INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- Soledad
2.- ¿Qué es la transmigración del alma?
3.- El Cuerpo Espiritual en el mecanismo reencarnatorio
4.- Los sueños espirituales
5.- El Periespíritu y sus propiedades
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Soledad
Espectro cruel que se origina en los paisajes del miedo, la soledad es , en la actualidad, uno de los más graves problemas que desafían la cultura y al hombre.
La necesidad de relacionamiento humano, como mecanismo de afirmación personal, ha generado varios disturbios del comportamiento, en las personas tímidas, en los individuos sensibles y en todos cuantos enfrentan problemas para un intercambio de ideas, una apertura emocional o una convivencia saludable.
Por eso mismo, son enjambre en la sociedad, los solitarios por libre opción y aquellos otros que se consideran marginados o los que son dejados a distancia por las conveniencias de los grupos.
La sociedad competitiva dispone de poco tiempo para la cordialidad desinteresada, para detenerse en labores en beneficio de otros.
El atropellamiento por la oportunidad de triunfar, impide que el individuo, como unidad esencial del grupo, reciba consideración y respeto, o conceda al prójimo el apoyo, que a él le gustaría disfrutar.
La mayoría exalta a los triunfadores de ahora, haciendo alabanza de los grupos victoriosos y olvidando con facilidad a los héroes de ayer, al tiempo que sepultan los valores del idealismo, bajo la retumbante cobertura de la insensatez y del oportunismo.
Sin embargo, el hombre, sin ideal, se momifica. El ideal le es de vital importancia, como el aire que respira.
El éxito social no exige, necesariamente, los valores intelecto-morales, ni el vitalismo de las ideas superiores, antes tiene en cuenta los logros de las circunstancias favorables y se apoya en la bien urdida promoción de mercado, para vender imágenes e ilusiones breves, continuamente sustituidas, gracias a la rapidez con que devora a sus estrellas.
Quien, por tanto, no se ve proyectado en el caleidoscopio mágico del mundo fantástico, se considera fracasado y retrocede para la soledad, en actitud de fuga de una realidad mentirosa, basada en estudios artificiales.
Parece muy importante, en el comportamiento social, recibir y ser recibido, como forma de triunfo, y el miedo a no ser recordado entre los hombres de éxito, lleva al hombre a estados de amarga soledad, de desprecio por sí mismo.
El hombre ve importante el ser visto, el estar rodeado de bullicio, de sonrisas, aunque sin profundidad afectiva, sin el calor sincero de las amistades, en esas áreas, siempre superficiales e interesadas. El miedo de ser dejado en un plano secundario, de no tener a donde ir, con quien conversar, significaría estar desconsiderado, arrojado a la soledad.
Hay una terrible preocupación por ser visto, fotografiado, comentado, vendiendo salud, felicidad, aunque sea ficticio.
La conquista de ese triunfo y la falta del mismo, producen soledad.
Lo irreal, que esconde el carácter legítimo y las limitadísimas aspiraciones del ser, conduce a una psiconeurosis de autodestrucción.
La ausencia de aplauso es amargura, resulta el concepto falso en torno a lo que se considera, habitualmente, como triunfo.
Hay un ansia terrible de ser amado, no para conquistar el amor y amar, sino para ser objeto de placer, enmascarado de afectividad. De esa forma, sin embargo, la persona no se ama ni se torna amable ni amada realmente.
Campea, así. el " miedo a la soledad", en una demostración caótica de inestabilidad emocional del hombre, que parece haber perdido el rumbo, el equilibrio.
El silencio, el aislamiento espontáneo, son muy saludables para el individuo, pudiendo permitirle reflexionar, estudiar, auto-mejorarse, revisando los conceptos ante la vida y la paz interior.
El éxito, considerado como forma de felicidad, es, tal vez, uno de los mayores responsables de la soledad profunda.
Los campeones de la taquilla, en los shows, en las radios, televisiones y cines, los astros envidiados, los reyes de los deportes, de los negocios, se rodean de fanáticos y apasionados, sin que se vean libres de la soledad.
Suicidios espectaculares, caídas escabrosas en las bodegas de los vicios y de los tóxicos, demuestran lo tristes y solitarios que ellos son. Porque saben que el amor, con que les rodean, trae solamente, llamadas de promoción personal de los mismos que los envuelven, y recelan de los nuevos competidores que les amenazan los tronos, imponiéndoles terribles ansiedades e inseguridades, que procuran esconder en el alcohol, en los estimulantes y en los derivados que los mantienen sonrientes, mientras les gustaría llorar, cuando son alcanzados, cuando se sienten débiles y humanos.
