viernes, 5 de abril de 2019

Síndrome del pánico en la visión espírita

    INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Síndrome del pánico en la visión espírita
2.-El trabajo en el hombre
3.- La Ley de Sociedad
4.-La Ley de Evolución
5.-Codificación: Pureza de Corazón


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SÍNDROME DEL PÁNICO EN LA VISIÓN ESPIRITA



                                                                               
Entrevista al Dr. Jaider Rodríguez de Paulo

¿Qué es el síndrome del Pánico?
RespuestaEs una vivencia generalmente abrupta sin motivos aparentes que lleva al individuo a un estado de pavor, miedo a morir  y de 
enloquecer, es como un sentimiento de extrañeza y variados síntomas 
orgánicos  tales como taquicardia, sudor, malestar, boca seca,  falta de 
aire y otros.

¿Cuáles son los síntomas profilácticos de ese síntoma?
Respuesta: toda y cualquier actitud saludable ante la vida.
 ¿Cuáles son las causas del síndrome del pánico? ¿Orgánicas - genéticas o espirituales (obsesivas)?
Respuesta: la ciencia oficial aun no tiene una causa definida y clara para este síndrome.

Somos del parecer por estudios que ya hicimos, que el núcleo central 
del síndrome del pánico está en la reencarnación traslucida, cuando el 
individuo  tuvo una muerte violenta y prematura, por un accidente o 
suicidio.  En las regresiones de la  memoria que sometimos a algunos 
clientes con ese síndrome  encontramos en todos una muerte   traumática o violenta. La dificultad  en despojarse del cuerpo físico muerto, sintiendo las consecuencias de su descomposición, fija en el 
periespiritu de las personas aquellas impresiones desagradables que el 
cuerpo físico de la siguiente reencarnación, no consigue apagar. De una 
manera general hemos observado que personas que tienen  síndrome 
del pánico tiene miedo del cementerio y no les gusta frecuentar 
velatorios, o sea, evitan inconscientemente aquellos locales donde 
sufrieron mucho.  En cuanto a la parte genética, existe la posibilidad de 
transmisión auto-somática dominante con depresión parcial del gen del cromosoma.

¿Cómo podemos vivir en armonía con alguien que sufre de ese síndrome?
 Respuesta: Primero entendiendo que se trata de una persona enferma necesitada de comprensión y apoyo. Segundo, auxiliándola en su 
tratamiento especializado.

¿En la práctica del día a día  como podemos ayudar a un compañero que posee síndrome de pánico?
 Respuesta: Procurando entender su sufrimiento y haciéndole lo que a usted le gustaría que fuese hecho con usted, como por ejemplo, 
evitando exigencias criticas que ella hace sin darse cuenta.


¿Sensación de miedo al futuro, ansiedad, atontamiento creando inseguridad, sensación de falta de aire, son posibles  síntomas del síndrome de pánico? ¿El síndrome  del pánico puede ser confundido con la aproximación de energías extrañas  a la nuestra?
 Respuesta: No, son más parecidos con crisis de ansiedad. Con energías extrañas si, principalmente  si la persona fuera médium.
Nos gustaría saber si la obsesión es siempre la causa de este síndrome, y si debemos tomar remedios controlados para amenizar las crisis  ya que estas vician y afectan al periespiritu, y también sobre la terapia de regresión si es tal vez el camino para la cura
Respuesta: Primero hay un engaño en la afirmación. El síndrome del pánico no tiene a nuestro ver  como causa la obsesión. Eso es un defecto de   interpretación de espiritas mal informados que afirman  que todo lo que un individuo siente en nivel mental  o es obsesión o mediúmnidad. 

    Eso revela desconocimiento de las obras de Kardec. Un proceso obsesivo agrava  un cuadro del síndrome del pánico, pero eso no quiere decir que sea la etología de la misma. Quien tiene síndrome de pánico necesita de tratamiento especializado. En cuanto al hecho de los medicamentos afectar  al periespiritu, eso es una verdad solamente si el individuo usa el medicamento de manera abusiva  y no procura hacer nada que venga a modificar sus actitudes ante la vida. La regresión de la memoria puede ser muy útil para el paciente portador de ese síndrome.

Actualmente me estoy  quedando con la lengua, los brazos y las piernas dormidas, sin contar con la sensación de pérdida de conciencia y sensación de falencia. Ya realice varios exámenes  y fui a diversos especialistas, todos me dicen que estoy con síndrome  de pánico. Estoy disconforme, pues además de no tener miedo a salir de casa y estar con las personas (lo cual es un síntoma) esas crisis aparecen en los momentos de mayor relajamiento. Tengo la impresión de que esa sensación tiene influencia espiritual. Pregunto: ¿es posible asociar esos síntomas  con la cuestión espiritual?
Respuesta: Creemos que si, aunque falte aun  un análisis más detallado para sospechar del síndrome del pánico.


09. ¿Como lidiar con este síndrome con un hijo adulto y espirita(índice)

RespuestaPor ser espirita su hijo tiene más recursos  para lidiar  con la enfermedad aunque tenga necesidades  de tratamiento médico. Los recursos espiritas ayudan a amenizar las 
influencias espirituales lo que puede aliviar mucho la sobrecarga sobre el paciente. Sin embargo repetimos  que él necesita  de tratamiento especializado. Usted puede incentivarlo  a procurar tales ayudas.

¿El síndrome del pánico puede padecerlo alguien que mora en una ciudad tranquila  del interior?

Respuesta: Perfectamente.

 ¿El síndrome del pánico no debería ser tratado como obsesión? ¿Por qué espiritas se refugian en la medicina cuando no quieren enfrentar la causa espiritual primaria de muchas enfermedades?

Respuesta: No porque no es simplemente una obsesión. Se trata de una nosología médica con tratamiento médico. 

Querer tratar problemas  psicológicos  y orgánicos solamente con 
recursos espirituales es no aceptar la realidad  y muchas veces 
refugiarse  en la doctrina espirita para no aceptar que se está enfermo. 

Al revés también ocurre como usted está diciendo. Hay muchos espiritas  que se refugian en consultorios  médicos  cuando en la realidad deberían asumir sus necesidades espirituales.

¿Dónde podría tener algún esclarecimiento sobre el tema?
 Respuesta: De entre muchas revistas médicas  y libros que hablan sobre el asunto, existe un libro con el título de “pánico” de Mario Eduardo Costa Pereira muy bueno.

¿Hasta qué punto la mente  influencia en el comportamiento del individuo y lo ayuda a conquistar lo que desea, tanto como espiritual o materialmente?
 Respuesta: la mente está en la base de todos los fenómenos. Una voluntad firme determinada es capaz de realizar prodigios muchas veces inimaginables por nosotros. Como decía Einstein es preciso creer para ver.

¿Cuándo recordamos, sintiendo miedo que no se sabe de qué, un vacío a pesar de tener innumerables actividades, eso es síndrome de pánico?
 Respuesta: No. Es bien probable que sean vivencias obsesivas o   amonestaciones hechas por mentores  orientándonos de que estamos 
fuera del camino programado.


¿Cómo diferenciar el síndrome de pánico por una influencia, de una aproximación de alguna entidad espiritual?
 Respuesta: El síndrome de pánico presenta síntomas caracteristico aunque, algunos puedan confundirse  con una influencia espiritual. una influencia de tamaña proporción ya está en las rayas de la obsesión y esta presenta otras características. Las pesadillas  persecutorias con despertar en la madrugada con miedo, insomnio por  miedo a dormir, irritabilidades constantes, crisis de ansiedad sin otros síntomas físicos, cambios de humor  constantemente, ideas exquisitas invadiendo la mente del individuo, aversiones sin justificación, pensamientos suicidas y otros casi siempre están presentes en las obsesiones.

¿Ocupar nuestro tiempo con actividades útiles, alegres, participativas auxilian al tratamiento de personas que tienen síndrome de pánico?
 Respuesta: Mucho, porque  elevan el padrón mental de la persona, haciéndola vibrar  en una octava por encima de ella, dificultando las incursiones  inconscientes de la mente en los dramas pasados que a nuestro ver son las verdaderas causas del síndrome del pánico.

¿ Cómo se analiza la cuestión del miedo venido de experiencias en esa existencia  que minaron la confianza  de la persona (ex…sufrir actos de violencia física o mental, accidentes etc.) ¿Cuál es el camino mejor para deshacerse de ese miedo?

Respuesta: Esas experiencias traumáticas muchas veces tornan al individuo más sensible y acostumbran a despertar dificultades ocultas que hasta entonces estaban sobre control en su campo mental. En esos casos lo bueno sería procurar un profesional competente que ayudase a la persona  a deshacerse de esos traumas. Existen técnicas de tratamiento para eso. 

¿Qué hacer cuando percibo que la “crisis” está comenzando… el corazón pasa de 220 latidos por minutos… tengo miedo de tener un ataque al corazón (el cardiólogo dijo que no tengo nada de corazón). Yo comienzo a orar, pido ayuda, mas parece que no consigo evitar… estoy recibiendo pases y agua fluidificada.

RespuestaNormalmente es eso lo que acontece. Las personas dicen: rezo, rezo, rezo y no mejoro voy al centro, tomo pases y agua fluidificada y nada. ¿Será que Dios se olvidó de mi? Su cuestión viene a reafirmar  lo que estamos diciendo: el paciente  con síndrome de pánico necesita de tratamiento especializado, además de la ayuda espiritual.

Me sentí mal y fui diagnosticada síndrome de pánico. Soy espirita  y quedé  con   una interrogación: oí decir que tiene que ver con la falta de fe, más no me considero sin ella. ¿Es correcto esto?

Respuesta: Las mayores dificultades que tenemos en la vida realmente es por la falta de fe. Más en el caso del síndrome de pánico  esto no es proveniente  de la falta de fe propiamente dicho.

¿Tiene el síndrome del pánico algún papel punitivo o educativo en la encarnación?
 Respuesta: Punitivo no porque Dios no castiga a sus hijos que erran porque son ignorantes. Esa idea de punición son resquicios de ideas religiosas de la “psicología del infierno”. Educativas si. Pues todo sufrimiento cuando es bien entendido tiende a despertar la conciencia la persona.

¿Una persona que tenía un problema tipo celo obsesivo, puede tener síndrome  del pánico?

Respuesta: Puede que si, más no veo relación directa entre ellos. 
Tengo una formación espirita desde niña, leo libros espiritas, participo de reuniones semanales  y hago el Evangelio en el hogar. Aun mismo así  no consigo librarme del síndrome de pánico, tomo regularmente Rivotril, dos veces al día y las veces que intente de dejar de tomarme sentí pésima. Todo comenzó después del nacimiento de mi hija, hoy tiene diez años. La sensación que tengo es que alguna catástrofe está por acontecer, a todo instante  más principalmente por la noche  y en ambientes cerrados. Tengo mucho miedo de que algo me pase, pues, aun creyendo en la vida en otro plano, no quiero que mi hija sufra mi falta aun tan joven, no quiero verla sufrir. Actualmente he sufrido mucho, pues mi marido está sin empleo. No me siento bien, ni con los remedios, vivo con miedo, recuerdo durante la noche y quedo pensando cómo voy a mantener a mi hija. Algunas veces tengo deseos de morir, pero al mismo tiempo no quiero que esto acontezca pues quiero criar a mi hija, dirigirla en la vida. estoy sufriendo mucho. ¿Qué es lo que en el espiritismo me puede ayudar a vencer el pánico?
 Respuesta: Su caso a nuestro ver se trata de un trastorno de ansiedad generalizado, complicado por las vicisitudes de la vida. no me parece estar ante un caso de Síndrome de Pánico característico. Usted necesita  de hacer el tratamiento de este trastorno y trabajar más en su fe en el creador. Más allá de eso, en el momento actual por el  que ahora pasamos, todos necesitamos buscar en nuestra fe, la fuerza necesaria para vencer esas dificultades que asolan a nuestro país.

¿Quiero saber cómo debo actuar en medio de tanto estrés, para evitar tenerla,y mejor, como auxiliar a alguien que esté comenzando a tenerla o que ya esté en un grado  poco más adelantada la enfermedad?

Respuesta: Haciendo un análisis de cómo está usted administrando su vida. Lo que realmente  es necesario y lo que está  de superfluo ocupando el espacio de lo vital para usted. Nosotros muchas veces sufrimos innecesariamente por no saber lo que queremos de la vida. 

Necesitamos priorizar en nuestra vida lo que es realmente necesario. 

Lea el libro “merezca ser feliz” la va ayudar mucho, espero.

¿Debe tomar medicación la persona que sufre pánico? A mi forma de ver se trata solamente de obsesión.

Respuesta: ya fue respondida esta pregunta en otra parte. (cuestión 4 y 11)
Mi hija presentó ese problema algunos años atrás. Los médicos se demoraron  mucho para diagnosticar: tuvieron que hacer muchos exámenes. En fin, ella quedó siete días ingresada. Hizo tratamiento alopático y solo me gustaría saber  si hay posibilidad de volver  el problema  y en qué situación?

Respuesta: Generalmente son los psiquiatras o cardiólogos los que hacen el diagnostico con más facilidad, pues es grande la frecuencia  en sus clínicas de tales pacientes. Junto con el tratamiento alopático (siempre es necesario) se debe buscar la psicoterapia y también los tratamientos complementarios. La ayuda espiritual es muy beneficiosa. 

Lecturas saludables, el hábito de la oración, deporte, diversiones sanas son muy importantes para mantener la mente de la persona siempre en un nivel superior, pues el pesimismo  el vicio de mentalizar el lado negativo de la vida pueden ser factores desencadenante de las crisis. 

 Soy casada hace 12 años y tengo un hijo de 6 años. He sufrido a lo largo de siete años entre periodo de depresión y otro, y hoy fui diagnosticada que tengo  fibromialgia, que es un disturbio neurológico,ligado  al síndrome del pánico. Hace unos días se acentuó mi pavor y aversión al mundo externo. ¿Me gustaría saber porque este síndrome se instala y si hay cura?

Respuesta: La causa como ya dijimos anteriormente, es desconocida por la ciencia. Existen varias hipótesis, más ninguno por si responde  todas las cuestiones. Es muy común que la depresión, fibromialgia y síndrome del pánico estén presente  en una misma persona. Al final de estas cuestiones nuestro punto de vista sobre el síndrome del pánico.

¿Cómo ayudar a una persona con esos síntomas fuera de un centro espirita? ¿La terapia de regresión a vidas pasadas no incurre en riesgos para el paciente (si Dios  nos dio la bendición de la amnesia parcial, será beneficioso recordar ciertas vivencias?
Respuesta: Se aconseja procurar un médico en primer lugar. Después  la orientación  de una revisión de cómo ha vivido. Procurar vincularse a un trabajo voluntario a favor de alguien y no olvidar buscar el hábito de la oración. En cuanto al hecho  de la regresión de la memoria  a vidas pasadas, acostumbra a ser muy útil en el tratamiento de estas personas. El olvido del pasado es realmente una bendición, más no impide  que busquemos recursos para la solución de nuestros problemas hoy. Nuestro “YO” superior solo permitirá  venir a la conciencia aquellos hechos que nuestro psiquismo de superficie  ya 
soporta elaborar. La mente tiene sus mecanismos  de defensa, que protegen la integridad psíquica. Cuando Emmanuel desaconseja investigar el pasado,afirma eso en las cuestiones de curiosidad  y no para el tratamiento. Para el tratamiento somos del parecer que es válido siempre que sea hecho por un profesional competente.

¿Cómo el miedo y la soledad influencian en el proceso del síndrome de pánico?
 Respuesta: El miedo cuando es en grado superlativo, es el peor sentimiento que una persona puede sentir. El síndrome de pánico es un miedo extremo, que desencadena varios síntomas en la persona. El es para nosotros la puerta de entrada al síndrome del pánico.

Mi madre tuvo síndrome de pánico después de la desencarnación de mi padre (ella quedó enferma 15 años y en ese tiempo ella se dedico solamente a su dolencia). Con el síndrome de pánico, ella varias veces fue al hospital con la tensión alta y después de varias crisis, fue constatada la enfermedad. Ella hoy está mucho mejor, más continua tomando los medicamentos.  En la misma época que ella comenzó el tratamiento, ella  volvió  a los trabajos en el centro. No sabemos si la mejora fue debido a los trabajos en el centro o a la medicación. ¿Si ella deja la medicación el síndrome puede volver? Ella no quiere estar tomando tantos medicamentos.

Respuesta: somos del parecer que fueron las dos cosas  las que redundaron en la mejora. Es bueno que ella procure  a su médico y converse con él de la posibilidad de reducir la medicación y observar como ella se irá sintiendo.
 
Observación del entrevistado (índice)
El síndrome del pánico  para nuestra experiencia tiene como causa probable una muerte traumática en una reencarnación próxima pasada. Generalmente por suicidio. En el libro Memorias de un Suicida,  Camilo Castelo Branco describe con rara facilidad los principales síntomas  encontrados en tal síndrome. La dificultad en despojarse del cuerpo vital  como en un desencarne abrupto provocado directa o indirectamente por el propio  individuo es lo que nuestro ver responde por todo cortejo de sensaciones extrañas  que la persona siente. De una manera general varios síntomas son confundidos con este síndrome. Ansiedad, palpitación,   malestar  y otros por si solo  nos autoriza  a dar este diagnostico. La sensación de des-realización, despersonalización, modo de enloquecer o de muerte  inminente con la angustia de que nadie puede ayudar, son para nosotros los principales síntomas de ese síndrome. Los pacientes en regresión de memoria  cuando acceden  a estos momentos, nos revelan esos sentimientos. La dificultad en desencarnar (no de morir) es lo que trae ese sufrimiento. La muerte puede ser de varias maneras: suicidio, infarto, guerra, variados traumas, mas es la dificultad en  desprenderse  del cuerpo y quedar preso al doble etérico cuando el cuerpo ya está muerto cuando es el gran problema. Al reencarnar, el nuevo cuerpo no es capaz de apartar las sensaciones violentas del pasado y por resonancia  con vivencias actuales, puede abrirse una 
ventana  al pasado y esas sensaciones  pueden materializarse en la vida actual. El momento de la muerte como el del nacimiento es muy importante para todos nosotros.

Traducido al español por: M. C. R

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       EL TRABAJO EN EL HOMBRE

    Cada individualidad, en la prueba, como en la redención, como en la gloria divina, tiene una función definida de trabajo y elevación de sus propios valores. Los que aprendieron los bienes de la vida y cuantos los enseñan con amor, multiplican en la Tierra y en los Cielos los dones infinitos de Dios.

    La civilización y el progreso como la propia vida, dependen de los intercambios incesantes. El Universo en su constitución maravillosa, no creo ni sanciona leyes de aislamiento en la comunidad eterna de los mundos y de los seres. La existencia es una larga escalera, en la cual todas las almas deben darse las manos, en la subida para el conocimiento y para Dios.

    El trabajo es una ley natural por lo mismo que es una necesidad, y la civilización obliga al hombre a mayor trabajo, porque aumenta sus necesidades y sus goces.

    Las ocupaciones materiales no solo son trabajo, el espíritu trabaja como el cuerpo. Toda ocupación útil es trabajo.

    El trabajo es impuesto al hombre porque es consecuencia de su naturaleza corporal; una expiación y al mismo tiempo un medio de perfeccionar su inteligencia; sin el trabajo, el hombre no saldría de la infancia de la inteligencia y por esto solo a su trabajo y actividad debe su subsistencia, su seguridad y bienestar. Al que es débil de cuerpo Dios le da, en cambio, la inteligencia, pero siempre es trabajo.

    Todo trabaja en la Naturaleza, los animales trabajan como nosotros, pero su trabajo, como su inteligencia, esta limitado a las atenciones de su conservación y he aquí porque no es progreso para ellos, al paso que en el hombre tiene un doble objeto: la conservación del cuerpo y el desarrollo del pensamiento que también es una necesidad, y que le eleva por encima de si mismo.

    Cuando decimos que el trabajo de los animales esta limitado a las atenciones de su conservación, se entiende que se habla del objeto a que se proponen al trabajar, pero a su pesar, y al mismo tiempo que proveen sus necesidades materiales, son agentes que secundan las miras del Creador, y su trabajo no deja de concurrir al objeto final de la Naturaleza, aunque, con mucha frecuencia, no descubra el hombre el resultado inmediato.

    La Naturaleza del trabajo es relativa a las necesidades, y cuanto menos materiales son estas, menos lo es también aquel. No creamos, sin embargo, que el hombre permanece inactivo e inútil, la ociosidad seria un suplicio en vez de un beneficio.

   El hombre rico, que posee bienes suficientes para asegurarse la existencia no esta libre de la ley de trabajo, del trabajo material quizás; pero no de la obligación de hacerse útil según sus medios, de perfeccionar su inteligencia o la de otros, lo que también es trabajo. Si el hombre a quien Dios ha confiado bienes suficientes para asegurarse la existencia, no esta obligado a mantenerse con el sudor de su frente, la obligación de ser útil a sus semejantes es tanto mayor para el en cuanto la parte que anticipadamente le ha sido asignada, le concede mas desahogo para hacer el bien.

    Para reparar las fuerzas del cuerpo es necesario el descanso con el dejamos un poco de libertad a la inteligencia con el fin de que se levante por encima de la materia.

El limite del trabajo es el limite de las fuerzas. Por lo demás Dios deja al hombre en libertad.

El imponer a los inferiores un trabajo excesivo es una de las acciones mas malas. Todo hombre que tiene mando res responsable del exceso de trabajo que impone a sus inferiores porque viola la ley de Dios.

En la vejez el hombre tiene derecho al descanso, pues solo esta obligado según las fuerzas.

Si el anciano no tiene recursos y no puede trabajar, su familia y a falta de esta la sociedad ha de hacer sus veces. Esta es la ley de caridad.

   No basta decir al hombre que ha de trabajar, sino que también es preciso que el que cifra la existencia en su trabajo encuentre ocupación, lo cual no sucede siempre. Cuando la suspensión del trabajo se generaliza toma las proporciones de una calamidad como la miseria. La ciencia económica busca el remedio en el equilibrio de la producción y el consumo; pero este equilibrio, aun suponiendo que sea posible, tendría siempre intermitencias, durante cuyos intervalos no deja de tener necesidades de vivir el obrero. Hay un elemento, con el cual no se ha contado bastante y sin el, la ciencia económica no pasa de ser una teoría. Este elemento es la educación, no la intelectual, sino la moral, y tampoco la educación moral que enseñan los libros, sino la que consiste en el arte de formar el carácter,  la educación que da hábitos; porque la educación es el conjunto de hábitos adquiridos.

    Cuando se piensa en la masa de individuos lanzados diariamente al torrente de la población, sin freno y sin principios y entregados a sus propios instintos, ¡ hay que admirarse de sus desastrosas consecuencias¡. Cuando se conozca, comprenda y practique aquel arte, el hombre llevara a la sociedad hábitos de orden y de previsión para si y los suyos, de respeto hacia lo respetable, hábitos que le permitirán pasar menos penosamente los malos días inevitables. El desorden y la improvisión son dos canceres que solo una educación bien entendida puede curar; este es el punto de partida, el elemento real del bienestar, la prenda de seguridad para todos.

    El trabajo es una ley para las humanidades planetarias como para las sociedades del Espacio. Desde el ser mas rudimentario hasta los Espíritus angélicos que velan por los destinos de los mundos, todos toman parte en el gran concierto universal.

    Es penoso y grosero para los seres inferiores, el trabajo se suaviza a medida que la vida se refina. Se convierte, en un venero de goces para el Espíritu adelantado, que se hace insensible a las atracciones materiales, exclusivamente ocupado en los estudios mas elevados.

    Con el trabajo, el hombre domina a las fuerzas ciegas de la Naturaleza y se pone a salvo de la miseria; por el trabajo es por lo que se fundan las civilizaciones y por lo que se extienden el bienestar y la ciencia.

    El trabajo es el honor y la dignidad del ser humano. El ocioso que, sin producir nada, se aprovecha de la labor de los demás, no es mas que un parásito. Mientras el hombre se haya ocupada en su tarea se acallan sus pasiones. La ociosidad, por el contrario, las desencadena y les abre vasto campo de acción. El trabajo constituye también un gran consuelo, un derivativo saludable de nuestras preocupaciones y nuestras tristezas; calma las angustias de nuestro Espíritu  y fecundiza lustra inteligencia. No existe un dolor moral, no existen decepciones ni reveses que no encuentren en el un apaciguamiento; no hay vicisitudes que resistan a su acción prolongada.

    El que trabaja tiene asegurado un refugio para su sufrimiento y un verdadero amigo en la atribulación, no puede aceptar la vida con disgusto. En cambio, cuan digna de lastima es la situación de aquel a quien los achaques condenan a la inmovilidad y a la inacción; si este hombre ha sentido la grandeza y la santidad del trabajo, si por encima de su interés propio ve el interés general y el bien de todos y quiere contribuir a él, sufre uno de los padecimientos mas crueles que se han reservado para el ser viviente.

    Tal es también la situación en el Espacio del Espíritu que faltó a sus deberes y disipó la vida. Comprendiendo demasiado tarde la nobleza del trabajo y la villanía de la ociosidad, sufre al no poder realizar lo que su alma concibe y desea.

    El trabajo es la comunión de los seres. Por el nos aproximamos los unos a los otros, aprendemos a ayudarnos y a unirnos; de esto a la fraternidad no hay mas que un paso.

   La antigüedad romana deshonro el trabajo haciendo de el la condición propia del esclavo. Esto explica su esterilidad moral, su corrupción y sus secas y frías doctrinas. Los tiempos actuales tienen otra concepción completamente distinta de la vida. Buscan plenitud en una labor fecunda y regeneradora.

    La filosofía de los Espíritus amplifica más aun esta concepción, indicándonos en la ley de trabajo el principio de todos los progresos y de todas las elevaciones, y demostrándonos que la acción de esta ley se extiende a la universalidad de los seres y de los mundos. Por eso estamos autorizados a decir: Despertad ¡ OH, vosotros, todos los que dejáis adormecidas vuestras facultades, vuestras fuerzas latentes! ¡Manos a la obra! ¡Trabajad, fecundad la tierra; haced resonar en las fabricas el ruido  del vapor!. Agitaos en la colmena inmensa. Vuestra tarea es grande y santa. Nuestro trabajo es la vida, es la gloria y es la paz de la humanidad.

    Obreros del pensamiento, escrutad los grandes problemas, propagad la ciencia, distribuid entre las multitudes los escritos y las palabras que reconfortan y fortifican.¡Que de un confín del mundo al otro unidos en la obra gigantesca, cada uno de nosotros emita su esfuerzo, con el fin de contribuir a enriquecer el dominio material, intelectual y moral de la humanidad!.La glorificación del trabajo es un servicio que ha venido cumpliendo el Evangelio.

    Con anterioridad a la influencia del Maestro, la tierra era un vasto latifundio poblado por amos y esclavos. El servicio era considerado deshonra.

    Dominadas por el principio de la fuerza, las naciones conservaban enorme semejanza con los agrupamientos de la comunidad primitiva. La notoriedad social provenía de la caza. Los tronos se erguían, casi siempre, sobre oscuros cimientos de pillaje.

    Los favores de la vida pertenecían a los más astutos y a los más poderosos. Cualquier revés económico redundaba en cautiverio compulsivo.

    El trabajo era sinónimo de envilecimiento.

    Los espíritus más nobles, la mayoría de las veces, permanecían en absoluta dependencia, sudando y gimiendo para sostener el carro purpúreo de los opresores. En todas las ciudades pululaban los esclavos de todos los matices, y tan solo a ellos se les confería el deber de servir como severo castigo.

    La Roma imperial estaba repleta de cautivos tomados a Egipto, a Grecia, a la Galilea y al Ponto. Tan solo en la revolución de Espartaco, en el año 71 antes de la era cristiana, fueron condenados a muerte en la  Vía Apia, 30.000 esclavos cuya única falta era la de aspirar al trabajo digno en libertad edificante.

    Con Jesús, sin embargo, surge una nueva época para el mundo. El ministerio del Señor es, sobre todo, de acción y movimiento. Se levanta el Maestro al Alba y se devoción al bien de los semejantes hasta muy entrada la noche.
Medico _ no descansa en el auxilio efectivo a los enfermos.
Profesor _no se fatiga con la repetición de las lecciones.
Bienhechor _ esparce sin cesar las bendiciones del amor infinito.
Sabio _ coloca a la ciencia del bien al alcance de todos.
Abogado _ defiende los intereses de los débiles y de los humildes.
Trabajador Divino _ sirve a todos sin reclamos y sin esperar recompensa.

    El ejemplo de Cristo es sublime contagioso. Cada compañero de apostolado se aparta luego de la comodidad, para ayudar en su nombre y abrir horizontes más amplios a la comprensión de la vida, en regiones distantes de la cuna que los viera nacer.

    Mas tarde en Roma, el deseo de ayuda mutua entre los cristianos, alcanza realizaciones inconcebibles en el capitulo del trabajo.
    Personas convertidas al Evangelio se consagran por entero al servicio, con el objeto de amparar a los compañeros necesitados.
    Los aprendices de la Buena Nueva se esparcen en las actividades de la industria y la agricultura, de las artes y las ciencias, de la instrucción y el comercio, dela asistencia y la limpieza publica, disputando medios para el auxilio a los socios del ideal, en la servidumbre o en la indigencia, en el sufrimiento o en las prisiones.

    Hay quien ayuna durante dos o tres días seguidos, a fin de economizar dinero para los servicios de asistencia al prójimo, bajo la dirección de un pastor. El trabajo pasa entonces a ser interpretado como bendición Divina.

    Paulo de Tarso, cuando se traslada de la dignidad del sanedrín a la ruda labor del telar y confecciona tapices para no ser carga de nadie, a fin de garantizar de esa manera su libertad de palabra y acción, es el símbolo del cristiano que educa y realiza, a la vez que demuestra que a la pureza de la enseñanza debe aliarse la gloria del ejemplo.

    Y honrado hasta hoy, en el trabajo digno a su principal norma de acción, el Cristianismo es la fuerza libertadora de la Humanidad, en todos los rincones del mundo.

    Muchos negadores de la sobre vivencia del Espíritu, interrogan, acerca de cuestiones que desearían ver solucionadas sin la contribución del esfuerzo, personal, que pertenece a la criatura humana.

    Preguntan con inteligencia ¿por qué razón no se materializan los Espíritus, que todo lo pueden, a fin de demostrar sin sombra de duda la inmortalidad?.

    ¿Por qué los Muertos, que pueden penetrar en el futuro, no traen las formulas eficaces para acabar con las enfermedades, reduciendo así los dolores que sufren los hombres?.

    ¿Por qué los orientadores de la humanidad, no nos esclarecen sobre la patogénesis de las neoplasias malignas, modificando los panoramas de la salud, en el planeta terrestre?.

    ¿Por qué los Benefactores de la criatura humana, ya desencarnados, no presentan hábiles soluciones para los graves problemas de la alineación mental?.

    ¿Por qué los Guías del destino humano, no nos proporcionan, los métodos para combatir la súper población, impidiendo que se corporifiquen nuevas criaturas, mediante lo cual evitarían las colectivas calamidades sociales, económicas y morales, que azotan a decenas de millones de hambrienta y enfermos?.

    ¿Por qué los Instructores Espirituales no actúan directamente sobre los jefes de Estado, impeliendo que los mismos accionen las armas de guerra, con las cuales dominan naciones y victiman a un incalculable numero de criaturas?.

    Son interrogantes, que se caracterizan por el comodismo mental, en un proceso de transferencia de responsabilidad y acción, se multiplican en innumerables ítem.

    No obstante, las respuestas se encuentran en el cuerpo de la Doctrina que se empeñan en ignorar y que no se permiten conocer por medio del estudio ni de la meditación.

    El Espiritismo enseña, a trabes de su lógica de bronce, que la muerte no modifica intrínsicamente a nadie.

    Morir, como reencarnar, significa salir del cuerpo o entrar en el  sin alteración real de los valores morales ni del comportamiento personal.

    Asimismo, aclara que no existen formulas mágicas para lograr soluciones de ocasión, lejos del esfuerzo de cada cual y sin la activa contribución de cada uno.

    Lo que la Doctrina Espirita pretende es la transformación interior del ser, allí donde se encuentre, prosperando así en beneficio propio y en el de su prójimo, al servicio de la vida.

    Lo que  a los hombres corresponde realizar no puede transferirse a los Amigos Espirituales.

    Si los Educadores realizan las tareas de sus discípulos, no harían mas que promover en ellos la inutilidad, la ignorancia, la pereza...
    Debido a sus conquistas y conforme las necesidades que les son compatibles, periódicamente permite la Divinidad que se corporifiquen, como misioneros de la evolución y del progreso humano Einstein, un Gandhi, un Pasteur, un Flemming, un Francisco de Asis y otros, enseñando la belleza y convocando a la lucha sin cuartel del trabajo y de la renovación personal.

    La verdad cambia mucho entre los hombres, a semejanza de una luz filtrada por vidrios de diferentes tonalidades, y tampoco todos pueden afrontar esa verdad mientras viven.

    Si millones de criaturas, estando aun en la carne, se toparan frente a frente con la verdad simple y cruda, de la vida mas allá de la tumba, sin diálogos directos con los inmortales corporificados entre ellos, enloquecerían de pavor, arrojándose en suicidios infelices, en desdichados y espectaculares intentos de fuga de la realidad...

    Si los Espíritus aportasen rápidas respuestas para los problemas que tiene la función de fomentar el progreso, la parálisis inutilizaría brazos y mentes, que llegarían a atrofiarse, perdida la finalidad que tienen destinada en el mecanismo de la evolución.

    Los hombres disfrutan conforme sus merecimientos, reciben de acuerdo con lo que realizan y cosechan la sementera dejada en el pasado.

    En su inevitable proceso de desarrollo, el Espíritu es, en el cuerpo, o fuera de el, el autor de su destino.

    Los desencarnados no son poseedores de toda la sabiduría. Si eso fuera posible, como consecuencia del puro y simple fenómeno de la muerte ellos se volverían dioses, tal como lo sostiene las concepciones de la ortodoxia mitológica del pasado.

    Jesús es el Señor que a todos nos estimula, invitándonos a las conquistas superiores, portador, El si, del conocimiento pleno.

    Revelándonos al Padre, en ningún momento tuvo el deseo de igualarlo, en cambio, nos enseño a adorarlo en condición de Entidad máxima, y a El, nuestro Maestro y Benefactor, a seguir imitándolo en todos los caminos , para adquirir la paz.

    Honrando al trabajo, como ley que fomenta la evolución afirmo También  “El Padre hasta hoy trabaja”, legándonos la honra del Servicio intransferible como un apoyo resistente para la victoria sobre las dificultades personales y para la liberación de todas las circunstancias afligentes y dolorosas, por nosotros mismos engendradas.

                                  ¡AMAD EL TRABAJO Y ENGRANDECERLO!

    Es por el  que la civilización se levanta, que la educación se realiza y que nuestra felicidad se perpetúa. En la Patria de las Almas llora amargamente el espíritu que desprecio su riqueza oculta, por haberse olvidado que solamente por medio del trabajo podemos desarrollar nuestras posibilidades de crecimiento hacia la inmortalidad.

    Jesús decía: ¡ Aquel que quiera venir en pos de Mi, que tome su cruz y me siga !.

    Con estas palabras invitaba a los hombres a trabajar llevando  sus aflicciones hasta el fin con resignación y paciencia. Nunca debemos estar de brazos cruzados, una labor de la que nos podemos sentir orgullosos es la de nuestra reforma intima, porque ella ara que la lucha exterior sea fructífera, beneficiando nuestro entorno , facilitando la labor de todos los que nos rodean, sin crear impedimentos  seremos allanadores del camino de la redención, muchas veces sin nosotros querer y sin apenas darnos cuenta ofrecemos obstáculos e impedimentos a labores que beneficiarían la paz del mundo y que los holgazanes y los refractarios del bien entorpecen.


Merchita- En base a obras de la Codificación. de Divaldo y de Chico Xavier.

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       LA LEY DE SOCIEDAD



                                                                
       La ley de sociedad, como ley moral, nos impele a comprender que el hombre ha sido creado para relacionarse con el resto de seres humanos. Además, si observamos la naturaleza, esta es extraordinariamente armónica en la medida en que descubrimos cómo interactúan y se complementan los distintos reinos entre sí, mineral, vegetal, animal y hominal, formando un todo equilibrado, aunque todavía estemos lejos de comprender con toda su profundidad el progreso que de ello se deriva.
    Al mismo tiempo, el hombre, que también forma parte de la naturaleza, posee inteligencia, discernimiento, libertad para decidir; sin embargo, no posee todas las facultades para llegar a ser autosuficiente; necesita aprender y complementarse de aquellas cualidades, de aquellos valores que poseen los demás. De lo que se concluye que una vida completamente solitaria sería contraria al progreso, antinatural y extremadamente difícil.
    Lynne McTaggart, periodista y divulgadora americana, afirma: “Los últimos descubrimientos que se han hecho en toda una diversidad de disciplinas –desde la neurociencia y la biología hasta la física cuántica- ponen de manifiesto que el impulso más básico de la naturaleza no es la competencia, como sostenía la teoría evolutiva clásica, sino la integración de la totalidad”. Es decir: “Los seres vivos, incluidos los seres humanos, tenemos la necesidad instintiva de conectarnos, prácticamente por encima de cualquier otro impulso, e incluso arriesgando la vida por ello”.
    Lo que se traduce en una necesidad perenne del prójimo y del entorno. La solidaridad y la cooperación mutua forma parte de nuestro ADN, desde que fuimos creados en dirección a la eternidad. Dios, en su sabiduría, nos crea sencillos e ignorantes, todo un proyecto por construir en el transcurso de los tiempos. Somos como diamantes en bruto para pulir día a día, pero nunca hasta el punto de alcanzar un estado que nos haga prescindir de los demás.
    Por tanto, hemos sido creados para crecer colaborando los unos con los otros. Las relaciones humanas son inherentes y necesarias para el hombre desde que nace con cuerpo físico hasta que muere. Comenzando por el entorno familiar, que nos acoge desde un primer momento, con una dependencia que es total en las primeras etapas, para dar paso posteriormente a un más amplio abanico de relaciones sociales, sea en el colegio, en el trabajo, amigos, etc., así hasta el final de nuestros días.
    Sin embargo, en las primeras etapas de la evolución humana, somos llevados de la mano, por decirlo de algún modo, por aquellas herramientas que sustituyen provisionalmente aquellas otras que se encuentran en estado latente, y que deberemos desarrollar en el transcurso de las distintas vidas, en un camino muy largo de experiencias evolutivas. Empezando por el instinto, que nos marca un camino, el límite de nuestras necesidades y la búsqueda de lo imprescindible para vivir; nos empuja también a la vida de relación para poder sobrevivir ante las dificultades.
    Las pasiones también cumplen una función muy importante en las primeras etapas; “son palancas que multiplican las fuerzas del hombre y lo ayudan en la realización de los objetivos de la providencia” (Allan Kardec). En la medida en que se desarrolla la inteligencia en las distintas existencias y el espíritu va adquiriendo experiencia, el instinto se aminora, las pasiones se van controlando y son sustituidas por otras expresiones del alma más depuradas, pero siempre en permanente conexión con los demás seres.
     Una vez dejamos el cuerpo físico, las relaciones continúan y se estrechan aún más, puesto que ya no existe una materia que limite y condicione. El espíritu, a partir de ese momento, amplía su campo de percepción y, de ese modo, adquiere mayor facilidad para comunicarse e interactuar con su entorno natural; aunque esto depende, claro está, de su grado de evolución espiritual y de la elevación moral adquirida.
    Sin duda, hemos sido creados para el progreso en común, para la convivencia como medio para perfeccionarnos a cada instante; cruzándonos en el camino con otros que siempre nos pueden aportar algo, y que a su vez han vivido sus propias experiencias, muchas de ellas distintas a las nuestras; poniendo de manifiesto sus capacidades, aquellas que han podido desarrollar en el devenir del tiempo y de las múltiples vidas.
    Debido a nuestra escasa evolución espiritual, existen vínculos del pasado que nos obligan a reparar errores cometidos en anteriores existencias. Son compromisos muy específicos con otras personas, sean del entorno familiar o social. Son relaciones que se establecen previamente, antes de encarnar, y en las que nos comprometimos a solucionar dichos errores, en una nueva oportunidad con cuerpo físico; poniendo en práctica y desarrollando la ley de amor con todas sus vertientes: de tolerancia, de caridad, de comprensión, de perdón…
    Por otra parte, junto a la necesidad de relacionarnos para no vivir como los egoístas, existen otras leyes espirituales que complementan la convivencia, la vida en sociedad; y una de ellas es la ley de afinidad. Según es nuestra forma de pensar y sentir, así atraemos y nos relacionamos con otras personas que son afines a nuestros gustos y tendencias. Además, proveniente de la parte invisible, nos rodeamos de espíritus que nos inspiran, tanto para lo positivo (espíritus buenos) como para lo negativo (espíritus inferiores); en una lucha que depende de la propia voluntad para decidir cuál es el camino que queremos recorrer. Por lo tanto, nunca estamos completamente solos.
    De ese modo, la afinidad de tendencias y pensamientos hace que las personas se reúnan y organicen con un objetivo común, sea de carácter intelectual, científico, espiritual o de signo benéfico y solidario; dependiendo de las inquietudes y las necesidades del entorno en el que se desenvuelven. Esto redunda en un progreso general, en el crecimiento y bienestar de las personas que habitamos este globo.
    Como vamos viendo, Dios nos provee de todo aquello que necesitamos para progresar, nos concede la libertad para buscar y decidir; nos aconseja a través de sus mensajeros; empero, nos deja todo el mérito del resultado, fruto del trabajo, del esfuerzo personal y colectivo.
    En otro orden de cosas, las vidas de aislamiento que algunas religiones propugnan como meritorias son completamente contraproducentes, y hasta pueden, incluso, llegar a provocar una cierta desconexión con la realidad exterior, aquella que nos envuelve. Ante esta postura, y aunque la intención pueda ser buena, subyace un cierto egoísmo inconsciente al evitarse los inconvenientes y las vicisitudes propias de la vida de relación, y esto, lógicamente, no puede ser agradable a Dios.
     Efectivamente, si hablamos de la práctica del bien, no cabe duda de que también se puede realizar con el pensamiento; no obstante, el bien más agradable a Dios, el que más nos enriquece y nos ayuda a crecer espiritualmente, es aquel que realizamos directamente con acciones sobre el prójimo.
     Del mismo modo, el mejor estímulo para crecer y la mejor forma de averiguar aquellas cosas de carácter moral que todavía debemos de mejorar, las vamos a encontrar en las relaciones sociales. Son las reacciones que nos provocan los demás con su comportamiento lo que nos debe llevar a plantearnos en qué punto estamos y aquello que nos falta para vivir en plenitud y armonía moral y espiritual. Siendo todos nosotros diferentes y en distintos grados de evolución, se nos suscitan enormes posibilidades, multitud de situaciones que provocan en nosotros reacciones para analizar y valorar.
     Por lo tanto, la ley de sociedad es una ley moral básica, imprescindible para la evolución del ser. Como nos dice el propio Allan Kardec en la respuesta a la pregunta 768: “Ningún ser humano tiene facultades completas. Mediante la unión social los hombres se complementan recíprocamente a fin de asegurar su bienestar y progresar”.
                                                                                                                     José Manuel Meseguer- Amor, Paz y Caridad, 
“LOS VÍNCULOS SOCIALES SON NECESARIOS AL PROGRESO Y LOS LAZOS DE FAMILIA ESTRECHAN ESOS VÍNCULOS SOCIALES. HE AQUÍ POR QUÉ LOS LAZOS FAMILIARES CONSTITUYEN UNA LEY DE LA NATURALEZA. DIOS HA QUERIDO QUE LOS HOMBRES APRENDIERAN ASÍ A AMARSE COMO HERMANOS”. (PREGUNTA 774; LIBRO DE LOS ESPÍRITUS).
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                  LEY DE EVOLUCIÓN
                               

El concepto de evolución ha avanzado mucho en los últimos tiempos. Tan atacado en su origen por las mentalidades dogmáticas, mentes anquilosadas, ha tomado impulso vigoroso en este siglo de avance en todos los aspectos de la ciencia y la razón.
Comenzó siendo una hipótesis, básica para la investigación, para algunas mentes más claras, llegando a ser una teoría académica, fundamental para el estudio como ley de la vida. Primero, en el campo de la zoología por el gran naturalista francés Lamarck y otros, extendiéndose a todos los campos de la vida manifestada, y sostenida hoy por la ciencia moderna, y hasta por muchos científicos.
La evolución como ley cósmica, ley divina, trasciende a todos los aspectos de la Naturaleza; porque, evolución es un transformismo continuado hacia formas más complejas en lo morfológico y un desarrollo constante en lo psíquico.
Toda manifestación de vida, y aun todo aquello que nos parece materia inerte, está en constante movimiento y transformación. De aquí las mutaciones ya comprobadas en las diversas formas del reino mineral, así como vegetal, animal y hominal.
Todo cuanto existe, nace con su ley, constituye la expresión de una ley; no puede existir si no es como desarrollo de un principio, siguiendo una ley. Y el ser humano, al igual que todos los demás aspectos de la vida manifestada, está inmerso en esta gran ley divina: Ley de Evolución.
Toda forma de energía, que es vida, desde el átomo al hombre, está comprendida en esta fuerza cósmica, dentro de un transformismo evolutivo. Lento, muy lento en las formas inferiores, presionando cada vez más en las formas más evolucionadas, en relación al desarrollo del psiquismo.
La personalidad humana en su estado actual, es el resultado de una larga evolución, en lo físico, psíquico y espiritual. Como dista mucho, todavía, de la meta —la perfección— sigue avanzando hacia ella, en el tiempo y en el espacio, empujada por esta fuerza cósmica, que es ley de la Vida.
Aun cuando, cada fase evolutiva tiene su tiempo marcado dentro de esa eternidad que tenemos por delante; ya en la etapa humana, el mayor o menor tiempo empleado en alcanzar la meta, depende del individuo mismo. Ante esta premisa, puede que alguno piense... —entonces, no hay prisa en llegar, ya que tenemos toda una eternidad por delante. Quien así pensare, toma una actitud desacertada; ya que, cuanto menos avance en su camino de progreso, cuanto menos se esfuerce en progresar, más sujeto estará a las encarnaciones en los mundos atrasados de vidas penosas.
Dado el concepto limitadísimo que los humanos tenemos del tiempo, la evolución se nos presenta como muy lenta; pero, no de un salto se transforma en perfecta una humanidad atrasada. Como dice el filósofo Pietro Ubaldi, en su obra: «La Gran Síntesis«: «Los perezosos, los retardados, los holgazanes y viciosos, pesan enormemente sobre los más adelantados. Y no sólo pesan, sino que se sublevan contra todos aquellos que se empeñan en hacerles avanzar por el verdadero camino. Es tanto el atraso moral y espiritual de nuestra humanidad, que ésta cobra aversión y hasta odio a todo el que lucha por sacarla de su charco de fango, en medio del cual se encuentra muy a gusto, por falta del conocimiento de su propia realidad, de la verdad de la vida«.
Sólo unos pocos, con una capacidad perceptiva más desarrollada, pueden apreciar el avance arrollador de esa energía cinética y fuerza creadora. Los más, avanzan inconscientemente, arrastrados por esa fuerza poderosa, que toma aspectos diversos de manifestación en las relaciones humanas.
En las formas inferiores de vida, esta fuerza, esta ley de la vida, las impele a un constante movimiento de transformación, hacia formas más complejas y perfectas. Y, ya en la etapa humana, la ley de evolución sigue también (aunque lentamente para la percepción humana) la transformación morfológica hacia formas más perfectas; pues, nuestra humanidad no ha alcanzado aún el avance morfológico de las humanidades más evolucionadas de otros mundos. Pero, donde la ley actúa con más fuerza, es en el psiquismo, creando en el individuo el deseo de nuevas conquistas, con nuevas experiencias, en todos los órdenes de la actividad humana; aun cuando éstas tengan el aspecto de luchas y violencias.
Sebastián de Arauco.
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                          CODIFICACIÓN ESPÍRITA
                               
                 PUREZA DE CORAZÓN
"Luego que hubo hablado, le rogó un fariseo que comiese con él; y entrando Jesús en la casa, se sentó a la mesa.
El fariseo, cuando lo vio, se extrañó de que no hubiese lavado antes de comer. 
Pero el Señor le dijo: Ahora bien, vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de rapacidad y de maldad.
Necios, el que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de adentro? ( San Lucas, 11:37 a 40)"

Los judíos habían descuidado los verdaderos mandamientos de Dios para dedicarse a la practica de los reglamentos establecidos por los hombres, que sus rígidos observadores tenían por casos de conciencia. El fondo, muy simple, había concluido por desaparecer bajo la complicación de la forma. Puesto que resultaba más fácil observar los actos exteriores que reformarse moralmente, esto es, lavarse las manos que limpiarse el corazón, los hombres se autoengañaban y creían encontrarse en regla con la justicia de Dios porque se adaptaban a tales 
prácticas, aun permaneciendo tales como eran. Pues se les enseñaba que Dios no pedía más que eso. De ahí que el profeta dijese:  "Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mi. Pues en vano me honra; enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres."

Otro tanto ha sucedido con la doctrina moral de Cristo, que ha terminado por ser relegada a un segundo plano, lo que hace que muchos cristianos, a ejemplo de los antiguos judíos, crean más segura su salvación respetando las practicas exteriores del culto y no las de la moral. A esas adiciones hechas por los hombres a la ley de Dios alude Jesús cuando expresa: " Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada."

La  meta de la religión consiste en conducir  al hombre hacia Dios. Ahora bien, sólo cuando se ha hecho perfecto llega hasta Dios el hombre. Por consiguiente, toda religión que no haga mejor al hombre no alcanza la meta, Aquella en la cual se crea poder apoyarse para cometer el mal, o es falsa, o ha sido falseada en su principio. Tal es el resultado de todas aquellas religiones en que las la forma prevalece sobre el fondo. La creencia en la eficacia de los signos exteriores del culto es nula si no impide cometer crímenes, adulterios, expoliaciones, 
levantar calumnias y ser injustos para con el prójimo, sea en lo que fuere. Una religión así produce supersticiosos, hipócritas y fanáticos, pero no hombres de bien...

No basta, pues, tener las apariencias de la pureza: es menester, ante todo, poseer la pureza del corazón.

El Evangelio según el Espiritismo
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