lunes, 18 de abril de 2022

Apariciones de espíritus.

  INQUIETUDES

1- La pasión por la Doctrina

2.-La Eutanasia

3.-Cuando estalla una guerra (Psicografía)

4.- Sobre las apariciones de espíritus.




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            La pasión por la doctrina 

La doctrina es apasionante y en la medida que nos vamos  desarrollando en su estudio, otro universo se nos desvela y con él, una conciencia que nos invita a actuar en este mundo con discernimiento y espiritu de participación, donde nuestra meta es hacer de este espacio un lugar mejor.

Libro de los espíritus, pregunta 573. ¿En qué consiste la misión de los espíritus encarnados? «Instruir a los hombres; favorecer su progreso; mejorar sus instituciones por medios directos y materiales…”

Instruir los hombres, favorecer el progreso, mejorar sus instituciones y medios, y esto exige actuar, estudiar, debatir e buscar entendimientos para descubrir en que nos estamos equivocando y como hacer para mejorar.

Aislados, como meros espectadores, como si todo lo que estudiamos fuera una cosa estática, contemplativa, esperando que el cielo nos envíe  respuestas a nuestros cuestionamientos, es sembrarnos un dolor de cabeza para mas adelante, en esta y en otras vidas, que lo  tendremos que rescatar. De todas las encarnaciones que hemos tenido, la más importante es esta que estamos ahora. ¿Porque?

Porque es ahora;  la que pasó no podremos cambiar mas y la del futuro, todavía está por llegar, pero este momento que aquí estamos, es cuando podremos actuar.

Es la determinante del futuro, preparada con mucho empeño y de la cual no podemos desperdiciar la oportunidad bajo la seducción del fatalismo, que se oculta por detrás de posturas de indiferencia o de hipocresía.

Considerando que las bases de la doctrina se fundamentan en que "… no hay fe inalterable sino la que puede mirar frente a frente a la razón en todas las épocas de la humanidad" y que el espiritismo en su codificación dice que si la ciencia da un paso que demuestra que el espiritismo en alguno de sus puntos se haya equivocado,  deberemos rectificar esos puntos por los de la ciencia”,  alguien puede en algún momento darse el lujo de censurar el debate, ¿o cohibir la discusión de los temas pertinentes a la doctrina?

En una filosofía doctrinaria que no establece jerarquías, ni obispos o cualquier estructura de poder, los que se aprovechan de su condición temporal para asfixiar el fomento al crecimiento en nombre de la defensa de este o aquel principio, es que en verdad no cree en este principio, pues si lo creyera, sabría que la verdad por si misma no puede ser atacada, pues es inamovible.  

Es lo que vemos en los más distintos foros de debate. En nombre de una supuesta paz, poner trabas al profundizar determinados temas, esto cuando el hermano que tiene voz de mando dentro del grupo, ¿arbitrariamente anula el derecho de libertad de expresión, por una decisión personal y arbitraria? 

El libro de los espíritus trata de este tema en su cuestión 837 que aborda; -¿Cuál es el resultado de las trabas puestas a la libertad de conciencia? «Obligar a los hombres a obrar de otro modo como piensan, es hacer hipócritas. La libertad de conciencia es uno de los caracteres de la verdadera civilización y del progreso» y la complementa de forma incisiva en la cuestión 841. ¿Se debe, por respeto a la libertad de conciencia, dejar que se propaguen doctrinas perniciosas, o bien se puede, sin atentar aquella libertad, procurar atraer al camino de la verdad a los que están fuera de él por falsos principios?

«Ciertamente que se puede y se debe; pero enseñad a ejemplo de Cristo, por medio de la dulzura y de la persuasión, y no de la fuerza, lo cual sería peor que la creencia de aquel a quien se quisiera convencer. Si es permitido imponer algo es el bien y la fraternidad; pero no creemos que el medio de hacerlos admisibles sea el de obrar con violencia: la convicción no se impone».

Toda codificación espirita si compone de una serie de directrices, que no tienen las características de una imposición férrea o de ciega aceptación.

El Espiritismo presenta en sus enseñanzas, llenas de sabiduría, apropiadas para dirigir e impulsar nuestra evolución espiritual quedando su aplicación bajo la responsabilidad de cada individuo, que en virtud de la Ley de Causa y Efecto asumirá las consecuencias de la utilización de su libre albedrío. La doctrina, por su carácter transformador nos invita a reforma intima y la superación de condicionamientos ególatras y competitivos que produce todos los desequilibrios que impiden la humanidad de atingir una calidad de vida mejor. ¿No nos fue aclarado que todo el mal es fruto de la ignorancia y consecuente abuso del libre albedrío?

Algunos hermanos renuncian a estudiar los libros base de la doctrina y toman medidas totalmente arbitrarias, contrarias a propia doctrina, porque piensan que nadie más que ellos saben lo que es mejor para los demás. En su delirio paternalista, no permiten que se discutan sus voluntades y decisiones.  

¿ Qué solidez doctrinaria puede tener quien se dice espirita, cuando al dirigir un grupo de trabajo o de  estudios, huye del debate, del cuestionamiento y se evade de dar cualquier explicación sobre sus actitudes arbitrarias?

Cuando decimos que no queremos hablar sobre determinados asuntos o con determinada persona, para evitar polémicas, será porque el motivo es realmente el de evitar polémicas, ¿o es porque no tenemos la preparación suficiente para conducir una discusión sobre el tema y no tenemos bases sólidas y sensatas para sustentar nuestros puntos de vista dentro del nivel que se exige? Cuando huimos del debate, solamente estamos enseñando nuestra fragilidad y lo cuanto tenemos de inseguros, sin el conocimiento básico de la esencia de la doctrina espirita. El Evangelio es claro; La primera ley, amar y la segunda instruirse.  No se puede creer sin saber, ni amar con todo lo que significa amor, sin buscar conocer toda su aplicación con todos sus matices. ¿Somos realmente verdaderos para con nuestros hermanos, somos honestos para con ellos, somos coherentes para con la doctrina?

¿ Les proporcionamos la oportunidad de saber, las condiciones de aprender, de reflexionar, con total imparcialidad, buscando estimular el estudio de las obras básicas para saber si su punto de vista o comportamiento están conforme con la doctrina?

Tendremos que asumir las consecuencias de nuestro buen o mal comportamiento. No carguemos de más deudas nuestras vidas, pues a quien mucho fue dado, mucho será pedido y conocedores de las leyes del espíritu, no podremos al salir de esta vida, alegar ignorancia.  Cada día, nuestro Padre nos concede la oportunidad de revisar nuestros actos y reparar el mal que se derive de nuestros actos.

Un espiritismo de formalidades y prohibiciones, no es lo que propone  El Libro de los Espíritus.

Seamos coherentes con la fe que abrazamos.

Empecé este tema de hoy hablando sobre la pasión que nos inspira el mensaje espirita y como todo tema apasionante, puede levantar  emociones y llevarnos a desequilibrios cuando nos desareglamos. Según Joana de Angelis, y porque consideraba la oración como medida de seguridad, recomendó Jesus: “- Orad para que no caigáis en tentación, en las tentaciones que enloquecen, haciendo que se desgobiernen los caminos de las pasiones de esta o de aquella naturaleza, rotuladas también con el nombre de ideal.”

Por mas noble que sea el ideal, si no esta motivado por el amor, viene el conflicto y la crueldad.

En el estudio, en el debate, no olvidemos nunca la bendición de la oración, para que el amor rectifique nuestros desvíos y mantenga nuestro propósito al servicio de la causa con la ética imprescindible para bien servirla.

Fraternalmente

-Antonio Cassio Lopes-

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                     LA EUTANASIA

Tema de frecuente discusión, por unos defendida, por otros censurada, la eutanasia, o "sistema que procura dar muerte sin sufrimiento a un doliente incurable", regresa a los debates académicos, frente a su aplicación sistemática por eminentes autoridades medicas, en criaturas incapaces físicas o mentales desde el nacimiento, internadas en Hospitales Pediátricos, sin esperanzas científicas de recuperación o sobrevivencia...

Practica nefasta que testimonia la predominancia del concepto materialista sobre la vida, que apenas ve la materia y sus implicaciones inmediatas, en detrimento de las realidades espirituales, refleja, también, la soberanía del primitivismo animal en la constitución emocional del hombre.

En la Grecia antigua, la hegemonía espartana, siempre armada para la guerra y la destrucción, insirió en su Estatuto el empleo legal de la eutanasia eugenésica en relación a los enfermos, mutilados, psicópatas considerados inútiles, que eran arrojados al Eurotas por pesar negativamente en la economía del Estado. Guiados por superlativo egoísmo y prepotencia, a pesar de los conflictos arbitrarios del exagerado orgullo nacional, se hicieron víctimas de la impulsividad belicosa que cultivaban... Otros pueblos, desde la más remota antigüedad, se permitían practicar ese "homicidio ejercido por compasión"...

En circunstancia alguna, o bajo ningún motivo, cabe al hombre derecho de escoger y deliberar sobre la vida o la muerte en relación a su prójimo. Los criminales más empedernidos, homicidas o genocidas entre los más hediondos, no deben tener cortadas sus vidas, sino antes ser aislados de la convivencia social, en celdas, o en trabajos rectificadores, en los cuales expurguen bajo la acción del tiempo y de la reflexión, que tarda más alcanza al infractor, haciéndolo expiar los delitos perpetrados. Aun cuando se trate de réprobos anatematizados por desconcierto mental, no faltan Nosocomios judiciales donde pueden recibir conveniente asistencia a la que tienen derecho, sin que sean considerados inocentes por los crímenes perpetrados...

Recuperando la salud, eventualidad excepcional que puede suceder, cercados, por el peligro de probable reincidencia psicopática, podrán de alguna forma, retribuir de manera positiva a la Sociedad, los daños que hayan causado. En lo que tañe a los enfermos considerados irrecuperables, conviene considerar que dolencias, ayer detestables como incurables, son hoy capitulo superado por el triunfo de hombres-sacerdotes de la Ciencia Médica, que la ennoblecen por la contribución que sus vidas ofrecen en beneficio de la Humanidad.
Siempre hay, pues, posibilidad de mañana conseguir la victoria sobre la enfermedad irreversible de hoy. Diariamente, para ese desiderata, se sumergen en la carne Espíritus Misioneros que se aprestan a aligerar e impulsar el progreso, realizando descubrimientos y conquistas superiores para la vida, fuente poderosa de esperanza y conforto para los que sufren, en nombre del Supremo Padre. Ante las expresiones teratológicas, al revés de la precipitación de la falsa piedad en aliviar a los pacientes de los sufrimientos, se ha de pensar en la terapéutica divina, que se sirve del presidio orgánico y de las jaulas mentales para ajusticiar a los infractores de variados matices que pasaron por la Tierra impunes, inadvertidos, mas que no pudieron huir a las sanciones de la conciencia en falta ni a la Legislación Superior, a la cual rogaron enseñanza de recomienzo, recuperación y sublimación porque anhelaban la edificación de la paz intima. Suicidas, - esos pobres rebelados contra la Divinidad - que despedazaron el cráneo, en embestidas de odio contra la existencia, reencarnan perturbados por la idiotez, sordo-mudez, conforme a la parte del cerebro afectada, o por hidrocefalias, mongolismos; los que tentaron ahorcarse, reaparecen con los procesos de la paraplejia infantil; los ahogados, padecen enfisema pulmonar; los que descerrajaron tiros al corazón, retornan bajo el yugo de cardiopatías congénitas irreversibles, dolorosas; los que se utilizaron de tóxicos y venenos, vuelven bajo el tormento de las deformaciones congénitas, de la asfixia respiratoria, o estertorosos por úlceras gástricas, duodenales y canceres devoradores; los que despedazaron el cuerpo en fugas espectaculares, recomienzan victimados por atrofias, deformaciones, limitaciones punzantes, en que aprenden a valorizar la grandeza de la vida...

