1.- Sobre las apariciones de espíritus
2.-Manipulación vibratoria
3.-La Psiquis, según el punto de vista espírita
4.-Cómo ser feliz en el día a día.
5.-Los Planos espirituales
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SOBRE LAS APARICIONES
Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía.
Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo.
De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca,aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente.
Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus
vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc.
Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena;los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.
Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo.
De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca,aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente.
Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus
vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia. Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc.
Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena;los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.
103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos,teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus
vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla,consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una
palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).
vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla,consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una
palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).
104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal.
En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de
un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede cogerla, palparla, y más aún cuando ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han
verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos,todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.
En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de
un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede cogerla, palparla, y más aún cuando ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han
verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos,todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.
105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuando nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario
para hacerle visible; para esto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o
sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
para hacerle visible; para esto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o
sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
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MANIPULACIÓN VIBRATORIA
Todas y cada una de las personas de la creación, portamos una energía individual con una frecuencia vibratoria, la cual transmite su señal por el universo.
Todo el tiempo nosotros estamos enviando y recibiendo vibraciones, las cuales no se perciben a simple vista, pero éstas son completamente reales.
Es decir, todo ser humano es un almacén de energía y esta energía puede variar de acuerdo con la salud, calidad mental y estado de ánimo del individuo.
Nuestra vibración principalmente son nuestros pensamientos, junto con la emoción y el sentimiento que estos nos generan, sean positivos o negativos.
Cada átomo de nuestro cuerpo está constantemente respondiendo a los impulsos de nuestro entorno y nuestra energía vibrante puede ascender o abatirse.
Una persona optimista, con una presencia radiante y actitud constructiva, vibra con frecuencia alta, ya que sus pensamientos y emociones son armónicos.
En cambio, en una persona con una frecuencia baja sus pensamientos serán depresivos, negativos, de fracaso o de frustración y su actitud será pesimista.
Todo es energía, somos imanes de energía, por lo tanto energizamos eléctricamente cosas, estando en su misma frecuencia para que vengan hacia nosotros.
Cuando nos levantamos por la mañana tenemos una cantidad limitada y valiosa de energía, de atención, de intensidad, de impulso y de ganas de hacer.
Teóricamente toda la energía y vibración positiva la queremos invertir en las prioridades que anhelamos, en lo que buscamos, pero no siempre sucede así.
Debemos analizar algunas de las formas en las que tal vez estemos siendo programados inevitablemente por fuerzas oscuras para manipular nuestra vitalidad.
Quizá un grupo de vampiros busca robarnos la energía, la inteligencia y la voluntad día a día, para que así nosotros seamos sus esclavos.
El estado de la energía en baja vibración es una mala condición que puede contagiarse y extenderse, afectarnos a nosotros y a todos los que nos rodean.
Aunque puede tomar sólo unos momentos para que nuestra energía vital cambie de vibración, puede llevar horas, días o incluso semanas para recuperarla.
Esa falta de energía y de intensidad, suele ser más espiritual que física y puede deberse a ciertos hábitos que silenciosamente nos van robando esa energía.
Es decir, existen hábitos o actividades inconscientes que nos permitimos y fomentamos, que terminan por robarnos o manipularnos la energía.
En la actualidad los seres humanos somos parte de un lavado de cerebro mundial que nos lleva a ser una civilización de autómatas consumistas.
Muy conveniente para las grandes empresas y conglomerados con fines oscuros que crean productos innecesarios y explotan los recursos del planeta.
Relacionado a la publicidad, el control mental a través del sexo tiene que ver con la alteración de la frecuencia vibratoria y de la vitalidad del individuo.
La energía sexual es manipulada por la cultura para propagar el sistema consumista y para mantener al ser humano en un estado onanista de baja energía.
Actualmente el control mental a través del sexo se da a través de la sobrexposición del sexo en los medios masivos, haciendo “explícito lo implícito”.
Al igual que sucede con la religión, la sobre carga de información y la sobre estimulación sexual crea una enorme confusión mental en las personas.
Al punto de que podríamos estar drenando toda nuestra energía libidinal creativa, proyectándola a fantasmas electromagnéticos o tulpas imaginarias.
Igualmente la industria del alimento o bien la del veneno lento, ya que nadie puede negar que los alimentos industriales son perjudiciales para la salud.
Ya que uno de los grandes beneficiarios del envenenamiento, son las grandes farmacéuticas, corporaciones millonarias ligadas a bancos y a figuras políticas.
Así como si nuestra salud fuera un negocio, constantemente predispuesto a condiciones tratables con fármacos o medicamentos, como un círculo vicioso.
Quizás en la industria de los fármacos su fin más oscuro sea la de ofuscar la energía y descender a las mentes inquietas, brillantes y espiritualmente creadoras.
Que no decir de los sistemas educativos en el mundo que están basados con un método que favorece el almacenamiento de información y no de reflexión.
Sin mencionar que la religión históricamente también ha sido usada para controlar la mente de las personas para situarse en un infierno psíquico.
Así manipulando las frecuencias a las que somos expuestos, aunado a lo comemos y a la propaganda que recibimos se crea una especie de realidad virtual .
Este mundo parece un programa informático, holográfico al cual hemos sido condicionados y afuera está el universo, mientras vivimos en una simulación.
Todas estas manipulaciones vibratorias tienen como principal fin mantener a toda la humanidad en una baja frecuencia vibratoria de forma constante.
Lo mejor para atraer el amor, la paz, la alegría y la calma a la humanidad, debemos empezar a vibrar de forma consciente para vibrar en altas frecuencias.
Los pensamientos superiores tienen la capacidad de transcender más allá de lo ordinario, son pensamientos originales, innovadores y flexibles.
Quizás estas manipulaciones sean solo varias teorías, aunque existen varias pruebas de que se está llevando a cabo una guerra invisible de frecuencias.
De cualquier forma es interesante como herramienta de conciencia conocer algunas de las formas en las que tal vez estemos siendo manipulados.
Fuente: lailuminacion.com
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LA PSIQUIS, SEGÚN EL PUNTO DE VISTA ESPÍRITA
La Doctrina Espírita explica que el origen del Espíritu se pierde en el tiempo. Es un producto surgido de la esencia espiritual - creada por Dios en una época muy remota- destinado a un proceso de perfeccionamiento perpetuo.
Este sustrato o principio espiritual adquirió en su génesis un impulso de las fuerzas divinas de la creación, y desde entonces se convirtió en un elemento participante del proceso evolutivo. En esa larga trayectoria el espíritu recibe y produce influencias diversas, que van caracterizando una energía espiritual con creciente grado de depuración y con posibilidades de actuar en combinación con la materia densa. Esos flujos energéticos aglutinan átomos, les confieren condiciones de responsabilidad compartida en la formación de moléculas y participan en sus transformaciones en los reinos de la natiuraleza.
De tal modo, mientras hace acopio de experiencia, el principio espiritual colabora al desenvolvimiento de los reinos mineral, vegetal y animal, hasta que llega a individualizarse en el hombre. Cuando ha conquistado la madurez en una fase,pasa a la siguiente, en un permanente proceso de evolución.La esencia humana a la que hemos arribado,absolutamente individualizada de la energía espiritual, recibe el nombre de ESPÍRITU, cuyas características son el pensamiento continuo y la conciencia que lo hace capaz de asumir la responsabilidad de sus actos. En el libro Evolución en dos mundos, André Luiz afirma que fue alrededor de quince millones de siglos el viaje realizado por el principio espiritual, que comenzó en los protozoarios y culminó en el momento en que el hombre primitivo emitió el primer vagido inteligente.
Poco a poco comenzaron a desarrollarse en las fibras más íntimas de esa estructura espiritual ciertos centros energéticos, resultado de los intercambios de experiencia, los cuales a medida que adquieren una complejidad creciente dan forma a las denominadas funciones psìquicas del futuro. Todo queda archivado en ese repositorio sutil acondicionado para modelar una vida mental que al principio es embrionaria. El conjunto de elementos vibratorios de dicha estructura en proceso de desarrollo. irá dando forma a lo que hoy recibe el nombre de PSIQUIS. En conclusión, desde el enfoque espírita, la psiquis "es el resultado de una elaboración multimilenaria, condicionada por el tiempo, cuyas experiencias fueron amalgamadas en una multiplicidad de organizaciones, incluidos los conocidos reinos de la naturaleza".
Este concepto tan bien elaborado por el Dr. Jorge Andrés dos Santos, alude a la dilatada trayectoria del principio espiritual hasta llegar a nuestros días. Cada acto, cada experiencia,es registrada y se incorpora al patrimonio inalienable del espíritu.
Las reencarnaciones sucesivas aglutinan una amplia gama de experiencias que harán posible el desarrollo de las conexiones mentales. La voluntad, la razón, los sentimientos, conjuntamente con la inteligencia, las emociones y demás elementos, se asociarán para resolver los desafíos que se le presenten al espíritu. Un resentimiento, por ejemplo, pondrá en acción pensamientos, emociones y sentimientos de una actitud negativa de la mente humana.
Las revelaciones de la Doctrina Espírita en relación con la psíquis aportan elementos de análisis para el campo de la psicoterapia. El Espíritu, tras un gran número de experiencias en el cuerpo de carne, en las sucesivas reencarnaciones, cuenta con un archivo de tales experiencias en su alma, que inexorablemente habrán de constituirse en un nuevo terreno para las investigaciones acerca de las causas de una etiología vinculada a la conducta. Ya no nos restringiremos a la encarnación presente, sino a los acontecimientos de las reencarnaciones pretéritas, que pueden influir en nuestras actitudes de hoy. Sin duda estamos en presencia de un importante elemento para profundizar en el conocimiento relativo a los intrincados problemas de la mente humana.
-Jasón de Camargo- (Educación de los sentimientos)
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CÓMO SER FELIZ EN
EL DÍA A DÍA
Esto es lo que todos nosotros deseamos, ser felices en el día a día, y buscamos la manera de alcanzar esa felicidad. Quizás no sea del todo correcto el término “buscar“, pero es el vocablo que generalmente utilizamos, creyendo que la felicidad está en algún sitio, fuera de nosotros, y que la vamos a encontrar en los placeres materiales, en la sensualidad, en la comida, en los diferentes divertimientos y pasatiempos que la sociedad nos presenta. Otros creen que está en el disfrute de una vida rodeada de lujos, teniendo muchas posesiones… pensando que todo aquello que se puede comprar con dinero va a proporcionar la felicidad. Sin embargo, no se presta atención al “yo” interno, a nuestra alma, que es la que a ciencia cierta puede proporcionar esa felicidad tan ansiada.
Podemos distinguir varios grados o estados de satisfacción, que son los que nos motivan a realizar aquello que consideramos nos puede proporcionar bienestar y felicidad. Por ejemplo, podríamos distinguir entre pasarlo bien, sentirnos satisfechos con la vida que llevamos porque estamos conformes con la misma; es decir, tenemos trabajo, una casa, una familia; no pasamos grandes necesidades, nos va bien, podemos vivir con lo que tenemos y no aspiramos a nada más. O, en otro aspecto, porque disfrutamos de la vida yendo a la playa cuando toca, al cine, a restaurantes… en fin, llevamos una vida en la que podemos disfrutar hasta ciertos límites de lo que la sociedad puede ofrecernos, y con eso nos sentimos plenos. Cada persona tendrá, pues, sus preferencias y apetencias dentro de un orden.
Todo esto y muchas otras cosas más podríamos considerarlas factores externos que, de hecho, son importantes, pero realmente ¿pensamos que en todo eso consiste la felicidad?
También internamente podríamos decir que nos sentimos bien: llevamos la vida con alegría, estamos a gusto con nosotros mismos, tenemos la conciencia tranquila, sentimos fluir la vida dentro de nosotros, esa energía, fuerza y luz que da brillo a nuestra existencia y nos impulsa a vivir con amor e ilusión.
