martes, 6 de enero de 2015

MEDIUMNIDAD EN LOS NIÑOS

LEY DE DESTRUCCIÓN


El mundo se ha hecho pequeño desde el momento en que los medios de comunicación se han convertido en los medios de llevar imágenes de acontecimientos que ocurren en un determinado lugar para todos los rincones del planeta. Los satélites proporcionan la captura de imágenes y distribución instantánea para billones de personas.

El mundo globalizado muestra a los hombres prácticamente todo lo que ocurre en cualquier parte de la Tierra, al mismo instante. La cultura de los pueblos es mostrada todos los días sin ningún tipo de omisión. Desde el más simple campesino de los confines de la Tierra hasta la más sofisticada fábrica de electrónicos se muestra de forma desnuda y cruda.

En ese nivel de informaciones la vida se despliega y todos consiguen saber de los acontecimientos del mundo. Por lo tanto, la vida del más austero ascético, en el más lejano lugar, ya no sigue siendo oscura y oculta, porque siempre hay alguien con una cámara en la mano para enviar imágenes al mundo.

Los medios de comunicación viven de la exploración de imágenes y cuanto más fuerte, generarán más recogimiento para sus cajas fuertes. Esto crea una carrera sin precedentes por este tipo de imagen, porque el pueblo  gusta de ver cosas fuertes e impresionantes. En esta lista están las catástrofes de todos los tipos y especies.

Hoy en día, como en otros tiempos siguen apareciendo desgracias y destrucciones muy lamentables, el hombre duda de Dios y de su existencia la falta de conocimientos les hace dudar y hablar así, los venenos mortíferos son inoculados por la política inconsciente en las masas populares.

La bajada a la tierra está repleta de neblinas tremendas. Los lugares santos permanecen llenos de tinieblas abominables. Algunos hombres caminan al siniestro clarear de incendios. Se abona el suelo con sangre y lagrimas para la sembradura  del porvenir, todos juzgamos con arreglo a lo que sabemos y los espiritas no podemos juzgar a la ligera estos desastres sabemos que no suceden porque si, es la medicina para el ayer defectuoso la que hoy nos ere el corazón, ella nos sana de las impurezas del pasado, donde sin control ni medida nos hicimos un gran daño con nuestra mala conducta y malos hechos y hoy luchamos en nuestra propia batalla con el único fin de conseguir un progreso que nos proporcionara un día la libertad, libertad que hoy esta mermada por las sombras y no puede elevarse porque está adherida al débito fructuoso y lucha incansablemente por liberarse de ese ayer nefasto, haciendo un hoy sacrificado y difícil para alcanzar un mañana más libre y tranquilo.

Dios castiga a la humanidad con calamidades destructoras para hacerla adelantar con más rapidez. Lo que llamamos destrucción, no es más que una transformación, cuyo objeto es renovar y mejorar al hombre, por eso es preciso que todo sea destruido para que renazca y sea regenerado.

La destrucción es necesaria para la regeneración moral de los espíritus, así adquieren en cada nueva existencia un nuevo grado de perfección. Es preciso ver el fin de las cosas para apreciar los resultados, muchas calamidades a consecuencia del perjuicio que ocasionan son necesarias a veces para hacer que se establezca más prontamente un orden de cosas mejores y en algunos años. Lo que hubiese exigido muchos siglos.

Dios emplea otros medios para el mejoramiento de la humanidad, como es el conocimiento del bien y del mal pero  el hombre no los aprovecha y por ello es preciso castigarle en su orgullo y hacerle comprender su debilidad. Durante la vida, el hombre lo refiere todo al cuerpo, pero después de la muerte piensa de distinto modo, la vida del cuerpo es poca cosa.

Un siglo de nuestro mundo es un relámpago en la eternidad, y los sufrimientos que llamamos de algunos mese o días no son nada: son una enseñanza que nos aprovecha en el porvenir. El Espíritu es el mundo real, preexistente y sobreviviente a todo. Los espíritus son los hijos de Dios y objeto de toda su predilección, los cuerpos son solo disfraces  que sirven al Espíritu para aparecer en el mundo. En las grandes calamidades que diezman a los hombres, resulta lo que en un ejército que, durante la guerra, ve sus vestidos gastados, rotos o perdidos. El general cuida más de sus soldados que de sus vestidos.

Si le damos importancia a ese vestido es porque no vemos y miramos esa vida en relación con el infinito.
Si pudiéramos  elevarnos con el pensamiento, esas calamidades no nos parecerían más que huracanes pasajeros en el destino del mundo, pues a pesar de los males que ocasionan cambian el estado de una comarca y el bien que de ello resulta, no es apreciado con frecuencia más que por las generaciones futuras.
Las calamidades son pruebas que proporcionan al hombre ocasión de ejercer su inteligencia de probar su paciencia y resignación a la voluntad de Dios, y le pone en condición de desplegar sus sentimientos de abnegación, de desinterés, y de amor al prójimo, si no esta dominado por el egoísmo.

Al hombre le es dado evitar las calamidades por una parte pues muchas son consecuencia de su imprevisión y a medida que adquieren conocimientos y experiencia, pueden evitarlas, es decir, si sabe buscar sus causas. Pero los males que afligen a la humanidad los hay generales que pertenecen a los secretos de la Providencia y cuyos efectos afectan más o menos a todos los individuos. A estos el hombre no puede oponer más que resignación a la voluntad de Dios; pero estos mismos males aún pueden ser agravados más por la incurría humana.

El espiritismo nos explica perfectamente la causa de los sufrimientos individuales, como consecuencias inmediatas de las faltas cometidas en la existencia presente o expiación del pasado. Pero dado que nadie ha de ser responsable más que de sus propias faltas, nos son menos explicables las desgracias colectivas que abrazan a las aglomeraciones de individuos como a veces a toda una familia, ciudad o nación, raza, desgracias que comprenden así a los buenos como a los malos, a los inocentes como a los culpables.

Cada hombre reúne tres caracteres; el de individuo o ser en sí mismo, el de miembro de familia y el de ciudadano. Bajo cada una de estas fases puede ser, criminal o virtuoso, es decir, puede ser virtuosa como padre de familia y criminal al mismo tiempo como ciudadano y viceversa y de aquí las situaciones especiales en que se encuentra en sus existencias sucesivas.

Salvo algunas excepciones puede admitirse como regla general que los que en una existencia están unidos en una empresa común ha vivido ya juntos trabajando en el logro de lo que hoy resultan y que volverán a encontrarse juntos en el porvenir hasta que hayan expiado su pasado, o cumplido la misión aceptada.

Gracias al espiritismo comprendemos la justicia de las pruebas que no derivan de los actos de la vida presente, pues nos decimos que son el pago de deudas pasadas. En las pruebas colectivas suele ser igual, el inocente de hoy puede ser el culpable del ayer y si es castigado individual o colectivamente, es porque lo merece. Además, hay faltas del individuo y del ciudadano como ya hemos dicho antes y las expiaciones del uno no absuelven al otro pues toda deuda ha de ser pagada hasta él ultimo óbolo.

Las virtudes de la vida publica no son las mismas que las de la vida privada y el que es un excelente ciudadano, puede ser un mal padre, y aquel que es un buen padre de familia probo y honrado en sus negocios puede ser un mal ciudadano, haber atizado el fuego de la discordia oprimido al débil y manchado sus manos, con crímenes a la sociedad.

Estas faltas colectivas son las que expían colectivamente los individuos que a ellos han concurrido, las cuales vuelven a encontrarse para sufrir juntos la pena del talión, o tener ocasión de reparar el mal que han hecho probando  su amor a la cosa, socorriendo y asistiendo a los que maltrataron en otro tiempo.

A menudo se renace en la misma familia para reparar culpas reciprocas. Se renace en el mismo centro, en la misma nación, en la misma raza, ya por simpatía, para continuar con los elementos que se han elaborado y proseguir trabajos empezados y que la brevedad de la vida, o las circunstancias no permitieron concluir.

La reencarnación en el mismo centro es la causa del carácter distintivo de los pueblos y de las razas pues mejorándose progresivamente, conservan, sin embargo, el matiz primitivo, hasta que el progreso los transforma completamente.

