viernes, 15 de septiembre de 2017

La Vida en el Mundo Espiritual



Para hoy :

- ¿ Qué enseña el Espirtismo?
-  La templanza
- Preferencias emocionales, resultados en otra vida.
- La Vida en el Mundo Espiritual


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                 Qué enseña el Espiritismo 
2º. Por la firme creencia que desarrolla, el Espiritismo ejerce una poderosa acción sobre la moral de las personas; las conduce al bien, las consuela en sus aflicciones, les da fuerza y valor en las pruebas de la vida y las desvía del pensamiento del suicidio. 

Allan Kardec, Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos


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LA TEMPLANZA
Jueves 15 de septiembre de 2017
Queridos amigos, hola buenos días, nuestros días, están caracterizados por los grandes excesos, son muchos los que sobrepasan los límites del sentido común y del buen sentido de las cosas. Los amores, en su delirio, cuando son frustrados, terminan en los delirios de la locura, y gracias a ello, terminan en el crimen pasional. El exceso en la bebida, hace que en la sociedad, se observe las fatales consecuencias, de las consecuencias desastrosas que su consumo excesivo ocasionan, podríamos mencionar muchísimas cosas, que el hombre no utiliza con templanza.
La templanza es una de las cuatro virtudes cardinales, que modera los apetitos y uso excesivo de los sentidos, sujetándolos a la razón, que es la moderación y continencia de la ira, cólera u otra pasión. Es una virtud quizá superior a todas las virtudes, pues se asegura con su práctica la paz y la tranquilidad del hogar doméstico, que es la paz más difícil de conseguir. Es más fácil a veces suspender las hostilidades entre dos ejércitos beligerantes, que implantar el reinado de la templanza en una familia mal avenida.
Son muchos hogares en los que se vive como en un infierno, hace verdaderos milagros una mujer que no se encoleriza y que opone a las contrariedades la prudencia y la serenidad, para no caer vencida en las rudas tormentas de la vida. La templanza es la varita mágica que suelen manejar los padres de familia para educar convenientemente a sus hijos. Se necesita mucha templanza para no dejarse dominar por la ira, teniendo que aguantar las impertinencias de los niños mal educados y las exigencias de muchos padres peor educados aún, que cuando sus hijos son amonestados, por haber hecho alguna travesura, se enojan y son muchos los profesores que tiene que sufrir esa contrariedad, cuando los hombres estén más civilizados y por consiguiente esté más educado y más desarrollado su sentimiento, los maestros serán miembros de las familias, y así como hoy se respeta a los abuelos y éstos son los compañeros cariñosísimos de los niños, los maestros tendrán centenares de nietos que todos se apresurarán a demostrarles su cariño y su respeto filial.
No nos quepa la menor duda, que los hombres un día llegaremos a ser buenos, y la tierra se convertirá en un paraíso, así como hoy somos mejores que ayer, mañana seremos mejores que hoy, todo es cuestión de tiempo. La templanza es la mejor virtud que puede poseer el hombre, ella es la mejor compañera de la Humanidad; no deja desarrollar ni el odio ni la venganza; en un lugar donde reine la templanza, no habrá crisis violentas, no habrá desesperaciones, ni suicidios.
El equilibrio es fundamental dentro de la templanza porque templanza no quiere decir abstinencia, ayuno o impedimentos para hacer tal o cual cosa, sino hacer las cosas de una forma equilibrada, que redunde en beneficios para todos, para quienes nos rodean y para la sociedad en la que vivimos.
«La templanza es una virtud porque modera la atracción de los placeres y procura el equilibro en el uso de los bienes creados. Quien es intemperante se abandona al dominio de sus impulsos, arremete contra otros por su codicia y se perjudica a sí mismo”
Una de las frases que más repetimos en nuestra sociedad es «soy libre y puedo hacer lo que dé la gana». ¿De verdad? No nos damos cuenta de que esto es rebajar el término libertad a una especie de fácil libertinaje que, paradójicamente, esclaviza más a los hombres a sus pasiones. Dejamos de ser libres cuando nos dejamos vencer por los impulsos inferiores y en vez de ser libres para poder decidir con rectitud el bien que debemos hacer.
La templanza es la que nos ayuda realmente a ser libres.
La templanza está considerada como una virtud cardinal supone la posibilidad de rebelión de los instintos más básicos contra las tendencias “superiores”. La templanza es el arte de gozar de la vida con la dignidad que debe tener un ser humano. El que no tiene templanza es prisionero de sus deseos, se hace esclavo por inclinación a satisfacer lo primero que aparece ante él y así va caminando de la debilidad, cada vez menos dueño de sí y arrastrado por esos impulsos.
La templanza ha sido entendida con frecuencia como moderación en la sexualidad, el comer, y el beber; con mayor referencia a la cantidad, con lo cual suena algo negativo y vuelve a la ética de las prohibiciones.
La templanza no es contención, represión, limitación ni freno ante los deseos. La templanza nos hace señores de nosotros mismos y su objetivo no es ponernos límites, sino respetarlos.
Todos debemos procurar esta virtud, ella creara a nuestro alrededor un respeto hacia los demás y seremos respetados, porque no olvidemos que nuessra libertad comienza en el respeto a la libertad de los demás.

Amigos os deseo un feliz viernes y que Dios os bendiga
- Mercedes Cruz-

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PREFERENCIAS EMOCIONALES, RESULTADOS EN OTRA VIDA
-Vanessa Anseloni (Doctora en Psicología, Neuróloga y Profesora de la Universidad de Meryland. Presidenta y fundadora de la Sociedad Espiritista de Baltimore y de la Sociedad Espiritista de Virginia)


Clara Rivier  tenía sólo 6 años cuando se quedó paralítica. Ella estuvo durante cuatro años con dolor sin quejarse. A pesar de su condición, Clara solía consolar a su familia. A los 10 años, sintiendo que la muerte se acercaba, llamó a toda su familia a su lado y le dijo a su padre que estaría de vuelta.

Después de su partida, fue evocada por Kardec en una reunión mediúmnica, cuando reveló que su dolor fue constantemente aliviado por su ángel de la guarda, la razón por la que sentía poco o ningún dolor. Además, ella solía ver y hablar con su ángel de la guarda a menudo, caracterizando su mediumnidad. Entonces, Kardec le preguntó por qué tuvo que someterse a la parálisis en su infancia. Clara  explicó que en una vida anterior empleó mal su salud, belleza y riqueza. Así pues, ella tuvo que reencarnar para ser humilde y compasiva. El caso de Clara demuestra la continuidad de la vida. ¡Hay vida antes de la vida! Y nuestras elecciones emocionales influencian nuestras vidas después de la muerte y nuestras vidas futuras también. Se trata de la ley de acción y reacción. Por lo tanto, es muy importante ser conscientes de nuestras emociones para dar una dirección, como dijo León Denis, a nuestra vida, a nuestra vida inmortal.
¿Qué nos sucede antes de esta vida que estamos viviendo? ¿Vamos a ir al cielo, al infierno o al purgatorio después de la muerte? ¿Nuestras emociones definirán nuestra vida antes, durante y después de cada reencarnación? El cielo en realidad es esta frecuencia vibratoria en que se sintió la condesa Paula después de morir a los 36 años. Solía ser buena, amable e indulgente con todos, un verdadero modelo de las más nobles cualidades de la mente y el corazón. En su vida después de la vida, ella estaba en “el cielo”. En este cielo disfrutando de la felicidad de una persona que cumple la voluntad de Dios en la Tierra cuidando de los demás. Ella dijo: “Estoy feliz más allá de lo que las palabras puedan expresar, y ¡todavía estoy aún muy lejos de la parte superior de la escalera! Yo soy infinitamente más feliz de lo que lo era en la Tierra. Cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir, ayudar a personas en hospitales, visitar amigos en la Tierra, ser parte de la rueda del trabajo de la naturaleza, consolar espíritus sufrientes de niveles inferiores; nosotros llegamos y nos marchamos, no de una calle a otra, sino de un mundo a otro”. Su descripción coincide con la descripción del Cielo en el Libro de los Espíritus de Allan Kardec donde “los espíritus ejercen y disfrutan de todas sus capacidades sin las pruebas del mundo material o el dolor común en los estados subdesarrollados”.
Por otro lado, Lemaire, que murió como un criminal en el año 1857 es el ejemplo de alguien que se siente en el infierno después de la muerte. Él describió su estado de ánimo como: “Sentía demasiado mi dolor; estaba perdido en el sufrimiento”. ¡Por nuestra desgracia! Nuestra visión es un suplicio continuo. Cada uno de nosotros echa la culpa al otro de sus crímenes. Haced votos para que llegue la expiación.” Esto es el infierno, un estado de ánimo y de condición vibratoria que, de acuerdo con los amorosos espíritus de la Codificación Espírita, es como “una vida de pruebas sumamente penosas, con la incertidumbre acerca de un estado mejor.” Esta es la razón por la cual el Espiritismo es el mejor antídoto contra la sensación de “vivir en el infierno”, porque elimina todas las incertidumbres de la vida. La filosofía espírita nos presenta todas las leyes de Dios con tanta seguridad que, incluso en casos extremos de dificultad y pruebas, se nos asegura que por cada efecto hay una causa y el Creador lleno de Amor no nos abandona nunca en las pruebas sin fin y juicios. “¡Todo pasará!” - dijo Emmanuel a Chico Xavier, en un momento de gran dificultad. Entonces, ¿dónde está nuestro purgatorio? El purgatorio es “sufrimiento físico y mental, un tiempo para reevaluación y el inicio de la rehabilitación.” Los espíritus iluminados de la Codificación, dijeron que “casi siempre es en la Tierra donde uno crea su propio purgatorio y donde compensa sus errores”, al igual que Clara Rivier describió su reencarnación. Así, el juez se encuentra... en nuestra conciencia.


A medida que nuestro planeta transita a su estado de regeneración, se nos invita a revisar nuestras decisiones emocionales y las respuestas a estados más amables, afables y resignados. Después de todo, el gobernador de nuestro planeta, Jesucristo, propuso “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la Tierra”. En cada elección emocional en la vida, como Clara, la Condesa Paula, o Lemaire, estamos sembrando las semillas para la inmortalidad. Vamos, pues, a recibir la invitación de Jesús para alinear nuestras elecciones emocionales con moderación y serenidad ante las tribulaciones de la vida, porque la vida realmente pasa.

DE la Revista Espírita nº 12de la FEE

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Dios nace del corazón, y se torna en una energía enigmática para nosotros, pero que necesitamos para sentirnos conectados con el Universo.

- Miriel- (Zona Espírita)

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LA VIDA EN EL MUNDO ESPIRITUAL 

Comencemos por conocer que, todo en el Universo es acción y progreso, en diversos modos, como diversos son los aspectos y manifestaciones de la Vida.
Todo en el espacio cósmico, es realización en diversos aspectos. Realización feliz en los planos superiores o ambientes de vida del mundo espiritual superior; pues, la quietud o descanso eterno en el qué algunas mentalidades simples creen todavía, o el paraíso de la ociosidad y bienaventuranza contemplativa, es una ilusión de los fundamentos teológicos que confunden el significado de la verdadera religión.
En el mundo espiritual, que es todo el universo, hay múltiples modalidades de vida, de acción, de trabajo, de estudio, de servicio, realizados por seres espirituales en diversos grados de evolución, dentro de un orden jerárquico perfecto, colaborando en la obra divina de la evolución.
Hay millones de seres espirituales (que fueron humanos como nosotros) actuando en los diversos aspectos del plan divino de evolución de los mundos. En todos los grados de la jerarquía espiritual, cada espíritu desempeña una actividad, de mayor o menor importancia según su grado de evolución y su deseo de realización y progreso, contribuyendo así a la realización de las leyes divinas.
Todo ser que ha alcanzado ya un cierto grado de evolución, siente en sí ansias de realizar, de ayudar, de darse a los demás, de cooperar en el progreso y felicidad de sus semejantes, de amar a todo lo creado; condición esta que le capacita para trabajar en el obra redentora del Cristo.
Todos y cada uno de nosotros podemos trabajar en esa obra, como humanos, iluminando las mentes oscurecidas por la ignorancia, y así cooperar en su progreso y evolución. Y en estos momentos de descreencia religiosa, las oportunidades son múltiples para tal objeto. Porque, necesario es conocer que, entre esos descreyentes, hay un gran numero de personas ansiosas de encontrar el camino que les conduzca hacia la Verdad de la vida. Y aquí, tenemos oportunidad de poner en practica nuestro principio, nuestro lema de fraternidad en servicio.
Pero, si bien todos y cada uno de nosotros debemos realizar esta tarea, cual es divulgar el Conocimiento para contribuir al progreso de las gentes, no esperemos que esta tarea resulte siempre fácil; ya que, sin esfuerzo y sin sacrificio, ninguna reforma es posible en cualquiera de los órdenes de la vida.
La categoría en el mundo espiritual difiere de la del mundo terreno. Pues, mientras que, muchos de los que aquí son personalidades destacadas no lo son en el mundo espiritual; y muchas personas insignificantes socialmente, pasan a destacar en el plano espiritual.
Y allí, no tienen poder alguno las influencias, sino la superioridad espiritual. Y esta se consigue  tan solo, por el amor en acción de servicio a los demás. No significa esto que las personalidades destacadas humanamente, no puedan alcanzar los Reinos de Luz. Si hacen el esfuerzo necesario, sí pueden; ya que la Ley es igual para todos. Pero una cosa es ser grande humanamente, y otra es serlo espiritualmente.
No obstante, cuán difícil es a la grandeza humana ser “pequeños” (humildes), condición esta indispensable para la grandeza espiritual.
De ahí que, aquellas personalidades célebres de la historia: filósofos destacados, jerarcas de organizaciones religiosas y políticas, se encuentran en gran numero en los reinos tenebrosos, por siglos. Pero, algunos también en los reinos de luz y belleza, porque los han conquistado con su nobleza, sufrimiento y bondad, en misión de servicio humilde: ya en el plano físico, ya en los planos bajos o ambientes intermedios, al igual que cualquiera que haya sido insignificante en la Tierra. Por más poderoso que haya sido una persona en la Tierra, nada vale al traspasar la frontera del más allá.
A medida que el espíritu progresa, mediante su esfuerzo al servicio del bien y superación de sus imperfecciones, va subiendo en la escala de las vibraciones, alcanzando más altas y grandes fuerzas espirituales. Y en cada nueva escala, en cada nueva esfera de ascenso en el mundo espiritual, mayor es la intensidad de la belleza en todas sus manifestaciones; porque, el Ser espiritual adquiere una mayor sensibilidad a medida que asciende.
En artículos anteriores hicimos una brevísima explicación de las bellezas del primer plano del astral superior. Pues, así como a mayor sutilización del cuerpo psíquico, por depuración, mayor es la sensibilidad del mismo; así también a mayor ascensión a los planos superiores, mayor y más intensa es esa belleza y más radiante es la luz en los mismos, así como la vibración ambiental que hace sentir más intensa y mayor felicidad.
Nuestra imaginación no alcanza a crear sino aquello que la Mente contiene, por lo que imposible nos es imaginar la grandiosidad de esos reinos de luz y amor.
La atmósfera varía en cada plano. Por lo que, para habitar el plano de vida espiritual siguiente, el ser espiritual tiene que ir adquiriendo sutileza, que el mayor sentimiento de amor proporciona.
Cuanto más evolucionado es el ser espiritual, mayor es su ansia de realización.
Solo los seres atrasados son remisos en las realizaciones. En los planos elevados de la vida espiritual, todo es acción en sus diversos aspectos, trabajo, realización en diversos modos. Y cuanto más elevado es el plano de vida espiritual, más intensa es esa actividad; pero una actividad sin fatigas, por ser realizada con intenso amor.
En todas esas realizaciones que por amor y con amor realizan los seres del mundo espiritual superior, hay una sincronización y armonía perfecta, hay una jerarquía basada en el amor, orientada hacia el progreso en todos los aspectos de la vida.
Por ejemplo, en las esferas siderales, actúan seres de gran inteligencia, de gran sabiduría y poder, que dirigen la evolución de los mundos. Y en escala descendente actúan los Cristos planetarios que, por medio de sus colaboradores inmediatos de gran poder y amor, dirigen las diversas actividades en los planos espirituales para la evolución de las humanidades. Si esos seres espirituales de gran amor, sabiduría y poder, retirasen su influencia sobre los humanos, en muy poco tiempo la humanidad caería en la barbarie y en el caos.
Y entre ésos están los que, con el poder de su mente crean esas maravillosas bellezas y ambientes de habitabilidad en los planos superiores del astral; así como los directores o gobernantes de cada reino del mundo espiritual superior de cada planeta habitado.
Y los gobernantes de cada plano del mundo espiritual superior de nuestro planeta, por ejemplo, reciben el pensamiento del Cristo, que es el gobernante mayor, mentor y guía de nuestro planeta. Su deseo es captado por esas mentes poderosas de los planos elevados que, a su vez, transmiten a los diversos planos de realización y misiones de servicio, distribuidos en los planos astrales y en el plano físico.
Pretender explicar la amplitud de su poder, que con inmenso amor ejercen, es imposible como humanos.
Todos los demás aspectos del trabajo de los millones de seres espirituales colaboradores en el progreso y evolución del mundo y su humanidad, están repartidos en las diversas actividades en el mundo espiritual y en el mundo físico.
Sebastián de Arauco
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