miércoles, 20 de noviembre de 2019

Miedos infantiles

                                                     
    INQUIETUDES ESPÍRITAS


1.- Cómo ser feliz en el día a día
2.- Los que niegan a Dios
3.- ¿Estamos solos en el Universo?
 4.- Eficacia de la Oración
       Frase de Emmanuel
 5.- Miedos infantiles






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 CÓMO SER FELIZ EN EL DÍA A      DÍA


















                                                                                

Esto es lo que todos nosotros deseamos, ser felices en el día a día, y buscamos la manera de alcanzar esa felicidad. Quizás no sea del todo correcto el término “buscar“, pero es el vocablo que generalmente utilizamos, creyendo que la felicidad está en algún sitio, fuera de nosotros, y que la vamos a encontrar en los placeres materiales, en la sensualidad, en la comida, en los diferentes divertimientos y pasatiempos que la sociedad nos presenta. Otros creen que está en el  disfrute de una vida rodeada de lujos, teniendo muchas posesiones… pensando que todo aquello que se puede comprar con dinero va a proporcionar la felicidad. Sin embargo, no se presta atención al “yo” interno, a nuestra alma, que es la que a ciencia cierta puede proporcionar esa felicidad tan ansiada.
Podemos distinguir varios grados o estados de satisfacción, que son los que nos motivan a realizar aquello que consideramos nos puede proporcionar bienestar y felicidad. Por ejemplo, podríamos distinguir entre pasarlo bien, sentirnos satisfechos con la vida que llevamos porque estamos conformes con la misma; es decir, tenemos trabajo, una casa, una familia; no pasamos grandes necesidades, nos va bien, podemos vivir con lo que tenemos y no aspiramos a nada más. O, en otro aspecto, porque disfrutamos de la vida yendo a la playa cuando toca, al cine, a restaurantes… en fin, llevamos una vida en la que podemos disfrutar hasta ciertos límites de lo que la sociedad puede ofrecernos, y con eso nos sentimos plenos. Cada persona tendrá, pues, sus preferencias y apetencias dentro de un orden.
Todo esto y muchas otras cosas más podríamos considerarlas factores externos que, de hecho, son importantes, pero realmente ¿pensamos que en todo eso consiste la felicidad?
También internamente podríamos decir que nos sentimos bien: llevamos la vida con alegría, estamos a gusto con nosotros mismos, tenemos la conciencia tranquila, sentimos fluir la vida dentro de nosotros, esa energía, fuerza y luz que da brillo a nuestra existencia y nos impulsa a vivir con amor e ilusión.
Otro aspecto de suma importancia es la felicidad que reina en nuestros hogares, junto a nuestra pareja e hijos. ¿Hemos logrado que en nuestro hogar reine un clima de unión y de armonía? O, por el contrario, lo que se respira es rutina y monotonía, y cada uno de los miembros va a la suyo sin hacer partícipes al resto. La realidad de la vida de las parejas y la convivencia dentro de casa apunta a que es muy precaria en términos de armonía y de amor en familia, pues la estadística nos cuenta el gran número de matrimonios que se separan por diferentes motivos; uno de los más comunes es que a la pareja “se le terminó el amor”.
Este hecho es un síntoma más de que algo estamos haciendo mal, puesto que no hemos sabido mantener viva la llama del amor de pareja, y una vez consumados los apetitos sensuales nos sentimos vacíos. Creemos entonces que vamos a encontrar en otra persona la pareja perfecta y claudicamos, dejamos de luchar por lo que en un momento fue una promesa de amor de por vida.
Se podría definir la felicidad como un estado del alma, un estado interior. Si la felicidad dependiera de esos factores externos que hemos mencionado con anterioridad, al menos en occidente deberíamos vivir muy felices una mayoría de los que gozamos de esos privilegios: estaríamos todos contentos; iríamos dándonos abrazos constantemente por la calle; todo sería alegría, entusiasmo; todo el mundo estaría vibrando con energía positiva; nos daríamos los buenos días sin parar; nos dejaríamos las puertas de casa abiertas porque no temeríamos a nada ni a nadie; ninguno viviría enfadado, los vecinos serían de lo mejor, nuestro jefe sería una persona extraordinaria; como estamos felices y satisfechos apenas caeríamos enfermos; no tendríamos ningún tipo de crisis. El occidente sería lo más parecido a un paraíso, y sin embargo vemos que esto no es así, ni mucho menos.
No dejes el mundo con las manos vacías. Acumula la suprema riqueza del alma. No pierdas la dorada oportunidad, que te ofrece esta vida, de conocer a Dios(Swami Sivananda).
A poco que observemos, la realidad es muy diferente: Casi nadie está contento con lo que tiene; la vida está llena de complicaciones; la mayoría de los obreros trabaja en condiciones muy precarias; son los que menos responsabilidad tienen de la crisis que nos ha caído encima y, sin embargo, son los que más la sufren. Los políticos no cesan de pelearse entre ellos, se faltan al respeto, se insultan, se corrompen con un facilidad pasmosa y no se ocupan de los problemas ni de dirigir y gobernar al pueblo, tal y como prometen o juran cuando asumen sus cargos. Los centros de salud ven cómo cada día las consultas están más repletas de enfermos y pacientes que demandan más ansiolíticos, tranquilizantes y todo tipo de fármacos para solucionar sus problemas de estrés y de otras muchas patologías relacionadas con los tiempos modernos en los que vivimos.
