INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- ¿Por qué los espíritas no tienen temor a la muerte?
2.- Elementos comunes y diferenciadores de las religiones
3.- La Empatía
4.- Las ECM y la Muerte
5.- Naturaleza de la Mediumnidad
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¿POR QUÉ LOS ESPIRITAS NO TIENEN TEMOR A LA MUERTE?
La doctrina espiritista varía completamente el modo de mirar el porvenir. La vida futura no es ya una hipótesis y sí una realidad. Es estado de las almas después de la muerte no es ya un sistema, sino un resultado de la observación. El velo se ha descorrido, el mundo espiritual se nos manifiesta en toda su realidad práctica. No son los hombres los que lo han descubierto por el esfuerzo de una imaginación ingeniosa, sino los habitantes mismos de esos mundos que vienen a descubrirnos su situación. Los vemos allí en todos los grados de la escala espiritual, en todas las fases de la dicha y de la desgracia.
Presenciamos todas las peripecias de la vida de ultratumba. Ésta es para los espiritistas la causa de la serenidad con que miran la muerte, y de la calma de sus últimos instantes sobre la Tierra. Lo que les sostiene no es solamente la esperanza, sino la certidumbre. Saben que la vida futura no es más que la continuación de la vida presente en mejores condiciones, y la esperan con la misma confianza con que esperan la salida del sol después de una noche tempestuosa.
EXTRACTO del Libro "El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina según el Espiritismo" - Allan Kardec
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LA EMPATÍA
- Atletas ------> Los que se identifican con el deporte se aproximarán a él y lo practicarán intensamente. Es su pasión, que los dominará sin que lo noten porque les causa placer.
- Intelectuales------> Algunos prefieren leer, profundizar un estudio determinado, y su alegría la constituyen los libros, tanto como el debate productivo. Es conocido el caso de la servidora que se dirigió hasta el escritorio donde estaba su patrón y le dijo: "¡ Patrón, patrón, se incendia la casa!". Y él simplemente respondió, sin siquiera levantarse: "Eso no es asunto mío sino de la patrona"., y siguió escribiendo.
- Papel de esposa o madre----> Las mujeres que se identifican con el papel de esposa, viven para sus maridos y las que se identifican con el de madre, pasan toda su vida al cuidado de los hijos, aun después de casados.
- Vicios-------> Son graves problemas de identificación, sea con la bebida, el cigarrillo, las drogas, el juego, etc. Las personas fijadas a sus vicios se complacen en ellos y ahí residen las dificultades para vencerlos.
La identificación es inherente a todas las personas ; Siempre tenemos alguna clase de identificación. Según afirma el Dr. Roberto Assagioli,"el indivíduo no se conoce a sí mismo y la pérdida de los valores con los que se identifica pueden llegar a generarle crisis importantes, porque experimentará que su existencia carece de sentido. Tal cosa pasa con la vejez que pone fin al apogéo del atleta; con los hijos que se van, y así sucesivamente."
DESIDENTIFICACIÓN.- Uno de los aspectos de mayor identificación del indivíduo es el de su propio cuerpo. Tan condicionados estamos a él que nos olvidamos de que su verdadero comandante es el espíritu. Es muy común que utilicemos expresiones tales como: "Estoy cansado", o "Tengo dolor de muelas", etc., cuando en realidad el que está cansado o con dolor de muelas es el cuerpo y no el YO (espíritu). Creemos que ese punto es muy significativo, porque las personas se hallan tan condicionadas al cuerpo, tan identificadas con él, que al menor síntoma de un malestar severo el individuo se desespera.
" Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo ".
Assagioli expresa en forma de diálogo con el cuerpo- al que manifestamos de paso el respeto que nos merece-, los cuidados que nos conviene adoptar para la preservación de la salud y del bienestar, aunque conservando en la conciencia eso de que "Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo". Se trata de la desidentificación con él.
- Jasón de Camargo- (Educación de los sentimientos)
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Elementos comunes y diferenciadores de las religiones
Son muchos los puntos en común que son fundamentales en todas y cada una de las grandes religiones existentes y que debieran de unirlas en vez de separarlas.
En primer lugar, el concepto de la existencia de un Ser Supremo o Dios, le llamen como le llamen en cada una de ellas..
En segundo, la creencia en la continuidad de la vida tras la muerte, porque la vida es eterna, por lo que el Alma continúa existiendo, en otra forma, después de la muerte del cuerpo.
Y en tercero, la bondad y la integridad humanas como necesarios caminos para acercarnos a Dios, y en definitiva, el Amor fraternal y la Caridad que son la esencia de todos los conceptos religiosos que enseñaron todos los diversos Enviados y Profetas en todas las religiones y en todas las épocas de la Humanidad.
Según las religiones que no admiten la reencarnación, Dios premia o castiga definitivamente a las almas según hayan vivido durante una única existencia en este mundo. Esto da lugar a que sus fieles traten de lograr en la vida, a toda costa, ese cielo eterno e indefinido, y al mismo tiempo evitar merecer el castigo horrible y eterno de un infierno de sufrimientos extremados, al final de su vida en este mundo, utilizando para lograrlo el chantaje a Dios que así se dejaría comprar a cambio de unos rituales, ceremonias, rezos rutinarios, dedicatorias, liturgias, etc.
Sin embargo estas religiones dejan a sus fieles sin explicación alguna, cuando les dicen que la suerte o la desgracia son cosas de un destino inescrutable, o que son designios insondables de Dios, al que presentan como un Ser Todopoderoso e indefinido, concreto y delimitado, pero como muy lejano (le llaman Altísimo), y parece injusto y caprichoso, provocando temor en vez de amor, lo que ha llevado a intuir que un ser así no puede existir y que es una invención humana, de lo que deducen que lo que cuentan las religiones, en el fondo es una gran mentira; o sea que o bien promueven la fe fanática, ciega e irracional, o la descreencia en Dios y en el más allá, quedando así a merced de un materialismo con el que intentan llenar sus vidas, sin freno alguno para los vicios, siendo víctimas de toda clase de degradación moral.
A diferencia de las religiones mencionadas, las que admiten la reencarnación, consideran las realizaciones humanas positivas, como los errores cometidos en una vida, los responsables de la dicha o la desdicha en la vida actual o en otras futuras. Con la reencarnación Dios no premia ni castiga a nadie; solo mantiene una Justicia perfecta dejando al Ser la total libertad para decidir su destino futuro en la balanza de la Justicia inmanente que existe mediante la ley de Causa y Efecto, que da a cada acción cometida voluntariamente, el contrapunto de su efecto, bueno o malo que obligadamente se produce antes o después, por esas acciones. Para las religiones reencarnacionistas, cada vida humana es tan solo un eslabón que forma la larga cadena de la evolución del Espíritu humano.
Las religiones no reencarnacionistas, no explican como Dios puede ser al mismo tiempo justo y bueno, cuando se aprecian tantas desigualdades humanas al contemplar una única existencia en este mundo; sin embargo con la reencarnación se aprecia la existencia en un contexto de muchas vidas relacionadas entre sí por la ley de Causa y Efecto, equilibradora de las situaciones y de las vidas. Por la idea reencarnacionista llegamos a intuir algo del infinito y perfecto Amor que Dios profesa a todas sus criaturas, dándonos tantas oportunidades como precisemos para que podamos conquistar nuestra propia y definitiva felicidad.
En definitiva, la diferencia entre ambos grupos de religiones en base a la admisión o no de la idea de la reencarnación, además de los conceptos dogmáticos y doctrinales, reside en que las no reencarnacionistas no ofrecen una explicación coherente , racional y lógica del concepto de Dios, mientras que con la reencarnación la idea de un Dios bueno y justo a la vez, queda aclarado.
- Jose Luis Martín-
“...yo y vosotros hemos tenido muchos nacimientos. Los míos no son conocidos sino por mí, pero vosotros no conocéis siquiera los vuestros”
-Krishna- El Bhagavad Gita –
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LA EMPATÍA
IDENTIFICACIÓN.- En general, somos dominados por aquello con lo que nos identificamos. La autoidentificación lleva a las personas a vincularse con los elementos intrínsecos que les gustan, y se complacen en desenvolverse dentro de su campo predilecto. Esa identificación, sin embargo, no siempre está en correspondencia con los valores éticos de la vida, sino que depende de las tendencias de cada uno. Los hábitos, las experiencias del pasado, el nivel intelectual y moral de los indivíduos los impulsarán a identificarse con todo aquello a lo que en general ya se han adaptado.
