jueves, 19 de marzo de 2020

Suicidio asistido

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.- Vida y Muerte en una visión espírita
         Frase de Chico Xavier
2.- Los falsos profetas de la erraticidad
       Frase de Emmanuel
3.-  Suicidio Asistido






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   VIDA Y MUERTE EN UNA VISIÓN ESPÍRITA

Cuentan que el príncipe Siddharta Gautama, después de su iluminación, interrogó oportunamente a sus discípulos, preguntando qué era lo opuesto a la muerte, y ellos contestaron que era la vida.(*)

Después de reflexionar por un momento, el noble maestro explicó, tranquilo, que el inverso de la muerte era el renacimiento, ya que siempre estamos en la vida, la cual deambula a través del cuerpo físico y fuera de él.
En realidad, la vida biológica experimenta, inevitablemente, su disgregación cuando ocurre el fenómeno de la muerte, que libera al Espíritu inmortal de la cápsula en la que se enclaustra....


Viajero del tiempo y del espacio, navega los océanos de energía, energía pensante en la que él, se viste, se desnuda  y se reviste de materia orgánica para el ministerio de la evolución, en cuyo curso se encuentra inscrito.

La vida, por lo tanto, desde que es creada por Dios, jamás se extingue, cambiando constantemente de forma de acuerdo con los instrumentos que utiliza, hasta lograr el estado de plenitud o alcanzar el Reino de los Cielos.
La inevitabilidad de la muerte biológica debe constituir una cuestión de fundamental importancia en las reflexiones de todas las criaturas, teniendo en cuenta que llegará el momento en que será alcanzado por ella.

Dependiendo de las circunstancias y de los factores que la desencadenan, la muerte fue transformada en tabú, como si fuese una verdadera desgracia, cuando es simplemente una puerta que se abre en dirección a la realidad...


La concientización de la transitoriedad del cuerpo somático, elaborado por el Divino Amor Para que se constituyera en el suelo fértil para la fecundación y desarrollo de los atributos adormecidos en el Espíritu, representa una conquista valiosa para la armonía del ser durante el aprendizaje terrestre.


Proporcional al respeto que se le dedica a la estructura orgánica, se obtiene una existencia equilibrada o atribulada, lo cual proporciona una liberación fácil o tardía, dependiendo de la manera como haya utilizado su cuerpo. De esta forma, la muerte no significa el fin de la vida, sino la bendición del renacimiento en otra dimensión pletórica de vibraciones y de progreso.

Si no fuera de esta forma, todo proyecto de realización del ser humano perdería su gran significado, cuando la  desoxigenación cerebral anulase las continuas modificaciones celulares.


El ser humano tiene como destino la conquista del infinito, y ese objetivo no puede ser alcanzado solamente en una etapa, considerando la incontable pluralidad de constelaciones y de galaxias, que el Padre creó para que sirviesen de morada a Sus hijos…

El sentido psicológico del existir, igualmente sería afectado, debido al pequeño espacio entre la cuna y el túmulo, preludio del aniquilamiento de la inteligencia de la razón, teniendo en cuenta la eternidad…


La muerte, por lo tanto, es renacimiento, sueño momentáneo que posibilita el despertar en un nuevo campo vibratorio.

Aquellos seres queridos que han muerto, en realidad no se consumieron, conforme lo establecen algunas corrientes del materialismo, anulando la grandeza de la vida. Ellos viven y esperan por ti, acompañándote y auxiliándote en la adquisición del tesoro de las virtudes espirituales.


Ellos resguardan a los seres queridos, siendo poseedores de una visión más amplia en torno de la realidad que enfrentan, y les agradaría que también fuese conquistada por los seres queridos que aún están en la retaguardia.

Por esta razón, nos animan en medio de las pruebas, ofreciéndonos sus brazos amigos e inspiración continua para que permanezcamos en paz, en medio del rugir de las borrascas peligrosas que se desatan sobre nuestras existencias con cierta frecuencia...

Pero no todos son felices, como se puede comprender fácilmente.
Cada uno despierta conservando los valores con los cuales se adormeció.
Todos los títulos de mérito o demérito permanecen válidos para aquel que los poseyó durante la jornada carnal, después de su descenso al túmulo.


De esta forma, los Espíritus venturosos de hoy son aquellos que se empeñaron en el culto de los deberes elevados, que transformaron su existencia en una hermosa escuela, en la cual desarrollaron la inteligencia y enternecieron el corazón, transformándose en una sinfonía viva del amor.

Aquellos otros, por tanto, que en la existencia terrestre solamente cultivaron los sentimientos negativos, atados a las pasiones nefastas, profundamente vinculados a los vicios, con dificultad se separarán de los despojos en degradación, dando paso a las alucinaciones en las cuales se complacían.
Son infelices y siembran infelicidad, ya que se acercan a las criaturas que vibran en su mismo diapasón, inspirándoles ideas perturbadoras, intoxicándoles con sus fluidos deletéreos, induciéndoles en situaciones deplorables y sometiéndolos, muchas veces, a sus caprichos infelices...

Desconociendo los recursos de elevación o negándolos, yacen en la cárcel de la propia insania, prolongando los padecimientos que los visitaran antes de la desencarnación y que les obstaculizan la alegría y la esperanza...


Sin embargo, no permanecen eternamente en ese estado de mezquindad y aflicción, porque la misericordia del Padre les busca, impulsándolos a los renacimientos expiatorios por medio de los cuales se depuran y se renuevan.

La muerte, por tanto, no debe ser considerada como un desafortunado acontecimiento de la vida, sino al contrario, como la reveladora de la realidad espiritual, en la cual, todos nos encontramos inmersos.


Por esto mismo, morir no es conquistar una ventura excelsa, si antes no se atesoró la experiencia del amor, la abnegación y demás vivencias dignas durante la jornada terrestre.

Cada criatura, por lo tanto, muere conforme vivió, y despierta tal como murió.


No esperes milagros en la desencarnación, cuyo objetivo es conducir hacia el Gran Hogar al aprendiz que viajó antes en la dirección de la escuela terrestre, donde debió haberse mejorado y crecido moralmente.


Cultiva el pensamiento en torno a la desencarnación como una bendición que un día te alcanzará, y no te permitas temerle.

Recuerda a aquellos que se apartaron físicamente de ti pero que no te abandonaron, tratando de sentirlos, captar sus pensamientos y sus emociones cuando son felices, y, si por acaso les percibes con aflicciones, envuélvelos en dulces vibraciones de amor y de ternura por medio de la sublime emanación de la oración, lo cual les hará un gran bien.

Joanna de Angelis

Mensaje Psicografiado por el médium Divaldo Pereira Franco, en la mañana del 22 mayo 2009, en la residencia del Sr. Josef Jackulak en Viena.


Nota (*): Siddharta Gautama es el nombre de pila del Maestro Buda.
Texto elaborado por la asociación espirita tercera revelación-Bogotá-Colombia.

(Trabajo tomado de Sublimespírita)


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Cada conciencia es una creación de Dios, y cada existencia es un eslabón sagrado en la corriente de la vida en que Dios palpita y se manifiesta. (Francisco Cándido Xavier)


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Los falsos profetas de la erraticidad



     Los falsos profetas no están solos entre los encarnados; están también, en
mucho mayor número, entre los espíritus orgullosos que, bajo apariencias de amor y de caridad, siembran la desunión y retrasan la obra emancipadora de la humanidad emitiendo a diestro y a siniestro sus sistemas absurdos que hacen aceptar por los médiums; y para mejor fascinar a aquellos que quieren engañar y para dar más peso a sus teorías, se apropian sin escrúpulo nombres que sólo con respeto pronuncian los hombres.



     Ellos son los que siembran los principios de antagonismos en los grupos, que les inducen a aislarse los unos de los otros y a mirarse con mal ojo. Esto basta para descubrirlos, porque obrando de este modo ellos mismos dan el más formal mentís a lo que pretenden ser. Los hombres, pues, que caen en un lazo tan grosero, son ciegos.



     Pero hay otros medios de conocerles. Los Espíritus del orden al cual dicen

pertenecer deben ser no sólo muy buenos, si que también eminentemente lógicos y racionales. ¡Pues bien! Pasad sus sistemas por el tamiz de la razón y del buen sentido, y veréis lo que quedará de ellos. Convenid, pues, conmigo, que todas las veces que un espíritu indica como remedio a los males de la humanidad o como medios de llegar a su transformación cosas utópicas e impracticables, medidas pueriles y ridículas, cuando formula un sistema que se contradice con las más vulgares nociones de la ciencia, no puede ser sino un espíritu ignorante y mentiroso.



     Por otra parte, creed bien que si la verdad no es siempre apreciada por los

individuos, lo es por el buen sentido de las masas, y esto es también un criterio. Si dos principios se contradicen, tendréis el peso de su valor intrínseco buscando al que tenga más eco y simpatía: "sería ilógico", en efecto, "admitir que una doctrina que viese disminuir el número de sus partidarios, fuese más verdadera que la que los viese aumentar". Dios, queriendo que la verdad llegue para todos, no la concreta a un círculo estrecho y limitado; la hace brotar de diferentes puntos con el fin de que por todas partes la luz esté al lado de las tinieblas.



     Rechazad decididamente a todos esos espíritus que se presentan como

consejeros exclusivos predicando la división y el aislamiento. Casi siempre son espíritus vanidosos y medianos, que procuran imponerse a los hombres débiles y crédulos prodigándoles alabanzas exageradas, a fin de fascinarles y ponerles bajo su dominio.



     Generalmente, éstos más bien son espíritus hambrientos de poder que, siendo déspotas públicos o privados cuando vivían, quieren tener aún víctimas para tiranizar después de su muerte. En general, "desconfiad de las comunicaciones que tienen un carácter de misticismo y extrañeza, o que prescriben ceremonias o actos extravagantes; en este caso hay siempre un motivo legítimo de sospecha.



     Por otra parte, debéis creer también que cuando debe revelarse una verdad a la humanidad, se comunica, por decirlo así, instantáneamente a todos los grupos formales que poseen buenos médiums, y no a uno solo con exclusión de los demás. Nadie es médium perfecto si está obsesado; y hay obsesión manifiesta cuando un médium sólo es apto para recibir las comunicaciones de un espíritu especial, por alto que quiera ponerse él mismo. En consecuencia, todo médium, todo grupo que se creyera privilegiado por las comunicaciones que sólo ellos pueden recibir, y que, por otra parte, están sujetos a prácticas que rayan en superstición, están indudablemente bajo el peso de una obsesión

de las más caracterizadas, sobre todo cuando el espíritu dominador usa un nombre que todos, espíritus y encarnados, debemos honrar y respetar, y no dejar que se tomen en boca a cada instante.



     Es incontestable que sometiendo al crisol de la razón y de la lógica todos los

datos y todas las comunicaciones de los espíritus, será fácil rechazar el absurdo y el error. Un médium puede estar fascinado, un grupo engañado; pero la comprobación severa de los otros grupos, mas la ciencia adquirida y la elevada autoridad moral de los jefes de los grupos, mas las comunicaciones de los principales médiums, que reciben un sello de lógica y de autenticidad de nuestros mejores médiums, harán rápidamente justicia a esos dictados mentirosos y astutos, dimanados de una turba de espíritus engañadores y malos. (Erasto, discípulo de San Pablo. París, 1862).


