domingo, 31 de octubre de 2010

El Amor y sus consecuencias


El amor ha sido una palabra muy usada desde hace milenios, ya que los sentimientos y emociones acompañan al ser humano, aunque éste sea muy primitivo. Puede sentir el amor, el afecto, etc., de forma rudimentaria, pero la ha sentido en todos los tiempos.


Pero, ¿Qué es el amor? ¿Es bueno o es malo el amor?

Hay muchas formas de amar y no todas son buenas. Podríamos citar qué es el amor bueno y qué es el amor malo: “aunque amor malo no existe”, sino una forma de enfocar negativamente un sentimiento bueno.

El amor bueno es cuando cuidamos y educamos a nuestros hijos, sabiendo que es un tesoro divino; cuando les enseñamos a ser libres y a no tener miedos. Cuando les respetamos como personas y espíritus individuales que son. Cuando les observamos, pero no le vigilamos. Cuando les enseñamos respeto, viendo en nosotros el primer ejemplo.

El amor malo es cuando olvidamos que nuestros hijos no son una posesión exclusiva nuestra. Es malo cuando les sobreprotegemos o descuidamos su educación y no les enseñamos valores morales. Es el amor malo, cuando compramos el cariño de nuestros hijos, dándoles todos los caprichos que ellos piden o exigen. Cuando les consentimos actitudes negativas, viendo que son una copia de nuestras propias actitudes.

El amor bueno con nuestra pareja es aprender a conocerle/a y de esa forma respetar sus defectos, manías, gustos etc. Es bueno cuando le aceptamos tal como es. Cuando respetamos todos los demás aspectos, además del sentimental. Cuando conseguimos ser amigos, compañeros de camino y pareja, sin chantajes emocionales, con la buena intención de perdonarle y comprenderle, mirándonos hacia dentro nosotros mismos. Es decirle de vez en cuando… ¡Te quiero, te quiero por lo que eres y como eres; por ser tú mismo!

El amor malo hacia nuestra pareja son los celos, la posesión, el miedo a estar solo/a, y por esa razón somos capaces de dejarnos manipular, maltratar o humillar, sin querer reconocer que nuestros miedos nos dominan. El amor malo es el que amenaza, el que domina, el que siempre espera recibir, sin dar; el que se impone. El amor malo entre una pareja es la manía de querer cambiar siempre a nuestra pareja; dentro de nosotros/as, decimos: bueno, ahora es así, pero cuando vivamos juntos, yo le haré ¡cambiar! ¡Mentira! Nos estamos engañando al no querer ver tal como es nuestra pareja, y él o ella, no va a cambiar porque le presionemos, a veces, es peor, por el orgullo que nos esclaviza.

El amor bueno es aquel que sin palabras hace. Y el que lo hace es porque lo siente, porque su filosofía de vida o religión le ha enseñado a amar de forma incondicional. Porque tenemos que comprende que todos tenemos defectos, grandes miedos, grande complejos o traumas; vivimos a la defensiva, esquivando golpes muchas veces imaginarios, pero el buen amor se reconoce cuando nos calma, nos consuela, cuando no nos exige nada que no podamos hacer, cuando privándonos de algo, nos sentimos bien y contentos. Cuando viendo sonreír a una persona enferma, aprendemos una gran lección: a reír nosotros también cuando nos lleguen los momentos difíciles, si es que llegan.

El amor malo hacia nuestros semejantes se llama EGOÍSMO y ORGULLO. Cuando, siendo espíritas que, supuestamente, sabemos más de “amor”, “caridad” y “comprensión”, decimos que nos tenemos que amar y perdonar, de boca para fuera. Cuando no somos capaces de privarnos de alguna cosa y poder así apadrinar a un niño necesitado, o hacer cualquier otra cosa buena que suponga esfuerzo o voluntad; pero, eso sí, seguiremos hablando de amor. De haz lo que yo digo y no lo que yo hago. Porque el ser humano es un gran estratega; ¡habla mucho y hace poco!

El amor bueno de un amigo o amiga, es aquel que, sabiendo como somos de imperfectos, nos acepta sin más. Aquel que cuando ve que vamos a cometer un error nos previene con cariño, sin ninguna actitud de superioridad. El amor bueno es cuando puedes abrirle el corazón a tu amigo o amiga, sabiendo que te oirá, te entenderá, pero nunca te va a decir lo que tú quieres escuchar, sino aquello que él o ella piensa que tú necesitas. El amor bueno entre amigos es dar sin esperar nada a cambio, por el placer de dar o compartir.

El amor malo entre amigos es aquel que te exige, el que te presiona para que seas como ellos quieren que seamos, sin aceptarnos tal como somos. El amor malo de un amigo o amiga, es el que hiere cuando no tolera ni consuela; cuando, sabiendo lo mal que lo puedas estar pasando, es incapaz de pronunciar una palabra afectuosa, cuando nuestra viga nos impide ver la paja en el ojo ajeno.

El amor malo hacia nosotros es cuando no respetamos el cuerpo que Dios nos ha prestado, y lo envenenamos con el tabaco y, peor aun, cuando sabiendo que es un suicidio lento, se sigue fumando, bebiendo y haciendo otras barbaridades. El amor malo para con nosotros es el instinto de auto-destrucción, muchas veces por traer con nosotros un gran sentimiento de culpa o inferioridad, y utilizar medios como el alcohol, las drogas, el mal uso del sexo y sus aberraciones. La sensualidad enfermiza. Cuando comemos a reventar, llenando nuestro cuerpo de grasas y toxinas. Cuando nos destruimos por dentro, con pensamientos pesimistas, victimistas, degradantes, que enferman el organismo. Cuando, en general, no le cuidamos, pensando que de algo hay que morir, pero cuando esa hora llega, la agonía y la angustia nos sobrepasan y sentimos arrepentimiento de aquello que hicimos mal con nuestro cuerpo.

El amor bueno hacia nosotros mismos es aquel que, sabiendo que este cuerpo no nos pertenece, lo cuidamos lo mejor que podemos. Es el que aprendió de la Ciencia que nuestra mente puede enfermar el organismo, somatizándolo en diversas enfermedades, y cuida de tener en orden su casa mental; se esfuerza en tener buenos pensamientos, una vida ordenada y sana. El amor bueno para con nosotros mismos, es el respeto que nos debemos, para poder respetar a los otros; es la lucha por vencer los miedos; es la necesidad de ser auténticos, mostrando, no lo que queremos que los demás vean en nosotros, sino lo que somos en realidad. El amor bueno es aprender a querernos más, y nos queremos más, cuando sabemos más de nosotros y, al aceptarnos como somos, buscamos la forma de superarnos.

( Trabajo aportado por Isi )

No hay comentarios: