INQUIETUDES ESPÍRITAS
1.- El instante final de la vida
2.- "Sí, hay vida después de la muerte, lo he comprobado"
3.- ¿ Qué sucede cuando morimos?
4.- La carta póstuma
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EL INSTANTE FINAL DE LA VIDA
( Observaciones de una enfermera de la UCI)
La enfermera Penny Sartory ha pasado más de veinte años trabajando en la UCI y ha visto muchas cosas extrañas. Ella trata de buscarles una explicación.-
Las unidades de cuidados intensivos o paliativos de los hospitales guardan una estrecha relación con la muerte, dando lugar a numerosas experiencias que se escapan a cualquier explicación racional. Pacientes que intuyen el momento exacto en el que van a morir, otros que parecen decidir por sí mismos el día y la hora, adelantando o retrasando su muerte, sueños premonitorios o presentimientos de terceras personas que, sin ni siquiera saber que alguien está ingresado o ha sufrido un accidente, están seguros de que ha fallecido.
Sólo los profesionales sanitarios que trabajan de cerca con los pacientes terminales conocen de primera mano el alcance y variedad de estas extrañas experiencias. La ciencia no ha podido ser capaz de ofrecer algún tipo de respuesta, por lo que se suelen describir como sucesos paranormales o sobrenaturales. Una etiqueta “demasiado vaga para la magnitud de estas experiencias”, según explica la enfermera británica Penny Sartori, que lleva cerca de 20 años trabajando en la UCI.
Una carrera lo suficientemente sólida como para haber visto de todo, intuir patrones y elaborar hipótesis sobre estos fenómenos. Tanto es así, que realizó una tesis doctoral sobre estas cuestiones, cuyas principales conclusiones adelantó en el libro 'The Wisdom Of Near-Death Experiences' (Watkins Publishing).
“Alucinaciones” compartidas por familiares
A lo largo de toda su carrera, Sartori se ha entrevistado con pacientes que han vivido experiencias cercanas a la muerte (ECM), así como con familiares que han vivido de cerca experiencias de muerte compartida (EMC). La cantidad y la repetición de patrones hacen que la enfermera descarte la hipótesis de la casualidad o la imposibilidad de hallar un razonamiento lógico para este extendido fenómeno.
Su tesis principal se centra en que “nuestro cerebro es independiente de la conciencia. Es el medio para canalizarla, por lo que en realidad es físicamente ajena al cuerpo”. Una idea que explicaría, añade la doctoranda, por qué “el alma y la conciencia pueden experimentarse al margen del cuerpo”, como en las ECM o en la meditación budista.
El 70 o el 80% de los pacientes esperan estar solos en la habitación para "irse"
Los ejemplos de los que Sartori se vale en su libro son muy numerosos, pero todos suelen coincidir en que los pacientes que viven estas ECM son siempre los que abrazan la muerte de la forma más tranquila y feliz, al igual que los familiares que presienten la muerte de sus seres queridos. ¿Por qué? Según las entrevistas que ha mantenido con estos últimos se debe a que están convencidos de que sólo se trata del fin de la vida terrenal.
Al margen de que se trate de personas creyentes, agnósticas o ateas, todas ellas tienen el sueño o la visión de cómo su familiar se va de este mundo guiado por alguien (cónyuges ya fallecidos, seres anónimos o ángeles) y lo hace con una clara sensación de “paz y amor”. Al principio, relata Sartori, “me llamaba la atención que algunos familiares de fallecidos no se sintiesen tristes tras diagnosticar la muerte de su ser querido, pero al entrevistarlos me di cuenta de que en realidad estaban tranquilos por haber experimentado esta sensación de trascendencia a la vida”.
Eligiendo el momento “más apropiado” para morir
Este no es el caso de los ejemplos de personas que a sabiendas de cuando van a morir piden quedarse unos minutos solos o lo hacen justo cuando el familiar, que permanece todo el tiempo a su lado, los abandona un solo momento para ir al baño. Otros casos igualmente llamativos son los de personas que se mueren justo después de ver al familiar que tarda en acudir a verlos por estar en el extranjero, cuando terminan con todo el papeleo de herencias y seguros vitalicios. “Parecen estar a la espera de que ocurra un evento específico para permitirse morir”, relata la enfermera.
La sensación de trascendencia la experimentan tanto creyentes como agnósticos o ateos
El director del Tucson Medical Center John Lerma, especializado en cuidados paliativos, ha recopilado ejemplos muy similares a los citados por Sartori en Into the Light: Real Life Stories About Angelic Visits, Visions of the Afterlife, and Other Pre-Death Experiences (New Page Books). Según sus informes, entre el 70 y el 80% de los pacientes esperan a que sus seres queridos salgan de la habitación para morirse.
Sartori se niega a creer que estas vivencias estén motivadas por alucinaciones. “No es posible que varias personas vean lo mismo y sean capaces de describirlo igual si realmente se trata de una percepción distorsionada de la realidad”, apunta. Unas tesis que se apoyan en las famosas teorías del profesor Raymond Moody, que acuñó el concepto de experiencias cercanas a la muerte a finales de los 70.
