sábado, 23 de marzo de 2019

Enemigos

     INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-- Codificación: Hombres de genio
   -   Pensamiento de Kardec
   -   Frase de Kardec
2.- La corrupción en la visión espírita
3.-De la aprensión a la muerte
4,- Enemigos
5.- Misión del hombre inteligente en la Tierra



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                                             HOMBRES DE GENIO

   Pero ¿quiénes son esos hombres de genio? *¿Por qué son hombres de genio? ¿De dónde provienen? ¿Hacia dónde van? Notemos que la mayoría de ellos trae al nacer facultades trascendentes y ciertos conocimientos innatos, que desarrollan con poco trabajo. Realmente pertenecen a la humanidad, pues nacen, viven y mueren como 
nosotros. 
      Entonces, ¿dónde han adquirido esos conocimientos que no han podido aprender durante la vida? ¿Se dirá, como hacen los materialistas, que el acaso los ha dotado de materia cerebral en mayor cantidad y de mejor calidad? En ese caso, no tendrían más mérito que una legumbre más grande y sabrosa que otra. 

    ¿Diremos, como ciertos espiritualistas, que Dios los ha dotado de un alma más favorecida que la del común de los hombres? 

     Esa es una suposición igualmente carente de lógica, pues calificaría a Dios de parcial. La única solución racional de este problema reside en la preexistencia del alma y en la pluralidad de las existencias. 

El hombre de genio es un Espíritu que, como ha vivido más tiempo, conquistó y progresó más que aquellos que están menos adelantados. 

LA GÉNESIS 
ALLAN KARDEC 

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         UNA BARRERA PSÍQUICA NATURAL

"Mejorándose, la humanidad verá depurarse la atmósfera fluidica en cuyo medio vive, porque no producirá sino buenos fluidos, y estos colocarán una barrera a la invasión de los malos. Si algún día la Tierra llegara a no ser poblada sino por hombres que, entre sí, practican las leyes divinas del amor y la caridad, otras humanidades existentes que no se encuentren en condiciones de higiene física y moral, no la podrán habitar" 

Allan Kardec - Revista Espírita - Mayo de 1.867


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"La revolución que se avecina es antes moral que material."-  Allan Kardec


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La corrupción en la Visión Espírita

Juliana Chagas


Que el planeta Tierra pasa por una transición planetaria, lo sabemos. Y en esta fase en la que muchas situaciones que estaban escondidas, están saliendo a la superficie en esta fase. De entre muchas situaciones, destacamos la corrupción.
Corrupción es el acto o el efecto de corromper, ofrecer algo para obtener ventaja negociando en donde se favorece a una persona y se perjudica a otra.
Todos hemos presenciado en tantas ocasiones, casos de corrupción a todos los niveles, en los municipios, las Comunidades, el Estado, los grupos políticos, en las grandes empresas, etc, pero también lo hemos visto en nuestro día a día, en las acciones más comunes.
El escritor y comunicador de Radio en Brasil, Richard Simonetti, escribe al respecto:
La corrupción está en el alma de la Humanidad, como una excrecencia del comportamiento egoísta que caracteriza a los habitantes de este planeta de pruebas y expiaciones. La preocupación exacerbada con el propio bienestar, y en su caso, con los patrimonios materiales, inspira y sustenta la deshonestidad.
La tendencia es universal. Ocurre que en países desarrollados es controlada y castigada. La impunidad, sobre todo entre los que más se comprometen con la corrupción, es asustadora. Con raras excepciones, solo los pobres van a parar a la cárcel.
Hay dos frentes de acción inspirando la honestidad. En primer lugar, también la educación, no la formal, sino la educación espiritual. Con la conciencia de que somos Espíritus inmortales en jornada de evolución en la Tierra, en donde nos compete combatir los impulsos egoístas que favorecen la corrupción. somos decisivamente estimulados a respetar las leyes.
El Espiritismo habla a partir de informaciones de los que la viven, mostrando de forma clara  y decisiva las consecuencias del comportamiento humano. El saber es siempre más decisivo que el imaginar.
En "El Cielo y el Infierno", Allan Kardec se refiere a Espíritus comprometidos con el error, el vicio, el crimen, la deshonestidad, mientras están encarnados. Innumerables de ellos describen, en manifestaciones mediúmnicas, sus tormentos morales, como ascuas candentes en sus conciencias, reunidos por afinidad, en correspondencia a la naturaleza de sus crímenes, en tenebrosos valles de sufrimiento.

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           DE LA APRENSIÓN A LA MUERTE
ALLAN KARDEC
Revista Espírita, febrero 1865

         El hombre, sea cual fuere el grado de la escala al que pertenezca, desde el estado salvaje, tiene el sentimiento innato del futuro. Le dice la intuición que la muerte no es la última palabra de la existencia y que aquellos que lamentamos no están perdidos sin retorno. La creencia en el futuro es intuitiva y infinitamente, más general que la de la nada. ¿Cómo es pues, que, entre los que creen en la inmortalidad del alma, aun se encuentra tanto apego a la cosas de la Tierra, y tan grande aprensión a la muerte?
         La aprensión a la muerte es el efecto de la sabiduría de la providencia, y una consecuencia del instinto de conservación común a todos los seres vivos. Ella es necesaria en tanto el hombre no esté bastante esclarecido en cuanto a las condiciones de la vida futura, como contra peso a la tendencia que, sin ese freno, lo llevaría a dejar prematuramente la ida terrestre, a menospreciar el trabajo de aquí, que debe servirle para su adelantamiento.
         En por seso que, en los pueblos primitivos, el futuro no pasa una vaga intuición, más tardes simple esperanza; en fin, más tarde una certeza, pero aún contrabalanceada por un secreto apego a la vida corporal.
         A medida que el hombre comprende mejor la vida futura, disminuye la aprensión a la muerte; pero al mismo tiempo, comprendiendo mejor si misión en la Tierra, espera si fin con más calma, resignación y sin miedo. La certeza de la vida futura da otro curso a sus ideas, otro objetivo a sus trabajos; antes de tener certeza, solo trabaja para el presente; con esta certeza trabaja con vistas al futura, sin descuidar el presente, porque sabe que su futuro depende de la dirección, más o menos buena que de al presente. La certeza de reencontrar a los amigos después de la muerte, de continuar las relaciones que tuvo en la Tierra, de no perder el fruto de ningún trabajo, de crecer incesantemente en inteligencia y perfección, le da paciencia para esperar y coraje para soportar la momentánea fatiga de la vida terrena. La solidaridad que ve establecerse entre los muertos y los vivos, le hace comprender la que debe existir entre los vivos; desde entonces la fraternidad tiene su razón de ser y la caridad un objetivo en el presente y en el futuro.
         Para liberarse de las aprensiones a la muerte, debe poder encararla bajo su verdadero punto de vista, esto es penetrar por el pensamiento en el mundo invisible y tener hecha una idea de él tan exacta cuando es posible, lo que denota en el Espíritu encarnado un cierto desarrollo y una cierta aptitud para desprenderse de la materia. En los que no son suficientemente avanzados, la vida material aún predomina sobre la vida espiritual, ligándose a lo exterior, el hombre sólo ve vida en el cuerpo, al paso que la vida real está en el alma; estando el cuerpo privado de vida, a sus ojos todo está perdido y se desespera. Si, en vez de concentrar el pensamiento en la vestimenta externa, la volviese para la fuente misma de la vida, sobre el alma, que es el ser real, sobreviviente a todo, lamentaría menos el cuerpo, fuente de tantas miserias y de tantos dolores. Pero para eso es preciso una fuerza que el Espíritu solo adquiere con la madurez.
         La aprensión a la muerte depende, pues, de la insuficiencia de las nociones sobre la vida futura; pero denota la necesidad de vivir, y el miedo que la destrucción del cuerpo sea el fin de todo. Es, así, provocada por el secreto deseo de sobrevivencia del alma, aún velada por la incertidumbre.
         La aprensión se debilita a medida que se adquiere la certeza; desaparece cuando la certeza es completa. 
Extraído de la Revista “La Idea” N° 614
Juan Carlos

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                ENEMIGOS
 ¡La palabra  “enemigo” trae una carga negativa impresionante! Un enemigo es alguien que despierta en nosotros sentimientos  más primitivos. El enemigo es alguien que despierta en nosotros los sentimientos más primitivos: miedo, odio, deseo de venganza.

Delante de un enemigo, las manos quedan heladas, el corazón late fuerte,  la sangre bulle en las venas. Y la pregunta surge: ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer?

La respuesta a esa pregunta fue dada por Cristo: ama al enemigo, ora por los que te persiguen.

Más, nosotros, que somos personas comunes, acostumbramos a rechazar ese consejo de Jesús.

Y nos preguntamos: ¿Amar al enemigo? ¿Hacer el bien a quien nos hirió y maltrato?
Y, en  general, concluimos: Para nosotros, la expresión “Amar al enemigo” parece una utopía.

En algunos casos, hasta somos irónicos: “Esa enseñanza de Jesús no es para nosotros. “Aun somos muy imperfectos.”

Lo que sucede es que no entendemos correctamente el significado de la palabra “amar”, cuando se aplica al enemigo.

Jesús era sabio. El conocía profundamente el alma humana. ¿Usted cree  que El sugeriría algo que no seriamos capaces de hacer?

¡Claro que no! Todas las sugestiones de Jesús son perfectamente posibles. Por eso vamos a examinar mejor esas cuestiones del amor al enemigo.

La primera cosa es entender lo que significa la expresión “amar al enemigo.”

Con esas palabras, Jesús apenas nos invita a perdonar a quien nos hizo mal. O, en lo mínimo, apela para que no busquemos la venganza.

¿Parece difícil? No tanto.  Vamos a hablar de la forma práctica.
¿Si alguien tiene un enemigo, en general, cual es la actitud que debe adoptar?

La mayoría de las personas mantienen al enemigo permanentemente en sus pensamientos.
No consigue pensar en otra cosa, que no sea la persona odiada.

Y así la vida sigue. Quien odia se mantiene  esclavo del enemigo.

Hace las refecciones, duerme, despierta, trabaja y vive constantemente en medio  de ese sentimiento de rencor, alimentando deseos de venganza.

¿Parece ruin? Pues es exactamente lo que hacemos: dejamos al enemigo comandar nuestra vida.  Nos tornamos esclavos de aquellos que odiamos.

Por eso la sabiduría de la propuesta  de Jesús, que es la liberación de los lazos que nos prenden a los enemigos.

Perdonar es más fácil. Deja el alma más libre, el cuerpo más saludable, las emociones bajo control.

Cuando Cristo pronunció la expresión “amar al enemigo”  en verdad, ofreció un camino de equilibrio y de serenidad.

Es claro que Cristo no espera  que tengamos por los enemigos el mismo amor que dedicamos a la familia a los amigos.

Jesús quiere apenas que apartemos de nuestro corazón  la amargura, la infelicidad, el odio y el deseo de venganza.

Por eso El aconsejaba: Oren por los que os ofenden.Y en esas oraciones, pedid a Dios que os de fuerzas para superar la ofensa vivida.

Pedid también a Dios que os ofrezca la oportunidad de ser útil a aquel que os hirió.
Si esa oportunidad surge, no dejemos pasar  la oportunidad de ser útil y bueno.

 Gestos de ese tipo hacen nacer en el alma el sentimiento de superación, de la etapa vencida.

Es un momento único, encantador.

¡Piense en eso!

Redacción de Momento Espirita
Traducido por M. C. R 
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MISIÓN DEL HOMBRE INTELIGENTE EN LA 

                           TIERRA

13. No os sintáis orgullosos por lo que sabéis, porque ese saber tiene límites muy estrechos en el mundo que habitáis. Pero aun suponiendo que seáis uno de esos personajes inteligentes de ese globo, no tenéis por esto ningún derecho de envaneceros. Si Dios, en sus designios, os ha hecho nacer en un medio donde pudisteis desarrollar vuestra inteligencia, es que quiere que hagáis uso de ella para el bien de todos; porque es una misión que os da, poniendo en vuestras manos el instrumento con cuya ayuda podéis desarrollar, a vuestra vez, las inteligencias atrasadas y conducirlas a Dios. La naturaleza del instrumento, ¿acaso no indica el uso que debe hacerse de él? La azada que el jardinero pone en las manos de su operario, ¿no le muestra que debe cavar? ¿Y qué diríais si ese operario, en vez de trabajar, levantara la azada para golpear a su patrón? Diríais que es horrible y que merece ser expulsado. ¡Pues bien! ¿No sucede lo mismo con aquél que se sirve de su inteligencia para destruir la idea de Dios y de la Providencia entre sus hermanos? ¿No levanta también la azada contra su señor que se la dio para laborar el terreno? ¿Tiene derecho al salario prometido, o por el contrario, no merece ser expulsado del jardín? Y lo será, no dudéis de ello, y arrastrará existencias miserables y llenas de humillaciones hasta que se incline ante Aquél a quien todo se lo debe.
        La inteligencia es rica en méritos para el futuro, pero con la condición de ser bien empleada; si todos los hombres dotados, se sirviesen de ella según los designios de Dios, la tarea de los Espíritus sería fácil para hacer avanzar a la Humanidad; infelizmente, muchos hacen de ella un instrumento de orgullo y de perdición para sí
mismos. El hombre abusa de la inteligencia como de todas las otras facultades, y, sin embargo, no le faltan lecciones que le adviertan que una mano poderosa pueda quitarle aquello que ella misma le dio. (FERDINANDO, Espíritu protector, Bordeaux,-1862 


      - A. Kardec-

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