domingo, 31 de marzo de 2019

Instintos

  INQUIETUDES ESPÍRITAS

 Índice:

1.- Chico Xavier: Un homenaje de amigo
2.- La lejana historia de la mediumnidad
3.-Metempsicosis
4.-La carne es débil
5.-Instintos




                            *************************************************


      Chico Xavier : Un homenaje de amigo

     Es con inmensa e inenarrable alegría el que aquí divulgamos la elección de Francisco de Paula Cándido Xavier, como el mayor brasileiro de todos los tiempos, un premio otorgado por votación popular en el Sistema Brasileiro de Televisión(SBT)
     Desde que tomé contacto con el Espiritismo me fueron presentadas como obras para estudio, las obras  de André Luiz y Emmanuel, junto a las de Allan Kardec..
     Sus mensajes psicografiados como primer impacto, me llamaba la atención la realidad moral, bebía el conocimiento que pasaba por sus benditas manos y alcanzaba de lleno nuestro corazón, abriendo nuevos horizontes en nuestra mente en expansión.
     La búsqueda de conocer sobre el médium Chico Xavier, nos llevó a sus innumerables biografías, y  mucho más que ser  un individuo portador de facultades anímicas y mediúmnicas de excepcional exteriorización, estaba la persona que sirvió y sirve de inspiración.
      Cuando me adentré en el Espiritismo apenas tenía diecinueve años, en una cultura social en la que el joven intenta mostrar lo que no es, a través de sus ropas, intentando exteriorizar lo que no tiene. Al mirar a mis padres en aquel tiempo, recuerdo que eran semi-analfabetos, a pesar de tener unos sentimientos superiores, pero lo que contaba era la apariencia.
La primera lección que Chico me daba indirectamente, pues nunca lo vi, por lo menos en esta existencia, era su inestimable amor a sus padres, simples como los míos, él me enseñó a ver a mis padres por la lectura del corazón y no por la lectura y exteriorización de la transitoria apariencia y del saber humano.
     Que no importaba lo que hacían y sí cómo lo hacían....
     En el libro Nuestro Hogar, después de las primeras páginas, la frase: "Cuando el trabajador está preparado, el trabajo aparece". Eso me llevó a no rechazar jamás y decir no al llamamiento del trabajo espiritual, colocándome a disposición de la causa del bien.
     Me enseñó a mirar a las personas a los ojos, sin preocuparme por saber su nombre y apellidos, o de saber sobre su conocimiento humano, o sea, vera las personas solo como personas, pero sobre todo como hermanos, pues ante Dios somos todos iguales, llevándonos a atender a todos sin distinción.
     Que era posible sembrar el bien en cualquier condición y en cualquier lugar.
Durante algunos años quise ser como él, intentar imitar sus pasos, sus actos, pero el tiempo me enseñó quien era yo en realidad, al confrontar el ser que yo idealizaba ser, y el ser que yo era realmente, este encuentro fue decepcionante para mí, porque no estaba yo tan evolucionado como pensaba, pues me había colocado en mi verdadero lugar, dejando a Chico en su sitio.
     Chico pasó a figurar como el compañero sabio que mucho tenía y tiene que ofrecer a este aprendiz de sí mismo,, miraba continuamente a su vida y a la mía, y lo veía como un amigo que nunca pude mirar a los ojos y decirle, gracias amigo, porque sus caídas y aciertos me servirán de alerta.
     Observo a Chico Xavier y Herculano Pires,que en el segundo en su libro Vampirismo, llama a  André Luiz neófito por describir los ovoides; eso no avala su amistad y respeto de años, pues para ellos era una crítica a André Luiz y no a Chico; osé  hacer una crítica constructiva a un médium de actualidad y perdí un amigo, pues la mayoría de los médiums se confunde con el Espíritu, si es que hay algún Espíritu.
    Cuando la F.E.E. lanzó una traducción de El Evangelio según el Espiritismo, que desfiguraba su traductor Paulo Alves de Godoy, acusaba a Chico Xavier y a Emmanuel , por apoyo a tal trabajo, Herculano salió en defensa de ellos en un triste episodio en la historia del espiritismo paulista.
     El amigo Chico continua ahora su jornada en el mundo espiritual, sirviendo de ejemplo de buen médium, no solo porque sus facultades eran limpias, sino porque sabía distinguir lo que era suyo de lo que era de otro, y asumía sus responsabilidades ante la vida y el mundo.
     Chico, te homenajeo no porque necesite ser como tu, sino porque anhelo comprender el amor y amar como tu has amado.
(Traducción de Jose L.Martín)

                                                          ***********************




                                                                   
                 LA LEJANA HISTORIA DE LA 
                    MEDIUMNIDAD

       Ciertas personas consideran, equivocadamente, la mediumnidad como un fenómeno propio de los tiempos modernos, cuando en realidad pertenece a todos los siglos y a todos los países. Desde las edades más remotas, han existido relaciones entre el mundo de los vivos y el mundo de los espíritus.

