- Educación Moral
- Durante la reunión mediúmnica (1ªParte)
- Abortos e infanticidios
- Piedad asesina
- ¿El infierno existe?
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EDUCACIÓN MORAL
Moral es una palabra derivada del latín mor (singular) y mores (plural) que significa costumbres. Moral es, por consiguiente, la parte de la filosofía que se ocupa de las costumbres y los deberes del hombre para consigo mismo y para con sus semejantes. Ese vocablo ha sufrido una relativa flexibilización para designar a la llamada "moral de la época", en el sentido de interpretar la variación de las costumbres según el periodo de la historia o según las leyes de cada país.
La concepción espírita de moral está plasmada en la respuesta a la pregunta 629 de El Libro de los Espíritus: "La moral es la regla del buen proceder, es decir, de distinguir el bien del mal y está fundamentada en la observancia de la ley de Dios". La primera parte de la respuesta podría llegar a ser interpretada según enfoques diferentes, a partir de qué se considera costumbres y que es el buen proceder. Pero la segunda parte sostiene que la moral "está fundamentada en la ley de Dios", cuando la ley de Dios es única e invariable. Por tanto,la moral desde el punto de vista espírita, no admite la flexibilidad ni tampoco interpretaciones contrarias a las leyes naturales de la vida.
La educación moral da lugar al empleo de procedimientos educativos estimuladores del desarrollo de esas reglas del buen proceder, con lo que adiciona una savia nueva en las raíces de la sociedad contemporánea. Allan Kardec demostró tener una clara noción de la importancia de ese tipo de educación cuando afirmó: "Un día se llegará a comprender que esta rama de la educación (educación moral) tiene sus principios, sus reglas-así como también los tiene la educación intelectual- porque, en pocas palabras, es una verdadera ciencia".
La Codificación de la Doctrina Espírita consideraba que la educación moral era el único recurso para conseguir una sociedad con mayor equilibrio,teniendo en cuenta que el proceso del aspecto moral no seguía el mismo ritmo que el del conocimiento intelectual. Solamente con la aplicación de los mismos mecanismos operativos de la educación racional alcanzaríamos una educación moral apta para espiritualizar a las masas. El Espiritismo-agregaba Kardec- llegó para prestar auxilio en el proceso de transformación moral de la humanidad. Invertir en la educación moral equivale, por lo tanto, a invertir en la felicidad futura de los pueblos, ¿Es sensato aspirar a una sociedad más perfecta si no se contempla la mejoría de los indivíduos?, ¿Cómo pretender un hombre mejor si no se tiene en cuenta la educación moral en la infancia?.
- Jasón de Camargo- (Educación de los Sentimientos)
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DURANTE LA REUNIÓN MEDIÚMNICA (1ª Parte)
Introducción.-
No deseamos aquí establecer un patrón rígido,por así decir, para las actividades mediúmnicas, pero sí una orientación básica que podrán ser adaptaciones conforme a las peculiaridades locales, siempre que esas adaptaciones sean legítimas, esto es, que no entren en conflicto con los principios doctrinarios. Además si se busca un modelo, este se encuentra en la fidelidad de la aplicación de lo que se contiene en las obras básicas y subsidiarias.
Es realmente importante esta observación,una vez que es sobradamente conocido que en algunos grupos, la conducción de la reunión mediümnica viene ocurriendo según la tradición o por opiniones y experiencias personales de los dirigentes, lo que de cierto modo contraría la característica científico-filosófica del triple aspecto de la Doctrina. El Codificador tuvo la cautela de evitar que los principios de la Doctrina Espïrita tuviesen por base su opinión personal o de la autoridad de una personalidad encarnada o incluso del concepto de un Espíritu, aisladamente, por más respetable que fuese su nombre. Su metodología se basó en la universalidad de las enseñanzas de los Espíritus, esto es, en la concordancia de las enseñanzas dadas a través de un gran número de médiums, extraños entre ellos, y en diversos lugares:
Precisamente para evitar que su notoria autoridad cultural influenciase al público para la aceptación del Espiritismo, fue por lo que el Codificador se abstuvo en lo relativo a su autoría con su nombre (Hipólito León Denizard Rivail), utilizando en su lugar el de "Allán Kardec". Por idéntico objetivo, le dió el título de "El Libro de los Espíritus" para aclarar que los conceptos allí contenidos no eran fruto de su opinión personal, sino procedente de los Espíritus.
Por eso, organizamos un trabajo con los datos de la Codificación y demás obras subsidiarias, dejando de lado las opiniones personales o condicionamientos de tradiciones (muchas veces hasta de origen desconocido).
Consecuentemente, cada instrucción aquí contenida está fundamentada en las enseñanzas de los Espíritus. Es porque para cada orientación pertinente, colocamos las fuentes básicas en las que nos apoyamos.
A fin de una mejor adaptación a la terminología aquí usada, hallamos oportuno hacer algunas aclaraciones.
Pedimos, por ejemplo, que no haya extrañeza por la información de recurrir a médiums pasistas en las reuniones mediúmnicas, lo cual antiguamente no era común hasta que André Luiz y Manuel Philomeno de Miranda recomendaron la presencia de estos, con objetivos propios, que detallaremos más adelante.
Otro punto digno de explicación es la referencia al término "esclarecedor" que, en verdad, se trata del tradicional "adoctrinador" y del término "mediumnizar" en vez de incorporar.
En lo que dice respecto a los médiums pasistas, el Espíritu André Luiz resalta que ellos son "de particular valía, permaneciendo atentos al concurso eventual que se les pida en el transcurso de la reunión". Desobsesión, cap.26 y Grilletes Partidos cap. 19
Y continúa: Este es un problema que irrumpe entre los propios colegas de actividades. En seguida, algúno que otro médium psicofónico posiblemente caído en agotamiento después el pedido de auxilio para ese o aquel asistente que solicitaron su concurso, y finalmente, la asistencia de rutina en la fase terminal de los trabajos (radiaciones y pases).
( Continúa en el siguiente publicado)
F.B.E.
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ABORTOS E INFANTICÍDIOS
En el artículo "Aborto después del nacimiento: ¿Por qué la criatura debería vivir?, publicado el 23 de febrero de 2014, en el Diario Medical Ethics ( Ética Médica), los autores Alberto Guibilini y Francesca Minerva, académicos en Melbourne. Australia, argumentan que "lo que llamamos aborto después del nacimiento ( el asesinato de un recién nacido), debería ser permitido en todos los casos en que el aborto también lo es, incluso en aquellos en que la criatura no es deficiente". En vez del término infanticidio, universalmente utilizado para describir el procedimiento, ellos adoptaron la expresión "aborto después del nacimiento".
Una tendencia observada por activistas pro-vida junto a los estudiantes universitarios en los EUA, "es la creciente aceptación del "aborto después del nacimiento", o sea, matar a la criatura después de su nacimiento, afirman líderes pro-vida al The Fix College". Los campus donde activistas locales y miembros del equipo de "Creados Iguales", se encontraron estudiantes con esta opinión, incluso Purdue, de la Universidad de Minnesota y la Universidad Central de Florida"
Al comentar cualquier cosa sobre el hediondo crimen de infanticidio o aborto siempre encontraremos historias monstruosas, abominables y deshonrosas. Gerald Warter, en Scotland on Sunday, asegura que "el lugar más peligroso del mundo para un niño en Escocia, es el útero de la madre. En 2010 la mortalidad infantil llevó a 218 criaturas escocesas a la muerte. El aborto, 12.826".
Recientemente la gran media notició que las autoridades policiales desmontaron un gran esquema de clínicas clandestinas de aborto en Rio de Janeiro. Fueron presas decenas de personas que tuveiron mandatos de prisión expedidos por la justicia´, en la operacion bautizada de "Herodes". Las clínicas eran execrables recintos del aborto. Sus propietarios son millonarios. Como media, tales mataderos facturaban cerca de 300.000 RS por mes. No es para menos, pues se cobraba 1.000 RS por un legrado; 2.000 RS por una succión, y 2.500 RS por destrozar al bebé por medio del vacío.
