sábado, 3 de diciembre de 2022

El papel de la mujer

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-¿ Fin del Mundo?,¿Juicio Final? ( II )

2.- El Espíritu de Verdad

3- Reflexiones en el proceso evolutivo

4- El papel de la mujer

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      ¿FIN DEL MUNDO?,¿JUICIO FINAL?  ( II )


( Continuación del anterior publicado)

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Este juicio individual sobre los frutos de nuestra vida finalizada, es necesario para el espíritu, porque con la revisión del camino evolutivo que acaba de recorrer puede prepararse para fijar futuras metas y conquistas de evolución, siendo una experiencia necesaria, porque dispone que la conciencia de cada uno tras ese juicio, sea el punto de partida desde donde poder después rectificar para poder seguir evolucionando en otras existencias humanas futuras.

No se trata de un Juicio severo al que debemos temer, porque debemos tener claro que Dios es un Padre que no castiga eternamente por nuestros errores por graves que estos sean, sino que perdona siempre y no permite que se pierda ni uno solo de sus hijos.

Solamente debemos temer las consecuencias, que antes o después deberemos afrontar por haber infringido las Leyes Divinas mediante nuestros actos negativos. No obstante es de comprender que después de este auto-juicio, el Ser siempre encuentra en su conciencia su premio o su castigo, que lo es en sentido corrector, no en sentido de venganza justiciera al estilo humano..

Tras el Juicio, el Espíritu impuro que en su vida ha infringido las Leyes Divinas, entorpecido por los fluidos materiales, queda confinado en las zonas vibratorias inferiores, mientras que los virtuosos y elevados, con un cuerpo espiritual mas depurado y sutil, se elevan hasta  planos espirituales  elevados sobre nuestra atmósfera psíquica.

Desde el punto de vista de la profunda realidad en la que estamos todos inmersos, conocemos que el único plan de Dios para con su creación  es la Evolución; una perfección hacia la Fuente de Origen de todo, tan infinita como inalcanzable.

 El “Fin del Mundo” a nivel colectivo y globalsolo se puede entender como una necesaria transformación de esta gran casa común que es nuestro planeta Tierra, cuando finalice la actual etapa evolutiva planetaria en la que nos encontramos ahora , dando paso después a una nueva etapa de un nivel superior al actual, en lo intelectual, lo mental y lo ético; o sea que, en realidad supone el final de este mundo nuestro en cuanto a transformación moral, social y también física, pero que a su vez supone el nacimiento de un nuevo mundo en cuanto se refiere a la nueva sociedad humana que deberá habitar un mundo de regeneración.

Es de creer que cuando la Tierra modifique su psico-esfera actual, que es la resultante de todas las construcciones mentales de los seres humanos que la habitamos, la ignorancia y la angustia existencial desaparecerán. El ser humano alcanzará el conocimiento de las Leyes Divinas o Cósmicas que nos rigen, y comprenderá la importancia de alcanzar y crecer en valores éticos. Las actuales neurosis y las llamadas “angustias existenciales” de tanta gente, cederán paso a edificaciones mentales de progreso y felicidad. El ser humano terminará por comprender y admitir su naturaleza espiritual y esto le llevará a sentir cada vez más la necesidad de sacudirse sus viejas creencias y comportamientos, modificando así  las bajas vibraciones del planeta y elevándose con las de los Planos Superiores.

Según han advertido en repetidas ocasiones desde los Planos Espirituales Superiores, ante el cambio que se avecina, nuestro mundo sufrirá grandes transformaciones a todos los niveles. Cuando este cambio se produzca, de lo que ya hay indicios mas que sobrados para interpretar que este cambio es actualmente un proceso en marcha, los Seres que no sean aptos para acceder a un nivel ético y moral superior al del ser humano actual que les capacite para formar parte de una nueva Humanidad en un mundo más adelantado que el nuestro actual, deberán continuar su particular proceso de maduración evolutiva “repitiendo curso” como los malos estudiantes, en aulas inferiores o mundos físicos diferentes, acordes a su nivel de desarrollo en donde se han estancado, y en los cuales puedan asimilar lo que les falta para poder conquistar el poder proseguir en un mundo superior a este, clasificado como “ de Regeneración.” Así se comprende el sentido que tienen las palabras evangélicas de “ la separación del grano de la paja”, o la “derecha y la izquierda del Cristo”, etc.