Nota.- Uno de los caracteres distintivos de estos espíritus que quieren imponerse y hacer aceptar sus ideas extravagantes y sistemáticas, es el pretender, aun siendo ellos solos en su opinión, tener razón contra todo el mundo. Su táctica es evitar la discusión, y cuando se ven combatidos victoriosamente por las armas irresistibles de la lógica, rehúsan desdeñosamente responder y prescriben a sus médiums el que se alejen de los centros en que no son acogidas sus ideas. Este aislamiento es lo más fatal para los médiums; parece que sufren sin contrapeso el yugo de estos espíritus
obsesores que les conducen, como ciegos, y los llevan a menudo por caminos
perniciosos.

EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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     Aún sabiendo que la muerte viene de Dios, cuando nosotros no la provocamos, por el momento no podemos en la Tierra recibir la muerte con alegría porque nadie recibe un adiós con felicidad, pero podemos recibir la separación con fe en Dios, entendiendo que un día nos reencontraremos todos en una vida mayor y esa esperanza debe animarnos el corazón.

Emmanuel, en Palabras de Chico Xavier



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Suicidio asistido
Nuestro objetivo es llamar la atención sobre el relejo de una práctica, que atrae a más y más seguidores en ciertos países y naciones. Es un apelo inaceptable para el lector, sobre la problemática del ser humano cuando es víctima de la incredulidad en la vida.  Abordaremos el suicidio asistido a la luz de la doctrina espírita, especialmente el caso de un científico inglés, David Goodall, de 104 años.

   Allan Kardec pregunta en El Libro de los Espíritus, pregunta 944:-¿Tiene el hombre derecho a deshacerse de su vida? Y la respuesta es negativa; afirman los instructores de la Vida Mayor que "Sólo a Dios asiste este derecho. El suicidio voluntario es la transgresión de esta ley”. Kardec pregunta entonces en la línea ¿si no es siempre voluntario el suicidio? Aquí está la respuesta de los espíritus superiores: "El loco que se suicida no sabe lo que hace". Entendemos  que hay un atenuante cuando el ser en desequilibrio mental se quita la vida. Dado que el individuo no entiende a Dios, como la bondad, el amor y la justicia, reflejamos que la falta de la creencia en ella frente a conflictos íntimos, enfermedades físicas y/o emocionales, le impide razonar durante los contratiempos de la vida.
   Profundizamos en esa realidad y observamos listas de solicitudes de suicidio asistido, que crecen independientemente de la edad, aunque la mayoría de los ancianos prevalecen, pero que no sufren enfermedad terminal. Hay una incredulidad que flota en muchas mentes, con respecto a quiénes somos, de  dónde venimos, a dónde vamos y cuál es el objetivo de estar aquí.
    En nuestro país (Brasil),tanto la eutanasia como el suicidio asistido se consideran crímenes; sin embargo, el Consejo Federal de Medicina en el año 2006 autorizó que un paciente, oído en el caso de una junta médica, interrumpió el tratamiento de una enfermedad terminal practicada como ortotanasia.
    Entendiendo el suicidio asistido, la eutanasia y la ortotanasia  Suicidio asistido (o muerte asistida médicamente) se refiere a la asistencia en el suicidio en que la persona misma provoca por medio de fármacos letales suministrados por médicos en clínicas especializadas.
    Eutanasia significa etimológicamente "buena muerte" (yo, bueno/buena; thánatos, muerte) o "muerte sin grandes sufrimientos". La eutanasia es practicada por médicos o terceros.
    La ortotanasia en su etimologia significa la muerte en el momento adecuado; su característica es la suspensión del esfuerzo terapéutico, quiere decir, del tratamiento o de los procedimientos que están prolongando la vida de los pacientes con enfermedades terminales, así como el desconectar de los aparatos.
    El término suicidio asistido ganó cuerpo como el "derecho a la muerte" en la década de 1990, defendida por organizaciones de todo el mundo después del resultado de las acciones y preposiciones del patólogo Jack Kevorkian, conocido como "Dr. Muerte", las cuales infundieron más fuerza en esta práctica.

    Formación del hombre  En El Libro de los Espíritus, pregunta 135, tenemos  la aclaración de que el hombre está formado por tres partes esenciales: 
   1ª- el cuerpo o ser material, análogo al de los animales y animado por el mismo  principio vital
    2ª el alma, espíritu encarnado que  tiene en su cuerpo su morada;
    3ª- el principio intermedio, o periespíritu, semisustancia que sirve como el
primer envoltorio al espíritu y une el alma al cuerpo.
    Nuestro cuerpo es temporal, un don proporcionado por Dios para el progreso  moral e intelectual, y por lo tanto debe ser utilizado de una manera previdente  y amorosa. El Espíritu inmortal continúa su caminata, en el cuerpo o fuera de él.
    En el proceso de la reencarnación, hay toda una energía desprendida de los colaboradores de lo Alto, toda una planificación, un asesoramiento listo para  ayudarnos a completar nuestras prácticas, nuestra oportunidad de reajustar, con las Leyes Divinas.
    Caso de David Goodall –  Este profesor y científico británico, con sede en Australia, viajó el 2 de mayo de 2018 a Suiza, para que el 10 de mayo del mismo año, se sometiera a un procedimiento de suicidio asistido. Australia negó esta apelación, porque la ley del país no la admitió en esa oportunidad, con la  excepción del estado de Vitoria, en el que el suicidio asistido, a partir de 2019, se legalizó, pero se limitó a pacientes con enfermedades terminales y una  esperanza de vida inferior a seis meses. Este no fue el caso de David Goodall, quien, a pesar de los típicos reveses de una edad avanzada, no sufría de enfermedad terminal y alegaba no sufrir depresión. Goodall declaró el día de su muerte: "A mi edad, e incluso menor de mi edad, alguien quiere ser libre de elegir la muerte y cuándo la muerte es el momento apropiado ".

Libre-albedrío - Con respecto al derecho de elección y a la aplicación de la ley de la libertad, observamos en El Libro de los Espíritus, pregunta 843:-¿Tiene el  hombre el libre albedrío de sus actos? Los instructores de la Vida Mayor  respondieron: “Sí,puesto que tiene la libertad de pensar, también tiene la de obrar.Sin  libre albedrío, el hombre sería una máquina. "
   Posiblemente apoyado, aunque inconsciente, en este pensamiento, David Goodall carecía de la comprensión justa de lo que uno puede entender acerca del libre albedrío, el cual resbala en las consecuencias y responsabilidades en aquel como señala Léon Denis en su libro El Problema del Ser, del Destino y del Dolor, cap. 22: "La cuestión del libre albedrío tiene una importancia capital y graves consecuencias para todo el orden social, para su acción y repercusión en la educación, moralidad, justicia, legislación, etc. Determinó dos corrientes opuestas de opinión: los que niegan el libre albedrío y los que lo admiten con restricción."
    En la pregunta 491 de El Libro de los Espíritus, Allan Kardec preguntó : 953. Cuando una persona ve frente a sí mismo un fin inevitable y horrible, ¿será culpada de acortar brevemente sus sufrimientos, de apresurar voluntariamente su muerte? "Es siempre culpable aquel que no espera el término que Dios ha marcado para la existencia. Y quién puede estar seguro de que, a pesar de las apariencias, este término ha llegado; ¿de que un alivio inesperado no venga en el último momento? "
a)- Se concibe que, en circunstancias ordinarias, el suicidio será condenable; pero estamos descubriendo el caso en el que la muerte es inevitable y en la que la vida sólo se acorta en algunos instantes.
"Siempre es una falta de resignación y sumisión a la voluntad del Creador".
b)- ¿Cuáles, en este caso, son las consecuencias de tal acto? "Una expiación proporcionada, como siempre, a la gravedad de la falta, de acuerdo con las circunstancias."

Ley de causa y efecto – ¿Cuál es la responsabilidad de David Goodall y de las personas que comparten la misma opinión? ¿Y los países y Estados mencionados en este artículo que fomentan el suicidio por medio de sus leyes?
   Percibimos que este procedimiento influye en gran medida en las personas, como observamos en un pasaje del Antiguo Testamento, en el Libro 1 de Samuel, cap. 31:4-6, en la lucha entre Saúl y los Filisteos. Percibiendo cerca la muerte, él ordeno a su paje que lo traspasase con la espada, lo que no fue concedido; por esa razón, Saúl tomó la espada y él mismo se mató, siendo  después seguido su ejemplo por sus tres hijos y su paje.
En el comentario de la pregunta 491 de El Libro de los Espíritus, Allan Kardec escribió:
    "El hombre carnal, más preso a la vida corporal que a la vida espiritual tiene, en la tierra, penas y gozos materiales. Su felicidad consiste en la satisfacción fugaz de todos sus deseos. Su alma, constantemente preocupada y angustiada por las vicisitudes de la vida, se preserva en una ansiedad y una tortura perpetua.
    
  La muerte lo asusta, porque él duda del futuro y porque tiene que dejar todos sus afectos y esperanzas en el mundo. El hombre moral, que colocados por encima de las necesidades ficticias creadas por las pasiones, ya en este mundo experimentan alegrías que el hombre material desconoce.
 La moderación de sus deseos le da al Espíritu calma y serenidad. Por el bien que hace, no hay para él decepciones y los contratiempos lo deslizan  sobre el alma, sin ninguna impresión dolorosa dejan.
 Las consecuencias derivadas del suicidio – las consecuencias son diversas y dependen de las circunstancias, como los instructores de lo Más Alto en El Libro de los Espíritus, pregunta 957:
"(...) No hay penas determinadas y, en todos los casos, siempre corresponden a las causas que la produjeron. Sin embargo, existe una consecuencia que el suicida no puede escapar; es la decepción. Pero la suerte no es la misma para todos; depende de las circunstancias.
Algunos expían la falta inmediatamente, otros en una nueva existencia, que será peor que aquella cuyo curso interrumpió".

En el libro Obreros de la Vida Eterna, de André Luiz, psicografiado por Francisco Cândido Xavier, Cavalcante, ya moribundo, no quiso desencarnar y, en estado terminal con el cuerpo en descomposición, fue liberado del mismo por el médico que le dio la "inyección compasiva", reverberando en consecuencias  desastrosas en su periespíritu, que sufrió la carga fulminante, obstaculizando en gran medida su despertar.  Recordemos que Cavalcante no deliberó el suicidio, no deseaba la muerte, estaba a punto de desencarnar de manera natural, y por lo tanto puede ser considerado una víctima de asesinato.

En el capítulo 19 de la obra citada, André Luiz continúa aclarando las consecuencias en la organización periespiritual de Cavalcante, narrando que el periespíritu se vio afectado como si recibiera una descarga eléctrica, permaneciendo el espíritu inerte e ignorándose a sí mismo. El asesor Jerónimo, instruyendo a André Luiz sobre el tema, dijo que "los suicidas a menudo sienten, durante mucho tiempo, la aflicción de las células violentamente aniquiladas .(….)

   Allan Kardec, en la pregunta 964 de El Libro de los Espíritus, explica:
"Todas nuestras acciones están sujetas a las leyes de Dios. Ninguno hay, por insignificante que parezca, que no puede ser una violación de esas leyes. Si sufrimos las consecuencias de esta violación, sólo nosotros debemos quejarnos de nosotros mismos, que de esta manera nos hacemos los causantes de nuestra felicidad, o nuestra futura desgracia. Esta verdad se hace evidente a través de la siguiente disculpa: "Un padre dio a su hijo educación e instrucción infantil, es decir, los medios para guiarse a sí mismos. Le cedió un campo para cultivar y le dijo: Aquí están las reglas que debes seguir y todos los instrumentos necesarios para hacer este campo fértil y asegurar tu existencia. Te di la instrucción de entender esta regla. Si la sigues, tu campo producirá mucho y te proporcionará descansar en la vejez. Si la desprecias, nada producirá y morirás de hambre. Dicho esto, lo dejó que procediera libremente. "
   ¿No es verdad que ese campo producirá sobre la base del cuidado que se dispensa a su cultivo y que toda negligencia será perjudicial para la cosecha? En la vejez, por lo tanto, el hijo será dichoso, o desgraciado, conforme haya seguido o no la regla que su padre le trazó.Dios es aún más bondadoso, porque nos advierte, en cada momento, que lo estamos haciendo bien o mal. Enviándonos los Espíritus para inspirarnos, pero no los escuchamos. Hay más esta diferencia: Dios siempre proporciona al hombre, concediéndole nuevas existencias, recursos para reparar sus errores pasados, en cuanto al hijo que de quien hablamos, si empleó mal su tiempo, ningún recurso resta."

Hay varios ejemplos de las consecuencias del suicidio que Kardec relata en El Cielo y el Infierno, Parte 2, Cap. V.

Los partidarios de esta elección suelen ser personas imantadas por ideas materialistas. La Doctrina Espírita, a su vez, es como una luz que disipa las dudas, como leemos en el cap. V, ítem 16, de El Evangelio según el Espiritismo:
"El creyente sabe que la existencia se extiende indefinidamente más allá de la tumba, pero en condiciones muy diversas; donde la paciencia y la resignación que lo apartan muy naturalmente de pensar en el suicidio; donde, en resumen, el coraje moral”.

Conclusión – El ser humano huye del sufrimiento a toda costa, el materialismo lo separa de la creencia futura, pero sólo esto revoluciona su modus operandi, porque entonces entendería la transitoriedad de las dificultades, la inmortalidad del ser y  la justicia divina, y crecería en su interior la perseverancia y coraje más íntimos para superar los reveses del caminar terreno, sabiendo ser hijo de Dios en el proceso de crecimiento moral e intelectual subordinado a las leyes de Causa y Efecto.

   Leon Denis, en el cap. XXII de el libro El problema del Ser, del Destino y del Dolor, escribió:
"¿Cómo reconciliar nuestro libre albedrío con la presciencia divina? Frente al conocimiento anticipado que Dios tiene de todas las cosas,¿podemos afirmar verdaderamente la libertad humana? Cuestióncompleja y árdua en apariencia que hizo correr ríos de tinta y cuya solución es, sin embargo, la más simple. Pero al hombre no le gusta las cosas simples; prefiere lo oscuro, lo complicado, y no acepta la verdad, sino después de haber agotado todas las formas de error. "

 “Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”
Esta máxima exteriorizada por Jesús a los judíos, expresada en el Evangelio de Juan, cap. 8 versículo 32, evidencia de que necesitamos entender su Evangelio y, sobre todo, practicarlo, lo que nos llevará a ser considerados discípulos del Maestro.
    La verdad es Amor, fuente inagotable de Dios para nosotros. Cuando no buscamos comprender, aunque sea imperfectamente, ese amor, bajamos la frente a los intereses materiales, alejándonos de Él.
La verdad no es exclusiva de tal doctrina, filosofía o religión, incluso de la ciencia, pues Cristo nos ofrece ese amor que aún no entendemos, al que nos invita cuando dice ser el Camino, la Verdad y la Vida y que solo podemos llegar a Dios a través de Él.
Entonces tendremos las respuestas a nuestras inquietudes y tomaremos la vida con resignación y gozo.

Autores: Katia Conceição y  Lillian Rosendo

                                           
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