      Si interrogamos a los Vedas de la India, los templos de Egipto, los misterios de la Grecia, los recintos de piedra de la Galia, los libros sagrados de todos los pueblos, en todas partes, en los documentos escritos, en los monumentos y en las tradiciones, encontraremos la afirmación de un hecho que ha subsistido a través de la vicisitudes de los tiempos; y este hecho es la creencia universal en las manifestaciones de las almas libertadas de sus cuerpos terrestres.


      Veremos que estas manifestaciones están mezcladas de una manera estrecha y constante con la evolución de las razas humanas, a tal punto, que son inseparables de la historia de la Humanidad.

León Denis, En lo Invisible.


                                                             ***************************




                                                                               
                                                 METEMPSICOSIS

                               ¿ Que es la Metempsicosis ?

       Este nombre, también dado a la Reencarnación,  ha sido utilizado y diferenciado para exponer conceptos falsos y absurdos,  que tienen sus orígenes en el Brahamanismo de la India. Consiste en poder volver a reencarnar en un animal o planta como castigo cuando la vida de la persona  fallecida  ha sido mala e impura. Asimismo  también es la idea de que se podrían transferir aspectos psíquicos   ( el alma o parte de la misma) desde una persona viva hasta un cuerpo sin vida, que se recompone en  ese cuerpo resucitado ("zombie").
       Tal como afirma Kardec en “El Libro de los Espíritus”, desde el momento en que el Principio inteligente ha evolucionado hasta el grado necesario para ser Espíritu humano, este deja de ser alma animal, aunque de ella aun le quedan como vestigio las pasiones de la materia con el apego a la misma y el instinto de conservación.
      Esta superstición atañe solamente a las religiones reencarnacionistas, desempeñando en algunos creyentes un papel amenazador  similar al del Infierno  de los cristianos, quienes copiaron y admitieron esta idea del castigo para el alma culpable, aunque  en el brahamanismo a diferencia de la idea  cristiana del infierno, al no creer en una suerte eterna y definitiva para el alma después de la muerte, ese castigo  es sustituido por esta otra  amenaza,  para ellos tan cruel como el infierno cristiano, porque tener que regresar  a este mundo como un animal  y a veces hasta considerado  inmundo, debe ser algo totalmente indeseable y terrible.
      Herodoto, considerado como el padre de la Historia, decía que este concepto era como un castigo necesario al espíritu recalcitrante que así viola la ley de evolución con un retroceso a la fase animal ( en realidad la involución del alma no existe; si acaso existe el estancamiento temporal. Téngase en cuenta que lo ganado ya no se pierde).
      Los antíguos egipcios  consideraban este concepto de reencarnar en animales debido a la errónea interpretación del fenómeno de la “Zooantropía” por la que sus médiums o sacerdotes llegaban a ver  a Entidades humanas que en un frplorable estado perturbado e infeliz presentaban formas animalescas en parte de sus semblantes, ( recordemos los posibles orígenes de las leyendas del “hombre lobo”), como castigo  de deformación de sus funciones orgánicas y psicológicas  por un abuso de las mismas en una existencia humana anterior. Este castigo  para el alma que asume el estado de la zooantropía, siempre es de carácter transitorio y algunos Seres espirituales recalcitrantes en el mal, lo sufren durante la erraticidad, hasta que la reencarnación les libera de ese castigo y les da la oportunidad de recuperar sus atributos humanos normales.
      Según los conceptos hindúes sobre el alma, estas fueron creadas en su origen  perfectas y felices pero por una rebelión fueron degenerando llegando a encarnar en cuerpos animales como castigo, o sea, siendo de nuevo animales;  estos falsos conceptos reencarnatorios se fundan en un principio de degradación de las almas. Según esta idea, las mismas  comenzaron su existencia por la perfección  y se fueron degradando; la perfección fue el comienzo y la degradación hasta la forma y vida animal, el resultado de sus experiencias en las vidas humanas.
       Por el contrario las doctrina enseñada por los Espíritus nos aclara que los espíritus  fueron creados sencillos e ignorantes, no perfectos, sino perfectibles,  y  que fundados en un principio de progresión continuo a través de las reencarnaciones sucesivas llegarán a un grado de perfección necesario para alcanzar la felicidad eterna.  Los espíritus  siempre progresan, aunque se puedan estacionar  durante un periodo en uso de su libre albedrío, pero nunca retrogradan porque  la ley de la evolución espiritual determina que lo que se adquiere en conocimientos y valores morales ya  no se pierde, de modo que  si no progresa, tampoco retrocede, por lo que  una vez alcanzado el grado de alma humana  ya no puede volver a animar a seres inferiores a la Humanidad.
      Evidentemente, si existe una ley general de Evolución que siempre actúa  en sentido ascendente  y nunca retrógrado, y la  Ley de la Reencarnación que le sirve para  realizar este progreso en la materia, no se pude admitir racionalmente que cuando el Espíritu  ya ha alcanzado naturalmente en el cambio evolutivo el rango humano tras haber pasado antes por los otros  reinos de la Naturaleza , tal vez millones de veces,  pueda después dar un  gran salto de involución hacia atrás y volver  de nuevo a este mundo encarnado en un animal o vegetal, cuyas almas solo pueden ser de animales o vegetales, pero nunca humanas; ¿ donde quedaría en este caso lo ganado por el Ser durante el camino evolutivo que  lleva ascendiendo desde que se inició su etapa humana? .  Esto supondría una involución imposible porque ella constituiría en sí misma otra ley natural actuando opuestamente y en sentido contrario  a  la  ley que evidentemente sí que existe: la de Evolución, que es un continuo perfeccionamiento continuo y ascendencia espiritual, en cuyo caso, si así fuese,  ambas leyes contrarias (  de progreso y  de involución), se anularían entre sí y desde nuestra limitada óptica humana podemos apreciar como nuestra historia natural   confirma que solamente existe una marcha ascendente de la evolución humana.
       El animal tiene su propia alma  que alguna vez con el desarrollo de su evolución psíquica través de  muchos siglos y milenios, alcanzará  finalmente la madurez necesaria hasta “reciclarse” en el plano espiritual, adquiriendo la Esencia divina, para a partir de ese momento, comenzar su nueva andadura como espíritu humano recién creado, simple e ignorante, pero con todos los atributos divinos latentes y listo para iniciar su desarrollo a través de la nueva etapa evolutiva hasta  conseguir al cabo de una mas o menos larga historia humana reencarnando repetidamente, hasta llegar a alcanzar la meta de transformarse en un   Ser Espiritual Puro, libre ya de las experiencias en la  materia y  de las reencarnaciones en  los mundos físicos.  En este sentido si se podría considerar como verdadera la idea de la metempsicosis, pues se entiende el progreso  gradual desde un estado inferior a otro superior, pero es totalmente falso el concepto de transmigración directa desde el animal  al ser humano y viceversa, pues la evolución no avanza a saltos ni menos aún retrocede..
      Nuestro psiquismo antes de entrar en la etapa hominal, ya adquirió anteriormente en los otros reinos de  la Naturaleza, todas las experiencias que necesitaba para madurar hasta alcanzar la etapa humana, reencarnando después  repetidamente con los instintos heredados de su proceso anterior  hasta alcanzar su actual nivel humano, y una vez alcanzado este ya no tiene marcha atrás porque la Ley de Evolución impide que de lo adquirido y madurado se pierda nada, sino que  libremente continuará progresando sin límite.  El Ser espiritual  sin embargo, gracias al libre albedrío si  que se podrá estancar evolutivamente de modo temporal y limitado, pero una vez  conquistados los valores espirituales estos pasan a formar parte de su esencia y ya no se pierden nunca, por lo que jamás podrá retroceder hasta anteriores etapas evolutivas  .
      El que el ser humano no se pueda cruzar físicamente con ninguna otra especie animal, puede ser indicio de que sus almas están en grado inasimilable y por tanto el cuerpo material del hombre no es válido para ningún alma animal y viceversa, el alma humana no es compatible con ningún cuerpo carnal que no sea su propio cuerpo humano.