Es de señalar que el número de Espíritus de gran evolución que han reencarnado en los últimos años es más elevado que en el pasado. Esto es así, debido precisamente a estar actualmente la Tierra a punto de entrar en una nueva etapa, pasando de su grado evolutivo actual al siguiente superior en la escala evolutiva de los mundos. En estas circunstancias en las que deberá de seguir siendo habitada la Tierra por una nueva Humanidad más moral y espiritualizada, y en dónde , tal vez de forma trágica, se vaya a separar finalmente “ el grano de la paja”, o los buenos de los malos, la gente que deba poblar la Tierra como mundo de Regeneración, tal vez necesite más que nunca a estos Seres Guías en su silenciosa y eficaz labor de ayuda para la Humanidad.

Lo esencial ahora, es que consideremos que el llamado “Final de los Tiempos”, no es sino un cambio de ciclo evolutivo, y que no supone en absoluto la aniquilación total de la raza humana. Sí se trata,sin embargo, de un proceso de transformación gradual, conforme a la Ley Universal de Evolución, que abarca una época de duración indeterminada, y que posiblemente venga acompañado de grandes cambios en todo el planeta. Esto será  de forma progresiva o tal vez de modo brusco y traumático; eso depende de cómo actuemos todos los Seres humanos, a nivel individual, social, ético, medioambiental, etc.

- Jose Luis Martín -

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El ESPÍRITU DE VERDAD

4. Jesús promete otro Consolador; es el “Espíritu de la Verdad”, que el mundo no conoce aún, porque no tiene la suficiente madurez para comprenderle y que el Padre enviará para enseñar todas las cosas y para recordar lo que Cristo dijo. San Juan, Cap. XIV, vers. 15, 16, 17 y 26.
 Sí, pues, el Espíritu de Verdad debe venir más tarde a enseñar todas las cosas, es porque Cristo no lo dijo todo: si viene a recordar lo que Cristo dijo, es porque lo habrán olvidado o comprendido mal. Allan Kardec, El evangelio según el espiritismo. Capítulo VI.
                  El Espíritu de Verdad, hace entrada de forma gloriosa y pletórica, de la mano de Allan Kardec y de la falange de espíritus colaboradores de la Obra del Maestro Jesús, para dar inicio a la era del esclarecimiento y la comprensión del porqué y para qué estamos aquí. Ha llegado la era de la Luz y el Entendimiento, del Amor y la Caridad. No hay mayor amor y caridad que la de hacernos conscientes de cuál es nuestro porvenir, de iluminar nuestras conciencias para que aceptemos cada uno de nosotros nuestra misión en la Tierra, y como buenos jornaleros acabemos nuestros días con la sana conciencia de haber hecho cuanto estaba en nuestra mano.

         El espiritismo como doctrina, comienza con Allan Kardec, pero no termina con él. El Espíritu de Verdad, sigue con nosotros. El Consolador Prometido, tiene que continuar con su trabajo, que no olvidemos y no descuidemos es como dice el encabezado de este artículo, viene a enseñar todas la cosas. Mucho nos enseñan las obras de Allan Kardec, son la base, son los cimientos y parte de un edificio deslumbrante, no nos cansaremos de beber de esa fuente de conocimiento y razonamientos, pero el espiritismo, como doctrina no termina ahí, muchos otros grandes filósofos, vivos y muertos, tomaron el relevo y continuaron la obra, con la inestimable labor y colaboración de los médiums, de todo tipo, en especial los escritores que han vertido multitud de obras, relatos; ampliando y descorriendo mucho más el velo de lo que estaba oculto.

