lunes, 2 de enero de 2023

Diversidad de las razas humanas

 INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.-El Espíritu de la Verdad

2.- Espíritus amigos y enemigos

3.-Meditación

4.-Diversidad de las razas humanas

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El ESPÍRITU DE VERDAD

4. Jesús promete otro Consolador; es el “Espíritu de la Verdad”, que el mundo no conoce aún, porque no tiene la suficiente madurez para comprenderle y que el Padre enviará para enseñar todas las cosas y para recordar lo que Cristo dijo. San Juan, Cap. XIV, vers. 15, 16, 17 y 26.
 Sí, pues, el Espíritu de Verdad debe venir más tarde a enseñar todas las cosas, es porque Cristo no lo dijo todo: si viene a recordar lo que Cristo dijo, es porque lo habrán olvidado o comprendido mal. Allan Kardec, El evangelio según el espiritismo. Capítulo VI.

                  El Espíritu de Verdad, hace entrada de forma gloriosa y pletórica, de la mano de Allan Kardec y de la falange de espíritus colaboradores de la Obra del Maestro Jesús, para dar inicio a la era del esclarecimiento y la comprensión del porqué y para qué estamos aquí. Ha llegado la era de la Luz y el Entendimiento, del Amor y la Caridad. No hay mayor amor y caridad que la de hacernos conscientes de cuál es nuestro porvenir, de iluminar nuestras conciencias para que aceptemos cada uno de nosotros nuestra misión en la Tierra, y como buenos jornaleros acabemos nuestros días con la sana conciencia de haber hecho cuanto estaba en nuestra mano.

