INQUIETUDES ESPÍRITAS
1 .- La Fraternidad
2.- Teoría de la Presciencia: Conocimiento del futuro
3.- Fluído Vital y Doble Etérico.
4.- En busca de las verdades espirituales
5.- Obsesión sonorizada
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LA FRATERNIDAD
La comunicación social, para ser espírita, necesita practicar la ética de la fraternidad. Pero ... ¿qué es la fraternidad? Dispensando fundamentos académicos, definimos luego de salida que la fraternidad es la relación pacífica con la diferencia de los demás. Se verifica la fraternidad por la práctica de cuatro actitudes éticas indispensables, a saber:
1 - La no indiferencia hacia el otro: El otro jamás es anulado o cae en el vacío de la indiferencia social. Al contrario, su presencia constituye acontecimiento relevante, ante el cual el yo se pone de pie, listo para la relación solidaria;
2 - La aceptación de la diferencia del otro: El otro es reconocido como tal, y no sometido a los conceptos apriorísticamente construidos por el yo. El elemento definitorio de la alteridad es, justamente, la extrañeza, el desconocimiento y la infinidad del otro. Tal extrañeza, en un contexto de solidaridad, podrá siempre ser manifiesta, sin implicar en guerra entre los sujetos en interacción;
3 - El aprender con la diferencia del otro: consciente de que nadie sale ileso de una interacción solidaria, el yo se distingue por la disponibilidad para el aprendizaje con el otro, en la medida en que identifica en el reconocimiento de la diferencia, como lugar de lo desconocido, espacio del aprendizaje posible y, por lo tanto, del cambio. Este procedimiento es el inverso de la búsqueda por la conversión del otro, que puede ser traducida como la anulación o la reducción del otro al espacio predeterminado del yo;
4 - El amor al otro en la diferencia de él: El yo se hace siempre disponible a entregarse, ejerciendo autónomamente una heteronomía empática que, sin embargo, no lo hace esclavo del otro ni elimina la identidad que le asegura esa autonomía. La empatía significa uno dejarse llevar por ejercicio de la propia voluntad, en relación al otro ya sus necesidades y carencias. Se observa que la solidaridad, como comunicación plena, se inicia no en el yo, sino en el otro. Esto no implica, sin embargo, una heteronomía, en el sentido de pérdida de la identidad del yo, ante el imperio abrumador de la diferencia ajena. De alguna forma. El gesto solidario es sobre todo un acto de autonomía, pero se trata de una autonomía típica, que se hace responsable del otro, que escoge el respeto infinito por la diferencia que lo hace otro y se interesa sobre todo por la interacción que le proporcione felicidad y paz . El gesto solidario es el acto de amor, cuya capacidad altruista modifica las relaciones sociales para fundar la convivencia no violenta y pacífica.
Aplicados al Espiritismo, estos conceptos tienen interesantes repercusiones. Específicamente en la práctica espírita, la no indiferencia se establece en la búsqueda del otro, para entretecer con él la relación solidaria, antes que el otro nos busque. La aceptación de la diferencia implica, sin embargo, un cambio de actitudes, porque aún vivimos una fase cultural en el movimiento espírita de gran preocupación por el mantenimiento y la salvaguardia de la propia identidad cultural, lo que puede significar el desarrollo de formas diversas de prejuicio, discriminación y marcación negativa de diferencias, especialmente relacionadas a otras prácticas religiosas y opiniones filosóficas.
La desistencia de la guerra y de la disputa de sentidos es una de las más necesarias condiciones de existencia de la fraternidad para el mundo contemporáneo. Los espíritas no parecen tan fuera de esa necesidad. El sujeto fraterno y solidario jamás ve la diferencia como condición de inferioridad en el otro. Por tal razón, nunca se establece en una relación de subalternidad, aunque disfrazada en el rótulo de "necesitado" o "asistido". El otro, a condición de ser diferente que se hace cercano (la fraternidad, dentro de una terminología específicamente cristiana, es exactamente la acción que promueve la cercanía, garantizando la diferencia del otro), ante nosotros es siempre alguien cuya diferencia enseña para la nuestra ignorancia o nos ofrece la novedad capaz de transformarnos.