Los franceses de hoy son los de la Edad Media los de los tiempos druidicos, son los exactores y las víctimas del feudalismo; los que esclavizaron a los pueblos y han luchado por emanciparse, los cuales se haya en la Francia transformada, donde unos expían en la humillación el orgullo de raza, los otros disfrutan del producto de su trabajo.

Cuando se piensa en los crímenes de aquellos tiempos en que no existía respeto a la vida de los hombres y al honor de las familias, en que el fanatismo levantaba hogueras en honor a la divinidad, cuando se piensa en todos los abusos del poder, en todas las injusticias que se cometían con mengua de los más sagrados derechos naturales.

No hay duda de que hay familias, ciudades, naciones, y razas culpables; porque dominadas por el orgullo, el egoísmo, la ambición y la codicia, van por el mal camino y hacen colectivamente lo que aisladamente un individuo. Se ve que una familia se enriquece a expensas de otra, que un pueblo subyuga a otro pueblo llevando la desolación y la ruina y que una raza quiere anonadar a otra. He aquí porque hay familias, pueblos, ciudades y razas sobre las que pesa la pena del talión.

Para el espiritismo, la solidaridad es un hecho que descansa en una ley universal de la naturaleza, que enlaza a todos los seres del pasado, del presente y del porvenir, a cuyas consecuencias nadie puede esquivarse. Cuando todos los hombres conozcan el espiritismo comprenderán la verdadera solidaridad y en consecuencia la fraternidad verdadera. Luchar contra la adversidad es un deber, sufrir sin reaccionar ante los males de la vida seria una cobardía. Las dificultades que han de vencer los hombres ejercitan y desarrollan su inteligencia. Sin embargo, cuando los esfuerzos son superfluos, cuando se interpone en el camino lo inevitable, llega para el hombre la hora de la resignación.

Ningún poder puede lograr apartar del hombre las consecuencias de su pasado. Solo un loco puede tratar de luchar contra la naturaleza inmutable de las cosas, en tanto que el Espíritu sensato encuentra en el padecimiento un medio de reconfortarse y de fortificar sus cualidades viriles. El alma intrépida acepta los males del destino pero, con el pensamiento, se eleva por encima de ellos y hace de los mismos un pedestal para alcanzar la virtud.

Las aflicciones más crueles y más profundas cuando son aceptadas con la sumisión que supone el consentimiento  de la razón y del corazon indica generalmente él término de nuestros males, el pago de la última fracción de nuestra deuda. El dolor reina siempre como soberano en el mundo, y, sin embargo, la voluntad divina ha graduado sus efectos.

La  Naturaleza se encamina hacia un orden de cosas menos feroces, menos violentas. El sufrimiento se atenúa, los males espantosos, la peste, la lepra y el hambre permanentes en otros tiempos, casi han desaparecido. El hombre ha dominado a los elementos, ha aproximado  las distancias y ha conquistado la tierra. La esclavitud ya no existe. Todo evoluciona y progresa.

Que grande es para el alma resignada el momento de su partida, después de una vida dolorosa, mira a su pasado, vuelven a ver una especie de penumbra  desprecios padecidos, lagrimas contenidas, gemidos ahogados los sufrimientos soportados estoicamente. Y siente soltarse con suavidad las trabas que la encadenaban a este mundo. Va a abandonar su cuerpo de barro, va a dejar muy lejos de sí todas las servidumbres materiales ha probado su abnegación, ha sacrificado, sus intereses a la verdad y al deber y ha bebido hasta el fin el cáliz purificador.

Ante este espectáculo; un jubilo celestial la penetra. Una ultima oración como un grito de alegría brota de las profundidades de su ser y sube hacia su Padre, hacia su Dueño. Los ecos del Espacio repiten ese grito de liberación al cual se juntan los acentos de los Espíritus que se aglomeran en multitud para recibirle.
EL sufrimiento es una ley de  nuestro mundo. En todas las condiciones, en todas las edades, bajo todos los climas, el hombre ha sufrido y también ha llorado. A pesar del progreso moral alcanzado, millares de seres se inclinan aún bajo el peso del dolor.