Otro aspecto de suma importancia es la felicidad que reina en nuestros hogares, junto a nuestra pareja e hijos. ¿Hemos logrado que en nuestro hogar reine un clima de unión y de armonía? O, por el contrario, lo que se respira es rutina y monotonía, y cada uno de los miembros va a la suyo sin hacer partícipes al resto. La realidad de la vida de las parejas y la convivencia dentro de casa apunta a que es muy precaria en términos de armonía y de amor en familia, pues la estadística nos cuenta el gran número de matrimonios que se separan por diferentes motivos; uno de los más comunes es que a la pareja “se le terminó el amor”.
Este hecho es un síntoma más de que algo estamos haciendo mal, puesto que no hemos sabido mantener viva la llama del amor de pareja, y una vez consumados los apetitos sensuales nos sentimos vacíos. Creemos entonces que vamos a encontrar en otra persona la pareja perfecta y claudicamos, dejamos de luchar por lo que en un momento fue una promesa de amor de por vida.
Se podría definir la felicidad como un estado del alma, un estado interior. Si la felicidad dependiera de esos factores externos que hemos mencionado con anterioridad, al menos en occidente deberíamos vivir muy felices una mayoría de los que gozamos de esos privilegios: estaríamos todos contentos; iríamos dándonos abrazos constantemente por la calle; todo sería alegría, entusiasmo; todo el mundo estaría vibrando con energía positiva; nos daríamos los buenos días sin parar; nos dejaríamos las puertas de casa abiertas porque no temeríamos a nada ni a nadie; ninguno viviría enfadado, los vecinos serían de lo mejor, nuestro jefe sería una persona extraordinaria; como estamos felices y satisfechos apenas caeríamos enfermos; no tendríamos ningún tipo de crisis. El occidente sería lo más parecido a un paraíso, y sin embargo vemos que esto no es así, ni mucho menos.
No dejes el mundo con las manos vacías. Acumula la suprema riqueza del alma. No pierdas la dorada oportunidad, que te ofrece esta vida, de conocer a Dios. (Swami Sivananda).
A poco que observemos, la realidad es muy diferente: Casi nadie está contento con lo que tiene; la vida está llena de complicaciones; la mayoría de los obreros trabaja en condiciones muy precarias; son los que menos responsabilidad tienen de la crisis que nos ha caído encima y, sin embargo, son los que más la sufren. Los políticos no cesan de pelearse entre ellos, se faltan al respeto, se insultan, se corrompen con un facilidad pasmosa y no se ocupan de los problemas ni de dirigir y gobernar al pueblo, tal y como prometen o juran cuando asumen sus cargos. Los centros de salud ven cómo cada día las consultas están más repletas de enfermos y pacientes que demandan más ansiolíticos, tranquilizantes y todo tipo de fármacos para solucionar sus problemas de estrés y de otras muchas patologías relacionadas con los tiempos modernos en los que vivimos.
La verdad es que no estamos preparados para ser felices; la sociedad y el modo de vida que se han implantado en nuestro mundo son incompatibles con la felicidad. Y sin embargo, internamente estamos programados para la conquista de la felicidad, porque es algo inherente a nuestra propia esencia espiritual. De ahí que exista una lucha interior entre nuestra conciencia superior, que sabe a qué está llamada, y nuestra conciencia humana, conciencia de lo inmediato, que todavía no se ha identificado con la realidad de que la naturaleza de la felicidad es inherente al alma, a los valores que vamos desarrollando y que no depende de factores externos. De esta lucha interna se generan los estados de desarmonía, desequilibrio y confusión.
Por otro lado, una vez hemos satisfecho un deseo o adquirido cualquier posesión, vemos con el tiempo que no nos ha llenado; enseguida necesitamos otro, y otro; necesitamos otras cosas que perseguir, que vuelvan a llenarnos ese vacío interior, sin darnos cuenta de que estamos cometiendo errores continuos. ¿Por qué? Muy sencillo: nos equivocamos en el planteamiento de pensar que la felicidad depende de las cosas externas. Al final, todas ellas son algo efímero. Como dicen las corrientes espiritualistas orientales desde tiempos remotos, son “Maya”, una ilusión, y como toda ilusión es pasajera y no contiene el fruto de lo verdadero y auténtico, que son los valores del alma, con los que nuestra identidad espiritual se identifica y se siente plena, consciente y dichosa.
Adquirir la felicidad no es nada complicado, basta solo con hacer el bien a los demás. Esa es la ley. Cosechamos lo que sembramos. Si hacemos bien recogeremos bien, si hacemos mal recogeremos mal, si hacemos felices a los demás los demás nos harán felices, si vamos por la vida con alegría la vida nos devolverá alegría, y así sucesivamente. Ahora reflexionemos y preguntémonos qué estamos sembrando. Lo que sembramos en el pasado, en otras vidas, es lo que estamos recogiendo ahora, y lo que incluso podremos recoger más adelante: es el llamado karma acumulado, el cual corresponde a la ley del karma, la cual va administrando y ajustando las pruebas según sean nuestras necesidades evolutivas; de ahí que muchas cosas sean difíciles de cambiar, porque nos corresponde vivirlas para nuestro aprendizaje.
Pero el futuro sí lo podemos mejorar. ¿Cómo? Haciendo las cosas bien, pensando en nuestro prójimo, sembrando buenas acciones, pensamientos y sentimientos nobles y generosos, porque todo ello, repito, volverá a nosotros en forma de karma positivo. Sólo nosotros, como seres humanos, como espíritus encarnados que somos, estamos dotados de la facultad de pensar, reflexionar y distinguir el bien del mal, por eso somos responsables de nuestro destino.
No hay otro camino, somos lo que pensamos. Comencemos por ahí, pensando positivamente; amemos de corazón a nuestros seres queridos, a todos cuantos nos rodean, incluso a los animales; hemos de ser buenos y sembrar bondad por doquier. Tal como dice el espiritismo, ser buenos no consiste en no hacer el mal, sino en hacer el bien.
Esta vida es un camino de paso hacia la inmortalidad. (Swami Sivananda).
Por fortuna, en esta época estamos disfrutando de tener al alcance diferentes ramas de la psicología, como son por ejemplo la humanista, la positiva y la psicología cognitiva, que centran sus estudios en las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas, destacando los valores como la autoestima, la alegría, la ilusión, el entusiasmo, la voluntad, la resiliencia, el amor, el perdón, etc., etc. Son los que dignifican la vida humana y nos conducen a un estado de bienestar y, en consecuencia, de felicidad interna, al margen de nuestra condición social, de riqueza, etc., ya que todos los seres humanos albergamos en potencia las mismas cualidades. La diferencia está en creerlo y en poner en marcha las habilidades que se hallan ocultas en todos nosotros. En otras palabras, se está hablando de las facultades innatas e inherentes al espíritu humano.
Si cambiamos de actitud ante la vida, asumiendo que somos responsables en primera persona de nuestro destino, que el día de mañana disfrutaremos de lo que estemos haciendo en el presente, no debiera costarnos demasiado empezar a trabajar para comenzar esa siembra fructífera que se inicia con hacer el bien siempre que se nos presente la oportunidad. Para ello basta con tenerlo presente y con hacer los cambios oportunos en nuestro carácter que nos permitan dedicarnos a esa labor constructiva.
Deberemos ir conociéndonos a nosotros mismos día a día, para ir corrigiendo aquellos aspectos de nuestra personalidad que se alejan de los valores humanos y de la ética, y desarrollando las virtudes, todo ello con optimismo, entusiasmo, humildad y autoestima; así venceremos las dificultades que, sin duda, se nos presentarán cuando menos lo esperemos.
Entonces tendremos humor, creatividad, aprenderemos a compartir, a convivir, a darnos a los demás; saldremos a la calle con la sonrisa en la cara, daremos los buenos días con alegría a quienes comparten esta vida con nosotros y estaremos predispuestos a sacar cada día lo mejor de nosotros. Dejaremos la seriedad, la tristeza, la amargura, el pesimismo, la soledad, la rigidez y el egoísmo a un lado, dejaremos de ir por la vida con la cara mustia y la veremos de otro color. Basta con que nos dispongamos con firmeza a realizar nuestro trabajo, a amar y ser amados.
Dejaremos fluir nuestra energía, estaremos en contacto con la fuente de luz y de poder que esta ahí en el universo para nosotros, y nos sentiremos uno con la creación. Entonces otro espíritu nos animará, dejaremos de darle tanta importancia a las cosas materiales y trabajaremos con ahínco por lo que de verdad nos ha traído hasta aquí: la necesidad de progreso.
Fermín Hernández- Amor, Paz y Caridad,
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LOS PLANOS ESPIRITUALES
Los espíritus, o nosotros mismos, cuando estamos libres del involucro material, habitamos planos espirituales, que en realidad son planos materiales de otra dimensión.
Cuando se dice que el Universo es infinito, todos nosotros tendemos a imaginar una línea horizontal o vertical que jamás termina... Pero, la infinitud del Universo va más allá de eso. Vivimos en un mundo físico tridimensional (largura, anchura y altura) y sabemos por las instrucciones psicográficas y psicofónicas de otras dimensiones infinitas.
Los llamados planos espirituales son lugares o dimensiones donde las entidades espirituales viven. Como espíritus, realmente es el principio inteligente. en la realidad el término más adecuado sería el de planos materiales de otras dimensiones. Así las escuelas, lugares de recuperación y tratamiento donde los espíritus son preparados para el retorno al nuevo sumergimiento en nuestra dimensión, son constituidas de materia oriunda del mismo fluido cósmico universal del que se derivan las otras dimensiones de materia del Universo.
Los espíritus se agrupan, se asocian, conforme a su grado de evolución espiritual y afinidad. La ley de sintonía siempre presente, determina que las vibraciones semejantes se atraen, o mejor se sintonizan por similitud de frecuencia vibratoria.
Así como un receptor de televisión o radio, pasa a captar la frecuencia que elegimos al girar el botón de sintonía, recibiendo la imagen y el sonido transmitidos por la emisora que opera en la frecuencia sintonizada, los espíritus son atraídos por la comunidad donde el nivel vibratorio les es afín.
A pesar de la relatividad de las dimensiones, los planos espirituales más elevados se pueden situar más distantes del astro habitado (consideramos la Tierra, en nuestro caso). Ya los planos espirituales constituidos por entidades más simples e ignorantes por tanto con el periespíritu más denso o pesado, quedan sujetos, inclusive, a la ley de la gravedad, permaneciendo más próximos a la Tierra. De la misma forma como la atmósfera que circunda la Tierra permanece presa a ella por la fuerza gravitacional, los espíritus más limitados en adquisiciones evolutivas se agrupan en colonias espirituales más próximas a la superficie del planeta. La Ley Universal de la Gravedad, que es una ley de Dios, determina que la masa física del globo ejerza atracción sobre la materia periespiritual que constituye el cuerpo de los espíritus.
Recordamos que, sin duda, estos conceptos aquí emitidos son relativos a la cuestión de las diferentes dimensiones, pero cuanto más atrasado fuera el espíritu más sujeto se halla a las leyes físicas universales.
Recomiendo la lectura de La vida más allá del Velo, de Vale Owen y La Génesis de Allan Kardec.
- Ricardo di Bernardi-
Recordamos que, sin duda, estos conceptos aquí emitidos son relativos a la cuestión de las diferentes dimensiones, pero cuanto más atrasado fuera el espíritu más sujeto se halla a las leyes físicas universales.
Recomiendo la lectura de La vida más allá del Velo, de Vale Owen y La Génesis de Allan Kardec.
- Ricardo di Bernardi-
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