viernes, 13 de enero de 2023

¿ Quién pudo ser el temido “Jehová” del A.T. de la Biblia ?

  INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- Allan Kardec, arquitecto del Espiritismo ( I )

2.-Inconvenientes y peligros de la Mediumnidad

3.- Velatorio y cremación

4.- ¿ Quien pudo ser el temido "Jehová" del A,T, de la Biblia?

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ALLAN KARDEC, ARQUITECTO  DEL

              ESPIRITISMO ( I )                 

“El espiritismo es una ciencia que trata de la naturaleza, origen, y destino de los espíritus, y sus relaciones con el mundo corporal. Esta nueva ciencia, cuyo nacimiento en Francia se sitúa a mediados del siglo XIX, es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica como ciencia práctica”.

Allan Kardec (¿Qué es el Espiritismo?)

     El destino del espiritismo está íntimamente ligado a su definición.

     Cuando una noción es demasiado amplia y cubre un perímetro demasiado ilimitado, se hace imprecisa y, lo que es peor, ya no significa nada. En la palabra “espiritismo”, se encuentra a menudo la broma, la incredulidad, cuando no es el desprecio. En nuestro mundo, víctima demasiado fácilmente del prejuicio, su interlocutor “sabe” ya de antemano de qué le quieren ustedes hablar: “mesas giratorias, fantasmas y casas encantadas, ‘espíritu, ¿estás ahí’?”, locos más o menos charlatanes…”

     Para vencer las deformaciones malintencionadas y salir de los carriles del prejuicio que establecen atajos que conducen al ridículo, es preciso saber volver a su fundador: Allan Kardec. ¿El objetivo? Comprender bien la verdadera naturaleza del espiritismo, encontrar su verdadera definición así como sus actitudes filosóficas.

     Si el espiritismo no es “ni una concepción personal, ni el resultado de un hombre”, como lo decía él mismo, veremos que es indisociable de su fundador, en lo que fue como hombre y espíritu encarnado a mediados del siglo XIX. Antes de Allan Kardec, el Espiritismo no existía como tal, aunque la comunicación con el alma de los muertos sea una práctica secular.

     Este hombre supo efectuar un considerable trabajo de síntesis para construir todo un edificio filosófico y científico de referencia que define los grandes principios y la comprensión de las leyes naturales que rigen en la relación entre el mundo material y el espiritual, y sin el cual el Espiritismo no sería lo que es, ni como lo conocemos hoy en día.


El espiritismo antes de Allan Kardec, los precursores

Si bien el campo de investigación espírita referente al mundo de los espíritus encontró su enfoque hace más de 150 años, es evidente que los fenómenos de orden espírita han ocurrido desde los tiempos más lejanos de la historia de la humanidad.

      El mundo invisible se adapta a las civilizaciones, las épocas y las comarcas, donde las prácticas se remiten a la magia y las ceremonias revisten el aspecto de cultos. A ratos se mezclan las almas de los antepasados, los dioses familiares, las intervenciones o fenómenos milagrosos, y el carácter o núcleo científico del hecho manifestado (núcleo que Allan Kardec se esforzó por poner en evidencia) es ahogado por las creencias y la religiosidad que lo envuelven a falta de algo más elaborado y más codificado. Es pues difícil sintetizar de manera exhaustiva lo que precedió a Allan Kardec.

      Sin embargo, es interesante señalar aquí y allá en la historia moderna de los hombres, tentativas de análisis de estas experiencias y hechos espíritas empíricos, por lo menos existe un conjunto de actas, tratados y textos que quieren recolectar y reunir lo vivido al respecto por el hombre, a falta de tener aún el material y la metodología para comprenderlo. De manera anecdótica, podemos citar la publicación en 1475 en la Suiza alemana, en Burgdorf  específicamente, de un  "Tractatus de apparitionibus post exitum ", del teólogo polaco Jacques Junterbuck. Citemos también un mamotreto de mil páginas publicado en Angers en 1586 por el demonógrafo Pierre Le Loyer y titulado (¡respiren profundo!): Discursos e historias de los espectros, visiones y apariciones de los espíritus, ángeles, demonios y almas, haciéndose visibles a los hombres, dividido en ocho libros, los cuales por las visiones maravillosas y prodigiosas apariciones ocurridas, tanto sagradas como profanas, se manifiesta la certeza de los espectros y visiones de los espíritus, y se entreabren las causas de las diversas clases de apariciones de éstos, sus efectos, sus diferencias y los medios para reconocer los buenos y los malos, y cazar los demonios. Dos años más tarde apareció en Ruán, de la pluma de Noël Taillepied, doctor en teología (1540-1589) una obra más sobriamente impresa Psicología o tratado de la aparición de los espíritus, a saber, de las almas separadas, fantasmas, prodigios, accidentes maravillosos. Finalmente, recordemos en forma divertida la aparición en Sajonia en 1804, año de la consagración de Napoleón I en Notre-Dame, pero también año del nacimiento de Allan Kardec, de un libro, que por cierto hizo algún ruido, de un tal Dr. Karl Wötzel de Chemnitz: Apariciones de mi esposa después de su muerte…

       El moderno precursor del espiritismo fue sin duda alguna el sueco Emmanuel          Swedenborg (1688-1772), político, filósofo místico,  científico, personaje muy erudito, reconocido por su saber, su mérito y sus conocimientos; miembro de la Real Academia de Ciencias de Suecia, y ennoblecido por la reina Ulrica. Preocupado por la noción de Dios, la felicidad eterna y los sufrimientos morales del hombre, Swedemborg fue un precursor y un visionario en la medida en que intentó descubrir al Creador, escrutando la Creación, en una época en que la ciencia moderna daba sus primeros pasos, aportando una dosis de racionalismo calificado de científico, e impulsó la transición entre una verdad revelada de manera profética desde hacía siglos, y un enfoque razonado de realidades filosóficas y científicas.

     Abrió la vía hacia esta metodología rigurosa de la observación de los hechos y los testimonios que envolvió de manera notable el conjunto de trabajos adelantados por A. Kardec más de un siglo más tarde. Su búsqueda y su actuación estaban dirigidas hacia la comprensión progresiva de Dios sobre la base de enseñanzas obtenidas por revelación a través de una mediumnidad surgida en 1745. Lo que recibió por videncia y escritura le permitió establecer una doctrina que encontró ciertas similitudes con el espiritismo: existencia de un mundo invisible o espiritual que está en permanente correspondencia con el mundo natural o material, posibilidad de comunicarse con él, unicidad de Dios. Entre los espíritus que apoyaron a Allan Kardec en el momento del desarrollo de la tercera revelación, E. Swedenborg fue de los que se comunicó con él y hasta respondió numerosas preguntas de su parte (sesiones en septiembre de 1859). Reconoció además, haber cometido grandes errores en la elaboración de su doctrina, tales como el carácter eterno de las penas o el mundo de los ángeles y de los santos. En su descargo, explicó haber tenido que luchar contra más ignorancia y sobre todo más superstición, en una época donde la impronta religiosa era de las más fuertes, pero donde ya se hacía sentir la emancipación traída por los filósofos de las Luces. Si bien Allan Kardec estuvo plenamente consciente de los aspectos refutables de su doctrina, supo reconocer en él las verdaderas cualidades de aquel hombre y su aporte en las bases del naciente espiritismo: “A pesar de sus errores de sistema, Swedenborg no deja de ser una de las grandes figuras cuyo recuerdo permanecerá unido a la historia del espiritismo, del que fue uno de los primeros y más celosos promotores”. (La Revue Spirite - Noviembre de 1859)

   Poco tiempo antes del comienzo de los trabajos de Kardec en espiritismo, un acontecimiento mayor fue también origen de un considerable número de hechos y experiencias que marcó en un contexto particular el período de definición del espiritismo.

