martes, 6 de marzo de 2018

¿Por qué existirán las catástrofes naturales?



Hoy podemos ver aquí:

- Espíritu y materia
-Los últimos instantes de la última lucha
- Vida y coraje
-¿ Por qué existirán las catástrofes naturales?


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                   ESPÍRITU Y MATERIA


                                                    ( Espíritu Yolanda,materializado por D´Esperance)
   
En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. La Biblia, Génesis 1:1-2
Estos son los dos primeros versículos de la Biblia que hallamos en el libro de Génesis y son muy significativos. Vemos aquí, según la visión judeocristiana, como Dios preside y dirige la Creación del Universo material con sus planetas, soles, galaxias, cúmulos de galaxias, súper-cúmulos y demás objetos del espacio exterior, «los cielos», y, en particular, de la Tierra. Nos habla de la Creación de la materia visible e invisible, de la conocida y desconocida, de la ponderable y de la imponderable, de la materia y de la anti-materia tal como se vislumbra hoy en día por la ciencia terrena. Vemos también como el espíritu1 (de Dios) planea sobre todo ello, «las aguas», juntando, agregando, amalgamando, ordenando ese caos de materia primigenia, de gas y polvo estelar, moldeando en definitiva lo que vendría a ser nuestro querido planeta Tierra y sistema solar. Así tenemos aquí presentados los dos elementos básicos del Universo, de la Creación: el espíritu y la materia; juntamente con Dios, el creador, todo ello envuelto en un halo poético muy al uso de los tiempos y costumbres de los hebreos y pueblos orientales.
   En El Libro de los Espíritus2 , inspirado por los Espíritus superiores, volvemos a encontrar estos dos elementos en la respuesta a la pregunta 27: «¿Habría, de este modo, dos elementos generales en el universo: la materia y el espíritu?: Sí, y por encima de todo eso Dios, el creador, el padre de todas las cosas. Dios, el espíritu y la materia son el principio de todo lo que existe, la trinidad universal...”» ¿Coincidencia?, ¿concordancia?, me inclino más por lo segundo al considerar que la Biblia en su conjunto está, también, inspirada por los Espíritus superiores, en este caso los espíritus guías del pueblo hebreo. Debe diferenciarse aquí entre el espíritu como elemento primario del Universo y el Espíritu como entidad diferenciada, única, hecha a imagen y semejanza de su Creador, imperfecta en su origen, pero susceptible de adquirir todas las perfecciones a través de los tiempos infinitos, siempre empujada por la Ley Divina del Progreso y atraída por el Foco Central de Dios. Esos dos principios universales se han presentado casi siempre a lo largo de los tiempos como enfrentados y distantes. Y esa disociación u oposición entre espíritu y materia viene siendo objeto de debate desde tiempos remotos por los defensores de ambos bandos, los filósofos griegos de la antigüedad ya discutían sobre ello. Unos sosteniendo la supremacía del espíritu sobre la materia, otros negando la existencia del mismo y afirmando lo contrario. Eterno enfrentamiento de lo material y lo espiritual, de las sombras y la luz, del positivismo y del espiritualismo, de la materia y de la antimateria, de la energía y de la antienergía, que no lleva a ninguna parte.
    Debemos aceptar que son dos fuerzas del universo que se oponen y que se unen al mismo tiempo, se influencian y trabajan una sobre la otra y que van siempre unidas, al ser las dos originarias de una misma fuente, Dios. Dos tendencias que están irrevocablemente sentenciadas a convivir, en nuestro interior y a nuestro alrededor, y a entenderse, como un matrimonio bien avenido y dispuesto a buscar lugares de encuentro. Debemos buscar el equilibrio entre ellas, no dar más supremacía a una a despecho de la otra, sabiendo además que se necesitan la una a la otra. Una, la materia, para adquirir sus propiedades y mantenerse cohesionada dirigido por la otra, el espíritu, que a su vez la necesita para poder avanzar en su evolución. 1
     En algunas versiones de la Biblia, como la de Jerusalén, se emplea la palabra “viento”, expresión que volvemos a encontrar en los Evangelios cuando Jesús, dirigiéndose a Nicodemo (Juan 3:8) le dice: «El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu». Un ejemplo entre otros que nos muestra que «viento» es utilizado muchas veces como sinónimo de espíritu. 2

 KARDEC, A. Libro de los Espíritus, pregunta nº 27. 8 Revista Espírita de la FEE • ¿Tienen Alma los animales? • 

A estos dos elementos habría que añadir un tercero que es el Fluido Cósmico Universal. Éste actuaría como intermediario entre el espíritu y la materia para que el primero pueda interaccionar con el segundo, al ser dos elementos disociados tan diferentes uno del otro. Sería como una especie de campo de algún tipo de fuerza que emanaría del espíritu, subordinado al influjo de la voluntad del mismo.
   Para comprender esto, a mí me ayuda el imaginarme un pequeño experimento de física: Se coge un imán, una hoja de papel y limadura de hierro y se coloca el imán encima de una mesa, por ejemplo; la hoja de papel encima y se espolvorea la limadura de hierro encima de la hoja. Vemos como la limadura de hierro (la materia) va formando líneas sobre el papel alrededor del imán (el espíritu) siguiendo las líneas de fuerza del campo magnético (el fluido cósmico universal) generado entre los polos negativos y positivos, concentrándose particularmente en los mismos. Repito que esto sólo es un ejemplo para ayudar a la comprensión del fenómeno, ya que probablemente la realidad sea mucho más compleja y de hecho lo sea.
     Es gracias a la información aportada por los Espíritus superiores, que hoy conocemos la importancia de ese tercer elemento intermediario que viene a aportar alguna luz sobre cómo pueden interactuar espíritu y materia siendo tan dispares el uno del otro, el uno inmaterial y el otro “inespiritual”, si se me permite el neologismo. También lo encontramos a menor escala en el ser vivo, bajo el nombre de periespíritu, o cuerpo espiritual como lo llamaba el apóstol Pablo 3 , formado de la misma materia espiritual, cumpliendo la misma función de intermediario entre el cuerpo físico y el espíritu, revistiendo y acompañando siempre a este último por muy elevado que sea, con la particularidad de que, conforme a la elevación del Espíritu, se hace más sutil y menos denso. Ese periespíritu sería, entre otras propiedades, el agente mediante el cual los espíritus pueden manifestarse y hasta revestirse temporalmente de materia, el ectoplasma4 exudado por los médiums, para formar un “fantasma” visible al común de los mortales y por añadidura susceptible de ser fotografiado.
    Famosos son los casos de levitación, materialización de objetos, manos, caras y cuerpos enteros producidos con la ayuda de médiums, bajo el riguroso control de científicos de renombre, tales como W. Crookes, A. R. Wallace, C. Richet, C. Lombroso, C. Flammarion5 , T. G. Hamilton6 y otros. Los científicos, que no han estudiado el fenómeno a fondo, aún no han aceptado esas evidencias científicas como válidas, lo tachan de fraude por parte de los médiums que han conseguido engañar por medio de artimañas la buena fe de los colegas que lo han observado.
     Y así seguimos, tras siglos y siglos de discusión, con la eterna división entre espíritu y materia, espiritualismo y materialismo ¿Será posible algún día aunar esas dos fuerzas en la humanidad terrena? ¿La ciencia oficial aceptará algún día la existencia del espíritu como fuerza real del universo? ¿Las confesiones religiosas aceptarán las conclusiones de la ciencia? Yo creo que sí y el Espiritismo, como ciencia de observación de esos fenómenos que pretende ser y como filosofía espiritualista que es, aboga por ello. Posiblemente no lo veamos en vida ninguno de los que estamos ahora aquí, pero llegará, no lo dudo, y como espíritus eternos que somos, lo veremos.

3 La Biblia, I Cor., 15:44 
4 Ectoplasma: nombre con el cual Charles Richet designó una sustancia corporal, exudada por los médiums de efectos físicos en trance a través de los poros y diversos orificios del cuerpo. 5 FLAMMARION, C. Las fuerzas naturales desconocidas. Barcelona : Maucci, 1908? 6 Véase: Los archivos de T.G. Hamilton. [En línea ]

-Javier Rodriguez- Revista nº 9 de la FEE

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                      LOS ÚLTIMOS INSTANTES DE LA                              ÚLTIMA LUCHA

El espíritu se adhiere tanto más a la vida corporal cuanto no ve nada más allá. 
Siente que se le escapa y quiere retenerla. En lugar de abandonarse al movimiento que le arrastra, resiste con todas sus fuerzas, pudiendo así prolongar la lucha durante días, semanas y meses enteros. 
Sin duda en este momento el espíritu no tiene toda su lucidez. La turbación ha comenzado mucho tiempo antes de su muerte, pero por esto no sufre menos, y la vaguedad en que se encuentra, la incertidumbre de lo que vendrá a ser de él, aumentan sus angustias. 
Llega la muerte, y no se ha acabado todo. La turbación continúa, siente que vive, pero no sabe si es de la vida material o de lavida espiritual. 
Lucha todavía hasta que las últimas ligaduras del periespíritu se rompen. La muerte 
ha puesto término a la enfermedad efectiva, pero no ha tenido sus consecuencias. 
Mientras existen puntos de contacto entre el cuerpo y el periespíritu, el espíritu siente los achaques de aquél, y sufre. 

ALLAN KARDEC.


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VIDA Y CORAJE

Nadie consigue evolucionar y elevarse sin el coraje de aceptarse tal cual es para hacer lo mejor de sí.
De cierto los que erraron y nunca sufrieron estarán aun en la escala cero, en materia de experiencia.
Ningún progreso fue hecho y ni será hecho sin los riesgos.
Pesimismo es impedimento de creación voluntaria.
Recelo en el sacrificio, en tratándose de hacer lo mejor, es atraso en la marcha.
Trabajar sirviendo es participar, y participar es vivir corajosamente.
Todos aquellos que se preservan demasiado contra obstáculos y pruebas acaban huyendo de las tareas que les compete desenvolver.
El Espíritu que colabora en la construcción de la felicidad general no se molesta con la visita de la injuria, como sembrador que, con el fin de enriquecer el establo, no se irrita contra los detritos de la tierra a que se dedica.
En la contabilidad del bien de todos, más vale imperfección que trabaja en auxilio a los otros, en el proceso de perfeccionamiento del alma, que virtud inerte con miedo a perderse.
Todos nosotros – los espíritus aun vinculados a la Tierra – somos colectivamente considerando, vasto rebaño de criaturas en evolución. Más aquel  que no tenga coraje en pensar, actuar y renovarse a solas, cuando el estallido del rebaño lo plante, estará por mucho tiempo en la rueda de repetición, ya que sin coraje de ser lo que somos, operando y cooperando para cumplir el deber que la vida nos atribuye, no encontraremos progreso y ni seremos útiles a nadie.
Por el Espíritu André Luiz – Del Libro: Dialogo de los vivos. Médium: Francisco Cándido Xavier y J. Herculano Pires – Diversos Espíritus.

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          ¿ POR QUÉ EXISTIRÁN  LAS 
           CATÁSTROFES NATURALES?

Las catástrofes naturales que vemos en forma de maremotos, inundaciones, terremotos,  huracanes, incendios, lluvias ácidas, cambios climáticos, etc, que afectan  frecuentemente  al Ser humano, siempre vienen a ser un acicate y  un motivo para que los afectados, a causa del sufrimiento común, se vean abocados a desarrollar la inteligencia, la paciencia, el altruismo, la abnegación, la ayuda mutua, la piedad, la solidaridad, la fraternidad, y en definitiva, toda una serie de aptitudes positivas necesarias para superar estas situaciones y salir adelante.
A veces estas catástrofes naturales que afectan dolorosamente a pueblos o colectivos, tienen como causa oculta alguna deuda  colectiva  desde anteriores existencias, tal vez, desde épocas remotas,  que afecta a las poblaciones que las sufren, pero desde luego estas “desgracias” naturales nunca suceden  por azar o por casualidad, sino que  aunque comúnmente no se conozcan los por qué, y la única explicación que se les dé sea la de la casualidad o la mala suerte, el caso es que  bajo el punto de vista  de un conocimiento espiritual, podremos comprender que con frecuencia son necesarias para  la continuidad del proceso evolutivo espiritual  en los Seres humanos afectados.
Otras muchas veces,  estos fenómenos que suponen las  catástrofes naturales y que  alteran  por sí mismos la  fisiología y la ecología de nuestro planeta o de una zona del mismo,  tienen que ver con la polución ambiental y con el desvarío humano del cual  son su efecto. Asimismo es de señalar que el cambio climático que  estamos generando entre todos, aun sabiéndolo pero creyendo que la naturaleza de la Tierra tiene una capacidad casi infinita de regeneración por sí sola, por lo que  llevados por nuestra ansia de excesivo bienestar material o por intereses económicos o políticos, y sin tener en cuenta el futuro ambiental que tendrán que afrontar nuestros hijos y nietos, ignorando que podemos ser nosotros mismos en otra nueva vida futura quienes nos encontremos de cara con este mundo difícil que ahora generamos  de modo tan egoísta e inconsciente, , sin importarnos otra cosa que la vida del ahora o el momento presente, negándonos  que pueda haber un futuro  y que ese futuro no es que vaya a afectar  solamente a otras generaciones venideras, extrañas, no; es que esas generaciones de un futuro que ahora no consideramos,  precisamente estarán formadas por muchos de los que  ahora cerramos los ojos a esta realidad cuyas consecuencias algún día recibiremos plenamente.   La degradación ambiental con un aumento progresivo y acelerado, viene generada por  causas que  actualmente estamos poniendo en marcha  los humanos sin importarnos las consecuencias, y esto está  creándonos un karma colectivo a nivel planetario, que algún día deberemos afrontar  cuando, tal vez en otra generación, seamos los protagonistas del sufrimiento de catástrofes que ahora estamos preparando para el futuro, de un  modo absurdo e inconsciente.

- Jose Luis Martín- 


“Pero el Karma no olvida jamás, ni toma en cuenta el hecho de que los hombres olviden. Si quieres entrar en el Sendero, debes reflexionar en las consecuencias de aquello que haces, para no ser culpable de crueldad inconsciente”

                                                 -Krishnamurti-

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