martes, 23 de abril de 2019

Ángeles y Demonios

   
 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Las ECM y la Muerte
2.-La experimentación Espírita: Escritura Mediúmnica
3.- Ángeles y Demonios
4.-Una Vida inacabada (5): Primer encuentro
5.-Sentimientos (2)



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                               LAS ECM Y LA MUERTE


El tema de la muerte o la frontera entre la vida física, que es la que conocemos, y la otra vida, suscita permanentes debates e incertidumbres que obligan al hombre común a buscar respuestas que le ofrezcan, a ser posible, una claridad, una certeza sobre el porvenir.
La muerte y el Más Allá no son un tema a resolver exclusivamente desde un punto de vista filosófico o religioso, ni tan siquiera científico, puesto que atañe a la esencia misma del ser humano y al grado de madurez espiritual que haya sido capaz de alcanzar, de una sensibilidad que le permita captar el significado trascendente de la vida. Nace de dentro hacia afuera, muchas veces basta con que encuentre los estímulos externos que le hagan despertar en su interior.
A lo largo de estos últimos artículos hemos repasado algunas creencias establecidas en nuestra cultura religiosa: el cielo, el infierno, el purgatorio…, incluso la “nada” como la opción más materialista. Sin embargo, en esta ocasión nos vamos a detener en el terreno de las experiencias personales, aquellas que guardan relación con los acontecimientos que les ocurren a ciertas personas que se encuentran en el umbral de la muerte, e incluso llegan a estar clínicamente muertas. Nos referimos a las ECM o Experiencias Cercanas a la Muerte.
Este tema lo consideramos de extraordinaria relevancia por cuanto contribuye con sus innumerables testimonios a reforzar otros ámbitos de las manifestaciones de tipo espiritual que nos hablan en un mismo sentido, como pueden ser las manifestaciones mediúmnicas o la transcomunicación instrumental (TCI), por citar algunas.
Se trata de las experiencias que les ocurren a muchas personas en el transcurso de una crisis orgánica, bien sea producto de un accidente o de una enfermedad. En un momento dado quedan clínicamente muertas, es decir, se detiene el corazón y la actividad cerebral se para. A partir de ese momento, mientras los equipos sanitarios tratan de recuperar al paciente, este comienza a vivir una experiencia que no olvidará jamás.
Se ve flotar y al mismo tiempo observa desde lo alto de la sala un cuerpo al cual muchas personas tratan de reanimar; enfermeras y médicos corren de un lugar para otro; ya no siente ninguna molestia física, y piensa que no merece la pena recuperar el cuerpo inerte. En su nuevo estado se encuentra con que posee un cuerpo espiritual idéntico al que acaba de dejar pero que no le perturba lo más mínimo. Posteriormente, observa un punto de luz que por momentos se va haciendo más grande hasta que lo llega a envolver ofreciéndole una sensación de paz y de amor indescriptible. Percibe a seres de luz que muchas veces no llega ver, pero que los siente con claridad; le acompañan en todo momento, incluso algunos de ellos los reconoce como familiares ya fallecidos.
En ocasiones, algunos sujetos que viven estas experiencias se ven trasportados a lugares maravillosos, de un colorido y de una belleza imposible de comparar con nada de la Tierra. Observan con los ojos del alma, durante un tiempo imposible de medir, los acontecimientos de sus vidas, pero desde otra perspectiva diferente, es decir, en base a los sentimientos y reacciones que ha provocado en los demás.
Finalmente, llegan a una especie de frontera en que se les advierte que no la pueden traspasar, pues esto ocasionaría la ruptura total con la vida física. Se les comunica que su misión no ha finalizado todavía; una misión que consiste básicamente en aprender a amar incondicionalmente y a adquirir sabiduría. Posteriormente vuelven al cuerpo físico y retoman los dolores y sufrimientos propios del estado en el que se encontraban, recuperan la consciencia y observan al equipo médico, pero esta vez ya desde “dentro de su cuerpo”.
Esta es, grosso modo, el modelo de experiencia común a una mayoría de pacientes que se han visto envueltos en este tipo de crisis fisiológica grave, variando de unos a otros algunos matices y circunstancias.
