domingo, 13 de abril de 2025

El estado de coma

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Derecho a la vida

2.- El fenómeno de la muerte

3.-¿ -Se debe o no se debe evocar a un espíritu?

4.- El estado de coma

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                      DERECHO A LA VIDA

                                   


CONSIDERACIONES AL COMENTARIO GENERAL Nº 36 SOBRE EL ARTÍCULO 6 DEL PACTO INTERNACIONAL POR LOS DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS 

La plataforma Derecho a Vivir quiere expresar su preocupación ante las recomendaciones que figuran en el Comentario General número 36 sobre el artículo 6 del Pacto Internacional por los Derechos Civiles y Políticos. Consideramos que en la última versión del Comentario se promueven prácticas como el aborto y la eutanasia que, más que una protección del derecho a la vida suponen un claro atentado contra el mismo. Además, asumen la existencia de un derecho al aborto y a la eutanasia que no sólo no son aceptados ni contemplados como tales en ninguna declaración internacional de derechos humanos, sino que atentan contra el primero y fundamental de todos, sin el cual ningún otro derecho tiene sentido: el derecho a la vida. El derecho a la vida es un derecho fundamental recogido en la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, y en la Convención Europea de Derechos Humanos, entre otros. Asimismo, el Pacto Internacional por los Derechos Civiles y Políticos recoge este derecho en su artículo 6, tal como se recoge a continuación:

 6. 1. El derecho a la vida es inherente a la persona humana. Este derecho estará protegido por la ley. Nadie podrá ser privado de la vida arbitrariamente. Este derecho a la vida asiste a todos los seres humanos, tanto a aquellos que se encuentran viviendo y desarrollándose dentro del seno materno, como aquellos que ya han nacido, muchos de los cuales aún siguen siendo dependientes de un tercero para poder continuar con su ciclo vital. Además, tal y como recoge la Convención de la ONU sobre las personas con discapacidad, el derecho a la vida se refiere también a aquellos seres humanos que  padecen algún tipo de discapacidad física o psíquica, y también a las personas que padezcan cualquier enfermedad, ya sea congénita o adquirida. Es por tanto que en este sentido apoyamos la afirmación que se hace en el párrafo 3 del Comentario General de que “este derecho no debe interpretarse de forma restrictiva” sino que creemos que debe ser entendido como un derecho que asiste a todos los seres humanos, independientemente de la fase del desarrollo o de las circunstancias concretas en las que dicha vida se encuentre. 

 Existe unanimidad científica en que desde el momento de la fecundación surge un nuevo ser vivo humano, con una dotación genética única, que lo convierte, por tanto, en un ser humano diferente de su padre y de su madre biológicos. De aquí se desprende que el aborto consiste en la eliminación de un ser humano que vive dentro del seno materno, y, cuya vida se acaba en él con la práctica del mismo. Por tanto no se puede promover el aborto como un derecho de la mujer, ya que esto supondría una incompatibilidad con el derecho a la vida de otro ser humano, el hijo, con una identidad y corporalidad distintas a las de la madre, y por tanto esta no puede disponer de él como si fuera una parte de su propio cuerpo. 

No podemos en consecuencia aceptar la  afirmación el párrafo 9, en la que se considera un trato cruel e inhumano al hecho de que la mujer siga adelante con su embarazo, protegiendo así el derecho a la vida de su hijo. “Aunque los Estados Partes pueden adoptar medidas destinadas a regular las interrupciones del embarazo, tales medidas no deben resultar una violación del derecho a la vida por parte de una mujer embarazada ni de sus otros derechos en virtud del Pacto, incluida la prohibición de penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Por lo tanto, las restricciones legales a la capacidad de las mujeres para solicitar el aborto no deben, entre otras cosas, poner en peligro sus vidas o someterlas a sufrimientos físicos o mentales (…) especialmente cuando el embarazo es el resultado de la violación o el incesto o cuando el feto sufre de una discapacidad mortal" Hoy, en pleno siglo XXI, no existe prácticamente ninguna patología materna que contraindique un embarazo y el desarrollo del mismo. Por tanto, es necesario insistir en la dotación de medios económicos y humanos en todos los países, pero sobre todo en los países pobres, para que puedan dar a las mujeres embarazadas, con cualquier tipo de enfermedad la atención que en este sentido necesitan y a la que tienen derecho, más que invertir en fondos para facilitarles el aborto. 

Recordemos aquí el caso de “Beatriz”, en El Salvador, una mujer embarazada enferma de lupus, cuyo embarazo se presentó ante la opinión pública como un grave riesgo para su vida, afirmándose que se le debía permitir abortar ya que moriría si no lo hacía. El mensaje por parte de determinados colectivos era que su enfermedad era incompatible con la vida de la mujer, y que por tanto debía de permitírsele la práctica del aborto, ilegal en su país. Sin embargo la mujer siguió adelante con su embarazo, se le facilitaron los cuidados médicos necesarios, y fue posible que, naciera su hijo y que ella siguiera con vida. El caso en el que la vida de la mujer corre un peligro inminente y real, es una urgencia médica que el profesional debe siempre resolver  tomando la decisión sobre la base de su buen saber y ejercer la Medicina de acuerdo con la forma que considere  más correcta. Es por tanto inadecuado e innecesario regular estos casos por la vía de la aprobación de leyes, que permitan el aborto, al igual que es innecesario aprobar una ley que permita al médico practicar una  apendicectomía en el caso en el que el paciente padezca un apendicitis. De ser así, se estaría favoreciendo el recurso rápido y en muchas ocasiones inadecuado del aborto que también pone en riesgo a la mujer, y además acaba con la vida de un ser humano. Por tanto, no se puede considerar una violación del derecho a la vida de la mujer el hecho de que, cuando esta se encuentra ante un embarazo complicado, se le proporcionen los recursos y cuidados necesarios para tener a su hijo en lugar de procurar un aborto. 

 Comentario,-  también en el párrafo 9, se recomienda la práctica del aborto, tales como incesto y violación,  El Comité hace referencia al sufrimiento de la mujer, defendiendo la práctica del aborto para evitar que se incumpla con la prohibición de un trato cruel, inhumano o degradante. No hay lugar a dudas de que la violación es un ataque inaceptable a la mujer, que atenta contra su integridad y que debe de ser perseguido y castigado. Pero este castigo debe ser infligido al único culpable que hay en estas situaciones: el violador. El aborto en casos de violación convierte en culpable al que, en todo caso sería, junto a la mujer, una víctima: el hijo concebido. El porcentaje de casos de embarazo tras violación es muy escaso, pero no por esto deja de ser un trauma y una situación de enorme sufrimiento para la mujer. Sin embargo, intentar resolver este sufrimiento practicándole un aborto, no acabaría con el trauma psicológico de la violación, sino que añadiría otro más: el del aborto. Es conocido y publicado en la bibliografía que el aborto conlleva un trauma psicológico para la mujer, que puede aparecer incluso años después de que este se practique, por lo que una mujer que ha sido violada, podría acarrear durante toda su vida un doble trauma: el de su violación y el del aborto. Además, el aborto en caso de violación supone convertir en culpable al hijo concebido, aplicando la pena de muerte a alguien que, en todo caso, sería una víctima. La práctica del aborto en casos de violación no hace que la mujer olvide este hecho, y además acaba con la vida de un inocente. Es primordial promover el acompañamiento de estas mujeres durante su embarazo y facilitarle, en su caso, la entrega del hijo en adopción. Para esto es necesario que se promuevan en todo el mundo políticas de adopción ágiles y eficaces, que permitan que se pueda respetar el derecho a la vida del hijo, y además proteger a la mujer que no quiera hacerse cargo del mismo. 

Los miembros del Comité llaman la atención sobre los riesgos de un aborto clandestino, alegando que es por tanto necesario legalizarlo . Las cifras de aborto clandestino, se desconocen precisamente por esa misma clandestinidad en la que se realiza, por eso la mayoría de ellas están sobrevaloradas y no se basan en una estadística fiable y real. Promover el aborto en los países en vías de desarrollo no es una práctica que pueda catalogarse como encaminada a la mejora de la salud maternal, ya que identificar aborto legal con aborto seguro es un error. El aborto no es saludable para la mujer. Evidentemente menos aún si se lleva a cabo en malas condiciones, pero aún en situaciones de legalidad, el aborto es una práctica que daña a la mujer y pone en riesgo tanto su salud física como psicológica. 

El aborto aumenta en los países en los que su práctica es legal, como se ha visto en España, y esto aumenta también el riesgo al que se expone a la mujer. Lo deseable y verdaderamente encaminado a promover la salud materno-infantil en los países en vías de desarrollo consiste en la aplicación de programas que inviertan en educación para la salud dirigidos a las mujeres, y en los medios que favorezcan el seguimiento y control de los embarazos y la asistencia al parto en los centros sanitarios.