      La confusión de la Reencarnación  como método para la marcha  evolutiva ascendente en la Naturaleza humana,  con la Metempsicosis como idea de castigo por el que el Espíritu humano pueda reencarnar  en animales o plantas y estos a su vez, directamente en humanos, han  sido los falsos conceptos supersticiosos que más incredulidad en la Reencarnación y  más escepticismo  han generado por su falta de coherencia y de lógica.
     La idea de transferirse un alma o parte de la misma, a otro cuerpo inanimado, es otro absurdo sin sentido, pues como sabemos, el alma solo puede habitar un cuerpo con la que le unen lazos de energía perispiritual, y cuando estos lazos de deshacen, sobreviene la muerte del cuerpo que es siempre irreversible, así como su mas o menos inmediata disgregación de vuelta a la materia de origen, por tanto, es imposible y totalmente descartable esta idea que no conduce al alma a lograr ninguna mejora ni conquista, en caso de que tal cosa fuera posible. Además el alma es indivisible y solamente puede "habitar" en su totalidad su propio cuerpo físico.

- Jose Luis Martín-

                                                      *******************************



                                                                      
                                                                       


   Las penas futuras según el espiritismo 

                                 La carne es débil 

     Hay inclinaciones viciosas que son evidentemente inherentes al espíritu, porque tienen más relación con la gran parte moral que con la física. Otras más bien parecen consecuencia del organismo, y por este motivo, uno se cree menos responsable, por ejemplo: las predisposiciones a la cólera, a la indolencia, a la sensualidad, etc. 

     Se reconoce hoy perfectamente por los filósofos espiritualistas que los órganos cerebrales, correspondiendo a las diversas aptitudes, deben su desarrollo a la actividad de su espíritu, y que así este desarrollado es un efecto y no una causa. Un hombre no es músico porque tenga la protuberancia de la música, sino que tiene esta protuberancia porque su espíritu es músico. 

     Si la actividad del espíritu obra sobre el cerebro, debe obrar igualmente sobre las otras 
partes del organismo. De este modo, el espíritu es el artífice que arregla su propio cuerpo, por decirlo así, a fin de amoldarlo a sus necesidades y a la manifestación de sus tendencias. Sentado esto, la perfección del cuerpo de las razas adelantadas no será producto de creaciones distintas, sino resultado del trabajo del espíritu, que perfecciona su instrumento a medida que aumenta sus facultades. 

     Por una consecuencia natural de este principio, las disposiciones morales del espíritu deben modificar las cualidades de la sangre, darle más o menos actividad, provocar secreciones más o menos abundantes de bilis u otros fluidos. Así es, por ejemplo, que al glotón se le hace la boca agua a la vista de un bocado apetitoso. En este caso, no es el bocado el que puede sobreexcitar el órgano del gusto, puesto que no hay contacto, sino el espíritu, que obra en virtud de la sensibilidad que se le ha despertado, con la acción del pensamiento, sobre este órgano, mientras que en otro, la vista de aquel bocado no produce ningún efecto. Por la misma razón una persona sensible derrama lágrimas fácilmente. La abundancia de las lágrimas no da la sensibilidad al espíritu, sino que la sensibilidad del espíritu provoca la secreción abundante de las lágrimas. El organismo, bajo el impulso de la sensualidad, se ha apropiado esta disposición normal del espíritu, como se ha apropiado la del espíritu del glotón. 

     Siguiendo este orden de ideas, se comprende que un espíritu iracundo debe propender al temperamento bilioso. De esto se deduce que un hombre no es colérico porque sea bilioso, sino que es bilioso porque es colérico. Lo mismo sucede en cuanto a las otras disposiciones instintivas. Un espíritu perezoso e indolente dejará su organismo en un estado de atonía en relación con su carácter, mientras que si es activo y enérgico, dará a su sangre y a sus nervios cualidades muy diferentes. Es tan evidente la acción del espíritu sobre la parte física que se ven a menudo producirse graves desórdenes por efecto de violentas conmociones morales. La expresión común: La emoción le ha cambiado la sangre, no está tan carente de sentido como podría creerse. ¿Pero qué ha podido cambiar la sangre, sino las disposiciones morales del espíritu? 

     Se puede, pues, admitir que el temperamento es, al menos en parte, determinado por la 
naturaleza del espíritu, que es la causa y no el efecto. Decimos en parte, porque hay casos en que lo físico influye ciertamente sobre lo moral. Esto sucede cuando un estado mórbido o anormal se determina por una causa externa accidental, independiente del espíritu, como la temperatura, el clima, los vicios hereditarios de constitución, un malestar pasajero, etc. 

     Entonces, puede estar afectada la moral del espíritu en sus manifestaciones por el estado patológico, sin que su naturaleza intrínseca se modifique. 

     Excusarse de sus defectos por la debilidad de la carne no es más que un subterfugio para eludir la responsabilidad. La carne sólo es débil porque el espíritu es débil, lo cual destruye la excusa y deja al espíritu la responsabilidad de sus actos. La carne no tiene pensamiento ni voluntad. 

     No prevalece jamás sobre el espíritu, que es el ser pensante y voluntario. El espíritu es quien da a la carne las cualidades correspondientes a sus instintos, como un artista imprime a su obra material el sello de su genio. El espíritu, emancipado de los instintos de la bestialidad, se compone un cuerpo que no es un tirano para sus aspiraciones hacia la espiritualidad de su ser. Entonces es cuando el hombre come para vivir, porque vivir es una necesidad, pero no vive para comer. 

     Así pues, sobre el espíritu recae la responsabilidad moral de sus propios actos. Pero la razón manifiesta que las consecuencias de esta responsabilidad deben estar en relación con el desarrollo intelectual del espíritu. Cuanto más ilustrado es, menos excusa tiene, porque con la inteligencia y el sentido moral nacen las nociones del bien y del mal, de lo justo y de lo injusto. 

     Esta ley explica el mal resultado de la medicina en ciertos casos. Desde luego que el 
temperamento es un efecto y no una causa, y los esfuerzos hechos para modificarlo se hallan necesariamente paralizados por las disposiciones morales del espíritu, que opone una resistencia inconsciente y neutraliza la acción terapéutica. Dad, si es posible, ánimo al medroso, y veréis cesar los efectos fisiológicos del miedo. 

     Es prueba, repito, la necesidad que tiene la medicina convencional de tener en cuenta la acción del elemento espiritual sobre el organismo (Revue Spirite, marzo 1866, p. 65). 

ALLAN KARDEC

                                                     ************************************


                                                         

                                                       INSTINTOS

                                     

    Numerosos autores manifestaron su opinión en lo que respecta al instinto. Sigmund Freud afirmaba que el instinto es una cantidad de energía que se orienta en una determinada dirección, mientras que para Viaud la inteligencia es una prolongación del instinto. Cuvier entendía que a medida que aumenta la inteligencia disminuye el instinto. Según Condillac el instinto es probablemente el comienzo de la inteligencia.

    El punto de vista espírita concuerda en parte con este último concepto. En La Génesis, por ejemplo, el instinto es considerado una fuerza oculta que provoca en los seres orgánicos actos espontáneos  e involuntarios, tendentes a su conservación. En el capítulo IV, 1ªparte de El Libro de los Espíritus, el instinto fue descrito como una especie de inteligencia, o bien como una inteligencia carente de raciocinio, rudimentaria, irracional. Los espíritus explican, además, que el instinto existe siempre, incluso en personas con elevados niveles de intelectualidad, lo que equivale a decir que estamos en condiciones de aliar la inteligencia al instinto, aportando a este último una buena dosis de razón. El hambre, la sed y la reproducción, calificados como impulsos instintivos, ganarán mayor espacio en la conciencia por obra de la voluntad del individuo.

   Cuanto menor desarrollo del intelecto, mayor potencia tendrá la respuesta del ser humano a sus fuerzas instintivas. Un individuo,por ejemplo, puede cometer desatinos para saciar sus instintos, como sucedía en el periodo primitivo de la Humanidad. Aun hoy verificamos comportamientos reveladores de la existencia de un impulso ancestral animalizado de gran potencia en algunas personas, que ponen de relieve el predominio del instinto sobre los sentimientos.

    A menudo el miedo evidencia el instinto de conservación del individuo, cada vez que este trata de mantenerse incólume y se protege de eventuales ataques que pudieran atentar contra su vida. El miedo es, en esos casos, un toque de atención para mantener la integridad física y psíquica del ser humano. Es preciso,por lo tanto, mantenerlo bajo control.

    Las fuerzas instintivas son explotadas por los medios de comunicación, cuando promocionan determinados productos que establecen conexiones con esos campos psíquicos que todavía no están bajo el absoluto control de la razón y el sentimiento, e inducen a las personas a aceptar programas que atentan contra el perfeccionamiento del individuo y de la sociedad en general.

    Los instintos tienen su razón de ser y su utilidad en el desarrollo de la criatura humana. Cuando el impulso está comandado por la inteligencia y el buen sentido, es indicio seguro de que la persona ha obtenido un perfeccionamiento considerable en relación con los sentimientos de mayor elevación. Los instintos forman parte de las fuerzas del alma que lentamente van siendo más comprendidas y mejor aprovechadas.
- Jason de Camargo- 
-Educación de los sentimientos-

                                                   ***********************************



No hay comentarios: