sábado, 15 de diciembre de 2012

La Vejez





     La vejez es el otoño de la vida; en su último declive, es su invierno. Sólo con pronunciar la palabra vejez, sentimos el frío en el corazón; la vejez, según la estimación común de los hombres, es la decrepitud, la ruina; recapitula todas las tristezas, todos los males, todos los dolores de la vida; es el preludio melancólico y desolado del adiós final. En esto hay un grave error. Primero, por regla general, ninguna fase de la vida humana está totalmente desheredada de los dones de la naturaleza, y todavía menos de las bendiciones de Dios.
     ¿Por qué la última etapa de nuestra existencia, aquella que precede inmediatamente el coronamiento del destino, debería ser más afligida que las otras? Sería una contradicción y no correspondería con la obra divina, pues todo en ella es armonía, como en la viva composición de un concierto impecable. Al contrario, la vejez es bella, es grande, es santa; y vamos a estudiarlo un instante, a la luz pura y serena del Espiritismo.
Cicerón escribió un elocuente tratado de la vejez. Sin duda, encontramos en estas páginas célebres algo del genio armonioso de este gran hombre; sin embargo, es una obra puramente filosófica y que contiene sólo puntos de vista fríos, una resignación estéril, y de abstracciones puras. Es en otro punto de vista que hay que colocarse, para comprender y para admirar esta peroración augusta de la existencia terrestre.
      La vejez recapitula todo el libro de la vida, resume los dones de otras épocas de la existencia, sin tener las ilusiones, las pasiones, ni los errores. El anciano ha visto la nada de todo lo que deja; ha entrevisto la
certeza de todo lo que va a venir, es un vidente. Sabe, cree, ve, espera.
      Alrededor de su frente, coronada de una cabellera blanca como de una cinta hierática de los antiguos pontífices, alisa una majestad totalmente sacerdotal.
      A falta de reyes, en ciertos pueblos, eran los Ancianos quienes gobernaban. La vejez todavía es, a pesar de todo, una de las bellezas de la vida, y ciertamente una de sus armonías más altas.
      A menudo decimos: ¡que guapo anciano! Si la vejez no tuviera su estética particular, ¿a qué dicha exclamación?
      No obstante, no hay que olvidar que en nuestra época, como ya lo decía Chauteaubriand, hay muchos viejos y pocos ancianos, lo que no es la misma cosa. El anciano, en efecto, es bueno e indulgente, ama y anima a la juventud, su corazón no envejeció en absoluto, mientras que los viejos son celosos, malévolos y severos; y si nuestras jóvenes generaciones no tienen ya hacia los abuelos el culto de otros tiempos es, precisamente en este caso, porque los viejos perdieron la gran serenidad, la benevolencia amable que hacía antaño la poesía de los antiguos hogares. La vejez es santa, es pura como la primera infancia; es por ello que se acerca a Dios y que ve más claro y más lejos en las profundidades del infinito.
      Es, en realidad, un comienzo de desmaterialización. El insomnio, que es la característica ordinaria de esta edad, es la prueba material. La vejez se parece a la víspera prolongada. En vísperas de la eternidad el anciano es como el centinela avanzado en el límite de la frontera de la vida; ya tiene un pie en la tierra prometida y ve la otra orilla y la segunda ladera del destino.
De ahí esas "ausencias extrañas", esas distracciones prolongadas, que se toma por un debilitamiento mental y que son en realidad sólo exploraciones momentáneas del más allá, es decir, fenómenos de expatriación pasajera. He aquí lo que no se comprende siempre. La vejez, como tan a menudo decimos: es el ocaso de la vida, es la noche. El ocaso de la vida, es verdad; ¡pero hay tardes muy bellas y puestas del sol qué tienen reflejos apoteósicos! Es la noche, también es verdad; ¡pero la noche es muy bella con sus adornos de constelaciones! ¡Como la noche, la vejez tiene sus Vías Lácteas, sus caminos blancos y luminosos, reflejo espléndido de una vida larga plena de virtud, de bondad y de honor!
- León Denis -
                                                   **********************


" El Espiritismo no dogmatiza; no es una secta ni una ortodoxia. Es una filosofía viva, patente en todos los espíritus libres y que progresa por evolución.
   No hace imposiciones de orden alguno; propone, y lo que propone se apoya en casos de experiencia y pruebas morales; no excluye ninguna creencia, pero se eleva por encima de ellas y  las abraza en una fórmula más vasta, en una expresión más elevada y extensa de la verdad."
- León Denis-




  NOTA IMPORTANTE: Los lunes,miércoles y jueves a las 22,30 horas, pueden participar en el chat de la Federación Espírita Española, los viernes a las 23,00 horas asistir a una conferencia en la misma sala, y los domingos a las 21,00 horas a la clase del "Grupo espírita Sin Fronteras".
                          
            Y además recomiendo los Blogs: el espirita albaceteño.-  elespiritadealbacete.blogspot.com                                                                                          
                                                  Albacete espírita:          albaceteespirita.blogspot.com.es        

  www.portalkardec.com.br    
 marinamiesdeeamor.blogspot.com                  
soyespirita.blogspot.com
 boletin-nuevaesperanza.blogspot.com                            
  ade-sergipe.com.br          
 elblogdeazucena.blogspot.com                                
  espiritistas. es        y                          
  ceesinfronteras.es/eventos.htm

No hay comentarios: