miércoles, 6 de marzo de 2019

El papel de la mujer en el mundo

      ESPIRITISMO

- El Progreso humano y Evolución de los Mundos
-El Universo es Infinito
-Ser Sabio
-Reunión Mediúmnica: Cuidados en el área fisiológica
-El papel de la mujer en el mundo



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PROGRESO HUMANO Y EVOLUCIÓN DE                          LOS MUNDOS


Nuestro hogar, el planeta Tierra, se encuentra viajando en un Universo infinito. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, con 300 mil millones de estrellas, es una más dentro de las más de 100 mil millones de galaxias observables. Y todo, en estas magnitudes inconmensurables, obedece a leyes preestablecidas, entre ellas la ley del progreso. Desde el origen de la vida en este planeta, la diversidad, la belleza y el progreso se suceden en una evolución que ya no es objeto de debate en los medios científicos. La selección natural propuesta por los naturalistas Charles Darwin y Alfred Rusell Wallace, espírita, junto con la teoría sintética, explican a día de hoy los mecanismos de esa evolución, mecanismos que sí continúan siendo objeto de debate. El hombre, obra prima del progreso biológico, ha protagonizado el progreso industrial, tecnológico y social, inmerso también en un progreso espiritual del cual han sido testigos los siglos. Las generaciones humanas mueren en el tiempo, pero el espíritu no. Todas las civilizaciones se han sucedido entre sombras y luces en el marco de un cuadro evolutivo. Todos los mundos y civilizaciones en el universo son solidarios a través del intercambio reencarnatorio. Los espíritus cambian de planetas de acuerdo con las necesidades de su proceso evolutivo. Cada mundo se encuentra en un determinado grado de perfeccionamiento. El Libro de los Espíritus, en la cuestión 171, dice que los Espíritus pasan gradualmente «del estado de embrión al de infancia para llegar por una sucesión de períodos al estado adulto, que es el de perfección, con la diferencia que en éste no existe el declinar y la decrepitud de la vida». Los mundos también progresan y el nuestro está en la fase de transición hacia un mundo de regeneración. «Esos mundos sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices, son por tanto simples escalas de perfeccionamiento en la cadena universal de los mundos. El hombre ahí está aún sujeto a las leyes que rigen la materia, experimenta sus sensaciones y deseos, pero libre de las pasiones que lo esclavizan. La palabra amor está grabada en todas las frentes; una perfecta equidad regula las relaciones sociales». Los espíritus no anuncian una transición milagrosa, sino una transformación progresiva que ya está en plena realización. Será una morada cada vez más agradable, a medida que sus habitantes progresan. La caridad, como principio fundamental que enseñan los Espíritus, y el Espiritismo tienen como finalidad romper el egocentrismo social de los individuos actuales, para ceder su lugar al altruismo moral que caracterizará al ciudadano del futuro. La caridad es el único antídoto eficaz del egoísmo, ese corrosivo psíquico que envenena al hombre y a la sociedad. «Quien en esta vida quiera aproximarse a la perfección moral debe extirpar de su corazón todo sentimiento de egoísmo, porque el egoísmo es incompatible con la justicia, el amor y la caridad, ya que neutraliza todas las otras cualidades». La comprensión espírita del mundo y del destino del hombre modificará el orden social. La certeza en la sobrevivencia y el conocimiento de la ley de evolución arrancará al hombre de las garras del inmediatismo. Afirma Allan Kardec que la cura podrá ser prolongada pero no imposible. La educación bien comprendida será la clave del progreso moral. Entretanto recordemos que la transformación del mundo comienza en el corazón de cada criatura que lo desea. Por eso enseñaba Cristo que el Reino de Dios está dentro de nosotros, y no comienza por señales exteriores.
- Editorial Revista espírita de la F.E.E. nº 3-

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                               EL UNIVERSO ES INFINITO   
            

¿Los soles, los planetas, los satélites, las galaxias parecen haber sido creados para simple deleite de los ojos humanos? ¿Antes de la existencia de la Tierra para quién brillaban las estrellas que matizan el espacio? ¡Durante mucho tiempo el desconocimiento fue nuestro patrimonio! Hoy día, la Astronomía, que es la ciencia que se ocupa del estudio de los astros del cosmos, especialmente de las leyes que rigen su movimiento, comparte con otras áreas de investigación sus técnicas experimentales y objetos de estudio, de entre los cuales cabe destacar la climatología planetaria, la física nuclear, la electrónica, la astronáutica y un largo etc., proporcionando avances para las sociedades. Sin embargo, el estudio científico de los planetas echa por tierra cuestiones metafísicas y conjeturas porque, lejos de ser inaccesible a las verdades, tiene a su alcance un horizonte que brilla con limpia claridad, donde la ciencia tiene por objeto encontrar las verdades eternas. Es pues, cohesionando la parte filosófica y moral del Espiritismo con la ciencia cuando podemos contestar a esas cuestiones de manera global, ya que para hablar de la infinitud del Universo es necesario considerar el todo y no la parte, esa unión, pues, modifica los conceptos erróneos que poseíamos del Universo. La Doctrina Espírita ofrece un campo neutral en que se puede conciliar el materialismo y la espiritualidad, enseñándonos que si no los interrelacionamos es de escasa utilidad para el progreso humano, mostrándonos que hay una relación simbiótica entre los seres y los espíritus, que escapa a las percepciones más groseras. Debemos resaltar que el sentimiento de la vida espiritual está todavía en estado de intuición en gran parte de la Humanidad, siendo presentido por una multitud de personas; muchas aún no se dan cuenta de la importancia de saber qué función tiene el Universo. Existen dos aspectos fundamentales que obligatoriamente no se deben desprestigiar en esa investigación, la física de los planetas y el nivel moral e intelectual de ellos, defendiendo ardientemente el estandarte de nuestra filosofía. ¿Cómo empezó todo? En el libro El Génesis, que pertenece a la Codificación Espírita, encontramos que la materia cósmica primitiva, encerraba elementos fluídicos y vitales de todos los sistemas que desarrollan su magnificencia ante la eternidad. ¡Es la madre fecunda y generadora eterna! En la profundidad de los hornos estelares bajo una fusión nuclear se crearon los planetas con masas de materia condensada y no solidificada, separadas de la masa central por la acción de la fuerza centrífuga y adoptaron en virtud de las leyes del movimiento, la forma esferoidal, más o menos elíptica, según el grado de fluidez que haya conservado.  Las sustancias generadoras, fuente del origen de las esferas siderales, no han desaparecido en nuestros días, ni muerto su poder, ya que siguen formando continuamente nuevos mundos, dando vida a nuevas creaciones y recibiendo continuamente los principios reconstituidos de los mundos que desaparecen. La materia cósmica primitiva está sometida a las leyes que aseguran la estabilidad y al principio vital universal que forman generaciones espontáneas en cada globo, a medida que se van manifestando las condiciones necesarias de existencia en cada mundo. En su origen, los mundos no fueron creados en su plenitud y madurez de vida. El poder supremo nunca se contradice y, como todas las demás cosas, el Universo nació niño. Sometida a las leyes y con el impulso inicial inherente a su propia formación, la materia cósmica primitiva dio nacimiento en sucesivas etapas a: torbellinos, aglomeraciones de fluidos difusos, cúmulos de materia nebulosa, que se multiplicaron y dividieron hasta el infinito, para dar nacimiento en las regiones inconmensurables de toda la extensión Universal a diversos centros de creación. Las nebulosas son regiones del medio interestelar constituidas por gases y polvo, tienen importancia cosmológica   porque son los lugares donde nacen las estrellas por fenómenos de condensación y agregación de la materia, aunque, en otras ocasiones son compuestas por los restos de estrellas que han muerto. Las galaxias son sistemas masivos de estrellas, nubes de gas, planetas, polvo y quizás materia oscura y energía oscura que se mantienen agrupadas por su mutua atracción gravitatoria. Los cosmólogos denominaron que nuestro Sistema Solar se encuentra dentro de la galaxia conocida como la Vía Láctea, que es una galaxia elíptica. A pesar de sus gigantescas proporciones y la vastedad de su imperio, ocupa un lugar poco apreciable en el Universo, representando apenas un punto insignificante e inapreciable en la inmensidad de las creaciones siderales, sólo es una entre miles. Nuestro astro rey posee una superficie luminosa móvil, ardiente, ondulante, foco permanente de electricidad, que sostiene por atracción recíproca los demás mundos del sistema y a él debemos directa e indirectamente todas las transformaciones vitales sobre nuestro planeta. El Sol, cuya dominación asegura la estabilidad, la regularidad y la armonía de los mundos planetarios, no es más que una unidad insignificante y la humilde compañera de multitud de otras no menos esplendidas. Siendo un tipo general en el orden uranográfico, muy probablemente, los millones de astros son otros tantos centros de magníficos sistemas, algunos semejantes al nuestro, algunos inferiores, otros superiores, otros en formación o decrepitación, manifestando vida en mundos todavía desconocidos. Los astrofísicos definen los planetas como cuerpos celestes que giran alrededor de una estrella, no poseen luz propia, sino que reflejan la luz solar, cada planeta posee una configuración propia. De acuerdo al ítem 56 de El Libro de los Espíritus, observamos infinidad de modelos planetarios, sin embargo, los mundos se enlazan por similitudes, demostrando que en la naturaleza nada está aislado e inútilmente creado, los planetas tienen un origen ígneo y obedecen a las leyes inmutables de la creación. Desde 2006 no se considera Plutón como planeta y se pueden dividir los ocho conocidos en dos grupos: los planetas interiores, rocosos y densos, llamados telúricos y los planetas exteriores, gaseosos y helados, llamados jovianos. No se destaca nuestro planeta azul por su proximidad ni por su alejamiento, no presentando acentuada relevancia frente a los demás mundos del Sistema Solar. Analizando el terreno, 
