viernes, 30 de marzo de 2018

Liberando los afectos



 Para ver hoy:

-Sobre los Espíritus- Observaciones
- El Tránsito
-¿Por qué no recordamos las vidas anteriores?
-Liberando los afectos


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               SOBRE LOS ESPÍRITUS    

                                  Observaciones 

Los espíritus pueden venir con formas diferentes y tienen la capacidad de deslizarse sin ningún movimiento aparente. 

Su aparición requiere una cantidad increíble de energía para llegar a nuestra vista y oído. 


Un médium experimentado se acostrumbra pronto a las limitaciones físicas de esas almas elevadas y sabe cuando la comunicación se acerca a su finalización. 


El mundo de los espíritus es nuestro mundo futuro y es muy diferente al nuestro. 


Un guía espiritual es un protector. 


Pocos son los afortunados en llegar a conocer incluso sus nombres. 


Los espíritus eligen visitar a quien quieren y cuando quieren. 


Nosotros seguimos el tiempo lineal,para ellos no existe el tiempo. 


Los espíritus pueden encontrarse en un estado mental confuso,algunos incluso están enfadados y son hostiles,depende del grado de progreso que alcanzaron. 


Normalmente se comunican con el pensamiento, los espíritus más elevados, aconsejando para que tomemos las mejores resoluciones. 


También podemos verlos en sueños, incluso en ocasiones oírlos. 


Tenemos a nuestro guía espiritual y también tenemos espíritus protectores,sobre todo en los momentos difíciles de nuestras vidas, con el propósito de aconsejarnos mediante la voz de nuestra conciencia y ayudarnos en lo que puedan y les esté permitido. 


Angeles C.M


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                   EL TRÁNSITO 

No se excluyen por la confianza en la vida futura los temores del tránsito de esta vida a la 
otra. Muchos no temen la muerte por el hecho de morirse, lo que temen es el momento de la transición. ¿Se sufre o no se sufre en el tránsito? He aquí lo que les ocupa más, y la importancia de este asunto es tanto mayor cuanto con toda seguridad nadie puede evitarlo. Puede uno dejar de hacer un viaje terrestre, pero aquel camino han de recorrerlo todos, ricos y pobres, y por doloroso que sea, ni la clase social, ni la fortuna, pueden endulzar su amargura. 

2. Al ver la calma de ciertas muertes y las terribles convulsiones de la agonía en algunas 
otras, se puede ya considerar que las sensaciones no son siempre las mismas. Pero, ¿quién puede hacernos una reseña respecto de esto? ¿Quién nos describiría el fenómeno fisiológico de la separación del alma y del cuerpo? ¿Quién nos dirá las impresiones que se sienten en este instante supremo? Sobre este punto, la ciencia y la religión enmudecen. 
¿Y por qué? Porque falta a la una y a la otra el conocimiento de las leyes que rigen las 
relaciones del espíritu y la materia; la una se detiene en el umbral de la vida espiritual; la otra en el de la vida material. El Espiritismo es el lazo de unión entre las dos. Él solo puede referir cómo se opera la transición, y sea por las nociones más positivas que da de la naturaleza del alma, ya sea por lo que informan los que han dejado la envoltura material. El conocimiento del lazo fluídico que une el alma y el cuerpo es la clave de este fenómeno, así como de muchos otros. 

3. La materia inerte es insensible, éste es un hecho positivo. Sólo el alma experimenta las 
sensaciones del placer y del dolor. Durante la vida, cualquier separación de la materia se refleja en el alma, quien recibe por ello una impresión más o menos dolorosa. El alma es la que sufre y no el cuerpo. Éste no es más que el instrumento del dolor, el alma es el paciente. 

Después de la muerte, estando el cuerpo separado del alma, puede ser impunemente 
mutilado, porque nada siente. El alma, cuando está aislada, no sufre por la desorganización de este último. Tiene sus sensaciones propias, cuyo origen no está en la materia tangible. 
El periespíritu es la envoltura fluídica del alma, de la cual no se separa ni antes ni después 
de la muerte, con la que no forma, por expresarlo así, más que uno, porque no puede concebirse el uno sin el otro. Durante la vida, el fluido periespiritual penetra en el cuerpo en todas sus partes y sirve de vehículo a las sensaciones físicas del alma. Por este intermediario obra también el alma sobre el cuerpo y dirige sus movimientos. 

4. La extinción de la vida orgánica causa la separación del alma y del cuerpo por la rotura 
del lazo fluídico que los une, pero esta separación jamás es brusca. El fluido periespiritual se separa poco a poco de todos los órganos. de modo que la separación no es completa y absoluta sino cuando no queda un solo átomo del periespíritu unido a una molécula del cuerpo. La sensación dolorosa que el alma experimenta en semejante momento está en razón de la suma de los puntos de contacto que existe entre el cuerpo y el periespíritu, y de la mayor o menor dificultad y lentitud que ofrece la separación. Es preciso, pues, entender que, según las circunstancias, la muerte puede ser más o menos penosa. 

Allan Kardec.

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"Obedeced más a los que enseñan que a los que mandan". 
San Agustin

                         
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¿Por qué no recordamos las vidas anteriores?

   Sabemos que la manifestación exterior del Espíritu humano se realiza a través del cerebro físico, y esta actividad cerebral es lo que conocemos como Mente.
 Durante el estado normal de vigilia el cerebro trabaja emitiendo ondas electromagnéticas tipo “Beta”, con un ritmo de frecuencia que oscila por encima de trece ciclos por segundo.
 En un siguiente nivel más lento, entre siete y doce ciclos por segundo, la mente emite en ondas “Alfa ” que nos sitúa en un estado de relajación corporal profundo y un estado mental abierto y concentrado, capaz de captar sensaciones muy sutiles que desde el nivel mental “Beta” no son percibidas. Este es un estado de una especial concentración mental sobre lo que necesitamos enfocar, al tiempo que nos sentimos como “flotar” en un estado de paz y de calma interior.
     En otro nivel todavía más lento y profundo, la mente funciona en ondas “Theta” que oscilan entre ocho y cuatro ciclos por segundo; aquí se producen los estados de ensoñación, fantasía y creatividad. 
   Por último existe el estado mental “Delta”, más lento aún, en donde la mente trabaja entre  uno y cuatro ciclos por segundo; este estado es el  del sueño profundo en el que se pierde la consciencia por completo debido a que el Espíritu  permanece disasociado y a veces muy lejos del cuerpo físico al que solo queda ligado por el “Cordón de Plata”  de su cuerpo astral.
     La Mente humana actúa no solo  a nivel consciente, sino que también lo hace en otros niveles más desconocidos, como lo son el inconsciente y el subconsciente.
 A veces desde estos niveles de conciencia afloran hasta el nivel mental “Beta” ideas y recuerdos que no se han adquirido a través de  los sentidos físicos conscientes y normales. La memoria que almacenamos en nuestro actual cerebro  físico  solamente recuerda conscientemente lo que hemos vivido en esta vida, durante  momentos normales de relación y de vigilia,en donde ha funcionado en un normal nivel de ondas Beta. 
   La memoria  extracerebral  es  la  llamada  memoria Subconsciente  o memoria del Alma, a la que se puede acceder a través de métodos hipnológicos.
    Como nuestro cerebro físico  no es el mismo que tuvimos en vidas anteriores, sólo almacena y contiene lo que hemos grabado en él desde que nacimos hasta ahora, pero los recuerdos de aquellas otras vidas, naturalmente,  no están grabados en él . Sin embargo esos recuerdos sí que existen a nivel de nuestra memoria subconsciente ; esta radica en nuestro cerebro psíquico , que es el cerebro del Cuerpo Espiritual o Perispíritu,  y que contiene el recuerdo más o menos detallado o residual de  estas pasadas experiencias que ahora se manifiestan en  la mentalidad y en el carácter de la nueva personalidad humana que revestimos actualmente. La memoria subconsciente deja como  un “poso de experiencia” en la nueva personalidad del espíritu reencarnado, tal como el carácter, inclinaciones, y tendencias grabadas en el  Ser espiritual.
    Así nos explicamos el por qué el común de los humanos, tenemos olvidados recuerdos conscientes de circunstancias, detalles  y situaciones que experimentamos durante nuestras vidas anteriores ; pero sin embargo la esencia de lo que aprendimos que es lo que lo que hemos ido ganando en moralidad, virtudes, inteligencia e intuición, es nuestro patrimonio espiritual y personal que  no  hemos perdido y forma parte de nuestro bagaje espiritual a nivel del inconsciente , que es el que condiciona la personalidad consciente de cada ser humano.   Este  archivo de conocimientos y experiencias nos sirve para afrontar con posibilidad de éxito  las dificultades y  problemas que se nos presentan en nuestra vida actual.  Seguramente Platón se refería a esto cuando afirmaba que las almas saben lo que recuerdan.
     De otra parte, este olvido consciente de lo experimentado en otras vidas, tiene que ver con nuestro actual estado evolutivo, porque en otros  mundos físicos de mayor nivel evolutivo moral, y de materia también más sutil, están más desarrolladas las facultades psíquicas y mentales, y los recuerdos de esta clase afloran más frecuentemente, con nitidez, y son más normales que en nuestro mundo. 
    Sin embargo si este recuerdo lo tuviésemos  normalmente los humanos en nuestro actual momento evolutivo, ello  nos podría perturbar y afectar negativamente; por ejemplo, imaginemos que  en la persona que tenemos cerca  en la familia, compañeros, amigos etc., reconocemos  a un temido u odiado enemigo del pasado, que nos hizo mucho daño; esto haría renacer en nosotros viejos resentimientos y temores que impedirían la normal relación entre ambos. . Por tanto solo se debe intentar acceder a este conocimiento con motivos y fines terapéuticos, conducidos por  personas altamente especializadas en el campo de la Psicología y de la Psiquiatría, para resolver problemas psíquicos actuales.
   No cabe duda de que si Dios en Su infinita Sabiduría, ha dispuesto que el ser humano tenga normalmente un olvido de su pasado en otras vidas, es porque sabe perfectamente que este recuerdo nos perjudicaría debido a nuestro actual nivel de desarrollo espiritual ,porque ello sería muchas veces un serio obstáculo para nuestra normal evolución. Por ejemplo, si un padre reconociese en un hijo al asesino de su familia en la anterior existencia, no podría dejar de sentir odio, resentimiento y hasta deseos de venganza.
    Entonces vemos como en nuestro nivel evolutivo para lograr una normal evolución, solo necesitamos trabajar día a día en nuestro interior y en nuestra acciones para con los demás, luchando por las conquistas espirituales: Amor, Paciencia, Sabiduría, etc, pero no necesitamos sin embargo, el recuerdo consciente de las circunstancias de vidas anteriores que no pasaría de ser una mera curiosidad morbosa, y generalmente un impedimento para nuestro normal desarrollo espiritual.
    Con el olvido del pasado, es como si en cada existencia en la Tierra Dios nos dijese: ”Corramos el tupido velo del olvido” para volver a recomenzar conservando, eso sí, los valores conquistados con anterioridad..

- Jose Luis Martín -

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“ ¿ No sería un martirio para nosotros,recordar nuestros actos delictuosos, nuestras víctimas, nuestros victimarios y aun nuestras vergüenzas de vidas recientes? “
                           -Sebastián de Arauco (Tres Enfoques...)-


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LIBERANDO LOS AFECTOS
 Al final del invierno, cierto día, cuando las flores de la primavera comenzaban  su sublime trabajo de recubrir los campos  resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
La despedida fue dolorosa. Las manos calientes de los que quedaron deseaban retener aquel cuerpo inerte, sin vida, sin movimiento.
Inconformados preguntaban: ¿por qué justo él, que era tan gentil y cariñoso con todos?
¿Por qué justamente el, que sabía hablar y callar, consolar y distribuir entusiasmo tuvo que volver?
¿Por qué él, que era un buen hijo, buen hermano, buen esposo y buen padre?
¿Por qué se lo llevó Dios?  
Porqué no se llevó a los criminales reticentes, a los corruptos inveterados,  a los infieles, en fin, porque  no se llevó a los hombres que degradan la sociedad.
La respuesta para todos esos cuestionamientos es muy simple.
Consideramos que la vida en la Tierra  es una oportunidad de crecimiento  para el espíritu inmortal.
La existencia, en el cuerpo físico, es una experiencia necesaria para que el espíritu  progrese en la conquista de su felicidad.
Seria, por así decir, un tipo de prisión, donde él puede  quitar sus deudas para con las leyes divinas y conquistar nuevas virtudes.
Siendo así, quien tiene pocos débitos se libera antes. Quien tiene menos compromisos se libera de ellos en menor tiempo.
¿De esa forma, por qué queremos que nuestro ser querido permanezca en la cárcel  si ya recibió  el edicto  de soltura?
No seria justo, ni desde el punto de vista ético ni desde el  racional.
No queremos decir con esto que todos los que se liberan antes son menos deudores, pues esa no es la realidad.
Como sabemos, muchos parten antes del tiempo por imprevisión o por los abusos de todo orden.
Lo que nos gustaría enfatizar es que aquellos que parten naturalmente, por los medios establecidos  por la divinidad, sin la intervención egoísta del hombre, pueden estar recibiendo su carta de emancipación, y por esa razón alzan el vuelo antes que nosotros.
Morir, para el justo,  es liberarse. Es matar el pesar  de los afectos que lo antecedieron en el viaje de vuelta. Es recibir las glorias de la victoria por haber vencido más de una etapa en el mundo físico.
Y morir para el injusto, es depararse con el tribunal de la propia conciencia al acusarlo  por no haber sido lo bastante tenaz para vencerse a si mismo, y por no haber logrado conquistar más virtudes.
Es por esa razón que no debemos lamentar la muerte de los justos, sino la de aquellos que desperdician la existencia buscando el gozo exclusivo del cuerpo, sin pensar en el espíritu, único que sobrevive más allá de la aduana del túmulo.
 Cierto día, al final del invierno, cuando las flores de la primavera comenzaban su sublime trabajo de recubrir los campos resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
¿Sería esto el fin?
No. Es apenas el crepúsculo de una existencia que se cierra, y la aurora de una nueva etapa que se inicia, en la Vida que nunca cesa.
Redacción del Momento Espirita

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