La neurosis de la soledad es la dolencia contemporánea que amenaza al hombre, distraído por la conquista de los valores de pequeña monta, porque son transitorios.
Si decidiese acogerse a los ideales de engrandecimiento humano, por contribuir con su hora libre en favor de los enfermos y ancianos, de los pequeños abandonados y de los animales, su vida adquiriría color y utilidad, enriqueciéndose con un compañerismo digno, en cuyo interés se alargaría la esfera de los objetivos que motivan las experiencias y vivencias, e inoculan coraje para enfrentarse y aceptar los desafíos naturales.
El hombre solitario, todo aquel que se dice en soledad, excepto en los casos patológicos, es alguien que teme encontrar, que evita descubrise, conocerse, ocultando así su identidad en una apariencia como infeliz, incomprendido o abandonado.
El viejo concepto de que todo aquel que tiene amigos no pasa necesidades, constituye una forma deshonesta de considerar la amistad, ocultando el utilitarismo simulado, cuando el placer del afecto en sí mismo debe ser la meta a alcanzar en la interrelación humana, con vistas a la satisfacción de amar.
El miedo a la soledad, por tanto, debe ceder lugar a la confianza en los propios valores, como en los pequeños contenidos, cuando son significativos para quien los posee.
Jesús, el Psicoterapeuta por excelencia, al sugerir el "amor al prójimo como a sí mismo" después de "amor a Dios" como la más importante conquista del hombre, lo llama a amarse, a valorarse, a conocerse, de modo pleno con lo que es y no lo que tiene, multiplicando esos recursos como herramientas de vida eterna, en saludable compañerismo, sin la preocupación de recibir respuestas equivalentes.
El hombre solidario, jamás se encuentra solitario.
El egoísta, en contrapartida, nunca está dispuesto, por esto, está siempre atormentado.
Posiblemente, el hombre que camina solitario, se encuentre con menos soledad que otros que, en el tumulto, inseguros, están rodeados, mimados, padeciendo disputas, estando todavía sin paz ni fe interior.
La fe en el futuro, la lucha por conseguir la paz íntima- son los recursos más valiosos para vencer la soledad, saliendo del contorno egoísta y ambicioso para la realización edificante allá donde quiera que esté.
FRANCO, Divaldo Pereira. El Hombre Integral. Por el Espíritu Joanna de Ângelis.
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¿ Qué es la transmigración del Alma?
Esta idea supersticiosa, como todas las demás, es fruto de la ignorancia sobre el sentido real de la reencarnación, con la que se suele confundir en sus conceptos.
Es una superstición que supone otra desviación más de las muchas que rodean la realidad profunda que existe sobre la reencarnación . Por esa creencia admiten como posible el traslado del alma o una parte de la misma,desde el cuerpo de una persona hasta otro cuerpo; o sea que el Espíritu de una persona viva, o una parte o aspecto del mismo podría pasar a ocupar y tomar el cuerpo de un cadáver, que con la llegada de esa alma extraña vuelve a revivir, constituyendo así otra persona viva diferente.
Como ya sabemos, cuando con el fenómeno de la muerte el alma abandona el cuerpo físico definitivamente, es cuando se cortan todos los lazos fluídicos que la unen a la materia del mismo . Esto supone la muerte definitiva, o dicho con mayor propiedad, la desencarnación de la persona, y esta, cuando se consuma totalmente con la disolución de esos lazos fluídicos, es definitivamente irreversible. Por otra parte el cuerpo que tendría que ser ocupado como destino de esa transmigración si ello fuera posible, forzosamente debería estar “muerto” y abandonado definitivamente por el Ente espiritual que lo ocupaba. De ser un cuerpo “ ya habitado” por su espíritu, habría que hablar entonces de un caso de “obsesión” o “posesión”, pero nunca de transmigración.
La transmigración tal como se entiende, no es posible porque no existe entre el Ser “ocupador”, y el cuerpo “deshabitado”, ninguna clase de lazo vital ni fluídico que pueda ligarles mutuamente entre sí. El cuerpo, una vez abandonado por su alma después de la muerte, comienza de inmediato el proceso de disgregación de la materia, y ya no tiene ninguna posibilidad de volver a la vida, ni con el Ser espiritual que lo habitaba ni menos aún con otro diferente.
Por otra parte, sabemos que el Espíritu es una Unidad de Energía indivisible, en un cuerpo espiritual o periespíritu de energía semi-material, que necesita reencarnar y lo hace en un cuerpo físico al que acompaña durante su formación y con el que se une cada vez más desde el instante de la fecundación del óvulo materno, formando una unidad total y completa, y no solamente en una parte, un aspecto o una determinada cualidad del mismo..
Esta superstición de la transmigración, por ilógica y absurda, generalmente ha sido rechazada por el sentido común, y la gente, ante esta idea que ha confundido con la reencarnación y que desde luego “huele a disparate”, cree que todo lo que tenga que ver con el tema de la reencarnación,es igual de absurdo y que para los llamados “Creacionistas”- que se sienten poseedores de la verdad absoluta, no merece la pena perder tiempo en considerarlo mas seriamente, porque lógicamente creen que si se continúa avanzando y profundizado en ello, solamente van a continuar encontrando mas disparates indignos de ser tomados en serio ni en lo mas mínimo.
- José Luis Martín-
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Según ya se expuso, el periespíritu se compone de unidades estructurales que se presentan en vibración constante. Sabemos por los más elementales principios de la Física, que todo el cuerpo en movimiento (vibración) en el Universo, gasta energía. Las leyes de la Física no son leyes humanas, sino divinas, a las cuales están sujetos todos los elementos del Cosmo. Hay por tanto un desgaste energético natural del cuerpo espiritual que necesita ser alimentado por fuentes de energía.
Dependiendo del nivel evolutivo del espíritu, y consecuente densidad del periespíritu, varía la cualidad de la energía que el mismo necesita para mantener sus actividades. Los Espíritus superiores simplemente absorben del cosmo los elementos fluídicos que necesitan. Al colocarse en oración, sintonizan con niveles energéticos aún más elevados que los suyos, sintiendo en sí el influjo magnético revitalizante, recargando sus baterías espirituales.
Con relación a los espíritus más relacionados con nuestra realidad, o sea, que aún presentan dificultades para superar las tendencias egoístas, por tanto traduciendo en la configuración de su cuerpo espiritual una organización más densa,las necesidades son proporcionalmente densas.
En muchas colonias espirituales, los espíritus precisan de la ingestión de alimentos energéticamente más densos, haciéndolo de forma muy semejante a nosotros, los encarnados. Recomendamos a propósito el estudio de la obra Nuestro Hogar, del autor espiritual André Luiz, psicografiado por FranciscoC.Xavier.
Las unidades energéticas del espíritu, los núcleos en potenciación, con el paso de los años van teniendo cada vez mayor dificultad en recargar cuanto más primitiva sea la evolución espiritual. Ocurre un desgaste progresivo de las unidades energéticas, que pasan a vibrar cada vez más lentamente.
A medida que las vibraciones se vuelven más lentas por el desgaste y la dificultad de reposición de la energía que se va procesando en una neutralización energética con reducción progresiva de las actividades del espíritu. Cuando este proceso se instala, determina un sopor o somnolencia de la entidad, impeliéndola a la Reencarnación. Así, las reencarnaciones compulsorias acaban ocurriendo por la necesidad evolutiva del ser y por el mecanismo de la ley que crea condiciones necesarias para que ella se procese.
Al respecto, sugerimos la lectura de Palingenesis, la Gran Ley, de Jorge Andrea.
Ricardo di Bernardi- Cáp.2 de "Gestación:Sublime intercambio"
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LOS SUEÑOS ESPIRITUALES
Hasta nuestros días, los estudiosos de la psique todavía no han descubierto por qué necesitamos dormir. Esta cuestión sigue siendo una incógnita, pero lo cierto es que generalmente dormimos de 6 a 8 horas diarias por término medio, es decir, nos pasamos una tercera parte de nuestra vida durmiendo, aproximadamente, dedicamos 20 años de nuestra vida al mundo onírico. Existen tres tipos de sueños: fisiológicos, psicológicos y espirituales.
Describiremos brevemente los dos primeros, siendo los sueños espirituales objeto de mayor atención. Los sueños fisiológicos son el resultado de las sensaciones fisiológicas u orgánicas cuando la persona duerme, tales como el frío, el hambre, la sed, el calor… mediante la creación de imágenes durante el sueño, relacionadas con dichas sensaciones.
Los sueños psicológicos son aquellos que reflejan los miedos, deseos, problemas, angustias... del individuo y que forman parte del subconsciente.