La verdad es que no estamos preparados para ser felices; la sociedad y el modo de vida que se han implantado en nuestro mundo son incompatibles con la felicidad. Y sin embargo, internamente estamos programados para la conquista de la felicidad, porque es algo inherente a nuestra propia esencia espiritual. De ahí que exista una lucha interior entre nuestra conciencia superior, que sabe a qué está llamada, y nuestra conciencia humana, conciencia de lo inmediato, que todavía no se ha identificado con la realidad de que la naturaleza de la felicidad es inherente al alma, a los valores que vamos desarrollando y que no depende de factores externos. De esta lucha interna se generan los estados de desarmonía, desequilibrio y confusión.
Por otro lado, una vez hemos satisfecho un deseo o adquirido cualquier posesión, vemos con el tiempo que no nos ha llenado; enseguida necesitamos otro, y otro; necesitamos otras cosas que perseguir, que vuelvan a llenarnos ese vacío interior, sin darnos cuenta de que estamos cometiendo errores continuos. ¿Por qué? Muy sencillo: nos equivocamos en el planteamiento de pensar que la felicidad depende de las cosas externas. Al final, todas ellas son algo efímero. Como dicen las corrientes espiritualistas orientales desde tiempos remotos, son “Maya”, una ilusión, y como toda ilusión es pasajera y no contiene el fruto de lo verdadero y auténtico, que son los valores del alma, con los que nuestra identidad espiritual se identifica y se siente plena, consciente y dichosa.
Adquirir la felicidad no es nada complicado, basta solo con hacer el bien a los demás. Esa es la ley. Cosechamos lo que sembramos. Si hacemos bien recogeremos bien, si hacemos mal recogeremos mal, si hacemos felices a los demás los demás nos harán felices, si vamos por la vida con alegría la vida nos devolverá alegría, y así sucesivamente. Ahora reflexionemos y preguntémonos qué estamos sembrando. Lo que sembramos en el pasado, en otras vidas, es lo que estamos recogiendo ahora, y lo que incluso podremos recoger más adelante: es el llamado karma acumulado, el cual corresponde a la ley del karma, la cual va administrando y ajustando las pruebas según sean nuestras necesidades evolutivas; de ahí que muchas cosas sean difíciles de cambiar, porque nos corresponde vivirlas para nuestro aprendizaje.
Pero el futuro sí lo podemos mejorar. ¿Cómo? Haciendo las cosas bien, pensando en nuestro prójimo, sembrando buenas acciones, pensamientos y sentimientos nobles y generosos, porque todo ello, repito, volverá a nosotros en forma de karma positivo. Sólo nosotros, como seres humanos, como espíritus encarnados que somos, estamos dotados de la facultad de pensar, reflexionar y distinguir el bien del mal, por eso somos responsables de nuestro destino.
No hay otro camino, somos lo que pensamos. Comencemos por ahí, pensando positivamente; amemos de corazón a nuestros seres queridos, a todos cuantos nos rodean, incluso a los animales; hemos de ser buenos y sembrar bondad por doquier. Tal como dice el espiritismo, ser buenos no consiste en no hacer el mal, sino en hacer el bien.
Esta vida es un camino de paso hacia la inmortalidad. (Swami Sivananda).
Por fortuna, en esta época estamos disfrutando de tener al alcance diferentes ramas de la psicología, como son por ejemplo la humanista, la positiva y la psicología cognitiva, que centran sus estudios en las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas, destacando los valores como la autoestima, la alegría, la ilusión, el entusiasmo, la voluntad, la resiliencia, el amor, el perdón, etc., etc. Son los que dignifican la vida humana y nos conducen a un estado de bienestar y, en consecuencia, de felicidad interna, al margen de nuestra condición social, de riqueza, etc., ya que todos los seres humanos albergamos en potencia las mismas cualidades. La diferencia está en creerlo y en poner en marcha las habilidades que se hallan ocultas en todos nosotros. En otras palabras, se está hablando de las facultades innatas e inherentes al espíritu humano.
Si cambiamos de actitud ante la vida, asumiendo que somos responsables en primera persona de nuestro destino, que el día de mañana disfrutaremos de lo que estemos haciendo en el presente, no debiera costarnos demasiado empezar a trabajar para comenzar esa siembra fructífera que se inicia con hacer el bien siempre que se nos presente la oportunidad. Para ello basta con tenerlo presente y con hacer los cambios oportunos en nuestro carácter que nos permitan dedicarnos a esa labor constructiva.
Deberemos ir conociéndonos a nosotros mismos día a día, para ir corrigiendo aquellos aspectos de nuestra personalidad que se alejan de los valores humanos y de la ética, y desarrollando las virtudes, todo ello con optimismo, entusiasmo, humildad y autoestima; así venceremos las dificultades que, sin duda, se nos presentarán cuando menos lo esperemos.
Entonces tendremos humor, creatividad, aprenderemos a compartir, a convivir, a darnos a los demás; saldremos a la calle con la sonrisa en la cara, daremos los buenos días con alegría a quienes comparten esta vida con nosotros y estaremos predispuestos a sacar cada día lo mejor de nosotros. Dejaremos la seriedad, la tristeza, la amargura, el pesimismo, la soledad, la rigidez y el egoísmo a un lado, dejaremos de ir por la vida con la cara mustia y la veremos de otro color. Basta con que nos dispongamos con firmeza a realizar nuestro trabajo, a amar y ser amados.
Dejaremos fluir nuestra energía, estaremos en contacto con la fuente de luz y de poder que esta ahí en el universo para nosotros, y nos sentiremos uno con la creación. Entonces otro espíritu nos animará, dejaremos de darle tanta importancia a las cosas materiales y trabajaremos con ahínco por lo que de verdad nos ha traído hasta aquí: la necesidad de progreso.
 Fermín Hernández Amor, Paz y Caridad
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                                LOS QUE NIEGAN A DIOS