Una postura autoritaria percibe la diferencia del otro como error a ser alterado por la intervención del yo; una postura fraterna ve en la alteridad el momento del aprendizaje y renovación de sí misma. Y el amor, por fin, genera, en la estructura espírita de pensamiento, el fundamento del gesto de caridad, en cuanto oferta sin espera de reciprocidad. Es esta ausencia de pretensiones capaz de garantizar el amor como algo diferente de una relación comercial, de intercambio, el sentimiento capaz de promover y estimular la solidaridad hacia los demás, en la red de las relaciones sociales. Si leemos los Evangelios y la literatura básica del Espiritismo, veremos con facilidad que la ética de la fraternidad así definida está completamente configurada en nuestros textos fundamentales. Nos queda practicarla, fundando en el mundo la sociedad de los discípulos de Jesús, los cuales, según Él mismo, serían reconocidos por el mucho que se amar. .
- Fabiano Máximo de Cristo-
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Teoría de la presciencia: Conocimiento del futuro
1. ¿Cómo es posible el conocimiento del futuro? Es lógico que se prevean los acontecimientos que habrán de ser consecuencia del estado presente, pero no los que no tienen con éste relación alguna, y menos aún los que se atribuyen al acaso.^ Se suele decir que las cosas futuras no existen, que todavía se encuentran en la nada. ¿Cómo, entonces, es posible saber que sucederán? Con todo, son muy numerosos los casos de predicciones que se cumplen, lo que nos lleva a la conclusión de que ahí se da un fenómeno para cuya explicación falta la clave, visto que no hay efecto sin causa.
Esa causa es la que intentaremos descubrir, y el espiritismo, que es de por sí la clave de tantos misterios, nos la proveerá, mostrándonos también que el fenómeno de las predicciones no es incompatible con las leyes naturales.
Tomemos, a modo de comparación, un ejemplo de las cosas usuales, que nos ayudará a comprender el principio que nos proponemos dilucidar.
2. Supongamos que un hombre ubicado en lo alto de una montaña contemple la vasta extensión de planicie que se extiende delante de él. En esa situación, la distancia de una legua le resultará poca cosa, y fácilmente podrá captar, con una sola mirada, todos los accidentes del terreno, desde el comienzo hasta el final del camino.
Por su parte, un viajero que recorra ese camino por primera vez, sabrá que si avanza llegará a destino, lo que constituye una simple previsión de la consecuencia que habrá de tener su marcha; pero los accidentes del terreno, las subidas y bajadas, los ríos que deberá cruzar, los bosques que atravesará, los precipicios en que podría caer, los ladrones que lo acecharán para robarle, las casas hospitalarias donde podrá descansar, todo eso es independiente de su persona y constituye para él lo desconocido, el futuro, porque su vista no va más allá de la pequeña zona que lo rodea. En cuanto a la duración, la mide por el tiempo que emplea en recorrer el camino. Si se suprimieran los puntos de referencia, la duración desaparecería. En cambio, para el hombre que está en la cima de la montaña y que sigue al viajero con la mirada, todo aquello está presente. Supongamos que ese hombre vaya al encuentro del viajero y le diga: “En determinado momento encontrarás ladrones, serás atacado, pero recibirás auxilio”. Estará prediciendo el futuro, pero el futuro del viajero, puesto que para él, que es el autor de la previsión, ese futuro es el presente.
3. Ahora, si saliéramos del ámbito de las cosas puramente materiales y nos introdujéramos con el pensamiento en el dominio de la vida espiritual, veríamos que ese fenómeno se produce en mayor escala. Los Espíritus desmaterializados son como el hombre de la montaña: el espacio y la duración no existen para ellos. Pero la extensión y la penetración de su vista son proporcionales a la pureza y a la elevación que han alcanzado en la jerarquía espiritual. Ellos son, en relación con los Espíritus inferiores, como hombres provistos de poderosos telescopios al lado de otros que apenas disponen de los ojos. En los Espíritus inferiores la visión está circunscripta, no sólo porque ellos difícilmente pueden alejarse del mundo en el que están cautivos, sino también porque la densidad de sus periespíritus actúa como un velo en relación con las cosas distantes, del mismo modo que la niebla las oculta para los ojos del cuerpo.
Se comprende, por lo tanto, que de conformidad con el grado de perfección, un Espíritu pueda abarcar un período de algunos años, de algunos siglos e incluso de muchos miles de años. En efecto, ¿qué es un siglo en relación con el infinito? Los acontecimientos no se desarrollan en sucesión delante de él, como las irregularidades del camino delante del viajero: él ve simultáneamente el comienzo y el fin del período. Todos los sucesos que en ese lapso constituyen el porvenir para el hombre de la Tierra, son el presente para él, de modo que podría venir a decirnos con certeza: “determinada cosa ocurrirá en tal momento”, porque él ve esa cosa como el hombre desde la montaña ve lo que le espera al viajero en el transcurso de su viaje. Si así no lo hace, se debe a que el conocimiento del futuro podría resultar perjudicial para el hombre; obstaculizaría su libre albedrío; lo paralizaría en el trabajo que le corresponde cumplir a favor de su progreso. El bien y el mal con que el hombre se enfrentará en el futuro, al mantenerse como una incógnita, constituyen una prueba para él.