         El espiritismo como doctrina, comienza con Allan Kardec, pero no termina con él. El Espíritu de Verdad, sigue con nosotros. El Consolador Prometido, tiene que continuar con su trabajo, que no olvidemos y no descuidemos es como dice el encabezado de este artículo, viene a enseñar todas la cosas. Mucho nos enseñan las obras de Allan Kardec, son la base, son los cimientos y parte de un edificio deslumbrante, no nos cansaremos de beber de esa fuente de conocimiento y razonamientos, pero el espiritismo, como doctrina no termina ahí, muchos otros grandes filósofos, vivos y muertos, tomaron el relevo y continuaron la obra, con la inestimable labor y colaboración de los médiums, de todo tipo, en especial los escritores que han vertido multitud de obras, relatos; ampliando y descorriendo mucho más el velo de lo que estaba oculto.
                  Podemos por tanto distinguir varias fases en el trabajo desarrollado por el espiritismo, y por ende, del espíritu de verdad.
         Primera fase: Sería la de la irrupción de los llamados fenómenos espiritistas en aquellos momentos, que la doctrina clasifica como fenómenos de efectos físicos, los cuales eran tan prominentes y numerosos que llamaron la atención de un gran número de público. Este tipo de mediumnidad con el tiempo se ha ido extinguiendo, cumplió su función en el momento oportuno y era la forma más rápida y apropiada para llamar la atención y dar a conocer que en efecto existe algo más después de la vida física. Una vez cumplido su objeto desaparece casi por completo.
         Segunda fase: Es la de la comprensión y racionalización de dichos fenómenos, entrando aquí de lleno la figura del propio maestro Allan Kardec, el cual se encargó de investigar, estudiar y catalogar los mismos, con su espíritu crítico y de análisis y de llegar siempre a la verdad, hasta las últimas consecuencias. Allan Kardec supo distinguir los fenómenos verdaderos de los que eran puro fraude y mistificación, hechos que siempre han sucedido, supo descartar a los falsos médiums de los auténticos y tuvo la iniciativa de sacarle el máximo provecho a estos fenómenos. Así llegamos a la tercera fase.
         Tercera fase: El Espiritismo como filosofía ya no se ocupa de experimentar y de verificar que tras las manifestaciones de los espíritus, con sus efectos sobre la materia, existe todo un mundo y un sinfín de misterios por descubrir, sino que pone todo su empeño en elaborar con la inestimable colaboración de los espíritus la Codificación, que recorre, en sus diferentes obras, todos los pormenores y conocimientos que nos son necesarios, de acuerdo ya a nuestro nivel intelectual y a las necesidades de evolución. La obra de Allan Kardec es extraordinaria, sin dejar a un lado la aportación de León Denis y otros autores que simultáneamente difundieron y fueron sembrando los conocimientos por doquier, los cuales bebieron todos de la misma fuente, puesto que su compromiso era el mismo.
         Cuarta fase: Una vez asentada la nueva doctrina, se necesita que tenga continuidad, que nuevos actores entren en escena y se comprenda que no ha sido flor de una época, ni que han significado hechos aislados en el tiempo, sino todo lo contrario. El espiritismo con el paso del tiempo ha ido expandiéndose por todos los rincones de nuestro mundo, han aflorado facultades de mediumnidad, ya no tan rústicas o elementales como aquellas de los primeros tiempos, sino que han dado lugar a facultades de tipo artístico e intelectual,  las de escritura  que van poco a poco dándonos a conocer con más detalle cómo es la vida en los planos espirituales, haciendo mención especialmente las que van ampliando la doctrina, haciéndonos cada día más conscientes de cuál es nuestra responsabilidad en la vida.
         Luego podemos comprender que ha habido una ampliación y desarrollo constante, el espiritismo no está parado, como no puede ser de otra forma. Sino fuese así diríamos que los espíritus nos han abandonado, que el Espíritu de Verdad no tiene nada más que ofrecernos, ¿Acaso ya nos ha enseñado todo? No, ni mucho menos, apenas estamos comenzando, El Espíritu de Verdad ya nunca se va a marchar porque será a través de la mediumnidad y por medio de sus espíritus de orden elevado que continuamente nos irá transmitiendo y lanzando nuevas nociones de entender la vida y el progreso. A medida que la humanidad evoluciona, más contacto con las esferas superiores y más conocimientos llegarán hasta nosotros.
         Quinta fase: Transición Planetaria; es en la que nos encontramos ahora, y es la culminación del trabajo del Consolador Prometido en la Tierra como mundo de expiación y prueba. Es la hora de que sepamos en qué momento de la evolución nos encontramos. Todas las etapas anteriores han servido para llegar aquí.
         No hay nada casual. Como ya podemos entender por los conocimientos que nos han traído autores como Emmanuel, André Luiz, y tantos otros,  por intermedio de los médiums especializados. Los espíritus comprometidos con la obra de Dios no dejan nada al azar, nada escapa a sus objetivos; ellos van siempre por delante y saben cómo elaborar un programa de desarrollo y progreso para la humanidad; saben cómo ir dándonos poco a poco aquello que podemos asimilar y que se ajusta a las necesidades evolutivas de la mayoría de la humanidad. La labor de Allan Kardec y la pléyade de colaboradores, unos en la Tierra y otros en el espacio, fue perfecta, pero no pudieron decirlo todo, dejaron entrever un halo de nuevos conocimientos destinados para una próxima etapa, y por eso advirtieron que el Espíritu de Verdad permanecería siempre con nosotros, para ir abriendo camino y ofrecernos nuevas orientaciones. Véase en este sentido los contenidos que vierte Allan Kardec en la obra El Génesis, cap. XI, “Emigraciones e inmigraciones de los espíritus.”
         Todavía hoy, muchos de los conocimientos más básicos que nos aportó la doctrina gran parte de la humanidad no ha sido capaz de asimilar y entender. ¿Cómo pretender entonces que Allan Kardec se hubiera adelantado a su tiempo aclarando completamente los misterios que aluden directamente a la “transición planetaria”, al fenómeno ovni-extraterrestre, por ejemplo y a otras cuestiones? No era posible en ese momento, hubiera sido muy prematuro, y la obra hubiera tenido muchos más impedimentos y detractores de los que ya tuvo, más que de sobra.
         Era necesario que la ciencia adelantara un poco más, y que se vislumbrara un porvenir como el que ahora acontece, y por supuesto que nuestras mentes estuvieran mejor preparadas a fin de poder aceptar el ocaso de esta humanidad y la bienaventuranza del mundo de regeneración, en donde efectivamente, los pobres, los mansos, los humildes, los que tienen hambre y sed de justicia, puedan contemplar por fin el cumplimiento de tales aseveraciones de Jesús.
         No es sino en el mundo de regeneración en donde se cumplen al cien por cien las prédicas del Maestro en el Sermón de la Montaña, y ahora, por fin, es nuestro deber anunciarlo sin recortes y sin miedo, pues sin duda esta es una de las misiones que tenemos los espiritistas del siglo XXI.
         Todos aquellos obreros de la última hora, deben aguzar sus sentidos, pues de arriba nos están indicando que llega el “fin de ciclo”, se conjugan ahora nuevos conocimientos, nuevas necesidades, nuevos desafíos, nuevas experiencias, es la hora del trabajo. Estemos preparados y no rechacemos al Espíritu de Verdad que trae nuevas informaciones, ni menospreciemos a todas aquellas personas y grupos que transmiten nuevas ideas que están aflorando en este sentido.
         Con todo ello, recordamos lo dicho al principio, El Espíritu de verdad sigue con nosotros, no se ha marchado y su misión sigue siendo la misma, la  de enseñar nuevas cosas, y recordar lo que hemos olvidado, por lo tanto debemos hacernos la siguiente pregunta : ¿Estamos dispuestos a aprender conocimientos nuevos? ¿Estamos dispuestos a admitir nuevas ideas? ¿Estamos dispuestos a admitir que hemos olvidado conceptos importantes o que al menos no le habíamos prestado la suficiente atención?
         Si no somos un poco humildes será difícil que El Espíritu de Verdad pueda transmitir por nuestro intermedio y perderemos la oportunidad de estar al día tanto en conocimientos, como en ofrecer a la sociedad aquello que necesita y que puede ayudarle sobremanera a entender todo lo que está pasando en el mundo.
G.H.M.
© Grupo Villena