Agresores, exploradores, amantes de la rapiña, de las arbitrariedades, de los abusos de cualquier naturaleza vuelven a los escenarios en que se empecinaron, o corrompieron, o se hicieron infelices, alcanzados por la impronta de las soberanas leyes del orden y del equilibrio, rehaciendo el camino antes recorrido criminalmente y atesorando los sagrados valores de la paciencia, la comprensión, el respeto a si mismos y al prójimo, la humildad, la resignación, armándose de bendiciones para futuros cometidos dichosos.

¿Quien se podrá atribuir el derecho de interrumpirles la santificadora existencia preciosa? Las personas que se les vinculan en la condición de padres, cónyuges, hermanos, amigos, también les son participes de los dramas y tragedias del pasado, responsables directos o inconscientes, que ahora se rehabilitan, debiendo extenderles manos generosas, auxilio fraterno, por lo menos migajas de amor. Nadie se deberá permitir la interferencia destructiva o liberativa por medio de la eutanasia en tales procesos redentores. Personas que se dicen penalizadas por los sufrimientos de familiares y que desean que les sean luego cesados, casi siempre actúan por egoísmo, presurosos de liberarse del compromiso y de la responsabilidad de ayudarlos, sustentarlos, amarlos más.
No faltan terapéuticas médicas y quirúrgicas que pueden amainar el dolor, perfectamente compatibles con la caridad y la piedad cristianas. A nadie es dado precisar el tiempo de vida o sobrevida de un paciente. Son tan escasos de exactitud los pronósticos humanos en este sector del conocimiento, cuanto no sucederá en otros! ¿Cuántos enfermos, rudamente vencidos, desesperados recobran la salud sin aparente razón o lógica? ¿Cuántos otros hombres en excelente forma, portadores de sanidad y robustez, son victimados por sorpresas orgánicas y sucumben imprevisiblemente?

El conocimiento de la reencarnación proyecta luz en los más intrincados problemas de la vida, dirimiendo los equívocos y dudas en torno a la salud como a la enfermedad, a la desdicha como a la felicidad y contribuyendo eficazmente para la perfecta asimilación de los postulados renovadores de los que Jesús Cristo se hizo abanderado por excelencia y el Espiritismo, el Consolador encargado de demostrarlo en los tormentosos días de la actualidad. Argumentan, en tanto, los utilitaristas que las importancias prodigadas con los pacientes irrecuperables podrían ser utilizadas para pesquisas valiosas o para impedir que hombres sabios enfermasen, o para asistir convenientemente a los que, dolientes, pueden ser salvados ... Y desvarían, utopistas, insensatos sin considerar las fortunas que son tiradas en espectáculos ruidosos y funestos de exaltación de la sensualidad, del Fausto exagerado, de las disipaciones, sin que se les ocurra la necesidad de la aplicación correcta de tales patrimonios en medidas preventivas saludables o socorro a las multitudes famélicas y desnudas que pululan en todas partes, pereciendo, a modo de migaja de pan, revolviéndose en la desesperación por la ausencia de una gota de luz o una insignificante contribución de misericordia.

