INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.-Cristo
2.- La Umbanda no es Espiritismo
3.- Caminemos siempre
4.-¿ Qué es Dios?, o ¿Quién es Dios?
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CRISTO
Ciertamente, mucho se podría escribir sobre la figura de Jesús de Nazaret. Su espíritu es llamado el Cristo planetario, pues este elevadísimo Ser de Luz, fue desde el principio de los tiempos del planeta Tierra, el que tomó la misión encomendada por el Padre para formar y guiar los destinos de un nuevo mundo planetario llamado a ser la morada evolutiva de tantos millones de seres espirituales en su andadura humana, así como de otros muchos seres que a él llegaron poco después, procedentes de otro mundo planetario ( parece ser que de un planeta de la constelación de Capella) , que tras su ascenso evolutivo en la escala de los mundos, tuvo que desalojar a estos seres porque no habían alcanzado la categoría evolutiva suficiente para continuar en él sin perturbarlo, y así la Tierra fue su destino al que fueron trasladados para continuar en él su proceso evolutivo ( alegoría bíblica de los “ángeles caídos”) y a su vez mediante el grado de progreso alcanzado en su mundo de procedencia, ayudaron a avanzar a los espíritus primitivos que aquí comenzaban su andadura como humanos , impulsando su evolución moral e intelectual.
En la incalculable planificación evolutiva de los mundos en general y de la Tierra en particular, el Espíritu Crístico fue enviando a nuestro planeta, en distintas épocas y en el seno de diferentes civilizaciones y culturas, antes de que ese mismo Espíritu encarnara en la figura humana de Jesús de Nazaret, lo hizo en otros Enviados también de gran elevación moral, tal como Lao Tse, Krishna, Buda, etc, que fueron preparando a diversos sectores de aquella Humanidad compuesta mayormente por espíritus primarios,apenas salidos en su mayoría de mundos primitivos, para que pudieran ir madurando al conquistar el camino de su espiritualidad y así alejar la Tierra poco a poco en su conjunto, de su anterior etapa como mundo primitivo pasando gradualmente a ser un mundo de expiación y pruebas, categoría planetaria que todavía persiste.
Desde el comienzo de la noche de los tiempos, una vez asentada la raza humana sobre la Tierra, varios siglos antes de su venida, Cristo preparó al pueblo que designó para materializar su presencia en la Tierra como hombre en la persona de Jesús de Nazaret. Esta preparación la tuvieron encomendada los diferentes profetas bíblicos que anunciaron la llegada de un Mesías Prometido por Dios a través de ellos mismos, ilusionando y manteniendo la fe de aquel pueblo escogido para acoger en su seno al Cristo Planetario, que es de señalar, que según revelaciones de Espíritus Superiores, no solo tuvo y tiene aun a su cargo el planeta nuestro, sino todos aquellos mundos que pueblan una gran parte del espacio en donde se ubica entre otros, el sistema solar nuestro.
Unos dieciocho siglos antes de su llegada, la preparación del pueblo judío se concretó más de la mano de Moisés, quien por su facultad de canalización recibió desde el Plano espiritual las leyes básicas necesarias para que aquel pueblo destinado para acoger la presencia física de Cristo, tuviera la base moral suficiente que, cual tierra fértil, sirviera después para que en ella germinase y diese fruto la doctrina de Jesús extendiéndose después por los confines de la Tierra.
El Maestro Jesús con su enseñanza criticó y combatió el culto exterior de la Religión Mosaica, formado por apariencias e hipocresías fariséicas, con toda la apariencia religiosa externa , mientras tanto sus enseñanzas destinadas a recalar en toda la Humanidad, las fue mostrando mediante parábolas para hacerse comprender por aquellas gentes sencillas, dando ejemplo personal de la esencia moral de las mismas.
Así vemos como existe una Primera Revelación básica plasmada en la Ley de Moisés , y estructurada en los llamados diez Mandamientos de la Ley de Dios que le fueron transmitidos en el monte Sinaí y supusieron una primera toma de contacto con el concepto elemental de unos principios morales básicos, ordenando unas cosas y prohibiendo otras, así como el concepto de la Justicia Divina con la ley del Talión,( ojo por ojo y diente por diente), que no era una ley de venganza divina y aplicable por aquel pueblo tan primario, sino una ley conocida hoy en día como Causa y Efecto, que es una ley natural.
Jesús – Cristo estableció y nos enseñó la filiación humana con respecto a Dios, al que nos presentó como Padre, dejándonos con su doctrina las primeras nociones sobre el Amor, la Caridad y la vida futura. Su enseñanza personal como continuación y ampliación de la de Moisés constituye por lo tanto la Segunda Revelación dejada por Cristo a la Humanidad.
Pero Jesús , sabiendo que ante su enseñanza el ser humano en general aún no estaba lo suficiente maduro para comprenderla en toda su profundidad y plenitud, prometió antes de su partida que enviaría mas adelante un Consolador que enseñaría en Su Nombre y recordaría la esencia de su doctrina. En efecto, diecinueve siglos mas tarde con el avance científico y cultural alcanzado por la Humanidad, apareció a mediados del siglo XIX el Espiritismo de la mano de su codificador Allan Kardec que con ayuda de multitud de Espíritus Superiores bajo la tutela del Espíritu de la Verdad que prometió Jesús como el Consolador Prometido, y a través de varias mediumnidades diferentes, le fueron dictando sus enseñanzas contestando a un cuidadoso cuestionario de preguntas elaborado por él y plasmado en El Libro de los Espíritus, el primero de una saga de cinco libros básicos que componen esta Codificación. Como resultando del análisis y estudio de las mismas, se obtuvo así una profunda doctrina de carácter filosófico, científico y moral, auténtica Revelación Divina, cuya razón de ser no es otra que el desarrollo, aclaración y profundización de la moral plasmada en el Evangelio de Jesús. Por este motivo comprendemos y admitimos que el Espiritismo constituye precisamente aquel Consolador que prometió Jesús y en esencia forma la Tercera Revelación Crística , cuyas bases filosóficas y morales se asientan en el método de una Ciencia de observación del fenómeno mediúmnico, de la cual se extrajeron para una mejor y mayor comprensión de la Verdad, enseñada por los Espíritus Superiores bajo la tutela de Jesús o del Cristo – Espíritu de la Verdad.
Se comprende así que la finalidad de esta doctrina es la de impulsar el ascenso evolutivo de la Humanidad , hasta llegar a convertir la Tierra en un mundo de Regeneración, en el que la Paz , la Armonía y el Amor a Dios y a toda su Creación, serán finalmente la bandera espiritual de una nueva Humanidad.
Por último, he de añadir que en base a los principios de esta Codificación Espírita , la obra de Cristo en la Tierra no ha concluido todavía, pues después de Kardec ha seguido teniendo continuidad su obra con el desarrollo y ampliación de las enseñanzas de esta Codificación, a través de nuevas y enriquecedoras revelaciones del mundo espiritual, que mediante las psicografías de conocidos y ejemplares mediums como Chico Xavier y otros, que con sus obras amplían , profundizan y esclarecen cada día más ,todos los postulados de la Codificación Espírita y del Evangelio de Jesús – Cristo.
Que Él siga siendo Luz y Guía en las vidas de cada uno de nosotros.
- José Luis Martín-
La UMBANDA NO ES
ESPIRITISMO
Por Benedito da Gama
Monteiro
El origen, contenido
doctrinario y la práctica ritual, establecen las diferencias fundamentales
entre el Espiritismo y la Umbanda. A pesar de la claridad de esas
distinciones, eso no debe ser razón que imposibilite que entre los
Espiritas y Umbandistas haya respeto mutuo, espíritu de comprensión
y sensatez, aunque de esa tolerancia no debe resultar connivencia u omisión.
Deolindo Amorim,
en su libro “El Espiritismo y las Doctrinas Espiritualistas” concluye,
afirmando: “El Espiritismo es una doctrina que se basta a sí misma, sin
añadidos artificiales.”
A la luz de esa
precisa orientación, observamos que ni siquiera en los campamentos
espiritas esa diferencia es hecha, especialmente por aquellos que no se dan al
trabajo de estudiar la Doctrina, sin hablar en parte de la prensa laica que, a
propósito o no, anuncia todo lo que ocurre en las tiendas y plazas, como
si fuese Espiritismo, beneficiándose de eso los opositores
sistemáticos de la Doctrina Espirita que se sienten en ventaja con la
confusión establecida.
Se habla de “bajo
Espiritismo” y “alto Espiritismo”; de “Espiritismo de mesa” y “Espiritismo de
tercera”, etc. ¡como si hubiese más de un Espiritismo!
En cuanto al origen,
sabemos que el Espiritismo, es la doctrina codificada por Allan Kardec, recibida
de varios Espíritus Superiores a finales del siglo XIX, que se
caracteriza por un conjunto de principios de orden científico, filosófico y
moral, que objetiva el progreso espiritual del hombre, con la implantación de
la fraternidad entre todas las criaturas de la Tierra.
La Umbanda se deriva,
fundamentalmente, del culto religioso de la raza negra de la vieja
África. Sus principios doctrinarios son realmente frutos del “folclore” de los
proverbios, los aforismos, las leyendas y creencias populares, las canciones y
tradiciones del negro africano.
Con referencia al
contenido doctrinario, sabemos que el Espiritismo se sienta en postulados
científicos, filosóficos y éticos, lo que no se da en la Umbanda, que no
tiene doctrina codificada, sin embargo sus adeptos aceptan la inmortalidad del
alma, la reencarnación y la ley de acción y de reacción (Karma), al igual que
los espiritas.
En cuanto a la
práctica ritual, la Umbanda difiere, esencialmente, del Espiritismo, porque
aquella actúa en el plano de la naturaleza y este en el de el pensamiento, pues
solo el espíritu cuenta, realmente. Más allá de eso el Espiritismo no tiene
ritual de ninguna especie, pues no admite cuerpo sacerdotal jerárquico o no,
ceremonias (bautizos, casamientos, y cualquier otra); no se sirve de formulas,
invocaciones, o promesas de cualquier naturaleza; rechaza la adoración de
imágenes, símbolos, amuletos, así como creencias y supersticiones y no admite
pagamento por la prestación de cualquier asistencia espiritual u otro auxilio,
que conceda a los necesitados.
Los intentos para
fundamentar la introducción de rituales, inciensos, imágenes y otros objetos de
culto material en el medio espirita, generalmente suponen una llamada a la
tolerancia. No hay, sin embargo, razón alguna para tales pretextos,
toda vez que el Espiritismo, por sus disposiciones doctrinarias, dispensa
completamente cualquier forma de ritual o piezas litúrgicas.
Siendo así, donde
hubiera cualquier manifestación de culto exterior, no existirá una verdadera
practica espirita.
A pesar del laudable
entusiasmo de algunos espiritas para la comunión con sectas religiosas en el
seno de la doctrina, la mixtura heterogénea siempre sacrifica la pureza intima
esencial. ¡La calidad de la sustancia espirita se reduciría por la cantidad de
mixtura de otros ingredientes religiosos, más adversos!
¡El Espiritismo, no es
una doctrina separatista, ni es eclecticismo religioso a la superficie del
Espíritu inmortal! ¡Es, principalmente, un movimiento de solidaridad fraterna
entre todos los hombres! Puede ser eclecticismo espiritual uniendo en espíritu
a todos los credos y religiones, porque, también afirma su doctrina
y postulados en la realidad inmortal. Más sería insensata la mezcla heterogénea
de prácticas, dogmas, principios y composturas devocionales diferentes, entre
si, para construir otro movimiento espiritualista excéntrico.
La misión
de la Doctrina Espirita, en fin, es liberar al hombre y no prenderlo aun
más a las formulas y supersticiones del mundo carnal transitorio.
Finalizamos,
haciendo nuestras observaciones sensatas del Espíritu Emmanuel, a través del
médium Francisco Cándido Xavier, en el mensaje “Doctrina Espirita”, extraído
del libro: “Religión de los Espíritu”, concitando a los Espiritas a
cuidar de la doctrina que profesan:
… Porque la Doctrina
Espirita es en si la libertad y el entendimiento, hay quien juzga que esté
obligada a mezclarse con todas las aventuras marginales y con todos los
exotismos, bajo pena de huir a los impositivos de la fraternidad que vincula.
Dignifica, así, la Doctrina que te consuela y libera, vigilándole la pureza y
la simplicidad, para que no colabores, sin percibirlo, en los vicios de la
ignorancia y en los crímenes del pensamiento.
“Espirita” debe
ser tu carácter, incluso cuando te encuentres en reajustes, después de la
caída.
“Espirita” debe ser tu conducta, aunque estés viviendo duras
experiencias.
“Espirita” debe
ser el nombre de tu nombre, aun cuando respires en aflictivos combates contigo
mismo.
“Espirita” debe ser el claro adjetivo de tu institución, aunque, por eso,
te falten las pasajeras subvenciones y honras terrestres.
La
Doctrina Espirita quiere decir la Doctrina de Cristo.
Y la
Doctrina de Cristo es la doctrina del perfeccionamiento moral en todos
los mundos.
Guarda
pues, en la existencia, como tuya la responsabilidad más importante,
porque día llegará en que serás naturalmente invitado a rendirle
cuentas.
Amorim, Deolindo - "El
Espiritismo y ´las Doctrinas Espiritualistas";
Traducido por M.C.R
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CAMINEMOS SIEMPRE
Todos los días son como el comienzo de una nueva clase. Cada uno es un día nuevo, con nuevos retos y nuevos desafíos en los que poco a poco veremos que puntos precisamos ir mejorando. Nosotros. como espíritus en evolución, nos daremos cuenta de que cada día descubrimos un nuevo punto que debe ser corregido, y es ahí donde tenemos que iniciar nuestro trabajo.
¿Qué es
Dios?, o ¿ Quién es Dios?
Hay personas que alguna vez se han podido hacer el planteamiento de que si Dios
existe, y lo hizo todo, ¿ quién lo ha creado a Él ?. Otros
solo consideran a Dios una idea abstracta hacia algo superior, indescifrable e
indefinido, con lo cual, persiste la duda de si en realidad
existirá o no algún Dios y cómo será este. En ese “ancianito de larga barba”
que nos contempla desde las alturas ya nadie cree. Desde luego ese dios no
existe.
Sin embargo nadie puede tratar de definir algo tan grande e infinito que se intuye como la Causa Perfecta de toda la Creación, de todos los seres y de todos los mundos; la Causa de todo cuanto existe en el Universo infinito; el Principio y la Meta de todas las cosas, etc. No obstante yo voy a tratar de exponer aquí las ideas y conceptos que soy capaz de admitir y comprender, siendo consciente de que no puedo intentar definir a Dios, porque sería limitarlo, y sin embargo mi idea de Dios es un concepto ilimitado e indefinible y en ninguna mente humana tan pequeña y limitada no se puede abordar en su totalidad un concepto tan abstracto e infinito pero,-para mi - sin duda alguna, es una realidad muchas veces evidente, que continuamente percibimos en todos los detalles y los seres que pueblan la Naturaleza, o sea, en Su obra.
Dios no tiene forma ni imagen física; Él es la Inteligencia origen de toda inteligencia; Necesariamente ha de ser Perfecto e ilimitado en todas las perfecciones y atributos y por eso se podría tal vez, imaginar, como el Ser Supremo que desde una elevada e infinita cúspide como Mente Creadora Suprema, irradia su vibración de Amor a todo un Universo ilimitado, cuyas galaxias y mundos suspendidos en perfectas órbitas dentro del espacio infinito, laten como un gran corazón inmerso en un enorme proceso evolutivo de aproximación hacia la Perfección infinita de la Fuente Creadora Suprema, Y este Ser tan inconmensurable e inabarcable para la mente humana, y que es Energía y Vibración, alcanza con su vibración tanto al macrocosmos como al microcosmos, y a todos los seres que los habitan.
Este Ser Perfecto e Infinito, origen de todo lo creado, ha sido denominado de muchos
modos, según las diversas filosofías, tradiciones, culturas y pueblos: Para
unos es “El Gran Arquitecto”; para otros “el Alfa y el Omega”; para otros “el
Todo”; y para otros, sencillamente "Dios", o Alá o el Gran Espíritu, etc . Jesús de Nazaret
nos lo presentó sencillamente como “El Padre”, o sea, Su Padre y por extensión, nuestro Padre,
de ahí que cuantos creemos y aceptamos las enseñanzas del Maestro Jesús, nos
sentimos o nos debiéramos sentir realmente hijos de Dios y hermanos unos de otros, porque todos somos hijos de ese
Gran Padre común..
Se le podría considerar también a Dios como la conciencia colectiva
de todos nosotros juntos ( el gran “Yo Soy” ), lo cual viene a significar que
cada Ser humano por nuestra parte espiritual, somos como una “Chispa Divina” o partícula salida de esa gran Llama de Energía cósmica. La realidad, tal como nos la han
explicado a través del Espiritismo, es que somos esas Chispas Divinas, pero no
somos partes del Todo, sino creados por la inteligencia y voluntad de este mismo Todo que comprendemos
como un Ser Omnipotente, que nos creó a Su imagen y semejanza, o sea con Sus
atributos latentes, que deberemos cada uno ir desarrollando, para poder ir
acercándonos a Él. Por eso comprendemos que somos hijos de Él o creación de Él,
pero no somos una parte del mismo Dios. Esto supondría admitir al Ser
Supremo Perfecto, formado por todos los Espíritus humanos imperfectos, salidos
de Él, y todas las imperfecciones humanas no sumarían nunca la perfección
absoluta, sino una imperfección mayor.
Hay mucha gente que considera que la creencia de que cada uno tenemos en
potencia el poder de Dios es ridícula, pero para aquellos que creen o respetan
las Sagradas Escrituras, vemos como en el Evangelio de S.Juan (1-12), cada uno
tiene el poder de convertirse en “hijo de Dios” cuando lo comprende y lo
acepta, al igual que lo afirmó Jesús de sí mismo.
Ante la idea de Dios debemos comenzar por comprender que es
el Principio, la Causa y el Origen de todo cuanto existe y a su vez
es también la meta infinita a la que todos los seres aspiramos alcanzar.
Él es el Principio increado de todo cuanto existe en el
universo, porque si Dios a su vez pudiese haber sido
creado por otro, ya no sería el Ser Supremo y este otro Principio Creador
estaría por delante de su criatura, por
tanto este último sería el verdadero Dios y así sucesivamente.
Dios es Espíritu con una personalidad real, aunque sin límite ni
forma física de ninguna clase. Es el único Ser que engloba en Sí mismo a toda
la Creación y a todo el espacio, con los mundos de todos los
universos infinitos y a todos los seres creados por El, que
existen en todos los universos, conocidos y desconocidos por el hombre.
Su presencia está tanto en lo más grande o macrocosmos con
una infinidad insondable de galaxias que se organizan en el espacio infinito,
como también en lo más ínfimo o microscópico: el microcosmos.
Como ya se ha señalado anteriormente, no es un Ser o algo exterior a nosotros,
sino que al mismo tiempo lo tenemos dentro y fuera. Por eso nos parece absurdo el buscarlo en los templos religiosos, cuando en realidad lo llevamos todos en el sagrado templo del corazón. Quisiéramos poder abarcar su definición y comprensión, pero no cabe en nuestras imperfectas
mentes.
Partamos de la base de que definir es limitar,
y nos encontramos aquí, tratando de definir con nuestras
pequeñas y limitadísimas mentes, lo que es infinitamente
grande e ilimitado.
Debo reiterar el concepto de que lo
que dentro de nuestra limitada capacidad humana llamamos Dios, no es
ningún ser concreto contenido dentro de una forma o delimitado,
semejante a nosotros, con una forma humana tal como lo concibieron las
religiones creadas en épocas en las que el ser humano no podía concebir otra
idea más grandiosa y más abstracta que la de sí mismo. Esta idea del
Dios con figura humana, es producto de la fantasía del Ser humano
que para concebir algo superior a él solo fue
capaz de hacerlo mediante la imagen y forma concreta de un Ser semejante a
él y con un físico semejante al del humano, aunque, eso sí, mucho más poderoso, bello y perfecto..
Considerado bajo el prisma de nuestros sentidos físicos,
Dios es un Ser múltiple, o sea que se manifiesta en todas las fuerzas de la
Naturaleza que falsamente vienen a aparentar que son otros tantos dioses; así
nació el Politeísmo. Dios tiene, en efecto, muchos atributos que son parte de
Su Naturaleza, pero que por sí solos ninguno de estos atributos por
si mismos son Dios.
De esta Suprema Energía Creadora, se desprende la existencia de unas sabias leyes
inmutables porque son perfectas, y rigen permanentemente todo cuanto
existe, siendo la Ley Suprema, por encima de todas, la Ley del Amor, porque el
Amor es su propia Esencia, siendo este Amor- Vibración nada menos
que el motivo y el origen de toda la Creación.
De todos modos, llegamos a un punto en que nos tenemos que
rendir finalmente a la evidencia de que nuestra limitada capacidad humana es
incapaz de llegar más allá para comprender o definir la idea de lo ilimitado.
Abarcar en su totalidad la idea de Dios, es imposible; lo único que con
respecto a este concepto podemos hacer los humanos, es sentirlo y
amarlo en mayor o menor medida, según seamos más o menos capaces.
Lo podemos
imaginar también como una constante vibración
que se proyecta en todo el Universo infinito y afecta a
cada criatura por medio de unas leyes que rigen en forma
de orden, equilibrio, impulso y armonía. Por eso sabemos que Dios es
Amor y se manifiesta según sus propias normas, en forma de
Leyes; por eso, también podemos concebirlo como como Amor y
Ley al mismo tiempo.
Científicamente, ya vimos que no se puede
demostrar su existencia, si hablamos de una demostración empírica de
laboratorio, pero sin embargo cada persona, aun sin poder definirlo, lo
siente de un modo personal y subjetivo, y por ello
puede comprenderlo y sentirlo en sí
misma. ¿ Cómo lo pequeño y limitado podría medir en su
totalidad a lo infinitamente grande e ilimitado?.
Aunque sabemos que solo podemos comprenderlo parcial
y limitadamente, si que podemos comprender la
realidad de su existencia, desprendiéndonos de pensamientos y
preceptos mezquinos, y rechazando las formas materiales y groseras con que las
religiones han revestido a este Supremo Ideal.
Busquemos a Dios en donde le podemos encontrar: en nosotros
mismos y en la majestad de sus obras; quien le busca fuera de
sí mismo y fuera de los demás seres humanos no lo
encontrará jamás y terminará por hacer un ídolo falso
e inexistente.
En lugar de tratar de explicar qué es Dios, tal vez deberíamos analizar qué significa para nuestras vidas Su existencia y Su presencia, y qué sentimientos despierta en nosotros: dudas, seguridad, temor, rebeldías, amor, escepticismo, etc. Creo que para muchos de nosotros, principalmente representa la seguridad de sentir que siempre Su Presencia está cerca, como un Padre que nos ama, actuando muchas veces a través de otros espíritus familiares o guías que nos inspiran y dan fuerzas para transitar el camino de la vida.. Sentir a Dios, supone sentir que Algo Superior e indefinible nos ama más incluso aún que nosotros mismos y nos comprende y acepta tal cual somos, sin juzgarnos y brindándonos continuamente oportunidades para progresar y participar finalmente de la felicidad de Su presencia y cercanía, aunque esto a veces supongan situaciones de dolor que en cualquier caso siempre son transitorias y consecuencia de nuestros propios errores.
Dios no solo es fuente de Amor,
sino también de Justicia permanente, porque la justicia para ser tal debe estar
ligada al Amor y mediante la conjunción de ambas nos podríamos hacer una idea
de su Perfección y Misericordia. Toda la Creación es la manifestación de su
Amor; y la Reencarnación de sus hijos los espíritus, en mundos
físicos, es manifestación de su Justicia.
Como el Amor y la Justicia son nuestras metas más íntimas,
podemos vislumbrar que Dios existe dentro y fuera de nosotros,
en el Universo y también en nuestra alma. Por este
motivo realmente somos sus hijos
y nuestro destino es la inmortalidad y la ilimitada felicidad, por lo que aspiramos a acercarnos a
Él en esta suprema intención de aceptar como nuestra Su Divina
Voluntad, haciendo así realidad
estas metas de Amor y Justicia que laten en el interior de cada Ser humano, porque
aun sin ser conscientes de ello estas metas o ideales por si
mismas son también evidencia de Su
realidad existencial .
- José Luis Martín-
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