los valles, las montañas, la variación calórica, los estados de electricidad, del magnetismo y el número de satélites, desde este punto de vista, la Tierra no se distingue en modo alguno de los demás planetas. Al emprender el estudio de la posición de la Tierra en el Sistema Solar, vemos que nuestro hogar no disfruta de privilegio y podemos combatir así el argumento de aquellos que, en nombre de su posición, se equivocan lastimosamente cuando quieren abolir la doctrina de la pluralidad de los mundos habitados. Sería mucha soberbia considerar que Dios construyó un Universo infinito solamente para que nosotros vivamos en él. Las enseñanzas espíritas nos ayudan a despojarnos de la añeja ilusión de considerarnos los únicos privilegiados. El Universo es infinito, el espacio es infinito y el tiempo es relativo. Hay una relación directa entre la cantidad infinita de planetas y los tiempos diversos e incompatibles que existen. Más allá de los mundos materiales, en el mundo espiritual la eternidad reemplaza las sucesiones efímeras, pues el Universo es inmensidad sin límites y eternidad sin fin: esas son las dos grandes propiedades de la naturaleza universal. Vemos estrellas no como son, sino como han sido, vemos pues el pasado. Podemos con ese conocimiento mantener la teoría de que el Universo existía mucho tiempo antes del nacimiento de la Tierra, desplegando su belleza en la vastedad de los cielos. Si no tenemos todavía la demostración científica de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo adaptado a las condiciones de esos mundos. De hecho, las entidades espirituales se han manifestado afirmando en múltiples ocasiones la veracidad de esta tesis. Ya no tenemos el mutismo, porque innumerables hermanos desencarnados han dejado sus experiencias y consejos, apartando definitivamente el asustador y tétrico silencio. La simple mirada de la Naturaleza habla elocuentemente a nuestro favor. Tenemos abundancia de demostraciones semejantes por la inmensa variedad de ejemplares de la vida en la Tierra. Por simple observación, sabemos que el poder creador es infinito y que no podemos racionalmente oponer ningún obstáculo a la manifestación de la vida en el Universo. Apenas hemos penetrado los misterios que presiden a las funciones habituales de la vida, las propiedades físicas, la acción de la luz y electricidad, los efectos del calor y del magnetismo. ¿No sería negar la existencia de vida en otros planetas, restringir el poder de Dios a estrechas fronteras dentro de las cuales, la misma conciencia humana no se conforma a mantenerse circunscrita para siempre? ¿Estamos solos? La vida también ha evolucionado en muchos otros rincones del Universo, eso es lo que dicta la lógica y las comunicaciones espirituales. Nos dijo el astrónomo y poeta de los cielos Camille Flammarion: «Debemos disuadirnos de la pretensión de poder juzgar el estado de habitación de los mundos, sería pues una pretensión muy cercana al ridículo afirmar que somos los únicos y el único fin de la creación». La intervención incesante del Autor supremo no es superflua, abstracta o estéril. Todos los mundos fueron creados para ser habitados. ¿Cómo puede cumplirse este axioma si no hay seres que habiten los mundos ni los conozcan? La única respuesta a esta cuestión es la idea de habitación que se une inmediatamente a la idea de habitabilidad. Nos explican los Espíritus que los entes del Universo permanecen con la complejidad humana, independiente de algunas diferenciaciones y adaptaciones necesarias al medio del planeta más o menos avanzado a que pertenezca. Recomiendo, para un mayor entendimiento, la lectura de la Revista Espírita donde el espíritu de Bernard Pallissy explica que la superioridad del planeta Júpiter no lo es solamente en el estado moral e intelectual, sino también en el físico, comunicación, alimentación, forma corpórea y proceso del nacimiento, infancia y desencarnación. Además, indica que la principal ocupación de los espíritus de Júpiter es dar aliento a los espíritus que habitan mundos inferiores para que perseveren en la buena senda. Los planetas no obedecen al mismo orden de evolución espiritual que su disposición en relación al Sol. Además, bajo el prisma de la ontología, el examen comparativo de los planetas establece que una gran diversidad debe reinar entre los habitantes de ellos; desde los mundos inferiores a los superiores habrá una correlación en el valor intelectual y moral. 
Siendo el Universo un imperio divino donde la vida se expresa en variadas formas, se desarrollan incansablemente millares de millares de naciones que conviven simultáneamente en la inmensidad del espacio, ayudándose mutuamente, revelándonos que cada uno está en un grado de evolución cuyas necesidades son distintas. Así, se lleva a cabo la creación universal, Dios ha creado siempre, continúa haciéndolo y por siempre lo hará. Ya es hora de quitarnos la venda de la incultura, por eso cualquier pensador actual es merecedor de comprender ese elocuente espectáculo.
El espacio que se extiende sobre nuestras cabezas no está desierto y silencioso, ya no es indiferente con sus adiamantadas constelaciones. ¡El Universo está poblado! Leyes eternas físicas y morales comandan su ejecución. A todos aquellos dudosos, subrayo que el Amor es la esencia del Universo y que las criaturas nacieron de la exhalación divina para amarse las unas a las otras. Dios es el principio y está en todas las partes, por su potencia, esencia y presencia. ¡La obra Divina es bella en su conjunto y perfecta en su fin! No estamos solos y sí interconectados, ya no es solamente la atracción física, los rayos del Sol, el calor, el magnetismo lo que reúne a todos los seres; no es solamente el principio de la verdad la que establece lazos indisolubles entre las humanidades estelares, todo el Universo infinito está bajo una ley general: la ley de familia.
Si no tenemos todavía la demostración científica de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo adaptado a las condiciones de esos mundos. De hecho, las entidades espirituales se han manifestado, afirmando en múltiples ocasiones la veracidad de esta tesis.

Valle García Bermejo 
(Tomado de la Revista Espírita nº 8 de la FEE).

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 SER SABIO


Sabio es aquel que se permite descubrir;
que reconoce la importancia
de aprender lo nuevo,
que abre su corazón
para sentir y oír…
Sabio es aquel que permanece
en silencio,
observando los pasos de la mente,
las fragancias, los lugares escondidos
dentro de su ser…
Sabio es aquel que escucha
antes de hablar,
que sonríe antes de llorar,
que permanece en la quietud
para sentir el frescor de la noche
en su interior.
Sabio es aquel que dice si a la vida,
que despierta el amor en si
y en su semejante,
con la intención de crear un
mundo mejor para todos nosotros…
Aquel que conoce a los demás es sabio.
Aquel que se conoce a si mismo es un iluminado.
Aquel que vence a los demás es fuerte.
Aquel que se vence a si mismo es poderoso.
Aquel que conoce la alegría es rico.
Aquel que se conserva en su camino tiene voluntad.
Se humilde y permanecerás íntegro.
Inclínate, y permanecerás erecto.
Vacíate, y permanecerás repleto.
Gástate, y permanecerás nuevo.
El sabio no se exhibe, y por eso brilla.
El sabio escucha mucho, pero habla poco.
Y cuando habla, edifica a las personas.
El sabio no se hace notar, y por eso es notado.
El sabio no se elogia, y por eso tiene mérito.
Y, porque no está competiendo, nadie
en el mundo puede competir con él.
Augusto Cury
 (Tomado de Verdad y Luz)


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              REUNIÓN MEDIÚMNICA: CUIDADOS                   EN EL ÁREA FISIOLÓGICA

   Las sugerencias de los mentores espirituales para que los participantes en la reunión se preparen convenientemente antes de la tarea mediúmnica, no dice casi nada respecto a las necesidades de exteriorización de su energía de tono positivo para ser utilizada en el trabajo emprendido. Tratan también de las defensas de los propios obreros participantes, toda vez que los Benefactores desencarnados, realizan anticipadamente un esfuerzo en el área fisiológica de cada compañero, trabajo ese que no debe ser perjudicado por actitudes inconvenientes de cualquier naturaleza. Así, André Luiz se remite a los esclarecimientos que su instructor Alexandre le hace al respecto en el cap. 1 de Misioneros de la Luz.

"Mucho antes de la reunión que se efectúa, el servidor ya fue objeto de nuestra atención especial(...) Fue convenientemente ambientado y al asentarse aquí, fue asistido por varios operadores de nuestro plano. Antes de todo, las células nerviosas recibirán nuevo coeficiente magnético, para que no haya pérdidas lamentables de Tigróide(corpúsculos de Nissi) necesarios para los procesos de la inteligencia. El sistema nervioso simpático, mayormente en el campo autónomo del corazón, recibió auxilio energético y el sistema nervioso central fue convenientemente atendido, para que no se comprometa la salud del trabajador de buena voluntad.
  El vago fue defendido por nuestra influencia contra cualquier choque de las vísceras. Las glándulas supra-renales recibieron un aumento de energía, para que se verifique una acelerada producción de adrenalina ( Eso explica por qué algunos médiums sientan cierta aceleración cardiaca antes o incluso durante los trabajos) que precisamos para atender al dispendio eventual de reservas nerviosas".
   Ahora, si la espiritualidad realiza un esfuerzo significativo para refuerzo y equilibrio en el área fisiológica, espera que el tomador encarnado colabore evitando ingerir sustancias tóxicas, como alcohol, tabaco, etc.  En cuanto al uso de la carne, del café y de las bebidas excitantes, estos deberán ser reducidos durante el día de la reunión, cuando no les sea posible la abstención total. Desobsesión, cap.2
   El exceso de alimentación debe ser evitado, pues además de perjudicar la función leve y amplia del pensamiento," produce olores fétidos, a través de los poros, como salida de los pulmones o del estómago". Misioneros de la Luz cap.19
    André Luiz en su obra Misioneros de la Luz, cap.2, registra la llegada de una médium a la sala de reunión con problemas relacionados con el exceso de alimentación: " Una muy débil luz emanaba de su organización mental y, desde el primer instante se le notaban deformaciones físicas. El estómago se le dilataba horriblemente y los intestinos parecían sufrir extrañas alteraciones".

   Al respecto, comenta el instructor espiritual Alexandre:
  "Tenemos aquí una pobre amiga desviada en los excesos de alimentación. Todas sus glándulas y centros nerviosos trabajaban para atender el sistema digestivo".

  Esa compañera era médium de psicofonía; por eso, no tuvo condiciones de dar comunicación en aquella noche.
  Es por eso que la Espiritualidad recomienda alimentación leve durante las horas que preceden a la práctica mediúmnica.

La digestión laboriosa resulta en un mayor consumo de energía, además de perjudicar la ligereza de pensamiento, dificultando la concentración e interfiriendo en la debida exteriorización de los rayos vitales.

 ( Continuará)
   F.E.B.

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     EL PAPEL DE LA MUJER EN EL MUNDO


      La prensa internacional notificó recientemente que las mujeres reivindican la posibilidad de dirigir vehículos automáticos en Arabia Saudita. Destaca que activistas iniciaron una campaña para que consigan el permiso para conducir en las avenidas y calles sauditas. Ese tipo de comportamiento nos remite para los oscuros escenarios medievales. ¡Qué absurdo! En pleno siglo XXI aun tengamos que convivir con esa situación discriminatoria contra la mujer. Hay actualmente una ingente lucha de la mujer (cada mujer en su actividad, en su día a día) para la obtención de un espacio para su crecimiento como persona. La búsqueda de nuevos caminos profesionales para la mujer hoy toma cuenta de casi todas las familias, en función también de las nuevas necesidades que cada día surgen en nuestra civilización. Sin embargo, no siempre fue así: según las Escrituras- la mujer es responsable por la proscripción del hombre; ella pierde a Adán y, con él, a toda la Humanidad; también  traicionó a Sansón. Un pasaje del Eclesiastés la declara “una cosa más amarga que la muerte”. El casamiento mismo parece un mal: “(…) los que tienen esposas sean como si no las tuviesen”. Exclama Paulo a los Colosenses, a los Efesios. Realmente, hubo un periodo  oscuro en que el cristianismo “oficial” que no comprendió a la mujer. Sus representantes (monjes y padres), viviendo en el celibato, lejos de la familia, no podían apreciar el poder y el encanto de ese delicado ser, en quien divisaban antes un peligro. En contrapartida a ese cruel tratamiento de la iglesia, la mujer era considerada sacerdotisa en los tiempos védicos; al altar domestico, íntimamente asociada, en Egipto en Grecia, en Galia, las ceremonias del culto, por todas partes era la mujer objeto de una iniciación, de una enseñanza especial, que de ella hacían un ser casi divino, el hada protectora, el genio del hogar, la custodia de las fuentes de la vida. 
   La situación de la mujer, en la civilización contemporánea, aun es difícil y bastante sufrida. Como vimos en las noticias de antes, no siempre la mujer tiene de su parte los derechos y las leyes; muchos peligros la cercan, si ella titubea, si sucumbe, normalmente no se le tiende una mano amiga. ¡Y lo peor! La corrupción de los valores morales hace de la mujer la victima del momento. Sin embargo la Doctrina Espirita la restituye a  su verdadero lugar en la familia y en la obra social, indicándole sublime función que le cabe desempeñar en la educación y en el adelantamiento de la Humanidad.
       El Espiritismo la atrae y le satisface las aspiraciones del corazón, las necesidades de ternura, que se extienden, para más allá de su círculo de vida física. De ahí la necesidad de desarrollo en la mujer, al mismo tiempo en que los poderes intuitivos, sus admirables cualidades morales, el olvido de sí misma, el júbilo por el sacrificio, en una palabra, el sentimiento de los deberes y de las responsabilidades inherentes para su misión sublime. La mujer tiene que hacerse mariposa; ella tiene que salir de su capullo; y reconquistar sus derechos, que son divinos; como  la mariposa nocturna, lanzarse en la atmósfera y reencontrar el clima de su justo valor,  porque si el agente educador por excelencia fuera reducido al estado de nulidad, la sociedad vacilaría. Es lo que debéis comprender en este siglo .  
      El espiritismo defiende la tesis de que son iguales ante Dios el hombre y la mujer y tienen los mismos derechos, pues ambos poseen la facultad de progresar  y si en algunos países la mujer es considerada inferior, eso es resultado del predominio injusto y cruel que sobre ella asumió el hombre. Es el resultado de las instituciones sociales y del abuso de la fuerza sobre la debilidad. Entre hombres moralmente poco adelantados, la fuerza bruta se hace derecho. Pero, las funciones a que la mujer es destinada por la Naturaleza tendrán importancia tan grande como las destinadas al hombre e incluso mayores. Es ella quien le da las primeras nociones de la vida. (5) Por eso, una legislación, para ser perfectamente justa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer, aunque con funciones diferentes, pues es preciso que cada uno esté en el lugar que le corresponde, de acuerdo con su aptitud.  Con mucha razón la ley humana, para ser equitativa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer. Todo privilegio a uno u a otro concedido es contrario a la justicia.
       La emancipación de la mujer acompaña el progreso de la civilización. Su esclavización marcha de par con la barbarie. Los sexos, más allá de eso solo existen en la organización física.  Puesto que los Espíritus pueden encarnar en uno y en otro, bajo ese aspecto ninguna diferencia hay entre ellos. Deben, por consiguiente, gozar de los mismos derechos. 
      En el reciente pasado la mujer no tenia voz, no tenía voluntades y se llegó a creer  que ni siquiera tenía alma. Este tema fue hasta discutido en un concilio en el año 585, en el que no solo discutían si la mujer tendría alma, sino también decían que la naturaleza de la mujer era mala y era culpada de males, porque (como vimos más arriba) en la Biblia consta que ella es quien aceptó la sugestión de la serpiente y desvió a Adán de la obediencia a Dios. 
      Como reacción a esa milenaria subyugación de la mujer, actualmente existen aún extremismos preocupantes en su estructura psicológica. La miseria, las lágrimas, la prostitución, el suicidio – tal es el destino de gran número de infelices mujeres en nuestras sociedades opulentas y materialistas. Muchas mujeres se radicalizan. Su cuerpo es considerado solo de ella, ella hace lo que bien le parece, no debe nada a nadie. El desafió está ahí, y es encontrar el  término medio, el punto acertado, y el equilibrio momentáneo para la mujer moderna. Por tanto, el ser mujer y ser madre se le colocan como desafíos cotidianos, a ser enfrentados. 
    Hace dos mil años Jesús propuso dar a la mujer una condición de “status” social igual al del hombre. En verdad de ella proviene la vida; y ella es la propia fuente de esta, la regeneradora de la raza humana, que no subsiste y se renueva sino por su amor y sus tiernos cuidados.  Todo inocuo argumento machista de la mujer  de que tiene que ser solo la sombra del marido, procreadora por excelencia, objeto de placer o solamente alguien que toma cuenta de la casa, es evidente que precisa ser aclarado y rehecho, por ser un fenómeno extemporáneo.                  Concebimos hasta que la mujer deba reducir, cuanto le sea posible, el tiempo gastado en el trabajo profesional y que se implique más en la tarea de la educación de sus hijos, prefiriendo ganar un poco menos  dineros pero potencializando sus tesoros espirituales. Sabemos que actualmente no es fácil esa tarea, pues la sociedad se inclinó ante el consumismo materialista, secuestrando a la mujer del hogar para clausurarla en las funciones modernas a veces subalternas a su grandeza y casi siempre extrañas a su naturaleza.  
La administración de una familia, actualmente, es tarea extremamente importante. Dentro de esa pequeña república está el factor económico, las reglas, la disciplina, el celo, las tradiciones y la responsabilidad de formación moral e intelectual de los hijos. La mujer debe conciliar el papel de madre y de esposa, algunas veces dejado de lado. Por eso es importante no permitir que la competición de la pareja, las presiones del estatus, del dinero y del destaque social roben el equilibrio que la felicidad de la familia requiere.  
Nada más justo que la lucha por la causa de mayor libertad y derecho para ella. 
Al final en el Orden Divino no hay distinción entre los dos seres. Sin embargo, urge mucha cautela. 
   Los movimientos feministas aunque tengan su valor, acostumbran a caer en el radicalismo queriendo hacer de la participación natural una imposición. Muchas veces, en sus intuiciones, al lado de comprensibles pleitos, enuncia propósitos que harían de la mujer, no más mujer, sino una imitación del hombre. 
   En sintonía con los pleitos femeninos, actualmente, en las huestes espiritas, se observa a la mujer no solo trabajando como médium en el campo de la mediúmnidad, sino también la encontramos dialogando con los espíritus, dirigiendo reuniones mediúmnicas, instruyendo y preparando nuevos trabajadores en el campo de la mediúmnidad, escribiendo para esclarecer y orientar la practica mediúmnica. Es el Espiritismo, esta bendecida doctrina la que nos permite eso, ella no solamente nos ilumina individualmente, nos consuela y nos alienta, sino que ella también enseña, que estemos encarnados como hombres o como mujeres, nos debemos unir en nuestros esfuerzos y juntos continuemos realizando el sublime intercambio espiritual. 

Jorge Hessen 

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