INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Miedos y tristezas
2.- ¿ Dos almas ?
3.- Las necesidades de las sesiones espíritas
4.- En búsqueda de las verdades espirituales universales
5.- ¿ Como se diferencia un recuerdo real de una vida pasada, de otro que no lo sea?
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¿DOS ALMAS ?
Si se consideran todos los puntos de contacto existentes entre el hombre y los irracionales, ¿no cabría pensar que el ser humano posea dos almas, a saber: el alma animal y el alma espírita, y que si no tuviera esta última podría vivir igual que las bestias? Dicho de otro modo: ¿no se puede pensar que el animal es un ser semejante al hombre, excepto que no posee el alma espírita? De lo cual ¿no resultaría que los instintos buenos y malos del hombre serían el efecto del predominio, en él, de una de esas dos almas…?
- No, no tiene el hombre dos almas. Pero el cuerpo posee sus instintos, que son el resultado de las sensaciones de los órganos. Sólo hay en él una doble naturaleza: la naturaleza animal y la espiritual. Por su cuerpo, participa de la naturaleza de los animales y de los instintos que a éstos caracterizan. Por su alma, participa de la naturaleza de los Espíritus.
EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS.
ALLAN KARDEC
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LAS NECESIDADES DE LAS SESIONES ESPIRITAS
Conocimiento, armonía y seriedad en la tarea, son esenciales
La realización de las sesiones mediúmnicas en los centros o grupos espiritas, es una necesidad doctrinaria. Las sesiones no son hechas con la finalidad pura y simple de "oír espíritus", como piensan las personas poco informadas sobre la doctrina. La primera finalidad de las sesiones, es que se destinan al socorro espiritual de criaturas necesitadas, tanto encarnadas cuanto desencarnadas.
¿Por que la realizan varias religiones, en sus ceremonias y en sus sacramentos?
El Espiritismo no tiene ceremonias, ni fórmulas sacramentales, pero posee también su manera de relación con el invisible. Esa manera es la sesión mediúmnica.
Hay personas, también entre los espiritas, que censuran las sesiones mediúmnicas de incorporación, realizadas semanalmente en los centros.
Creen que las comunicaciones son pocas, y las mistificaciones son muchas en esos trabajos. Otras entienden que, en general, en los medios incultos, en los centros y grupos de criaturas simples, no hay comunicaciones de espíritus, más simples manifestaciones de histerismo y otras formas de morbidez psíquica o nerviosa.
La experiencia nos ha demostrado, sin embargo, que mismo en los medios más incultos, donde impera la credulidad ingenua, se ha verificado hechos notables de identificación espírita y de socorro eficiente a los necesitados.
Las imperfecciones en el trabajo mediúmnico no es privilegio de los medios incultos. Hay grupos de personas ilustradas que se entregan a formas inadecuadas de trabajos prácticos, por falta de conocimiento de las obras básicas del Espiritismo.
Dirigentes vanidosos, que confían más en sus propias ideas, o en la orientación de guías que les ensoberbecen la vanidad a través de constantes elogios, cometen mas disparates que dirigentes ingenuos y analfabetos.
Tanto en los grupos incultos, como en los de personas ilustradas, lo que vale es la intención, apoyada en un verdadero sentimiento de humildad. Los vanidosos incultos o ilustrados perjudican los trabajos mediúmnicos.
Mediumnidad es sensibilidad. Los médiums, son más sensibles, mientras más sujetos están a las influencias de los espíritus y las del ambiente. El director de los trabajos y los frecuentadores también ejercen su parte, y ésta es tanto mayor, cuanto mas recargado se muestre el ambiente, cuanto más cargado esté de las ideas personales de sus componentes.
Hay reuniones en que los espíritus, casi no tiene oportunidad de expresarse, porque las ideas del grupo cierran completamente el ambiente, como un cielo nublado impide el transito normal de los aviones.
Los médiums se tornan, entonces, juguetes de la influencia del medio. Muchas mistificaciones nada más son el resultado de la opresión de esos medios, sobre la sensibilidad de los médiums.
Esas dificultades del trabajo práctico, alimentan la desconfianza de muchas personas en relación a la Mediumnidad.
Pero los obstáculos existen para ser transpuestos. Los espiritas suficientemente concientes de sus responsabilidades doctrinarias no pueden entregarse a las dificultades. Los trabajos mediúmnicos, como decimos antes, son necesarios. No se puede comprender Espiritismo, sin el ejercicio de la mediumnidad.
Porque toda la doctrina, se asienta en los hechos de naturaleza mediúmnica, y porque esos hechos, constituyen la forma natural de manifestación de las inteligencias invisibles, nos sirven de medio de para conocerlas y de tratar con ellas.
El adoctrinamiento de espíritus sufridores o inferiores, no es una ilusión, pero es una realidad ampliamente constatada.
Nos preguntan algunas personas, qué poder poseemos para adoctrinar espíritus. El poder natural que Dios, concede a todos los hombres que saben cultivar la fraternidad y las buenas intenciones. Los espíritus adoctrinados en las sesiones, son criaturas inferiores, entidades sometidas a vicios o perturbadas por ideas preconcebidas, mirando los prejuicios que alimentaran en la vida terrena.
Adoctrinar esos espíritus no es más que aclararlos a respecto de su verdadera situación espiritual y de sus deberes morales. Cosa que, habitualmente, los hombres de buen sentido, viven haciendo en la tierra, con las personas débiles a las que dan consejos y orientación.
No hay, pues, nada de sobrenatural en las sesiones mediúmnicas de adoctrinamiento. Lo que hay es simplemente la práctica de la fraternidad. En su primera epístola a los Corintios, tratando de las manifestaciones espirituales que se verificaban en las reuniones de cristianismo primitivo, el apóstol Paulo enseña como debemos comportarnos en las sesiones mediúmnicas.
Un corazón puro, la mente volcada para el bien, y la firme confianza en el auxilio de los Espíritus Superiores, son las condiciones esenciales para a realización de eficientes trabajos mediúmnicos.
El corazón puro implica humildad. Y la humildad nos libera de los engaños y de las mistificaciones, que siempre nos acechan a través de la vanidad.
Y sea en los medios incultos, o entre personas ilustradas, cuando que están presentes los atributos y el conocimiento de las obras de Kardec, las sesiones mediúmnicas, solo pueden producir beneficios, inmensos beneficios.
J. Herculano Pires
Adaptación: Oswaldo Porras Dorta
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En Búsqueda de las Verdades
Espirituales Universales
Todas las grandes religiones contienen cierta verdad espiritual. Muchas de estas verdades las ha distorsionado o malentendido la humanidad imperfecta, y en ocasiones, el hombre ha creado y añadido sus propias ideas erróneas y las ha postulado como leyes universales de Dios.
El Creador, de vez en cuando y a través de las eras, ha enviado siempre a sus profetas para que traigan al planeta el verdadero conocimiento de sus leyes de una manera apropiada a sus costumbres, sus tiempos, y de conformidad con su nivel moral, espiritual e intelectual. Lo sigue haciendo. En estos tiempos modernos, su mensaje no está incorporado en una persona, sino en la miríada de voces de los espíritus que se escuchan ahora, a través de la mediumnidad, desde todas partes del mundo.
La mayoría de las grandes religiones de la actualidad han grabado en piedra, por así decirlo, los preceptos básicos de su fe. Las ideas y creencias de estas religiones se establecieron antes de la era científica, sin el beneficio del método científico de la evaluación y la investigación, y en un momento en que las falsas nociones y la trepidación guiaban a la humanidad en su ignorancia. Por ende, han establecido prematuramente la relación de la humanidad con su creador y su comprensión del propósito de la vida en sus doctrinas, razón por la cual haya tantos errores. No obstante, vemos que todas las grandes religiones valoran el correcto proceder; aceptan la existencia de un alma inmortal y la existencia de un Creador Supremo; creen en cierto tipo de vida después de la vida, allende el mundo material, y vislumbran cierta clase de juicio con respecto a nuestro comportamiento.
