sábado, 30 de octubre de 2010

La luz bajo del Celemín


    "NO ESCONDER LA LUZ DEBAJO DEL CELEMIN"


La fe no se impone, pero si se adquiere, y no hay nadie a quien se impida el poseerla, aun entre los más refractarios. “Muchos dicen quisiéramos creer, pero no podemos” diciendo esto tapan sus oídos, sin embargo las pruebas abundan a su alrededor ¿Por qué rehúsan verlas? En unos es la indiferencia, en otros el miedo a verse obligado a cambiar sus costumbres; en la mayor parte es el orgullo que rehúsa conocer un poder superior, porque les es imposible inclinarse ante el.


Para tener fe es preciso tener una base, y esta base es la inteligencia perfecta de lo que se debe creer; para creer no basta “ver” es necesario sobre todo comprender”.

La fe ciega no es de este siglo, la que hoy en día abunda es la fe razonada, la que se apoya en los hechos y en la lógica, que no deja a tras ninguna oscuridad; se cree porque se está cierto, y no se está cierto hasta que no se ha comprendido; esta es la razón por la que es inalterable, “porque no hay fe inalterable sino la que puede mirar frente a frente a la razón en todas las edades de la humanidad.

Se encontraba Jesús con sus discípulos, cuando estos le dijeron: ¿Por qué hablas por parábolas? Y les respondió y les dijo: porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado. Porque al que tiene se le dará y tendrá más, más el que no tiene aun lo que tiene se le quitará – Por eso les hablo por parábolas. Porque viendo no lo ven, y oyendo no oyen ni entienden. – Y se cumple con ellos la profecía de Isaías que dice: y viendo, veréis y no veréis – Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y cierran sus ojos, para que no vean de los ojos, y oigan de las orejas, y del corazón entiendan, y se conviertan, y los sane. (San Mateo, Cáp. XIII, V del 10 al 15)

Todo objetivo en la vida lleva un proceso, no empezamos la construcción de una casa por el tejado, esto aria fracasar la construcción. El hombre, creado simple e ignorante, en su niñez, no puede realizar, ni entender muchas cosas. Jesús cuando vino a la Tierra sabia muy bien que no todos lo entenderían por eso hablaba por parábolas y se le oía decir que aquel que tuviera oídos para oír oyera y el que tuviera ojos para ver viera.

Toda enseñanza debe ser proporcionada a la inteligencia de aquel a quien se dirige, hay gente que ante la imposibilidad de comprender, se desilusionan y se apartan.

Un ejemplo lo tenemos cuando nos hablan de la buena temática de un libro, de su lectura interesante, y lo compramos, y cuando lo empezamos a leer, vemos que su vocabulario es desconocido para nosotros, muchas de sus palabras no sabemos su significado, y sus ideas pasando desapercibidas para nuestro corto entender, dejándolo relegado al olvido, pues no nos dice nada.

Un niño al principio no se interesa por la vida en si, pero poco a poco a medida que va creciendo, va despertando y toma conocimiento de si mismo, va adquiriendo deberes y funciones de las cuales deberá rendir cuentas ante Dios y el hombre.

En lo referente a Dios el hombre poco a poco a medida que progresa espiritualmente va aumentando su patrimonio espiritual, esto le exige un poco de si mismo, y al tomar esos conocimientos se engrandecen sus posibilidades para conocer un poco mejor a Dios.

Cuando ya lo vamos conociendo y tenemos fe en el, es cuando desarrollamos la vista y los oídos y “es entonces cuando no debemos poner la antorcha debajo del celemín”

Dios ha permitido conocer las cosas al hombre poco a poco, pues toda enseñanza debe ser proporcionada a la inteligencia de quien es dirigida.

Dios en previsión, solo revela gradualmente, cuando la humanidad está en disposición de recibirlas pero no debajo del celemín.

¡El mundo no ha progresado sino a costa de luchas y sufrimientos. Todas las nuevas descubiertas, todas las grandes verdades, todos los grandes hombres no han conseguido ejercer su misión en nuestro planeta sino con grandes sacrificios y después de una lucha terrible contra el espíritu de la ignorancia, que ensombrece todas las camadas sociales!.

Recorriendo atentamente las paginas del Evangelio, vemos la lucha incesante que Jesús sustentó contra el espíritu del sistema que componía, no solo la clase sacerdotal, más también la clase doctoral de su tiempo.