Cada minuto en cualquier vida es, por tanto, precioso para el Espíritu en rescate bendito. ¿ Cuantas resoluciones nobles, decisiones felices o actitudes desdichadas ocurren en un relámpago, imprevistamente? Penetrándose el hombre de responsabilidad y caridad, iluminado por la fe religiosa, fundada en hechos de la inmortalidad, de la comunicabilidad y de la reencarnación, abominara en definitivo la eutanasia intentando todo para cooperar con su hermano en los justos resarcimientos que la Divina Justicia le otorga para la conquista de la paz interior y de la evolución.

Extraído del libro “Después de la Tempestad”
Divaldo Pereira Franco

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     CUANDO ESTALLA UNA GUERRA

                              


En toda situación de catástrofe, puede invadirnos el miedo, que es la respuesta natural ante cualquier peligro. Pero ese miedo, cuando no se controla, cuando se entra en pánico, no nos sirve para poder resolver ninguna situación. Las preocupaciones son los elementos más limitadores que tiene el ser humano en el desarrollo ce sus capacidades. Debe ser previsor, pero eso es dedicación. La preocupación, lo único que hace es limitar las capacidades, y no permite en ningún momento que se pueda avanzar realmente, porque solo en el presente nos podemos desarrollar.

La oración es una de las actividades esenciales que nos permite dirigir nuestro espíritu, y la energía de la que se es capaz hacia los objetivos que nos planteamos, porque facilita que nuestros actos estén dirigidos correctamente a la consecución de los objetivos planeados.

Mantened una previsión razonable, pero centraros en el presente para resolver las cuestiones de la vida. Organizad vuestros recursos para manteneros en condiciones seguras, y confiad en la Providencia de Dios en todo momento, para que podáis mantener una actitud de tranquilidad, de estabilidad, que es la que os permitirá sentiros en la mejor predisposición, para resolver cualquier reto que se os plantee en la vida.

Ya os dijimos en otras ocasiones, que la oración, en el momento de pedir, nos está permitiendo centrar la atención en todas las cosas que podemos hacer, para poder contribuir a que se cumplan los objetivos. Dirigid por tanto, vuestras peticiones del mejor modo que sepáis para poder cumplir ese objetivo. Entended que las vicisitudes de la vida, no estarán siempre de acuerdo con vuestra voluntad a a vuestras intenciones, y por tanto, tampoco estarán de acuerdo con las peticiones que podáis hacer, porque Dios no nos da lo que pedimos, sino lo que necesitamos, pero las peticiones nos permiten enfocar cambios significativos en nuestras vidas para poder cumplir con esos objetivos que hemos definido, para poder dar los pasos en la dirección correcta del camino hacia Dios.

Así, tened las precauciones necesarias, haced cuanto os sea posible para poder contribuir a la paz, entre esas cosas está también la oración, para que podáis incrementar el nivel vibratorio de todos los que se encuentran en situaciones y experiencias difíciles, incluídos vosotros mismos también.

Seguid el camino del amor y siempre haréis lo correcto.

- ¿Acaso el amor detiene las balas y la violencia?-

El amor se puede comparar con la luz. El que da amor está emitiendo luz e ilumina a su alrededor, ilumina su camino, y permite que los demás, si lo desean, puedan iluminarse con esa luz. Pero es una elección que tiene cada cual.

- Pero imagínate que el enemigo no se ilumina con la luz que le muestras, ¿vas a dejar que te maten?

El objetivo de amar, no es que los demás, necesariamente, te amen, El objetivo del amor está en tu propia persona. Lo que puedan hacer los demás es su propia responsabilidad, porque en el plano encarnado, estáis aprendiendo, como en la escuela. Es una sala de entrenamiento, pero no es la vida real. La vida real se desarrolla en el plano espiritual, y de acuerdo al nivel vibratorio de cada persona, de cada ser, de cada espíritu, podrá entrar en el campo vibratorio de los demás espíritus similares, y la experiencia en el plano encarnado, consiste en poder elevar las cualidades de este espíritu a través de la experiencia de la carne, pero no se puede obligar a los demás a actuar de un modo o de otro.

