miércoles, 21 de diciembre de 2022

El " Pecado Original "

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-¿Cómo se podría explicar al dogma del  “Pecado Original”?

2.-Revelaciones espirituales

3.- ¿ Cómo se realiza la Reencarnación ?

4.- Los buenos espíritas

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    ¿Cómo se podría explicar el dogma del  “Pecado Original”?

 

                                                      


El Cristianismo en sus comienzos durante los tres primeros siglos que siguieron a la muerte de Jesús fue sencillamente interpretado y practicado por las primeras masas de seguidores que se constituyeron en grupos interrelacionados entre ellos por el conocimiento de una nueva fe de carácter religioso con arreglo a la más pura enseñanza del Maestro Jesús, según relataban los discípulos y otros seguidores que lo conocieron de primera mano o que se supieron cercanos a los seguidores que tuvo Jesús de Nazaret a lo largo de su vida, testigos de sus  ·” hechos milagrosos” y de su doctrina, pero tras esos tres primeros siglos, a partir del Concilio de Constantinopla  muchos de estos cristianos bajo la amenaza del anatema (persecución), tuvieron que renunciar forzosamente a algunas creencias comunes hasta entonces entre ellos, y  a su vez,  admitir los dogmas que a su conveniencia les fue imponiendo la Iglesia, que uniendo su influencia a los poderes públicos, a partir de entonces fue prisionera del poder gubernamental establecido, formándose así una simbiosis entre los gobernantes políticos y los dirigentes religiosos, o sea, que se unió el poder político temporal, al poder espiritual.

 Uno de los conceptos que se impusieron, es el de que  cuando venimos a este mundo, es la primera vez que lo hacemos  y sólo por el hecho de nacer y de existir, ya  traemos sobre nosotros la culpa terrible e injusta de un pecado que no hemos cometido personalmente jamás, porque, según la idea cristiana no existíamos entonces, pero  Dios hace perpetua esta falta que en su día cometieron nuestros “Primeros Padres”, imponiendo a su vez el dogma de que toda la Humanidad descendemos de una sola pareja humana, y sin saber muy bien en que consistió esta grave desobediencia que nos ha aportado una eterna  y terrible amenaza a todo el género humano sin tener culpa en ello, pues esa desconocida desobediencia de consecuencias  infinitas, en todo caso  la cometieron nuestros primeros padres ( Adán y Eva, si es que ambos personajes hubiesen existido como tales), pero no nosotros  porque  aún no existíamos y Dios que es Perfecto en todos sus atributos, es infinitamente justo, por lo que no cabe aceptar que fuese eternamente injusto con sus hijos de nueva generación. ¿Sería  Dios justo si nos privase de la eterna dicha  por este “pecado” que no hemos cometido,, mientras que a otros solo por ser  sometidos, ( sin que haya mediado  en ello la voluntad de ellos),  al ritual del bautismo, se les abran  las puertas del “Cielo”

        Según la leyenda bíblica, ¿ En qué consistió tal pecado de comer la fruta prohibida?; ¿ Fue así, literalmente?. He de decir aquí que no hubo tal manzana, ni tal serpiente, como no hubo ningún hombre, espécimen único en el planeta, llamado Adán, ni ninguna mujer única, llamada Eva hecha de una costilla de Adán. Si tal hubiese sido así el inicio de la Humanidad, esto hubiese sido un incesto generacional de muchos siglos o milenios, y la propia raza humana no existiría por no haber podido sobrevivir a tantísimas generaciones de repetida consanguinidad; la idea en sí es totalmente absurda. Sin embargo se trata de una alegoría por la que los espíritus humanos que habitaban en otro mundo lejano, cometieron un acto de desobediencia a la Voluntad Divina, en cuanto a resistir el impulso de la Ley de Evolución en ellos mismos, por lo que fueron expulsados del Paraíso,( su mundo), el Paraíso perdido por su retraso evolutivo, para  venir a reencarnar entre los seres humanos que con un pasado reciente entre los Primates, ya habitaban antes este planeta, y con los que se mezclaron, generando sus cruces los auténticos primeros padres origen de la humanidad actual;  estos son a  los que se refiere el antiguo relato bíblico,  que  los designa como “Eva”, o "raza de Eva" y Adán.

     Además, siguiendo el razonamiento de la inexistencia de tal pecado original, ¿ cómo el Ser humano  limitado y finito, iba a tener capacidad de ofender “infinitamente” a  Dios, que es  la única Razón Infinita de todo cuanto existe?.  Si esto así fuese, ¿ no se habría hecho parecer a Dios  como un Ser limitado y pequeño, infinitamente rencoroso, además de  infinitamente injusto?.

     Bien mirado, no es de extrañar que haya tantos ateos entre las personas  que en un uso normal de la razón, apenas se han asomado a estos relatos bíblicos, y no se les ha sugerido una explicación más lógica y racional que la escrita como “Palabra de Dios” e impuesta como “doctrina eclesiástica”.

       Las diversas religiones cristianas, con los  rituales particulares de cada una, contemplan que la única forma de “lavar” esta culpa, es mediante el rito o sacramento del Bautismo, y los que no son sometidos a este ritual, serán castigados con “El Limbo”, o sea  la nada, en el mejor de los casos.¿ Acaso Dios, infinitamente previsor, no supo cuando nos creó, que unos iban a ser sometidos a este ritual y salvados para la eternidad, mientras otros no serían bautizados y por ese detalle iban a ser relegados eternamente a la nada, sin haber tenido culpa de nada?.

 Jesús se hizo bautizar por Juan, no para “lavar” su pecado original, sino  porque en las doctrinas orientales, incluida la hebrea, cada rito y acto  religioso tiene una simbología y un significado y este ritual o ceremonia  era el símbolo de un cambio de vida en quien  recibía el rito del bautismo.   El lo recibió para dar ejemplo personal ante los demás de su  sumisión a Dios y al sometimiento a las leyes y costumbres sociales y religiosas de su época , así como  para que los fariseos no pudieran devolverle la reprensión que  Jesús les hizo por no haber creído en Juan el Bautista.

 Bajo  el prisma de  la Reencarnación , el “Pecado Original”, no es otro que los defectos y deudas morales  que  traemos individualmente, arraigados en el alma desde otras vidas anteriores, pendientes de superar, y que nos es regulado y corregido  por la Ley de Causa y Efecto, que es la que lo "lava" o regula por el amor o por el dolor, a lo largo de las vidas consecutivas. Asimismo, teniendo en cuenta nuestro libre albedrío, también es nuestro pecado original el atraso espiritual evolutivo, a falta de haber adquirido virtudes aun pendientes de conquistar y eliminado defectos pendientes de superar.

 Por supuesto, que este pecado original, no se borra con ningún ritual religioso, sino con nuestras buenas acciones en la vida, aceptando sin rebeldías la acción en nuestra vida  de la Ley de Consecuencias, que  cuando es  negativa o dolorosa, sabemos que en esos casos en los que la vida nos presenta sinsabores y dolores, estos son  una consecuencia de una causa personal anterior. Es la Justicia natural que equilibra las faltas del pasado,  así como  por el aprendizaje positivo para nuestra evolución espiritual, de lo que la misma vida nos ofrezca.

- José Luis Martín-

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         REVELACIONES ESPIRITUALES

Hay revelaciones apócrifas y mentirosas, pero también las hay serias y verdaderas. El carácter esencial de la revelación divina es el de verdad eterna. Toda revelación factible de error o sujeta a modificaciones no emana de Dios. Es por eso que el Decálogo presenta los caracteres de su origen, mientras que las otras leyes mosaicas de índole transitoria, a menudo contradictorias con la ley del Sinaí, son la obra personal y política del legislador hebreo. Al dulcificarse las costumbres del pueblo, las leyes cayeron en desuso, mientras que el Decálogo, faro de la Humanidad, siguió en pie. Cristo construyó el edificio de sus enseñanzas basándolo en el Decálogo, mientras que abolió las otras leyes. Si éstas hubiesen sido obra de Dios, no las hubiera tocado. Cristo y Moisés son los dos grandes reveladores que cambiaron la faz del mundo, y en ello reside la prueba de la misión divina de ambos. Una obra puramente humana no hubiera poseído tanta fuerza...

Allan Kardec
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       ¿Cómo se realiza la reencarnación ?

                                                  


La partida del desencarnado  procedente de alguna de las muchas colonias que existen en el plano espiritual cuando regresa  a reencarnar a la Tierra o en otro mundo físico, se asemeja a la partida  al “Más Allá”  que tras la muerte  los Seres humanos sufrimos aquí en la Tierra.

Previamente a iniciarse el proceso, él ya siente la inclinación o la necesidad de volver a reencarnar, además de ser informado o advertido de ello por sus Mentores.


        El proceso de como se lleva a cabo la reencarnación, es tan variado como el de la desencarnación, no habiendo dos casos exactamente  iguales, pues depende de la disposición mental  y anímica del reencarnante el que hayan más o menos facilidades u obstáculos para ser llevado a cabo. Por ejemplo, en los casos de Seres Elevados que vienen voluntariamente a cumplir una misión, estos apenas necesitan ayuda de los Espíritus especializados en este proceso; sin embargo cuando son Seres procedentes de Planos espirituales inferiores, el proceso es mucho más largo y complejo, necesitando de toda la ayuda mental y amorosa que les pueden dar y que precisan  para  su implicación  en el proceso como  protagonista en el mismo.

      No obstante en los casos más generalizados, el proceso es  aproximadamente así:

          En las primeras etapas del proceso, cuando el Ser espiritual ya conoce su inmediata reencarnación, los familiares y amigos se despiden de él, deseándole  lo mejor en su nueva aventura. Entre estos espíritus siempre suele haber  alguno que ha podido ser su hermano, su padre o un  amigo, que se proponen acompañarlo mediante el pensamiento durante su estancia en este  mundo, con el fin de apoyarlo y ayudarlo en los momentos necesarios, orientándolo para el éxito de su misión como encarnado, sin violar las Leyes Naturales que rigen el fenómeno de la reencarnación. Este acompañamiento con el pensamiento no supone una distancia, sino que por el contrario, supone una presencia constante cada vez que el ser reencarnado demande algún tipo de ayuda. Es el Ángel de la Guarda al que se refieren algunas religiones.

Algunos  meses atrás, previo a  la fecundación del óvulo de la madre, el Ser se fue sintiendo cada vez más, atraído hacia ella, permaneciendo cada vez más próximo a la misma.

Previamente  al momento de la fecundación, el periespíritu del Ser reencarnante es magnetizado mediante pases dados por los Espíritus encargados de estas funciones, y como consecuencia de este proceso sus formas periespirituales  se van transformando y reduciendo, al tiempo que su proceso de turbación mental comienza  y hace que se  vaya  encontrando  cada vez menos lúcido. Mientras tanto  aún debe colaborar con los Espíritus Constructores, todo un equipo especializado  que actúa bajo la dirección de un Espíritu Orientador, y lo hace sintonizando con ellos mentalmente, deseando el ingreso en el seno materno, mientras se reduce y transforma  paulatinamente su forma periespiritual. Esta operación no es corta ni simple, pues supone un esfuerzo general de adaptación a la materia, hasta conseguir la reducción de su periespíritu necesaria para llegar a adoptar la forma  y tamaño de un bebé. Este proceso coincide con el paulatino desarrollo del embrión y del feto en el seno materno.

Antes de la fecundación, previo al comienzo de la división celular, el futuro “bebé”, es  presentado y entregado a los Espíritus de sus  progenitores, especialmente a la madre durante su emancipación del cuerpo físico  que se da naturalmente durante el sueño fisiológico. En el plano espiritual esta lo recibe amorosamente en su forma de bebé y lo estrecha y  abraza en su corazón, y aunque después no se acuerde del sueño una vez despierta, el sentimiento íntimo de la vivencia queda fijado en ella, dándole así la natural inclinación a la función de la maternidad, o sea, que cuando el niño nace, se encuentra normalmente con el gran amor de su madre que lo acoge.

El equipo de Espíritus constructores comprometidos en este proceso, no inician el mismo sin haber realizado antes el arquetipo de ese nuevo Ser material, muy cuidadosamente con arreglo al mapa  genético humano de ambos progenitores  y a los particulares factores kármicos del Ser, que son previamente analizados. Así el resultado final  de esta formación del cuerpo carnal, está de antemano plasmado en el Periespíritu  del reencarnante, que actuará como molde  del cuerpecito físico  en formación. Los  Espíritus Constructores  previamente a la fecundación han analizado  y seleccionado el ovulo que es magnetizado al entrar en contacto con el periespíritu del Ser reencarnante que irradia y refleja  sus propias características vibratorias en el mismo. Por Ley de Sintonía el ovulo energizado por los fluidos de los Constructores y por los del propio Espíritu reencarnante, atraen un espermatozoide determinado, elegido entre millones, que aporta al Ser las características genéticas de acuerdo con sus necesidades evolutivas y  según sus  circunstancias deudoras con la ley de Consecuencias.

Estos fluidos con los que el Ser magnetiza previamente al ovulo que va a formar su cuerpo, vienen determinados por la clase de experiencias y vivencias acumuladas en vidas anteriores. Así vemos como  no es el azar biológico quien escoge  el espermatozoide que se va a unir con el ovulo, sino la Ley de Consecuencias. Entre unos dos millones de espermatozoides, aproximadamente, solo el  mas apto y adecuado el que sintoniza sus genes con los del ovulo para comenzar de inmediato la multiplicación celular que dará paso finalmente a un cuerpo físico con unas características concretas  según la necesidad evolutiva del Ser reencarnante .

Después, a medida que avanza el embarazo, se va intensificando cada vez más la unión fluídica del  Ser con  su materia, al tiempo que gradualmente va perdiendo los puntos de contacto que sostenía con el plano espiritual y su memoria consciente va quedando en un segundo plano.

Es de reseñar por último, que mientras dura todo el  proceso, el Ser reencarnante a pesar de su turbación, aún puede sintonizar mentalmente con los  Instructores o Guías que le ayudan mientras él se va acoplando cada vez más a  la materia. Otras veces se comunica directamente con su madre, con la que a veces llega a hablar desde la forma infantil que aparece en el sueño bajo la figura similar que más tarde presentará el niño o niña en cuestión.

- Jose Luis Martín-

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LOS BUENOS ESPÍRITAS

* El Espiritismo bien comprendido, pero, sobre todo, bien sentido, conduce forzosamente a los resultados expresados anteriormente, que caracterizan al verdadero espírita como al verdadero cristiano, que son la misma cosa. El Espiritismo no creó ninguna moral nueva; facilita a los hombres la inteligencia y la práctica de la moral de Cristo, dando una fe sólida y esclarecida a los que dudan o vacilan.
      Pero muchos de los que creen en los hechos de las manifestaciones, no comprenden ni sus consecuencias, ni su alcance moral; o, si los comprenden, no se las aplican a sí mismos. ¿A qué se debe esto? ¿A falta de precisión de la doctrina? No, porque no contiene ni alegorías ni figuras que puedan dar lugar a falsas interpretaciones; su esencia misma es la claridad y esto es lo que constituye su fuerza, porque va directo a la inteligencia. Nada tiene de misteriosa y sus iniciados no están en posesión de ningún secreto oculto para el vulgo.
      Para comprenderla, ¿es preciso una inteligencia fuera de lo común? No, porque se ven hombres de una capacidad notoria que no la comprenden, mientras que inteligencias vulgares y aun de jóvenes apenas salidos de la adolescencia, comprenden sus matices más delicados con admirable precisión. Esto depende de que la parte de algún modo material de la ciencia, sólo requiere vista para observar, mientras que la parte esencial requiere cierto grado de sensibilidad que se puede llamar la madurez del sentido moral, madurez independiente de la edad y del grado de instrucción, porque es inherente al desarrollo, en un sentido especial, del Espíritu encarnado.
En algunos, los lazos de la materia son aún muy tenaces para permitir al Espíritu desprenderse de las cosas de la Tierra; la niebla que los rodea les quita la vista del infinito; por esto no rompen fácilmente ni sus gustos, ni sus costumbres, ni comprenden nada mejor de lo que ellos poseen; la creencia en los Espíritus es para ellos un simple hecho, pero modifica muy poco o nada, sus tendencias instintivas; en una palabra, sólo ven un rayo de luz insuficiente para conducirles y darles una aspiración poderosa y capaz de vencer sus inclinaciones. Se apegan más a los fenómenos que a la moral, que les parece banal y monótona; piden sin cesar a los Espíritus que les inicien en nuevos misterios, sin preguntar si se han hecho dignos de entrar en los secretos del Creador. Estos son los espíritas imperfectos, de los cuales algunos se quedan en el camino o se alejan de sus hermanos en creencia, porque retroceden ante la obligación de reformarse, o reservan sus simpatías para los que participan de sus debilidades o de sus prevenciones. Sin embargo, la aceptación del principio de la doctrina es un primer paso que les hará el segundo más fácil en otra existencia.
      El que puede con razón ser calificado de verdadero y sincero espírita, está en un grado superior de adelantamiento moral; el Espíritu que domina más completamente la materia, le da una percepción más clara del porvenir; los principios de la doctrina hacen vibrar en él las fibras que permanecen mudas en los primeros; en una palabra, fue tocado en el corazón; su fe es también a toda prueba. Uno es como el músico que se conmueve con ciertos acordes, mientras que el otro sólo comprende los sonidos. Se reconoce al verdadero espírita por su transformación moral y por los esfuerzos que hace para dominar sus malas inclinaciones; mientras el uno se complace en un horizonte limitado, el otro, que comprende alguna cosa mejor, se esfuerza para librarse de él y lo consigue cuando tiene una voluntad firme.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

ALLAN KARDEC
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