martes, 2 de octubre de 2018

¿Tenemos el día y la hora de la muerte prefijados?


    Comenzamos este mes con:

-  Frase de Kardec
Relato de Kardec : Su inicio en el Espiritismo
- Breve reflexión sobre el papel de la mujer en el mundo
-  Hijos del futuro
- ¿Tenemos el día y la hora de la muerte prefijados?
- ¿ Qué es la transmigración del alma?




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El perfeccionamiento del Espíritu es fruto de su propio esfuerzo; no pudiendo, en una sola existencia corpórea, adquirir todas las cualidades morales e intelectuales que deben conducirlo al objetivo, él lo alcanza por una sucesión de existencias, en cada una de las cuales da algunos pasos adelante en el camino del progreso. 

El Espiritismo en su más simple expresión 
Allan Kardec 


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                 RELATO DE KARDEC: 
      SU INICIO EN EL ESPIRITISMO

                                   Mi iniciación en el Espiritismo (Parte III) 
(Allan Kardec)

Pasado cierto tiempo, en el mes de mayo de 1855, fui a la casa de la sonámbula Sra. Roger, en compañía del Sr. Fortier, su magnetizador. Allí encontré al Sr. Pâtier y a la Sra. de Plainemaison, que me hablaron de aquellos fenómenos en el mismo sentido que el Sr. Carlotti, pero en un tono muy diferente. El Sr. Pâtier era un funcionario público de cierta edad, muy instruido, de carácter grave, frío y reposado; su lenguaje pausado, exento de todo entusiasmo, produjo en mí una viva impresión, y cuando me invitó a asistir a las experiencias que se realizaban en casa de la Sra. de Plainemaison, en la calle Grange- Batelière, n.º 18, acepté de inmediato. La reunión fue marcada para el martes 9 de mayo a las ocho de la noche. 

9 La fecha quedó en blanco en el manuscrito. (Nota de la primera edición francesa.) 

Allí presencié por primera vez el fenómeno de las mesas que giraban, saltaban y se trasladaban, en condiciones tales que no dejaban lugar a ninguna duda. Presencié también algunos ensayos bastante imperfectos de escritura mediúmnica en una pizarra, con la ayuda de una cesta. Mis ideas estaban lejos de definirse, pero había allí un hecho que forzosamente provenía de una causa. Pude vislumbrar en aquellas aparentes futilidades, en esa especie de juego en que se habían convertido  aquellos fenómenos, algo serio: la revelación de una nueva ley que me propuse estudiar en profundidad. 

Inmediatamente después se me presentaron otras oportunidades para observar los hechos con mayor detenimiento, como aún no había podido hacerlo. En una de las reuniones de la Sra. de Plainemaison conocí a la familia Baudin, que por entonces vivía en la calle Rochechouart. El Sr. Baudin me invitó a que asistiera a las sesiones semanales que se realizaban en su casa, de las que de inmediato me convertí en un asiduo concurrente. Estas reuniones eran bastante numerosas. Aparte de los frecuentadores habituales, eran admitidos fácilmente todos aquellos que solicitaban autorización para asistir. Las dos señoritas Baudin eran las médiums, que escribían en una pizarra con la ayuda de una cesta, denominada trompo, descrita en El libro de los Médiums 10. 

10 Véanse los §§ 153 y 158 de dicha obra. (N. del T.) 

Ese procedimiento, que requiere la colaboración de dos personas, excluye toda posibilidad de intromisión de las ideas del médium. Allí tuve oportunidad de ver comunicaciones continuas y respuestas a preguntas formuladas, y algunas veces incluso a preguntas mentales que denotaban, de modo evidente, la intervención de una inteligencia extraña. Los asuntos tratados en las reuniones por lo general eran frívolos. Los concurrentes se ocupaban sobre todo de cosas relativas a la vida material, al porvenir, en suma, de cosas que nada tenían de realmente serio. La curiosidad y la diversión eran los móviles principales de todos. El Espíritu que solía manifestarse respondía al nombre de Zéphyr, nombre perfectamente compatible tanto con su carácter como con el de la reunión. De todos modos, era muy bueno y se presentaba como el protector de la familia. Así como con frecuencia hacía reír, también sabía en qué momento era preciso dar prudentes consejos, y cuando se presentaba la oportunidad empleaba el epigrama ingenioso y mordaz. Pronto trabamos relaciones y me ofreció constantes pruebas de gran simpatía. No era un Espíritu demasiado adelantado, si bien más tarde, asistido por Espíritus superiores, me ayudó en mis primeros trabajos. Con posterioridad manifestó que debía reencarnar, y no volví a escuchar más  acerca de él.
- Allan Kardec-
(Aportado por Viviana Gianitelli)

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BREVE REFLEXIÓN SOBRE EL PAPEL DE LA                    MUJER EN EL MUNDO

     La prensa internacional publicó recientemente que las mujeres reivindican la posibilidad de dirigir vehículos automáticos en Arabia Saudita. Destaca  que, activistas, iniciaron una campaña  para que consigan el permiso  para conducir en las avenidas y calles sauditas. Ese tipo de comportamiento nos remite hasta los oscuros escenarios medievales. ¡Qué absurdo! En pleno siglo XXI que aún tengamos que convivir con esa situación discriminatoria contra la mujer.
     Hay actualmente una ingente lucha de la mujer (cada mujer en su actividad, en su día a día) para la obtención de un espacio  para su crecimiento como persona. La búsqueda de nuevos caminos profesionales para la mujer hoy toma cuenta de casi todas las familias, en función también  de las nuevas necesidades que cada día surgen  en nuestra civilización. Sin embargo, no siempre fue así: según las Escrituras- la mujer es responsable por la maldición del hombre; ella pierde a Adán y, con él, a toda la Humanidad; traicionó a Sansón. Un pasaje del Eclesiastés  la declara “una cosa más amarga que la muerte”. El casamiento mismo parece un mal: “(…) los que tienen esposas sean como si no las tuviesen”, exclama Paulo a los Colosenses, a los Efesios.
Realmente, hubo un periodo más oscuro  en que el cristianismo “oficial” no comprendió a la mujer. Sus representantes (monjes y padres), viviendo en el celibato, lejos de la familia, no podían apreciar  el poder y el encanto  de ese delicado ser, en quien divisaban  antes un peligro. En contrapartida  a ese cruel tratamiento de la iglesia, la mujer era considerada sacerdotisa  en los tiempos védicos; al altar domestico íntimamente asociada, en Egipto, en Grecia, en la Galia, las ceremonias del culto, por todas partes era la mujer  objeto de una iniciación, de una enseñanza especial, que de ella hacían un ser casi divino, el hada protectora, el genio del hogar, la custodia de las fuentes de la vida. (1) La situación de la mujer, en la civilización contemporánea, aun es difícil y bastante sufrida. Como vemos   en las noticias, no siempre la mujer tiene de su parte los derechos y  las leyes; muchos peligros la rodean,  si ella titubea, si sucumbe, normalmente no se le tiende una mano amiga. ¡Y lo peor!: La corrupción de los valores morales hace  de la mujer la victima del momento. Sin embargo la Doctrina Espirita restituye en ella su verdadero lugar en la familia y en la obra social, indicándole la sublime función que le cabe desempeñar en la educación  y en el adelantamiento de la Humanidad.
     El Espiritismo la atrae y le satisface las aspiraciones del corazón, las necesidades de ternura, que se extienden, para más allá de su círculo de vida física. De ahí la necesidad de desarrollar en la mujer, al mismo tiempo  que los poderes intuitivos, sus admirables cualidades morales, el olvido de sí misma, el júbilo por el sacrificio, en una palabra, el sentimiento de los deberes y de las responsabilidades inherentes para su misión sublime. La mujer tiene que hacerse mariposa;  tiene que salir de su capullo  y reconquistar sus derechos, que son divinos; como  la mariposa nocturna, lanzarse en la atmósfera y reencontrar el clima de su justo valor.  Porque si el agente educador por excelencia fuera reducido  al estado de nulidad, la sociedad vacilaría. Es lo que debéis comprender en este siglo.
     El espiritismo  defiende la tesis de que son iguales ante Dios el hombre y la mujer y tienen los mismos derechos, pues ambos poseen la facultad de progresar (3)  y si en algunos países la mujer es considerada inferior, eso es resultado del predominio  injusto  y cruel que sobre ella asumió el hombre. Es el resultado de las instituciones sociales y del abuso de la fuerza sobre la debilidad. Entre hombres moralmente poco adelantados, la fuerza se hace derecho. (4) Pero las funciones a que la mujer es destinada por la Naturaleza tienen una importancia tan grande  como las destinadas al hombre e incluso mayores. Es ella quien le da  las primeras nociones de la vida. (5)  Siendo así, una legislación, para ser perfectamente justa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer, aunque sin embargo tengan  funciones diversas, pues es preciso que cada uno esté en el lugar que le corresponde. Que se ocupe de lo exterior el hombre y de lo interior la mujer, cada uno de acuerdo con su aptitud. (6)
     Con mucha razón la ley humana, para ser equitativa, debe consagrar la igualdad de los derechos del hombre y de la mujer. Todo privilegio al uno o al otro concedido es contrario a la justicia. La emancipación de la mujer acompaña el progreso de la civilización. Su esclavitud marcha a la  par con la barbarie. Los sexos, más allá de eso solo existen en la organización física. Visto que los Espíritus pueden encarnar en uno y en otro, bajo ese aspecto ninguna diferencia hay entre ellos. Deben, por consiguiente, gozar de los mismos derechos. (7)
     En el reciente pasado la mujer no tenia voz, no tenía voluntades y llegaban a creer  que ni siquiera tenía alma. Este tema fue  hasta discutido en un concilio en el año 585; no solo discutían si la mujer  tendría alma, sino también decían que la naturaleza de la mujer era mala, era culpada de todos los males, porque (como vimos más arriba) en la Biblia consta que ella es  quien aceptó la sugestión de la serpiente y desvió a Adán de la obediencia de Dios. Como reacción  a esa milenaria subyugación de la mujer, actualmente ocurren extremismos preocupantes  en su estructura psicológica. La miseria, las lágrimas, la prostitución, el suicidio – tal es el destino de gran número de infelices mujeres en nuestras sociedades opulentas y materialistas. Muchas mujeres  se radicalizan. Su cuerpo es considerado solo de ella;  ella hace lo que bien le parece;  no debe nada a nadie. El desafió está abierto. El desafió es encontrar el  término medio, el punto acertado, y el equilibrio momentáneo para la mujer moderna. Por tanto, el ser mujer  y ser madre se colocan como desafíos cotidianos, a ser enfrentados.
     Hace dos mil años Jesús propuso dar a la mujer una condición de “status” social igual a la del hombre. En verdad de ella proviene la vida; y ella es  la propia fuente de esta, la regeneradora de la raza humana, que no subsiste y se renueva sino es  por su amor y sus  tiernos cuidados. (8)
     Todo  argumento machista, inocuo,  de que la mujer deba ser apenas la sombra del marido, procreadora por excelencia, un objeto de placer o solo alguien que forma parte  de la casa, es evidente que precisa ser aclarado y rehecho, por  ser unos conceptos  extemporáneo. (9)  Concebimos  que la mujer deba reducir, en cuanto sea posible, el tiempo gastado en el trabajo profesional, para poder esforzase más en la  tarea de la educación de sus hijos, prefiriendo ganar un poco menos en valores materiales y potencializando sus tesoros espirituales. Sabemos que actualmente no es fácil esa tarea, pues la sociedad  se inclinó  ante el consumismo materialista, secuestrando a la mujer de su hogar para clausurarla en las funciones modernas a veces subalternas a su grandeza y casi siempre extrañas  a su naturaleza. (10)