El rico, como el pobre, sufre en su carne y en su corazon. Y desde todos los diversos puntos del planeta, la lamentación humana sube hacia el espacio. Aun en el seno de la abundancia, un sentimiento de abrogación, una vaga tristeza se apodera de las almas delicadas. Comprenden que la felicidad es irrealizable en la tierra y que solo luce con fugitivos relámpagos.

El hombre alimentado por la filosofía de la Espíritus sabe a donde va y conoce el porqué de sus males y la razón de ser del sufrimiento. Él entrevé el alborear de una nueva vida. Para medir los bienes y los males de la existencia; para saber lo que son la felicidad y la desdicha verdadera, hay que elevarse por encima del círculo estrecho de la vida terrena. El conocimiento de la vida futura y de la suerte que nos espera en ella nos permite medir las consecuencias de mis actos y su influencia sobre nuestro porvenir.

No se puede juzgar una cosa sin ver todo lo que de ella se deduce y por eso nadie comprenderá la vida si no se conoce su finalidad y sus leyes. Los padecimientos, al purificar el alma, preparan su elevación y su felicidad, en tanto que los goces de este mundo, las riquezas y las pasiones la debilitan y le proporcionan en la otra vida margas decepciones.

Los que sufren en su alma y en su cuerpo, los que son abrumados en la adversidad pueden levantar sus ojos al cielo, y esperar están pagando su deuda al destino y están conquistando su libertad. Los que se complacen en la sensualidad están forjando sus propias cadenas, acumulan nuevas responsabilidades que pesaran enormemente sobre sus días

El dolor, bajo sus formas múltiples, es el remedio supremo para las imperfecciones y para los achaques del alma. Sin él, no hay curación posible. Las operaciones dolorosas debuelben la salud y agilidad a nuestro cuerpo, el sufrimiento las humillaciones, la tristeza, la ruina nos sacuden el Espíritu debemos soportarlas con paciencia, de ello ha de  brotar nuestra salud moral.

Solo la ignorancia de las leyes universales nos hace aceptar nuestros males con disgusto. Si comprendiésemos todos lo necesarios que son esos males para nuestro adelanto, si supiéramos saborear su amargura no nos parecerían una pesada carga. Todos odiamos el dolor, solo comprendemos su utilidad después que hemos abandonado el mundo donde el dolor ejerce su imperio.

En nuestra ceguera, maldecimos nuestras existencias oscuras, monótonas y dolorosas, solo cuando hemos discernido el verdadero sentido de la vida, comprendemos que esas vidas son preciosas e indispensables para dominar a los espíritus soberbios, para someterlos a esa disciplina moral, sin la cual no hay progreso alguno.

Exentos de males y preocupaciones, libres en nuestras acciones nos dejaríamos llevar por los arrebatos de nuestras pasiones, y por los impulsos de nuestro carácter. Lejos de trabajar en nuestro mejoramiento no haríamos más que añadir nuevas faltas a nuestras faltas pasadas, en tanto que, comprimidos por el sufrimiento en existencias humildes, nos acostumbramos a la paciencia y a la reflexión, nos proporcionamos esa única calma de pensamientos que nos permite oír la voz de lo Alto, la voz de la razón
En el crisol del dolor es donde se forman las almas grandes. Habiendo dado un repaso breve a lo que es el sufrimiento y la causa que lo provoca en nuestras vidas, vamos a hacer un estudio a la ley de destrucción donde el desespero, el dolor y el sufrimiento dañan a muchas vidas al mismo tiempo, son desgracias que afectan de una forma generalizada a muchos hombres a la vez y donde los seres inocentes sucumben a un mismo tiempo, siendo lamento para sus seres queridos o allegados que suelen murmurar! Como Dios consiente que estas desgracias ocurran ¡
Jesús en los instantes dolorosos aconsejó a sus discípulos, que se mantuvieran (los que estuvieran en el bien conducidos) en las alturas espirituales, sin abandonar la cooperación elevada que el Señor ejemplificó en la tierra; que hay consolidemos su posición de colaborador fiel, invencible, en la paz y en la esperanza, convencido de que, después del paso de los hombres de turbación portadores de destrozos y lagrimas, son los hijos del trabajo los que siembran la alegría, de nuevo y reconstruyen el edificio de la vida.
 Mercedes Cruz Reyes