Se espera que con la operación "Herodes", sea definitivamente desmantelada la cuadrilla de malhechores y "médicos" crueles. Tal cuadrilla realizaba diariamente decenas de asesinatos de bebés en Rio de Janeiro. Entre los verdugos apresados, están algunos "médicos" sidosos, reincidentes en el crimen e inexplicablemente con el registro profesional regularizado, como por ejemplo el Dr.A.G. de 88 años de edad; la médica A.M.G.B. de 65 años, que ya había sido señalada en el año 2001 por 6352 abortos en San Juan de Meriti; el carnicero Dr. B.G.S. de 80 años, conocido como "Doctor Aborto"; Dr. C.E.S.P., conocido como "Paulista" de 43 años; Dr.G.L.S. de 72 años, etc, imaginando que al hacer el aborto una practica oficial se va a resolver la cuestión del asesinato de las criaturas en el útero; al contrario,¡ lo aumentará bastante !. Y lo peor, es que continuará siendo practicado en secreto y no controlado, pues la clandestinidad es cómplice del anonimato y no exige explicaciones de las mujeres que esconderán a la sociedad el monstruoso delito del aborto practicado.
Con excepción de la gestación que ponga en peligro la vida de la gestante, cualquer otra justificación es inadmisible para una mujer decidir por el aborto. Si comprendiese las implicaciones siniestras que están reservadas para ella, ciertamente reflexionaría millones de veces antes de extinguir a un ser indefenso del propio vientre. Analicems el inusitado y repugnante comportamiento de Rowena Shrimpton, una británica de 49 años que aseguraba ser una apasionada de su marido, Roger, con quien estácasada hace 28 años. Hasta ahí, todo normal; ella reveló al jornal Daily Mail, que engravidó a los 21 y a los 30 años y en los dos embarazos deliberó hacer el aborto para no compartir al marido con nadie, ni siquiera con un hijo.
Bajo esa insana inquitud, Shrimpton presuponía que la gestación podría deformar su cuerpo y dañar su apariencia, lo que pdría disminuir el "amor" (deseo) de Roger. En el presente, con 49 años, Rowena revela que nunca piensa en los bebés eliminados en el propio vientre o cómo serían ellos actualmente si no hubiese abortado. Su único recelo hoy, ¡ pasmensé !, es que Roger, su idolatrado esposo, desencarne antes que ella, pues cree que no conseguirá vivir sin su "media naranja". Solo podemos concluir que Rowena Shrimpton es una psicópata y carece de tratamiento psiquiátrico.
Un aborto practicado bajo las justificaciones de Rowena, aun ante los reglamentos humanos, (el aborto está permitido en Inglaterra), es un crimen ante los estatutos de Dios. El gran maestro Chico Xavier resalta: " los padres que cooperan en los delitos de aborto, como los ginecólogos que lo favorecen, vienen a sufrir los resultados de la crueldad que practican". Si los tribunales del mundo condenan en su mayoria, la práctica del aborto, "las Leyes Divinas, pr su parte, actuan
inflexiblemente sobre los que alucinadamente lo provocan. Se guardan esas leyes en el tribunal de las propias conciencias culpables, tenebrosos procesos de rescate que pueden conducir al cancer o a la locura, ahora o más tarde.....
Los inveterados defensores de esa práctica defienden el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, comoo argumento para la descriminalización del aborto.
Con todo, para los conceptos espíritas, el cuerpo del embrión no es el de la mujer, visto que ella abriga durante el embarazo, otro cuerpo que en forma alguna no es la extensión del suyo. El nascituro no es un objeto cualquiera, semejante a una máquina de carne, que puede ser desligada de acuerdo con intereses circunstanciales, sino que es un ser humano con derecho a protección, en el lugar más fantástico y sublime que Dios creó: el templo de la vida, o sea, el útero materno.
No nos engañemos, la medicina que ejecuta el aborto en los paises que ya es legal. ¿ cómo argumentarán que el asesinato del bebé en el vientre materno no es una medicina criminosa?. No hay ley humana que atenue esa situación ante la Ley de Dios. Parece que en Brasil la tasa de interrupción de la gravidez supera la tasa de nacimientos. Esa situación ha estimulado a grupos dispuestos a legalizar el aborto en Brasil, hacerl fácil, accesible, higiénico, juridicamente "correcto". Con todo
, aunque eso pueda ocurrir, JAMÁS olvidemos que el aborto ilegal o legalizado, ¡ SIEMPRE será un CRIMEN ante las Leyes Divinas!
Es obvio que no lanzamos los anatemas de la condenación despiadada a aquellas que están sumergidas en el corredor oscuro del aborto ya perpetrado, para que no caigan en la zanja profunda de la desesperanza.
Expresamos ideas cuyo propósoto es el de iluminarlos como el faro de luz del esclarecimiento para que elijan más adelante la opción del Trabajo y del Amor, sobre todo en las adopciones de hijos abandonados que actualmente se amontonan en los orfanatos. "Es preciso también saber que la ley de causa y efecto no es un camino de una sola vía. ¡ Es una ley que admite reparaciones, que ofrece oportunidades ilimitadas para que todos puedan expiar sus engaños!. Errar, aprender, así o al revés, en vez de que se fijen en un remordimiento inícuo, precisan aprovechar la experiencia como una buena oportunidad para el discernimiento futuro.
Jorge Hessen-
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Piedad asesina
La eutanasia es una cuestión de lógica. Si partimos de la premisa de que la muerte es el final, llegaremos naturalmente a la conclusión de que matar un enfermo incurable o una criatura es un acto de piedad. Pero si partimos de la premisa de que la muerte es solamente el final de una existencia, nuestra piedad será asesina. Una premisa falsa nos lleva a un razonamiento criminal, para razonar de manera acertada precisamos disponer de datos ciertos sobre los problemas que enfrentamos. El materialismo solo conoce el cuerpo y no lleva en cuenta la existencia del alma. Ignora por completo el sentido de la vida. Su razonamiento sobre la eutanasia se funda en la ignorancia.
El espiritualista sabe que el alma sobrevive al cuerpo, pero no todo espiritualista conoce el proceso de la vida. Su razonamiento sobre la eutanasia puede llevarlo a un sofisma. Pero el espírita sabe que la vida es un proceso de evolución y que cada existencia corpórea es el resultado de las fases anteriores de ese proceso. El espírita dispone de datos seguros y precisos sobre el fenómeno biológico de la muerte. Esos datos, obtenidos en las experiencias científicas del Espiritismo, están hoy siendo confirmados por las investigaciones parapsicológicas y físicas sobre el trance de la muerte. Basta el descubrimiento del cuerpo bioplamático por los físicos y biólogos, para advertir a los espíritus sistemáticos que pueden estar engañados.
Los inquisidores medievales quemaban a los supuestos herejes en nombre de la caridad, para librarlos del fuego eterno del infierno. Los materialistas actuales pretenden abreviar la muerte en nombre de la piedad racional. Ellos por ellos, tenemos el dogmatismo de la ignorancia regodeándose sobre los derechos de la vida. El mensaje de Emmanuel es una advertencia de la razón esclarecida y debe ser meditada en todos los términos. No basta leerla, es preciso estudiarla.
(Hermano Saulo)
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¿EL INFIERNO EXISTE?
En esta ocasión vamos a abordar un tema que tiene una relación muy directa con el mal, el sentimiento de culpa y las responsabilidades que se derivan de nuestros actos.
“En todas las épocas el hombre ha creído, en forma intuitiva, que su vida futura sería feliz o desdichada según el bien o el mal que haya hecho en la Tierra”. (El Infierno; Capítulo IV, 1; El Cielo y el Infierno, Allan Kardec).
Dios nos ha dotado de una conciencia para distinguir entre el bien y el mal. Una especie de brújula interior que marca un norte relacionado siempre con el bien y todas las acciones que se derivan de él. De tal forma que, cuando la desoímos y hacemos el mal, o hasta incluso dejamos de hacer el bien desaprovechando la ocasión, esa misma brújula se agita y nos indica que algo va mal, que no hemos obrado correctamente o no hemos hecho lo suficiente.
El verdadero sentido de la vida consiste en crecer a través del bien, desarrollar las potencialidades del ser humano, como es la inteligencia, fortalecer la voluntad, y aquellas cualidades que en estado latente todo espíritu, desde el momento que es creado, trae para su desarrollo y crecimiento sin fin. Existe un Plan Divino, un programa que, debido a nuestra inferioridad espiritual, apenas somos capaces de entrever. Es por ello que las actuaciones consecuencia del libre albedrío tienen su peso y sus consecuencias inevitables.
Si se hace el bien no es necesario que nadie explique lo que se siente, una satisfacción, una alegría interior, una plenitud. Sin embargo, cuando se obra mal, el desasosiego, el vacío interior, el sentimiento de culpa, la tristeza, el remordimiento se instalan en el ser. Se trata de una situación muy incómoda y desagradable que conmina a la rectificación, a corregir y reparar los errores, las malas acciones. Pero ¿qué ocurre cuando, debido a esa misma inferioridad moral, el mal es mantenido, desarrollado y perfeccionado (si se puede decir así) con el paso del tiempo? ¿Qué pasa cuando no se hace caso de las advertencias de la conciencia e incluso de los espíritus guías que tratan de inspirar siempre en el bien, perdiendo el rumbo trazado, olvidando que todos formamos parte de un engranaje regido por unas mismas leyes espirituales, cuya base, su máxima expresión, se cimenta en el precepto: Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo?
Cuando se arrastran varias existencias físicas haciendo el mal, ignorando los avisos sobre las malas praxis, olvidando los compromisos y tareas que cada ser trae a la vida para con sus semejantes, vienen las consecuencias inevitables. Las leyes espirituales actúan, especialmente la ley de afinidad, por medio de la cual el semejante atrae a sus semejantes, a aquellos que se encuentran en la misma faja vibratoria y con unos mismos intereses comunes. También la ley de causa y efecto, es decir, aquella que regula las acciones, actúa a su debido tiempo y su función es la de equilibrar y reajustar. La sabiduría popular la recoge con este antiguo axioma: “La siembra es voluntaria y la cosecha obligatoria”.
Por tanto, los espíritus endurecidos, insensibles al dolor ajeno, que se ha instalado voluntariamente en el mal, más pronto o más tarde pasan a sufrir las consecuencias de sus actos reprobables. Se trata de un largo proceso de caída y de acumulación de errores no justificados en base a un libre albedrío mal empleado; de pruebas no superadas; de acomodar y situar la vida en un proceso de actuación contraria al amor, a la misericordia y la bondad Divina.
Dichas consecuencias nefastas el espíritu las empieza a sufrir muchas veces en la propia existencia física, para posteriormente continuar en los planos espirituales inferiores, una vez ha desencarnado. Apuntar que el sufrimiento es siempre proporcional a las faltas. Dependiendo de la gravedad de sus actos, puede llegar a vivir situaciones muy desagradables en ambientes deplorables, casi indescriptibles para la imaginación humana.
Hablamos del infierno que ciertos místicos y santos del pasado visitaron y describieron, como le ocurrió a Santa Catalina de Siena (siglo XIV), o a Santa Teresa de Ávila (siglo XVI), a San Juan Bosco (siglo XIX), entre otros. Es también la experiencia de algunos que han estado al borde de la muerte y se han visto transportados a lugares sombríos, decadentes, llenos de obscuridad y con escenas lamentables. Hay que recordar que estamos hablando de verdadera maldad, de espíritus rebeldes, muy desviados del camino recto, cuyas mentes se encuentran instaladas en las pasiones más bajas y en constante desequilibrio moral.
En la obra “Evolución en dos mundos” (*) del espíritu André Luiz, psicografiado por Francisco Cándido Xavier; cap19; Después de la muerte), encontramos alguna explicación muy interesante al respecto:
(*) “El infierno de las distintas religiones, existe perfectamente como órgano controlador del equilibrio moral en los reinos del Espíritu, así como la cárcel y el hospital se erigen en la Tierra como instrumentos correctivos y de recuperación”.
El espíritu, en el devenir de sus existencias y en el uso de su libre albedrío, se prepara el escenario espiritual exterior que ya empieza a vivir en su interior. Dicho de otro modo, no es equivocada la idea que sostienen algunos espiritualistas y religiosos cuando dicen que, tanto el cielo como el infierno, son estados de conciencia, que pueden ser tormentosos o agradables, según los casos.
El peor suplicio es la sensación de eternidad de las penas, algo que no se corresponde con la realidad. Dios no puede ser tan perverso como para regocijarse contemplando escenas donde sus hijos pudieran estar eternamente sufriendo, esto es algo contrario a su bondad y misericordia, e incluso, al sentido común. Esta circunstancia solo se podría justificar si realmente se estuviera durante toda una eternidad haciendo el mal, entonces sí que sería lógico que sufriera eternamente, pero eso es algo que la ley de evolución no permite. Nada permanece estancado eternamente, eso es una falacia mayúscula.
(*) “Después de la muerte física, el alma culpable sufre un estricto proceso de purgación, tanto más fructífero cuanto más se manifieste su dolor y su arrepentimiento, pues luego de eso podrá́ elevarse a esferas reconfortantes para su reeducación”.
El dolor y el arrepentimiento actúan como palancas poderosas que impulsan al espíritu hacia su regeneración. Insensible hasta ese momento, cambia de actitud, y es a partir de ahí cuando comienza su fase de recuperación, de trabajo reeducativo, de revisión de sus actuaciones pasadas, analizando las causas que le llevaron a cometer esas faltas hediondas, fortaleciendo su espíritu con buenas resoluciones y actitudes renovadas. Es el comienzo de una nueva etapa de rescate preparada por los espíritus benefactores que están con él en todo momento. Nuevas existencias, nuevas oportunidades donde pueda trabajar el control de sus defectos y pasiones, purgar sus errores con vidas de sacrificios y sufrimientos, soltando parte del lastre psíquico acumulado.
Por tanto, esos lugares que se pueden denominar también como bajo astral, planos inferiores o groseros, actúan como una especie de cárceles u hospitales, lugares donde el espíritu está confinado temporalmente, sometido a un proceso de purga. Esos espíritus permanecen mentalmente atrapados por sus culpas, visionando sus errores o a sus víctimas una y otra vez, como si de una película repetitiva se tratara. Algunos pasando a ser víctimas de otros espíritus vengativos que no son capaces de perdonar el daño recibido.
No se trata en este artículo de describir ese tipo de escenarios, como sí ocurrió en otras épocas por las autoridades religiosas, para infundir miedo, sentimiento de culpa, y de ese modo lograr amedrentar y dominar al pueblo sencillo e ignorante. No debemos de caer en la exageración pero tampoco podemos ignorar la realidad. Existen distintos grados de paz y felicidad, pero también de sufrimiento y dolor, como podemos comprobar también en nuestro propio mundo físico, lugares y entornos llenos de desgracia, horror, miseria y dolores constantes.
Dios es amor y misericordia, pero en base al libre albedrio, como hemos comentado al principio, se pueden tomar caminos equivocados, muy desviados del objetivo principal. Sin duda, la meta es la plenitud y la felicidad, de eso no nos puede caber la menor duda. Sin embargo, las resoluciones que se adopten, así como las actuaciones derivadas de ello, pueden retrasar y hasta estancar temporalmente el destino final.
Concluiremos con una idea: nuestra percepción de la realidad se ve cercenada por nuestra forma de percibir la vida; estamos muy limitados por los sentidos de la materia física, de tal forma que valoramos y medimos en función de lo que vemos y pensamos. A medida que el espíritu se eleva, las circunstancias y vicisitudes que ahora le pueden llegar a atormentar temporalmente son contempladas desde los planos superiores como “pequeños accidentes”, si se comparan con la verdadera inmensidad, con todo aquello tan bello y grandioso que se le tiene reservado una vez se haya desembarazado de las cadenas que le atan a su inferioridad moral.
“En tanto en el hombre predomine más la materia que el espíritu, difícilmente comprenderá los deleites de la espiritualidad”. (El Infierno; Capítulo IV, 1; El Cielo y el Infierno, Allan Kardec).
Amor, Paz y Caridad,
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