INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El Infierno, según el Espiritismo (2)
2.- Cristo y nuestro proceso evolutivo
3.- El Temor
4.- Libertando los afectos
5.- La historia de Alicia
***********************************
EL INFIERNO,SEGÚN EL ESPIRITISMO (2)
( ...//... )
El purgatorio y el limbo son puras invenciones del catolicismo, pues en el Evangelio no se mencionan para nada. Al comienzo del año 533 de la Era Cristiana, los Concilios crearon estos estados intermediarios. El motivo determinante de este agregado salta a la vista, después de haber interpretado absolutamente de un modo tan absurdo e irracional, los conceptos de cielo e infierno.
Los protestantes, más lógicos y más fieles al texto, rechazaron el Purgatorio y el Limbo, porque en los Evangelios no se mencionan, permaneciendo inalterables y fríos ante las horribles consecuencias que se deducían por la interpretación dada por los concilios a las palabras cielo e infierno de que Jesús habló, sin definirlas, como ya hemos mencionado.
La Iglesia, al crear el Purgatorio y el Limbo, no hizo más que llenar una gran laguna, o mejor dicho, atemperar el egoísmo de sus interpretaciones evangélicas, como por un espíritu de equidad, pues al no hacerlo así, resultaba que la gran mayoría de los hijos de Dios tenían asegurada de antemano su condenación eterna y respecto de los niños fallecidos sin el uso de la razón, había que darles un destino, pues según los dogmas consignados, estos quedaban fuera de toda previsión, y para eso estaba la Iglesia, para prever la falta de previsión e Jesús, que no fue tan explícito y claro del punto de vista en que sus ministros se habían colocado, pero lo fue bastante y demasiado contundente si se hubieran interpretado sus doctrinas con un espíritu menos sectario, más racional y científico.
La Iglesia comprendió la enormidad de sus resoluciones, llamadas a divulgarse como la expresión clara y precisa del Maestro, e inventó el Purgatorio, es decir, una reclusión temporal para aquellos que habiendo confesado y profesado la ley de la Iglesia, podían purificarse de sus faltas y defectos, para después merecer el cielo.
Este dogma, sería en el fondo verdadero, si la Iglesia no hubiera sido tan inhumana como exclusiva, dando a él, acceso solamente a los que profesaban la fe católica romana, en cuanto a la mayoría de la humanidad terrestre, que no profesa el catolicismo, no tiene otro destino final que el fuego eterno. Como ya se ha dicho, los espíritus, encarnados o no, sufren las consecuencias de sus faltas, como tienen sus alegrías y relativa felicidad en virtud de sus buenas acciones, el purgatorio pues, es una realidad en mundos como el nuestro, de pruebas y expiaciones, porque siempre se sufre y se expía; porque la felicidad relativa alterna con la desgracia, también relativa, y así es como se vive, participando a la vez de la dicha y del sufrimiento, el cielo y el purgatorio, según el progreso moral alcanzado.
La justicia y la lógica de la doctrina espírita están de manifiesto y no existe ninguna doctrina que pueda explicar mejor las anomalías y aparentes contradicciones de la vida terrestre.
Descartados Jesús y el Evangelio de los dogmas creados por la Iglesia, de cielo e infierno,purgatorio y limbo, queda ta solo una opinión individual, puramente humana; una afirmación que el sano criterio, la lógica, la razón y la ciencia, han terminado por destruir y relegar a la categoría de mitos, más o menos concordantes con la ignorancia y los prejuicios de épocas lejanas. La revelación cristiana, nada tiene pues que hacer, con todo esto, y hoy, por el contrario, esa revelación da la razón al Espiritismo.
Los librepensadores, rechazan estos dogmas católicos porque ya no los necesitan y prefieren equivocarse por sí mismos, porque el hombre adquiere experiencia por sus propios esfuerzos, y no renuncia a la facultad más noble que Dios le dio, que es la razón.
Hay muchos que opinan que no incurren en responsabilidad creyendo o aceptando las enseñanzas de los que se dicen intérpretes del pensamiento divino, pero así será el desengaño cuando el ciego guía de ciegos, caiga con ellos al abismo.
Así pues, el estimado adversario ha debido tener en cuenta que no todos están dispuestos a apostatar de su razón.
Los que para combatir el Espiritismo no aportan pruebas de sus asertos y de sus teorías propias sobre los espíritus, estas no son doctrinas sacadas del Evangelio, sino opiniones de secta, que como se sabe desaparecen con el tiempo : "Arbol que mi Padre no haya sembrado, será arrancado de raíz".
Afirmamos otra vez, que los espíritus que se comunican con los seres corporales, son,por lo general, las almas de los que nos han precedido en el sepulcro, sin que ello signifique que todas han de recurrir a estos medios. Estos seres espirituales son de distintas categorías o grados de adelanto, precisamente lo mismo que en la Tierra, porque el paso de la muerte no convierte a los espíritus ignorantes o malos, en buenos y sabios; todos conservan el acopio de cosas buenas y malas traídas de sus vidas anteriores.
También suelen comunicarse seres muy superiores o muy inferiores a los de la Tierra, pero esto sucede por excepción, así como por excepción se encarnan y cuando lo hacen es para una importante misión de progreso.
Se dirá ahora:¿ Dónde está la prueba? La prueba está en toda la historia, en todas las religiones, en la revelación, en la razón misma.
- Cosme Mariño-
( extracto de la publicación en la Rev. Fraternidad Cristiana Espírita nº 16)
******************************
CRISTO Y NUESTRO PROCESO
EVOLUTIVO
Ciertamente, mucho se podría escribir sobre la figura de Jesús de
Nazaret. Su espíritu es llamado el
Cristo planetario, pues este elevadísimo Ser de Luz, fue desde el principio de
los tiempos del planeta Tierra, el que
tomó la misión encomendada por el Padre para formar y guiar los destinos
de un nuevo mundo planetario llamado a ser la morada evolutiva de tantos millones
de seres espirituales a través de su
andadura humana en la Tierra. Esta fue también la morada evolutiva de otros muchos Espíritus que a él llegaron poco
después, procedentes de otro mundo planetario ( parece ser que de un planeta de la estrella de
Capella en la constelación de Cochero) , que tras su ascenso evolutivo en la escala de los mundos, tuvo que
desalojar del planeta capellino, a esos seres que aquí llegaron, porque no habían alcanzado la categoría evolutiva suficiente para poder continuar allí
sin perturbar la marcha evolutiva de los demás habitantes que en él
continuaron su proceso. Por lo hasta
aquí relatado, la Tierra, ( entonces un mundo primitivo, en sus
comienzos), fue su destino al que vinieron trasladados o
desterrados, para proseguir aquí su proceso evolutivo ( la alegoría
bíblica de los “ángeles caídos”) y a su vez
mediante el grado de progreso ya alcanzado en su mundo de procedencia, impulsaron
en su avance moral e intelectual a los espíritus primitivos
que aquí apenas comenzaban su andadura
como humanos .
En la
incalculable planificación evolutiva de
los mundos en general y de la Tierra en particular, el Espíritu de Cristo – Gobernador de la Tierra-, fue enviando a nuestro planeta, en distintas
épocas y en el seno de diferentes civilizaciones, antes de que
Él mismo encarnara
como la figura humana de Jesús de Nazaret, envió
por delante de su propia encarnación en este mundo a otros Enviados
también de gran elevación moral,
tal como Lao Tse, Krishna, Buda, etc,
que fueron preparando a diversos sectores de aquella Humanidad compuesta mayormente por espíritus primarios, de escasa
evolución, apenas salidos en su mayoría de
su anterior etapa evolutiva en el
reino animal, para que
pudieran ir madurando al conquistar
más grados en el camino de su
espiritualidad y así alejar el planeta Tierra poco a poco en su conjunto, de su
anterior etapa como mundo primitivo
pasando gradualmente a ser un mundo de
expiación y pruebas, siendo esta categoría planetaria en la que todavía permanecemos..
Desde el
comienzo de la noche de los tiempos, una vez asentada la raza humana sobre la
Tierra, varios siglos antes de su venida,
Cristo preparó al pueblo que designó
para materializar su presencia en la Tierra como hombre en la persona de Jesús. Esta
preparación estuvo encomendada a los diferentes profetas bíblicos que
anunciaron la llegada de un Mesías Prometido por Dios a través de ellos mismos,
ilusionando y manteniendo la fe de aquel
pueblo elegido para acoger en su seno al
Cristo Planetario, que es de señalar, que según revelaciones de Espíritus
Superiores, no solo tuvo y tiene aun a su cargo el planeta nuestro, sino todos
aquellos mundos que pueblan una gran parte del
espacio en donde se ubica entre
otros, nuestro sistema solar .
Unos dieciocho
siglos antes de su llegada, la preparación del pueblo judío se concretó
más de la mano de Moisés, quien a través de su mediumnidad ( Psicografía), recibió las leyes básicas necesarias para que aquel
pueblo destinado para acoger la presencia física de Cristo, tuviera la base
moral suficiente que, cual tierra
fértil, sirviera después para
que en ella misma germinase y diese fruto la doctrina de Jesús, extendiéndose
después por los confines de la Tierra.
El Maestro
Jesús con su enseñanza criticó y
combatió el culto exterior de la
religión mosáica , formado por apariencias,
simbolismos e hipocresías farisáicas, con toda la
apariencia religiosa externa , mientras tanto sus enseñanzas morales destinadas
a recalar en toda la Humanidad, las fue mostrando y enseñando mediante parábolas para hacerse comprender
por aquellas gentes sencillas, dando ejemplo personal de la esencia y
profundidad moral de las mismas.
Así vemos como
existe una Primera Revelación , básica plasmada
en la Ley de Moisés , y
estructurada en los llamados diez Mandamientos de la Ley de Dios que le fueron
transmitidos en el monte Sinaí y supusieron una primera toma de contacto con
el Plano Espiritual Superior, que así
transmitió un concepto elemental de los principios morales básicos, ordenando
unas cosas y prohibiendo otras, así como el concepto de la Justicia
Divina con la ley del Talión,( ojo por ojo y diente
por diente), que no era una ley de venganza divina y aplicable por aquel pueblo
tan primario, sino una ley conocida hoy en día como Ley de Causa y Efecto, que
es una ley natural.
Jesús –
Cristo estableció y nos enseñó la filiación espiritual humana con respecto a Dios, al que
nos presentó como Padre, dejándonos con su doctrina las primeras nociones sobre
el Amor, la Caridad y la vida futura. Su enseñanza personal como
continuación y ampliación de la de Moisés, y mantenida y transmitida, al
principio, oralmente, y años más tarde plasmada en los escritos de los
discípulos, llamados evangelistas, constituye por lo tanto
la Segunda Revelación dejada
por Cristo a la Humanidad.
Pero Jesús ,
sabiendo que ante su enseñanza el ser
humano en general aún no estaba lo suficiente maduro para comprenderla en toda
su profundidad y plenitud, prometió
antes de su partida que enviaría mas adelante un Consolador que enseñaría
en Su Nombre y recordaría la esencia de su doctrina. En efecto, diecinueve siglos mas tarde con el avance científico y
cultural alcanzado por la Humanidad, apareció
a mediados del siglo XIX el Espiritismo de la mano de su codificador
Allan Kardec que con ayuda de multitud de Espíritus Superiores bajo la tutela
del Espíritu de la Verdad que prometió Jesús como el Consolador Prometido, y a través de varias mediumnidades
diferentes, le fueron transmitiendo sus
enseñanzas contestando a un cuidadoso
cuestionario de preguntas elaborado por
él y plasmado en primera instancia, en El
Libro de los Espíritus, el primero de una saga de cinco libros básicos que
componen la llamada Codificación
Espírita. Como resultando del análisis y estudio de las
mismas, se obtuvo así una profunda
doctrina de carácter filosófico, científico y moral; auténtica Revelación Divina, cuya razón de ser no es otra que la aportación de las luces
filosóficas , con base en una ciencia de observación, para el desarrollo, aclaración y profundización de
la moral plasmada en el Evangelio de
Jesús. Por este motivo comprendemos y admitimos que el
Espiritismo constituye precisamente
aquel Consolador que prometió Jesús , no venido en la figura material de ninguna
persona, sino con la enseñanza de multitud de Espíritus que colaboraron con Allan Kardec, dirigidos y coordinados por
el “Espíritu de Verdad”, por lo que estas enseñanzas y aclaraciones en esencia forman
la Tercera Revelación
Crística , que viene a ser la tercera etapa de la Revelación de Dios
a la Humanidad.
Sus bases
filosóficas y morales se asientan en el método de una Ciencia de observación sobre el fenómeno
mediúmnico que aportó las bases filosóficas
para una mejor y mayor comprensión de la Verdad transmitida por los Espíritus Superiores bajo la tutela del Cristo ( Jesús), – Espíritu de la
Verdad.
Se comprende así que
la finalidad fundamental de esta doctrina
es la de impulsar el ascenso
evolutivo de la Humanidad , hasta llegar
a convertir la Tierra en un mundo de Regeneración, en el que la Paz , la
Armonía y el Amor a Dios y a toda su Creación, serán finalmente la bandera
espiritual de una renovada Humanidad.
Por último, he de
añadir que en base a los principios de
esta Codificación Espírita , la obra de
Cristo en la Tierra no ha concluido todavía, pues después de Kardec ha
seguido teniendo continuidad su
obra con el desarrollo y ampliación de
las enseñanzas de esta Codificación, a través de nuevas y enriquecedoras comunicaciones,
revelaciones, del mundo espiritual, que
mediante la mediumnidad de conocidos y
ejemplares mediums como Chico Xavier y
otros muchos, que con sus obras amplían , profundizan y esclarecen cada día
más ,todos los postulados éticos y
morales de la Codificación Espírita y
del Evangelio de Jesús – Cristo.
Que Él siga
siendo Luz y Guía en las vidas de cada uno de nosotros.
- Jose Luis Martín-
***********************************
El Temor
El temor o miedo, es un sentimiento de
inseguridad que se manifiesta de modo mas o menos irracional en forma de
inquietud, ansiedad, recelo ante lo desconocido o ante una amenaza, Miedo,
pavor,etc.
El miedo racional o instintivo ante serios y
concretos riesgos es un mecanismo natural de defensa ante peligros reales, pero
existen también otros temores infundados o exagerados e irreales que solamente son
creación de la imaginación del afectado que los alimenta inconscientemente.
Estos casos sí pueden considerarse un defecto o debilidad moral, porque debilitan
las energías mentales y el entusiasmo, paralizando las facultades intelectivas
y volitivas. Los estados de temor se
acompañan de unas vibraciones mentales que sintonizan con otras de la misma
frecuencia emitidas igualmente por
espíritus, tanto encarnados como desencarnados y se alimentan, incentivan y fortalecen mutuamente. Debemos tener
siempre en cuenta que por Ley de Atracción, una mente funcionando en positivo
atrae lo positivo y funcionando en negativo, como son los casos de pesimismo y
de temor, atraen lo negativo. El estado mental y anímico negativo que causa el
miedo, atrae por ley de Vibración los
hechos y resultados negativos que
recelamos ( atrae más de lo mismo); ¿ Quien no escuchó nunca decir que la inseguridad
atrae inseguridad y casi siempre fracaso?.
El temor siempre tiene origen en
una falta de confianza en sí mismo y en Dios. La fe en nuestras propias
potencialidades y en la protección de Lo Alto, proporciona un estado de
seguridad al no sentirnos desamparados, aumentando nuestro grado de coraje ante
los retos de la vida. El pesimismo es
una forma negativa de ver y considerar los detalles que la vida nos pone
delante cada día, cuando solamente se tratan de experiencias con las que
adquirimos equilibrio y sabiduría. Y de ese pesimismo es que suelen nacer los
miedos y los temores infundados. El antídoto contra el pesimismo es el
razonamiento ponderado y justo, impregnado del
sentimiento antagonista: el optimismo moderado que nos proporciona la fe.
Los temores nos incapacitan para
enfrentar los peligros con la debida lucidez, necesaria para encontrar una
solución que nos saque airosos ante una situación difícil.
No se debe sufrir por anticipado permitiendo que el fantasma del miedo
nos perturbe el razonamiento y nos
genere temores injustificados. Cuando tememos intensamente algo, estamos siendo
dominados por una fuerza extraña a nosotros y esto nos hace entrar en un estado
de desequilibrio nervioso y mental.
Lo peor es que el miedo suele ser contagioso para otras mentes débiles o
no preparadas ante la prueba, y además invalida la eficacia de la oración
esparciendo pesimismo . Esta debilidad o defecto moral debe ser combatido
continuamente, no dejando que se adueñe de nuestro ánimo.
No debemos dejarnos llevar por ninguna clase
de miedo a nada, pues lo más grave que nos podría suceder es la muerte del
cuerpo y aunque es natural y es un deber
moral preservar nuestra vida física, esto tampoco es motivo de ningún horror
pues ya sabemos que la muerte no es el
final de la vida, porque después seguimos existiendo en otra dimensión. Además,
este es un trance natural por el que todos, antes o después, pasaremos, como ya
hemos pasado anteriormente tantas veces en la larga historia de nuestros
espíritus. Recordemos que los seres humanos en nuestra parte consciente y
racional, somos Seres inmortales. Nadie puede prever lo imprevisto ni evadirse
de las pruebas de la vida necesarias
para la Evolución espiritual.
Por lo dicho,
ante las pruebas y circunstancias de la vida, hay que ser valiente ( lo que no quiere
decir imprudente), y no tener miedo a nada, pues debemos pensar que todas esas pruebas
y circunstancias están ahí precisamente para que las afrontemos con fe y valor,
para seguir creciendo con ellas.
El único temor que nos debiera preocupar
es el de no conservar nuestra conciencia interior limpia. Así la mejor
arma que tenemos para combatir el miedo
y los temores ante las pruebas de la vida, son la confianza en Dios y la
disposición para el trabajo, enfrentando con valentía y arrojo cuanto nos salga
al paso, sabiendo que toda prueba que afrontemos no será nunca superior a
nuestras fuerzas o a nuestra capacidad para
superarla, además de que siempre tenemos unas presencias espirituales
cercanas que velan por nosotros, y nada nos sucederá que no nos deba suceder.
El mejor modelo para vencer miedos y temores lo tenemos en la
figura de Jesús de Nazaret, que nunca mostró temor ante ningún enemigo y el que
experimentó humanamente ante su propio martirio, lo afrontó con su
extraordinaria fe en el Padre Celestial . Si hay en la historia un ejemplo de valentía en el
más amplio sentido de la palabra, lo tenemos en Él.
En la medida que logremos superar todas
las lacras y defectos morales que tenemos en general, de la clase que sean ,
iremos eliminando así de nosotros los muchos aspectos negativos, incluidos los
miedos y temores que nos impiden evolucionar como personas y Seres espirituales
que somos.
Los miedos infundados o sin aparente motivo,
pueden tener su origen en diversas causas, tales como conflictos acaecidos en
otras vidas anteriores que han dejado huella en forma de sentimientos de
culpa.También se puede originar por fuertes sentimientos a causa de
vivencias que ha tenido el Ser durante su estancia en el llamado
“Umbral” del mas allá. También puede ser
debido a un desequilibrio emocional
educativo, con origen en la infancia a causa de un posible maltrato de la personalidad infantil en desarrollo, tal vez
por parte de sus padres u otros
familiares, que en el trato doméstico
quizás le mostraron indiferencia o le trataron con
demasiada agresividad.
No pensemos nunca que estos defectos forman parte de nuestra
personalidad porque Dios nos hizo así de cobardes; esto sería
como una velada acusación contra
Dios por habernos creado naturalmente así de imperfectos, achacándole la
responsabilidad por los mismos y eludiendo así nuestra propia
responsabilidad para no esforzarnos en superarlos, pues Dios no tiene que ver con nuestros miedos y defectos; ellos son cosa nuestra y a nosotros corresponde eliminarlos y con ello evolucionar mejorando espiritualmente.
- Jose Luis Martín-
LIBERTANDO LOS AFECTOS
Al final del invierno, cierto día, cuando las flores de la primavera comenzaban su sublime trabajo de recubrir los campos resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
La despedida fue dolorosa. Las manos calientes de los que quedaron, deseaban retener aquel cuerpo inerte, sin vida, sin movimiento.
Inconformes preguntaban: ¿por qué precisamente él, que era tan gentil y cariñoso con todos ?
¿Por qué precisamente él, que sabía hablar y callar, consolar y distribuir entusiasmo, tuvo que volver?
¿Por qué él, que era un buen hijo, buen hermano, buen esposo y buen padre?
¿Por qué se lo llevó Dios?
¿Por qué no se llevó a los criminales, a los corruptos inveterados,a los infieles?, en fin, ¿ por que no se llevó a los hombres que degradan la sociedad?.
La respuesta para todos esos cuestionamientos es muy simple.
Consideramos que la vida en la Tierra es una oportunidad de crecimiento para el espíritu inmortal.
La existencia en el cuerpo físico, es una experiencia necesaria para que el espíritu progrese en la conquista de su felicidad.
Sería, por así decir, un tipo de prisión, donde se pueden quitar sus deudas para con las leyes divinas y conquistar nuevas virtudes.
Siendo así, quien tiene pocos débitos se libera antes. Quien tiene menos compromisos, se libera de ellos en menor tiempo.
¿De esa forma, por qué queremos que nuestro ser querido permanezca en la cárcel si ya recibió el edicto de su liberación?
No sería justo, ni desde el punto de vista ético, ni desde el racional.
No queremos decir con esto, que todos los que se liberan antes son menos deudores, pues esa no es la realidad
Como sabemos, muchos parten antes de tiempo por imprevisión o por los abusos de todo orden.
Lo que nos gustaría enfatizar es que aquellos que parten naturalmente, por los medios establecidos por la divinidad, sin la intervención egoísta del hombre, pueden estar recibiendo su carta de emancipación, y por esa razón alzan el vuelo antes que nosotros.
Morir, para el justo, es liberarse. Es matar el pesar de los afectos que lo antecedieron en el viaje de vuelta. Es recibir las glorias de la victoria por haber vencido más de una etapa en el mundo físico.
Y morir para el injusto, es enfrentarse con el tribunal de la propia conciencia, que lo acusa de no haber sido lo bastante tenaz para vencerse a si mismo, y por no haber logrado conquistar más virtudes.
Es por esa razón que no debemos lamentar la muerte de los justos, sino la de aquellos que desperdician la existencia buscando el gozo exclusivo del cuerpo, sin pensar en el espíritu, que es el único que sobrevive más allá de la aduana del túmulo.
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
**************************************
LA HISTORIA DE ALICIA
Alicia era una mujer distinguida, de porte aristocrático, de educación esmeradísima y de vastísima instrucción; espiritista convencida que leía con gran aprovechamiento todo cuanto se escribía de espiritismo. Era hacedora del bien por el bien mismo, trabajaba sin desear los lauros de la gloria, pero la gloria de la elevación de sus sentimientos la llevaba en todo su ser; era una mujer de edad mediana y conservaba la esbeltez y la elegancia de la juventud; había en ella algo que atraía, que seducía, que interesaba. Era amiga de Amalia y acudía con asiduidad a visitarla. Casada y madre, se debía toda a su familia ( que no tenía sus ideales), y ella, prudente reservada, ocultaba el tesoro de sus creencias y evitaba altercados con sus deudos; vivía en un mundo superior, participaba de las luchas terrenas para llorar con sus hijas si estas padecían los dolores naturales que proporciona la vida de casada, y después que cumple sus deberes de madre amantísima, parecía que entraba en otro mundo, se reconcentra en sí misma, parece que vive de recuerdos, recuerdos que debían ser muy dolorosos, porque su rostro adquiere una expresión tristísima, evitaba siempre hablar de sí misma. Cuando se hablaba con ella parecía leerse en un libro del cual solo se ve la primera página, las demás estaban sin cortar. La última vez que fue a visitar a Amalia esta se sorprendió de verla más comunicativa; a que espíritu superior descendía de su alto pedestal, se humanizaba, acortaba las distancias que indudablemente existen entre ella y la generalidad de los mortales.
Amalia, se alegró de ello, le manifestó que la encontraba más cariñosa, más cerca de ella, que no sabía que notaba en ella.
El dolor es el gran demócrata del Universo. Los que sufren se entienden fácilmente; tu Amalia hace tiempo que sufres; yo también sufro grandes reveses, y por ley de afinidad me pongo al habla contigo, a ver si tú me puedes aclarar lo que yo no alcanzo a ver.
Sabes Amalia que te quiero y te admiro, tu Espíritu y el mío se conocen hace tiempo; y aunque por esta vez el destino nos separa, no importa; las almas no necesitan del roce de los cuerpos para entenderse, para quererse y para prestarse señalados servicios.
_.Creo que ya sabes que me quedé viuda
_.Mi esposo murió de la muerte más horrible que tú puedas imaginar.
_. ¿De qué murió?
_. ¡De hambre!
_. ¡Jesús qué horror!, ¿Tenia algún cáncer en el estomago que le impidiese alimentarse?
_.No, estaba muy bien y muy sano, sabia cuidarse como pocos hombres, su ciencia médica le servia admirablemente para no padecer dolores físicos, pero un dolor moral le hizo olvidar todos los métodos higiénicos, se entregó en brazos de una muda obstinación y su vida fue extinguiéndose como se extingue la luz de una lámpara a la cual le falta el aceite necesario.
_. Dolor inmenso seria el que sufrió, porque, según tengo entendido, no era tu esposo hombre dado a las sensiblerías.
_. No, ciertamente; era bueno, pero adusto; su mundo era la ciencia, su familia, sus innumerables enfermos, y sus únicos goces devolver la vista a los ciegos; por centenares se cuentan los ciegos que él ha curado, en todas las clases sociales; él estaba donde había más peligro, igual le daba que fuera un leproso que un rico acaudalado; el respondía a todas las llamadas, jamás se hizo el sordo cuando lo llamaron los afligidos.
Una de mis hijas se casó y fue madre de una niña preciosa con unos ojos hermosísimos que parecían dos luceros. Desde que nació, mi marido enloqueció por ella y ella por él; el abuelo y la nieta eran dos cuerpos y un alma, estando juntos ya estaban contentos; mi marido rejuveneció,, y siempre estaba con su nieta en los brazos, evitándole los dolores de la dentición y demás enfermedades de la niñez; pero la viruela se apoderó de todo el cuerpo de mi nieta y de sus ojos, mi marido no comía, ni dormía, estaba al lado de la pobre niña devorando libros, buscando la luz para aquellos ojos que eran su vida; devolvió la luz a uno, pero el otro salió de su órbita y mi marido creyó enloquecer, se retiró a su cuarto y yo le oía que exclamaba a solas: ¿ Será posible yo que he devuelto la vista a tantos ciegos, yo que he curado a tantos sifilíticos, y a este ángel tan hermoso no he podido curarle más que a medias; le pondrán un ojo de cristal, se harán prodigios… pero ver.. Ver no verá más que la mitad, y aun el ojo que le he salvado no será tan hermoso; no tendrá a aquel brillo deslumbrador; ¿para qué me ha servido mi ciencia? Para nada.
Se negó a tomar ninguna clase de alimento, vivió algunos días alimentándose con agua y murió de hambre sin exhalar una queja.
Me pregunto por que mi esposo sufriría así por esta nieta, no ha querido igual a los otros nietos, me gustaría Amalia que preguntases al padre Germán que historia guardan estos dos espíritus.
Amalia prometió hacerlo y el Padre Germán unos días después narró lo siguiente:
El médico y su nieta, son dos espíritus que caminan juntos hace muchos siglos, han estado unidos por todos los lazos terrenales y en sus últimas existencias han sido amigos inseparables, mejor dicho, maestro y su discípulo más aventajado; su ayudante más práctico; tenía fama, tanta como su maestro; el uno complementaba al otro; tanta suerte tenían en sus curaciones que llegaron a enorgullecerse el maestro y el discípulo, porque eran realmente infalibles en sus juicios médicos; sus palabras eran proféticas, nunca se equivocaban, ni asegurando bienes ni presintiendo males; y se llegaron a persuadir de tal modo de su inhabilidad, que no se contentaron con seguir las huellas de otros sabios doctores, sino que inventaron nuevos métodos y procedimientos especialísimos; no se contentaron en hacer experimentos con animales, sino que en los hospitales y en los asilos de la infancia hacían sus ensayos con infelices niños sin familia; los unos morían, los otros se salvaban y los dos sabios no sentían el menor remordimiento por la muerte de aquellos inocentes. La fama les llenaba de orgullo; se creían infalibles, porque desde lejanas tierras venían familias a pedirles ayuda. El discípulo era una celebridad médica, y no se separaba de él un momento, no envidiaba a su maestro, como estaban unidos desde hacia tantos siglos, su mayor placer era tener contento a su profesor, proporcionarle niños para sus experimentos, se creyeron ambos dioses, el orgullo los cegó y el orgullo también es un pecado, y como todo pecado tiene su condena. El discípulo amado es hoy la tierna niña, cuyo abuelo, con toda su ciencia, no ha podido curar más que a medias; el sabio orgulloso, el que se cree infalible en sus juicios, se ha visto impotente para curar a su ángel querido; y este que no tuvo compasión de los pobres niños sacrificados al estudio y a las investigaciones científicas, sufre hoy las consecuencias de su indiferencia de ayer; dolor que no se compadece; es necesario sufrirlo para apreciarlo en su verdadero valor. El abuelo sufrió la decepción de que su acción curativa no respondía al impulso de su pensamiento, su desesperación llegó al grado Máximo cuando se vio impotente para salvar a la nieta, que era el amor de todos sus amores; muriendo como era necesario que muriera, humillado, convencido de su insignificancia, de su pequeñez, se creyó un dios y murió persuadido de que no hay dioses, que no hay más que un Dios, y como el pecado del orgullo científico es hasta cierto modo perdonable, y el era un Sol en el mundo de la ciencia, hoy comprende perfectamente que hay una grandeza superior a la suya, una ciencia para él desconocida, un poder maravilloso, una fuerza que sostiene la maquina del Universo, y ante tanta luz, ante tanta magnificencia, ante tantos mundos, hay grandes sabios que preguntan a Dios porque brillan los soles, y porque su fuego no incendia el Universo, el se considera uno de los alumnos en la gran Universidad del Infinito; se reconoce grande y pequeño a la vez y el orgullo no lo volverá a cegar. Tiene luz propia, vive en medio de la luz, con su fluido luminoso envuelve a su nieta, que es el amor de todos los amores.
No basta penetrar en el espiritismo, hay que amar, hay que compadecer, no se puede menospreciar al paria de la sociedad, porque aquel ser abandonado tiene un Espíritu quizás más adelantado que el que se cree infalible por su sabiduría, y en el mero hecho de nacer hay que considerar que viene a la Tierra a cumplir una misión, sea esta de gran importancia o insignificante. Todo hombre merece respeto y hay que esforzarse en protegerlo y en amarle; la ciencia que no desciende hasta el desamparado, llega un día en que recibe el castigo merecido, como hemos visto en el médico.
Solo el espiritismo nos hará grandes en medio del dolor, porque sabiendo que vivimos eternamente, haremos lo posible para ser mejores que ayer y ser mañana grandes benefactores de la humanidad.
Amalia Domingo Soler
*******************
No hay comentarios:
Publicar un comentario