Es lícito defenderse, ya lo hemos explicado en otras ocasiones, pero en ningún momento es lícito dirigir esa defensa revestida de odio, y por lo tanto, el daño que se puede hacer a un enemigo, siempre debe ser el mínimo posible, y esto es algo que es muy dificil de comprender, pero es imprescindible, para poder cumplir con el proceso evolutivo que se tiene en el plano encarnado.

- Médium: Vicente Lumbreras- Fecha 24-02-22 ( Extracto de la sesión completa)

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SOBRE LAS APARICIONES DE ESPÍRITUS

     Las apariciones propiamente dichas tienen lugar en estado de vigilia, y cuando uno goza de plena y entera libertad de sus facultades. Generalmente se presentan bajo una forma vaporosa y diáfana, algunas veces vaga e indecisa; a menudo es en el primer momento una luz blanquecina cuyos contornos se dibujan poco a poco. Otras veces las formas son acentuadas con claridad y se distinguen las menores trazos del rostro, al punto de poder hacer de ellas una descripción muy precisa. Los ademanes y el aspecto son parecidos a los del Espíritu cuando vivía.

Pudiendo tomar todas las apariencias, el Espíritu se presenta bajo aquella que mejor puede hacerle conocer si tal es su deseo.

De este modo, aun cuando el Espíritu no tenga ningún defecto corporal, se manifestará estropeado, cojo, jorobado, herido, con cicatrices, si esto es necesario para justificar su identidad. Esopo, por ejemplo, como Espíritu no es deforme; pero si se le evoca,aunque Esopo hubiera tenido después muchas existencias aparecerá feo y jorobado, con el traje tradicional. Una cosa notable es que a menos de circunstancias particulares, las partes menos dibujadas son los miembros inferiores; mientras que la cabeza, el tronco, los brazos y las manos, se presentan siempre claramente.

Tampoco casi nunca se les ve andar, sino deslizarse como sombras. En cuanto al traje, ordinariamente se compone de un ropaje terminando en largos pliegues flotantes; la apariencia de los Espíritus que no han conservado nada de las cosas terrestres, es al menos con una cabellera ondulante y graciosa; pero los Espíritus vulgares, aquellos que se han conocido, tienen generalmente el traje que tenían en el último periodo de su existencia.
 Muchas veces tienen atributos característicos de su elevación, como una aureola o alas para aquellos que puedan considerarse como ángeles mientras que otros llevan los que recuerdan sus ocupaciones terrestres; de este modo un guerrero podrá aparecerse con su armadura, un sabio con sus libros, un asesino con un puñal, etc.

Los Espíritus superiores tienen una figura bella, noble y serena;los más inferiores tienen algo de feroz y bestial, y algunas veces llevan aún las señales de los crímenes que han cometido o de los suplicios que han sufrido. La cuestión del traje y de todos estos objetos accesorios puede que sea la que más admira; volveremos a ella en un capítulo especial, porque tiene relación con otros hechos más importantes.

103. Hemos dicho que la aparición tiene algo de vaporoso; en ciertos casos se podría compararla a la imagen reflejada en un espejo sin alinde, y que a pesar de su limpieza no impide ver al través los objetos que están por detrás. Así, es generalmente, como los distinguen los médiums videntes; los ven ir y venir, entrar y salir de una habitación, circular entre los grupos de los vivos, teniendo el aire, al menos por lo que respecta a los Espíritus
vulgares, de tomar una parte activa en todo lo que se hace alrededor de ellos, de interesarse y escuchar lo que se dice. Frecuentemente se les ve acercarse a una persona, sugerirle ideas, influirla, consolarla si son buenos, ridiculizarla si son malignos, mostrarse tristes o contentos de los resultados que obtienen; sucede, en una palabra, lo mismo que en el mundo corporal. Tal es el mundo oculto que nos rodea, en medio del cual vivimos sin que lo apercibamos, así como vivimos sin tampoco apercibirlo en medio de las miríadas del mundo microscópico. El microscopio nos ha revelado el mundo de lo infinitamente pequeño que no sospechábamos; el Espiritismo, ayudado por los médiums, nos ha revelado el mundo de los Espíritus, que es también una de las fuerzas activas de la Naturaleza. Con ayuda de los médiums videntes hemos podido estudiar el mundo invisible, iniciarnos en sus costumbres, como un pueblo de ciegos podría estudiar el mundo visible, ayudado de algunos hombres que gozasen de la vista. (Véase el capítulo XIV, De los médiums el artículo concerniente a los médiums videntes).