En los hechos de los Apóstoles, se  hallan narradas las persecuciones que sufrieron los discípulos del Maestro, que enfrentaron, grandes luchas con los “sabios” de aquella época.

Mas no fueron solo ellos los que se sacrificaron en este mundo en donde los grandes son los depositarios de las creencias avanzadas.

Cada acto de luz que vibra en la mansión de las tinieblas agita a los ignorantes sistemáticos, así como los rayos del Sol alborotan a los murciélagos y a las lechuzas que solo se complacen con la noche.

Muchos ocultan las verdades con el deseo de dominar, estos son los que ponen la luz debajo del celemín. Son las doctrinas que han llenado sus creencias de misterios cuyo examen prohíben; esas religiones van quedado rezagadas, mientras la inteligencia y la ciencia han seguido caminando; el vulgo se ha vuelto adulto y ha querido penetrar en el fondo de las cosas, y entonces ha sido cuando ha expulsado de su fe lo que era contrario a la observación.

El árbol secular de las ideas sistemáticas y preconcebidas de nuestros abuelos no puede caer con un ligero soplo, así como el árbol de los bosques no cae al primer golpe del hacha; es preciso muchos “golpes” y gran trabajo para arrasar la floresta inculta de las concepciones humanas. Y el progreso no se hace de una vez, viene paulatinamente, gradualmente, presentándonos con sus generosas dadivas, para que, ofreciendo a unos pocos sus inestimables dones, nos tornemos efectivos en el trabajo y en el estudio, fuente principal de todo entendimiento humano.

Todo un día ha de ser revelado, el hombre conforme crece va descubriendo y el verdadero sentido de las cosas va despojando de el la inexperiencia a cerca de ellas. Todos los misterios van desarrollando su significado y si el se esfuerza y crece, avanza y asciende a mundos más evolucionados, porque adquirió la predisponibilidad para ello. Pese a que la Tierra aun este en tinieblas.

Jesús no se expresaba con parábolas sino respectos a las partes, hasta cierto punto ininteligibles, de su doctrina. Él hizo de la caridad al prójimo y de la humildad la condición expresa para la salvación, esto es perfectamente claro, explicito y sin ambigüedad.

Es una regla de conducta que el mundo debía comprender, para poderla practicar, es lo esencial para la multitud ignorante a la que se limitaba a decirle: “Esto es lo que debes hacer para alcanzar el reino de Dios en los cielos. Pero a sus discípulos; Jesús les desarrollaba sus pensamientos, estos al estar más adelantados, moral e intelectualmente lo comprendían. El los pudo iniciar en las verdades abstractas; por esto dijo: “A los que tienen se les dará más” el que ha recibido es el que posee el sentido de la palabra divina; ha recibido porque ha procurado hacerse digno, y el Señor, con su amor misericordioso, anima los esfuerzos que se dirigen al bien. Estos esfuerzos, sostenidos y perseverantes atraen las gracias del Señor; es un imán que atrae a El las mejoras progresivas y las gracias abundantes que nos hacen fuertes para subir el monte santo, en cuya cúspide está el descanso después del trabajo.

¿Cómo ha sido la vida de los grandes hombres que nos han legado el bienestar que ahora poseemos? Hay está la historia, de cuyas paginas no se podrá excluir una sola letra, y que demuestra cuanto puede el espíritu de clase, a los conservadores de rutina unidos a los poderes conjugados del papado.

Un sabio contemporáneo, hablando de Allan Kardec dijo: “Aquel que se adelanto cien años a sus contemporáneos, precisa de más de cien años para ser comprendido”

Esta verdad se refleja en todas las épocas históricas.

Antes de Cristo, Sócrates había sido consumido por la cicuta, por causa de su doctrina, percusora del Cristianismo. ¡Y después Cristo, cuantos suplicios inflingieron a los Apóstoles , en la rama de la Ciencia, de la Religión! Es casi incalculable el número de mártires que pasaron por el azote de la persecución.

¡La verdad termina siempre por triunfar, y cuando ella comienza a iluminar, los obstáculos consiguen sino retardarle la marcha, más llegado el término, viene la Victoria!

¿Cuanto tiempo le llevo al magnetismo de luchas hasta que los sabios le abrieron las puertas de las academias?

Mas los hechos se imponen y la verdad consigue triunfar en las luchas que le imponen sus perseguidores. Esas luchas , esas persecuciones, esos trabajos que sufrieron las grandes verdades y sus defensores, se han repetido en relación al Espiritismo y a sus seguidores.

Unos lo tachan de diabólico, otros dicen que produce locura; otro que es contrario a la religión. Son miles de bocas hablando sin oídos para oír y sin ojos para ver, bocas ignorantes hablando de lo que no conocen ni estudiaron.

Son atacadores contrarios a las nuevas ideas, que viene a descubrír los errores, a despojar al árbol secular de la ignorancia, causa  de todos los sufrimientos en la Tierra.

En la antigüedad, como hoy en día, la luz no puede soportada por las tinieblas. El argumento demoníaco está aún muy valorizado por los sectarios. Mas están próximos los tiempos en que la verdad dominará, guiando a los hombres para sus destinos inmortales.

“Se quitará al que nada tiene, o que tiene poco”

Esto es figurado. Dios no retira a sus criaturas el bien que se ha dignado hacerles. ¡Hombres ciegos y sordos! Abrid vuestras inteligencias y vuestros corazones, mirad por vuestro espíritu, orad por vuestra alma y no interpretéis de una manera tan grosera e injusta las palabras de aquel que ha hecho resplandecer a vuestros ojos la justicia del Señor. No es Dios el que quita al que ha recibido , sino el mismo espíritu que, indolente, no sabe conservar lo que tiene y aumentar fecundándolo, el óbolo caído en su corazón.

El que no cultiva el campo que ha heredado de su padre, ve cubrir este campo, de malas hierbas. ¿Es acaso el padre el que le vuelve a tomar las cosechas que no ha querido plantar? si ha dejado perder el grano destinado al campo para fructificar por falta de cuidado ¿Debe acusar a su padre? ¿Si no produce nada? en vez de acusar a aquel que todo lo había preparado para el, que acuse al verdadero autor de sus miserias, y entonces, arrepentido y activo, se ponga a la obra con buen animo; que rompa la tierra ingrata con el esfuerzo de su voluntad; que la trabaje hasta el corazón con la agua del arrepentimiento y de la esperanza, que plante el grano que tendrá elegido, bueno entre los malos, que lo rocié con su amor y con su caridad y Dios, el Dios del Amor, dará al que ya ha recibido. Entonces verá sus esfuerzos coronados de éxito, y un grano producirá ciento y otro mil.

Jesús dejó muchos puntos sin aclarar a sus apóstoles, cuya completa inteligencia estaba reservada a tiempos ulteriores. Estos son los puntos que han dado lugar a interpretaciones tan diversas, hasta que la ciencia por un lado y el espiritismo por otro han hecho comprender su verdadero sentido.

Jesús para grabar mejor en el animo de sus discípulos la necesidad del estudio de toda Religión y de toda Filosofía en sus fases evolutivas del saber humano, comparando todos los hechos y teorías que de ellos resaltan y la Historia registra, con un tesoro, que un padre de familia posee y donde existen monedas nuevas y monedas viejas, bienes antiguos , más de valor , y bienes de adquisición reciente, constituyendo todo el mismo tesoro.

Hay muchas cosas viejas que no se pueden despreciar, así como muchas cosas nuevas que no podemos dejar al  margen, sin perjudicar nuestro tesoro.

La Religión es axial. Ella no consiste solo en las adquisiciones del pasado, sino en la recepción de los hechos e ideas presentes y futuras, que la enriquecen.

La Religión de Jesús es una religión de progreso, de evolución, y , no de paralización.

El propio Cristo dijo: Muchas cosas tengo para deciros, más no podéis soportar ahora; sin embargo; cuando venga el espíritu de Verdad, el os guiará en todas las verdades; os ara recordar todo cuanto os tengo dicho, y os anunciará de las cosas que están por venir (Juan, XVI, 12, 13)

Aquellos que limitan la Religión a un artículo de fe o a un dogma, desvirtuaron sus principios, paralizan la marcha, extinguen, finalmente, la llama sagrada que debe siempre arder al impulso de renovados combustibles.

En las Ciencias, en las Artes, en las industrias el hombre progresa no solo manteniendo los viejos conocimientos que no son sino elementos primordiales para nuevas formas que ellos se adaptan, como también por las nuevas adquisiciones con las que engrandecen su saber.

Lo mismo se da en la Religión. La religión primitiva, revelada a Abrahán, no prescribía ordenación, más se limitaba a enseñar al hombre la existencia de Dios Único, ilimitado en atributos, Creador de todo cuanto existe.

A esta siguió la doctrina del Sinai, que, confirmando la primera Revelación, amplio sus dictámenes, con las prescripciones morales observadas en el Decálogo. Entre tanto, la religión no paralizo hay su manantial, que se engrandecía constantemente, pues la fuente viva de la Revelación obra sin cesar. Y así como la Revelación Abraanica se siguió la Revelación Mosaica, y a esta sucedió la revelación Cristiana.

Casi 2000 años después de Moisés, vino el Revelador vivo de la Doctrina del Amor, que, lejos de revocar la Ley, afirmó que venia a dar cumplimiento.

Todo lo que procede del Amor prevalece y prevalecerá eternamente: es “palabra que no pasa”. Todo lo que no es del Amor, no puede formar parte de la Ley y pasará, así como pasa la hierba y como pasa todo lo que no es permanente.

El “escriba instruido en el Reino de los Cielos” sabe muy bien que en el gran tesoro de la Religión hay monedas viejas y monedas nuevas de Amor, que constituyen su riqueza; por eso, para beneficiar a sus hijos, tira de ese tesoro las monedas que necesita y con las cuales enriquece a los que con el están sujetos.

No hay religión cristalizada: la verdadera religión es progresiva. A los viejos conocimientos se adhieren otros nuevos, a la medida que, por nuestro esfuerzo, nos preparamos para recibirlos. Esa medida, a su turno, se dilata con nuestra buena voluntad, por el estudio, por la investigación y por medio de la oración, que nos pone en relación con los Espíritus Superiores encargados de auxiliar nuestra evolución espiritual.

El espiritismo ha hecho luz sobre muchos puntos oscuros, sin embargo, no lo hace inconsideradamente. Los espíritus proceden en sus instrucciones con una admirable prudencia; solo sucesiva y gradualmente han abordado las diferentes partes conocidas de la doctrina y del mismo modo será reveladas las otras medidas cuando llegue el tiempo de hacerla salir de la oscuridad. Si hubiera presentado completa al principio, solo hubiera siso accesible a un reducido número, hubiera asustado a los que no estaban preparados, y esto habría sido un obstáculo para su propagación. Si pues si los espíritus no lo dicen aun todo ostensiblemente, no es porque  haya en la doctrina misterios reservados a los privilegiados, ni que pongan la antorcha debajo del celemín, sino por que cada cosa ha de venir a su tiempo oportuno. Dejan que una idea madure y se propague antes de presentar otra y que preparen su captación los acontecimientos.

Fue por eso que Jesús dijo a sus discípulos en el capitulo XVI, 12, 13, “Tengo aun mucho que deciros, más no lo podéis soportar ahora, cuando viniera, sin embargo, el espíritu de la Verdad, el os guiará en toda la verdad, porque no hablará de si mismo, más dirá lo que ha oído y os anunciará las cosas que están por venir.

Este trecho es característico y plenamente demostrable de lo que afirmamos: la Religión es fuente viva, que arroja incesantemente agua pura y cristalina. Y así como las revelaciones no cesan: como complementos a la Revelación de las Revelaciones, que es la Revelación Espirita , como complemento de la Revelación mesiánica , vino a traer a los hombres, nuevos conocimientos filosóficos, nuevos conocimientos científicos, nuevos conocimientos religiosos, todos oriundos de esa fuente, cuyo manantial se han mostrado inagotables a través de los siglos.

Y el “escriba Instruido en el reino de los Cielos” sabe muy bien de eso: por ese motivo, y también porque, cauteloso, no deja de adquirir conocimientos con los cuales enriquece su tesoro, de el quita cosas nuevas o viejas como hace el buen padre de familia, para instruir a los que le son queridos.

Ojalá  todos los que estamos aquí, podamos retener la luz en el alma, para que nada de lo que se nos ha dado, quede relegado al olvido, por no trabajar dentro de los deberes asumidos con la Divinidad.



Trabajo realizado por Merchita

Miembro fundador del centro espirita Amor Fraterno- Alcázar de San Juan -Ciudad Real, España

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