Todos los que niegan la existencia de Dios tienen razón, y digo razón, porque son almas tan pequeñas que aún no han comprendido de dónde emana esa inspiración que los alienta y los guia por el destierro de la vida; y luego, si no se conocen ellos mismos, ¿ cómo van a comprender a Dios? Conocer a Dios es muy difícil y es muy fácil. El espíritu conoce a Dios cuando ha sufrido y llorado mucho, porque para conocer lo bello y lo grande se tiene que haber pasado antes por esos estados atmosféricos en que el hombre se asfixia; y dentro de esa misma labor es cuando el hombre analiza y conoce la verdad..
Para que el hombre ore con el alma, es necesario que se encuentre en un sitio donde las zarzas cierren su paso; pues cuando se ve imposibilitado de salir de este laberinto es cuando decae su cuerpo y se eleva su alma. Para el alma nunca se cierran todas las puertas en el momento en que su cuerpo gime y llora y dice: "¡No puedo más ! El alma, entonces, busca un punto de apoyo en el océano del infinito, y desde allí contempla esas olas tempestuosas de la vida, comprendiendo, en sus momentos de lucidez, el porqué de su triste situación ; y cuando el alma se convence de que así puede llegar al fin deseado, renuncia a todos los goces terrestres.
¡Si, hijos mios ! Al espíritu le es imposible llegar a la felicidad cuando los placeres materiales absorben todos sus pensamientos, y así le sucedió a mi pobre espíritu que, cuando todo le sonreía y sobraba, cuando una humanidad le admiraba por su gran talento, fue cuando mi Yo iba descendiendo de pendiente en pendiente, hasta llegar al fondo de un precipicio.
¡ Triste y amargo es describir lo que sucede a un alma cuando se encuentra en esa pobre situación! ... El gran mancebo, el satírico poeta, el bufón de otros tiempos... Todas estas y otras pequeñeces, que omito porque seria interminable mi narración, que sugieren estas y otras reflexiones al parangonar mis dos últimas existencias. ¡Cuanta sombra dentro de la opulencia ! ¡Cuanta luz dentro de la miseria !...-¡Qué cambios tan bruscos recibe el espíritu cuando, en determinado momento pasan por delante de sus ojos, como visión cinematográfica, tantas y tantas costumbres, tantas y tan variadas posiciones sociales, tantas y tan diferentes maneras de pensar, siendo todo, en conjunto, obra de uno mismo!
¡Cuán grande es Dios ! ¡Qué grandes son su obra, su amor y su
misericordia! ¡Que sublimes su bondad y sabiduría infinitas, dando al hombre una eternidad para que vaya, poco a poco, limando la cadena de sus imperfecciones!


Amalia Domingo Soler. Memorias



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¿ESTAMOS SOLOS EN EL UNIVERSO?

  La Iglesia Católica comienza a revisar la oposición histórica a la hipótesis de la pluralidad de mundos habitados. El seminario de astrobiología del Vaticano allana el camino para la aceptación de la tesis defendida por el espiritismo desde su nacimiento.
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.Un evento histórico en la Santa Sede.-

Un seminario sobre Astrobiología celebrado en noviembre por la Academia Pontificia de Ciencias del Vaticano acaba de allanar el camino para que la Iglesia acepte un principio históricamente combatido por el catolicismo: la pluralidad de mundos habitados.

Según la Radio Vaticana, la Santa Sede planteó la cuestión de la posibilidad de vida inteligente extraterrestre en un seminario sobre Astrobiología que finalizó el 10 de noviembre de 2009. 

Un participante expresó la creencia de que este hallazgo era relativamente cercano. 

El padre Chris Impey, astrónomo de la Universidad de Arizona, dijo: "En unos años, se encontrarán formas de vida en el universo, ya sea en el sistema solar o en el exterior"También señaló que "se han hecho progresos increíbles en la investigación en los planetas"Recordó: "No fue hasta 1995 que encontramos el primer planeta fuera del sistema solar y ahora sabemos de más de 400".

Ya en 2008, el jesuita José Gabriel Funes, director del Observatorio Astronómico del Vaticano sorprendió a todos los que siguen la historia de la Iglesia y, especialmente, a otras iglesias cristianas más conservadoras, cuando, en una entrevista con "L'Osservatore Romano", admitió la existencia de "otros seres inteligentes, creados por Dios, fuera de la Tierra"En ese momento, sostuvo: "Esto no contradice nuestra fe porque no podemos establecer límites a la libertad creativa de Dios".

En ese momento, la Iglesia Ortodoxa Rusa, a través del teólogo Alexei Osipov, profesor de la Academia Espiritual de Moscú, expresó que su iglesia descarta civilizaciones extraterrestres inteligentes y que la declaración de Funes estaba en contradicción directa con el Antiguo y el Nuevo Testamento ”.

 Las hipótesis no descartan la existencia de vida en el sistema solar.

Aunque organizado por un organismo del Vaticano, el seminario contó con la presencia de académicos del tema que no pertenecen a la Santa Sede, como la Dra. Athena Cosutenis, astrónoma del observatorio de París. Se refirió a los diversos elementos compatibles con la vida. dispersos por todo el universo. Recordó que debajo de la superficie de la luna Europa, en el sistema Júpiter, puede haber grandes cantidades de agua líquida. En este océano, podría haber varias formas de vida. El astrónomo indicó que hay dos satélites que despiertan un interés particular de los astrobiólogos. Están en el sistema de Saturno y son Titán y Encelado. Titán tiene características similares a las de la Tierra y Encelado parece ofrecer condiciones adecuadas para la vida, según el profesor Cosutenis.


Nuestra opinión :
Revelación, ciencia y espiritualidad.-

Aunque la Iglesia ha hecho un esfuerzo notable en las últimas décadas para conciliar la fe y la ciencia, no se puede negar la profunda discrepancia entre la "verdad revelada" y los descubrimientos o tendencias científicas actuales. Al principio, para la Biblia, ningún otro mundo podría existir. Mucho menos, la vida fuera de la tierra. La creación fue el acto personal de Jehová y la vida en la tierra un castigo para Adán, Eva y todos sus descendientes por la práctica del pecado original.

Sin embargo, siempre es necesario celebrar estos movimientos de la Iglesia para adaptarse a la ciencia. Básicamente, consolidan el proceso de laicización del conocimiento, reservando para la religión nada más que simbolismo y tradición.

La tesis de la pluralidad de mundos habitados, incluso cuando el surgimiento del espiritismo, fue vista por el Vaticano como una verdadera herejía. 

A pesar de que la llamada "revelación espiritista" puede contener conceptos erróneos puntuales, lo que indica la presencia de vida inteligente y civilizaciones en los planetas de nuestro sistema solar, una hipótesis de posibilidad dudosa en la actualidad, el principio como tal sigue siendo apoyado por el razonamiento. El universo observable de hoy ya registra alrededor de 100 mil millones de galaxias. Cada una, como nuestra Vía Láctea, señala la existencia de aproximadamente 100 mil millones de estrellas o soles del mismo tamaño o mayor que nuestro Sol. En sus órbitas, ya se han descubierto planetas muy similares a la Tierra. Es bastante razonable que en muchos de ellos puedan haber formas de vida similares o incluso mucho más avanzadas que la vida humana.

A diferencia de la religión, que en cada paso necesita rectificar las posiciones oficiales previamente asumidas, el espiritualismo debe acompañar a todos los movimientos de la ciencia. Es cierto que la brecha entre la religión y la ciencia es cada vez más profunda. Pero la propuesta espiritista es que entre la espiritualidad y la ciencia no hay barrera. (The Newsroom)

( Tomado de Opinión Espírita de 2009)

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             Eficacia de la oración

Por tanto os digo, que todas las cosas que pidiéreis orando, creed que las recibiréis y os vendrán. (San Marcos, capítulo XI, v. 24).

Hay gentes que niegan la eficacia de la oración fundándose en el princípio de que, conociendo Dios nuestras necesidades, es superfluo exponérselas. Aun añaden, que
encadenándose todo el universo por leyes eternas, nuestros votos no pueden cambiar los
decretos de Dios.