De tal modo, hay acontecimientos que empujan a las personas al camino de su predilección y es común que con él se identifiquen. Por ejemplo:
- Atletas ------> Los que se identifican con el deporte se aproximarán a él y lo practicarán intensamente. Es su pasión, que los dominará sin que lo noten porque les causa placer.
- Intelectuales------> Algunos prefieren leer, profundizar un estudio determinado, y su alegría la constituyen los libros, tanto como el debate productivo. Es conocido el caso de la servidora que se dirigió hasta el escritorio donde estaba su patrón y le dijo: "¡ Patrón, patrón, se incendia la casa!". Y él simplemente respondió, sin siquiera levantarse: "Eso no es asunto mío sino de la patrona"., y siguió escribiendo.
- Papel de esposa o madre----> Las mujeres que se identifican con el papel de esposa, viven para sus maridos y las que se identifican con el de madre, pasan toda su vida al cuidado de los hijos, aun después de casados.
- Vicios-------> Son graves problemas de identificación, sea con la bebida, el cigarrillo, las drogas, el juego, etc. Las personas fijadas a sus vicios se complacen en ellos y ahí residen las dificultades para vencerlos.
La identificación es inherente a todas las personas ; Siempre tenemos alguna clase de identificación. Según afirma el Dr. Roberto Assagioli,"el indivíduo no se conoce a sí mismo y la pérdida de los valores con los que se identifica pueden llegar a generarle crisis importantes, porque experimentará que su existencia carece de sentido. Tal cosa pasa con la vejez que pone fin al apogéo del atleta; con los hijos que se van, y así sucesivamente."
La búsqueda del equilibrio de nuestro campo mental pasa, muchas veces, a través de la reducción de la intensidad de esa autoidentificación.
Los psicoterapeutas denominan a este proceso "desidentificación", como vemos a continuación:
DESIDENTIFICACIÓN.- Uno de los aspectos de mayor identificación del indivíduo es el de su propio cuerpo. Tan condicionados estamos a él que nos olvidamos de que su verdadero comandante es el espíritu. Es muy común que utilicemos expresiones tales como: "Estoy cansado", o "Tengo dolor de muelas", etc., cuando en realidad el que está cansado o con dolor de muelas es el cuerpo y no el YO (espíritu). Creemos que ese punto es muy significativo, porque las personas se hallan tan condicionadas al cuerpo, tan identificadas con él, que al menor síntoma de un malestar severo el individuo se desespera.
Se trata del condicionamiento de toda una vida al cuerpo físico. Miramos y escuchamos por medio de él; caminamos valiéndonos de sus piernas y hablamos por su boca. Eso identifica de tal modo al espíritu con el cuerpo, que la persona pasa a ser el cuerpo y no el alma. Y al convertirse en el cuerpo, evidentemente sentirá con intensidad el problema de la salud, de la pérdida de parientes, en fin, de los dolores humanos. El YO se ocultó, salió de la escena y ganó predominio el cuerpo. Así hemos quedado condicionados a él.
La desidentificación tiende a ubicar las cosas en su debido lugar, Así lo dice Assagioli: "Establecer la diferencia es de suma importancia en el aspecto práctico, debido a que cada vez que nos identificamos con una sensación física, nos esclavizamos al cuerpo". Si somos esclavos del cuerpo nos apegamos a él y consecuentemente su muerte nos parece el fin de todo. Incluso llegamos a olvidarnos de que el elemento principal de ese proceso continúa intacto, porque es imperecedero, como ya afirmaba Sócrates.
En estado de introspección, de relax, y en forma absolutamente consciente, declaramos:
" Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo ".
Assagioli expresa en forma de diálogo con el cuerpo- al que manifestamos de paso el respeto que nos merece-, los cuidados que nos conviene adoptar para la preservación de la salud y del bienestar, aunque conservando en la conciencia eso de que "Tengo un cuerpo, pero no soy mi cuerpo". Se trata de la desidentificación con él.
Ponemos de relieve la desidentificación con el cuerpo, pero el mismo mecanismo puede ser aplicado a las emociones, las sensaciones, etc. Por ejemplo, "Tengo emociones pero no soy mis emociones". De esa manera las emociones pasarán al nivel consciente y estaremos en condiciones de tratarlas en una forma más racional, lo que es decir menos instintiva.
- Jasón de Camargo- (Educación de los sentimientos)
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José M. Meseguer- Amor, Paz y Caridad,
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