          Podemos por tanto distinguir varias fases en el trabajo desarrollado por el espiritismo, y por ende, del espíritu de verdad.

        Primera fase: Sería la de la irrupción de los llamados fenómenos espiritistas en aquellos momentos, que la doctrina clasifica como fenómenos de efectos físicos, los cuales eran tan prominentes y numerosos que llamaron la atención de un gran número de público. Este tipo de mediumnidad con el tiempo se ha ido extinguiendo, cumplió su función en el momento oportuno y era la forma más rápida y apropiada para llamar la atención y dar a conocer que en efecto existe algo más después de la vida física. Una vez cumplido su objeto desaparece casi por completo
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         Segunda fase: Es la de la comprensión y racionalización de dichos fenómenos, entrando aquí de lleno la figura del propio maestro Allan Kardec, el cual se encargó de investigar, estudiar y catalogar los mismos, con su espíritu crítico y de análisis y de llegar siempre a la verdad, hasta las últimas consecuencias. Allan Kardec supo distinguir los fenómenos verdaderos de los que eran puro fraude y mistificación, hechos que siempre han sucedido, supo descartar a los falsos médiums de los auténticos y tuvo la iniciativa de sacarle el máximo provecho a estos fenómenos. Así llegamos a la tercera fase.

         Tercera fase: El Espiritismo como filosofía ya no se ocupa de experimentar y de verificar que tras las manifestaciones de los espíritus, con sus efectos sobre la materia, existe todo un mundo y un sinfín de misterios por descubrir, sino que pone todo su empeño en elaborar con la inestimable colaboración de los espíritus la Codificación, que recorre, en sus diferentes obras, todos los pormenores y conocimientos que nos son necesarios, de acuerdo ya a nuestro nivel intelectual y a las necesidades de evolución. La obra de Allan Kardec es extraordinaria, sin dejar a un lado la aportación de León Denis y otros autores que simultáneamente difundieron y fueron sembrando los conocimientos por doquier, los cuales bebieron todos de la misma fuente, puesto que su compromiso era el mismo.

         Cuarta fase: Una vez asentada la nueva doctrina, se necesita que tenga continuidad, que nuevos actores entren en escena y se comprenda que no ha sido flor de una época, ni que han significado hechos aislados en el tiempo, sino todo lo contrario. El espiritismo con el paso del tiempo ha ido expandiéndose por todos los rincones de nuestro mundo, han aflorado facultades de mediumnidad, ya no tan rústicas o elementales como aquellas de los primeros tiempos, sino que han dado lugar a facultades de tipo artístico e intelectual,  las de escritura  que van poco a poco dándonos a conocer con más detalle cómo es la vida en los planos espirituales, haciendo mención especialmente las que van ampliando la doctrina, haciéndonos cada día más conscientes de cuál es nuestra responsabilidad en la vida.

         Luego podemos comprender que ha habido una ampliación y desarrollo constante, el espiritismo no está parado, como no puede ser de otra forma. Sino fuese así diríamos que los espíritus nos han abandonado, que el Espíritu de Verdad no tiene nada más que ofrecernos, ¿Acaso ya nos ha enseñado todo? No, ni mucho menos, apenas estamos comenzando, El Espíritu de Verdad ya nunca se va a marchar porque será a través de la mediumnidad y por medio de sus espíritus de orden elevado que continuamente nos irá transmitiendo y lanzando nuevas nociones de entender la vida y el progreso. A medida que la humanidad evoluciona, más contacto con las esferas superiores y más conocimientos llegarán hasta nosotros.

         Quinta fase: Transición Planetaria; es en la que nos encontramos ahora, y es la culminación del trabajo del Consolador Prometido en la Tierra como mundo de expiación y prueba. Es la hora de que sepamos en qué momento de la evolución nos encontramos. Todas las etapas anteriores han servido para llegar aquí.

