martes, 26 de abril de 2022

La necesidad de darse a los demás

    INQUIETUDES

1.-  La necesidad de darse a los demás

2.- Pérdida de seres queridos

3.- Tal como estaban

4.-  Abandono de familia y seres queridos por seguir a Dios



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  LA NECESIDAD DE DARSE A LOS DEMÁS         


 La vida a veces nos da la oportunidad de socorrer a  nuestros hermanos, y nuestras almas se sienten felices y contentas por gozar de esa oportunidad, si así es,  hay personas que  tienen una vida muy reducida, y  a veces solitaria, y lejos de  entregarse al descanso, a la inacción, buscan como realizarse en la vida, volcándose en los demás, sobre todo en aquellos, que lo pasan mal, y que necesitan de auxilio y socorro.

Son personas, que se las ve con algo especial, con un don  que les facilita la comunicación con las personas, unas se van a los hospitales y entran a ver a los enfermos, otras volcadas hacia los niños, crean instituciones para niños huérfanos, y se dedican a cuidarles y a abastecerles de lo necesario, pasan por la vida, sin apenas hacer ruido, solo el que se produce con su tareas desinteresadas, y con el eco que producen sus voces al consolar y al aconsejar aquellos que nada saben y que necesitan de una voz esclarecedora para poder continuar con su infortunio.

La caridad que se ejerce con total desinterés produce alegría y regocijo, no todos pueden ejercerla, por lo menos en lo que nos referimos aquí, en asilos, en colegios  y en instituciones dedicadas al socorro a los desvalidos. La mayoría de las personas cuando ya han formado su familia, tiene en ella un a labor a veces muy delicada que realizar, y mucho más en los tiempos que corren,  muchos padres,  se ven  forzados a salir al frente de sus hijos y nietos, porque la carencia de medios económicos, les ha dejado en la  pobreza, y cuando los padres son padres de verdad, se vuelcan en socorrerlos y ampararlos. Los que tienen una familia, poco pueden hacer a favor de los necesitados, por lo menos económicamente, todo lo necesitan para socorrer a los suyos, por eso vemos en el mundo personas que podríamos llamar solitarias, que no forman su familia en particular, que están dedicadas a servir a los necesitados, por eso se empeñan en crear para ellos un lugar de auxilio y de socorro, tal es el caso de nuestro querido Divaldo, la hermana Teresa de Calcuta, nuestro querido Chico Xavier y tantos y tantos jóvenes que hoy en día sensibilizados por la situación, se alistan en instituciones de cruz roja y otras ya de todos muy conocidas para ofrecer sus servicios desinteresados.

En el plano espiritual sucede lo mismo, en una  reunión mediúmnica después de haberse manifestado espíritus muy desequilibrados, y ser esclarecidos y ayudados, se presentó una mujer que decía que estaba con su esposo, y que ambos se sentían muy contentos porque  una vez que los espíritus rebeldes, y los que sufrían por su estado deplorable, eran esclarecidos y atendidos por la espiritualidad, ellos  los consolaban y seguían esclareciéndoles, que tenían al otro lado de la vida una casita muy hermosa, con muchas flores y que solían albergar  a espíritus, que por su dificultad, e ignorancia, debían sentir la misma lección para esclarecerlos muchas veces, pues si no lo hacían así, ellos caían de nuevo en la misma nostalgia y apatía, a veces desesperación, que su falta de fe, una vez que pasaba el momento de socorro y esclarecimiento, volvían otra vez a reincidir en sus miedos, en sus temores, en sus debilidades,  ellos necesitaban más y ellos se dedicaban además de cuidarles y atenderles, en pasar con ellos muchas horas de la tierra, en un atendimiento fraterno, esclareciéndoles en todas sus dudas. Después la  cariñosa señora, dijo que aquella tarde había sido especial, que entre los durmientes que se habían presentando  estaba su hijito, y que el no los reconoció, apenas abría sus ojos, espantados llenos de horror, para escuchar a los instructores, que le animaban a que se levantara  y siguiera junto a otros la dirección que ellos le indicaban, uno de ellos dirigió unas palabras cariñosas, que solo ellos y la médium intuían, animándolos a salir de las zonas tenebrosas, le  alertaban de la gran oportunidad, de esos momentos, en que el Padre les ofrecía su liberación, su oportunidad de resarcir de las sombras a la luz, y su hijo iba a quedar con ellos, aunque no los reconocería de momento, sabían ellos que cuando Dios lo permitiese, ellos podrían abrazarse como lo hacían en la Tierra, el como otros jóvenes de la ciudad, un día se fueron a servir a la patria, y  mataron sin tener enemigos, sin sentir la causa, que su patria defendía, y enredados en ese mundo, se aficionaron a matar, por matar, para en muchas cosas defenderse, pero no realmente por ninguna  razón particular,  cada día que pasaba y sin ninguna orientación,  se aficionaban a la misión de matar, siendo para ellos cada vez más fácil, sin sentir lo que hay siempre por detrás del frente de batalla. Un día como  otros muchos soldados, pereció, y solo sus padres lo supieron por la lista de caídos,  después la vida continuo para su esposo y para ella, hasta que desencarnaron, y ambos se juntaron al otro lado de la vida, y juntos sin haber hecho mal alguno,  recuperando sus logros de otras existencias, se decidieron a trabajar, con la esperanza de un día poder merecer el ver a su hijito.