Si esa facultad, aunque restringida, puede incluirse entre los atributos de la criatura humana, ¿con qué grado de potencialidad no existirá en el Creador, que abarca el infinito? Para Dios, el tiempo no existe: el comienzo y el fin de los mundos constituyen el presente. Dentro de ese inmenso panorama, ¿ qué representa la duración de la vida de un hombre, de una generación, de un pueblo?
4. No obstante, como el hombre debe cooperar al progreso general, pues ciertos acontecimientos tienen que ser el resultado de su colaboración, es conveniente que en casos especiales presienta esos acontecimientos, a fin de que haga sus planes y esté listo para actuar cuando llegue el momento propicio. Por eso Dios permite, en ocasiones, que se levante una punta del velo; pero siempre con un fin útil, nunca para satisfacer una curiosidad vana. Esa misión no puede ser confiada a todos los Espíritus, dado que muchos no conocen acerca del futuro más que los hombres, sino a Espíritus suficientemente adelantados para cumplirla. Ahora bien, es oportuno observar que las revelaciones de ese orden siempre se hacen espontáneamente y nunca, o al menos muy raramente, en respuesta a una pregunta directa.
LA GÉNESIS -Capitulo XVI 384 ALLAN KARDEC
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FLUÍDO VITAL Y DOBLE ETÉRICO
Por Ricardo Di Bernardi
El fluido vital, forma una estructura especial en nosotros, forma un "ente" que constituye el llamado cuerpo vital, también conocido, como cuerpo etérico.
Sus sinónimos son doble etérico, cuerpo etérico, cuerpo vital (kardec), cuerpo pránico, vehículo del prana, cuerpo bioplásmico, cuerpo biocósmico, cuerpo energético y otros.
El cuerpo etérico no es lo mismo que periespíritu o cuerpo astral o psicosoma. El cuerpo vital, es lo que liga el cuerpo físico al periespíritu. Es una estructura o "cuerpo" intermediario entre el cuerpo material y el periespíritu. Es lo mismo que la bioenergía, lo que es movilizado en las terapias energéticas.
Como definición, el "duplo etérico" es un involucro energético, vibratorio, luminoso, vaporoso y provisorio que coexiste estructuralmente, con el cuerpo físico y lo circunda.
Está ligado a la donación o exteriorización de energías, pues en el duplo etérico, es donde se sitúan los chacras, o centros de fuerzas.
La composición de este llamado cuerpo, está constituida por fluido vital, que se origina en el fluido cósmico universal y es absorbido por las moléculas orgánicas y confiere el atributo de la vida.
Los limites plásticos del cuerpo humano, son ultrapasados en cerca de un centímetro por el cuerpo etérico. Su consistencia o textura típica es igual a la de los elementos fluídicos, más densa en los individuos primitivos y más sutil y delicada en los seres humanos, espiritualmente más evolucionados.
La forma del cuerpo etérico es "humanoide", con gran elasticidad. Es una masa de fluido vital que toma la forma del cuerpo, pero sólo mientras ocupa este espacio.
Cuando desencarnamos, casi toda esta masa de fluidos vuelve hacia el fluido cósmico. Su color es blanco en los espíritus encarnados más sutiles, más opaca en los menos evolucionados.
El cuerpo etérico posee regiones de fuerza que captan energía cósmica y la distribuyen hacia el cuerpo físico, mediante una reducción vibratoria. También la distribuyen al periespíritu mediante la aceleración vibratoria.
Los centros de fuerza están interconectados con los "nadis", o canales que permiten circular las energías.
Hay alguna importancia práctica en saber que existen los nadis, pues el pase energético sobre el centro coronario, llega al punto del cuerpo donde la energía es necesitada.
Sabiendo esto, no hay necesidad de que el pase sea directamente sobre la localidad enferma, o desequilibrada. Basta imponer las manos sobre la cabeza (el centro coronario), para que la energía llegue mediante los nadis, a donde lo requiere el paciente.
Varios autores espirituales de importancia y credibilidad, entre ellos André Luiz, Chico Xavier y Joanna de Angelis vía Divaldo Pereira, han hecho referencia al cuerpo etérico.
Aparte de la función básica del cuerpo etérico, como vehículo, reserva y distribución de nuestra energía vital, éste también produce el ectoplasma, por lo que es parte de la mediumnidad de efectos físicos y de la materialización de los Espíritus.
Otras de sus funciones son la exteriorización de energías en los procesos de irradiación, pases magnéticos, etc. a pacientes; la programación del tiempo de vida (el duplo etérico trae en sí la programación del tiempo de vida física del individuo, posee un "quantum" de energía vital); y la fijación del cuerpo astral al cuerpo físico.
Una de sus funciones más importantes es la "vitalización" de las formas pensamiento. La mente crea formas de pensamiento, que se mantienen por el fluido vital que donamos.
Este es el alimento de las formas pensamiento, da vida temporal a estas formas.
Las formas-pensamientos (creaciones ideoplásticas) son emanaciones mentales nuestras o de desencarnados que son vivificadas por masas de fluido vital.
Entiéndase que el cuerpo etérico, no tiene lucidez, no se expresa con pensamientos, ni nada similar. No es vehículo de la conciencia ni actúa como vehículo separado, individual, ni está apto para captar información.
El cuerpo etérico se desgasta naturalmente durante la vida física, pero puede ser repuesto periódicamente por medio de tipos especiales de respiración.
Los vicios, las enfermedades y la obsesión espiritual o "vampirización" energética por espíritus desequilibrados pueden llevar a desgastes más rápidos de la bioenergía.
En muchos casos, el suicidio es una indicación de un desgaste súbito. La desarmonía del fluido vital, provoca en nosotros dolencias.
Si el espíritu habitualmente piensa mal, esto se refleja en la frecuencia de la energía vital.
FIN
Adaptación: Oswaldo E. Porras D.
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EN BUSCA DE LAS VERDADES
ESPIRITUALES
Todas las grandes religiones contienen cierta verdad espiritual. Muchas de estas verdades las ha distorsionado o malentendido la humanidad imperfecta, y en ocasiones, el hombre ha creado y añadido sus propias ideas erróneas y las ha postulado como leyes universales de Dios.
El Creador, de vez en cuando y a través de las eras, ha enviado siempre a sus profetas para que traigan al planeta el verdadero conocimiento de sus leyes de una manera apropiada a sus costumbres, sus tiempos, y de conformidad con su nivel moral, espiritual e intelectual. Lo sigue haciendo. En estos tiempos modernos, su mensaje no está incorporado en una persona, sino en la miríada de voces de los espíritus que se escuchan ahora, a través de la mediumnidad, desde todas partes del mundo.
La mayoría de las grandes religiones de la actualidad han grabado en piedra, por así decirlo, los preceptos básicos de su fe. Las ideas y creencias de estas religiones se establecieron antes de la era científica, sin el beneficio del método científico de la evaluación y la investigación, y en un momento en que las falsas nociones y la trepidación guiaban a la humanidad en su ignorancia. Por ende, han establecido prematuramente la relación de la humanidad con su creador y su comprensión del propósito de la vida en sus doctrinas, razón por la cual haya tantos errores. No obstante, vemos que todas las grandes religiones valoran el correcto proceder; aceptan la existencia de un alma inmortal y la existencia de un Creador Supremo; creen en cierto tipo de vida después de la vida, allende el mundo material, y vislumbran cierta clase de juicio con respecto a nuestro comportamiento.
Aparte de estos principios básicos, la humanidad ha agregado sus particularidades, dependiendo de su entendimiento de las verdades espirituales a ellos reveladas en ese determinado momento y lugar en la historia.