         No hay nada casual. Como ya podemos entender por los conocimientos que nos han traído autores como Emmanuel, André Luiz, y tantos otros,  por intermedio de los médiums especializados. Los espíritus comprometidos con la obra de Dios no dejan nada al azar, nada escapa a sus objetivos; ellos van siempre por delante y saben cómo elaborar un programa de desarrollo y progreso para la humanidad; saben cómo ir dándonos poco a poco aquello que podemos asimilar y que se ajusta a las necesidades evolutivas de la mayoría de la humanidad. La labor de Allan Kardec y la pléyade de colaboradores, unos en la Tierra y otros en el espacio, fue perfecta, pero no pudieron decirlo todo, dejaron entrever un halo de nuevos conocimientos destinados para una próxima etapa, y por eso advirtieron que el Espíritu de Verdad permanecería siempre con nosotros, para ir abriendo camino y ofrecernos nuevas orientaciones. Véase en este sentido los contenidos que vierte Allan Kardec en la obra El Génesis, cap. XI, “Emigraciones e inmigraciones de los espíritus.”

         Todavía hoy, muchos de los conocimientos más básicos que nos aportó la doctrina gran parte de la humanidad no ha sido capaz de asimilar y entender. ¿Cómo pretender entonces que Allan Kardec se hubiera adelantado a su tiempo aclarando completamente los misterios que aluden directamente a la “transición planetaria”, al fenómeno ovni-extraterrestre, por ejemplo y a otras cuestiones? No era posible en ese momento, hubiera sido muy prematuro, y la obra hubiera tenido muchos más impedimentos y detractores de los que ya tuvo, más que de sobra.

         Era necesario que la ciencia adelantara un poco más, y que se vislumbrara un porvenir como el que ahora acontece, y por supuesto que nuestras mentes estuvieran mejor preparadas a fin de poder aceptar el ocaso de esta humanidad y la bienaventuranza del mundo de regeneración, en donde efectivamente, los pobres, los mansos, los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, puedan contemplar por fin el cumplimiento de tales aseveraciones de Jesús.

         No es sino en el mundo de regeneración en donde se cumplen al cien por cien las prédicas del Maestro en el Sermón de la Montaña, y ahora, por fin, es nuestro deber anunciarlo sin recortes y sin miedo, pues sin duda esta es una de las misiones que tenemos los espiritistas del siglo XXI.

         Todos aquellos obreros de la última hora, deben aguzar sus sentidos, pues de arriba nos están indicando que llega el “fin de ciclo”, se conjugan ahora nuevos conocimientos, nuevas necesidades, nuevos desafíos, nuevas experiencias, es la hora del trabajo. Estemos preparados y no rechacemos al Espíritu de Verdad que trae nuevas informaciones, ni menospreciemos a todas aquellas personas y grupos que transmiten nuevas ideas que están aflorando en este sentido.

         Con todo ello, recordamos lo dicho al principio, El Espíritu de verdad sigue con nosotros, no se ha marchado y su misión sigue siendo la misma, la  de enseñar nuevas cosas, y recordar lo que hemos olvidado, por lo tanto debemos hacernos la siguiente pregunta, ¿Estamos dispuestos a aprender conocimientos nuevos? ¿Estamos dispuestos a admitir nuevas ideas? ¿Estamos dispuestos a admitir que hemos olvidado conceptos importantes o que al menos no le habíamos prestado la suficiente atención
?
   Si no somos un poco humildes será difícil que El Espíritu de Verdad pueda transmitir por nuestro intermedio y perderemos la oportunidad de estar al día tanto en conocimientos, como en ofrecer a la sociedad aquello que necesita y que puede ayudarle sobremanera a entender todo lo que está pasando en el mundo.
G.H.M.
© Grupo Villena 2013
RECOMENDAMOS LA LECTURA DE LA OBRA “TRANSICION PLANETARIA” DE DIVALDO PEREIRA FRANCO, POR SU EXTRAORIDNARIA CLARIDAD EN MUCHOS DE ESTOS CONCEPTOS.

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REFLEXIONES EN EL PROCESO EVOLUTIVO
Mercedes Cruz
En el momento en que la cultura alcanza sus más altas expresiones, cuando la Ciencia más aproxima a Dios auxiliada por la Tecnología y el hombre sueña con la posibilidad de detectar vida fuera de la Tierra, igualmente domina la torpeza del comportamiento agresivo; la excesiva miseria de centena de millones de personas, social y económicamente abandonadas al hambre, a las enfermedades, a la muerte prematura; el erotismo degradante que se generaliza; la expansión de las drogas y los excesos de toda naturaleza, se convierten, en una verdadera paradoja de la sociedad.
El hombre y la mujer terrestres, ricos de aspiraciones ennoblecidas, todavía no consiguen desvincularse de las cadenas de los instintos perturbadores, muchas veces amando y matando, salvando vidas y debilitándolas en momentos de alegría o de rebeldía Esa visión me aflige por ser un espectáculo inesperado en el proceso de la evolución.
Está claro que el proceso antroposociológico de la evolución, a veces, debe quebrantar determinados compromisos para abrir nuevos espacios experimentales, que irán a componer el cuadro de las necesidades evolutivas del hombre y de la mujer. La moral social, geográfica, aparente, debe ceder lugar a la universal, a la que está inherente en la Naturaleza, aquella que dignifica y promueve, superando y abandonando las apariencias irrelevantes y desacreditadas.
La transición histórica de un período hacia otro es semejante a un demorado parto, doloroso y complejo, del cual nacen nuevos valores y la vida florece. Partiendo del principio de que la vida real y causal es la que tiene origen y vigencia en la Erraticidad. En el mundo espiritual, conforme los acontecimientos, sus matrices desencadenantes están aquí y de aquí parten por inducción, inspiración e interferencia directa, a través de la reencarnación de miembros encargados de perturbar el orden general. A pesar de que supongan que están actuando por voluntad propia, lo hacen bajo el Comando Divino, que los utiliza indirectamente para despertar las conciencias adormecidas, hacia las altísimas finalidades de la vida
Son muchos los hermanos que han reencarnado con tareas específicas y nobles, para actuar con elevación y desarrollar el programa de iluminación espiritual y que cayeron, lamentablemente, algunos siendo retirados antes de contraer compromisos más infelices y otros, abrazando conductas esdrújulas, creyéndose y haciendo creer que son autosuficientes, superiores, rebeldes... que teniendo en mente las tareas establecidas y aceptadas con entusiasmo antes de la reencarnación o dictadas mediúmnicamente, que producen impactos felices, pero que luego parecen perder el significado para sus responsabilidades, que las abandonan o las alteran a su gusto para seguir en otros rumbos.
La labor de Jesús, el Cordero sacrificado, es toda de abnegación y renunciación, de amor y humildad, de persuasión afectuosa, jamás de imposición arbitraria. Como resultado, los apresurados creen que victorias son las de la ganancia, de la fuerza y del brillo rápido de las luces de la fama...
