lunes, 19 de abril de 2021

La idea de los seres intermediarios entre el hombre y Dios

    INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- La idea de los seres intermediarios entre el hombre y Dios

2.- ¿En la "posesión", el Espíritu invasor, está dentro del poseído?

3.- El dolor es la llamada para cultivar el amor

4.-Liberando los afectos

5.- Médiums videntes




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   LA IDEA DE LOS SERES INTERMEDIARIOS ENTRE EL HOMBRE Y DIOS


      La idea de la existencia de seres intermediarios entre el hombre y Dios, no es nueva, como todos sabemos; pero generalmente se creía que estos seres formaban creaciones excepcionales; las religiones los han designado con el nombre de ángeles y de demonios, y los paganos los llamaban dioses. El Espiritismo, viniendo a probar que esos seres no son más que las almas de los hombres que han alcanzado diferentes grados en la escala espiritual, conduce la la unidad grandiosa que es la esencia de las leyes divinas. En vez de una multitud de creaciones estacionarias que revelarían en la Divinidad el capricho o la parcialidad, no hay más que una, esencialmente progresiva, sin privilegio para criatura alguna, elevándose cada individualidad desde el estado de embrión, al de su completo desarrollo; el germen de la semilla llega al estado de árbol. El Espiritismo pues, nos enseña la unidad, la armonía y la justicia de la Creación. Para él, los demonios son las almas atrasadas, manchadas aún con los vicios de la Humanidad; los ángeles son esas mismas almas purificadas y desmaterializadas, y, entre esos dos puntos extremos, la multitud de almas que han llegado a diferentes grados de la escala progresiva; por este medio, establece la solidaridad entre el mundo espiritual y el corporal.

   En cuanto al problema propuesto, ¡ cual es en los fenómenos espiritistas o sonambúlicos, el límite donde cesa la acción propia del alma humana, y en donde empieza la de los Espíritus!. Diremos que tal límite no existe, o mejor dicho, que no tiene nada de absoluto. Desde el momento en que no son especies distintas, que el alma no es otra cosa que el Espíritu encarnado y que el Espíritu es un alma libre de los lazos terrestres, y que es el mismo Ser en centros distintos, las facultades y aptitudes deben ser las mismas. El sonambulismo es un estado transitorio entre la encarnación y la desencarnación; una emancipación parcial; un pie puesto de antemano en el mundo espiritual. El alma encarnada, o si se quiere, el propio Espíritu del sonámbulo o del médium, puede hacer, pues, poco más o menos, lo que hará el alma desencarnada, y hasta mucho más, si es más adelantada; con la diferencia siempre de que por su completa emancipación, sea el alma más  libre, tiene percepciones especiales, inherentes a su estado.

   La diferencia que hay, entre lo que en un efecto, es producto directo del alma del médium, y lo que procede de un origen extraño, es muy difícil de definir, porque con frecuencia ambas acciones se confunden y corroboran. Así es, que en las curaciones verificadas por imposición de manos, el Espíritu del médium puede obrar por sí solo o con asistencia de otro Espíritu; la inspiración poética o artística, puede tener, también, un doble origen. Pero que tal distinción sea difícil de determinar, no se desprende por eso que sea imposible. La dualidad es, con frecuencia, evidente, y en todo caso, resulta casi siempre de una atenta observación.

-Allan Kardec- (De la Revista Espírita)

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¿En  la “Posesión”, el Espíritu invasor está        dentro  del  poseído?

                                   


 Los términos “dentro” ó “fuera” se refieren a lo físico, pero en este caso, se trata de Espíritus, y ellos no están dentro ni fuera porque no ocupan un espacio físico. Lo que sí  hay es una influencia o dominio  mental de unos sobre otros.  Si la influencia llega a ser total, el obsesor puede llegar a desplazar  temporalmente de su organismo físico a su víctima, expresándose y manifestándose  total, pero transitoriamente  a través de los órganos de la misma como si fueran de su propio cuerpo. En este caso el espíritu del obsesado o poseído, no es que se vaya mientras tanto  a ninguna parte, sino que permanece cerca de su cuerpo físico,  más o menos desplazado  pero siempre  unido a él, permaneciendo mientras tanto en un estado de anonadamiento.

 Debemos tener  en cuenta  que a cada Espíritu corresponde un solo cuerpo físico cuando está afrontando una etapa en este mundo físico, como ser humano, y dicho cuerpo  solo es abandonado completamente tras la muerte; por lo tanto ningún Espíritu obsesor puede echar a otro Espíritu fuera de su cuerpo para “entrar” y quedarse “dentro” del mismo, como el que expulsa fuera de un vehículo a su conductor para entrar  y conducirlo momentáneamente él solo;  pero validando el símil, sí que puede desplazarlo  a otro asiento y  seguir conduciendo él. Siguiendo el mismo símil, la Obsesión en sus diversos grados viene a ser comparable con el que atraca a un conductor dentro de su coche y le obliga a maniobrar y a conducir según su propio deseo, y la posesión es como el que además coge los mandos del coche para conducir él mismo, mientras que el conductor  ocupa el asiento trasero, pero en ningún caso pueden echar fuera al conductor, porque el vehículo se pararía de inmediato y  dejaría de funcionar definitivamente.

- Jose Luis Martín-

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EL DOLOR ES LA LLAMADA     PARA  CULTIVAR EL AMOR



"El dolor es el aguijón que te empuja hacia adelante, en el camino del progreso " 

 Entendemos que el dolor es la medicina que pedimos en la frontera de la experiencia terrestre. ¡Sí! Espíritus enfermos y endeudados que somos, imploramos, ante la cuna, los dolores y pruebas capaces de brindarnos el gozo de la curación y la bendición del rescate. Por tanto, las dificultades son beneficiosas para el corazón. Aceptémoslos en el camino, con el equilibrio de resignación que todo lo abarca para ayudar y depurar todo, en la marcha de nuestro vía crucis.

El dolor, ya sea físico o espiritual, lo sufre la persona que lo causa y que nunca llama a la puerta equivocada. No hay razón, bajo ninguna circunstancia, para culpar a otros de nuestros dolores, ya que son el resultado de actitudes, procedimientos, acciones tomadas contra las leyes divinas. Para aliviarlo, es necesario asumir la responsabilidad del cambio de comportamiento, que siempre puede liberarnos del dolor, cuando se hace bien de acuerdo con los estándares éticos / morales cristianos.

“ Las pruebas de la vida adelantan a quienes las padecen, cuando las soportan bien; borran las faltas y purifican el espíritu malo ”. 

 Cuando llega el dolor, nadie permanece indiferente, independientemente de sus causas. A veces llega por enfermedad física, socavando una salud que antes era inquebrantable. Por otro lado, es el dolor de la separación del amado lo que desencarna.

De todos modos, no importa de qué manera nos visite el dolor, siempre es una presencia contundente, cambiando los paisajes emocionales. Siempre trae consigo su carácter pedagógico, en una invitación a cultivar las virtudes que aún no estamos preparados para utilizar. 

Las duras pruebas son casi siempre un indicio del fin del sufrimiento y del perfeccionamiento del Espíritu, cuando se aceptan con el pensamiento de Dios " .

Hay tres categorías de dolor: dolor-evolución, dolor-expiación y dolor-ayuda. La evolución del dolor trabaja de afuera hacia adentro, mejorando el ser, y sin ella no habría progreso. La expiación del dolor viene de adentro hacia afuera, marcando a la criatura a lo largo de los siglos, deteniéndola en complicados laberintos de angustia, para regenerarla, ante la Justicia. En cuanto a la ayuda para el dolor, a través de la intercesión de amigos dedicados a nuestra felicidad y nuestra victoria, recibimos la bendición de enfermedades prolongadas y dolorosas en el sobre físico, ya sea para evitar que caigamos en el abismo del crimen, o, más a menudo , al servicio preparatorio de la desencarnación, para no quedar atrapados en sorpresas devastadoras en el tránsito de la muerte. 

El infarto, la trombosis, la hemiplejía, el cáncer sufrido dolorosamente, la senilidad prematura y otras calamidades de la vida orgánica son, en ocasiones, auxiliares del dolor, para que el alma pueda recuperarse de ciertos errores que han ocurrido en la existencia del cuerpo denso, calificando, a través de largas reflexiones y disciplinas benéficas, para el respetable ingreso a la Vida Espiritual. 

La oración habitual, la conducta rectificadora, la intuición mental y el bien que puede ser patrocinado por otros, retratan las actitudes inteligentes de quienes aspiran al buen uso del dolor en el proceso evolutivo.

 Jorge Hessen

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              LIBERTANDO LOS AFECTOS

                                                                


 Al final del invierno, cierto día, cuando las flores de la primavera comenzaban su sublime trabajo de recubrir los campos resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico,

La despedida fue dolorosa. Las manos calientes de los que quedaron, deseaban retener aquel cuerpo inerte, sin vida, sin movimiento.

Inconformes preguntaban: ¿por qué precisamente él, que era tan gentil y cariñoso con todos?

¿Por qué precisamente él, que sabía hablar y callar, consolar y distribuir entusiasmo, tuvo que volver?

¿Por qué él, que era un buen hijo, buen hermano, buen esposo y buen padre?

¿Por qué se lo llevó Dios? 

¿Por qué no se llevó a los criminales, a los corruptos inveterados,  a los infieles?, en fin, ¿ por que  no se llevó a los hombres que degradan la sociedad?.

La respuesta para todos esos cuestionamientos es muy simple.

Consideramos que la vida en la Tierra  es una oportunidad de crecimiento  para el espíritu inmortal.

La existencia  en el cuerpo físico, es una experiencia necesaria para que el espíritu  progrese en la conquista de su felicidad.

Sería, por así decir, un tipo de prisión, donde se pueden  quitar sus deudas para con las leyes divinas y conquistar nuevas virtudes.

Siendo así, quien tiene pocos débitos se libera antes. Quien tiene menos compromisos, se libera de ellos en menor tiempo.

¿De esa forma, por qué queremos que nuestro ser querido permanezca en la cárcel  si ya recibió  el edicto  de su liberación?

No sería justo, ni desde el punto de vista ético, ni desde el  racional.

No queremos decir con esto, que todos los que se liberan antes son menos deudores, pues esa no es la realidad.

Como sabemos, muchos parten antes de tiempo por imprevisión o por los abusos de todo orden.

Lo que nos gustaría enfatizar es que aquellos que parten naturalmente, por los medios establecidos  por la divinidad, sin la intervención egoísta del hombre, pueden estar recibiendo su carta de emancipación, y por esa razón alzan el vuelo antes que nosotros.

Morir, para el justo,  es liberarse. Es matar el pesar  de los afectos que lo antecedieron en el viaje de vuelta. Es recibir las glorias de la victoria por haber vencido más de una etapa en el mundo físico.

Y morir para el injusto, es enfrentarse con el tribunal de la propia conciencia, que lo acusan  de no haber sido lo bastante tenaz para vencerse a si mismo, y por no haber logrado conquistar más virtudes.

Es por esa razón que no debemos lamentar la muerte de los justos, sino la de aquellos que desperdician la existencia buscando el gozo exclusivo del cuerpo, sin pensar en el espíritu, que es el único que sobrevive más allá de la aduana del túmulo.

Autor desconocido

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta


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 MÉDIUMS VIDENTES


Los médiums videntes están dotados de la facultad de ver a los Espíritus. 

Los hay que gozan de esta facultad en estado normal, estando enteramente despiertos y conservando un recuerdo exacto; otros no lo tienen sino en un estado de sonambulismo, o próximo a él. Esta facultad rara vez es permanente; casi siempre es efecto de una crisis momentánea y pasajera. Se pueden colocar en la categoría de los médiums videntes todas las personas dotadas de la doble vista. La posibilidad de ver los Espíritus en el sueño resulta, sin contradicción, de una especie de mediumnidad, pero no constituye, propiamente hablando, los médiums videntes.

Hemos explicado este fenómeno en el capítulo VI, de las “Manifestaciones visuales”.

El médium vidente cree ver por los ojos como los que tienen la doble vista; pero en realidad es el alma que ve, y esta es la razón por la cual ven tanto con los ojos cerrados como con los ojos abiertos; de donde se sigue que un ciego puede ver a los Espíritus como el que tiene la vista intacta. Se podría hacer sobre este último punto un estudio interesante: el de saber si esta facultad es más frecuente entre los ciegos. Espíritus que fueron ciegos nos han dicho que en vida tenían por el alma la percepción de ciertos objetos y que no estaban sumergidos en la negra oscuridad.

168. Es preciso distinguir las apariciones accidentales y espontáneas de la facultad propiamente dicha de ver a los Espíritus.

Las primeras son frecuentes sobre todo en el momento de la muerte de las personas que se han amado o conocido, y que vienen a advertir que no pertenecen ya a este mundo. Hay numerosos ejemplos de hechos de este género, sin hablar de las visiones durante el sueño. Otras veces son igualmente de parientes o amigos, que aunque muertos de más o menos tiempo, aparecen ya sea para indicar un peligro, ya sea para dar un consejo o pedir un servicio. El servicio que pueda reclamar un Espíritu consiste, generalmente, en el cumplimiento de una cosa que no ha podido hacer en vida, o en el socorro de las oraciones. 

Estas apariciones son hechos aislados que tienen siempre un carácter individual personal, y no constituyen una facultad propiamente dicha. La facultad consiste en la posibilidad, si no permanente, al menos muy frecuente, de ver cualquier Espíritu que se presenta por extraño que nos sea. Esta es la facultad que constituye propiamente hablando los médiums videntes.

Entre los médiums videntes los hay que sólo ven a los Espíritus que se evocan y de los cuales pueden hacer la descripción con una minuciosa exactitud; describen con los menores detalles sus gestos, la expresión de su fisonomía, las facciones, el traje y hasta los sentimientos de que parecen animados. Hay otros en los cuales esta facultad es más general; ven toda la población espiritista ambiente ir, venir y hasta podría decirse cumplir sus misiones.


EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.


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