martes, 11 de diciembre de 2018

La Solidaridad necesaria


Hoy veremos aquí:

     Proverbio aborigen
1.- El tortuoso y sufrido camino del Espíritu
2.-La Solidaridad necesaria
3.-La fe divina y la fe humana
   Pensamiento Platónico: La Música....
4.-Obsesión y desobsesión
5.-A tener en cuenta sobre la mediumnidad


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                                            PROVERBIO ABORIGEN

Todos estamos de visita en este momento y lugar. Solo estamos de  paso. Hemos venido a observar, aprender, crecer, amar y volver a casa .
-  Proverbio aborigen australiano -

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EL TORTUOSO Y SUFRIDO CAMINO DEL ESPÍRITU

Yo escribí ese trozo de manuscrito sin acordarme de que nunca tuviera que salir a la luz;pero las fuerzas que me inspiraban para que lo hiciera, si que lo sabían.. 
Esas mismas fuerzas invisibles son las que ahora se han apoderado de vosotros para que no pasara inadvertida la manera y por dónde tiene que pasar el espíritu para purificarse y emprender el camino de la regeneración.-


     El espíritu, "en sus principios " , es un tosco pedazo de hierro ( valga la comparación ). Este pedazo de hierro, para convertirse en un objeto artístico, tiene necesariamente que pasar por la fundición, donde, después de mil tormentos, completamente purificado, convertido en un objeto de arte, es la admiración de los que lo contemplan . 

Pues lo mismo acontece a los espíritus. Todos, absolutamente todos "sienten la necesidad" de pasar por la Gran Fundación, dejando en ella, a costa de sus justos tormentos, las imperfecciones adheridas a su espíritu, purificándose con el fuego de los sufrimientos. 
Este humilde y sencillo prólogo no tiene otro objeto que enseñar al hombre por dónde tiene que caminar; que comprenda y que se convenza de que nada es hijo del acaso, que todo es obra de nosotros mismos y que cuanto más se sufra y llore, más cerca se está de la felicidad . 


Amalia Domingo Soler. 


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                      La Solidaridad necesaria

Mucho se habla de Solidaridad en estos días en que tenemos acceso irrestringido a la información y que nos permite asistir casi instantáneamente a las noticias que suceden en cualquier lugar del mundo.
Pero es tanto el bombardeo de información que nos genera una especie de ansiedad por no saber cómo actuar o por la angustia de saber que poco podemos hacer con tantas situaciones adversas.
Una violación, un asesinato en ocasión de robo, un accidente en que muere un niño o inclusive una familia entera. Un país que se sume en el caos por el autoritarismo de un grupo, otro que amenaza con irrumpir atacando a otro con misiles nucleares, miles de migrantes que están a la deriva cuando no mueren masivamente en un naufragio… y un largo etcétera.
¿Cómo podemos ser solidarios en semejante panorama? ¿Qué significa ser solidario?
La palabra solidaridad viene del latín “solidus” que significa sólido, entero. Derivó en “soliditas” que hacía referencia a una realidad homogénea, entera y unida donde los componentes de ese todo eran de “igual naturaleza”.
Su raíz etimológica hace referencia a un comportamiento in-solidum, es decir, que enlaza los destinos de dos o más personas. Por lo tanto, ser una persona solidaria no se limita al ofrecimiento de ayuda, sino que implica un compromiso con aquel al que se intenta ayudar.
Para ser solidario entonces, es necesario comprometerse con la causa a la que vamos a dedicarnos.
Podríamos pensar entonces en varios niveles de solidaridad, pero veamos por lo menos dos: la que tenemos a nuestro alcance con la acción y la que sólo podemos comprometernos con el pensamiento y el sentimiento.
El solo hecho de tener una actitud receptiva frente a las necesidades que nos acercan o nos presentan ya es un paso en el sentido correcto, la intención de dar crea una energía positiva y acerca a las personas.
Estar a la defensiva, para que el dolor – “no nos haga mal”- nos cierra al contacto y a la acción.
Seguramente tenemos a nuestro alcance muchas oportunidades de ser solidarios con la familia o amigos, o alguna persona o Institución que conocemos y donde podemos actuar y ver el resultado de nuestra acción.
También podemos colaborar con ONGs como Médicos Sin Fronteras, o Unicef, que ayudan a paliar las situaciones terribles que pasan los niños y las familias en África y en otros lugares. Una donación con nuestra tarjeta de crédito puede hacer una gran diferencia y estaremos colaborando efectivamente para atenuar el sufrimiento de alguien de “igual naturaleza”.
Podemos sentirnos uno con nuestros hermanos venezolanos, que están sufriendo la peor crisis de su historia y con nuestro pensamiento y sentimiento pedir por ellos para que se resuelva la situación. Y podemos solidarizarnos con los que son nuestros amigos y llamarlos ofreciéndole apoyo afectivo y/o económico.
Las tremendas crisis de corrupción que vienen sucediéndose en Latinoamérica nos invitan a no quedarnos callados y actuar “solidariamente” elevando nuestra voz para que se tome consciencia de que si nos mantenemos indiferentes nada cambiará y seguiremos sufriendo ese tremendo flagelo de la inmoralidad de los políticos que aprovechan la inacción para seguir delinquiendo.
Como Espíritas sabemos que cada uno de nuestros actos impactan en el concierto universal, por lo tanto cada pequeño acto que hagamos tendrá su influencia para mejorar la situación de alguien que sufre.
La invitación de este pequeño artículo es para promover la acción participativa frente a los problemas que están sucediendo en nuestro planeta. Cada uno de nosotros puede hacer la diferencia con su pensamiento, con su sentimiento, pero sobre todo con su participación.
Podemos estar felices disfrutando la familia y agradecidos cuando estamos lejos de las situaciones adversas, pero nos sentiremos en paz cuando logremos sentirnos sólidamente unidos a los que sufren, no para sufrir con ellos, sino haciendo un aporte efectivo para que reciban un bálsamo.
“La solidaridad es un gesto que vuelve”, estemos alertas, la necesidad que hay es mucha.

Dante López    Ex-presidente de la CEPA (2008/2016)
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            La fe divina y la fe humana 

     La fe en el hombre es el sentimiento innato de sus destinos futuros; es la conciencia que tiene de sus facultades inmensas, cuyo germen ha sido depositado en él, primero en estado latente y que debe hacer desarrollar y aumentar, después por su voluntad de acción. 
     Hasta el presente la fe no ha sido comprendida sino por el lado religioso, porque Cristo la preconizó como palanca poderosa y porque en El se ha visto el jefe de una religión. Pero Cristo, que hizo milagros materiales, ha enseñado por estos mismos milagros lo que el hombre puede cuando tiene fe, es decir, la "voluntad de querer" y la certeza de que esta voluntad puede cumplirse. Los apóstoles, a su ejemplo, ¿no hicieron también milagros? 

          Pues ¿qué eran estos milagros sino efectos naturales cuya causa era desconocida a los hombres de entonces, pero que en gran parte se explican hoy y se comprenderán completamente por el estudio del Espiritismo y del magnetismo? 

      La fe es humana o divina, según como el hombre aplica sus facultades a las   necesidades terrestres o a sus aspiraciones celestes y futuras. El hombre de genio que 
persigue la realización de alguna grande empresa, consigue su objeto si tiene fe, porque 
siente en él que debe y puede realizarlo, y esta certeza le da una fuerza inmensa. El   hombre de bien que creyendo en su porvenir celeste quiere llenar su vida de nobles y   bellas acciones, saca de la fe, con la certeza de la felicidad que le espera, la fuerza   necesaria, y también con esto se realizan los milagros de la caridad, de afecto y de   abnegación. En fin, con la fe no hay malas inclinaciones que no lleguen a vencerse. 


      El magnetismo es una de las más grandes pruebas del poder de la fe puesta en acción: por la fe cura y produce esos fenómenos extraños que en otro tiempo se calificaban de milagros. 
      Lo repito, la fe es "humana y divina"; si todos los encarnados estuviesen bien   persuadidos de la fuerza que tienen en sí y quisieran poner su voluntad al servicio de esta fuerza, serían capaces de llevar a cabo lo que hasta el presente se han llamado prodigios, y que sencillamente sólo son desarrollo de las facultades humanas. 

(Un espíritu protector. París, 1863). 

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.

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“La música da alma al universo, alas a la mente, vuelos a la imaginación, consuelo a la tristeza y vida y alegría a todas las cosas.” 
Platón.

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OBSESIÓN Y DESOBSESIÓN

SUELY CALDAS SCHUBERT


 “(...) Los que ocasionan perturbaciones no se encuentran solamente en medio de ellas (de las Sociedades y de las reuniones), Sino también en el mundo invisible. Así como hay Espíritus protectores de las asociaciones, de las ciudades y de los pueblos, los Espíritus malhechores se unen a los grupos, del mismo modo que los Individuos. Se unen, primeramente, a los más débiles, a los más accesibles, procurando hacerlos sus Instrumentos y gradualmente van envolviendo los conjuntos, por eso es que tanto más placer maligno experimentan, cuanto mayor es el número de los que caen   bajo el yugo.”