Los trabajos, entre otros, del Doctor Raymond Moody, la doctora Elisabeth Kübler Ross, del cardiólogo Pim van Lommel o Sam Parnia, de la Universidad Stony Brook en Nueva York (EE.UU.), son encomiables, puesto que fueron capaces de recabar y clasificar entre todos ellos miles de casos en todo el mundo, poniendo de relieve la importancia de las Experiencias Cercanas a la Muerte. Cabe destacar sobre todo a los dos primeros, el doctor Moody y la doctora Kübler Ross, quienes fueron verdaderos pioneros, puesto que abrieron una vía nueva de observación de los fenómenos denominados “casi muertes”. Un estudio serio, objetivo y riguroso que, sin embargo, no les supuso un reconocimiento inmediato de su trabajo, sino todo lo contrario, un rechazo, como suele ocurrir cuando surgen ideas nuevas que amenazan las que están ya establecidas desde tiempo casi inmemorial. Estamos hablando de una época, finales de los 60, e incluso bastantes años después, donde la muerte continuaba siendo una cuestión tabú en el campo de la medicina; nadie le prestaba atención en los ámbitos académicos y científicos.
En la medicina de aquella época se observaba la muerte como un fracaso de la ciencia, y que una vez se había consumado en el paciente ya no se le prestaba ninguna atención. Las experiencias cercanas a la muerte se observaban con mucho escepticismo o incluso eran catalogadas como “anomalías” extrañas e irrelevantes. Tuvieron que ser estos investigadores audaces ya mencionados, así como otros posteriores, los que abrieran el tarro de las esencias del verdadero sentido de un fenómeno muy común pero escondido a la luz pública.
¿Por qué es tan importante el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte? Sin ninguna duda, por muchos motivos:
– Porque no discrimina edad, creencias u origen cultural. Cualquier persona de cualquier país del mundo es susceptible de vivir este tipo de experiencias.
– Porque los testimonios son abrumadoramente coincidentes. Pueden variar en matices o detalles más o menos extensos, pero la base fundamental es común a todos ellos.
– Porque también atañen a los niños, seres que todavía no han tenido tiempo de ser manipulados o fuertemente influenciados por creencias o informaciones recibidas.
– Porque marcan extraordinarias similitudes y coincidencias con lo vivido por ciertos místicos de todas las épocas y de diferentes religiones, al narrar sus experiencias de verse desprendidos de su cuerpo físico, en un estado de alteración de la conciencia.
– Porque también ha alcanzado a los propios médicos y a personajes ilustres del campo de la medicina o de la ciencia, personas tan poco dudosas como es, por ejemplo, el doctor Eben Alexander, neurocirujano de Harvard, quien vivió una experiencia muy intensa y extraordinaria, recogida en su obra best seller “La Prueba del Cielo”.
– Porque coincide con los mensajes recibidos a través de numerosos médiums, y que fueron codificados y ampliamente explicados por Allan Kardec, el padre del espiritualismo moderno, bien llamado Espiritismo.
Es digno de mención el paralelismo existente entre el método de trabajo riguroso e imparcial de los doctores Moody, Kübler Ross, Van Lommel o Sam Parnia de la época actual, con las investigaciones de Allan Kardec a mediados del siglo XIX. El denominador común a todos ellos fue y es la recopilación de testimonios de personas que se “fueron” y vivieron una intensa experiencia, para después “volver” al cuerpo físico. En el caso espírita, son aquellos que se fueron pero ya no volvieron con su propio cuerpo físico, pero que ayudados por intermediarios sensibles (médiums) fueron capaces de transmitir su experiencia a  nuestro plano material.
¿Coincidencia? ¿Casualidad? Sería mucho decir. Más bien se trata de unas evidencias que cada día, en base a los progresos de la humanidad, se hacen más patentes. El grado de aceptación e interés por estudiar estos temas trascendentes que tienen que ver con el Más Allá y lo que ocurre después de la muerte ya no son extraños para una mayoría, incluso en el campo científico y en base a los nuevos descubrimientos que la física cuántica está constatando: Universos paralelos, partículas que varían su comportamiento sólo cuando son observadas, etc., nos abren un abanico de posibilidades que converge con aquello que nos transmite la doctrina espirita recopilada por el propio Allan Kardec.
Por lo tanto, podemos afirmar que la muerte no existe. Las ECM siguen siendo a día de hoy un poderoso pilar donde se puede apoyar el ser humano para confirmar aquello que a nivel teórico ya sospechaba, dándole un sentido definitivo a su vida, priorizando el trabajo que atañe a su realidad espiritual y que es, sencillamente, el aprendizaje del amor incondicional y el conocimiento práctico. Un camino seguro hacia la plenitud.
José M. Meseguer-Amor, Paz y Caridad, 
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LA EXPERIMENTACIÓN ESPIRITA: 
ESCRITURA MEDIÚMNICA 
     Nuestros contradictores se complacen, a veces, en señalar los abusos derivados de una mala práctica experimental del Espiritismo, en hacer resaltar las decepciones que se está expuesto a sufrir en él. Ahora bien, estas resultan casi siempre de las condiciones defectuosas en que se opera,de la inobservancia de las reglas establecidas por los Espíritus..