     La administración de una familia, actualmente, es tarea extremamente importante. Dentro de esa pequeña república está el factor económico, las reglas, la disciplina, el celo, las tradiciones y la responsabilidad de la formación moral e intelectual de los hijos. La mujer debe conciliar el papel de madre y esposa, algunas veces dejado de lado. Por eso es importante no permitir que la competición de la pareja, las presiones del estatus, del dinero  y el destaque social, roben el equilibrio que la felicidad de la familia requiere. (11)

     Nada más justo que la lucha por la causa de mayor libertad y derecho para ella. Al final en el Orden Divino no hay distinción entre los dos seres. Sin embargo, urge tener mucha cautela. Los movimientos feministas aunque tengan su valor, acostumbran  a caer en el radicalismo, queriendo hacer de  la participación natural una imposición. Muchas veces, en sus instintos, al lado de comprensibles pleitos, albergan propósitos  que hacen de la mujer, no más mujer, sino una imitación del hombre.

     En sintonía con los pleitos femeninos, actualmente, en las huestes espiritas, se observa a la mujer no solamente trabajando como médium en el campo de la mediúmnidad, sino también la encontramos dialogando con los espíritus, dirigiendo reuniones mediúmnicas, instruyendo y preparando nuevos trabajadores en el campo de la mediúmnidad, escribiendo para esclarecer  y orientar  la practica mediúmnica. Es el Espiritismo, esta bendecida doctrina la que nos permite eso, ella no solamente nos ilumina individualmente, nos consuela y nos alienta, sino que también enseña, que hace que  estemos encarnados como hombres o como mujeres, que nos unamos en nuestros esfuerzos y juntos continuemos para realizar el sublime intercambio espiritual.

Jorge Hessen

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                          Hijos del futuro



     Somos espíritus inmortales. Nuestro crecimiento, nuestra evolución anímica se pierde en la noche de las edades. No hemos solo  habitado este globo, cuyo inicio es mesurable y lo sabemos. Sino que nuestro psiquismo ha llevado una larga secuencia evolutiva que ignoramos. Nos hablan algunas comunicaciones de «los exiliados de Capela», aquel hipotético mundo en la constelación del Cochero o Boyero. Y cierto que nuestro inconsciente colectivo, nuestra mente primordial, en todas las culturas antiguas dejó constancia de un «paraíso perdido», o de «una edad de oro» y posterior degeneración de sus costumbres.

     Allan Kardec nos habla de comunicaciones de espíritus que dejaron su impronta en la evolución cultural de la Tierra, como habitando en otros mundos más felices: más elevados en todos los sentidos. Estas personalidades que pasaron más penalidades que goces en nuestro querido planeta, de algún modo en su fuero íntimo, se sentían distintos a sus coetáneos; de ahí esa expresión tan usada «era un avanzado a su tiempo». Seguramente lo único que hacían era traer aquellos conocimientos vulgarizados en la esfera que le es propia, y aquí en este mundo inferior al suyo, dar un poco de luz para ayudarnos a avanzar. Estas pruebas para tales espíritus, pueden ser pedidas por ellos mismos para avanzar más rápido, como una especie de erasmus universitario; o bien ser aconsejados por espíritus mentores, a sabiendas del beneficio que les pueden proporcionar en su avance.
     En esos mundos más elevados, la materia es menos grosera, por tanto la comunicación con el plano espiritual es más fluida, más habitual. Basta la concentración, mediante oración o meditación, para mantener una conversación de inteligencia a inteligencia.

     Por eso al encarnar en globos inferiores inteligencias superiores, sentimos verdadero pábilo y enseguida las  idolatramos, como si de entidades celestiales se tratara, llegadas a este nuevo Olimpo de genios en las ciencias o en las artes.

     Sin embargo, la Tierra como otros tantos mundos en fase transitoria, son como una gran ciudad donde conviven habitantes de muy diversas procedencias. Siendo por tanto ocioso tratar de ver quién conserva más raíces, o quien es hijo de inmigrantes y está bien aclimatado ya a nuestras costumbres. La inmensa mayoría de nosotros, ya llevamos unos cuantos milenios en este globo, por lo que con derecho nos podemos llamar ciudadanos del mismo, y no añorar una hipotética patria perdida, de la cual ni recordamos el nombre. Ahí seríamos auténticos extraños.

     Hoy comprobamos que los avances tecnológicos nos están cambiando el modo de percibir el mundo. A veces sentimos un estremecimiento y podemos aferrarnos a aquello que nos resultaba válido y útil antaño. Sin embargo, somos hijos del futuro, no del pasado. En las moradas espirituales se estudia lo que aquí ignoramos, y el mundo invisible colabora con el terrenal para el avance en todos los campos. Al volver allí seguimos con nuestras tendencias, con aquellas costumbres que nos hacen sentirnos más cómodos, pero sin ignorar los nuevos avances. Nuestra memoria, libre del peso carnal, está nuevamente ligera, ávida de conocimientos. Pero nuestra alma, necesita aclimatarse. Pues los años en la materia, los condicionamientos mentales adquiridos, no se deshacen por arte de magia, ni es productivo violentarlos. Por ello, si queremos escribir en el mundo espiritual lo haremos a bolígrafo, con máquina de escribir o con ordenador, y nos sorprenderemos de ver a otros que siguen usando pluma y tintero, pues llevan más tiempo que nosotros en el mundo espiritual, aguardando poder encarnar.

     Todo es inteligencia. Llegaremos a ser constructores de mundos. No estamos más que en los inicios parvularios de nuestra evolución anímica. Habiendo ya dejado atrás el período latente de embrión y los primeros balbuceos como neonatos. Por eso, cuando veamos despuntes de luz en personajes de épocas pasadas, pensemos en realidad en espíritus amigos que vinieron a traernos algo de otros mundos mejores, envueltos en las posibilidades que el manto de la época y las costumbres les permitieron. Espíritus cuya evolución de entonces muchos de nosotros todavía no hemos alcanzado, y por tanto nos maravillamos todavía con su sabiduría y quehacer. Y en cambio otros, son claros hijos de una época, inteligencias ancladas en el espíritu de su momento, obsoletos sus pensamientos,son  mera curiosidad histórica, como piezas de costumbrismo mental.

     De estos últimos poco más que añadir, son nuestros propios pasos, nuestros ejercicios en cursos pasados, que nos hacen ver que vamos mejorando lentamente, pero de forma progresiva en conocimientos y en conciencia moral, y digo conciencia, pues en comportamiento todavía nos falta mucho.

     En cambio los primeros, tenían otro factor a su favor, la facilidad con la que podían captar la influencia del mundo invisible. Apropiándose ideas que nacían de aquel sano dialogar entre la inteligencia encarnada y el guía desencarnado. No es para nada un secreto que Sócrates se quedara parado como en éxtasis muchas veces, y luego dijera que había estado hablando con su daimon. O que muchos artistas soñaran con imágenes y melodías, o sintieran como al oído le iban dictando o sugiriendo las bellas composiciones, que eufemísticamente atribuían a las musas, las cuales hasta tenían un nombre concreto según fuera el arte o ciencia inspirada.

La humanidad toda es una gran hermana espiritual, todos los mundos confluyen como múltiples ciudades que se coadyuvan en la evolución, aportando cada una la materia prima en la cual es más próspera. Pues el fin es el mismo, la evolución del alma, la elevación vibratoria de los mundos para captar las esferas felices y constructivas. Por eso, presente, pasado y futuro son una hermandad de tiempos, que solo cuando nuestra mente está desprendida de la fijeza de ideas ambientes, temerosa de los cambios, que nos envuelve, es capaz de vislumbrar lo bello del pasado para aprovecharlo en el presente y aspirar al futuro como una época de mayor comprensión, evolución y sabiduría. Ya sea en este mundo, ya sea en otros aptos a nuestras capacidades.

Jesús Gutiérrez Lucas

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¿TENEMOS EL DÍA Y LA HORA  DE LA MUERTE PREFIJADOS? 

VISIÓN ESPÍRITA

Cuando encarnamos recibimos una carga de fluido vital (fluido de vida)
Cuando este fluido se acaba, morimos. Somos como la pila que con el tiempo se va descargando.
Llegamos al punto en que los remedios ya no hacen más efecto. De ahí que no queda otra alternativa que cambiar de "ropa" y volver a la escuela planetaria.
Pero la cantidad de fluido vital no es igual en todos los seres orgánicos. Eso dependerá de la necesidad reencarnatoria de cada uno de nosotros.
Cuando llegamos a la Tierra, cada uno tiene un tiempo estimado de vida. Eso depende de lo que vinimos a hacer aquí. La persona que tiene estimado vivir en torno a 60 años, recibirá más fluido que la persona que tiene estimado vivir solamente 20 años.
André Luiz, a través de la psicografía de Chico Xavier, explica que pocos completan su tiempo previsto de vida, o sea, nacemos con una estimativa de vida, y con los abusos, desencarnamos antes de lo previsto y no completamos el tiempo estimado de vida; eso se llama suicidio indirecto.
Si vinimos a compensar el tiempo biológico malgastado por mal uso de cuerpo, como el suicidio directo o indirecto, nos vamos a quedar aquí poco tiempo. Solamente el necesario para cubrir el agujero que nos dejamos. Por ejemplo: Si nuestra estimación de vida es de 60 años. y nosotros, por abusos, desencarnamos a los 40 años, quedamos debiendo 20 años. Entonces en la próxima encarnación viviremos solamente 20 años.
Pero hay otros individuos que vienen para un trabajo como  prisioneros en la Tierra. Entonces ellos van a quedar aquí, 70, 80, 90, o 100 años. 
Imaginamos que quien vive hasta los 100 años está rescatando deudas. Porque ve las diversas generaciones que ya no son la suya. Y el individuo se va sintiendo cada vez más, como un extraño en el nido. Los jóvenes lo miran como si él fuese un dinosaurio. Los de su edad ya no le entienden, porque les faltan ciertos estímulos (visuales, auditivos, etc.). Ya no se pueden visitar recíprocamente, salvo raras excepciones.

Se vuelven personas dependientes de sus parientes, de los descendientes para que les lleven aquí y allá. Hasta para cuidarse y tratarse. Entonces solo pueden rescatados para vencer su orgullo, quedando en manos de personas que no siempre gustan de atenderlos. Algunos viejos atrapados, otros son explorados en su jubilación,  otros son puestos en asilos en donde nunca reciben visitas.
En compensación, otros vienen, cuidan de la familia, educan a los hijos en condición de caminar, cierran los ojos y regresan a casa con la misión cumplida con aquellos que se comprometieron a orientar, impulsar y ayudar,
Por eso, necesitamos conversar con los jóvenes, Decirles que es en la juventud cuando la gente establece lo que va a querer en la vejez, si es que llegan. Y que vamos a recoger en la vejez el cuerpo que hayamos sembrado en la juventud, Si él quisiese tener un ídolo, que escoja a alguien que esté comprometido con la paz, con la salud, con la ética, en vez de hacer ídolos de la droga, del crimen y de las sombras. 
Y aquellos que no tienen jóvenes para orientar y que están curtiendo su propia madurez, que evalúen lo que hicieron de la vida hasta ahora. Si la muerte llegase hoy, ¿ Qué tendrían para llevar?. Si llegan a la conclusión de que no tienen nada que llevar, recuerden que; HAY TIEMPO.
Mientras que Dios nos permite quedar en la Tierra, HAY TIEMPO para hacer algún servicio en el Bien, sea al prójimo o a nosotros mismos: estudiar, aprender una lengua, un arte, practicar un deporte. Mientras que respiremos en el cuerpo, preguntemos: "¿QUÉ QUIERE DIOS QUE YO HAGA?". 
Utilicemos bien el fluido que nos fue dispuesto.

ATENCIÓN: La vida bien vivida por la causa del Bien, puede darnos una "moratoria", o sea, una sobre-vida. una dilatación del tiempo de permanencia del Espíritu en el cuerpo de carne. Por eso vemos muchos trabajadores del BIEN, desencarnando con edades bien avanzadas. Estos recibirán una carga extra de fluido vital para extender su tiempo en el cuerpo físico.
Entonces, hay ancianos con carácter expiatorio y con carácter de moratoria.
Rudymara - Revista Verdad y Luz
Rudymara compiló este texto de la palestra de José Raul Teixeira y de Richard Simonetti

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¿Qué es la transmigración del Alma ?




Esta idea como todas las demás supersticiones, es fruto de la ignorancia sobre el sentido real de la reencarnación.

Esta superstición supone otra desviación más de las muchas que rodean a la realidad profunda que existe sobre la reencarnación y por ella hay quien acepta como posible el traslado del alma o una parte de la misma ,desde el cuerpo de una persona hasta otro cuerpo; o sea que el Espíritu de una persona viva, o una parte o aspecto del mismo podría pasar a ocupar y tomar el cuerpo de otra distinta, o sea, de un cadáver.

Como ya sabemos, cuando el alma abandona el cuerpo físico definitivamente, es cuando se cortan todos los lazos fluídicos que la unen a la materia de ese cuerpo . Me refiero a la muerte definitiva, o dicho con mayor propiedad, la desencarnación de la persona , y esta, cuando se consuma totalmente es absolutamente irreversible. Por otra parte el cuerpo que tendría que ser ocupado como destino de esa transmigración si ello fuera posible, forzosamente debería estar “muerto” y abandonado definitivamente por el Ente espiritual que lo ocupaba. De ser un cuerpo “ ya habitado” por su espíritu, habría que hablar entonces de un caso de “obsesión” o “posesión”, pero nunca de transmigración. Es como el "ocupa" de una vivienda que pretendiese entrar en ella a posesionarla, estando sin embargo habitada por alguien; eso no sería una ocupación, sino mas bien un asalto atropellando a quien en ella viviese hasta entonces.

    La transmigración tal como se entiende, no es posible porque no existe entre el Ser “ocúpa”, y el cuerpo “deshabitado”, ninguna clase de lazo vital ni fluídico que pueda ligarles mutuamente entre sí. El cuerpo, una vez abandonado por su alma después de la muerte pierde de inmediato los restos de vitalidad orgánica que haya tenido y ya no tiene ninguna posiblidad de volver a la vida, ni con el Ser espiritual que lo habitaba ni menos aún con otro diferente.

    Por otra parte, sabemos que el Espíritu es una Unidad de Energía indivisible, en un cuerpo espiritual o periespíritu . Este necesita reencarnar y lo hace siempre en un cuerpo físico al que acompaña durante su formación y con el que se une formando una unidad total y completa como nuevo ser humano, y no solamente en una parte, un aspecto o una determinada cualidad del mismo..

    Esta superstición por ilógica y absurda, generalmente ha sido rechazada por el sentido común, y la gente, ante esta idea que ha confundido con la reencarnación y que desde luego “huele a disparate”, cree que todo lo que tenga que ver con el tema de la reencarnación, es igual de absurdo y que no merece la pena perder tiempo en considerarlo mas seriamente  porque, lógicamente, creen que si se continúa avanzando y profundizado en ello, solamente van a continuar encontrando mas disparates indignos de ser tomados en serio ni en lo mas mínimo.

- Jose Luis Martín-

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