domingo, 1 de octubre de 2017

El tormentoso suicidio



Hoy veremos:

- Las guerras, bajo una visión espírita
-Concepción nueva de Dios
-Influencia oculta de los Espíritus en nuestros pensamientos y acciones.
- El tormentoso suicidio.



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          LAS GUERRAS, BAJO UNA VISIÓN 
                           ESPÍRITA


    En el Libro de los Espíritus, encontramos las siguientes respuestas al tema :

Preg 742,- ¿ Cual es la causa que lleva al hombre a la guerra ?
- Predominancia de la naturaleza animal sobre la naturaleza espiritual y satisfacción de las pasiones. En el estado de barbarie, no conocen sino el derecho del más fuerte; por eso, la guerra es para ellos un estado normal. 
  A medida que el hombre progrese, ella se tornará menos frecuente, porque le evitará las causas y, cuando es necesario, sabe aliarla a la humanidad.
Preg.743- ¿ La guerra desaparecerá un día de la faz de la Tierra?
- Si, cuando los hombres comprendan la justicia y practiquen la ley de Dios; entonces todos los pueblos serán hermanos.
Preg.744- ¿Cual fue el objetivo de la Providencia, haciendo la guerra necesaria?
- La libertad y el progreso. 
-Si la guerra debe tener por resultado alcanzar la libertad, ¿como ocurre que ella frecuentemente, tenga por objetivo y por resultado la subyugación?
– Subyugación momentánea para el abatimiento de los pueblos, a fin de hacerlos llegar más deprisa.
Preg.745- ¿ Qué pensar de aquel que suscita la guerra en su provecho?

– Este es el verdadero culpable y precisará de muchas existencias para expiar todos los homicidios de los que fue causa, porque responderá por cada uno de los hombres a los que causó la muerte para satisfacer su ambición.

Per. 541 – En una batalla hay Espíritus que asisten a sustentar a cada bando?
- Si, y estimulan su coraje.
Los Antíguos en otro tiempo representaban los dioses tomando partido por tal o cual pueblo. Esos dioses no eran otros sino Espíritus representados bajo figuras alegóricas.
Preg.542.- En una guerra, la justicia está siempre de un lado; ¿cómo los Espíritus toman partido por la injusticia?
- Sabeis bien que hay Espíritus que no procuran sino la discordia y la destrucción. Para ellos la guerra es la guerra: la justicia de la causa poco les impresiona.
Preg.543- ¿Ciertos Espíritus pueden influenciar al general en la concepción de sus planes de campaña?
-Sin ninguna duda, los Espíritus pueden influenciar por ese motivo, como por todas las concepciones.
Preg.544- ¿Los malos Espíritus podrían suscitarle malos planes, con el fin de perderlo?
-Sí, pero  ¿ no tiene él su libre albedrío?. Si su juicio no le permite diferenciar una idea justa de una idea falsa, soporta las consecuencias y haría mejor obedeciendo que mandando.
Preg. 545.- ¿ El general puede, algunas veces, ser guiado por una especie de segunda vista, una vista intuitiva, que le muestra anticipadamente el resultado de sus planes?
-Frecuentemente es así en el hombre de genio, y es lo que se llama inspiración, que hace que actúe con una especie de certeza. Esa inspiración le viene de los Espíritus que lo dirigen y saben aprovechar las facultades de que está dotado.
Preg, 546- En el tumulto del combate, ¿qué ocurre con los Espíritus que sucumben?, ¿ Aún se interesan por la lucha después de la muerte ?.
- Algunos se interesan, otros se apartan.
En los combates acontece aquello que ocurre en todos los casos de muerte violenta: en el primer momento el Espíritu está sorprendido y como perturbado, y no cree estar muerto, pareciéndole que todavía está tomando parte en la acción. No es sino poco a poco que la realidad se le aparece.
Preg 547- ¿ Los Espíritus que se combatían, estando vivos, una vez muertos se reconocen como enemigos y son todavía obstinados los unos contra los otros?
- Los Espíritus, en esos momentos, no están jamás con sangre fría. En el primer momento, él puede  aún creer  que su enemigo es el mismo y que lo tiene que perseguir, pero cuando las ideas retornan, comprende que su animosidad ya no tiene objetivo. Entretanto aun puede conservar las impresiones, más o menos según su carácter.
- ¿Percibe aún el ruido de las armas ?
- Si, perfectamente.
Preg.548- ¿ El Espíritu que asiste con sangre fría a un combate como espectador, testimonia la separación del alma y del cuerpo, y cómo ese fenómeno se presenta ante él?
- Hay pocas muertes instantáneas. La mayoría de las veces, el Espíritu cuyo cuerpo ven al ser mortalmente herido, no tiene consciencia sobre el momento. Cuando él comienza a reconocerse, es cuando se puede distinguir al Espíritu que se mueve al lado del cadáver. Eso parece tan natural que la visión del cuerpo muerto no causa en él ningún efecto desagradable. Toda la vida es transportada en el Espíritu, solo él le atrae la atención y es con él con quien conversa o al que se dirige.
(Más sobre el tema en El Libro de los Espíritus, cap. VI – V: LEY DE DESTRUCCIÓN)
- Vera Luz- mayo/2017

