viernes, 19 de abril de 2019

Riqueza y acción

 
 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- ¿Por qué regresamos a este mundo?
2.- Vidas inacabadas (3)- Antonio
3.- Perseverancia: Atención y determinación
4.-Los humanos fallan  y los Espíritus no son infalibles
     Frase
5.-Riqueza y acción






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  ¿ POR QUÉ REGRESAMOS A ESTE                   MUNDO ?


  

¿ Siempre aceptan los Espíritus su reencarnación?

El libre albedrío siempre es respetado, por lo que no se obliga a ningún Espíritu a reencarnar contra su voluntad, pero estando inmersos en la Ley de la Evolución Espiritual, llega un momento en que se les hace insostenible el no seguir progresando y comprenden que es en la materia donde podrán alcanzar aquello que les falta para avanzar.
La reencarnación casi siempre es aceptada voluntariamente e incluso, solicitada con ansia por el Ser que se dispone a afrontarla, aunque a veces su miedo al fracaso o al sufrimiento humano de la vida que le espera, le hacen desistir casi desde su comienzo, y se acobardan ante una decisión que postergan para mas adelante.
Salvo en casos de seres en estado de sufrimiento, la vuelta a la carne siempre es mas triste y dura que el regreso después al plano espiritual.
Estos casos en los que ante la dificultad de la vida humana que tienen que afrontar, rehuyen el momento de afrontarlo, pueden explicar algunos casos de abortos espontáneos y naturales que suceden de modo imprevisto , inexplicados por la medicina, pero en los que siempre hay detrás de ellos una causa o trasfondo que los motiva.  La causa básica puede ser la renuncia a culminar su regreso al Ser reencarnante , por temor al sufrimiento o al fracaso , dificultando el proseguir adelante con su proyecto de  evolución mediante otra vida humana.
Lo anterior, como hemos aclarado, vienen a ser casos más frecuentes en seres de menor evolución espiritual, porque a partir de cierto nivel evolutivo, sin embargo, es condición indispensable que la reencarnación la determine y acepte el libre albedrío del Ser para adquirir  las experiencias en  mundos materiales como la Tierra , llevados por un impulso interno, estudiado y decidido para mejorar o evolucionar en el plano físico.

¿ Qué impulsa el retorno del Ser Espiritual a este mundo ?