     Algunos lectores, al tomar conocimiento de las obras de escritores espiritistas, se sienten impresionados, sobre todo, por los hechos y testimonios que allí se relatan. En su arrebato de entusiasmo son movidos a creer que tales hechos se dan con frecuencia, en gran número, y que son fáciles de obtener. Olvidan las exigencias propias de la publicación, que nos obligan a agrupar, a condensar en espacio restringido, fenómenos que en realidad se produjeron en un período de tiempo considerable y en lugares muy distantes entre sí. Cuando este tipo de lectores abordan el terreno experimental lo hacen sin método ni preparación, descuidan las recomendaciones que se han dado al respecto, las precauciones esenciales que es preciso adoptar, y echan al olvido nuestros consejos.                

Después, si no obtienen resultados inmediatos, se cansan pronto y abandonan la partida. 

     Es menester un estudio profundizado del Mundo Invisible para orientarse en medio de los fenómenos y determinar con exactitud sus causas. Demasiados elementos diversos hay, en las fuerzas que intervienen en el curso de las sesiones, para que los experimentadores mal preparados, insuficientemente instruidos, puedan evitar los errores y las ideas falsas. 

     Por eso es prudente no admitir en los grupos sino a aquellas personas que se hayan entregado a un estudio teórico previo, el que proporciona la lectura atenta y reflexiva de las obras especializadas. 

     El principio de la comunicación espírita es la ley armónica de las vibraciones. Como se sabe, cada alma constituye un centro de fuerzas cuyas radiaciones varían en extensión e intensidad, conforme a su naturaleza y a su grado de elevación. La acción de la voluntad puede aumentar o disminuir el poder de tales vibraciones. Poseo una fotografía en la que, bajo la influencia de la oración, se ve cómo los efluvios que emanan de los dedos del experimentador se extienden y cubren toda la placa, mientras que en estado de reposo del pensamiento no producen sino débiles efectos. 

     La vida corpórea amortigua las radiaciones del alma, pero no las suprime. Existen tantas diferencias entre los diversos estados vibratorios como las hay entre las fisonomías y los caracteres humanos.- Sin embargo, es necesaria cierta concordancia para que se establezcan relaciones entre Espíritus y encarnados. 


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CODIFICACIÓN
ÁNGELES Y DEMONIOS




   128 – Los seres a quienes llamamos ángeles, arcángeles y 

serafines, ¿forman una categoría especial de diferente naturaleza que los otros Espíritus? 


– No; son los Espíritus puros, los que están en lo más alto de la escala y reúnen todas las perfecciones. 
    La palabra ángel revela generalmente la idea de la perfección moral; pero, se aplica con frecuencia a todos los seres buenos y malos que están fuera de la Humanidad. Así se dice: el ángel bueno y el ángel malo, ángel de luz y ángel de tinieblas. En este caso es sinónimo de Espíritu o genio. Nosotros la tomamos aquí en su acepción buena. 