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    ESPÍRITUS AMIGOS Y ENEMIGOS

Además de nuestro ángel guardián, que siempre es un Espíritu superior, tenemos a los Espíritus protectores, que no por ser menos elevados, son menos buenos y benévolos; éstos son o parientes o amigos, o algunas veces personas que nosotros no hemos conocido en nuestra existencia actual. Frecuentemente, nos asisten con sus consejos y con su intervención en los actos de nuestra vida.
Los Espíritus simpáticos son aquellos que se unen a nosotros por cierta semejanza de gustos y de inclinaciones; pueden ser buenos o malos, según la naturaleza de las inclinaciones que les atraen hacia nosotros.
Los Espíritus seductores se esfuerzan en desviarnos del camino del bien, sugiriéndonos malos pensamientos. Se aprovechan de todas nuestras debilidades, que son como otras tantas puertas abiertas que les dan acceso a nuestra alma. Los hay que se encarnizan con nosotros como con una presa, pero se alejan cuando reconocen que no pueden luchar contra nuestra voluntad.
Dios nos dio un guía principal y superior en nuestro ángel de la guarda, y guías secundarios en nuestros Espíritus protectores y familiares; pero es un error creer que tenemos  forzosamente un mal genio colocado cerca de nosotros para contrarrestar las buenas influencias. Los malos Espíritus vienen voluntariamente según encuentren acceso en nosotros por nuestra debilidad o por nuestra negligencia en seguir las inspiraciones de los buenos Espíritus; por tanto, somos nosotros quienes los atraemos. De esto resulta que nadie está jamás privado de la asistencia de los buenos Espíritus y que depende de nosotros apartar a los malos. Siendo el hombre la primera causa de las miserias que sufre por sus imperfecciones, muchas veces él mismo, es su propio mal genio. 

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO
ALLAN KARDEC

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                               Meditación

Cuando, en las horas de intimo disgusto, el desaliento te invada el alma y las lágrimas te afloren en los ojos, búscame: “yo soy aquel que sabe sofocar tu llanto y parar tus lágrimas.”