La amable señora dando las gracias, se despedía, y  animaba a los de la reunión mediúmnica a seguir trabajando, que  era un hermosa tarea la que realizan los médiums, que no se desanimaran, porque el servicio a los desencarnados, nunca podrá desaparecer, ya que al otro lado de la vida, muchos no se reconocen, apegados a la tierra y a su ultima existencia, necesitan de ser oídos y atendidos, para despertar.

Como vemos la caridad enseñada por el Maestro Jesús y practicada por tantos laboriosos del bien, siempre produce un gran efecto en las personas y en los corazones enfermos, procuremos no desdeñarla cuando la oportunidad se presente, porque es así como sentiremos en nuestro interior sus efectos de paz y alegría, de regocijo. Aliviando el sufrimiento ajeno, nos olvidamos del nuestro, miramos la vida, con optimismo, y nada nos parece tan duro, como aquello que otros pasan y a los cuales nos toca ayudar.

- Mercedes Cruz-

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        PÉRDIDA DE SERES QUERIDOS

                                  


Cuando hablamos de pérdida de seres queridos, debemos tener presente lo que enseña el Espiritismo: Siendo nosotros Espíritus encarnados, al morir nuestro cuerpo, retornamos como Espíritus libres o desencarnados al mundo espiritual, de donde vinimos.

  Allá nos reencontraremos con familiares que regresaron antes que nosotros y a su vez, más tarde, se nos unirán los que aquí dejamos. Esto nos señala, que más que una pérdida, lo que ocurre en realidad es solo una separación temporal, por tanto nos queda la seguridad de que nos volveremos a encontrar con ellos.

  La separación por la muerte física, no provoca la ruptura de los lazos familiares; esos lazos se fortalecen en los momentos de reunificación familiar en el mundo espiritual y en próximas existencias corporales.

  Además la Doctrina Espírita nos explica que los seres espirituales continúan frecuentemente a nuestro lado, aunque no los percibamos, y que se interesan por nosotros, y sufren si nos ven sufrir ante la disconformidad que a veces se mantiene por  la pérdida de algún ser querido, y esta situación les dificulta a los recién desencarnados  la elevación a los planos espirituales superiores que les pueda corresponder. Por eso, el único remedio práctico y eficaz para beneficiarlos, es la oración y los buenos recuerdos que se puedan tener, que nos alegren a nosotros y a ellos.

( Extractado y retocado de un art. de Zona Espírita )

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               TAL Y COMO ESTABAN


     Duele observar a seres que renacen en la tierra en condiciones difíciles. 
       Respecto a éstos casos, es frecuente oír esta pregunta: ¿por qué sucede esto? 
         Una criatura que despunta desde la cuna con un desequilibrio mental o evidenciando grandes enfermedades denunciaría un extraño sadismo de la naturaleza. Sabemos, sin embargo, que la Divina Providencia se fundamenta en la justicia y la misericordia. Lo que ocurre es que todos aquellos que se matriculan en la escuela de la consanguinidad, por medio de la reencarnación, emergen en el núcleo familiar tal como estaban en el mundo espiritual. 
     Nunca está de mas afirmar que traemos individualmente la suma de todas las realizaciones que efectuamos en las múltiples existencias con las que fuimos favorecidos en el transcurso del tiempo. 
     Siendo los creadores de nuestro propio destino, tenemos en nosotros lo que de nosotros hemos hecho. 
    Cuando partimos del mundo físico hacia el plano espiritual con pensamientos culpables que oscurecen o conturban nuestra mente, somos portadores de inhibiciones y desequilibrios, los cuales son sufrimientos y rescates que nos hemos prescrito nosotros mismos, motivados por nuestra conciencia de débitos que afectan nuestra formación espiritual. 
      En tales condiciones, y a pesar de los afectos y recursos que usufructuemos en el mundo espiritual, en éste nos hallaremos quejosos y enfermizos, hasta que consigamos un nuevo renacimiento en el que nos sea posible la rectificación de las faltas cometidas en nuestro perjuicio o en el perjuicio de los demás. 
     Ante esas cunas de expiación. abracemos a esos compañeros complejos que golpean a las puertas de nuestra alma en solicitud de apoyo y comprensión. 
   Esos hermanos que resurgen mostrando obstáculos y dificultades en la vida orgánica no son candidatos a la eutanasia ni pimpollos del árbol humano que deban ser erradicados de la estructura hogareña. 
     Son amigos que te piden amparo y tratamiento adecuado en el reformatorio del tiempo y que contraen contigo benditas deudas de amor, que ,en el futuro, han de saberte gratificar.