Cuando el Ser no tiene un lastre negativo desde su pasado, pendiente de superar, este no siente la urgencia de tener que regresar a este mundo para compensarlo o reducirlo, pero sin embargo, antes o después desde el plano o mundo espiritual en que habita, llega un momento en que por imperativos de la Ley de Evolución, comienza a experimentar cierto cansancio a causa de sentir en él cierto estancamiento, entonces presiente y comprende la necesidad de volver de nuevo a las pruebas que ofrece la vida en la materia. Este cansancio se podría comparar al de una persona que lleva muchas horas despierta, sin dormir ni descansar nada; antes o después el sueño y el cansancio lo vencen  y siente la necesidad de descansar y de relajarse, dejándose llevar por ese requerimiento físico y psíquico..
En esta situación, el Ser que va a reencarnar, entra gradualmente en un estado de turbación mayor y mas duradera que la experimentada con la muerte, pues la reencarnación supone para el Ser el proceso inverso y similar al de la muerte en el ser  humano, pero más duro y largo , porque por lo general, para todos los espíritus es más difícil el tener que nacer como ser humano en un proceso de planificación y de desarrollo embrionario que dura nueve meses, que el de la muerte con la desencarnación, que suele ser casi instantánea o de una duración, por lo general, bastante más breve. El nacimiento supone una atadura a la materia que limita nuestra libertad como seres espirituales, mientras la muerte del cuerpo suele suponer  una liberación para el alma.
 Si el deseo de retornar a este mundo es muy fuerte, puede intentar anticipar este momento solicitándolo a sus Mentores o Guías espirituales, para que le sea concedido. Asimismo, tal como se ha  mencionado ya, también puede retrasar este momento si se acobarda y retrocede por el miedo al fracaso ante las pruebas difíciles que sabe que tendrá que afrontar en este mundo, lo cual le es motivo de inquietud y sufrimiento. La cuestión que llega a comprender es que por mucho que retrase su regreso a la vida humana, este finalmente es inevitable cuando es necesario.
El proceso del retorno o reencarnación, puede variar de unos indivíduos a otros, tal como sucede con el proceso de la desencarnación, dependiendo de su grado de conciencia y de su mas o menos avanzado grado de evolución.
Cuando los Espíritus reencarnantes son muy jóvenes en su existencia como espíritus por lo que aún son Primarios, no tienen todavía conciencia del proceso y son inmersos en él de una forma “automática”..
En el caso de otros un poco más avanzados o Secundarios , con cierto grado de evolución alcanzada, están todavía muy apegados a la Tierra, y cuando piden volver lo hacen atraídos por su materialidad,  impulsados por la Ley de Causa y Efecto,eligiendo y planificando su futura vida con la ayuda y consejo de sus mentores o Guías.
Los Espíritus Libres que ya alcanzaron un nivel evolutivo que les permite no tener que reencarnar necesariamente, cuando lo hacen, es voluntariamente  y suele ser en unos muy espaciados periodos de tiempo. Estos Seres ya no sienten el impulso reencarnatorio en los mundos “ de expiación y pruebas”, por lo que  su vuelta a la Tierra casi siempre obedece a motivos de amor y de ayuda hacia otros Seres  que aún permanecen ligados a ella.
En el caso de los  Espíritus Superiores, al igual que los Libres, no están  obligados a reencarnar en mundos atrasados como el nuestro, y cuando lo hacen, solo es por Amor a la Humanidad, con el propósito de ayudar a los Espíritus humanos que se encuentran reencarnados, en su adelantamiento evolutivo . Estos Seres Superiores por su desarrollo intelectual y moral, están capacitados para planificar con gran antelación su retorno y su misión . Para estos, la vuelta a este mundo les supone siempre un sacrificio que solo pueden cumplir con amor y abnegación.

- José Luis Martín-

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      Y sin embargo, cual efigie de dos caras, todo ese valor, toda esa fuerza radiante  y persuasiva que ponía en juego en cuanto sus labios se acercaban al micrófono, se diluían como un azucarillo en agua hirviendo en cuanto salía de los estudios de la emisora. ¿Cómo entender tal contradicción? ¿Cómo valorar a una persona que batía una y otra vez récords de audiencia y que no obstante, caminaba coja en sus relaciones afectivas? Deseo insistir en este aspecto de su naturaleza porque tantas dudas, tanto miedo y tanta desconfianza hacia su propio rol de madre, acabaron por “costarme” la existencia.

      Pero incluso esas acusadas oscilaciones tan peligrosas en una mujer de gran éxito profesional tenían su razón de ser. Para ello, os invito a bucear en su pasado, en el mío y en el de alguien del que me cuesta hasta pronunciar su nombre, pero que necesariamente debía mostrarse en esta historia. No parece que esta vida, al menos en el actual nivel de desarrollo, esté hecha para que vayamos dándonos abrazos cariñosos con todos aquellos seres con los que nos cruzamos. Eso sería pretender estar ciego y no querer reconocer que nuestra ruta se halla compuesta de instantes felices, pero también de otros momentos que pueden resultar muy amargos, sobre todo por la presencia de seres que a todas luces nos incomodan.