Se trata de la conocidísima historia de las Hermanas Fox, Margaret y Katie, que en 1848 percibían golpecitos y ruidos insólitos en la casita familiar de Hydesville, estado de Nueva York, en los Estados Unidos. Esos fenómenos eran producto del espíritu de un hombre cuyos restos se encontraron debajo del sótano. Era el antiguo arrendatario, un tal Charles Ryan, asesinado por el vecino. Por este suceso, del que por otra parte la historia humana puede conocer miles, el descubrimiento de un medio de comunicación con los espíritus se apoderó de toda Norteamérica y fue el origen de la considerable atracción hacia esa disciplina. En 1852, tuvo lugar el primer Congreso Espírita en Cleveland. Si bien en ese fausto contexto, pueden citarse algunos autores norteamericanos, como el médium

Andrew Jackson Davis (1826-1910) o el Dr. John Worth Edmonds que realizó los primeros enfoques teóricos, finalmente el espiritualismo anglosajón no tuvo verdadera consistencia filosófica pues las leyes naturales en el origen de los fenómenos todavía no estaban bien delimitadas. y permanecían mal definidas. Aunque los hechos estaban allí, bien demostrados, sus interpretaciones de acuerdo a las creencias de cada uno daban lugar a grandes contradicciones no resueltas, como por ejemplo la idea de la reencarnación, aceptada por unos, rechazada por otros. 

    Fue la moda de las mesas giratorias o del baile de las mesas, muy apreciada en los tranquilos salones de cierta burguesía carente de sensaciones y que se propagó tanto en el Nuevo como en el Viejo Continente. Esa moda, un tanto superficial, concordaba sin duda alguna con ese siglo ávido de romanticismo donde sus más ilustres representantes, contemporáneos de Allan Kardec, no escondían sus relaciones con aquel espiritismo naciente: C. Nodier, G. Sand, G. de              V. Hugo               Nerval, T. Gautier, V.Hugo, H. de Balzac, A. de Vigny, A. de Lamartine.

                    Todos estos místicos, estremecidos por los ideales de las Luces canalizados por la  Revolución todavía cercana, habían soñado con una religión hermosa, universal, y con una sociedad fraterna en armonía con la naturaleza y con el espíritu. Y es dentro de ese contexto nutritivo y fértil que llegó Allan Kardec, o más bien Hippolyte-Léon-Denizard Rivail…

Antes de convertirse en Allan Kardec a los 50 años, tuvo una vida que, no por azar, preparó y anunció este doble nacimiento, el del espírita y el del verdadero espiritismo. Detengámonos un instante en este período. Criado en una atmósfera más bien estricta, pero dentro de un espíritu de justicia y honestidad, asistió durante cerca de 15 años a una escuela famosa, multicultural e internacional, fundada por un cierto Henri Pestalozzi en Yverdon, Suiza. Influenciado por los preceptos de J. J. Rousseau, la enseñanza se quería universal, insistiendo en la espontaneidad natural del ser humano, a quien debía permitírsele desarrollar el espíritu de observación, memoria, análisis, curiosidad al contacto con la naturaleza y las cosas de la vida, allí se cultivaba más bien el arte de aprender. La educación que insistía en los sentimientos de fraternidad, igualdad, tolerancia y respeto, era a la vez, suave y severa, justa y caritativa,

paternal y liberal. Esta savia construyó el niño Rivail, luego al adolescente, y forjó al hombre íntegro y erudito que fue, impregnado de claridad, método, y brevedad, que sabía ir a lo esencial dentro de un rigor muy cartesiano. Desarrolló también su sentido humanista, que toma conciencia del hombre como ser libre y universal, donde el espíritu de tolerancia y caridad debe privar sobre toda pertenencia política, religiosa, o social.

     Por otra parte, el joven Rivail tuvo más tarde afinidades con las ideas de la Francmasonería, que predica el mejoramiento moral y material del hombre dentro de los principios heredados del siglo de las Luces y que uno encontrará después entre las consecuencias morales y sociales del espiritismo.

      Convertido en pedagogo al servicio de la instrucción pública y de la educación, aplicó esa enseñanza al servicio de los demás, hasta su encuentro en 1854 con los textos espíritas que orientaron la vida que se le conoce al servicio del espiritismo.

( Sigue en la siguiente publicación)

NOTA IMPORTANTE: Ruego disculpéis el error de haber publicado en la anterior, la segunda parte de este artículo antes que la presente  primera parte.

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INCONVENIENTES Y PELIGROS DE LA                          MEDIUMNIDAD        

Influencia del ejercicio de la mediumnidad sobre la salud. - 
Idem sobre el cerebro. - Idem sobre los niños 


221.* 1. ¿La facultad medianímica es indicio de un estado patológico cualquiera o 
simplemente anómalo? 
"Anómalo algunas veces, pero no patológico; hay médiums de una salud robusta; los que están enfermos lo están por otras causas." 

2. ¿El ejercicio de la facultad medianímica puede ocasionar la fatiga? 
"El ejercicio demasiado prolongado de cualquiera facultad causa fatiga; la mediumnidad está en el mismo caso principalmente la que se aplica a los efectos físicos; ocasiona necesariamente un gasto de fluido que atrae la fatiga y se repara con el descanso." 

3. ¿El ejercicio de la mediumnidad puede tener inconvenientes para sí mismo desde el punto de vista higiénico, abstracción hecha del abuso? 
"Hay casos en que es prudente y aun necesario el abstenerse de ese ejercicio, o al menos moderarlo, eso depende del estado físico y moral del médium. Por otra parte el médium lo conoce generalmente, y cuando se fatiga debe abstenerse. 

4. ¿Hay personas para las cuales este ejercicio tiene más inconvenientes que  para otras? 
"He dicho que esto depende del estado físico y moral del médium. Hay personas que deben evitar toda causa de sobreexcitación, y esta es una de ellas ." 

5. ¿La mediumnidad podría producir la locura? 
"Menos que cualquiera otra cosa, cuando no hay predisposición por la debilidad del cerebro. La mediumnidad no producirá a la locura cuando el principio no existe; pero si el principio existe, lo que es fácil reconocer en el estado moral, el buen sentido dice que es menester usar de miramientos bajo todos los aspectos, porque toda causa de conmoción puede ser dañosa." 

6. ¿Hay inconveniente en desarrollar la mediumnidad en los niños? 
"Ciertamente, y sostengo que es muy peligroso; porque estas organizaciones tiernas y delicadas se conmoverían demasiado y su joven imaginación se sobreexcitaría; por lo mismo los padres discretos les alejarán de estas ideas o al menos no les hablarán sino desde el punto de vista de las consecuencias morales." 

7. Sin embargo, hay niños que son médiums naturalmente, ya sea para los efectos físicos, ya para la escritura y las visiones, ¿tiene esto el mismo inconveniente? 
"No; cuando la facultad es espontánea en un niño, es que está en su naturaleza y que su constitución se presta a ella; eso no es lo mismo que cuando es provocado y  sobreexcitado. Observad que el niño que tiene visiones, se impresiona generalmente poco por ellas, le parece una cosa muy natural, en la cual no se fila sino débilmente, y a menudo olvida; más tarde el hecho se le presenta en la memoria y se lo explica  fácilmente si conoce el Espiritismo." 

8. ¿Cuál es la edad en la cual se puede, sin inconveniente, ocuparse de la  mediumnidad? 
"No hay edad precisa; eso depende enteramente del desarrollo físico y aún más del moral; hay niños de doce años que se afectarán menos que ciertas personas adultas. 
Hablo de la mediumnidad en general, pero la que se aplica a los efectos físicos fatiga más corporalmente; la escritura tiene otro inconveniente que se refiere a la inexperiencia del niño, en el caso que quisiera ocuparse a solas y hacer de ello un juego." 

222. La práctica del Espiritismo, como lo veremos más adelante, pide mucho tacto para librarse de las astucias de los Espíritus mentirosos; si los hombres son sus juguetes, la infancia y la juventud están aún más expuestos por razón de su inexperiencia. Se sabe, además, que el recogimiento es una condición sin la cual no se pueden tener relaciones con los Espíritus formales; las evocaciones hechas con aturdimiento y a manera de diversión, son una verdadera profanación que abre fácil acceso a los Espíritus burlones o malévolos; como no se puede esperar de un niño la gravedad necesaria para un acto semejante, seria de temer no hiciese de esto un juego si se entregaba a sí mismo. Aun en las condiciones más favorables, es de desear que un niño dotado de la facultad medianímica no la ejerza sino a la vista de personas experimentadas que le enseñarán con su ejemplo el respeto que se debe a las almas de aquellos que han vivido. Se ve, según eso, que la cuestión de la edad está subordinada a las circunstancias del temperamento, como del carácter. Sin embargo, lo que resalta claramente de las respuestas arriba hechas, es que no se debe excitar el desenvolvimiento de esta facultad en los niños cuando no es espontánea, y que en todos los casos es preciso usar de esta con gran circunspección; que no se debe tampoco excitarla ni alentarla entre las personas débiles. Es necesario desviar de esto, por todos los medios posibles, a los que hubiesen dado los menores síntomas de excentricidad en las ideas o debilidad de las facultades mentales, porque hay en ellas predisposición evidente a la locura que cualquiera causa sobreexcitante puede desenvolver. Las ideas espiritistas no tienen bajo este aspecto una influencia mayor, pero viniendo a declararse la locura, tomaría el carácter de la preocupación dominante, como tomaría un carácter religioso si la persona se daba con exceso a las prácticas de devoción y se haría de esto responsable al Espiritismo. Lo que mejor puede hacerse con cualquier individuo que muestre una tendencia a la idea fija, es el dirigir sus preocupaciones por otra parte, a fin de procurar el descanso a los órganos debilitados. 

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS        

          
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           VELATORIO Y CREMACIÓN
            

Acostumbra a ser momentos de mucho dolor, de mucha tristeza por aquellos cuando tenemos que velar los cuerpos de nuestros seres queridos.
La criatura hace su gran viaje y estamos delante del cuerpo que ya no le sirviera más. Casi siempre las personas lloran sobre el cuerpo, como si el cuerpo fuese su ente querido. Casi siempre las personas dicen que van a enterrar su padre, su madre, su hijo, su amigo. Eso es porque admiten que el cuerpo es su padre, su madre, su amigo.
Allí está el féretro, la urna, el ataúd, los cuerpos que sirvieron a nuestros seres queridos. Estamos allí para prestar homenaje a esos despojos que representan, a nuestra visión, aquellos de los cuales amamos. Mi madre ya no volverá a estar más en aquel cuerpo. Mi padre, mi hijo, mi hermano, mi amigo, ya no se encuentra en aquel cuerpo que está delante de nuestra vista. Allí se halla la jaula vacía donde el ave luminosa ya se levantó, ya se liberó, ya se fue. Como consecuencia de eso, hay que pensar en algunos cuidados durante los velatorios, durante esas ocasiones en las cuales estamos prestando homenaje póstumo a los entes queridos, familiares o amigos, que ya volvieron a la vida más allá del cuerpo.
Para mucha gente, los velatorios son ocasiones para encontrar amigos. Aquellos amigos que la gente no encuentra nunca, que no ve más. Todos nos encontramos en los velatorios. Para otros, es ocasión de ver a la familia porque viene gente de todo lugar, de lugares lejanos, para prestar el último homenaje al ser querido que se fue. Para mucha gente es ocasión de conversar, por ultimo. Pero, para muchos otros, aquel es un local de desdicha, de sufrimientos atroces, de amarguras mortales. Hay individuos que ruegan, en aquel momento de desespero, a su fallecido, que los lleven junto a él, que ellos no van a soportar el dolor de la nostalgia y casi nunca, esas personas se dan cuenta de que el muerto, en realidad, no está muerto.
Estamos dando culto al cuerpo que, un día, se utilizó. Sin embargo, nuestro ser querido está vivo, de pie, muchas veces acompañando todo el proceso del velatorio y como consecuencia de eso, oyendo y viendo lo que hablamos, lo que hacemos, registrando en si el psiquismo del ambiente, aquellas criaturas que corretean, que ríen o que cuentan chistes, muchas de ellas sin conocimiento del momento, aquellas otras que hablan mal del fallecido registrando ondas de sufrimiento y de desolación de muchos familiares, de muchos amigos. Hay que tener mayor cautela, un poco más de cuidado fraterno cuando se está participando de un velatorio porque el muerto no está muerto, sigue vivo.
Entendiendo que nuestro ser querido, que el fallecido no desapareció, no está muerto de hecho, que está solamente desencarnado, fuera del cuerpo, sin que vuelva a tener más acceso a él, debiéramos todos aquellos que vamos al velatorio tener una actitud de respeto para con el fallecido y para con los familiares. Si tuviésemos que conversar, que nuestras conversaciones giren en torno a asuntos leves, que puedan auxiliar el ambiente y que la criatura desencarnada pueda estar lucida, pues en aquel momento, está sufriendo, muchas veces angustiada, y ella nota la angustia general. Y muy común es que los seres espirituales desprendidos del cuerpo registran el ambiente y sufran con el sufrimiento de las personas que se rebelan; se enfrentan contra aquellos que están usando aquel ambiente, aquel espacio, aquellos momentos para contar sus chismes, hacer sus burlas o cosas indebidas, en un momento como ese.
Es tan serio el momento de la desencarnación, como lo es del nacimiento. De ahí se hace necesario que creemos un clima de afectividad, de cariño, en torno de aquel ser que está viajando de vuelta para el mundo espiritual, tanto más cuando creamos un ambiente de cariño, de buena recepción de aquellos seres que llegaron un día a nuestra convivencia, en nuestros hijos, o en hijos de nuestra familia como un todo. Cuando pensamos en el velatorio, la condición del desencarnado, consideremos que puede ser feliz por haberse liberado del cuerpo enfermo y deficiente, o que puede estar deprimido por la depresión de la familia, o tal vez pueda estar rabioso por la forma como ha abandonado el cuerpo; a nosotros nos cabe hacer el contrapunto.
Al aproximarnos a la urna, del cuerpo, o en la esquina donde nos coloquemos, emitiendo pensamientos saludables, pensamientos de cariño, pidiendo a Dios que apoye a esa criatura, recientemente desatada del cuerpo, donde quiera que esté. Entonces, surge la cuestión de enterrarlo, o de incinerarlo. Para mucha gente, lo mejor es la sepultura tradicional, los llamados siete palmos. Para otros, es mejor la incineración. Hay personas que piden testarudamente que su cuerpo, después de la muerte, sea incinerado y la familia obedece, cumple el ritual. Era el último pedido de la persona. Pero vale la pena saber que la incineración debería ser hecha un poco después, esperando un poco más de tiempo, para que el espíritu desencarnado tenga tiempo para aclimatarse, y acostumbrarse a ese estado de desprendimiento definitivo y no sufra tanto con el proceso de incineración del cuerpo.
Es muy común que veinticuatro horas después la criatura desencarnada aun esté muy ligada mentalmente al cuerpo que acaba de dejar. Es como si tirásemos una ropa pesada que hemos llevado puesta durante mucho tiempo y, durante algún tiempo después, continuamos con la sensación de que aun la llevamos sobre el cuerpo. Imaginemos vivir el tiempo que vivamos en el cuerpo físico… Estamos con la sensación de que cargamos el cuerpo con nosotros. La cremación es para los vivos una medida higiénica, por excelencia , facilita mucho en el futuro la vida de las comunidades, no obstante, proponen los amigos espirituales que se deberían esperar al menos setenta y dos horas, para evitar cualquier choque, cualquier traumatismo sobre el espíritu desencarnado a causa de la reverberación de la incineración sobre su cuerpo. El mismo razonamiento podríamos utilizar para el enterramiento tradicional. El espíritu que se haya ligado al cuerpo, mentalmente hablando, psíquicamente hablando, se siente asfixiar cuando el ataúd es cerrado y su cuerpo baja a la sepultura. A veces, por sus méritos espirituales, los Benefactores lo liberan antes de esa escena, pero la mayoría de todos nosotros, la media de los espíritus de la tierra no tenemos ese mérito y, por eso, se suelen sufrir situaciones desagradables.
En nuestros velatorios, total respeto. En la incineración, consideremos que es una práctica importantísima, que precisa solamente ser regulada de manera diferente a como se viene haciendo.

- Raul Teixeira .
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¿ Quien  pudo ser  el temido “ Jehová” del Antiguo Testamento de la Biblia?