 En otro orden de cosas, el Comentario General  en su párrafo 10 induce a la práctica de la eutanasia, aceptando que sea el médico el que pueda poner fina la vida de su propio paciente: “Los Estados  [pueden permitir] [no deben impedir] que los profesionales de la medicina proporcionen tratamiento médico o los medios médicos para facilitar la terminación de la vida de adultos [catastróficamente] afectados, como los mortalmente heridos o enfermos terminales” Esta recomendación no deja de entrar en contradicción con la previa de prevenir la práctica de suicidios. Se acepta que se intervenga para impedir la práctica de un suicido en alguien que se supone no padece una “afectación catastrófica” en su vida, incluso se acepta la intervención de las fuerzas policiales para evitarlo, pero por otro lado se recomienda que el médico colabore en la acción deliberada de provocar la muerte al paciente cuando éste lo demande. SI esta recomendación se hace en aras de preservar la autonomía personal, no se entiende cómo se pide la prevención del suicidio sólo en unos casos determinados, y cómo limita esta autonomía personal a unas determinadas personas ( catastróficamente afectadas, mortalmente heridas o enfermos terminales). Esta contradicción hace evidente que los propios redactores del Comentario reconocen que el deseo de morir no es algo natural, ya que hay personas a las que se les debe impedir suicidarse. Es prioritario reclamar una atención adecuada a estas personas en la fase final de su vida, y las recomendaciones deberían ir encaminadas a la puesta en práctica de una formación adecuada en cuidados paliativos, y reclamar a los estado miembros que inviertan en la atención a los enfermos en situación terminal 

Un estado no puede imponer al médico una práctica que, de nuevo, al igual que en el caso del aborto, supone acabar deliberadamente con la vida de una persona. El deber del médico ha de ser prevenir, curar, y, cuando esto no sea posible, paliar. En ningún caso un Estado debería disponer un sistema sanitario encaminado a provocar la muerte del paciente, sino procurar una vida digna hasta su muerte de manera natural- En consecuencia, y tras un análisis detallado del Comentario General número 36, la plataforma Derecho a Vivir, en representación de más de 700.000 ciudadanos españoles, considera que se está contraviniendo el artículo 6 del Pacto de Derechos Civiles y Políticos, promoviendo y recomendando prácticas que atentan contra el derecho a la vida, como son el aborto y la eutanasia, y rogamos se tengan en cuenta los comentarios y propuestas que en este documento se recogen 

En Madrid a cuatro de octubre de 2017

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           EL FENÓMENO DE LA MUERTE


El fenómeno de la muerte es algo que invariablemente a todos nos tendrá que alcanzar algún día. En principio, tratándose de algo natural no debería sugerir ideas negativas ni tétricas, aunque esto depende en gran medida de los preconceptos y creencias de cada uno. 

 Mucho se ha escrito y debatido al respecto. Es algo que nos inspira mucho respeto y desde tiempos remotos hasta temor. ¿Será que el ser humano, en su proceso evolutivo, lo ha desnaturalizado con demasiada frecuencia? 

 Han sido muy pocas las culturas a lo largo de la historia que, en base a sus creencias y tradiciones, la hayan observado con serenidad y hasta con alegría. Es obvio que el instinto de conservación nos impone de forma sabia y natural la manera de resguardarnos de la muerte. En condiciones normales, nadie desea morir; no obstante, esto no debería impedir el reflexionar sobre ello. 

 En ese sentido, las religiones tradicionales no han ayudado demasiado, ofreciendo una imagen de la muerte bastante ilusoria, vaga y muy poco clara. Esta circunstancia, en lugar de preparar el terreno para afrontar bien este hecho inevitable, llena, por el contrario, de dudas y de una enorme incertidumbre a numerosos creyentes. 

 Tampoco la ciencia a lo largo de la historia ha tenido facilidades para investigar con independencia y objetividad sobre la muerte. Bajo un condicionamiento religioso y social muy fuerte, se vio abocada a ignorarla durante siglos. Para ellos es el punto y final, salvo para algunos investigadores atrevidos y audaces. Y no meditaciones  será porque la vida, siembre exuberante y generosa, a poco que la observemos y analicemos, no nos ofrezca “señales evidentes” que nos ayuden a profundizar en ese proceso inevitable y hasta necesario; también a entender lo que nos aguarda después. 

 Sobre este asunto tan importante, la Mentora Joanna de Ângelis nos aconseja y esclarece una vez más… 

Una vez que otra, dedica algún tiempo para meditar al respecto de la muerte. 

 El ser humano no se debería centrar exclusivamente en las cuestiones que atañen a la vida física y material. Estamos siempre muy ocupados, nuestra mente se llena de pensamientos respecto a los asuntos del día; es a lo que se nos ha educado y hacemos de forma automática diariamente. 

 Sin embargo, no siempre ha sido así. A poco que se repase la historia de la humanidad, podemos comprobar fácilmente cómo el mundo espiritual superior, consciente de las necesidades de una humanidad tan material e inmadura espiritualmente como es la nuestra, trasladó a sus emisarios, a los grandes profetas de todas Amor paz y caridad 28 las épocas, la conveniencia, la necesidad de dedicarle un tiempo, un espacio durante la semana al descanso de las rudas tareas cotidianas para dedicarlo a Dios y a la vida espiritual del ser. Así lo han hecho prácticamente todas las religiones desde tiempo inmemorial, creando espacios para las asambleas religiosas, ofrendas, oraciones, cánticos, etc… 

 Aunque los tiempos han cambiado, lo que en otra época era considerado como suficiente para colmar las aspiraciones espirituales del ser, ahora ya no lo son para una mayoría. Por otro lado, la ciencia y la tecnología con sus adelantos nos ha puesto la vida mucho más fácil, y por lo general, se dispone de un tiempo libre como nunca antes se había disfrutado; no obstante, no le dedicamos apenas tiempo al cultivo de nuestro interior, especialmente a la toma de conciencia respecto a la transitoriedad de la existencia física; algo que, en lugar de mermarnos, debería potenciar el presente, las ganas de vivir, de crecer espiritualmente. 

La muerte arrebata a los enemigos, a los afectos, y te llegará en un momento cualquiera.

Efectivamente, la vida física cumple su ciclo: Nace, se desarrolla y muere, en un proceso irreversible por mucho que lo queramos ignorar. De ese proceso no están exentas las personas queridas, así como aquellas que no nos quieren bien y preferimos ignorar o desearíamos mantener lejos. De ese modo, el fenómeno de la muerte nos despoja de todo lo que poseemos materialmente, así como de la presencia física de las personas que han jugado un papel importante, tanto en lo que consideramos bueno como en lo malo; forma parte de la transitoriedad de la vida física, y en donde, como testigos presenciales, en cualquier momento también podemos desaparecer de igual forma del escenario físico, cuando menos se espere. 

Prepárate todos los días, como si fuese tu último día en la Tierra. 

Cada día es una nueva oportunidad de progreso; no sabemos si tendremos muchos más, o estas pasaran para no volver jamás en las actuales condiciones. El tiempo es oro, y los grandes sabios aconsejan siempre el aprovechamiento de ese bien tan preciado que corre inalterable y que no se pueden controlar ni parar. 

 Quien se prepara para la muerte significa que sabe apreciar aquello que tiene, empezando por un cuerpo biológico que sirve como instrumento para el desarrollo de valores traducidos en el bien al prójimo y a uno mismo; que, en definitiva, es lo único real y auténtico que se llevará el ser de este mundo; sin duda, una herramienta provisional que facilita de forma exponencial el crecimiento intelectual y moral del ser. 

Acostumbrándote a pensar en la muerte, ella no te herirá cuando pase por tu puerta o se lleve a alguien que te sea amado. 

 Desde nuestro punto de vista, la doctrina espirita ofrece la mejor perspectiva posible sobre la realidad inmortal que nos envuelve. Su estudio y comprensión ofrece tranquilidad, paz y una seguridad sobre el futuro que a todos nos aguarda. Nos enseña desde un punto de vista lógico y racional que la muerte no es el final de la vida, tan solo altera el fenómeno biológico, pero esta continúa ininterrumpidamente. Por tanto, pensar en la muerte es pensar en un futuro que se construye día a día. Cuanto más se comprende disminuye la angustia, sustituyendo la fragilidad que provoca la incertidumbre por la seguridad que espera sin temor, con serenidad, con esperanza.

 San Francisco de Asís la aguardaba con la tranquilidad con que “deshierbaba el jardín”.

 El venerable santo de Asís era consciente de esa realidad y no la temía en absoluto. Se cuenta la anécdota de que Fray León preguntó en cierta ocasión a Francisco de Asís lo siguiente: (**)“Hermano Francisco, si usted supiese que iba a morir hoy, por la tarde, ¿qué haría?”. Y el santo contestó: “Continuaría deshierbando en mi jardín…”. 

 Esto demuestra el grado de conciencia adquirido por este fraile de Asís, no temía la muerte y la esperaba con la tranquilidad de los justos, de aquellos que consagran su vida al bien y a trabajar por y para el progreso de la humanidad. 

 Vamos a concluir remarcando la idea principal de estas reflexiones de Joanna de Ângelis. Pensar en la muerte es pensar en el renacimiento, en la vida futura, en el presente, en el amor que todo lo inunda, en el final de todos los pesares, de todas las incomprensiones. Son pensamientos que nos van a permitir valorar la vida de otra forma, ahuyentando también los miedos, las dudas, y aportando de forma natural luz sobre dilemas sociales importantes como son el aborto, la eutanasia, etc. 

 Día llegará en que la muerte se observará como el final de un viaje provechoso para comenzar uno nuevo, lleno de paz y alegría. Somos viajeros con un camino trazado, con un recorrido por las distintas estaciones de aprendizaje en dirección hacia la perfección, la felicidad final. 

 Pensemos en ello. 

José Manuel Meseguer - Amor, Paz y Caridad. 

**** El texto en negrita pertenece a la obra VIDA FELIZ, ítem 60, de Joanna de Ângelis, psicografiado por Divaldo Pereira Franco.

 

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¿ SE DEBE O NO SE DEBE EVOCAR A UN ESPIRITU?

                               

        

¿Cuál es la importancia de la evocación de los Espíritus  hoy en día?  ¿Será inadmisible o errada la evocación de los desencarnados?   Es incontestable no haber cualquier dispositivo que impida la evocación (1)  de los Espíritus en la Codificación. Sin embargo, Kardec hace  reservas  sobre el tema: “frecuentemente las evocaciones ofrecen más dificultades a los médiums que los dictados espontáneos, sobre todo cuando se trata de obtener respuestas precisas a cuestiones circunstanciales. Para esto, son necesarios médiums especiales, al mismo tiempo flexibles y positivos”.  Por tanto sin ese discernimiento, si alguien evocara a una piedra ella responderá, pues “hay siempre una multitud de  Espíritus  dispuestos  a tomar la palabra  bajo cualquier pretexto.”

Actualmente hay el  cauteloso ejercicio de la no evocación de los Espíritus.  ¿Cómo interpretar el impedimento   evocatorio en los grupos mediúmnicos? Creemos que no exista ninguna prohibición  por  los dirigentes; lo que acontece son apenas criterios de consejos  para que tal práctica sea evitada, cara a las precipitaciones que proporciona. Pese a no ser totalmente favorable  la evocación a los espíritus,  no analizamos tal método  como “cosa demoniaca”, desde el momento que sean medidos  los  relevantes designios  a que se proponen y, sobre todo, los valores morales de los evocadores.

¿A propósito de las manifestaciones mediúmnicas espontaneas, será que son menos peligrosas que las evocaciones? El Codificador afianza que la evocación traza lazos entre el evocador y el evocado, que impiden   o por lo menos limitan la interferencia de un mistificador. Todavía, Kardec  también asegura que “las comunicaciones espontaneas  no presentan inconveniente alguno y que  por ese método se pueden obtener cosas admirables.”

En verdad, en el transcurso de los años advino un cambio en el método de intercambio  con el más allá, entre los  importantes puntos  que  avalan la restricción de la práctica  de la evocación en la actualidad,  es por la desconfianza de la inducción, de la sugestión o del animismo del médium, más allá  de que el  acabaría casi  que en la obligación de “recibir al espíritu tal o cual”, sobre todo para atender al dirigente y al grupo.

Otros aspectos a considerar  son la sujeción  y la inhibición que, como regla, acompañan a este tipo de ejercicio psíquico (evocación), originarios de la perspectiva casi siempre mística cultivada en torno al  médium. Creemos que la modificación  del proceso evocatorio en las reuniones mediúmnicas  ocurrió porque no surtió, después de la Codificación los efectos deseados. Lo más probable, por no obtener  médiums “desarrollados” con cualidades adecuadas o, en último análisis, ambas condiciones.

¿De lo expuesto, y considerando las graduales etapas de la programación espirita en la Tierra, será  que actualmente deberíamos promover (como ocurrió durante la codificación), un dialogo verbal, abierto y directo  con los recién desencarnados, procurando obtener  noticias de los mismos para sus familiares que quedaron aquí? ¿Cuántas personas  procuran grupos espiritas queriendo noticias de los entes queridos que “partieron”?  ¿Acaso la finalidad de la mediúmnidad será esa?   Hay personas (¡pásmense!) que “orientan” a médiums a través de  cursos “avanzados”, enseñando algún tipo de “técnica” para “recibir  a los recién desencarnados”. Tales “maestros del Espiritismo” afirman  con fanfarronería  que algunos jóvenes  y otros “alumnos” estarán en breve  prestando [a través de la evocatoria mágica] los “servicios” de consolación para los parientes que por aquí quedaron!... (¿!?!?) ¡Créalo si quiere!...

Reafirmamos la opinión  de Emmanuel – “cualquier comunicación con lo invisible debe ser espontanea, y el espirita cristiano debe encontrar en su fe el más alto recurso de cesación del egoísmo humano ponderando en cuanto a la necesidad de reposo de aquellos a quien amo, y esperando su palabra  directa, cuando y como juzguen los mentores espirituales conveniente y oportuno”.  El buen sentido nos impone la certeza en las lecciones aquí consignadas por el Mentor de Chico Xavier. La anotación  no puede ser atribuida a la opinión personal del Benefactor, como suelen apostillar algunos, porque no hay ninguna contradicción doctrinaria en su discurso.

 Un grupo espirita prudente trabaja con la espontaneidad de las comunicaciones y recurre a las evocaciones tan solo en las situaciones extraordinarias porque “en el curso del trabajo mediúmnico, los esclarecedores no deben  presionar a los médiums psicofónicos  para recibir a los desencarnados  presentes, repitiendo órdenes o sugestiones en ese sentido, atentos al precepto de espontaneidad –factor esencial para el éxito del intercambio.” 

Observemos que  no tenemos dominio sobre el mundo de los Espíritus que, para desagrado de los evocadores, tiene sus propias normas de conducta. En cuanto a los principiantes en la mediúmnidad, Kardec advierte enérgicamente “para que no se adopte la evocación directa de un Espíritu explicando las dificultades del proceso  y aconsejando en  general.”

Hay circunstancias reales que inhiben o previenen  a los Espíritus  atender  a los evocadores cuando les son dirigidas las evocaciones. Observemos algunas  situaciones que tornan  la evocación imposible: cuando el desencarnado está envuelto en misiones u ocupaciones de las que no puede apartarse; cuando el espíritu  ya no esté en el más Allá , por estar (re) encarnado  ( solo excepcionalmente puede acontecer la evocación a un  encarnado), más eso es imposible si estuviera encarnado en planetas inferiores a la Tierra; cuando el evocado  etéreo se encuentra en locales de punición y no tiene permiso para de allí apartarse; cuando el médium evocador, por su naturaleza o aptitud,  no consigue entrar en sintonía mediúmnica con el Espíritu evocado.

Más allá de eso, como pronunció Kardec, “las evocaciones ofrecen más dificultades a los médiums. “ . Cierta vez, alguien nos dijo lo siguiente: “los dirigentes que están proponiendo actualizar sus casas espiritas necesitan abdicar el entendimiento contrario a las evocaciones, pues si no hubiera evocaciones el centro espirita quedará impedido de curar obsesiones (¡?...) dejando de realizar una de las más  importantes obras del Espiritismo: la liberación obsesiva” (¡!!!???). Expliqué  al distintivo  evocador que el tratamiento de desobsesión no es la “obra” más urgente de la institución espirita. La más importante misión del centro espirita es difundir los conceptos doctrinarios, tratando de colaborar en la reforma moral del hombre. Otra cosa: el Espiritismo jamás recomendará la propagación de los  inadecuados métodos de exorcismo bautizados como desobsesión a través de ingenuas evocaciones.

Para León Denis, no es indispensable hacer evocaciones definidas. En el grupo que dirigió, raramente ocurrieron evocaciones, pues “prefería dirigir una llamada a los guías  y protectores habituales, dejando a cualquier Espíritu  la libertad de manifestarse bajo su vigilancia.” Denis nos legó modelos excelentes de reuniones donde se cultivaba la reverencia intensa  a los mentores del más allá, en donde la mediúmnidad  era desempeñada con amor, sin que hubiese perdida al estudio y a la investigación.

¿Además será que impidiendo o sugiriendo la no evocación a  los Espíritus, el campo de la investigación en la institución se cierra y todo queda entregado a “la voluntad de Dios”? ¿Será  que sin las evocaciones de Espíritus advendrá la pobreza de revelaciones “avanzadas” del más  Allá?  Hay opiniones extravagantes  asegurando que las manifestaciones espirituales espontaneas son fuente de improductividad doctrinaria, lo que hace al centro espirita inerme, por lo que se hace necesario salir  con urgencia. (¡Asómbrense!)

Evocar o no a  un Espíritu es asunto que necesita, ser bien considerado, teniendo siempre en mente la intención a que ella se presta. André Luiz  reafirmó el parecer firmado por Emmanuel, aconsejando su supresión en nuestro medio, “de la práctica de la evocación nominal de los Espíritus.” 

La técnica evocativa de los Espíritus tuvo su época, como la tuvieron las mesas giratorias, las tablitas, la tiptología, las pneumatógrafias y la pneumatofonia, las materializaciones  etc. como también tuvo su época “el dialogo con los Espíritus a través de la psicografia. El retorno al método de la evocación, inclusive, no dinamizaría las actividades mediúmnicas y ni propiciaría el surgimiento de médiums más aptos y seguros. En el caso de estos es exactamente  lo contrario: el surgimiento de médiums más adiestrados es que posibilitaría (tal vez) las condiciones  para las evocaciones.” 

En síntesis, la evocación puede ser empleada eventualmente, priorizándose, sin embargo, las comunicaciones espontaneas. Es obvio que ninguno de los dos métodos  debe ser registrado radicalmente, porque eso ocasionaría perjuicios en las actividades  de la mediúmnidad en sus variados aspectos, sea en eventual terapéutica de los cuadros obsesivos; sea en la asistencia a los espíritus sufridores o en las investigaciones de los fenómenos extra físicos. ***

- Jorge Hessen-

NOTA PARTICULAR AÑADIDA POR JOSE LUIS MARTÍN: Bajo mi modesta opinión creo que al hacer una evocación de un espíritu concreto, parece que damos facilidad para que otros espíritus con falsa identidad y embaucadores, se presenten  para engañar a los encarnados presentes en la reunión mediúmnica para divertimento o incluso a veces con mala intención, dependiendo de la calidad vibratoria espiritual de las personas participantes.   Me parece  más sensato  y prudente  hacer  una llamada  en general ( siempre en el nombre de Dios) y esperar que accedan los que por simpatía sintonicen nivel vibratorio con la vibración general del grupo encarnado presente en la sesión mediúmnica, y aun así siempre se deben pasar todas las comunicaciones y contactos por el tamiz de la razón para evitar posibles engaños. Por eso me parece de suma importancia acudir a las reuniones y trabajos mediúmnicos en la mejor sintonía vibratoria por parte de todos los miembros participantes.

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                 EL ESTADO DE COMA

Pregunta al Espíritu Emmanuel.- : ¿ Qué pasa con los Espíritus encarnados cuyos cuerpos quedan en estado vegetativo o de coma, durante semanas, meses y hasta años?

Su estado será conforme sea su situación mental. Hay casos en los que parece que el espíritu queda como preso al cuerpo. No se aparta de él hasta que permita recibir auxilio de los Benefactores espirituales. Son personas que por lo general están muy apegadas a la vida material y no se conforman con la situación.

En otros casos, los Espíritus, a pesar de mantener una ligación con el cuerpo físico, por mediación del periespíritu gozan de una relativa libertad. En muchas ocasiones, las personas salidas del coma describen paisajes y los contactos con los Seres que los precedieron en el pasaje a la Vida espiritual. Es común que después de esas experiencias, pasen a ver la vida con nuevos ojos, reevaluando sus valores íntimos.

En cualquiera de las circunstancias el Plano Espiritual siempre extiende sus esfuerzos en el intento de auxiliar. De ahí la importancia de la oración, del equilibrio, de la palabra amiga y fraterna, de la transmisión de paz, de las conversaciones edificantes para que haya mayores condiciones para el trabajo del Bien que se dirige, en esas horas, tanto al enfermo como a los encarnados ( familiares y médicos)

- Emmanuel ( Espíritu)-

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