Los sueños espirituales son los que se producen por contacto con seres espirituales encarnados o desencarnados, guías espirituales, ángeles o seres de luz… Estos sueños pueden ser premonitorios o proféticos y sueños de reencarnación. En el libro En los dominios de la mediumnidad, de Francisco Candido Xavier, en el capítulo 24, se hace referencia a los seres espirituales: «Del mismo modo, hay protectores que nos ayudan y protegen, quienes igualmente participan de nuestras experiencias de cada día. Es imprescindible entender que, siempre y en todo lugar, vivimos en Espíritu. El intercambio de alma a alma, entre padres e hijos, esposos y hermanos, amistades y compañeros, simpatías y desafectos, en el ámbito familiar o en las instituciones de servicio en las que nos agrupamos es, en razón de ello, obligatorio y constante. Sin percibirlo, aprovechamos ideas y fuerzas los unos de los otros».
Los sueños premonitorios se producen en un menor número que los sueños psicológicos y nos informan con gran precisión de sucesos que se producirán al poco tiempo de haberlos soñado; suelen ser de gran exactitud los detalles acontecidos oníricamente. Son conocidos los sueños premonitorios de los asesinatos de Martin Luther King y del presidente americano Abraham Lincoln, habiendo suficiente bibliografía al respecto.
Dentro de los sueños espirituales, encontramos los sueños intuitivos, que nos sirven para situaciones en las cuales estamos despiertos y sabemos perfectamente cómo actuar en un determinado momento. Sería una especie de sexto sentido que a veces procede de una información obtenida en sueños. Esta breve explicación se encuentra íntimamente relacionada con la pregunta 415 de El libro de los Espíritus «¿Cual puede ser la utilidad de visitas nocturnas puesto que no las recordamos? Generalmente al despertar se presenta la intuición de ellas y con frecuencia son el origen de ciertas ideas que tenemos espontáneamente sin que podamos dar explicación y que no son otras que las que se han adquirido durante aquellas conversaciones». Existen sueños de avisos, que nos informan de sucesos que nos interesa saber para protegernos o prevenirnos ante circunstancias adversas que se van a producir en nuestra vida.
En el libro En los Dominios de la mediumnidad se nos aclara: «Cuando el cuerpo físico descansa, no siempre las almas reposan. En la mayoría de las ocasiones siguen el impulso que es propio de ellas. Quien se dedica al bien, de un modo general, sigue trabajando en la sementera y en el campo del amor, y quien se enmaraña con el mal acostumbra a prolongar en el sueño físico las pesadillas que lo torturan...» Otros sueños son reveladores y nos tranquilizan cuando no sabemos cómo actuar en un determinado momento frente a algún acontecimiento preocupante. A veces, estos sueños se producen de forma voluntaria y otras involuntariamente. Nuestros guías espirituales se ponen en contacto con nosotros para indicarnos el camino a seguir y ayudarnos en cuanto les sea posible, respetando siempre nuestro libre albedrío. En el Libro de los Espíritus en la respuesta 404 dice lo siguiente: «¿No tenéis numerosos ejemplos de personas que se aparecen en sueños y advierten a sus parientes o amigos lo que les pasa? ¿Qué son esas apariciones sino el alma o espíritu de esas personas que comunica con el vuestro?» Los sueños de reencarnación se producen en pocas ocasiones y se manifiestan como hechos aislados que proceden generalmente de la espiritualidad superior y que incluso se podrían ver como un regalo del cielo, puesto que es una oportunidad que nos ayudaría a entender situaciones o pruebas actuales, o bien, para intentar solucionar los problemas que nos afectan…
Generalmente la persona sueña una y otra vez el mismo sueño en el que se ve siendo otra persona diferente, pero sintiendo que es ella misma. También puede ser un sueño que se vive muy intensamente y con la certeza de ser real, incluso puede ser un sueño lúcido. A través de regresiones hipnóticas se puede obtener información de vidas anteriores con objeto de entender situaciones actuales que nos producen quebraderos de cabeza o bien problemas de salud. Del mismo modo, mediante una meditación profunda con la asistencia de nuestro guía espiritual encontramos acceso a las vidas pasadas.
Todo el mundo tiene sueños espirituales en mayor o menor número, lo que ocurre es que a veces no se recuerdan y se quedan como un dejà vu. Durante el sueño, el Espíritu recobra algo de su libertad y se comunica con los seres a quienes ama, ya sea en este mundo o en otros.
Debido a que el cuerpo es una materia pesada y densa, recordamos con dificultad las impresiones recibidas por el Espíritu, ya que no fueron percibidas a través de los órganos corporales, tal como nos esclarece el capítulo VIII de El libro de los Espíritus, dedicado a la emancipación del alma.