     . Realmente muchas personas nos hemos planteado alguna vez, sobre quién era realmente aquel severo y amenazante “Yavé” o “Jehová” que aparece en la Bíblia, y que desde su “Nube”, o desde un “Carro de Fuego”, intervino tan de cerca de aquél pueblo primitivo y nómada, al que durante cuarenta años, fue controlando cotidianamente y conduciendo, dando vueltas por un desierto, pero sin sacarlo nunca de él, camino de una tierra  que había prometido a Moisés; siempre los dirigió con mano dura, amenazando y aterrorizando algunas veces, mientras por otra parte, cuidaba de sus necesidades materiales, arrojando cotidianamente desde su nube ( o nave camuflada bajo ese aspecto), el alimento necesario para sobrevivir a las necesidades naturales (el maná) , así como más tarde, ante las quejas y amotinamiento de los hebreos por tanto “maná” como alimento exclusivo, les contentó arrojándoles también  bandadas de codornices.

El pueblo hebreo fue el “pueblo elegido”, pero esclavizado por ese enigmático "dios" al que sobre todo temían, y que  no les permitió elegir el momento de salir de aquel desierto.

No es extraña la descripción de "nube" en la que se ocultaba Yavé ( también mencionado como Jehová), pues de los ufólogos es conocido el dato de que con frecuencia y bajo la apariencia de una nube, se oculta en realidad un OVNI, y hasta  muchas veces una “ Nave Nodriza“, capaz de iluminar la zona próxima a su presencia, aun desde el interior de la nube.

       La situación de estrecho control y dominio de Yavé o Jehová sobre aquel pueblo hebreo, después de la salida del desierto, continuó durante muchas generaciones, hasta el día en que vino a nacer en el seno de ese pueblo Jesús de Nazaret.

       ¿Pero, quién pudo ser aquel enigmático personaje que bajo esas descripciones aparece tantas veces en diversos pasajes del Antiguo Testamento y que tomaron por Dios?. Desde hace mucho tiempo tengo la impresión de que este Yavé bíblico, fue un Ser extraterrestre, no muy evolucionado espiritualmente, pero con  aptitudes para ejercer como látigo para aquel pueblo primitivo y salvaje que fue aquel poblado de raza Adámica durante su estancia en el destierro que para ellos era su permanencia en la Tierra, hasta la llegada en medio de aquel pueblo de Cristo, el Espíritu Guía de la Humanidad terrestre que encarnó en la persona de Jesús de Nazaret.

     Jehová o Yavé, muy bien pudo ser el Comandante y responsable de una nave nodriza extraterrestre, al mando de un numeroso grupo de Seres extraterrestres o “ángeles” que aparecen físicamente en ciertos pasajes del Antiguo Testamento, como por ejemplo en el relato de Tobías”.

Tengo la impresión de que su misión fue principalmente la de controlar y  vigilar la adaptación de aquella parte de la humanidad, que eran aquellos primitivos  hebreos sobre los que tenía la responsabilidad de su traslado desde su planeta de procedencia (“ el Paraíso  perdido”). hasta el mundo, la Tierra, en donde aún  permaneció un tiempo en misión de vigilancia y control. Vamos, que se podría comparar a un papel similar al de  un tratante de ganado, que trasporta a este a otro lugar y después queda un tiempo vigilando las reses, comprobando que todo va bien,

       Desde luego, queda claro que  este Yavé o Jehová no fue ningún dios de amor, pues según el relato bíblico no parece que se comportó como un Ser de muy elevada condición moral, dado a utilizar “mano dura”, incluso  con crueldad, que empleó tantas veces contra los débiles humanos del pueblo que tenía sometido, ( le llaman en la Biblia el pueblo elegido), aunque tal vez a veces fuese necesaria tanta mano dura para guiar a un pueblo tan  primitivo y salvaje, que tendría que estar preparado para acoger más adelante en su seno a tan extraordinario y elevado Ser como lo iba a ser el Cristo.

        La misión a lo largo de la historia de la intervención de Jehová acerca del pueblo hebreo, pudo ser la de formar y seleccionar genéticamente durante varias generaciones, la estirpe humana en aquel pueblo, de la que  finalmente nacería Jesús, el Cristo.

- José Luis Martín-


“En efecto, es muy frecuente encontrar alguna clase de nube cuando Yahvé quiere comunicarse con su pueblo, y esto no solo en el Pentateuco, sino a lo largo de todo   el Antiguo y aún del Nuevo  Testamento”.

Salvador Freixedo -

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