martes, 13 de diciembre de 2022

Avistamientos; Señales en los Cielos

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Avistamientos; Señales en los Cielos

2.- Espíritus Superiores

3.- Preguntas sobre los intereses materiales y morales

4.-Obstáculos actuales del progreso moral del hombre


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AVISTAMIENTOS : SEÑALES EN LOS CIELOS

    Cómo hemos comentado en otras ocasiones, en los medios de comunicación no tienen tanta resonancia como en otras épocas;  (no podemos olvidar la contribución magnífica para la difusión de este tema en la década de los 70 y 80 de J.J. Benítez investigador y del psiquiatra Jiménez del Oso, entre otros). Quizás porque la actualidad nos mueve por otros derroteros que nos preocupan en mayor medida y nos parecen más necesarios, más próximos; sin olvidar también intereses que cercenan la curiosidad natural y desvían el punto de mira por este tema.
     Sin embargo los avistamientos se suceden, y cada vez con mayor intensidad. Pocas personas saben, a tenor de los datos y casos recogidos, que la frecuencia de este tipo de manifestaciones se ha acrecentado y sigue en aumento. ¿Nos hemos preguntado el por qué?
    Descartando los casos cuya explicación es puramente climatológica, atmosférica o de otra índole, no nos vamos a entretener en eso; los auténticos avistamientos demuestran una realidad que todavía no encaja para los planteamientos que muchas personas se hacen. Sin embargo el “modus operandi” de estas naves tripuladas es siempre el mismo, buscando con estos hechos, desde nuestro punto de vista, transmitir un mensaje diáfano y claro para todos aquellos que estén dispuestos a abrir sus mentes y corazones a esta realidad persistente que no nos abandona.
       Por un lado, aquellos que han llegado a admitir la posibilidad de la visita de extraterrestres a nuestro mundo y su argumentación únicamente ha girado en torno a planteamientos materialistas han fracasado, ya que una visión tan limitada lo reduce todo a hipótesis, unas veces enrevesadas, otras veces a un callejón sin salida, y otras tan peregrinas como por ejemplo: “que vienen a por agua, o a por elementos agotados en sus planetas de origen, también hay quien dice que vienen a experimentar con los humanos, a colonizarnos sutilmente, etc.”
     Por otro lado también existe la vertiente espiritualista pero en ocasiones un tanto mística, mezclando medias verdades con otros conceptos oscuros y extraños, bordeando la fantasía, que ha llevado a personas y grupos  a considerarse los elegidos para un contacto definitivo y para la realización, como intermediarios, de una misión redentora para la humanidad. En consecuencia, un fanatismo producto de la falta de raciocinio y por el endiosamiento de sus líderes, que con el paso del tiempo, como es obvio,  les ha conducido al desengaño y a la frustración.
     Otros lo admiten, llegan a hacer algunas reflexiones coherentes al respecto, pero no  están dispuestos a comprometerse en un cambio en sus vidas, un esfuerzo interior de transformación moral, pues esto supondría asumir una responsabilidad a la que, de momento, no están por la labor.
Si partimos de unas bases espirituales como son: La existencia de un Dios Creador, y la trascendencia de la vida más allá del cuerpo físico. Si estudiamos las Leyes Universales, aquellas que rigen al Universo y su desenvolvimiento comprenderemos que hay algunas que son fundamentales para entender esta realidad discreta pero en proceso de expansión y notoriedad.
     Empezaremos por la ley de evolución, a través de la cual todos los seres evolucionan. Nos centraremos en el ser humano cuyo progreso depende de sí mismo, habitando las distintas moradas que pueblan el universo: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas”(San Juan, cap. XIV, v. 1 a 3). El ocupar una u otra dependerá de su grado de progreso espiritual, cual alumno que le asignan el aula que le corresponde a sus aptitudes y nivel así como con los compañeros de similares características.
     Cómo es natural existen distintos grados de evolución así como hay planetas adecuados para albergar humanidades más o menos desarrolladas. Además, en base a la ley de la reencarnación y las múltiples oportunidades que se nos ofrecen, no sería lógico que estuviéramos condenados y recluidos en un mundo indefinidamente. Con el resto de planetas a de suceder exactamente lo mismo, por lo tanto existen distintos niveles.
     Actualmente nos encontramos en un mundo de “expiación y prueba”, lo cual significa que existen una serie de condicionantes de inferioridad, consecuencia de las pasiones y deficiencias morales que todavía nos dominan. Es un mundo donde, como su nombre indica, venimos a reparar y expiar faltas del pasado, sometiéndonos al mismo tiempo a pruebas para adquirir experiencia y superarlas.
La siguiente fase es la de los mundos de regeneración, esta etapa permite una mayor libertad de movimientos respecto al entorno, no sólo del propio planeta sino también de otros  del mismo o inferior nivel. Atendiendo a la ley del amor y de la fraternidad estas humanidades comprendidas, maduras y solidarias; conscientes de su realidad espiritual y de la necesidad de colaborar con otras humanidades más atrasadas, se prestan voluntariamente a realizar una labor callada y discreta respetando por encima de todo el libre albedrío de los demás, realizando un trabajo a largo plazo, incrementándose con el tiempo hasta culminar en el proceso final de cambio de ciclo al que todos los mundos se deben de someter.
      Hoy día este planeta está viviendo esa transición de cambio de mundo de “expiación y prueba” a mundo de “regeneración”. Dicho proceso no se completa de la noche a la mañana, sino que requiere de un tiempo de selección para sus habitantes, examinándose y catalogándose con absoluta justicia para que aquellos que lo merezcan puedan formar parte de esa nueva humanidad con otros planteamientos de orden moral y espiritual; o por el contrario tiene que repetir y completar su preparación y reparación de faltas en otro mundo de similares características al que hoy tiene el nuestro.
     El testimonio visible de sus naves implica muchas cosas dignas de análisis y estudio,  es la manifestación de la ley del amor y solidaridad entre los mundos, pero sobre todo son una invitación al cambio, a la posibilidad nada utópica de vivir con unos valores morales de respeto, bondad y solidaridad como el que ellos nos están demostrando.
     Démonos cuenta cómo, a veces lo simple y sencillo puede ser tan profundo y bello, como lo son dichas exhibiciones físicas provenientes de nuestros hermanos mayores que nos tienden una mano y nos avisan de que no estamos solos, no estamos abandonados a nuestra suerte y de que tienen los recursos para intervenir, como ya lo están haciendo, para que este hermoso planeta no se deteriore de una manera irreversible. Esta es una escuela más que pertenece a Dios y nos ha sido prestada. Debido a nuestro orgullo y ambición creemos que podemos abusar de ella, pero todo tiene un límite. Nuestro libre albedrío no es absoluto, sobre todo cuando ponemos en riesgo el porvenir y la viabilidad de la Tierra para el futuro prometedor que le espera. Cómo dijo Einstein: “Dios no juega a los dados” y esto no es una excepción. Estamos hablando de la “casa de todos”, la casa de nuestros hijos, de nuestros nietos y de las futuras generaciones, algo tan importante no puede estar en manos indefinidamente de unas cuantas élites inconscientes y materialistas. Pensemos en ello.
     Este es, sin duda. su mensaje principal, un mensaje de enorme esperanza para una humanidad que ha perdido el rumbo enzarzada en crisis de toda índole, ofuscada a veces, lo cual le impide a muchísimas personas comprender lo que está ocurriendo, no sólo a nuestro alrededor sino también lo que viene de arriba.     
   
     Para concluir, este tema merece una reflexión y un estudio serio, ya que a medida en que se desgrana y se profundiza se pueden descubrir realidades que no son para nada incompatibles a los planteamientos espirituales conocidos, solo falta encajar adecuadamente las piezas para contemplar a la luz de la razón y del conocimiento que, aunque estamos muy lejos de saber todas las cosas, existe una planificación perfecta, dirigida por los planos superiores para que la armonía, el progreso y los designios divinos se vayan cumpliendo como es deseo expreso del Creador.
J.M.M.C.
 Amor, paz y caridad


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               ESPÍRITUS SUPERIORES

     Consideramos en este grupo, a seres de gran elevación que, sin estar ya obligados a encarnar en mundos moralmente atrasados como el nuestro, lo hacen por amor a la humanidad, para trabajar en su progreso, escogiendo con preferencia una existencia laboriosa, una vida de lucha y abnegación. Saben que, gracias a ella, su propio progreso será más rápido; y confiando también en la asistencia y ayuda que sus compañeros espirituales les darán desde el espacio.
     En estos casos, planifican con gran antelación su misión a realizar, y generalmente son escogidos los futuros padres ya en el mismo plano espiritual, dentro de su mismo grupo de afines, que encarnan primero, especialmente para recibirles como humanos y facilitarles el cumplimiento de su misión.
     Para estos seres, la encarnación es como la muerte, aunque para renacer un tiempo después, despertando gradualmente en un cuerpo joven; y el proceso encarnatorio varía mucho de los anteriores.
     De esa vida de libertad y armonía en los claros espacios del Universo, donde esos seres superiores se trasladan de uno a otro mundo con la fuerza motora de la mente, por estar ya libres de la atracción magnética del planeta, de los mundos físicos; bajan a la prisión oscura del cuerpo carnal, penetran en el calabozo de la carne donde tendrán que estar expuestos a privaciones mil, siendo la primera, la falta de la luz y conciencia de su pasado y objeto de su existencia carnal. Luego, las luchas constantes con las tentaciones, acechanzas, y a veces, burlas de los necios y persecuciones de los convencionalismos; con el control continuo de su conciencia desprovista de la memoria de las vidas pasadas.
     Mientras que, para el alma que ha sido perversa, criminal, la reencarnación es un refugio, un alivio a su sufrimiento, una oportunidad para redimir sus deudas; para el espíritu elevado, que no tiene deudas pendientes, pero que viene en misión superior de amor, la encarnación es un sufrimiento, y los días y horas antes de la encarnación, son de angustia mayor que la de la muerte física.
     Como fácilmente puede apreciarse, para los espíritus superiores, el nacimiento en la carne es la muerte, y la muerte es el nacimiento. Porque, para ellos es más difícil, es más doloroso renacer, que morir; ya que, al morir se liberan de la prisión de la carne, de los sufrimientos físicos y morales, propios de nuestro mundo, y pasan a la vida de libertad, a la felicidad que les pertenece; mientras que, al nacer en la carne mueren a esa vida de libertad maravillosa y de bellezas inenarrables, dejando la luz que inunda las regiones siderales, para bajar a las tinieblas de la materia, a sepultarse en el abismo de las pasiones inherentes a nuestro mundo, a las exigencias del cuerpo carnal regido por otras leyes.
     En cambio, para los seres inferiores, en sufrimiento, la vuelta a la vida física, es un refugio, una bendición; es una oportunidad más que le brinda la misericordia infinita del Creador.
     En los casos de seres muy evolucionados, una luz clara, una luminosidad radiante, envuelve a la madre hasta el momento de nacer la criatura. Luego, esa claridad envuelve a la criatura que ya reposa en la cuna. Ambos casos, pueden ser apreciados por ciertas personas sensitivas, con la facultad de clarividencia desarrollada (P.E.S.).
En todos los casos, el feto en el vientre materno y el niño ya en los primeros siete años de nacido, goza de la protección de uno o más seres espirituales superiores, que luego continuarán protegiéndole y guiándole para la realización de su destino.
     Debido a la gran influencia que ejerce en el nuevo ser, el estado afectivo y mental de los padres, especialmente de la madre, ambos deben hacer cuanto sea posible para que, durante el embarazo (desarrollo del feto), la madre no reciba nunca emociones desagradables, y sí debe tener siempre un ambiente armónico y agradable; porque, los pensamientos, emociones y actitudes de orden psíquico, se graban en torno del campo mental del reencarnante, que dirige la configuración del cuerpo físico en gestación.
     El período de preconcepción es la más delicada y sensible manifestación de las fuerzas de los reinos imponderables.
     Los padres que deseen tener hijos intelectual y moralmente superiores, pueden atraer seres espirituales más evolucionados para encarnar como sus hijos; mediante pensamientos elevados y acciones honestas, así como manteniendo un ambiente de armonía en el hogar, muy especialmente antes de la concepción.
     Por desventura, la falta de armonía y frivolidad en qué viven de ordinario los matrimonios, son un impedimento para que estos seres superiores encarnen en mayor número, dado su gran sensibilidad.
     Queda pues, demostrado que, NO ES UN CUERPO CON UN ALMA, SINO UN ALMA CON UN CUERPO... Dicho de Otro modo. Es el Espíritu que se envuelve en la carne, ES UN SER QUE RENACE DE NUEVO, Y QUE VIENE DE REMOTAS EDADES FORMANDO SU CONCIENCIA, PROGRESANDO, SUBIENDO POCO A POCO LA ESCALA QUE LE CONDUCIRÁ A LAS EXCELSITUDES DE LA VIDA SUPERIOR.

Sebastián de Arauco.

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Preguntas sobre los intereses morales y

 materiales


17. ¿Pueden pedirse consejos a Espíritus?
Sí, ciertamente; los Espíritus buenos jamás, rehúsan ayudar  a aquellos que les evocan con confianza, principalmente por lo que concierne al alma; pero rechazan a los hipócritas,   aquellos que parece que quieren pedir la luz y se complacen en las tinieblas.

18. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre las cosas de intereses privados?
Alguna vez, según el motivo. Esto depende de aquellos a quienes uno se dirige. Los consejos concernientes a la vida privada, se dan con más exactitud por los Espíritus familiares, porque se unen a una persona y se interesan por lo que le concierne; es el amigo, el confidente de vuestros pensamientos más secretos; pero a menudo les fatigáis con preguntas tan
descabelladas, que os dejan. Sería también absurdo el pedir cosas íntimas a Espíritus que os son extraños, lo mismo que si para esto os dirigierais al primer individuo que encontraseis en la calle.
     Vosotros no deberías olvidar jamás que la puerilidad de las demandas es incompatible con la superioridad de los Espíritus.
     Es también preciso tomar en cuenta las cualidades del Espíritu familiar que puede ser bueno o malo, según sus simpatías por la persona con quien se comunica. El Espíritu familiar de un hombre malo es un mal Espíritu, cuyos consejos pueden serle perniciosos, pero que se aleja y cede el puesto a un Espíritu mejor, si el hombre se mejora a sí mismo.  A los semejantes, sus semejantes.

19. Los Espíritus familiares, ¿pueden favorecer los intereses familiares por las revelaciones?
Pueden, y lo hacen algunas veces según las circunstancias, pero estad seguros que los Espíritus buenos nunca se prestan a servir a la ambición. Los malos hacen reflejar a vuestros ojos mil atractivos para estimularla y en seguida mixtificaros por la decepción. Sabed también, que si vuestra prueba es de sufrir tal o cual vicisitud, vuestros Espíritus protectores pueden ayudaros a suportarla con más resignación y endulzarla algunas veces; pero en interés de vuestro porvenir no les es permitido el libraros de ella, De la misma manera que un buen padre no concede a su hijo todo lo que desea.

Observación. — Nuestros Espíritus protectores pueden en algunas 
circunstancias, indicarnos el mejor camino, sin que por esto nos conduzcan con la mano; de otro modo perderíamos toda iniciativa y no nos atreveríamos a dar un paso sin su socorro, y esto sería en perjuicio de nuestro perfeccionamiento. Para progresar, el hombre necesita a menudo adquirir la experiencia a sus expensas; por esto los Espíritus prudentes, aconsejándonos, nos entregan muchas veces a nuestras propias fuerzas, como lo hace un hábil preceptor con sus discípulos. En las circunstancias ordinarias de la vida, nos aconsejan por la inspiración y de este modo nos dejan todo el mérito del bien, como nos dejan toda la responsabilidad de la mala acción.
     Sería abusar de la condescendencia de los Espíritus familiares y comprender mal su misión, el preguntarles a cada instante sobre las cosas más vulgares como lo hacen ciertos médiums. Algunos de estos por cualquier cosa toman el lápiz y piden consejo sobre las cosas más sencillas. Esta manía denota la pequeñez de las ideas, al mismo tiempo hay la presunción de creer que siempre se tiene un Espíritu a sus órdenes, no teniendo otra cosa que hacer que ocuparse de nosotros y de nuestros pequeños intereses.
     Es además, aniquilar su propio juicio y reducirse a un papel pasivo, sin provecho para la vida presente y con seguridad perjudicial para el adelantamiento futuro. Si hay puerilidad en preguntar a los Espíritus por cosas fútiles, no la hay menos de parte de los Espíritus que se ocupan espontáneamente de lo que pueden llamar detalles caseros; pueden ser buenos, pero seguramente son muy terrestres.

20. Si una persona deja al morir sus negocios en confusión, ¿puede pedirse a su Espíritu el que ayude a ponerlos en claro y se puede también preguntar sobre el haber real que ha dejado, en el caso que este haber no sea conocido, si es en interés de la
justicia?

¿Vosotros olvidáis que la muerte es salir de los cuidados de la Tierra? Creéis vosotros que el Espíritu que es feliz por su libertad venga voluntariamente a volver a tomar su cadena y a
ocuparse de cosas que ya no le pertenecen, para satisfacer la ambición de sus herederos que pueden haberse alegrado de su muerte con la esperanza de que les será más provechosa? Habla de justicia; pero la justicia está en la decepción de su codicia; es el principio de los castigos que Dios reserva a su ambición por los bienes de la Tierra. Por otra parte, los enredos que algunas veces deja la muerte de una persona hacen parte de las pruebas de esta vida, y no está en el poder de ningún Espíritu el libraros, porque están en los decretos de Dios.
Observación. — La contestación anterior contrariará sin duda aquellos que se figuran que los Espíritus no tienen otra cosa que hacer que el servirnos de auxiliares lúcidos para guiarnos, no hacia el cielo, sino sobre la Tierra. Otra consideración en apoyo de esta respuesta. Si un hombre ha dejado durante su vida sus negocios en desorden por incuria, no es verosímil que después de la muerte tenga por ello cuidado, porque debe ser feliz de haber quedado libre de las incomodidades que le causaban, y por poco que esté elevado les dará menos importancia como Espíritu que como hombre.
     En cuanto a los bienes desconocidos que ha podido dejar, no tienen ningún motivo de interesarse por sus ávidos herederos que seguramente no se acordarían de él, si no esperasen sacar algún provecho, y si aun está imbuido de las pasiones humanas, puede tener un placer pernicioso por su contrariedad.
     Si por interés de la justicia y de personas por las que tiene afecto, un Espíritu juzga útil hacer revelaciones de esta clase, lo hace espontáneamente, y para esto no tiene necesidad de ser médium, ni valerse de otro que lo sea; conduce al conocimiento de las cosas por circunstancias inesperadas, pero esto no es por las preguntas que se le hacen, considerando 
que esta pregunta no puede cambiar la naturaleza de las pruebas que deben sufrir; sería más bien a propósito para agravarlas, porque casi siempre es un indicio de avaricia, y prueba al Espíritu que se ocupan de él por interés.

El libro de los médiums. Allan Kardec.

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OBSTACULOS ACTUALES  DEL PROGRESO MORAL DEL HOMBRE

                                                                                            


Los tiempos de la transformación,  en los cuales la humanidad da un salto cualitativo  en su sociedad, son siempre revestidos de crisis, cambios, cataclismos morales que hacen colapsar los pilares de la civilización existente. Dada la estrecha visión del hombre, restringida las más de las veces a aspectos circunstanciales  y transitorios, no le es muy fácil entender el procesamiento de las Leyes Divinas, especialmente la Ley del Progreso en estos momentos, una vez que sobresalen los resquicios de la barbarie, la inferioridad moral, la degeneración de los valores reales, el aparente prevalecer  de tesis  e ideologías ultrapasadas avanzando como respuestas, cuando el hombre  al aceptarlas de manera aparentemente satisfactorias, parece retroceder  en su progreso evolutivo.

Este es el momento  en el que vivimos actualmente en la humanidad. Civilizaciones altamente desarrolladas en el aspecto científico-tecnológico, viajando en la misma “Arca de Noé” llamada Tierra, al lado de otras civilizaciones en  donde prevalecen aun la ignorancia, el atraso económico, la Ley del Talión, el uso de la fuerza, la venganza, la cultura del odio y del resentimiento, la discriminación contra la mujer, el desprecio  a la infancia, la inexistencia  de las mínimas condiciones  sanitarias, de perspectivas profesionales dignificantes  y la desigualdad social generando miseria y hambre, que son la técnica común.

La civilización occidental, con su cultura individualista, de culto al ego y acumulación de la riqueza, desenvolvió sobremanera el  cientifismo –tecnológicos, generando  la falsa creencia de que a través del hombre todo lo puede, encontrando ahí tan almacenada felicidad, básicamente contenida en las cosas materiales, yendo por su vez a desaguar  en el materialismo  dialectico actual, corroborado  sobremanera por el enfoque  formal y ritualístico de las religiones tradicionales, que no satisfacen  las necesidades espirituales de las criaturas cuando dominadas por sus angustias y aflicciones, fomentan el surgimiento de enfermedades psicosomáticas.

Fruto de inmensa diversidad socioeconómica, la Tierra es un planeta de grandes contrastes, donde la detener nuestra mirada para los países occidentales, vemos sociedades en su apogeo en el aspecto tecnológico y de confort y la facilidad  material, entretanto con profundos  cimas  y ralladuras en el aspecto moral y psicológicos de sus poblaciones, necesitando reestructurar la familia, micro célula que sustenta y mantienen la sociedad en su sentido macro, y rescatar la importancia del hombre como persona humana para poder liberarlos de los vicios sociales maléficos (alcohol y tabaquismo) aborto y drogas.

Países donde el modelo del materialismo de Karl Marx fue elevado a la forma de Estado traen destrozados los sentimientos de religiosidad de esos pueblos, y porque la materia no responde a todas las preguntas  y deseos humanos, necesitan reconstruir la verdadera religiosidad humana.

En este contexto, vale resaltar China, régimen dictatorial expansionista,  resucitando la práctica romana de ejecuciones  colectivas  en estados, como respuesta  represora a los que se atreven a pensar diferente, con la eliminación de uno de los   derechos inherentes en el ser humano, que es la libertad de expresión y pensamiento.

En el Oriente Medio, tal vez porque sus raíces trazan el continuo contacto con las guerras haciendo parte integrante de su historia  y de sus vidas,  contraponiéndose a la miseria, a la ignorancia  intelectual,  a un cotidiano  arduo  y al hambre, surge la fe extremada  y dogmática, con la viva restauración de la visión antropomórfica de un Dios bravo, guerrero y vengador, acompañado de un paraíso embriagador y seductor sedimentándose en lo intimo de aquellos que buscan  en la religión el lenitivo de sus dolores  y la rebeldía social, teniéndose, por consiguiente,  en la fe y en el nombre del Divino, la justificativa para tomar la espada (modernas ametralladoras y bombas) segando vidas, y no, retóricamente para, empuñarlas contra sí mismos, segando sus propias imperfecciones morales  y no la de los otros.