-Amparo García- (Revista de la FEE nº4)
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EL PERIESPÍRITU Y SUS PROPIEDADES
El término periespíritu es un neologismo creado por Allan Kardec para designar el envoltorio del espíritu. Etimológicamente está constituido por peri (griego)=alrededor, y spiritu (latín)=espíritu. Muchos son los vocablos utilizados para denominar a ese cuerpo sutil del alma. Los más conocidos son:
- Psicosoma: creado por André Luiz (espíritu), mediante la mediumnidad de Chico Xavier, para dar nombre a esa formación sutil, extrafísica, cuando es considerada con respecto al soma (cuerpo).
-Cuerpo espiritual: según el Apóstol Pablo.
-Cuerpo astral: de origen esotérico.
-Modelo organizador biológico: por Hernani Guimaraes Andrade
-Kama-rupa: por el budismo
-Cuerpo fluídico: según Leibnitz
1. Naturaleza del periespíritu: es el resultado de la aglutinación del fluido cósmico universal alrededor de un foco de inteligencia (alma). En cuanto etéreo, lo es con mayor o menor intensidad según el planeta y el grado de evolución del espíritu. Es decir que el periespíritu podrá ser más o menos denso, tener mayor o menor frecuencia energética y modificarse de acuerdo con las vibraciones irradiadas por el espíritu.
2. Propiedades:son muy variadas. Responde a los comandos del alma o bien se modifica por efecto de vibraciones provenientes del exterior. Identificamos en el periespíritu plasticidad, densidad, sensibilidad magnética, tangibilidad, expansibilidad y permeabilidad, además de otras propiedades que hacen de él un importante medio para influir sobre la totalidad de las estructuras celulares del envoltorio físico.
3. Funciones: Al mismo tiempo que cumple la función de intermediario y vínculo entre el espíritu y el cuerpo, el periespiritu incide en la formación del cuerpo físico durante el periodo de gestación, así como suministra elementos vitales durante la existencia del cuerpo físico.
4. Otras características: el periespíritu presenta una estructura semejante a la del cuerpo material. Tiene, por lo general, la misma forma que este, solo que con otra frecuencia vibratoria. Posee, por lo tanto, piernas, brazos y los restantes atributos y órganos físicos. Podrá adoptar el aspecto que prefiera (alto, bajo, con tal o cual vestimenta, etc), o bien estará sometido a los automatismos mentales que lo determinen(con o sin deformaciones). Su apariencia puede ser densa (sin brillo) o etérea (iluminado e irradiando luz), lo que dependerá de sus características espirituales. Según su peso específico, el espíritu podrá trasladarse en desplazamientos sobre el suelo sin instrumentos o vehículos, como vuelos prodigiosos, o simplemente caminará tal como en nuestro ámbito material. Dependerá del estado mental del espíritu, que su periespíritu sea portador de determinadas enfermedades en consonancia con la falta de equilibrio de la mente y, consecuentemente, durante la encarnación su influencia alimentará un proceso degenerativo de las células orgánicas.
El periespíritu, como mediador plástico, tiene los componentes del cuerpo físico en una faja vibratoria diferente. Él es el cuerpo por el que se expresa el espíritu, es decir, que todo lo que fluye de la mente es asimilado por el periespíritu. Transita por una frecuencia mucho más sutil que la base orgánica, de modo que es capaz de asimilar la energía, además de dar lugar a modificaciones de mayor intensidad que las provocadas por el cuerpo físico. El periespíritu es para el espíritu lo mismo que el cuerpo somático es para el periespíritu: ambos reciben la influencia de la energía espiritual y producen modificaciones. Por ejemplo, las emociones proceden del campo mental y se expresan en el perispíritu en forma de energías de cierta densidad (lo que depende de la clase de emoción), desde el ser irradian en dirección al cerebro del cuerpo físico, que al ejecutar estas órdenes genera las sustancias químicas correspondientes.
El periespíritu está vinculado además a una serie de fenómenos que acompañan al indivíduo durante sus encarnaciones. Tiene un rol importante en el proceso reencarnatorio, muchas obsesiones están cimentadas en los campos periespirituales; la mediumnidad halla facilidades para su manifestación en la capacidad expansiva del periespíritu, y por último añado que el proceso reencarnatorio está subordinado simultáneamente a las leyes biológicas y a las morales.
-Jason de Camargo- (Educación de los sentimientos)
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