-Allan Kardec-

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      Para Antonio, a diferencia de mi madre, nunca existieron las dudas que muchas personas poseen a la hora de incorporarse al entorno laboral. Al poco de iniciar su andadura en la facultad de económicas, se aseguró un buen futuro profesional en uno de los bancos donde su familia poseía un buen número de acciones, una gran influencia y un gran poder de decisión. Al final, el joven se inclinó por ingresar en la Bolsa, donde comprando y vendiendo los más diversos productos financieros se encontraba como pez en el agua.

      Prosiguiendo con el relato de aquel primer encuentro, desde el inicial cruce de miradas, Laura sabía que su destino más próximo quedaría vinculado a aquel hombre alto, de buen porte y distinguidas formas. Carlos era íntimo amigo de Antonio desde la infancia y dada su sociabilidad y su carácter extrovertido, tenía el don de conocer gente en todas partes, incluso en la radio. Por ese motivo, invitó a aquella chica de la emisora, de la que el director solo hablaba maravillas por su habilidad con el lenguaje a través de las ondas.

      Coincidiendo los dos amigos en la mesa donde se repartían las viandas para el alegre evento, la llamada del destino hizo que en aquel instante apareciera por allí la figura de mi madre, la cual permanecía completamente ajena al porvenir que le esperaba tras aquella gala social entre estudiantes, muchos de ellos recién graduados.

      —Pero…¡si eres Laura! —afirmó Carlos con tono divertido—, algo afectado por la ingesta de alcohol. Ja, ja, qué casualidad, coincidir con una de las más firmes promesas radiofónicas de toda la ciudad. Bueno, la verdad es que solo nos hemos visto un par de veces pero como el director de la emisora es conocido mío, él nos presentó. Me alegro de que al final aceptaras la invitación. Lo hice porque tú misma me dijiste que este mes finalizabas tus estudios y qué mejor ocasión para celebrarlo. En fin, supongo que pronto te podremos sintonizar para escuchar tu dulce voz…ja, ja, ja… ¡Pero qué gracioso resulta todo esto! ¿Te imaginas? ¡Estoy hablando cara a cara con una persona a la que en el futuro solo podré escuchar y escuchar pero sin verla! Es que me muero de la risa…

     —¡Ejem! —carraspeó Antonio intentando llamar la atención de su locuaz amigo.

 —¿Eh? ¿Qué pasa? —preguntó Carlos mirando hacia su lado derecho—. ¡Ah, sí, perdona, Antonio! Con tanta diversión me había olvidado de ti… Mira, Laura, este es mi mejor amigo desde que éramos críos. Te presento a Antonio, gran economista y negociante nato. Al igual que tú acaba de terminar su carrera y seguro que dentro de nada manejará en su ordenador millones de dólares de esos americanos…ja, ja, ja… Es que este chico, además de elegante, tiene habilidad para todo…

      —Caramba, Carlos —afirmó con mesura mi padre—,  te noto hoy más vivo que nunca. Creo que has espantado un poco a la señorita con tanta palabrería. ¿No ves que la has dejado sin habla con ese discurso tan veloz? Has intentado decir en segundos lo que otros, en condiciones normales, hubieran tardado minutos explicándose con cierta pausa. Venga, no te asustes, Laura. Mi amigo, aunque esta tarde sea el anfitrión, a veces se comporta de una forma impetuosa. ¡Anda, Carlos! ¡Vete por ahí un poco a agasajar a tus numerosos invitados! Seguro que te lo agradecen. Te necesitan para que manejes todo este barullo de gente con tus grandes dotes de organización… Y no te preocupes que ya me encargo yo de tu amiga… ¡Ah, y no bebas tanto, caramba, que acabamos de empezar! ¡Deja algo para los demás!