      ¡Ay, Antonio, cómo me compadezco de ti! Fíjate hasta qué punto alcanza mi sentimiento que esa emoción negativa que me embargaba contigo por las deudas del ayer, se transformaba en compasión hacia tu persona en cuanto reflexionaba sobre lo que te esperaría el día de mañana. He de reconocer que cuento ahora con una gran ventaja. Te contemplo desde el otro lado de la realidad y en mi caso, eso me aporta precisión, rigor, lucidez en mis pensamientos. Desde mi perspectiva, te veo y solo puedo exclamar hacia mis adentros: “hermano, es tu responsabilidad, has plantado semillas de maldad y cuando germinen, el dolor se apoderará de ti”.
     No quiero arrogarme ningún mérito especial. Sin el pesado lastre que supone cargar con un cuerpo, mi espíritu tiene las cosas más claras pues cuento con muchos datos acerca de una situación que antes ignoraba. Y aun así, afirmo que me he encontrado con muchas almas que pese a vivir mi misma coyuntura, continuaban sin admitir sus errores recientes y rechazaban cualquier posibilidad de rectificación. Y volvían a su casa terrenal con más peso en su zurrón y con escasas intenciones por aligerar su negativa carga. Es el precio que hay que pagar por un  concepto tan esencial como es el de la libertad. Qué bello es poseer el libre albedrío pero qué juicioso hay que mostrarse para administrar el más hermoso don que el Creador ha regalado a sus hijos.

      ¡Antonio, escúchame desde las alturas! No tengo nada en tu contra ni te condeno. Solo le pido a Dios que durante un tiempo me aparte de tu vista y que por un largo período nuestros caminos no se crucen… Como seres imperfectos que somos, todos tenemos debilidades. Una de las tuyas es tu disposición a abalanzarte sobre mí bajo cualquier pretexto, despellejándome con tus afiladas garras. Imploro el perdón para ti al tiempo que ruego para que tu acoso sobre mí cese para siempre…

      Mis buenos amigos: es hora de que sepáis que desde el análisis que he realizado acerca de los últimos hechos sucedidos, yo le atribuyo más carga de culpa en mi aborto a Antonio que a mi propia madre. Tiempo tendréis de compartir o no mi aseveración, pues con mi crónica solo quiero dar a conocer unos hechos que tanto me afectaron. Luego, que cada uno y en uso de su capacidad de evaluación, decida sobre el carácter de unas circunstancias acaecidas no hace mucho en la esfera de vuestro suelo.
      Todo se inició en una jornada otoñal, ya casi de noche, cuando en ese instante el elegante coche conducido por Antonio, se detuvo frente a la sede de la emisora, allí donde Laura trabajaba con el uso de su voz y de sus argumentos hacía ya unos años. No se trataba de una fecha cualquiera. Era un día de celebración para mi madre, su trigésimo cumpleaños, una cifra redonda que podía significar muchas cosas. A mí ya me habían avisado desde hacía un tiempo para que estuviera preparado, porque en cualquier momento podía perder la conciencia y adormecerme a fin de entrar en el seno de mi futura mamá. No iba a viajar solo, como resultaba obvio, sino que iría acompañado de una serie de espíritus expertos especializados en la delicada tarea de introducir mi alma en el cuerpo de aquella mujer.

      Ellos son los que aseguran la reproducción humana y por ende, la continuidad en el proceso de reencarnación de tantos y tantos seres en los diversos rincones de vuestro convulso planeta. Son esos espíritus “constructores”, esos cirujanos genéticos que lo dejan todo preparado y listo, da igual el tiempo o las circunstancias en las que se produzca el fenómeno.

      Aquella noche que se iniciaba había supuesto una nueva jornada laboral en la vida de estos dos protagonistas. Mi futura madre había centrado su programa en los abusos cometidos unas fechas antes por un “bestia” sin sentimientos, que haciendo uso de la brutalidad de sus brazos, le había propinado tal paliza a su esposa que la había dejado en estado de coma teniendo que ingresar de urgencia en un hospital. Por enésima vez y aprovechando la difusión de las ondas, había reflexionado con la audiencia acerca de tan lamentables hechos y había proclamado a los cuatro vientos un sonoro “hasta cuándo” que alcanzara la mente de todos. Laura necesitaba más que nunca concienciar a la población sobre el fin del maltrato en las parejas.
...continuará...


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     PERSEVERANCIA, ATENCIÓN Y 
               DETERMINACIÓN 

      Existen dos conceptos imprescindibles y necesarios para todos aquellos que desean buscar la felicidad interior y el progreso aquí en la tierra. Nos referíamos a la importancia del conocimiento de uno mismo por un lado; y por otro que la dicha y la felicidad, presente y futura, depende exclusivamente de un aspecto: el grado de perfeccionamiento moral.

      El sufrimiento es directamente proporcional al grado de imperfección de nuestra alma; tanto es así que esta regla universal no sólo nos afecta aquí en la tierra, sino fundamentalmente cuando traspasamos la línea de la muerte biológica y accedemos a la vida espiritual. 

      A mayor perfeccionamiento moral; a menor egoísmo, envidia, concupiscencia, materialismo, etc.. nuestro espíritu es capaz de elevar su frecuencia vibratoria y atraer permanentemente pensamientos, sentimientos y acciones afines. Esto es pura ciencia; en el sentido de que nuestros pensamientos y acciones son energías que vibran en determinadas frecuencia de onda, y que por afinidad conectan con otras que les son similares. El cultivo de pensamientos de bien y sentimientos ennoblecedores, modifica nuestro paisaje mental; y como ya están demostrando los neurólogos y psicólogos, del control y orden de nuestros pensamientos y emociones dependen no sólo nuestra salud psicológica sino también el bienestar físico y mental. 

      Lo mismo sirve a la hora de sintonizar con otras entidades del mismo registro vibratorio que se encuentran en el plano espiritual; con ello, somos asistidos, auxiliados y protegidos si nuestra condición moral vibra en el bien, mientras que nos vemos rodeados de perturbación si nuestros pensamientos y acciones viven enfrascados en las adicciones materiales, las pasiones, los vicios o los defectos que nos imantan al materialismo embrutecedor. 

      Una vez comprendida esta realidad, que se presenta de forma automática en nuestras vidas, es preciso comprender cuál sería la mejor actitud psicológica para enfrentar el conocimiento personal y nuestra reforma interior. Y en este sentido hemos de mencionar algunas herramientas, a disposición de todo ser humano, que nos ayudan mucho en este trabajo tan arduo (el más difícil que existe) como es el conocimiento de nosotros mismos. 
Con frecuencia, todos aquellos que anhelamos superarnos moralmente y crecer espiritualmente, solemos afligirnos al comprobar que cometemos errores de la misma naturaleza una y otra vez. En este sentido nos hacemos conscientes de nuestra propia imperfección y de lo difícil que es esta labor. No obstante en este sentido lo importante es “darse cuenta”. Es este darse cuenta, lo que nos faculta para estar sobre aviso la próxima vez; a fin de que llegado el momento tomemos el control de la situación y tengamos la reacción precisa que nos ayude a superar el error reincidente. 

      En este eterno camino de búsqueda de la perfección interior y del conocimiento de uno mismo, son muy importantes la perseverancia, la atención y la determinación (voluntad). Es beneficioso perseverar en nuestra actitud de cambio hacia el bien; a pesar de que la comprensión de nuestra naturaleza imperfecta intente abatirnos el ánimo y llevarnos a la depresión, e incluso a la equivocada idea que a veces alimentamos: “no puedo cambiar”. Todo cambia en el universo; todo se transforma, y el hombre todavía más, pues tiene los recursos para hacerlo, necesitando únicamente paciencia y voluntad. 

      La segunda herramienta que debemos estimar y mantener siempre vigilante es la atención. Vivimos en una sociedad donde la prisa, el dejarse llevar por el momento y las circunstancias que nos rodean, nos llevan a la distracción de nuestros objetivos espirituales, pues impiden que centremos nuestra atención en lo que es verdaderamente importante para nuestro ser interior. 

      Así pues, la atención a nosotros mismos, es un objetivo prioritario para alcanzar la comprensión de aquellas cosas que son importantes en nuestro carácter y que el tiempo nos permitirá superar. Un auto análisis diario sobre nuestras debilidades e imperfecciones, que a veces se manifiestan a través de los errores y el daño que infringimos a los demás (muchas veces inconscientemente, pues no nos damos cuenta) es importantísimo. 

      Pongamos un ejemplo: si yo no soy consciente de mi amor propio, y ante la más leve insinuación por parte de otra persona de una equivocación cometida por mí, reacciono con violencia…. he de focalizar mi atención en esta imperfección que me granjeará muchos disgustos, e incluso enfrentamientos con mis semejantes. 

      Una tercera herramienta a nuestra disposición es la determinación para el cambio; para la transformación interior, y para el esfuerzo que ello supone. Ante la realidad de la imperfección moral que, de una u otra forma todos tenemos, hemos de determinarnos para enfrentar ese conocimiento con humildad; sabedores de nuestra limitada evolución espiritual, y por ende, la necesidad de conocernos espiritual e internamente para corregir aquello que hacemos mal. 

“Con todas las fuerzas en contra, perseverar. Jamás doblegarse. Mostrarse fuerte atrae el auxilio de los dioses” Goethe 

“Si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas a las que miras cambian” Wayne Dyer – Psicólogo 



Antonio Lledó Flor -  Amor, paz y caridad. Grupo Villena.


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                                                  CODIFICACIÓN

            
    Los humanos fallan  y los Espíritus no son 
                           infalibles

      Por lo general se cree que, si se interroga al Espíritu de un hombre que en la Tierra ha tenido un conocimiento profundo en alguna especialidad, de él se obtendrá la verdad con mayor certeza. 
      Esto es lógico, pero no siempre es cierto. La experiencia demuestra que los sabios, tanto como los demás hombres, en especial los que dejaron la Tierra recientemente, todavía se encuentran bajo el dominio de los prejuicios de la vida corporal, puesto que no se despojan de inmediato del espíritu de sistema. Por consiguiente, puede suceder que, bajo el influjo de las ideas que alimentaron cuando estaban vivos, y de las cuales hicieron para ellos mismos un título de gloria, vean con menos claridad de lo que creemos. Lejos estamos de presentar este principio como una regla. Sólo decimos que es algo que sucede. Así pues, la ciencia humana que ellos poseen no siempre constituye una prueba de su infalibilidad como Espíritus. 

266.* Al someter todas las comunicaciones a un examen escrupuloso, escrutando y analizando el pensamiento y las expresiones de los Espíritus, como hacemos cuando se trata de juzgar una obra literaria, y rechazando sin vacilar todo lo que sea contrario a la 
lógica y el buen sentido, así como todo lo que desmienta el carácter del Espíritu que supuestamente se manifiesta, lograremos que los Espíritus embusteros se desalienten y terminen por retirarse, a partir del momento en que queden debidamente convencidos de que no podrán engañarnos. Una vez más decimos que este es el único medio de lograrlo, pero es infalible, dado que ninguna mala comunicación resiste a la crítica rigurosa. Los Espíritus buenos nunca se ofenden por eso, y ellos mismos nos aconsejan este procedimiento, pues no tienen motivo alguno para temer al examen. Solamente los malos se disgustan y tratan de eludir la crítica, porque tienen mucho que perder. De ese modo demuestran lo que son. 
        Veamos el consejo que al respecto nos dio san Luis: 
“Por legítima que sea la confianza que os inspiren los Espíritus que dirigen vuestros trabajos, hay una recomendación en la que nunca insistiremos demasiado, y que deberíais tener presente siempre que os entregáis a vuestros estudios: la de evaluar, analizar y someter al control de la razón más rigurosa todas las comunicaciones que recibís, así como no dejar de pedir las explicaciones necesarias para que podáis formaros una opinión, cada vez que un punto os parezca sospechoso, dudoso u oscuro.” 

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS Capítulo XXIV  
ALLAN KARDEC. 

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"Cuando atravieses dificultades o enfrentes rudas pruebas y severas expiaciones, recurre a la oración y comprobarás su auxilio, y constatarás los beneficios que obtendrás".
 Nieves García Sanchez

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                  RIQUEZA Y ACCIÓN
Todas las oportunidades de estudio y progreso,  mejoramiento y educación, constituyen talentos que el Señor nos presta, a fin de que podamos con ello colaborar en la extensión de la Obra Divina.
En razón de eso, la riqueza no es solamente el depósito bancario o la bolsa repleta.
La riqueza es también salud que produce confort y el pensamiento equilibrado   expresado en bendición de seguridad.
Riqueza es la mano que trabaja y la inteligencia que razona.
Por eso mismo, nadie es tan pobre que no pueda hacer algo en la ruta del bien común.
Considerada así, la riqueza en el mundo es como la sangre en el cuerpo.
La maquina fisiológica se yergue, en todo su conjunto excelente  de piezas, por la base del liquido sanguíneo que circula, generoso e incesante.
Todo en ese universo de células microscópicas es actividad infatigable, para que la vida se exprese divina y soberana.
La parada intempestiva o el empobrecimiento de la sangre  acarrean la muerte.
En nuestra condición de ricos del dinero  o de la debilidad, del coraje o de la esperanza, equilibrio o conocimiento, es indispensable nos demos al servicio de la elevación y de la felicidad de todos los que nos rodean, debido a que la pereza, hermana gemela de la avaricia, es, en verdad, la fuente de la ignorancia que trae consigo, en todo, las llagas de penuria y los tormentos del mal.
La riqueza no es mala para Dios, al revés, Dios quiere que vivamos en la prosperidad. La riqueza trae progreso, y éste mejora nuestra calidad de vida. Lo que no es bueno para Dios, es que vivamos en función de la riqueza, olvidándonos de lo demás........
En efecto, desde el punto de vista de la Esfera  Espiritual, el hombre afortunado en la Tierra aparece siempre a la manera de alguien amenazado por un gran riesgo.
Operarios  de la evolución  a quienes se confió la administración del oro,  aquellos  que tienen en sus manos las finanzas de la comunidad, aparentan  ser compañeros constantemente amenazados por la posibilidad  de algún desastre inminente, al igual que los responsables  de conducir la energía eléctrica,  en contacto con elementos  de alta tensión o como los especialista de un laboratorio cuando están obligados a manipular cierta clase de virus o venenos, con el fin de la preservación y beneficio del pueblo.
El dinero  en las garras de la usura puede agravar los flagelos de la orfandad y los tormentos de la viudez, en las manos adecuadas del bien convierte la pobreza  en trabajo  y el sufrimiento en educación.
Si la riqueza atesorada  que no rinde utilidad  para todos puede generar el colapso del progreso, algunos centavos aplicados  al impulso de la caridad constituyen fortalecimiento del amor en la Tierra, porque se convierten  a cada instante  en remedio para el enfermo carente, en un libro renovador para las víctimas  del desanimo, en el techo para los vagabundos y en el trago de leche  que tonifica el cuerpo  desnutrido de un niño sin hogar.
Nadie tema a la enorme responsabilidad de los bienes efímeros entre los humanos, sino recibamos la propiedad como una concesión santificante, cuyos beneficios  es preciso esparcir para provecho general, atentos a la  ley relativa  a que la felicidad solo es autentica felicidad cuando está sustentada en la edificación de la felicidad que se debe a los otros.
De tal modo, comprendamos con la seguridad que da la lógica, y con el equilibrio de la sensatez, que en realidad no se puede servir a Dios y a Mamón, pero que nuestra elemental obligación es poner a Mamón al servicio de Dios.

Médium Chico XavierPor el Espíritu Emmanuel – Del Libro: Lo Esencial, y del libro “La Religión de los Espíritus”
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