sábado, 10 de marzo de 2018

Medicina y sentimientos



Contenido de la publicación de hoy:

- Algunas palabras de Kardec sobre el Espiritismo
- ¿ Es necesaria la religión ?
- Medicina y sentimientos
- Directrices de seguridad




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        ALGUNAS  CONSIDERACIONES DE ALLAN KARDEC SOBRE EL ESPIRITISMO


     La doctrina que enseñan hoy los espíritus no tiene nada de nuevo; se encuentran fragmentos de ella en la mayor parte de los filósofos de la India, de Egipto y de Grecia, y completa en la enseñanza de Cristo. ¿A qué viene, pues, el Espiritismo? A confirmar con nuevos testimonios, a demostrar con hechos, verdades desconocidas o mal comprendidas, y a restablecer en su verdadero sentido aquellas que han sido mal  interpretadas o voluntariamente alteradas. 

     Cierto es que el Espiritismo no enseña nada nuevo: ¿Pero es poco probar de una 
manera patente e irrecusable la existencia del alma, la supervivencia al cuerpo, su 
individualidad después de la muerte, su inmortalidad, las penas y las recompensas 
futuras? 

     Desde el punto de vista religioso, el Espiritismo tiene por base las verdades 
fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la inmortalidad, las penas y las 
recompensas futuras, pero es independiente de todo culto particular. Su fin es probar la 
existencia del alma a los que la nieguen o dudan de ella; que sobrevive al cuerpo, y que 
sufre después de la muerte las consecuencias del bien o del mal que ha hecho durante la 
vida corporal, lo cual pertenece a todas las religiones. 

       Como creencia en los espíritus, pertenece a todas las religiones y forma parte de 
todos los pueblos, puesto que donde hay hombres hay almas o espíritus, y puesto que las 
manifestaciones han tenido lugar siempre, y su relato se encuentra en todas las religiones 
sin excepción. Se puede ser, pues, griego o romano, protestante, judío o musulmán, y 
creer en las manifestaciones de los espíritus, y por consiguiente, ser espiritista; la prueba 
está en que el Espiritismo tiene adeptos en todas las sectas. 

      Como moral, es esencialmente cristiano, porque la que enseña no es más que el 
desarrollo y la aplicación de la de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad no es 
negada por nadie; prueba evidente de que es la ley de Dios, y que la moral está a 
disposición de todo el mundo. 

     Siendo independiente el Espiritismo de toda forma de culto, no prescribiendo 
ninguno, y no ocupándose de dogmas particulares, no es una religión especial, porque no 
tiene sacerdotes ni templos. A los que le preguntan si hacen bien o mal en seguir tal o 
cual práctica, responde: Si creéis vuestra conciencia obligada a hacerlo, hacedlo: Dios 
tiene siempre en cuenta la intención. En una palabra, no impone a nadie; no se dirige a 
los que, teniendo fe, están satisfechos de ella, sino a la numerosa categoría de los 
vacilantes e incrédulos. 



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                   ¿ ES NECESARIA LA RELIGIÓN ?

 La religión, bien entendida, debería ser un vinculo para unir a los hombres entre si y los estrechase con un mismo pensamiento al principio superior de todas las cosas.
 Existe en el alma un sentimiento natural que la orienta hacia un ideal de perfección en el cual identifica el Bien y la Justicia.
 La verdadera religión no es una manifestación exterior; es un sentimiento, y es  en el corazón humano donde está el verdadero templo de lo Eterno. La verdadera religión no puede ajustarse a reglas  ni ritos estrechos. No necesita formulas ni imágenes; se preocupa poco de los simulacros y de las formas de adoración, y no juzga a los dogmas sino por su influencia en el perfeccionamiento de las sociedades.
 La verdadera religión abarca a todos los cultos, a todos los sacerdocios; se eleva por encima de ellos y les dice: ¡La verdad está más alta!
 Todos los hombres no están en el estado de alcanzar esas cimas intelectuales. Por eso es por lo que  se imponen la tolerancia y la benevolencia. Si el deber nos incita a separar a los buenos espíritus de las manifestaciones vulgares de la religión, es preciso abstenerse de arrojar la piedra a las almas dolientes, desconsoladas, incapaces de asimilar las nociones abstractas  y que encuentran  en su fe ingenua un sostén y una conformación.
     Hoy en día el número de creyentes sinceros a disminuido, la idea de Dios, antes sencilla y grande en las almas, ha sido desnaturalizada por el temor al infierno; ha perdido eficacia. En la imposibilidad de elevarse a lo absoluto, algunos hombres han creído necesario adaptar a su forma y a su medida todo lo que quisieran concebir. De esta forma han rebajado a Dios hasta su propio nivel, atribuyéndole sus  pasiones y sus debilidades, reduciendo la Naturaleza y el Universo, y, a través de su prisma de ignorancia, han descompuesto en diversos colores el puro rayo de la verdad.
 Las claras nociones de la religión han sido oscurecidas a propósito. La ficción y la fantasía han engendrado el error, y este, condensado en el dogma, ha surgido como un obstáculo en el camino de los pueblos.
 La Luz ha sido velada por aquellos que se consideraban  como los depositarios de ella, y las tinieblas en que se querían envolver a los demás se han producido en ellos y alrededor de ellos. Los dogmas  han pervertido el sentido religioso, y el interés de casta ha falseado el sentido moral. De aquí un cúmulo de supersticiones, de abusos, de prácticas idolatras cuyo espectáculo ha lanzado a tantos hombres a la negación.
 Las religiones son manifestaciones temporales, aspectos parciales de la eterna verdad, deben transformarse en cuanto han hecho su obra y no responden ya a los progresos y a las necesidades de la humanidad. A medida que esta avanza en su camino, necesita nuevas concepciones, un ideal más elevado, y los encuentra en los descubrimientos  de la ciencia y en las instituciones grandiosas del pensamiento.
 Las religiones envejecidas se derrumban en sus bases y una renovación filosófica y social se prepara. El progreso intelectual y material llaman al progreso moral. Un mundo de inspiraciones se agita  en las profundidades de las almas y se esfuerza por adquirir forma  y nacer a la vida. El sentimiento y la razón , esas dos grandes fuerzas imperecederas como el espíritu, tienen por fin, el aproximarse.
   La religión debe perder  su carácter dogmático y sacerdotal para mostrarse científica; la ciencia se separa  de lose escollos materialistas para iluminarse con un rayo divino. Va a surgir una doctrina  idealista en sus tendencias, positiva  y experimental  en su método y apoyada sobre hechos innegables.  Síntesis poderosa, abarcará y acumulará todas las concepciones variadas del mundo y de la vida, radiaciones interrumpidas, fases diversas de la verdad.
     Está será la resurrección, bajo una forma más completa, accesible para todos, de la doctrina secreta que conoció el pasado; el advenimiento de la religión natural, que renacerá sencilla y pura. La religión  pasará a los actos, al deseo ardiente del bien; el verdadero holocausto será el sacrificio de nuestras pasiones, el perfeccionamiento del espíritu humano. Tal será la religión superior, definitiva, universal, en cuyo seno desaparecerán, como los ríos en el Océano, todas las religiones pasajeras, contradictorias, frecuentemente causantes  de división y de rompimiento para la humanidad.
    La religión es necesaria e indestructible porque tiene  su razón de ser en la naturaleza misma  del ser humano, del cual resume y expresa las aspiraciones elevadas.
     Es también la expresión de las leyes  eternas y, desde ese punto de vista, debe confundirse con la filosofía, a la que hace pasar del dominio de la teoría a la ejecución y la torna viva y activa.
 Trabajo extraído por Mercedes Cruz  del libro “Después de la Muerte  de León Denis

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MEDICINA Y SENTIMIENTOS   


     La medicina verdadera no puede separarse de los sentimientos elevados que tienen la capacidad de acompañarla como esperanza, fe y alegría para todos los desesperados. Y esos sentimientos de los representantes de la ciencia, tienen un vehículo, grandioso por excelencia: la palabra. El enfermo, en las circunstancias en que se encuentra, es todo oídos. Está, por así decirlo, con las sensibilidades afloradas, principalmente en lo relativo a lo clínico. Es ahí, el momento adecuado para una palabra adecuada, un verbo benefactor, para que los medicamentos puedan desempeñar su papel de restablecer el equilibrio orgánico, porque la palabra ya abrió el camino en su mundo psíquico, el fabuloso mundo de la mente.
No es una buena actuación si el terapeuta cierra sus labios delante del enfermo. Este necesita oírlo, y su  voz será un comando de grandes poderes en el mundo endocrino, en el sistema nervioso, así como en el metabolismo celular, como la voz del comandante para una división militar.
     Si quieres curar, aliviar y consolar, no olvides utilizar la boca antes que nada: comienza por ella, después continúa por la secuencia de lo que aprendiste en las aulas de la universidad y en la experiencia propia. La medicina es un apostolado y un ministerio divino, pero procura envolverte en sentimientos de fraternidad y de amor para con el prójimo. Trátalo com o si fueses tu mismo, postrado en un lecho, y sigue adelante, porque manos invisibles te ayudarán en la sagrada tarea de curar. Alguien que te acompaña en el mundo espiritual hará lo que por ventura te faltase en la ciencia de restablecer a otros.
     Hablar con decencia  y prepararse para escuchar con cariño. Busquemos pues, controlar nuestro intercambio con quien quiera que sea, sin, todavía, anunciar que ese es nuestro deber, para que nuestra reforma no quede desvalorizada por la vanidad.
    Si gustas inmensamente de las cosas científicas, en verdad te decimos que la palabra, en su estructura, en su todo, es una ciencia. Para educarla es necesario saber, ¡pero saber mucho!. Solamente el sabio, que se santificó por dentro, sabe dominarla en toda su gama de sonidos y vibraciones, de ondas de magnetismo superior. Por eso, no debes colocarte muy distante de ese domador de la voz, pues puedes ser uno de ellos si comienzas con buen ánimo, si no te desanimas con los primeros obstáculos, que ciertamente aparecerán, para examinarte como un alumno de la verdad. ¿Quien no está dispuesto a luchar,cómo podrá vencer?. En muchos casos, cuando iniciéis la reforma de la palabra en la boca, las piedras caerán en vuestro camino. En tu propia naturaleza íntima, acostumbrada a los viejos y decadentes asuntos inferiores, se crearán barreras, para que te llegue el desánimo. Pero si fueses de aquel tipo que cuando cae vuelve a levantarse para seguir el viaje, serás bendecido por Dios y por Cristo, a través de tus propios esfuerzos.
     Hay personas a quienes gusta mucho escuchar a quien habla decentemente, quien ya educó la voz en el certamen del amor; quien pronuncia con el perfume de la alegría elevada; no obstante, se olvidan de seguir el ejemplo, para su propio bien. Vamos a analizar lo que dice el apóstol Tiago sobre eso: " Haceros pues, practicantes de la palabra, y no solamente oyentes, engañando-os a vosotros mismos".
     Podrás ser un médico de palabra, sin con eso, ostentar un diploma académico. Depende del dominio que ya alcanzaste en el amor almacenado en tu corazón y de la facilidad con la que la alegría brota de tus labios, armonizando a los que te escuchan, dando salud y paz a las criaturas. Puedes ser un científico, si los sonidos de tu boca representan una orquesta divina, si tu habla construye por donde transites en ese universo sin límites. Pero, antes de esa operación mayor, examina lo que vas a decir, y si vienen a la mente cosas desagradables, córtalas, moviendo tu lengua solamente con la pureza que procede de Dios, nuestro Padre. Comencemos, que muchos ya comenzaron y seguirán estando felices con la experiencia de hablar bien.
(Espíritu de  Miramez – Obra: Horizontes del Habla– Médium: João Nunes Maia).  

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                  DIRECTRICES DE SEGURIDAD

 Divaldo Pereira Franco.

43 - ¿El médium en trance, recibe la influencia mental del Grupo del que participa?
Raúl - Aprendemos en El libro de los Médiums (KARDEC Allan. El libro de los Médiums.- con Allan Kardec, que la reunión es un ser colectivo.
Todos aquellos que participan de ella, con cualquier función que sea, están automáticamente vinculados a lo que en ella suceda, de manera que muchas veces, no estando bien sintonizado el Grupo y estén realizando un trabajo de alta envergadura, los médiums que son filtros de los espíritus encarnados y
desencarnados, estarán filtrando, encharcándose en aquellos matices vibratorios que el ambiente le permite fruir. Es de esa manera, que no se justifica la necesidad de las reuniones mediúmnicas con público que no esté sintonizado con la realidad del estudio doctrinario, porque los médiums quedan a la merced de esos influjos de dardos mentales de indiferencia, de escepticismo y de petitorios que, muchas
veces, el mensaje que ellos conducen, saldrá con el sabor de esas insinuaciones, de esos deseos y perturbaciones.
El Grupo participa, también de las comunicaciones, con ese soporte energético, apoyando o desequilibrando al médium, porque la reunión es un cuerpo colectivo.


44 – Y aquellos grupos que se cierran sobre sí mismos y sus miembros no frecuentan conferencias, reuniones doctrinarias y se dedican tan solamente al fenómeno en sí, al intercambio mediúmnico. ¿Estarán actuando correctamente?
Divaldo - El mandamiento es este: que os améis los unos a los otros como Yo os amé y que hagáis al prójimo cuanto deseareis que el prójimo os haga, equivaliendo decir que todo aquel que se aísla pierde la oportunidad de evolucionar, porque toda incomunicación, degenera en enfermedad.



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