      —Bueno, yo me voy —contestó Laura con expresión de timidez—. He de volver con mis compañeras. Solo había venido aquí para coger algo de comer…

      —Ay, no, por favor —suplicó Antonio con una cálida sonrisa entre sus labios—. Si mi amigo nos ha presentado ha debido ser por algún motivo especial. Antes de que vuelvas con tus amistades, quizá sería bueno salir un poco al jardín para hablar con más calma. Además, aquí hay mucho ruido para conversar y empieza a hacer calor… ¿No te parece?

       —Sí, es cierto, pensándolo bien no estaría tan mal. Con esta música tan alta, en unos minutos me dolerá la cabeza. Quizá sea una buena idea salir para despejarse un poco…
      Contemplando aquellas imágenes, los movimientos, los gestos y hasta las miradas de los recién presentados, tuve la fuerte impresión de algo muy penetrante en mi interior: esos primeros momentos de intercambio entre dos seres que acababan de conocerse resultarían clarificadores para condensar el anticipo de lo que aquella relación daría de sí en los siguientes años.

      Laura partía de una historia afectiva cuyo espejo se reflejaba en la percepción de la nada. Se trataba de una mujer con muchos sueños amorosos, lectora compulsiva de novelas románticas, pero que pese a una figuración tan apasionada no acababa de consolidar ninguna relación con un hombre. Unas veces era porque no se le aproximaba el individuo adecuado a sus expectativas y en otras, cuando mostraba algún interés emocional por alguien, este ya se hallaba comprometido o bien no respondía ni a la más introvertida de sus miradas.

       Para mi madre, resultaba inconcebible aproximarse a un hombre y mostrarle su disposición. Todo el desparpajo que exhibía delante del micrófono se transformaba en aturdimiento a la hora de enfocar un acercamiento afectivo. Algo desconocido en su interior y proveniente de no se sabe dónde, la bloqueaba por completo.


...continuará...

                                                                 ********************************


                                                    SENTIMIENTOS
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       Los diccionarios definen los sentimientos como un conjunto de cualidades morales del indivíduo, cuya incidencia transformadora en una sociedad es notable. Si careciera de cualidades morales, el hombre regresaría a la barbarie, a las guerras interminables, a los sufrimientos de toda índole. Esas cualidades representan la esencia de las leyes divinas que rigen la felicidad humana. Sin ellas jamás conquistaríamos un estado de pureza interior; despreocupado de las cualidades morales el hombre no estaría completo en su evolución, se perdería en una noche de infinita tristeza.
     Desde el punto de vista espírita, los sentimientos fueron aflorando progresivamente en la psíquis, Fue un proceso de transformación amparada por los milenios, que maduró gradualmente en el sustrato espiritual, aun antes de la fase humana.
     Esas energías modificadas por el tiempo, originadas en la evolución de los instintos primarios, adquirieron el colorido de la sensibilidad en expansión, hasta plasmarse en las primeras emociones y sentimientos, así como en los restantes elementos de la psíquis en franco desarrollo.
   Los sentimientos son la expresión de esos atributos psíquicos bajo la forma de valores morales. De a poco comienzan a aparecer las primeras emanaciones de bondad, de solidaridad y de los demás elementos efectivos que fluyen del espíritu en evolución. La forma más primitiva de tales sentimientos se manifiesta en las expresiones de la maldad, el egoísmo, el orgullo y todas las modalidades afines con esa etapa. Es significativo que el hombre todavía presenta fuertes impulsos instintivos de salvajismo, de sensualidad no resuelta y de otras características similares que contaminan nuestro campo mental.
     El campo de los sentimientos aguarda todavía un cuidadoso trabajo por parte de la sociedad terrestre. Debe ser más conocido, analizador y educado, hasta que podamos salir definitivamente del estado de la irresponsabilidad que tanta desdicha ha acarreado a los hombres.
     No sin razón Allan Kardec repitió con insistencia: "...es imprescindible que los encarnados, tanto como los desencarnados, se ocupen de los sentimientos". ¿Cómo forjar una sociedad educada moralmente, que irradie alegría, sin antes haber educado lo primordial del alma humana: sus sentimientos?. La espiritualidad surge precisamente de la educación de dichos valores. No existe otro camino.

- Jason de Camargo- ( Educación de los Sentimientos)

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