104. El Espíritu que quiere o puede aparecer, reviste algunas veces una forma más clara todavía, teniendo todas las apariencias de un cuerpo sólido, hasta el punto de producir una ilusión completa y hacer creer que se tiene delante de sí un ser corporal.

En algunos casos, en fin, y bajo el imperio de ciertas circunstancias, la tangibilidad puede venir a ser real, esto es, que se puede tocar, palpar, sentir la misma resistencia, el mismo calor que de parte de un cuerpo vivo, lo que no impide el desvanecerse con la rapidez del rayo. Entonces ya no es por los ojos como se hace constar la presencia, sino por el tacto. Si se podía atribuir a la ilusión o a una especie de fascinación la aparición simplemente visual, la duda no puede tener lugar cuando se puede cogerla, palparla, y más aún cuando ella misma os coge y os estrecha. Los hechos de apariciones tangibles son los más raros; pero los que se han verificado en estos últimos tiempos por la influencia de médiums poderosos y que tienen toda la autenticidad de testigos irrecusables, prueban y explican lo que la historia confirma en lo referente a personas que se han mostrado después de su muerte con todas las apariencias de la realidad. Por los demás, como lo hemos dicho, por extraordinarios que sean semejantes fenómenos, todo lo maravilloso desaparece cuando se conoce la manera como se producen, y se comprende que, lejos de ser una derogación de las leyes de la naturaleza, no son otra cosa que una nueva aplicación de las mismas.

105. Por su naturaleza y en su estado normal el periespíritu es invisible, así como hay una porción de fluidos que sabemos que existen y que, sin embargo, no hemos visto jamás; pero pueden también, lo mismo que ciertos fluidos, sufrir modificaciones que le hagan perceptible a la vista, ya sea por una especie de condensación, ya por un cambio en la disposición molecular; entonces nos aparece bajo una forma vaporosa. La condensación (no es necesario tomar esta palabra a letra; sólo la empleamos a falta de otra y a título de comparación), la condensación, decimos, puede ser tal que el periespíritu adquiere las propiedades de un cuerpo sólido y tangible; pero puede instantáneamente volver a tomar su estado etéreo e invisible. Podemos darnos cuenta de este efecto por el del vapor, que puede pasar de la invisibilidad al estado nebuloso, luego líquido, luego sólido y viceversa. Estos diferentes estados del periespíritu son el resultado de la voluntad del Espíritu y no de una causa física exterior como en nuestros gases. Cuando nos aparece, es porque pone su periespíritu en el estado necesario para hacerle visible; para esto su voluntad no basta, porque la modificación del periespíritu se opera por su combinación con el fluido propio del médium; pero esta combinación no es siempre posible, lo que explica por que la visibilidad de los Espíritus no es general. Así, no basta que el Espíritu quiera mostrarse; no basta tampoco que una persona quiera verle; es preciso que los dos fluidos puedan combinarse, que haya entre ellos una especie de afinidad; puede ser también que la emisión del fluido de la persona sea bastante abundante para operar la transformación del periespíritu y probablemente otras condiciones que nos son desconocidas; por fin es menester que el Espíritu tenga el permiso de hacerse ver a tal persona, lo cual no siempre se le concede o sólo se le permite en ciertas circunstancias, por motivos que no podemos apreciar.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.


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