lunes, 12 de septiembre de 2022

El Espíritu, sus "vestidos objetos y apariencias"

       INQUIETUDES

1.- Los falsos espiritismos

2.- El Espíritu, sus "vestidos objetos y apariencias"

3.- Determinismo y libre albedrío.

4.- Psicografía: Fenómenos obsesivos


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            LOS FALSOS ESPIRITISMOS


"Hay un pequeño libro de Kardec que muchos dirigentes subestiman, limitándose a aconsejar su lectura a los legos y a los novicios. Es exactamente El Espiritismo en su más simple expresión. Este opúsculo es un precioso orientador doctrinario que los dirigentes deben leer siempre. Otro pequeño gran volumen aconsejable es Qué es el Espiritismo, también de kardec. Y como lectura auxiliar, de gran poder esclarecedor, aconsejamos El Consolador que prometió Jesús, Del Espíritu Emmanuel. Principalmente ahora, en este tiempo de confusiones que estamos atravesando, los dirigentes de Centros, Grupos Familiares y demás organizaciones doctrinarias deben tener esos libros como lectura diaria obligatoria.

"Además de las confusiones habituales entre Umbanda y Espiritismo, Esoterismo, Teosofía, Ocultismo y Espiritismo, existen otras formas de confusión que vienen siendo difundidas en el medio espírita. Son las confusiones de origen mediúmnico, oriundas de comunicaciones de Espíritus que se presentan como grandes instructores, dando siempre respuestas e informaciones sobre todas las cuestiones que les son propuestas. Un ejemplo de ello es Ramatís, cuyos mensajes fueron distribuidos profusamente-

Cualquier estudioso de la Doctrina percibe que se trata de un Espíritu pseudo-sabio, conforme a la calificación de Kardec en la 'escala espírita'. Sin embargo, tales mensajes están adquiriendo un papel de sucedáneos de las obras doctrinarias, induciendo a los expositores espíritas a hacer afirmaciones ridículas en sus manifestaciones doctrinarias, con evidente perjuicio para el buen concepto del movimiento espírita. "No es de hoy que existen mensajes de esa especie. En todos los tiempos Espíritus mixtificadores, los falsos profetas de la erraticidad- como decía Kardec- y Espíritus pseudo -sabios, que se juzgan grandes misioneros trabajan, consciente o inconscientemente, en la ingrata tarea de ridiculizar al Espiritismo. Pero la responsabilidad de quienes aceptan y divulgan esos mensajes no es menor que la de los Espíritus que los transmiten. Por eso es necesario que los dirigentes esclarecidos no crucen sus brazos, indiferentes ante esas oleadas de perturbación, tratando de abrir los ojos de quienes se dejan llevar por ellas.

"El Espiritismo es una doctrina de buen sentido, de equilibrio, de esclarecimiento positivo de los problemas espirituales, y no de hipótesis sin base o de suposiciones imaginativas.

Las lineas seguras de la Doctrina están en la Codificación Kardeciana. No debemos de olvidar que la Codificación representa el cumplimiento de la promesa evangélica del Consolador que vino en la hora precisa. Dejar de lado la Codificación y aceptar´ novedades confusas, es una simple temeridad. Tanto más cuando esas ´novedades´ -como el caso de Ramatís - son más viejas que la misma Codificación" .
J. Herculano Pires en su libro El Infinito y el Finito.

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EL ESPÍRITU: SUS "VESTIDOS, OBJETOS Y APARIENCIAS"

El espíritu, ¿comprende siempre la manera en que produce su vestimenta y los objetos cuya apariencia él muestra? “No. A menudo contribuye a la formación de esas cosas mediante un acto instintivo que él mismo no comprende, en caso de que no esté suficientemente ilustrado para ello".

- EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS- (128-16)

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  DETERMINISMO Y LIBRE ALBEDRÍO

     La lucha y el trabajo son tan imprescindibles al perfeccionamiento del espíritu, como el pan material es indispensable a la manutención del cuerpo físico. Es trabajando y luchando, sufriendo y aprendiendo, que el alma adquiere las experiencias necesarias en su marcha hacia la perfección.
     En la existencia humana coexisten el determinismo y el libre albedrio, al mismo tiempo, uniéndose en el sendero de los destinos, logran la elevación y redención de los hombres.
     El primero es absoluto en las más bajas etapas evolutivas y el segundo se amplía con los valores de la educación y de la experiencia. Conviene observar que sobre ambos flotan las determinaciones divinas, basadas en la ley del amor, sagrada y única, de la cual la profecía fue siempre el más elocuente testimonio.
Establecida la verdad de que el hombre es libre en la pauta de su educación y de sus méritos, en la ley de las pruebas, nos cumple reconocer que el propio hombre, a medida que se torna responsable, organiza el determinismo de su existencia, agravándolo o suavizándolo en sus rigores, hasta poder elevarse definitivamente a los planos superiores del Universo.
     El hombre es libre en la elección de su futuro camino, y puede agravar o suavizar el determinismo de su vida, aunque la determinación divina ley sagrada universal es siempre la del bien y la de la felicidad para todas sus criaturas, no siempre colabora fielmente con la generosa providencia. Con los valores educativos que se tienen, los hombres son convocados a trabajos con responsabilidad junto a los otros seres en duras pruebas, o en busca de conocimiento para la adquisición de la libertad.
     El Creador es siempre el Padre generoso y sabio, justo y amigo, considerando a los hijos desviados como incurriendo en largas experiencias. Pero, como Jesús y sus apóstoles son sus colaboradores divinos, y ellos mismos instituyen las tareas contra el desvío de las criaturas humanas, enfocan los perjuicios del mal con la fuerza de sus responsabilidades educativas, a fin de que la Humanidad siga rectamente en su verdadero camino hacia Dios.
     En la Tierra existen seres que actúan por determinismo, y para que nos hagamos una idea fijémonos en los animales y los hombres casi salvajes nos dan una idea de los seres que actúan en el planeta bajo determinación absoluta. Y esas criaturas sirven para establecer la realidad triste de la mentalidad del mundo, aún distante de la fórmula del amor, con que el hombre debe ser el legítimo cooperador de Dios, ordenando con su sabiduría paternal.
     Sin saber amar a los irracionales y a los hermanos más ignorantes colocados bajo su inmediata protección, los hombres más educados de la Tierra exterminan a los primeros, para su alimentación, y esclavizan a los segundos como objetos de explotaciones groseras, con excepciones, de modo que los movilizan al servicio de su egoísmo y de su ambición.
     En todas las situaciones de la existencia la mente del hombre enfrenta circunstancias del determinismo divino y del determinismo humano. La circunstancia a ser seguida, por tanto, debe ser siempre la del primero, a fin de que el segundo sea iluminado, destacándose esa misma circunstancia por su carácter de beneficio general, muchas veces con el sacrificio de la satisfacción egoísta de la personalidad. En virtud de esa característica, el hombre está siempre habilitado, en su intimidad, a escoger el bien definitivo de todos o el contentamiento transitorio de su “yo”, fortaleciendo la fraternidad y la luz, o agravando su propio egoísmo.

Extraído del libro “El Consolador” de Chico Xavier

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PSICOGRAFÍA: FENÓMENOS OBSESIVOS

Las obsesiones de orden espiritual, en la cual se expresan, en pugna lamentable, hombres y espíritus, tienen curso, normalmente, prolongado.

Obedeciendo, las génesis que proceden de reencarnaciones anteriores, se traducen por odios furiosos; amores apasionados, en situaciones apasionadas, en situaciones frustrantes; avaricias exacerbadas; venganzas bien programadas en una estela de incidentes que se suceden bajo lluvias de fe y flagelos de locura.

En todos los casos, el encarnado posee las condiciones que propician el nefasto intercambio que, muchas veces no se interrumpe con la muerte física.

Porque la divina justicia se encuentra grabada en la conciencia de la criatura, el delincuente o réprobo proporciona los recursos predisponentes o preponderantes para el vínculo devastador.

Iguales preferencias señalan al perseguido y al perseguidor, porque son del mismo nivel de evolución moral.

Temperamentos fuertes frente a las adquisiciones negativas a las que se dedicaron, identidad de intereses mezquinos, resultantes del vicio al que se entregaron, dan lugar a uniones de igualdad fluídica, entrelazando a los adversarios en el mismo halo de comunión, ampliándose la interdependencia en razón directa en que el hospedero se entrega al hospedado psíquico, interdependencia que siempre, cuando no es cuidada, termina en la osmosis parasitaria aniquiladora.

Desde que son conocidos y afines psíquicamente, el enfermo encarnado rechaza la ayuda que le es ofrecida, asimilando,, con placer, lass inducciones que le llegan por vía telepática y que incorpora a los hábitos a los cuales se somete.

Cuando la perturbación es causada por un antagonista que ignora las técnicas del vampirismo- en el caso de las obsesiones simples-, se hacen más fáciles las terapias liberadoras.

Mientras tanto, a medida que evoluciona el proceso disgregador de la personalidad, el verdugo se instruye en mecanismos de control de la voluntad de su víctima, muchas veces bajo la orientación de obstinados perseguidores, que se complacen en causar aflicciones entre los hombres.

Entonces se forman emboscas continuas y se presentan innumerables tentaciones , disfrazas, lanzando a los incautos a compromisos más graves, de lesa conciencia, gracias a los cuales pierde los contactos con los posibles recursos de auxilio que son ofrecidos por la Providencia.

La razón se ensombrece y se aturde, fijándose en las fajas de la vinculación nefasta, sin dejar claros mentales para las intuiciones consoladoras, ni campo para recapitulaciones positivas que dulcifican el sentimiento, favoreciendo la captación de las ideas benéficas.

Las obsesiones se producen por todas partes, y los hombres terminan por convivir, desdichados, con estas psicopatologías, para las cuales, huyendo de la realidad, buscan las causas en los traumas, en los complejos, en los conflictos, en las presiones sociales, familiares y económicas, como mecanismo de fuga a los exámenes de profundidad de la génesis real de tan devastadora enfermedad.

Sin negar la preponderancia de todos esos factores que desencadenan problemas de comportamiento psicológico, afirmamos que ellos, antes de constituir una causa de disturbios, son en sí mismos, efecto de actitudes anteriores, que el Espíritu imprime en la organización fisio-psíquica al reencarnarse, con lo que es siempre colocado en el grupo familiar con el que se siente endeudado, por impositivo de reparación de deudas, para el equilibrio evolutivo.

Mientras el hombre no sea estudiado en su profunda realidad- ser espiritual que es, preexistente al cuerpo y sobreviviente a él, muy difíciles serán los éxitos de la ciencia médica, en el área de la salud mental.

Las enfermedades psíquicas, entre las que destacan las obsesiones por su elevada incidencia continuarán aún persiguiendo al hombre.

Todo comportamiento que se excita o se deprime, exaltando pasiones o dirigiendo desarreglos, fomentando odios y distonías, guarda en su raíz, graves incidencias obsesivas que merecen cuidados especiales.

Es indispensable que la comprensión de las finalidades de la vida, dirija el pensamiento del hombre, ofreciéndole seguras directrices para evitar esa epidemia voluptuosa, armando al mismo tiempo a los cultores de las ciencias del alma, con valiosos instrumentos para la terapia en profundidad, en la que ambos enfermos-obsesor y obsesado- sean amparados, calmándose y trabajando en el bien, a favor de sí mismos y de la comunidad en general.

No deseamos trasladar para los Espíritus turbados o malos, los casos desdichados de la Tierra, eximiendo a los hombres de la responsabilidad que les corresponde.

Afirmamos que los desencarnados participan, más de lo que se piensa, en los sucesos y acontecimientos humanos negativos, por asimilación y vinculación, en los cuales se complacen los encarnados, que les ofrecen los medios y la sintonía, para que tengan lugar esos hechos reprobables.

Es verdad que en sentido inverso, el intercambio con las Entidades evolucionadas también se hace a menudo, en un programa de amor y socorro al ser humano, como expresión del divino auxilio.

Mientras tanto, como las manifestaciones más primarias predominan en las actividades terrestres, la incidencia obsesiva se vuelve más voluminosa, hasta que la criatura se descubra como es, hija de Dios, y se decida atender la llamada paterna, avanzando en Su dirección por los caminos del amor.

( Fin del contenido mediúmnico)
Espíritu de Manuel Filomeno de Miranda, a través del Médium Divaldo P.Franco

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