                                                                          ****************************

                         
              
                              LOS QUE NOS ANIMAN

Espíritus Superiores comparten espacio con nosotros aquí en la Tierra para darnos ejemplo de vida. El desapego, el vivir ajeno a las ilusiones de la vida física, la entrega a los demás, el trabajo en el bien común; un encuentro sincero con uno mismo y con la realidad espiritual del ser humano....No puede dar como resultado más que una vida superior. 
No pretendemos ser perfectos, pues, en este nivel evolutivo esto sería una gran falacia y no nos crearía más que insatisfacción y frustración. Sólo aspiramos a ser mejores cada día de lo que fuimos ayer...
"Conócete a ti mismo", nos recomienda el sabio de Hipona. Y ésta es la clave para comenzar. Si nos conocemos un poco mejor, podremos saber dónde flaqueamos y por tanto, dónde tenemos que trabajar. Recordemos que no estamos solos. La Espiritualidad Mayor siempre está atenta a los esfuerzos sinceros por mejorar. La ayuda es constante e inmediata. 
Observemos estos ejemplos...Que sean nuestro norte. Y especialmente el Norte Cósmico que nos presenta Jesús, ejemplo mayor....
Estos Espíritus a los que pretendemos emular, no hacen más que emular al Cristo.
En ellos tenemos la prueba de que SE PUEDE....
¡Ánimo!

Algeciras Espírita.
                                                           *************************

Mediúmnidad en los niños
Divaldo Pereira Franco

– DIVALDO,  PELÍCULAS COMO “SEXTO SENTIDO” RETRATAN EL CASO DE NIÑOS CON MEDIÚMNIDAD OSTENSIVA. ¿CUÁNDO PODRÍAMOS IDENTIFICAR  EL CASO DE UN NIÑO MÉDIUM?


El Espiritismo es una ciencia experimental y todos los casos, a fin de merecer credibilidad, deben pasar por el tamiz de la observación, del estudio y de la confirmación.

Sin duda, en el período lúdico, el niño tiene la imaginación muy rica y crea imágenes, hechos fantasiosos, que tienen que ver con su propio desarrollo psicológico.

De este modo, cuando un niño informa que ve seres espirituales, la mejor metodología es la observación, acompañando sus narrativas con tranquilidad y confiriéndolas con la realidad.

A través de la conversación natural y sin disfraces, se debe explicarle que dicho caso es verdadero y que debe mantenerse perfectamente tranquilo, evitando la generación de miedos injustificables o de deslumbramientos innecesarios.

2 – ¿QUÉ DEBEN HACER LOS PADRES CUANDO DETECTAN QUE SU HIJO ES UN “NIÑO MÉDIUM”? ¿PUEDEN LLEVARLO A LA EVANGELIZACIÓN, SESIÓN MÉDIUMNICA, TOMAR PASES, ETC.?

Los padres que perciban mediúmnidad en sus hijos aún niños, deben considerar el fenómeno como natural, conduciéndolos a los estudios de la evangelización espírita infanto-juvenil, recurriendo a los pases, cuando hubiera necesidad, manteniendo el estudio del Evangelio en el hogar y orientándolos con naturalidad.

Una buena sugerencia es evitar que los niños participen en reuniones mediúmnicas de cualquier naturaleza, puesto que, encontrándose en fase de desarrollo psicológico y sin discernimiento para las profundas consecuencias de la mediúmnidad, la prisa por educar la facultad puede ocasionar graves daños en el comportamiento infantil.

3 – ¿CÓMO DEBEN ACTUAR LOS DIRIGENTES DE LOS CENTROS ESPÍRITAS CUANDO RECIBEN NIÑOS MÉDIUMS EN SU INSTITUCIÓN? ¿CÓMO CONDUCIRLOS CORRECTAMENTE?

La actitud más compatible con la metodología educacional propuesta por la Doctrina es conducir a actividades de evangelización espírita, a conversación saludable de orientación moral y espiritual.

4 – MUCHOS NIÑOS AFIRMAN QUE HABLAN CON UN “AMIGO INVISIBLE”, ¿SE TRATA DE MEDIÚMNIDAD?