Las imperfecciones de la criatura humana son las responsables por el fracaso de bien organizados planes, por las perturbaciones que se generalizan, por las opciones extravagantes, por la ampliación de las pasiones embrutecedoras, en razón del nivel inferior de conciencia en el sendero en que transita la mayoría de las personas. No obstante, al ser estimuladas esas expresiones primarias dominando o aún remanentes en el alma, es fácil entender la voluminosa locura que hay en la Tierra, la falencia de los patrones éticos y el ansia por retornar a las manifestaciones primitivas del ser.
Sin duda, hay muchas complejidades en el proceso de la evolución, que se van delineando y explicando lentamente, a medida que los Espíritus suben peldaños más elevados. Por eso mismo las revelaciones se hacen gradualmente, dando a cada una, tiempo para que la anterior sea digerida por las mentes y aplicadas en los grupos sociales.
La Sabiduría Divina dejó a la criatura sin los promotores del progreso, que vienen arrancando al ser de la ignorancia y conduciéndolo hacia el conocimiento.
Estas reflexiones nos han de llevar a una mejor comprensión del prójimo, ofreciéndonos simpatía y amor por los compañeros de la retaguardia, encarnados o no y mayor respeto por los nobles Guías de la Humanidad, siempre pacientes y optimistas, incansables en el cumplimiento de la tarea que abrazan como educadores amorosos que son.
Allan Kardec nos ha posibilitado que la mediúmnidad esclarecida elucidara el comportamiento humano y permitiera la penetración del entendimiento en el mundo espiritual. Gracias al Espiritismo, nuevos descubrimientos y constantes informaciones ayudan al ser humano a comprender la finalidad de su existencia en la Tierra, las metas que les caben alcanzar a través de continuas pruebas y desafíos.
-“Hay mucho por hacer en favor de nuestro prójimo, donde quiera que te encuentres. Aquellos que ya despertamos a la comprensión de la Vida, tenemos la tarea de despertar a los que se demoran adormecidos, sin importarles normas de conducta u ofrecerles paisajes espirituales que aún no puede penetrar. Si algunos pudiesen conocer la realidad que ahora enfrentamos, enloquecerían de pavor, se suicidarían, caerían en el embotamiento de los sentidos...
-“En nuestra esfera de acción encontramos, a cada instante, hermanos equivocados ilusionados por las reminiscencias terrenales, defendiendo los intereses malsanos de los familiares y afectos, preocupados con las querellas del cuerpo ya diluido en la sepultura, negándose a la realidad en la cual se encuentran. Actuamos con ellos paciente y amorosamente, confiando en el tiempo. Ahora bien con relación a los encarnados, la cuestión se hace más compleja, exigiéndonos mayor cuota de comprensión y de bondad. El anestésico que representa la materia, que bloquea muchas percepciones del Espíritu tendrá que ser vencido lentamente evitando choques dañinos al equilibrio mental y emocional de los individuos.
“Por eso, prosigamos confiados, insistiendo y perseverando, sin aguardar resultados inmediatos, imposibles de ser alcanzados.”

Extraído del libro “Senderos de Liberación” de Divaldo Pereira Franco”

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            EL PAPEL DE LA MUJER

Durante muchos siglos, las religiones administradas por los hombres han ocupado un espacio en la sociedad dominando todas sus facetas. Eran los encargados de controlar el conocimiento, las creencias, la fe, los usos y costumbres del pueblo llano. Su jerarquía se arrogaba el derecho a decidir las pautas, los comportamientos, lo que estaba bien y lo que estaba mal; incluso en lo que respecta a la familia y el rol que debía jugar el hombre, pero sobre todo el papel de la mujer, según la interpretación que ellos realizaban de las “sagradas escrituras”. Eso hoy día, salvo en países con otras creencias, culturas y costumbres, ha quedado en desuso.
En occidente y desde hace bastante tiempo, los representantes religiosos ya no tienen el poder ni se les reconoce la suficiente autoridad moral para decidir lo que deben de hacer unos y otros. La libertad religiosa, la facilidad de acceso a la educación, una mayor cultura de la población, así como las tecnologías que han acercado la información global a todos los rincones del mundo, nos han trasladado a un escenario de libertad pero desprovisto de un criterio y un rumbo claro.
La desorientación, la confusión que se vive hoy día producto de una crisis de valores generalizada, afecta a todos los estamentos de la sociedad, sobre todo aquellos que son más sensibles por su importancia y por el papel decisivo que juegan en nuestras vidas. Nos referimos al rol que desempeña la mujer en la construcción de la familia y en aquellos valores que la sostienen.
Precisamente en este último punto, respecto al papel de la mujer y su función tan importante en la vida, ya nos hablaba la doctrina espírita hace siglo y medio, siendo totalmente vigentes sus postulados hoy día. Ya por el año 1856, los espíritus aclaraban sin lugar a dudas las funciones de la mujer y del hombre y la igualdad de derechos entre ambos, tal y como recoge la obra El Libro de los Espíritus. Hablamos de una época en que la situación, sobre todo del sexo femenino, era de total discriminación. Tuvieron que pasar muchas décadas y arduas luchas para ir colocando, en justicia, cada cosa en su lugar. Hoy día, aún queda un largo camino por recorrer, conquistas por alcanzar, sobre todo en algunos países donde la mujer sigue siendo un objeto sexual y es considerada como un ser inferior.
En los hombres poco adelantados desde el punto de vista moral la fuerza constituye el derecho.(Pregunta 818 del Libro de los Espíritus).
Hemos olvidado que el espíritu carece de sexo. El encarnar en el sexo femenino o masculino depende de las necesidades evolutivas del ser, porque cada uno de ellos le aporta lo que el otro no tiene.
Allan Kardec interroga a los espíritus sobre este punto en la pregunta 817 del Libro de los Espíritus: El hombre y la mujer ¿son iguales ante Dios y poseen los mismos derechos?
– ¿Acaso Dios no concedió a ambos la inteligencia del bien y el mal y la facultad de progresar?
Independientemente del sexo, todos los seres humanos poseemos inteligencia para distinguir el bien del mal, así como la capacidad de progreso. Por tanto, tenemos una responsabilidad individual. Además, debe de existir una igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, pero por lo general, no de funciones. Es necesario que cada uno de ellos tenga su lugar específico. Las peculiaridades físicas, tanto del hombre como de la mujer, están acordes a sus funciones particulares para que ambos puedan ayudarse a superar las pruebas de la existencia.
Ciertamente, el hombre y la mujer se complementan, del mismo modo en que Dios provee a cada sexo de las características adecuadas para un trabajo espiritual y material en común, muy necesario para ambos.
Pero ¿ cuáles son las cualidades de la mujer? ¿Qué pueden aportar a la sociedad?
Entre sus cualidades más importantes se destacan la paciencia, la ternura, la bondad, la sensibilidad; también una intuición o sexto sentido que les permite tomar ventaja para percibir las necesidades ajenas, especialmente del entorno familiar y afectivo. Esta última cualidad tan sutil, utilizada correctamente, es una herramienta poderosísima para hacer el bien a los demás; usada para el mal, para satisfacer su propio interés egoísta, supone un entorpecimiento muy grande, puesto que llega a confundir y arrastrar a otros, y también le perjudica sobremanera a ella misma en su progreso espiritual.
Sin duda, la mujer está perfectamente capacitada para realizar grandes obras en el campo espiritual e intelectual. Ejemplos hay de sobra en todos los ámbitos a lo largo de la historia que no hace falta enumerar aquí. También es la gran protagonista en el hogar como esposa y madre, está llamada a ser un referente de amor y cariño, aportando la paz y armonía indispensable para que la convivencia sea fructífera en uno de los pilares fundamentales de la sociedad que es la familia.
Las mujeres son las que traen los hijos al mundo; su relación tan íntima con ellos les confiere un papel de vital importancia en su crecimiento y educación. Son la primera luz que los ilumina, son su punto de apoyo, su sostén, su principio fundamental para que ellos empiecen a descubrir lo que les rodea y a caminar con seguridad en el sendero de la vida.
“La mujer es el alma del hogar; ella es la que representa los elementos de dulzura y de paz con la humanidad”. Después de la muerte – León Denis.
Por tanto, la mujer, mejor que nadie, puede aplicar la psicología e intuición que posee para conseguir la unión familiar. Sin renunciar a su personalidad y a la firmeza de carácter, puede al mismo tiempo adoptar una postura de saber ceder o callar cuando la ocasión lo requiera, evitando un protagonismo que en múltiples ocasiones no necesita; ahí reside su principal fuerza y valor. También, en algunos casos, utilizar esa sabiduría tan particular, consecuencia de su amor incondicional para colocarse en un segundo plano, y de ese modo, poner en valor el trabajo de su cónyuge; al mismo tiempo el hombre tiene la obligación de saber reconocer el papel y el trabajo de ellas.
Se trata de una labor abnegada que la corriente materialista actual es incapaz de entender ni de asumir, de tal forma que hoy día, en lugar de poner de relieve las cualidades extraordinarias de la mujer, se menosprecian y se conmina a todo lo contrario. Desposeemos a la mujer de esos valores para que adopte una postura a la defensiva, en actitudes reivindicativas que la muevan en una dirección contraria a su naturaleza. De ese modo, tanto el hombre como la mujer quedan desprovistos de signos diferenciadores e identitarios. Algo que en principio debería enriquecer y complementar, es causa de enfrentamientos y disputas.
Fruto de esa confusión, se mezcla todo y se cuestiona todo. Este comportamiento, que nace incluso desde la educación en algunas escuelas, conduce al caos, a la ignorancia, a la falta de unas señas de identidad, tanto para los hombres como para las mujeres, que les ayuden a construir, a trabajar en una dirección concreta. Es el derecho a decidir no se sabe muy bien el qué, sin pararse a pensar cuáles son nuestras necesidades reales, las obligaciones, las tareas e incluso los compromisos que nacen del verdadero amor.
Se trata de una marea, de una corriente de pensamiento descontrolado y de carácter materialista cien por cien, que ignora por completo las palabras “compromiso”, “responsabilidad”, “deber”. Olvidando que previamente el espíritu medita, estudia y analiza su pasado para luego decidir la condición en la que va a venir con un nuevo cuerpo físico. Una vez aquí, ya con materia física, se nos vela el pasado para que no pueda condicionar o interferir en las tareas actuales. Por tanto, el sexo con el que venimos esta motivado por razones evolutivas de mucho peso; no es producto del azar, un capricho o un accidente donde pueda caber el victimismo.
En una balanza, mirando los beneficios espirituales que puede reportar el venir como hombre o como mujer, en líneas generales no hay color. Sin duda, el papel a desarrollar por la mujer se traduce en un progreso exponencialmente mucho mayor que el del hombre, si es capaz de cumplir con sus compromisos. Tal y como recoge también la obra de León Denis Después de la muerte: “Los espíritus afirman que, encarnándose con preferencia en el sexo femenino, el alma se eleva con más rapidez, de vidas en vidas hacia la perfección”.
Ahora bien, como nos indica en la misma obra el insigne espírita francés León Denis: “Sería absurdo tomar como pretexto los goces futuros para perpetuar las iniquidades sociales”. Necesitamos trabajar para superar las desigualdades e injusticias de género, mejorando la educación que corrija las deficiencias y los malos hábitos, marcándonos un camino que engrandezca a la mujer, porque de ello vamos a salir beneficiados todos, sin ninguna duda.
“La emancipación de la mujer sigue al progreso de la civilización”.�(Pregunta 822a, Libro de los Espíritus)
Hace falta también la claridad que nos proporciona el conocimiento espiritual, pero desde el respeto y la tolerancia a otras formas de ver las cosas. No obstante, firmeza para mantenerse en aquellos postulados que nos hagan mejores, que potencien las cualidades del ser humano, aunque puedan estar mal vistas por las corrientes de moda que menosprecian y condenan interesadamente un pensamiento distinto al suyo. Vivir acorde a esos principios superiores para ponerlos en práctica, tratando de ser un ejemplo donde libremente se puedan mirar todos aquellos que buscan respuestas y un camino claro y certero. Haciendo valer el precepto del Maestro Jesús: “El que tenga ojos, que vea, el que tenga oídos, que oiga”. Mateo 13:1-9.

- José Manuel Meseguer-
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