Aparte de estos principios básicos, la humanidad ha agregado sus particularidades, dependiendo de su entendimiento de las verdades espirituales a ellos reveladas en ese determinado momento y lugar en la historia.
Otro concepto, la llamada “regla de oro”, se encuentra en todas las grandes religiones, porque es la piedra angular de la ley universal del amor. Dios ha querido que este mensaje de suprema importancia llegue a todas sus criaturas. No obstante, el principal error de muchas religiones tradicionales, a causa de las limitaciones intelectuales y morales del hombre, radica en haber fabricado conceptos que excluyen al prójimo, en conocer y llegar a Dios.
Así, pone coto a la capacidad que tiene la humanidad, a través del libre albedrío, de progresar espiritual y moralmente hacia su redención. Esto no se adhiere a las leyes del Creador de justicia y misericordia infinita.
No todos están dispuestos a aceptar y comprender las leyes del Creador de inclusión total y del tiempo ilimitado que se le ha dado a la humanidad para perseguir su propia redención a través de la evolución del alma.
La humanidad, con su carencia de visión espiritual, ha restringido la infinita capacidad de Dios de perdón y compasión, al disponer solo una vida material en las actuales creencias cristiana, musulmana y judía. En estas creencias, planteado de manera simplista, los buenos creyentes van al cielo, mientras que los malos y aquellos que no profesan esa fe en particular, van al infierno. Tal concepto excluye de la “salvación” al grueso de la población del planeta, que no se adhiere a la justicia suprema de Dios. No obstante, estas religiones llegarán a comprender que su concepto temprano de “resurrección” representa esencialmente la idea de la reencarnación. Así, aprenderán que el “día del juicio final” ocurre de manera continua y automática mediante la ley de causa y efecto.
Aquellas religiones, principalmente las del Oriente, tales como el hinduismo y el budismo, entre otras, aceptan los conceptos importantes de la reencarnación y la ley del karma. Sin embargo, entre sus acólitos, hay muchos que creen erróneamente que la liberación del sufrimiento se logra únicamente con la meditación, el ascetismo y la exclusión de los deberes mundanos, o mediante la autoflagelación, en su búsqueda del nirvana.
La herramienta para lograrlo es el uso de la razón en la investigación científica.
Las leyes del universo no son sobrenaturales, sino naturales; no tiene cabida la superstición. Asimismo, el hombre debe aprender a reducir su prejuicio, que le impide aceptar las verdades espirituales cuando las encuentra. La humanidad ha alcanzado cierto nivel de madurez espiritual y moral. También ha avanzado en la capacidad intelectual al emplear el método científico. Con lo uno y lo otro, la ciencia respaldará la apropiada creencia religiosa.
Luego, la humanidad habrá alcanzado un hito en su evolución donde la fe religiosa se fundamente en hechos científicos razonados y comprobados; y la fe será más fuerte por ello. La investigación más enfocada e imparcial de la interacción entre los mundos material y espiritual, brinda una base suprema desde la cual continuar el estudio y el descubrimiento de la humanidad acerca de las leyes espirituales que rigen nuestras vidas, aquí y en el mundo espiritual.
¡Apenas ha comenzado la labor de la humanidad en la búsqueda de comprender los misterios del universo, de Dios y de la religión cósmica de la verdad universal!
Por Yvonne Crespo Limoges – Estados Unidos Mensaje de inspiración Traducción: Conchita Delgado Rivas CIMA – Caracas Publicado en la revista Evolución. Venezuela Espírita
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¿Cómo se diferencia un recuerdo real de una vida pasada, de otro que no lo sea?
A veces puede parecer difícil diferenciar entre el caso de un Espíritu que estando encarnado como Ser humano, manifiesta espontáneamente o mediante hipnosis, recuerdos de vidas anteriores en donde aparece otra personalidad o personalidades si son varias las existencias humanas recordadas, y entre el caso diferente de un Espíritu desencarnado que ya está en el plano espiritual (mental) que le corresponde y que se manifiesta a través de una mediumnidad, desplazando del todo o en parte al Espíritu del médium, de un modo habitual y hasta constante.
La reencarnación y la posesión son las explicaciones alternativas para todos aquellos casos en que una personalidad extraña aparece para ocupar o asumir la del médium. Hay que señalar que entre los casos de Obsesión o Posesión y los de Reencarnación existe una diferencia importante, y es que en los de Reencarnación, el Espíritu siempre es el mismo Ser que para regresar a este mundo, lo hace cada vez bajo una nueva personalidad humana, tomando cada vez un nuevo cuerpo físico para encarnar una personalidad humana diferente, para poder relacionarse y evolucionar durante su vida en la Tierra. En esta clase de manifestaciones las personalidades que aparecen lo hacen sucesivamente en un tiempo pasado, en diferentes épocas, sin mezclarse unas con otras , ni con la personalidad actual del sujeto que recuerda bajo trance sus vidas pasadas; sin embargo, en los casos de Obsesión, cualquiera que sea su intensidad, el espíritu obsesor manifiesta una personalidad humana diferente de la de su víctima y se suele mezclar en el presente con la personalidad de ella, manifestándose ambas indistintamente entremezcladas. En los casos de Obsesión más complejos, a veces son varios los espíritus los que asedian, porque en esos casos raramente suele actuar uno solo.
La diferencia entre los auténticos casos de reencarnación y los de posesión, también estriba en que si se trata de un caso de memoria del pasado, el sujeto recuerda los detalles de esa existencia, permaneciendo mientras tanto consciente de su personalidad actual, mientras que en el “poseido” no se manifiesta su propia personalidad, sino que lo hacen una o varias personalidades diferentes a la vez, en un tiempo presente, no pasado, y sin la consciencia personal de la víctima. Por otro lado, en el caso de los recuerdos reencarnatorios, estos datos del pasado son susceptibles de ser comprobados o confirmados, pero cuando los datos son de un Espíritu extraño que está interviniendo sin permiso, sus historias suelen ser inciertas e incomprobables.
La posesión, como la subyugación, que son grados muy fuertes de obsesión, acontecen cuando un Ser desencarnado, por cuestiones de venganza hacia la persona poseída o hacia otras personas cercanas a la misma, es capaz de desplazar a la víctima de su propio cuerpo físico por tener mayor poder psíquico que él, pero nunca el desplazamiento del “poseído” es total, pues sigue unido a su organismo físico por el “cordón de plata” o lazo de energía que une su organismo periespiritual con el físico; si así no fuese y el desplazamiento de su cuerpo fuese total, sin ningún lazo de unión, la separación sería definitiva y le sobrevendría la muerte.
Un Espíritu invasor, llevado por su malignidad y su mayor fuerza psíquica, se puede manifestar a través del cuerpo físico de la víctima, y frecuentemente lo hace de forma violenta y compulsiva, buscando dañarle psíquica y físicamente.
Los llamados “Exorcismos” que practican algunas religiones, funcionan en la medida en el Ente invasor crea y tema la eficacia del ritual religioso que se le aplique para echarlo; de no ser así, el fracaso de estos rituales suele ser total. Lo único que puede hacer a un Espíritu obsesor dejar en paz a su víctima, es un adoctrinamiento moral recibido de alguien con un ascendente espiritual superior a él, que le ayude a razonar y lo sensibilice del error que comete con su acción malévola, enseñándole que el único camino cierto en su situación, el del arrepentimiento y la práctica del bien, como elemento indispensable para alcanzar finalmente su propia felicidad.
- Jose Luis Martín-
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