Cuando te sientas incomprendido de los que te rodean y mires que en torno hay indiferencia, acércate a mí: “¡yo soy la luz, bajo cuyos rayos te iluminan la pureza de tus intenciones y la nobleza de tus sentimientos!”.

Cuando se te acabe el ánimo para encarar las vicisitudes de la vida y te encuentres en la inminencia de desfallecer, llámame: “¡yo soy la fuerza capaz de mover las piedras de tu camino y sobreponerte a las adversidades del mundo!”

Cuando inclementemente te azoten los vendavales de la suerte y si ya no supieras donde reclinar la cabeza, corre junto a mí: “¡yo soy el refugio en cuyo seno encontrarás refugio para tu cuerpo y tranquilidad para tu espíritu! …”

Cuando te falte la calma, en los momentos de mayor aflicción y te consideraras incapaz de conservar la serenidad de espíritu, llámame: “yo soy la paciencia que te hace vencer los trances más dolorosos y triunfar en las situaciones más difíciles.”

Cuando te debatas en los paroxismos del dolor y tuvieras el alma ulcerada por los obstáculos, llámame: “¡yo soy el bálsamo que cicatriza las llagas y te aminora los padecimientos!”

Cuando el mundo te engañe con sus promesas falaces y notes que nadie puede inspirarte confianza, ven a mí: “¡yo soy la sinceridad que sabe corresponder a la franqueza de tus actitudes y a la excelsitud de tus ideales!”

Cuando la tristeza y la melancolía te llenen el corazón y todo te cause cansancio, llámame: “¡yo soy la alegría que insufla un aliento nuevo y te hace conocer los encantos de tu mundo interior!”

Cuando, uno a uno, se marchiten tus ideales más bellos y te sientas en el auge del desespero, llámame: “¡yo soy la esperanza que te robustece la fe y calma tus sueños!”

Cuando la impiedad se niega a perdonar tus faltas y experimentes la dureza del corazón humano, búscame: “¡yo soy el perdón que te levanta el ánimo y promueve la rehabilitación de tu espíritu!”

Cuando dudes de todo, hasta de tus propias convicciones, y el escepticismo te domine el alma, recorre a mí: “¡yo soy la creencia que te inunda de luz y entendimiento y te habilita para la conquista de la felicidad!”.

Cuando ya no pruebes la sublimación de un afecto tierno y sincero y te desengañes del sentimiento de tu semejante, acércate a mí: “¡yo soy la renuncia que te enseña a olvidar la ingratitud de los hombres y a olvidar la incomprensión del mundo!”

Y cuando, en fin, quieras saber quien soy, pregunta al riachuelo que murmura y al pájaro que canta, a la flor que florece y a la estrella que centellea, al joven que espera y al viejo que recuerda.

“¡Me llamo amor, el remedio para todos los males que atormentan tu espíritu! ¡Yo soy Jesús!”.

Emmanuel
Del libro “Paz y liberación”- Medium Francisco Cándido Xavier-Traducido por R Bertolinni

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          DIVERSIDAD DE LAS RAZAS HUMANAS

                          

52 – ¿De dónde proceden las diferencias físicas y morales que distinguen a las variedades de razas humanas en la Tierra?
– Del clima, de la vida y de las costumbres. Lo mismo sucede con dos hijos de la misma madre que, educados uno lejos del otro y de distinto modo, no se parecen en nada en cuanto a lo moral.

53 – ¿Nació el hombre en diversos puntos del globo?
– Sí, y en diversas épocas, siendo ésta una de las causas de la diversidad de razas. Más tarde, al dispersarse los hombres bajo diferentes climas y al unirse con otras razas formaron nuevos tipos.

54 – Si la especie humana no procede de uno solo, ¿deben dejar por eso los hombres de reconocerse como hermanos?
– Todos los hombres son hermanos en Dios, porque están animados por el espíritu y tienden al mismo fin. Siempre queréis tomar las palabras literalmente.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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