Desde que exista comunicación entre un encarnado y otro desencarnado, estamos ante un fenómeno mediúmnico. En este caso, constatamos, cuando es auténtica la información infantil, que se trata de un intercambio de esta naturaleza.

5 – EN HECHOS, 2:17 VEMOS LA AFIRMATIVA DE JESÚS: “Y EN LOS ÚLTIMOS DÍAS, DICE DIOS, DERRAMARÉ ALGO DE MI ESPÍRITU SOBRE TODA CLASE DE CARNE, Y SUS HIJOS Y SUS HIJAS PROFETIZARÁN, Y SUS JÓVENES VERÁN VISIONES Y SUS VIEJOS SOÑARÁN SUEÑOS;”

 OBSERVAMOS, HOY EN DÍA, MUCHOS NIÑOS CON ACTITUDES Y SENSIBILIDAD ESPIRITUAL; ¿ESTAMOS EN ESTOS TIEMPOS MENCIONADOS EN EL EVANGELIO? ¿SE TRATA DEL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA GENERACIÓN DE ESPÍRITUS REENCARNANDO CON MEDIÚMNIDAD ELEVADA?

Nos encontramos en los denominados días anunciados por las Escrituras. Esta profecía de Joel, repetida por Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, es uno de los más bellos argumentos de anuncio de la mediúmnidad generalizada, eliminando los viejos conceptos de don, privilegio, concesión especial, y conduciéndola a la realidad de conquista intelecto-moral del Espíritu en su proceso de evolución.

En todas las épocas siempre hubo niños médiums, y ahora, en la gran transición de mundo de pruebas y expiaciones para el mundo de regeneración, Espíritus de otra dimensión reencarnan en la Tierra, a fin de adelantar este proceso iluminativo.

Allan Kardec, en “La Génesis”, en el capítulo XIV, se refiere a esta nueva generación.
Psicólogos, psicoterapeutas, educadores modernos se sorprenden con muchos de los niños actualmente reencarnados, lo que viene dando margen a estudios profundos, algunos de los cuales resultaron en las indebidas denominaciones de niños índigo y cristal, así como de otros con diversos trastornos que vienen siendo cuidados de manera especial, en los cuales se ocultan fenómenos espirituales variados.

6 – ¿LOS NIÑOS MÉDIUMS PUEDEN SUFRIR OBSESIÓN?

Claro que sí, porque infantil es solamente el cuerpo. Los Espíritus que habitan los cuerpos son viajeros del tiempo y del espacio, portadores de títulos de ennoblecimiento y de graves débitos para con las Leyes Divinas.

 Es natural que estando incursos en delitos, experimenten desde la infancia la presencia de sus cobradores entonces desencarnados.

Observaciones de los Espíritus acerca de la mediúmnidad en la infancia

6. ¿Hay inconveniente en desarrollar la mediúmnidad en los niños?

 “Ciertamente, y sostengo que es muy peligroso; porque estas organizaciones tiernas y delicadas se conmovieran demasiado y su joven imaginación se sobreexcitaría; por lo mismo los padres discretos les alejarán de estas ideas o al menos no les hablarán sino desde el punto de vista de las consecuencias morales.”

7. Sin embargo, hay niños que son médiums naturalmente, ya sea para los efectos físicos, ya para la escritura y las visiones, ¿tiene esto el mismo inconveniente?

“No; cuando la facultad es espontánea en un niño, es que está en su naturaleza y que su constitución se presta a ella; eso no es lo mismo que cuando es provocado y sobreexcitado.
Observad que el niño que tiene visiones, se impresiona generalmente poco por ellas, le parece una cosa natural.

Observaciones de los Espíritus acerca de la mediúmnidad en la infancia

En todas las épocas siempre hubo niños médiums,  y ahora, en la gran transición de mundo de pruebas y expiaciones para el mundo de regeneración, Espíritus de otra dimensión reencarnan en la Tierra, a fin de adelantar este proceso iluminativo.

Allan Kardec, en “La Génesis”, en el capítulo XIV, se refiere a esta nueva generación. Psicólogos, psicoterapeutas, educadores modernos se sorprenden con muchos de los niños actualmente reencarnados, lo que viene dando margen a estudios profundos, algunos de los cuales resultaron en las indebidas denominaciones de niños índigo y cristal, así como de otros con diversos trastornos que vienen siendo cuidados de manera especial, en los cuales se ocultan fenómenos espirituales  variados.

6 – ¿Los niños médiums pueden sufrir obsesión?

Claro que sí, porque infantil es solamente el cuerpo. Los Espíritus que habitan los cuerpos son viajeros del tiempo y del espacio, portadores de títulos de ennoblecimiento y de graves débitos para con las Leyes Divinas. Es natural que estando incursos en delitos, experimenten desde la infancia la presencia de sus cobradores entonces desencarnados.

7 – En los Estados Unidos, los fenómenos de Hydesville , contaron con la participación  de niños médiums : las hermanas muy natural, en la cual no se fija sino débilmente, y a menudo olvida; más tarde el hecho se le presenta en la memoria y se lo explica fácilmente si conoce el Espiritismo.”

8. ¿Cuál es la edad en la cual se puede, sin inconveniente, ocuparse de la mediúmnidad?

“No hay edad precisa; eso depende enteramente del desarrollo físico y aún más del moral; hay niños de doce años que se afectarán menos que ciertas personas adultas.

Hablo de la mediúmnidad en general, pero la que se aplica a los efectos físicos fatiga más corporalmente; la escritura tiene otro inconveniente que se refiere a la inexperiencia del niño, en el caso que quisiera ocuparse a solas y hacer de ello un juego.”

7 EN LOS ESTADOS UNIDOS, LOS FENÓMENOS DE HYDESVILLE, CONTARON CON LA PARTICIPACIÓN DE NIÑOS MÉDIUMS: LAS HERMANAS   FOX Y EN EL TRABAJO DE LA CODIFICACIÓN ESPÍRITA EN FRANCIA, ALLAN KARDEC CONTÓ CON LA COLABORACIÓN  DE DIVERSOS NIÑAS MÉDIUMS COMO LAS HERMANAS BAUDIN. ¿POR QUÉ SUCEDIÓ?

Estas jóvenes que participaron en los fenómenos de Hydesville y de la codificación del Espiritismo eran mayores de 13 años, encontrándose en la adolescencia. Pienso que los nobles guías de la humanidad las prefirieron, con el objetivo de demostrar que no eran ellas las responsables por las profundas respuestas que daban a las preguntas que les eran formuladas, en vista de la falta de cultura y de conocimientos generalizados.

Además, estando con el inconsciente actual liberado de impresiones perturbadoras, eran más fácilmente conducidas por los desencarnados que utilizaron sus facultades.

8 – ¿LOS NIÑOS MÉDIUMS, CUANDO SE CONVIERTEN EN ADULTOS, CONTINUARÁN SIENDO MÉDIUMS?

Siendo la mediúmnidad una facultad orgánica que el cuerpo reviste de células, prosigue durante el desarrollo infanto-juvenil, edad adulta, provecta hasta la desencarnación, pudiendo sufrir alteraciones, bloqueos e inclusive pérdida, como enseña el noble Codificador. Normalmente, los niños médiums prosiguen en el ejercicio de la facultad cuando alcanzan la edad de la razón, lo que sucedió, por lo menos, con aquellos que quedaron conocidos y prosiguieron en la labor mediúmnica.


9 – FINALMENTE, ¿PODRÍA CONTARNOS SU EXPERIENCIA COMO NIÑO MÉDIUM Y CÓMO FUE ÚTIL EN SU VIDA ACTUAL?

Conviviendo con los Espíritus desde los cuatro años y medio de edad, nunca me perturbé con su asistencia en el período infantil. Solamente, más tarde, cuando comencé a identificar aquellos que eran portadores de sentimientos malos y perversos, fue que experimenté conflictos y aflicciones.

Gracias al conocimiento del Espiritismo y a su estudio sistematizado, he podido mantenerme en equilibrio posible, a través de los tiempos, marchando en dirección del amor inefable del Padre.

Faro, Portugal, 9 de diciembre de 2008.
Entrevista concedida a Luis Hu Rivas para La Revista Espírita en español.

                                                                 ****************************


No hay comentarios: