El crimen fue diseñado para que pareciera un robo. Roberto se sintió culpable por la situación de Geraldo porque él fue el causante del accidente automovilístico que dejó a su hermano tetrapléjico. La exesposa de la víctima explicó en un comunicado a la policía que Geraldo (un confeso confeso) solo pensó en morir por la situación en la que se encontraba. A pesar de preparar el escenario para que parezca un robo, el pacto criminal tiene serias implicaciones espirituales para los involucrados. Roberto cargará con el peso de la culpa por el asesinato, a pesar de que su conciencia le dice que está aplicando la eutanasia "misericordiosa". Y Geraldo llevará en el fondo de su mente el aguijón de la criminal intención del suicidio indirecto.
Aunque con diferentes rudimentos en cuanto al modus operandis, el “caso Roberto e Geraldo” nos remite al “caso Bridget Kathleen Gilderdale”, en el que la Justicia inglesa la absolvió del delito de tentativa de homicidio por haber inducido al suicidio a su hija Lynn Gilderdale. con esclerosis múltiple, que se comunicaba solo a través de signos, y había estado encarcelada en una cama durante diecisiete años. Se informó al tribunal que Lynn había intentado suicidarse antes y registró una solicitud de que ya no resucitara. Gilderdale confesó haber ayudado a su hija a suicidarse después de intentar sin éxito convencerla de que se mantuviera con vida.
El fallo del Tribunal de Lewes en el condado de East Sussex ganó las páginas de los principales periódicos ingleses porque, unos días antes, el mismo tribunal británico condenó a Frances Inglis a cadena perpetua por inducir la muerte, con inyecciones de heroína, al hijo que había sufrido una lesión cerebral y había ha estado bajo un tratamiento intensivo desde 2007, lo que generó un debate sobre los cambios en las leyes que tratan el suicidio asistido, la eutanasia y el homicidio. Mientras que el juez del caso Gilderdale declaró su apoyo al acusado, el juez Brian Barker del caso Inglis dijo que no existe un concepto en la ley sobre el asesinato misericordioso, que sigue siendo asesinato.
La eutanasia ha sido objeto de controversia en los círculos legales, recordando, sin embargo, que nuestra Constitución y el Derecho Penal brasileño son muy claros: constituye un asesinato común. En los círculos médicos, desde el punto de vista de la ética de la medicina, la vida se considera un regalo sagrado y, por lo tanto, el médico no puede pretender ser juez de la vida o la muerte de alguien. Por cierto, es importante señalar que la Asociación Médica Mundial, desde 1987, en la Declaración de Madrid, considera la eutanasia un procedimiento éticamente inapropiado.
Sin entrar en el mérito legal del homicidio, los titulares nos inducen a comentar, doctrinalmente, sobre la eutanasia y el suicidio. La eutanasia, como sabemos, es una práctica que no cuenta con el apoyo de la Doctrina Espírita. Kardec y los Mentores espirituales ya se han posicionado en este tema.
No siempre conocemos los reflejos que puede hacer el Espíritu en las convulsiones del dolor físico y los tormentos que se pueden salvar gracias a un destello de arrepentimiento. De esta manera, entendemos y respetamos el dolor, como instructores de almas y, sin dudarlo ni indagaciones irrazonables, apoyemos a quienes experimentan su presencia vergonzosa y educativa, recordando siempre que nos corresponde, únicamente, el deber de servir. , porque la Justicia, en última instancia, pertenece a Dios, que distribuye con nosotros el alivio y la aflicción, la enfermedad, la vida y la muerte en el momento oportuno.
Mucha gente infeliz cree que la solución a su sufrimiento es el suicidio. Sin embargo, afirmamos que además de sufrir en el mundo espiritual las dolorosas consecuencias de su mal gesto de rebelión frente a las leyes de la vida, el autocuidado seguirá renaciendo con todas las consecuencias físicas resultantes, y tendrá que afrontarlo. de nuevo la misma situación dolorosa que la suya inexistente, la fe y el alejamiento de Dios no le permitieron el éxito existencial.
Después de la desencarnación, no hay tribunal ni juez para condenar al Espíritu, aunque es el más culpable. Simplemente está frente a su propia conciencia, desnudo ante sí mismo y ante todos los demás, porque nada se puede esconder en la conciencia espiritual, teniendo al individuo frente a sus propias creaciones mentales.
El suicidio es la forma más desastrosa de escapar de las pruebas o expiaciones que debemos atravesar. Es una puerta falsa en la que el individuo, juzgándose libre de sus males, se sumerge en una situación mucho peor. Arrojado, violentamente, al Más Allá, en plena vitalidad física, revive intermitentemente, durante mucho tiempo, las tenazas de la conciencia y sensaciones de los últimos momentos, además de estar sumergido en regiones de penumbra, donde sus tormentos serán importantes para el aprendizaje sacrosanto, haciéndolo más flexible y acreditándolo para respetar la vida con más compromiso.
André Luiz menciona en sus obras que “los estados de la mente se proyectan sobre el cuerpo a través de los bióforos, que son unidades psicosomáticas de fuerza que se ubican en las mitocondrias. La mente transmite sus estados felices o infelices a todas las células de nuestro organismo a través de los bióforos. Funciona a veces como un sol, irradiando calor y luz, equilibrando y armonizando todas las células de nuestro organismo, a veces como tormentas, generando rayos destructivos y chispas que desequilibran el ser, principalmente al llegar a las células nerviosas ”.
El verdadero cristiano siempre se comporta a favor del mantenimiento de la vida y con respecto a los propósitos de Dios, buscando no solo disminuir los sufrimientos de los demás, ¡sin eutanasia, por supuesto! - pero también a confiar en la justicia y en la bondad divina, sobre todo porque en los Estatutos de Dios no hay lugar para la injusticia. Somos responsables de la situación en la que se encuentra el mundo.
Jorge Hessen
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I – El origen del Universo
,A partir de 1914 los científicos pasaron a vivir con la idea de un universo en expansión, porque descubrieron que algunos objetos celestes viajaban en el espacio a una velocidad alucinante. A pesar de esta noticia el propio Albert Einstein, autor de la teoría de la relatividad general y restringida, publicada antes de 1920, tuvo que introducir en sus ecuaciones la constante Cosmología, a fin de adecuar sus estudios al modelo de un universo estático.
Teoría del Big - Bang
Está basada en tres factores comprobados por la observación:
1- Edad de las estrellas y de la materia: 12 a 15 billones de años.
2- Movimiento de fuga de las galaxias: El universo no puede ser estático, está en expansión continua.
3- Existencia de una radiación cósmica de fondo: Arno Penzias y Robert Wilson astrofísico norte-americanos (premio Nobel de física de 1978), captaron casualmente la radiación cósmica de fondo, ruido que comprobaría el eco de la expansión original del Universo.
Todo lo que vino después de la gran explosión (galaxias, planetas, etc) estuvo apresado en un óvulo energético llamado singularidad, que es billones y billones de veces menor que un núcleo de un átomo. Con auxilio del Cosmic Background Explorar (COBE) fue posible estudiar la radiación cósmica de fondo. En abril de 1992 George Smoot, jefe de investigaciones con el COBE consiguió observar sucesos cuando el universo tenía apenas 300 mil años de edad.
El Acaso y el nacimiento del Universo
¿Cuál sería la causa de la expansión súbita del óvulo energético primordial? ¿Y qué existía antes de él?
Max Planck (premio Nobel de física en 1918) físico, teórico alemán creó la teoría quántica, rompiendo con la física de Newton y la relatividad de Einstein, cambiando conceptos clásicos de tiempo, espacio, lugar, materialidad y causalidad. La realidad fundamental sobre la cual reposa la totalidad de los fenómenos materiales es del tipo inmaterial.
La manifestación material del universo ocurre a partir de una fluctuación quántica, un cambio de estado de energía para la materia.
Es como si el hombre hubiese nacido en un universo hecho para él intencionadamente, como se prepara una habitación para un niño que va a nacer.
Los científicos afirman que un encuentro accidental de las constantes es del orden de 1 (uno) sobre 10 seguido de 200 ceros.
La Paradoja de la Trilla
El telescópio espacial Hubble constató el movimiento de fuga de las galaxias y que el universo está en expansión.
Werner Karl Heisenberg, patrón de la moderna metafísica y Edwin Hubble (universo en expansión) dijeron que la constante cosmología es nada menos que el propio Dios pues auxilia a cerrar ecuaciones de la mayor complejidad.
Con miedo del fin de la cosmología, los científicos niegan la hipótesis teológica.
II – La Aventura de la Vida
Los nuevos descubrimientos de la ciencia avalan cada vez más el dogma del acaso creador, porque queda evidente que la vida es una especie de necesidad inscrita en el propio corazón de la materia.
La materia está animada de perpetuo movimiento, siendo el giro eléctrico extremadamente rápido (cerca de 30 km. por s/) los biólogos calculan que la probabilidad para que un millar de enzimas se aproxime casualmente, de forma ordenada hasta formar una célula viva (billones de años) es del orden de 10 elevado a la potencia mil contra una oportunidad.
(10 1000 X 1). Imposible.
El Universo fue generado menos mecánicamente y más como una vasta red de informaciones precisas y bajo el caos aparente hay un orden profundo en los fenómenos, desde una simple fumata hasta la evolución de las galaxias.
III – ¿La ciencia revela a Dios?
Louis Pasteur ya afirmó: “Un poco de ciencia nos aparta de Dios, mucho nos aproxima”.
¿Será que todos los profundos conocedores de la ciencia están próximos de Dios?
IV – La Visión de Dios
La Doctrina Espírita viene mostrándonos que Dios no es del orden de los fenómenos demostrables y nuestra visión percibe la fuerza de la gravitación y el mundo espiritual, incluso los videntes ven con la visión del alma.
Incluso en la vida extrafísica la visión de Dios es conquista de las almas elevadas y Jesús ya afirmó: los puros de corazón verán a Dios. El Espiritismo no tiene la pretensión de probar materialmente que Dios existe, pero ofrece material para razonamientos lógicos para saber íntimamente que él es la “Inteligencia Suprema y causa primera de todas las cosas”.
Carl Lineu, naturalista sueco afirmó: “Es, pues, justo creer que hay un Dios inmenso, eterno, increado, sin el cual nada existe y que haya hecho y coordinado esta obra universal. Ese Dios se nos escapa a la vista y, no obstante, en el la rodea de su luz, sólo en pensamiento podemos alcanzarlo y es en ese profundo santuario que se oculta su majestad”.
"Contemplo el Universo como un impresionante macrocosmos, dentro del que nuestro tamaño planetario es menos que una partícula de polvo flotando en el ambiente. Un universo infinito como un perfecto engranaje palpitante, y me acuerdo de que ninguna maquinaria de reloj no existiría ni funcionaría si antes no hubiese sido creada y puesta en marcha por un Relojero. Y esa perfecta y grandiosa maquinaria del universo y de la Naturaleza, tiene su propio Relojero, que es Dios, al que no vemos pero podemos llegar a comprender en parte a través de Su gran obra.
El problema de la comprensiòn y aceptación de Dios, radica en que se ha tratado por las teologías y religiones, que han tratado de definirlo como "alguien", pero en el "Libro de los Espíritus" ya se comienza a aclarar esta idea de modo más racional, al plantearse, no quien es Dios, sino " Qué es Dios".
Jose Luis Martín-
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LUGARES FRECUENTADOS POR LOS ESPÍRITUS
Los lugares frecuentados por los Espíritus ¿lo son siempre por los antiguos habitantes de estas moradas?
Algunas veces, pero no siempre, porque si el antiguo habitante es un Espíritu elevado, no se acordará ya de su habitación terrestre, como tampoco de su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares no tienen muchas veces otros motivo que el del capricho, a menos que no sean atraídos a ellos por su simpatía hacia ciertas personas.
– ¿Pueden fijarse en ellos con la mira de proteger a una persona o a su familia?
Seguramente, si son buenos Espíritus; pero en este caso nunca manifiestan su presencia por cosas desagradables.
12. ¿Es racional el temer los lugares frecuentadores por los Espíritus?
No; los Espíritus que visitan ciertos lugares y arman en ellos ruido; más bien procuran divertirse a costa de la credulidad y del miedo que hacer mal. Por lo demás figuraos que hay Espíritus en todas partes, y que donde estéis lo tenéis sin cesar a vuestro lado, aun en las casas más pacíficas. Frecuentan muchas veces ciertas habitaciones, porque encuentran en ellas ocasiones de manifestar su presencia.
13. ¿Hay algún medio de expulsarlo?
Sí, y lo más a menudo lo que se hace para esto, los atrae en lugar de alejarlos. El mejor medio de echar a los Espíritus malos es el atraer a los buenos. Atraed, pues, a los buenos Espíritus haciendo el mayor bien posible, y los malos se irán; porque el bien y el mal son incompatibles. Sed siempre buenos, y no tendréis más que buenos Espíritus a vuestro lado.
–¿Hay, sin embargo, personas muy buenas que son el blanco de los enredos de los Espíritus malos?
Si estas personas son realmente buenas, puede ser que esto sea una prueba para ejercitar su paciencia y excitarles a ser todavía mejores; pero creed bien que no son los más virtuosos los que más hablan de la virtud. El que posee cualidades reales las ignora muchas veces él mismo o no habla de ellas.
14. ¿Qué creeremos en cuanto a la eficacia del exorcismo para echar los Espíritus malos de los lugares que frecuentan?
¿Habéis visto muchas veces que este medio haya tenido resultados? Por el contrario, ¿no habéis visto redoblar la zambra y el ruido después de las ceremonias del exorcismo? Es que se divierten cuando se les toma por el diablo.
Los Espíritus que no vienen con mala intención pueden también manifestar su presencia por el ruido y aun haciéndose visibles, pero nunca hacen ruido que incomode. Estos son muchas veces Espíritus que sufren y que podéis aliviar rogando por ellos; otras veces son Espíritus benévolos que quieren probaros que están cerca de vosotros, o en fin Espíritus ligeros que juguetean. Como los que turban el reposo por el rugido, son casi siempre Espíritus que se divierten, lo que mejor puede hacerse es reírse; ellos se cansarán si ven que no consiguen asustar ni impacientar.
Resulta de las referidas explicaciones que hay Espíritus que se aficionan a ciertas localidades y dan a ellas la preferencia, pero que no tienen por esto necesidad de manifestar su presencia por efectos sensibles. Un lugar cualquier puede ser la morada forzada o predilecta de un Espíritu, aún malo, sin que se haya producido en él ninguna manifestación.
Los Espíritus que se aficionan a las localidades o a las cosas materiales, no son jamás Espíritus superiores, pero sin ser superiores pueden no ser malos y no tener ninguna mala intención; algunas veces son comensales más útiles que dañosos, porque si se interesan por las personas, pueden protegerlas.
- El Libro de los Médiums- Allan Kardec-
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¿Todos los casos de obsesión espiritual son iguales?
“Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados” - Hechos, 8:7 –
No lo son porque
existen muchos grados de intensidad en cuanto a la influencia de espíritus
malignos o negativos, causantes de las obsesiones espirituales. La menos
fuerte, llamada “Obsesión Simple”,
se caracteriza en que en cualquier caso,
el Espíritu Obsesor se mezcla tenazmente
con la mente de su víctima, generalmente
poseedora de una mediumnidad, y lo hace interfiriendo en otras comunicaciones espirituales que recibe, sustituyendo a otros Espíritus que hayan sido evocados. En este
nivel de obsesión la mente del médium comienza a reflejar unos estados íntimos
extraños y desequilibrados.
La mente actúa como una dinamo generadora de energía
psicofísica que cuando queda bajo
el mando de un Espíritu obsesor, utiliza las imágenes
mentales guardadas en el cerebro, y así fácilmente expresa estados múltiples de
la personalidad, encadenando logros y fracasos que se exteriorizan como formas
depresivas de ansiedad, traumáticas, neurasténicas y otras, dando origen a
enfermedades psíquicas de variada y compleja nomenclatura.
Es característico que el obsesado intente
discutir, haciendo suyas opiniones negativas y perjudiciales que le gusta cultivar, y que a una persona sana y
equilibrada repulsarían instintivamente. Estas situaciones transcurren bajo el
dominio del parásito espiritual que
cuanto más próximo esté a la mente más
se hará dueño de la voluntad de su
anfitrión.
En la obsesión simple, como efecto natural
surgen los llamados “Reflejos de Interferencia”, tales como inquietud,
desconfianza, inseguridad personal, pequeños malestares, angustia ante sucesos en torno al obsesado, incertidumbres y cada
vez, una mayor perturbación interior de la víctima.
La obsesión simple es una parasitosis común en
muchísimas personas, considerando natural la intervención psíquica vigente en
cualquier parte de la Tierra.
Subiendo en intensidad, el siguiente grado de Obsesión espiritual que es un poco más grave por ser un poco más intenso, recibe el nombre de Fascinación, para diferenciarlo del anterior.
Esta transcurre en medio de una
indolencia moral y mental de la víctima, exacerbando sus aspectos negativos que
son hábilmente estimulados por su antagonista espiritual. En la fascinación, los esfuerzos que pueden emprender los afectados con
las acciones de bien que puedan
realizar constituyen el mejor remedio
contra este mal, conquistando así las fajas vibratorias psíquicas
a las que no accede el
obsesor y que le protegen y
liberan de esa influencia nefasta. En consecuencia, las tentativas para librarse del obsesor en este nivel,
se presentan más complicadas, exigiendo abnegación, esfuerzo, y voluntad continuos.