-Lidia Gómez-


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ABANDONO DE FAMILIA Y SERES QUERIDOS POR SEGUIR A DIOS

                                                                      


“ABANDONO DE  PADRES, HIJOS, FAMILIA Y BIENES POR SEGUIR EL REINO DE DIOS”

 

                 Estas extrañas frases que se le atribuyen a Jesús, sin duda encierran un significado mas allá de lo aparente de este consejo  que parece  algo contradictorio con las leyes del Amor, la Justicia y la fraternidad que debe existir entre los seres humanos y más aún cuando estos pertenecen al mismo núcleo familiar.

 

                  Mas bien habría que tomarlas como una alegoría  por la que trataba de inculcar la idea de que por encima de los afectos  y apegos de este mundo, debemos  llevar nuestra conciencia  desde un punto de vista más elevado de lo que habitualmente lo considera el ser humano.  Cuando una obligación ética o moral elevada se nos presenta, no podemos dejar de hacerla con la excusa de que nos lo impide otro tipo de afectos u obligaciones.

 

                 En la vida debemos reflexionar y crear nuestra escala de valores del alma, esto es, los éticos y morales. Y ante la obligación  moral establecida ante un valor superior situado en esa escala, no podemos mirar para otro lado y dejar de afrontarla por otros valores que situados en la misma, ocupan puestos inferiores. Esto sería como si el avaro de bienes materiales, dejase de alcanzar el oro con la excusa de que debe de coger el plomo.

               

                 Jesús dio el ejemplo de esto cuando apenas era un adolescente, pues en un momento dado creyó conveniente aleccionar  y discutir en el templo con los sabios doctores y sacerdotes, antes de acudir al lado de su familia que lo reclamaban angustiados por la momentánea pérdida. El atendió la obligación moral de orden superior que esas circunstancias  consideró como mas importante, pero sin embargo no abandonó a su madre y a sus hermanos, con los que mas tarde se reunió.

 

            Al respecto, recuerdo un popular refrán español que dice que “ antes es Dios que los santos”.

 

                   Con ese mensaje no nos  puede estar pidiendo  Jesús que literalmente tengamos que abandonar a nuestros seres queridos para ir por el mundo de limosnero o de eremita. No tendría mucho sentido el invitarnos a abandonar los afectos familiares que Dios puso en nuestro camino, para aislarnos en una vida aislada e inútil en donde desde luego no vamos a encontrar a Dios.

 

                       Durante siglos, este episodio de la aparente sugerencia de Jesús,  fue tomado literalmente por tantos jóvenes, hombres y mujeres que  intentando servir a Dios, abandonaron a sus familias dejándolas muchas veces abandonadas a su suerte, en una desvirtuada interpretación religiosa, y se encerraron en claustros de conventos, condenados voluntariamente  a una  vida  antinatural y estéril, que en todo caso a ellos solamente podría servir, por lo que era un acto lleno de un egoísmo que el  Divino Maestro no pudo aconsejar.


                  Si debemos tener claro  sin embargo, que una vez establecida nuestra escala de valores, el valor principal será el de la opción de hacer el bien y ser útiles a cuantas mas personas, tanto mejor, haciendo fielmente  lo que nuestra conciencia nos dictamine como camino a seguir, pero sin que ello suponga crear el sufrimiento por abandono a nuestros familiares directos con quienes tenemos no solamente vínculos consanguíneos, sino también  lazos de carácter moral  y espiritual contraídos con ellos desde antes de esta vida actual.

 

            Jose Luis


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