espiritual superior, consciente de las necesidades de una humanidad tan material e inmadura espiritualmente como es la nuestra, trasladó a sus emisarios, a los grandes profetas de todas Amor paz y caridad 28 las épocas, la conveniencia, la necesidad de dedicarle un tiempo, un espacio durante la semana al descanso de las rudas tareas cotidianas para dedicarlo a Dios y a la vida espiritual del ser. Así lo han hecho prácticamente todas las religiones desde tiempo inmemorial, creando espacios para las asambleas religiosas, ofrendas, oraciones, cánticos, etc…
Aunque los tiempos han cambiado, lo que en otra época era considerado como suficiente para colmar las aspiraciones espirituales del ser, ahora ya no lo son para una mayoría. Por otro lado, la ciencia y la tecnología con sus adelantos nos ha puesto la vida mucho más fácil, y por lo general, se dispone de un tiempo libre como nunca antes se había disfrutado; no obstante, no le dedicamos apenas tiempo al cultivo de nuestro interior, especialmente a la toma de conciencia respecto a la transitoriedad de la existencia física; algo que, en lugar de mermarnos, debería potenciar el presente, las ganas de vivir, de crecer espiritualmente.
La muerte arrebata a los enemigos, a los afectos, y te llegará en un momento cualquiera.
Efectivamente, la vida física cumple su ciclo: Nace, se desarrolla y muere, en un proceso irreversible por mucho que lo queramos ignorar. De ese proceso no están exentas las personas queridas, así como aquellas que no nos quieren bien y preferimos ignorar o desearíamos mantener lejos. De ese modo, el fenómeno de la muerte nos despoja de todo lo que poseemos materialmente, así como de la presencia física de las personas que han jugado un papel importante, tanto en lo que consideramos bueno como en lo malo; forma parte de la transitoriedad de la vida física, y en donde, como testigos presenciales, en cualquier momento también podemos desaparecer de igual forma del escenario físico, cuando menos se espere.
Prepárate todos los días, como si fuese tu último día en la Tierra.
Cada día es una nueva oportunidad de progreso; no sabemos si tendremos muchos más, o estas pasaran para no volver jamás en las actuales condiciones. El tiempo es oro, y los grandes sabios aconsejan siempre el aprovechamiento de ese bien tan preciado que corre inalterable y que no se pueden controlar ni parar.
Quien se prepara para la muerte significa que sabe apreciar aquello que tiene, empezando por un cuerpo biológico que sirve como instrumento para el desarrollo de valores traducidos en el bien al prójimo y a uno mismo; que, en definitiva, es lo único real y auténtico que se llevará el ser de este mundo; sin duda, una herramienta provisional que facilita de forma exponencial el crecimiento intelectual y moral del ser.
Acostumbrándote a pensar en la muerte, ella no te herirá cuando pase por tu puerta o se lleve a alguien que te sea amado.
Desde nuestro punto de vista, la doctrina espirita ofrece la mejor perspectiva posible sobre la realidad inmortal que nos envuelve. Su estudio y comprensión ofrece tranquilidad, paz y una seguridad sobre el futuro que a todos nos aguarda. Nos enseña desde un punto de vista lógico y racional que la muerte no es el final de la vida, tan solo altera el fenómeno biológico, pero esta continúa ininterrumpidamente. Por tanto, pensar en la muerte es pensar en un futuro que se construye día a día. Cuanto más se comprende disminuye la angustia, sustituyendo la fragilidad que provoca la incertidumbre por la seguridad que espera sin temor, con serenidad, con esperanza.
San Francisco de Asís la aguardaba con la tranquilidad con que “deshierbaba el jardín”.
El venerable santo de Asís era consciente de esa realidad y no la temía en absoluto. Se cuenta la anécdota de que Fray León preguntó en cierta ocasión a Francisco de Asís lo siguiente: (**)“Hermano Francisco, si usted supiese que iba a morir hoy, por la tarde, ¿qué haría?”. Y el santo contestó: “Continuaría deshierbando en mi jardín…”.
Esto demuestra el grado de conciencia adquirido por este fraile de Asís, no temía la muerte y la esperaba con la tranquilidad de los justos, de aquellos que consagran su vida al bien y a trabajar por y para el progreso de la humanidad.
Vamos a concluir remarcando la idea principal de estas reflexiones de Joanna de Ângelis. Pensar en la muerte es pensar en el renacimiento, en la vida futura, en el presente, en el amor que todo lo inunda, en el final de todos los pesares, de todas las incomprensiones. Son pensamientos que nos van a permitir valorar la vida de otra forma, ahuyentando también los miedos, las dudas, y aportando de forma natural luz sobre dilemas sociales importantes como son el aborto, la eutanasia, etc.
Día llegará en que la muerte se observará como el final de un viaje provechoso para comenzar uno nuevo, lleno de paz y alegría. Somos viajeros con un camino trazado, con un recorrido por las distintas estaciones de aprendizaje en dirección hacia la perfección, la felicidad final.
Pensemos en ello.
José Manuel Meseguer - Amor, Paz y Caridad.
**** El texto en negrita pertenece a la obra VIDA FELIZ, ítem 60, de Joanna de Ângelis, psicografiado por Divaldo Pereira Franco.
En aquel momento en que el espermatozoide fecunda al óvulo, se inicia lo más complejo y conmovedor del proceso: la formación de un nuevo cuerpo humano.
constituye toda su alegría".
Humanos, en este caso es cuando debéis elevaros por encima de las pequeñeces de la vida terrestre para comprender que el bien está muchas veces en donde vosotros creéis ver la ciega fatalidad del destino. ¿Por qué medís la justicia divina por el valor de la vuestra?
Creedme; la muerte a los veinte años es preferible a esos desarreglos vergonzosos que desolan familias honradas, rompen el corazón de una madre, y, antes de tiempo, hacen encanecer a los padres. La muerte prematura es muchas veces un gran beneficio que Dios concede al que se va, y que de este modo queda preservado de las miserias de la vida, o de las seducciones que pudiera haberle arrastrado a su pérdida; el que muere en la flor de la edad, no es víctima de la fatalidad, sino que Dios juzga que le es útil el que no esté más tiempo en la tierra.
Vosotros que comprendéis la vida espiritual, escuchad los latidos de vuestro corazón llamando a esos seres queridos y estimados, y si rogáis a Dios para bendecirles, sentiréis en vosotros esos consuelos poderosos que secan las lágrimas, y esas aspiraciones prestigiosas que os enseñarán el porvenir prometido por el Soberano Señor.
(Sansón, antiguo miembro de la Sociedad Espiritista de Paris. 1863).
EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC
La UMBANDA NO ES ESPIRITISMO
El origen, contenido doctrinario y la práctica ritual, establecen las diferencias fundamentales entre el Espiritismo y la Umbanda. A pesar de la claridad de esas distinciones, eso no debe ser razón que imposibilite que entre los Espiritas y Umbandistas haya respeto mutuo, espíritu de comprensión y sensatez, aunque de esa tolerancia no debe resultar connivencia u omisión.
Deolindo Amorim, en su libro “El Espiritismo y las Doctrinas Espiritualistas” concluye, afirmando: “El Espiritismo es una doctrina que se basta a sí misma, sin añadidos artificiales.”
A la luz de esa precisa orientación, observamos que ni siquiera en los campamentos espiritas esa diferencia es hecha, especialmente por aquellos que no se dan al trabajo de estudiar la Doctrina, sin hablar en parte de la prensa laica que, a propósito o no, anuncia todo lo que ocurre en las tiendas y plazas, como si fuese Espiritismo, beneficiándose de eso los opositores sistemáticos de la Doctrina Espirita que se sienten en ventaja con la confusión establecida.
Se habla de “bajo Espiritismo” y “alto Espiritismo”; de “Espiritismo de mesa” y “Espiritismo de tercera”, etc. ¡como si hubiese más de un Espiritismo!
En cuanto al origen, sabemos que el Espiritismo, es la doctrina codificada por Allan Kardec, recibida de varios Espíritus Superiores a finales del siglo XIX, que se caracteriza por un conjunto de principios de orden científico, filosófico y moral, que objetiva el progreso espiritual del hombre, con la implantación de la fraternidad entre todas las criaturas de la Tierra.
La Umbanda se deriva, fundamentalmente, del culto religioso de la raza negra de la vieja África. Sus principios doctrinarios son realmente frutos del “folclore” de los proverbios, los aforismos, las leyendas y creencias populares, las canciones y tradiciones del negro africano.
Con referencia al contenido doctrinario, sabemos que el Espiritismo se sienta en postulados científicos, filosóficos y éticos, lo que no se da en la Umbanda, que no tiene doctrina codificada, sin embargo sus adeptos aceptan la inmortalidad del alma, la reencarnación y la ley de acción y de reacción (Karma), al igual que los espiritas.
En cuanto a la práctica ritual, la Umbanda difiere, esencialmente, del Espiritismo, porque aquella actúa en el plano de la naturaleza y este en el de el pensamiento, pues solo el espíritu cuenta, realmente. Más allá de eso el Espiritismo no tiene ritual de ninguna especie, pues no admite cuerpo sacerdotal jerárquico o no, ceremonias (bautizos, casamientos, y cualquier otra); no se sirve de formulas, invocaciones, o promesas de cualquier naturaleza; rechaza la adoración de imágenes, símbolos, amuletos, así como creencias y supersticiones y no admite pagamento por la prestación de cualquier asistencia espiritual u otro auxilio, que conceda a los necesitados.
Los intentos para fundamentar la introducción de rituales, inciensos, imágenes y otros objetos de culto material en el medio espirita, generalmente suponen una llamada a la tolerancia. No hay, sin embargo, razón alguna para tales pretextos, toda vez que el Espiritismo, por sus disposiciones doctrinarias, dispensa completamente cualquier forma de ritual o piezas litúrgicas.
Siendo así, donde hubiera cualquier manifestación de culto exterior, no existirá una verdadera practica espirita.
A pesar del laudable entusiasmo de algunos espiritas para la comunión con sectas religiosas en el seno de la doctrina, la mixtura heterogénea siempre sacrifica la pureza intima esencial. ¡La calidad de la sustancia espirita se reduciría por la cantidad de mixtura de otros ingredientes religiosos, más adversos!
¡El Espiritismo, no es una doctrina separatista, ni es eclecticismo religioso a la superficie del Espíritu inmortal! ¡Es, principalmente, un movimiento de solidaridad fraterna entre todos los hombres! Puede ser eclecticismo espiritual uniendo en espíritu a todos los credos y religiones, porque, también afirma su doctrina y postulados en la realidad inmortal. Más sería insensata la mezcla heterogénea de prácticas, dogmas, principios y composturas devocionales diferentes, entre si, para construir otro movimiento espiritualista excéntrico.
La misión de la Doctrina Espirita, en fin, es liberar al hombre y no prenderlo aun más a las formulas y supersticiones del mundo carnal transitorio.
Finalizamos, haciendo nuestras observaciones sensatas del Espíritu Emmanuel, a través del médium Francisco Cándido Xavier, en el mensaje “Doctrina Espirita”, extraído del libro: “Religión de los Espíritu”, concitando a los Espiritas a cuidar de la doctrina que profesan:
… Porque la Doctrina Espirita es en si la libertad y el entendimiento, hay quien juzga que esté obligada a mezclarse con todas las aventuras marginales y con todos los exotismos, bajo pena de huir a los impositivos de la fraternidad que vincula.
Dignifica, así, la Doctrina que te consuela y libera, vigilándole la pureza y la simplicidad, para que no colabores, sin percibirlo, en los vicios de la ignorancia y en los crímenes del pensamiento.
“Espirita” debe ser tu carácter, incluso cuando te encuentres en reajustes, después de la caída.
“Espirita” debe ser tu conducta, aunque estés viviendo duras experiencias.
“Espirita” debe ser el nombre de tu nombre, aun cuando respires en aflictivos combates contigo mismo.
“Espirita” debe ser el claro adjetivo de tu institución, aunque, por eso, te falten las pasajeras subvenciones y honras terrestres.
La Doctrina Espirita quiere decir la Doctrina de Cristo.
Y la Doctrina de Cristo es la doctrina del perfeccionamiento moral en todos los mundos.
Guarda pues, en la existencia, como tuya la responsabilidad más importante, porque día llegará en que serás naturalmente invitado a rendirle cuentas.
Amorim, Deolindo - "O Espiritismo e as Doctrinas Espiritualistas";
Traducido por M.C.R
******************
No hay comentarios:
Publicar un comentario