Otro concepto, la llamada “regla de oro”, se encuentra en todas las grandes religiones, porque es la piedra angular de la ley universal del amor. Dios ha querido que este mensaje de suprema importancia llegue a todas sus criaturas. No obstante, el principal error de muchas religiones tradicionales, a causa de las limitaciones intelectuales y morales del hombre, radica en haber fabricado conceptos que excluyen al prójimo, en conocer y llegar a Dios. Resulta que su sentido de justicia es demasiado mezquino y moralmente inmaduro como para abarcar a toda la raza humana. Así, pone coto a la capacidad que tiene la humanidad, a través del libre albedrío, de progresar espiritual y moralmente hacia su redención. Esto no se adhiere a las leyes del Creador de justicia y misericordia infinita. Muchos no comprenden la magnanimidad de Dios en este aspecto; su infinito amor y su compasión ilimitada. Sin embargo, esto es de esperarse, ya que todos nos encontramos en distintos niveles intelectuales, espirituales y morales de entendimiento. No todos están dispuestos a aceptar y comprender las leyes del Creador de inclusión total y del tiempo ilimitado que se le ha dado a la humanidad para perseguir su propia redención a través de la evolución del alma. La humanidad, con su carencia de visión espiritual, ha restringido la infinita capacidad de Dios de perdón y compasión, al disponer solo una vida material en las actuales creencias cristiana, musulmana y judía. En estas creencias, planteado de manera simplista, los buenos creyentes van al cielo, mientras que los malos y aquellos que no profesan esa fe en particular, van al infierno. Tal concepto excluye de la “salvación” al grueso de la población del planeta, que no se adhiere a la justicia suprema de Dios. No obstante, estas religiones llegarán a comprender que su concepto temprano de “resurrección” representa esencialmente la idea de la reencarnación.
Así, aprenderán que el “día del juicio final” ocurre de manera continua y automática mediante la ley de causa y efecto. Aquellas religiones, principalmente las del Oriente, tales como el hinduismo y el budismo, entre otras, aceptan los conceptos importantes de la reencarnación y la ley del karma. Sin embargo, entre sus acólitos, hay muchos que creen erróneamente que la liberación del sufrimiento se logra únicamente con la meditación, el ascetismo y la exclusión de los deberes mundanos, o mediante la autoflagelación, en su búsqueda del nirvana.
Las leyes de Dios deben estar separadas de los prejuicios de la humanidad. La herramienta para lograrlo es el uso de la razón en la investigación científica. Las leyes del universo no son sobrenaturales, sino naturales; no tiene cabida la superstición. Asimismo, el hombre debe aprender a reducir su prejuicio, que le impide aceptar las verdades espirituales cuando las encuentra.
La humanidad ha alcanzado cierto nivel de madurez espiritual y moral. También ha avanzado en la capacidad intelectual al emplear el método científico. Con lo uno y lo otro, la ciencia respaldará la apropiada creencia religiosa. Luego, la humanidad habrá alcanzado un hito en su evolución donde la fe religiosa se fundamente en hechos científicos razonados y comprobados; y la fe será más fuerte por ello. La investigación más enfocada e imparcial de la interacción entre los mundos material y espiritual, brinda una base suprema desde la cual continuar el estudio y el descubrimiento de la humanidad acerca de las leyes espirituales que rigen nuestras vidas, aquí y en el mundo espiritual.
¡Apenas ha comenzado la labor de la humanidad en la búsqueda de comprender los misterios del universo, de Dios y de la religión cósmica de la verdad universal!
Yvonne Crespo Limoges – Estados Unidos Traducción: Conchita Delgado - CIMA – Caracas Publicado en 2018 en la Rev. Evolución
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Obsesión Sonorizada
Parece ser que
esta es una variedad de obsesión en cuanto a su forma de manifestarse, particularmente frecuente entre las personas que tienen una facultad
mediúmnica desarrollada. Y esto es así no solamente por constituir la
mediumnidad una ventana natural que
facilita la relación con el otro lado de la vida, sino por el fastidio que a los obsesores les causa el que
otros seres espirituales puedan acceder
a esta ventana que les comunica con este
mundo y con su influencia obsesiva tratan de anular a la persona que tiene la
facultad de servir de canal mediador entre ambos planos de la vida. Se podría
decir que los obsesores, más que ir contra personas con facultad mediúmnica, parece ser que van en
realidad contra la misma mediumnidad.
Tampoco
esta situación se debe confundir con la esquizofrenia, enfermedad mental que presenta unos síntomas parecidos en cuanto a lo de oír
voces, solo que en este caso son inconexas y carentes de sentido, presentando el
enfermo un estado acentuado de confusión entre la realidad que le rodea y lo
que no lo es. Así, si cuando en primera instancia el sujeto es tratado por un
psiquiatra que lo medica convenientemente con arreglo a la enfermedad
esquizofrénica, y tras un tiempo no mejora nada o incluso empeora, es entonces
cuando se debe pasar a considerar que el problema pueda tener un origen espiritual y requerir otra clase de tratamiento.
- Jose Luis Martín-
“Están llevando a cabo una solapada invasión de nuestras mentes, inculcándonos todo tipo de ideas extrañas, con el fin de convertirnos en sus marionetas humanas, y en algunas cosas lo están consiguiendo”.-
-Juan Luis Sánchez –
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