Sin ninguna duda hay leyes naturales e inmutables que Dios no puede anular a capricho de cada uno; pero de esto a creer que todas las circunstancias de la vida están sometidas a la fatalidad, es grande la distancia. Si así fuese, el hombre sólo sería un instrumento pasivo, sin libre albedrío y sin iniciativa. En esta hipótesis no habría más que doblar la cabeza al golpe de los acontecimientos, sin evitarlos, y por lo tanto, no se hubiera procurado desviar el rayo. No ha dado Dios al hombre el juicio y la inteligencia para no servirse de ellos, ni la voluntad para no querer, ni la actividad para estar en la inacción. Siendo libre el hombre para obrar en un sentido o en otro, sus actos tienen para sí y para los otros consecuencias subordinadas a lo que hace o deja de hacer; hay acontecimientos que por su iniciativa escapan forzosamente a la fatalidad sin que por esto se destruyan la armonía de las leyes universales, como si se adelanta o retrasa la saeta de un reloj, tampoco se destruye la ley del movimiento sobre la cual está establecido el mecanismo. Dios puede acceder a ciertas súplicas sin derogar la inmutabilidad de las leyes que rigen el conjunto, quedando siempre su acción subordinada a su voluntad.


7. Seria ilógico deducir de esta máxima: "Todas las cosas que pidiéreis orando,creed que las recibiréis y os vendrán", que basta pedir para obtener como sería injusto acusar a la Providencia si no accede a otro lo que se le pide, puesto que sabe mejor que nosotros lo que nos conviene. Hace lo mismo que un padre prudente que rehúsa a su hijo las cosas contrarias al interés de éste. Generalmente el hombre sólo ve el presente; mas si el sufrimiento es útil para su futura felicidad, Dios le dejará qqe sufra, como el cirujano deja sufrir al enfermo en la operación que debe conducirle a la curación.


Lo que Dios le concederá, si se dirige a El con confianza, es valor, paciencia y resignación. También le concederá los medios para que él mismo salga del conflicto, con ayuda de las ideas que le sugiere por medio de los buenos espíritus, dejándole de este modo todo el mérito; Dios asiste a los que se ayudan a si mismos, según esta máxima:
"Ayúdate y el cielo te ayudará", y no a aquellos que todo lo esperan de un socorro extraño, sin hacer uso de sus propias facultades; pero casi siempre se preferiría el ser socorrido por un milagro sin que nos costase ningún trabajo.


8. Pongamos un ejemplo: Un hombre se ha perdido en el desierto y sufre una sed horrible; siéntese desfallecer y se deja caer en el suelo; ruega a Dios que le asista, y espera; pero ningún ángel viene a traerle agua. Sin embargo, un buen espíritu le ha "sugerido" el pensamiento de levantarse, seguir uno de los senderos que se presentan ante él, y entonces por un movimiento maquinal, se reviste de ánimo, se levanta y marcha a la ventura. Llega a una colina, descubre lejos un arroyuelo, y a esta vista,recobra ánimo. Si tiene fe, exclamará: "Gracias, Dios mío, por el pensamiento que me habéis inspirado y por la fuerza que me habéis dado". Si no tiene fe, dirá: "¡Qué buen pensamiento he tenido! ¡Qué suerte haber tomado el camino de la derecha más bien que el de la izquierda! la casualidad, verdaderamente, nos sirve bien algunas veces. ¡Cuánto me felicito por mi valor en no dejarme abatir!"

Pero dirán algunos: "¿por qué el buen espíritu no le dijo bien claro, sigue esta senda, y al extremo encontrarás lo que te hace falta? ¿Por qué no se le ha manifestado,para guiarle y sostenerle en su abatimiento? De este modo le hubiera convencido de la intervención de la Providencia". En primer lugar sucede así para enseñarle que debe ayudarse a sí mismo y hacer uso de sus propias fuerzas, y luego, por tal incertidumbre, Dios pone a prueba la confianza que en El se tiene, así como la sumisión a su voluntad.


Ese hombre estaba en la situación de un niño que cae, y si ve a alguno, grita y espera que le vayan a levantar; si no ve a nadie, hace esfuerzos y se levanta solo.


Si el ángel que acompañó a Tobías le hubiese dicho: "Soy el enviado de Dios para guiarte en tu viaje y preservarte de todo peligro", Tobías no hubiera tenido ningún mérito; confiando en su compañero, ni aun hubiera tenido necesidad de pensar; por esto el ángel no se dio a conocer hasta el regreso.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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¡ Dios está en todas partes al mismo tiempo, alrededor de usted, dentro de usted !. Jamás usted está desamparado. Nunca está solo. No permita que la tristeza lo perturbe; procure mantenerse calmo, para oír la voz silenciosa de Dios dentro de usted. Así podrá superar todas las dificultades que aparezcan en su camino, y ha de descubrir la Verdad que existe en todas las cosas y personas.
-Emmanuel- (Cristo, Camino Verdad y Vida)

                                                      
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      MIEDOS INFANTILES


  Existen criaturas que tienen miedos inexplicables.
Sin que nadie las haya amedrentado  con figuras monstruosas, con la oscuridad o apagamientos, ellas demuestran temer la oscuridad, el mar, el rio, las armas.
Se asustan y corren aterradas para el cuello de los padres, o quedan paradas,  alto llanto,  frente a determinadas situaciones.
Hay hasta bebes que duermen tranquilos en el regazo materno.la madre los deja en la cuna, los besa con dulzura y los tapa, llena de cariño.
Entretanto, cuando ella sale del cuarto y apaga la luz, ellos  despiertan a gritos, con tremendo temor, demorándose en calmarse,  en la secuencia.
Algunas criaturas  tienen dificultades en la oscuridad. No consiguen entrar en un  lugar a oscuras, aun mismo acompañadas. Registran su descontento agarrándose a las manos de quien está con ellas y aun mismo así, lloran, piden con insistencia para que sea encendida la luz.
Algunos padres, deseosos de que sus hijos crezcan, sin miedos, los obligan  a enfrentar tales situaciones, llamándolos maricas, bobos, y otros adjetivos aun más infelices.
Obligan al hijo a entrar en una sala oscura y coger algún objeto, a propósito, enrabietándose si la criatura llora, grita  o no hace lo que le piden.
Para vencer el miedo al agua, lo adentran en el mar,  o en una piscina, con el hijo en los brazos, obligándolo a quedar allí. La criatura llega  al desespero, arañándose y gritando asustado.
Los miedos infantiles de ese orden  no son fruto de esta vida, pues son registrados desde los primeros meses, sin ninguno explicación razonable del ahora.
Son registros que el espíritu trae por haber sufrido algún mal, en vidas anteriores,  hasta incluso la muerte, en lugares oscuros o en el agua. Quién sabe   si sufrió desvanecimiento, quedando a oscuras por algún tiempo hasta consumarse  la muerte física.
O tuvo la muerte por ahogamiento, algunas veces hasta por imprudencia

Es porque tales miedos infantiles nos merecen    todo respeto y cuidado.
La criatura deberá ser llevada, con cuidado, con extremo cuidado, a comprender que ahora está segura.
Los padres podrán afirmarle esto, muchas, muchas veces, diciendo que los aman y que lo protegerán. Que ella no tiene que temer a la oscuridad, que ella siempre desaparece cuando encendemos la luz.
Llevarla al mar, para mojarse los pies despacito, saltar en la arena y, poco a poco, irle hablando de la necesidad de la prudencia más, también, que no hay motivo para tener tanto miedo.
Tal vez llevar al hijo a una piscina muy poco profunda y estar con el, incentivándolo a saltar en el agua.
Jamás en ninguna circunstancia, reírse de sus temores  o calificarlo  de forma negativa.
Son problemas muy profundos del espíritu y de forma delicada, cuidadosa y profunda deberán ser trabajados.

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El hijo que nos llega es siempre un espíritu pidiendo ayuda para su crecimiento  interior. Confía en nosotros y por esto nos toma como padres.
No le fallemos en los momentos más importantes. Ayudémoslo a superar sus dificultades, con calma.
No nos importe el aplauso del mundo, ni si el no ostentará jamás medallas  del hombre más valiente o del mejor nadador. Lo importante es que se torne un hombre  equilibrado, superando las dificultades una a una, seguro y feliz.

Redacción de Momento Espirita


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