Contraponiéndose al materialismo ateo, la fugacidad del tecnicismo, al reavivamiento de las religiones cuyas propuestas deberían distanciarse o quedar fuera del hombre moderno ingresante en el tercer milenio, la gran desigualdad socioeconómica de los pueblos, se vislumbra  dos bellísimas propuestas pacifistas e igualatorias para la humanidad, el Budismo y el Cristianismo. ¿Tales propuestas  que tienen para ofrecer a la humanidad rumbo al progreso moral, que no tengan las demás? En su esencia, el desarmamiento de los corazones,  la cultura de la no-violencia, la no aceptación de la ley del Talión, la igualdad social, la práctica del perdon como condición esencial para la salud física y mental, la Paz, la fraternidad universal, el cultivo al desapego, el hombre como ser renovado, constructor de su propia felicidad,  poseedor de profundo  sentimiento de respeto y tolerancia  alas diferencias  y diversidades culturales humanas, siendo vencedor de si mismo, con emociones sublimadas   y superiores, teniendo, por fin, como objetivo básico, vivenciar el amor incondicional por todas las criaturas.

Sin embargo, entristecido, estamos siendo testigos del intento de asfixia y la distorsión de estas religiones. En el caso del Budismo, el Tíbet, su exponente mayor, sufrió una invasión por China, y está en proceso  de una masiva des caracterización cultural religiosa, hasta aun mismo con la transformación arquitectónica de su capital, en una reproducción de Pequín, también como la prohibición  del líder  religioso, Dalai Lama, y aun  una represión al Budismo  y su propuesta de vida, ofreciendo China a cambio de su cultura materialista a aquel pueblo de tradición pacifica y espiritualizada.

     El Cristianismo, después de sufrir en si mismo tantas distorsiones  y graves adulteraciones, fruto de  equivocadas interpretaciones humanas vanidosas y egoístas, tiene en el modelo de la Iglesia Católica el desestimulo de sus fieles cara a su propuesta tradicionalista, en la que pese  a los últimos tiempos estar rescatando su posición de  hacerse presente al lado de los pobres y excluidos  y buscando una participación más encajada en los movimientos sociales. En alguna ramificaciones del protestantismo, llamados hoy evangélicos, visualizamos un intento de banalizar  y mercadear con la figura de Jesús,  ofreciéndolo y Sus enseñanzas, como aquel, que en el papel de milagroso  trabajador, soluciona los mundanos problemas del hombre, que deberían ser  de su única y exclusiva responsabilidad resolver, manteniendo  al hombre subyugado sutilmente, en estado de inmadurez psicológico-espiritual, sin responsabilidad sobre si mismo y sus actos, para depender siempre de quien le dicte los rumbos  a seguir y las decisiones a tomar, como bien ya decía Jesús: cuidar  para no ser ciegos guiando a otros ciegos. Esto es para no adentrarnos a la cuestión financiera de la transformación de Iglesias evangélicas en poderosos grupos económicos  a sustentar intereses de poca transparencia, teniendo como  mercancía  especial la fe humana  recordándonos  a los vendedores del templo en la época de Jesús.

     Hoy localizado básicamente en Brasil, encontramos el espiritismo con la propuesta  de ser el cristianismo Redivivo, liberando conciencias y renovando vidas. Si no se puede hoy en día conseguir en el camino ya desgastado del rigor formal y dogmático de las religiones cristianas, podrá continuar presentando al hombre una propuesta simple y alucinante de vivenciar las enseñanzas de Cristo.

Eulaide Maria Vilela Lins (AM) 

Referencia: 3º Edición da Revista ABRAME

Traducido al español por M. C. R

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