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       CONCEPCIÓN NUEVA DE DIOS
José Herculano Pires 


El hombre realiza la experiencia de Dios en el tiempo, durante el transcurso de su evolución natural. Se lo ha buscado de todas las formas, hasta en soledad, alejándose de la civilización, en los fenómenos de la naturaleza y en todos los elementos : Dios está dentro nuestro , somos su creación, no está afuera ni arriba vive en nosotros ese es su templo real . 
Es innata la idea de su existencia . Desde los tiempos más remotos el ser humano se formó la idea, adorándolo también en la luna, el trueno , etc . A medida que evolucionó fue mas real pero dándole características de hombre atributos de humano, un Dios antropomorfo, susceptible de sentir celos cólera, castigador al cual se le hacían ofrendas , rituales y sacrificios de todo tipo para calmar su ira.
Se adoraban las piedras, estatuas, animales. Los aztecas , los Incas y egipcios adoraban al sol los judíos a Jehová , un Dios guerrero y vengativo -
A medida que el hombre fue evolucionando , nos dimos cuenta que Dios no es una “idea” es una realidad, es Padre Creador , amoroso y compasivo para con sus criaturas y para toda la creación, realidad que se revela a medida que nuestro ser evoluciona,
El concepto de Dios es el mismo concepto de justicia y equidad.

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     Influencia oculta de los Espíritus sobre nuestros                                 pensamientos y acciones 
459. ¿Influyen los Espíritus sobre nuestros actos y pensamientos? 
- A ese respecto su influjo es mayor de lo que creéis, porque son sobrada frecuencia son ellos los que os dirigen.El Libro de los Espíritus 236 

460. ¿Tenemos pensamientos que nos son propios y otros que se nos sugieren? 
- Vuestra alma es un Espíritu que piensa. No ignoráis que muchos pensamientos os llegan a la vez sobre un mismo asunto, y a menudo muy contrarios los unos de los otros. Pues bien, lo hay siempre vuestros y nuestros. Es eso lo que os pone en la incertidumbre, porque tenéis en vosotros dos ideas que recíprocamente se combaten. 

461. ¿De qué manera podemos distinguir los pensamientos propios de aquellos otros que nos son sugeridos? 
- Cuando un pensamiento os es inspirado, viene a ser como una voz que os habla. Vuestros propios pensamientos son, por lo general, los que se os ocurren primero. Por lo demás, esa distinción no reviste para vosotros gran interés, y a menudo resulta útil no saberlo, ya que así el hombre obra con más libertad. Si se decide por el bien, lo hace de mejor gana. Si por el contrario, opta por el mal camino, mayor será su responsabilidad. 

462.* Los hombres de gran inteligencia y aun geniales, ¿toman siempre sus ideas de su propio acervo? 
- En ocasiones las ideas les vienen de su propio Espíritu, pero con frecuencia también les son sugeridas por otros Espíritus que los juzgan capaces de comprenderlas y dignos de transmitirlas. Cuando en sí mismos no las encuentran, apelan a la inspiración: es esta una evocación que están haciendo sin sospecharlo. 
Si fuese útil que pudiéramos distinguir con claridad nuestros propios pensamientos de aquellos otros que nos son inspirados, Dios nos hubiera proporcionado el medio para hacerlo, así como nos provee el de distinguir el día de la noche. Cuando una cosa permanece en la oscuridad es porque debe ser así para nuestro bien. 

463. Se dice a veces que el primer impulso siempre es bueno. ¿Es esto exacto? 
- Puede ser bueno o malo, conforme al grado de adelanto del Espíritu encarnado. Es siempre bueno en aquel que escucha las buenas impresiones. 

464. ¿Cómo distinguir si un pensamiento que nos es sugerido procede de un Espíritu bueno o de uno malo? 
- Estudiad el asunto. Los Espíritus buenos sólo aconsejan el bien. A vosotros cabe distinguir. 

465. ¿Con qué propósitos los Espíritus imperfectos nos incitan al mal? 
- Para haceros sufrir como ellos sufren. 

465 a. ¿Atenúa esto sus padecimientos? 
- No, pero lo hacen por envidia de ver a seres más dichosos. 
465 b. ¿Qué clase de sufrimientos quieren que experimentemos? 
- Los que resultan de ser de un orden inferior y alejado de Dios. 
466. ¿Por qué permite Dios que algunos Espíritus nos empujen al mal? 
- Los Espíritus imperfectos son instrumentos destinados a probar la fe y constancia de los hombres en el bien. Tú, puesto que eres Espíritu, debes progresar en la ciencia de lo infinito, de ahí que pases por las pruebas del mal para llegar al bien. Nuestra misión consiste en ponerte en el bueno camino, y cuando actúan sobre ti malas influencias es porque tú las llamas con el deseo del mal, por cuanto los Espíritus inferiores acuden a ayudarte en el mal cuando tienes la voluntad de cometerlo: sólo pueden secundarte en el mal cuanto tú así lo quieres. Si sientes inclinación por el crimen tendrás a tu lado una nube de Espíritus que fomentarán en ti ese pensamiento. pero habrá también a tu vera otros que tratarán de influir sobre ti para el bien, lo cual restablece el equilibrio y te deja dueño de escoger. 
Así deja Dios librada a nuestra conciencia la elección de la ruta que debemos seguir, y la libertad de ceder a una u otra de las influencias opuestas que sobre nosotros se ejercen. 
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS 
ALLAN KARDEC
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EL TORMENTOSO SUICIDIO
EL SUICIDIO SIGUE ATORMENTANDO A SU EJECUTOR

Mercedes Cruz
Son muchas las almas que cuando atraviesan una etapa de sufrimiento y padecimientos dolorosos en la vida, acuden al suicidio como medio de huir de esa cárcel, ¡si cárcel! porque cuando se acude a esos extremos es porque nos vemos encerrados en un callejón sin salida “en una cárcel”.
En general aquellos que se arrojan al suicidio, esperan librarse para siempre de sinsabores que juzgan insoportables, de sufrimientos y problemas considerados insolubles por la tibieza de la voluntad sin educación, que se acobarda muchas veces ante, la vergüenza del descrédito o de la deshonra, de los remordimientos deprimentes que ensucian la consciencia, consecuencias de acciones practicadas contra las leyes del Bien y de la Justicia.
El lenguaje humano todavía no precisó inventar vocablos bastante justos y comprensibles para definir las impresiones absolutamente inconcebibles, que pasan a contaminar el "yo" de un suicida después de las primeras horas que siguen al desastre, las que suben y se agrandan, se envuelven en complejos y se radican y cristalizan en un crescendo que traduce el estado vibratorio y mental que el hombre no puede comprender, porque está fuera de sus posibilidades de criatura que, merced a Dios, se conservó hacia acá de esa anormalidad. Efectivamente, en el más allá de la tumba, las vibraciones mentales largamente violadas del alcohólico, del sensual, del cocainómano, etc., etc., podrán crear y mantener visiones y ambientes nefastos, pervertidos. Si, además, traen los desequilibrios de un suicidio, la situación podrá alcanzar proporciones Inconcebibles.
El hombre es un compuesto de triple naturaleza: - humana, astral y espiritual, ósea - materia, fluido y esencia. Ese compuesto podrá también ser traducido en una expresión más concreta y popular, asimilable al primer grado de observación: - cuerpo carnal, cuerpo fluídico o periespiritu, y alma o Espíritu, siendo de este último que se irradian Vida, Inteligencia, Sentimiento, etc., etc. - centella donde se verifica la esencia divina y quen el hombre señala la herencia celeste!.
De esos tres cuerpos, el primero es temporal, obedeciendo apenas a la necesidad de las circunstancias inalienables que rodean a su poseedor, destinado a la desorganización total por su propia naturaleza putrescible, oriunda del limo primitivo: - es el de carne. El segundo es inmortal y tiende a progresar, desarrollarse, perfeccionarse a través de los trabajos incesantes en las luchas de los milenios: - es el fluídico; mientras que el Espíritu, eterno como el Origen del cual proviene, luz imperecible que tiende a brillar siempre mas hermoseada hasta retratar en grado relativo el Fulgor Supremo que le dio la Vida, para gloria de su mismo Creador - es la esencia divina, imagen y semejanza - (que lo será algún día) - del Todo-Poderoso Dios!.
Viviendo en la Tierra, ese ser inteligente, que deberá evolucionar hacia la Eternidad, se denomina Hombre! siendo, por tanto, el hombre un Espíritu encarcelado en un cuerpo de carne o encarnado.
Un Espíritu vuelve varias veces a tomar un nuevo cuerpo carnal sobre la Tierra, nace varias veces a fin de tornar a convivir en las sociedades terrenas, como Hombre, exactamente como este es llevado a cambiar de ropa muchas veces...
El suicida es un Espíritu criminal, fracasado en los compromisos que tenia para con las Leyes sabias, justas e inmutables establecidas por el Creador, y que se ve obligado a repetir la experiencia en la Tierra, tomando un cuerpo nuevo, ya que destruyó aquel que la Ley le confiara para instrumento de auxilio en la conquista de su propio perfeccionamiento - depósito sagrado que el antes debería estimar y respetar antes que destruir, visto que no le asistían derechos para faltar a los grandes compromisos de la vida planetaria, tomados antes del nacimiento en presencia de su propia consciencia y ante la Paternidad Divina, que le diera la Vida y medios para ello.
El Espíritu de un suicida volverá a un nuevo cuerpo terreno en condiciones muy penosas de sufrimiento, agravadas por las resultantes del gran desequilibrio que el desesperado gesto provocó en su cuerpo astral, o sea, en el periespiritu.
La vuelta de un suicida a un nuevo cuerpo carnal es la ley. Es la Ley inevitable, irrevocable: Una expiación irremediable, a la cual tendrá que someterse voluntariamente o no, porque por su propio beneficio no habrá otro recurso sino la repetición del programa terreno que dejó de ejecutar.
Sucumbiendo al suicidio el hombre rechaza y destruye una ocasión sagrada, facultado por ley, para la conquista de situaciones honrosas y dignificantes para la propia consciencia, pues los sufrimientos, cuando son heroicamente soportados, dominados por la voluntad soberana de vencer, son como una esponja mágica para eliminar de la consciencia culpable las tinieblas infamantes, muchas veces, de un pasado criminal, en anteriores etapas terrenas. ! Mas, si, en vez del heroísmo salvador, prefiere el hombre la fuga a las labores promisorias, valiéndose de un auto-atentado que bien revelará la degradación moral y la inferioridad que le descompone el carácter, retardará el momento ansiado para la satisfacción de sus más caros deseos, visto que jamás se podrá destruir porque la fuente de su Vida reside en su Espíritu y este es indestructible y eterno como el Foco Sagrado del que descendió!.
En la Espiritualidad raramente el suicida permanecerá durante mucho tiempo. Bajará a la reencarnación prestamente, según sea el acervo de las dañosas consecuencias acarreadas; o postergará el cumplimiento de aquella inalienable necesidad en caso de que circunstancias atenuantes provean condiciones para el ingreso a cursos de aprendizaje educativos, que facilitaran los combates futuros en pro de su misma rehabilitación.
El suicida es como un clandestino de la Espiritualidad. Las leyes que regulan la armonía del mundo invisible son contrariadas con su presencia en sus páramos antes de la época determinada y legal; y son tolerados y amparados y convenientemente encaminados porque la excelencia de las mismas, derramada del seno amoroso del Padre Altísimo, estableció que a todos los pecadores les sean incesantemente renovadas las oportunidades de corrección y rehabilitación!.
¡Renaciendo en un nuevo cuerpo carnal, remontará el suicida a la programación de trabajos y combates diferentes a los que imaginó erradamente poder escapar por los atajos del suicidio; experimentará nuevamente tareas, pruebas semejantes o absolutamente idénticas de las que pretendiera esquivarse; pasará inevitablemente por la tentación del mismo suicidio, porque el mismo se colocó en esa difícil situación cargando para la reencarnación expiatoria las amargas consecuencias de un pasado delictivo!.
A esa tentación, no obstante, podrá resistir, ya que en la Espiritualidad fue debidamente ilustrado, preparado para esa resistencia. ! Si sin embargo fuese a fallar por una segunda vez - lo que será improbable -, se multiplicará su responsabilidad, multiplicándose, por eso mismo, desastrosamente, las series de sufrimientos y combates rehabilitantes, ya que es inmortal!.
! El estado indefinible, de angustia inconsolable, de inquietud aflictiva, tristeza e insatisfacción permanente; las situaciones anormales que aparecen y siguen en el alma, en la mente y en la vida de un suicida reencarnado, indescriptibles a la comprensión humana y sólo asimilables por él mismo, solamente le permitirán el retorno a la normalidad al terminar las causas que las provocaran, después de existencias expiatorias, testimonios severos donde sus valores morales serán duramente comprobados, acompañándose de lágrimas ininterrumpidas, realizaciones ennoblecedoras, renuncias dolorosas de las que no se podrá librar... pudiendo tan dificultosa labor suya exigir la perseverancia de un siglo de luchas, de dos siglos... tal vez mas... según sea el grado de sus propios deméritos y las disposiciones para las refriegas justas e inalienables!.
Un solo camino se presenta para los suicidas como recurso para posibles suavizaciones en el porvenir cuya distancia no se puede prever. El suicida debe someterse a los imperativos de las leyes que ha infringido. Y ante la nueva oportunidad no tiene más que decirse:
¡Coraje, peregrino del pecado! ¡Vuelve al punto de partida y reconstruye tu destino y virtualiza tu carácter a los embates remisores del Dolor Educador! ¡Sufre y llora resignado, porque tus lágrimas serán el manantial bendito donde se irá a saciar tu consciencia sedienta de paz! ¡Deja que tus pies sangren entre los cardos y las aristas de los infortunios de las reparaciones terrenas; que tu corazón se despedace en las forjas de la adversidad; que tus horas se envuelvan en el negro manto de las desilusiones, llenas de angustia y soledad! ¡Pero ten paciencia y sé humilde, recordando de que todo eso es pasajero, tiende a modificarse con tu reajuste a las sagradas leyes que infringiste... y aprende, de una vez para siempre, que - eres inmortal y que no será por los desvíos temerarios del suicidio que la criatura humana encontrará el puerto de la verdadera felicidad...
Considero que la mejor manera de honrar esta vida tan corta que tenemos es mirar de frente a la muerte y aclarar con esa confrontación por qué vale la pena vivir y de qué manera podemos existir con más dignidad y satisfacción vital, con más provecho personal y colectivo, con visión más clara acerca de la importancia que tiene cada vida.
Extraído del Libro “Memorias de un suicida” YVONNE A. PEREIRA
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