(El Libro de los Médiums, Allan Kardec, item 340.)



Interesados en proseguir usufructuando de los vicios y de lo que consideran placeres, gran multitud de Espíritus hacen todo para impedir cualquier esfuerzo que busque liberar al ser humano de la inferioridad.


A través de los encarnados, tienen esos Espíritus posibilidades de sustentar el intercambio de energías desequilibradas. Por eso, luchan por mantener las posiciones conquistadas junto a los hombres, como también se empeñan en impedirles la renovación para el bien.



Bajo ese aspecto, toda y cualquier actividad noble que tenga por objetivo librar a las criaturas humanas del yugo de las pasiones inferiores será objeto de sus envestidas, a fin de proporcionarle el desarrollo. Natural es pues, que los Grupos Espíritas que luchan directamente con esos hermanos desencarnados sean blanco de su asedio, que se muestra especialmente intenso.



Todos nosotros, luchadores de la desobsesión, no ignoramos que somos vigilados atentamente por los obsesores. Al unirnos a algún caso de obsesión, automáticamente pasamos a recibir las vibraciones negativas de los perseguidores invisibles, que están actuando en el área bajo nuestro interés. Somos así investigados, analizados, acompañados. Meticulosamente examinados, ellos evalúan nuestra posición espiritual, la sinceridad de nuestros propósitos, la perseverancia en el bien, el esfuerzo que estamos empleando para mejorar y, está claro, las brechas que presentamos. Nuestros fallos y deficiencias son observados y aprovechados por ellos. Tienen incluso la intención declarada de sacarnos del camino, empleando, para alcanzar tal intento, todas las armas de que disponen.



Si estuviésemos invigilantes, descuidados, ofreciéndoles campo a las mentes desequilibradas que se acercan a nosotros y, encontrando desguarnecidas de nuestras defensas, tendrán posibilidades concretas de conseguir nuestro alejamiento y de regocijándose con nuestra caída.


Muchos son los medios usados por los obsesores, casi todos ellos bastante estudiados, pues ya sabemos que su acción es organizada. Usan varias técnicas, induciendo en los integrantes de los grupos las ideas que elaboran. Usan, por ejemplo, la idea del comodismo para apartar a las personas de las reuniones, generando argumentos del tipo; “las reuniones son buenas, pero hoy yo no voy porque trabajé mucho”; “yo ya produje mucho en las reuniones, por esto faltar hoy no hace mal”; “yo soy muy asiduo, todo el mundo falta, menos yo”; “estoy cansado, voy a orar en la casa, hace el mismo efecto”, etc.



Procuran diseminar la desconfianza entre los participantes, dando origen a pensamientos de este orden; ¿será que hablaron esto para mí?”; “pienso que están insatisfechos conmigo”; “creo que no confían en mí mediumnidad”, etc.



Son muchos, como es fácil de imaginar, los recursos empleados, resaltando también las maniobras en el sentido de agudizar el amor propio, la susceptibilidad, el personalismo, el apego a los puntos de vista personales, la vanidad y toda la cohorte de deficiencias que avasallan al ser humano.



La acción de esos obsesores, lógicamente, no queda circunscrita a los grupos mediúmnicos. Ella se extiende en busca de terreno fértil y lo que fue dicho para las reuniones vale igualmente para todo el movimiento espírita.



Esa es la razón por la cual los Benefactores Espirituales no se cansan de alertarnos, reiterando cada día los apelos a nuestra reforma íntima. La mayoría de nosotros aun somos bastante teóricos, sabiendo de memoria páginas, citaciones, libros, pero consiguiendo poco  vivir las enseñanzas adquiridas.

Los perseguidores son conscientes de eso. Saben perfectamente como nos resulta difícil vencer las pasiones que nos esclavizan, sobre todo en las circunstancias del día a día. Es a través de esas pequeñas brechas que intentan debilitar nuestras disposiciones más nobles.

Y, cuando sintonizamos en fajas inferiores, envueltos por esas vibraciones, tropezamos con los problemas de que otros compañeros son portadores, dejando que nuestra inferioridad contumaz asome, surgiendo, en consecuencia, los roces, las riñas, las divergencias difíciles de ser superadas.

No estamos queriendo decir que no deba haber divergencias. Estas son normales, lo que deseamos aclarar es que debemos vencer el apego a los puntos de vista y opiniones personales, los celos y las idiosincrasias que perturban el entendimiento, la fraternidad, la unión. Y no tengamos duda: de eso se aprovechan los obsesores para fomentar la cizaña.

Es admirable, bajo todos los aspectos, la presciencia de Kardec a ese respecto. Profundo conocedor del alma humana, nos legó preciosas advertencias a las cuales deberíamos estar atentos y, sobre todo, siempre predispuestos a atenderlas. Es de lo que trata el magistral capítulo 29 de “El Libro de los Médiums” – que por si sólo es una base de enseñanzas tan oportunas y actualísimas que se diría haber sido escritas en los días de hoy.

Nuestra preocupación, pues, debe ser la de sentir y vivir las enseñanzas de la Doctrina Espírita, y si alguna competición haya de existir entre nosotros “que no deberá ser sino la de hacer cada uno mayor suma de bien”. (Ob. Cit., item 349.)


Mensaje traducido por el Grupo Amor en Acción-España


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A tener en cuenta sobre la Mediumnidad

129. ¿El ejercicio de la mediumnidad es peligroso? 
− Como cualquier cosa, cuando se abusa o cuando no sabe servirse bien de ella. 

130. ¿Cómo podemos abusar de la mediumnidad? 
− Esto puede llegar de varias maneras: 

1 ° Cuando se sirve demasiado a menudo de ella, lo cual puede perjudicar a la salud. Un médium es un ser vivo y un depósito precioso de fuerzas psíquicas; pero estas fuerzas no son inagotables. Hay pues que finalizar las experiencias a los primeros síntomas de cansancio, y distanciar las reuniones para dejar al médium el tiempo de reconstituir su 
provisión fluídica. Los espíritus mismos son los primeros en cuidar de su médium y en advertirlo tan pronto como la fuerza psíquica comienza a agotarse; 

2 ° también abusamos de la mediumnidad cuando la usamos para entretenimientos frívolos y para la curiosidad pura del espíritu humano. El médium paga algunas veces muy cara esta fantasía temeraria; se expone a la obsesión y a la posesión de los malos espíritus. No se puede  abusar de los dones de Dios, sin ser severamente castigado. El médium, por regla general, jamás debe experimentar sólo. 

131. ¿Cómo pueden los médiums prevenir estos peligros? 
− Preparándose para sus funciones como para un ministerio sagrado, por la invocación, el recogimiento y la oración. 
El iniciado a los misterios antiguos tenía un ritual; se entregaba a la evocación sólo después de haberse preparado por la abstinencia y la meditación, en soledad. La ley no cambió en absoluto, quienquiera que haga caso omiso se expone a inconvenientes reales. 

132. ¿En un grupo espiritista, los miembros asistentes tienen también ciertos deberes que hay que cumplir? 
− Sí, y el primero, todos es unirse por la afinidad simpática de los fluidos y por el acuerdo unánime de las voluntades. Una sola voluntad discordante u hostil neutraliza el fluido colectivo y puede impedir la comunicación. Jamás hay que introducir en una reunión un elemento nuevo, sin haber pedido previamente la opinión del espíritu protector del grupo, porque sólo él juzgará las afinidades fluídicas del recién llegado. 

133. ¿Si los asistentes se mueven por un sentimiento de simple curiosidad o de 
escepticismo, qué sucederá? 
− Los asistentes tienen la clase  de espíritus que merecen. 
   Si son ligeros, tendrán espíritus ligeros y bromistas;  si son corruptos, tendrán espíritus 
impuros y depravados, cuyo contacto, incluso momentáneo, jamás es inofensivo. 

134. ¿Los grupos espiritistas deben estar limitados en cuanto al número de las personas que los componen? 
− No. no de forma absolutamente matemática; pero, por regla general, los grupos menos numerosos son los más unidos y por consiguiente los mejores. 

135. ¿Por qué? 
− Porque, si es ya difícil de armonizar los fluidos de cinco o seis personas con los del espíritu, esto es todavía más difícil cuando los miembros son más numerosos.  Es conveniente no ser menos tres y no más de doce. 

Asimismo es también conveniente fijar para las reuniones el mismo día de la semana y la misma hora.

( León Denis)



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Israelita de nascimento, viveu no lar paterno os preconceitos de sua raça contra o
Carpinteiro de Nazaré.Na verdade, porém, Fígner, como muitos outros judeus, não
tinha religião alguma.
Foi no Brasil e quando já negociante próspero, com seu estabelecimento comercial
e industrial no Rio de Janeiro e uma sucursal em São Paulo, que Fígner foi
chamado a conhecer a verdade.

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