Los límites entre unos grados y otros resultan indelebles, pues la Obsesión
puede, por su intensidad, formar una línea ascendente de modo paulatino,
dentro de la que se representan todos los grados, de menor a mayor y sin
solución de continuidad; allí donde termina un grado de intensidad, comienza el
siguiente.
Una vez establecidos los primeros
flases de interferencia obsesiva, la
víctima de modo inconsciente comienza a compartir sus ideas propias con las que le
son inspiradas.
A medida que el canal mental de la víctima aumenta, no solo asimila la
inducción telepática sino también las actitudes y la forma de ser de su huésped
obsesor. Llega un momento en que la persona pierde la noción del ridículo y la
capacidad habitual de discernimiento, acatando sugestiones que incorporan
aceptando inspiraciones del obsesor como
directrices como si fuesen suyas, adoptando actitudes disparatadas o
ridículas y solamente él las ve
lógicas.
Debido a que los espíritus obsesores
conocen las imperfecciones morales, el carácter y la conducta de quienes perturban, estos lo aprovechan
para inspirar e imponer ideas absurdas con las que tratan de aislar a su
víctima de las posibles personas que les podrían ayudar.
Les insuflan el orgullo de creer que cumplen misiones especiales, disfrazándose con una humildad y pasividad
falsas, que les dan una apariencia mística, pero quedan al descubierto en su
falsedad cuando se sienten
desenmascarados por la razón y perspicacia de las personas lúcidas y
conocedoras de tan infelices técnicas, y así se llegan a sentir como
reformadores de alguna religión, o apóstoles encargados de cambiar las
estructuras de la vida con un talante de irresponsabilidad y presunción.
En la Fascinación, el obsesor tiene una acción directa sobre la mente de
la persona sensitiva, que no cree que está siendo manipulada por ninguna
Entidad espiritual extraña, por lo que inconscientemente se deja influir
por ella, . En el grado obsesivo de la fascinación, el obsesor ilusiona el pensamiento de su víctima,
engañándola y paralizando su propia capacidad de razonar, mostrándose a esta con
una máscara de virtudes falsas y aparentes, para evitar ser descubierto,
por ello inspira en ella el alejamiento de
cualquiera que pueda abrirle los ojos y le pueda descubrir, de modo que al
evitar a quien le pueda contradecir, siempre pueda llevar él la razón.
En otro grado todavía más severo está la Subyugación, en la cual el
obsesor controla a su víctima de forma total, hasta el punto de que les
llega a causar serias perturbaciones psíquicas y hasta físicas. En este grado
de intensidad se paraliza totalmente la
voluntad de la víctima que queda bajo la dependencia del obsesor por debilidad
o por deseo, y este le empuja a obrar a pesar suyo. Este grado es el conocido y confundido con la
“Posesión”, o “Posesión diabólica”. Sin embargo es de tener en cuenta, como ya
se señaló anteriormente, que la posesión
no solo puede tener un carácter negativo, sino también positivo cuando
los espíritus
manifestantes
poseen transitoriamente el cuerpo de una mediumnidad de incorporación que
voluntariamente se lo cede para su expresión y manifestación en el plano
físico, mientras que los demás grados de obsesión son siempre de carácter
negativo causados por entidades
negativas sin la aceptación voluntaria del obsesado.
En todos los cuadros obsesivos, a
medida que se agrava el proceso de interferencia, la voluntad del obsesado
pierde los controles personales en razón directa a como el espíritu obsesor
ejerce su poder.
En cada caso de alineación obsesiva, encontramos razones características
y específicas del proceso. En razón de
esto, a pesar de ser origen de su
agravamiento las faltas morales del enfermo, la Entidad desencarnada encuentra
móviles negativos que le predisponen a la acción, y que varían de acuerdo a
cada persona.
Aún suele ser más grave cuando el
obsesor es un espíritu lúcido,
técnica e intelectualmente, que se
adueña de los centros cerebrales con imposición de un plan bien deliberado para
los fines que persigue, manipulando con habilidad los centros mentales y y los comandos físicos del alienado.
El tratamiento es genéricamente
el mismo en todos los casos: comprensión y aceptación de lo que le sucede,
mucha oración y buenas acciones que le coloquen
en otra franja vibratoria espiritual inaccesible a la maldad del
obsesor. Los resultados varían en cada
paciente, pues en cada persona, la Ley de Causa y Efecto, y los esfuerzos
para curarse de la trama en que se
encuentran, son diferentes unos de otros.
- Jose Luis Martín-
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