Sus estudios más novedosos se centran en las vivencias compartidas por las personas que acompañan a los que están en trance de muerte. "Abren una vía completamente nueva de iluminación racional sobre la cuestión de la vida después de la muerte porque las personas que comunican estas experiencias están sanas. Suelen estar sentadas junto al lecho de muerte de un ser querido cuando le sobreviene una de estas experiencias maravillosas y misteriosas. Y el hecho mismo de que las personas no están próximas a la muerte incapacita la cláusula de exención. Como sus experiencias no se pueden achacar a fallos de la química cerebral, tendremos que ir más allá de este argumento”, asegura.
Nuevas vías de investigación
El recurso, “cínico” según Sartori, a explicar este fenómeno a partir de disfunciones cerebrales, tampoco se sostiene con los ejemplos de personas ingresadas con alzhéimer avanzado que repentinamente recuperan la capacidad de raciocinio. “Se trata de pacientes en un estadio terminal de la enfermedad, incapaces de articular palabra, que de forma sorprendente comienzan a hablar con total coherencia, interactuando con gente que no está en la habitación y que frecuentemente son familiares muertos”, explica la autora. Además, añade, “suele suceder que después de esta experiencia dejan de estar intranquilos y acaban muriendo con una sonrisa en la cara, generalmente, uno o dos días después”.
El argumento de que estas visiones están inducidas por los fármacos tampoco es aceptado por la autora porque, dice, “estos causan ansiedad, todo lo contrario de lo que sienten los pacientes”. La autora defiende en su libro que este tipo de vivencias, recopiladas a lo largo de toda su carrera, pueden ser claves para demostrar la existencia de una vida después de la muerte y que, al menos, deben abrir una nueva vía de investigación (como algunas que parten de la física cuántica) para los estudios científicos. De lo que sí dice estar convencida es de que “la muerte no es tan temible como nos la solemos imaginar”.
Autor: -Iván Gil-
(Tomado de "El Confidencial" de 28-01-14)
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SI, HAY VIDA DESPUES DE LA MUERTE. LO HE COMPROBADO
“He estado sumido en un profundo coma durante una semana en el que viajé a otra dimensión del universo; una dimensión que nunca antes pude llegar a soñar que existiese”. Así arranca el neurocirujano de la Universidad de Harvard, Eben Alexander, su relato en primera persona sobre la vida después de la muerte, una experiencia que le ha hecho creer en la vida eterna y que recogerá próximamente en un libro titulado Proof of Heaven: A Neurosurgeon’s Journey into the Afterlife (La prueba del cielo: el viaje de un neurocirujano a la vida después de la muerte).
A pesar de que el libro salió a la luz el 23 de octubre, las tesis de Alexander han generado una intensa polémica en Estados Unidos después de que la revista Newsweek publicase varios extractos del texto. El neurocirujano asegura que antes de vivir esta experiencia había estado bastante alejado de la Iglesia y no creía en la vida más allá de la muerte, pero ahora dice contar con la prueba irrefutable de que estaba equivocado. Precisamente, el debate abierto en torno al relato del médico norteamericano se centra en si una experiencia personal puede ser una prueba científica o no. Para el mayor experto mundial en estos temas, el psiquiatra y filósofo Raymond Moody, no hay duda: “El doctor Eben Alexander es la prueba viviente de que existe vida después de la muerte. Es el caso más asombroso sobre experiencias cercanas a la muerte que he escuchado desde hace más de cuatro décadas estudiando estos fenómenos”.
Se reaviva el debate sobre la vida eterna en la comunidad científica
La discusión sobre este tema está adquiriendo un creciente auge en el país norteamericano, sobre todo, después de que la prestigiosa fundación John Templeton donase cinco millones de dólares al profesor de filosofía de la Universidad de Riverside John Martin Fischer para que estudiase en profundidad las experiencias al borde de la muerte. Es lo que se ha dado en llamar el Proyecto Inmortalidad. Muchas investigaciones de diferentes ámbitos han intentando con anterioridad abordar este tema. Uno de los estudios previos más importantes se recoge en el ensayo Experiencias cercanas a la muerte entre la ciencia y prejuicio, en el que sus autores, dos profesores italianos de la Universidad de Padua, señalan que cualquier interpretación reduccionista de este tipo de fenómenos suele encontrarse equivocada, ya que las sucesivas investigaciones han demostrado hechos muy diferentes entre sí.La ortodoxia médica suele explicar estos casos como meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno).
Los ecos de este debate ya han llegado a Europa de la mano del cardiólogo Pim van Lommel, quien se dedica a investigar experiencias cercanas a la muerte (ECM). “Las han vivido miles de personas, pero no todas las explican por temor a ser tachadas de lunáticas o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad. No todos experimentan lo mismo, pero sí citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal”, explicaba el médico en una entrevista concedida recientemente. El cirujano norteamericano sí es de los que cuentan su “visita al cielo” con todo lujo de detalles, “una aventura que comenzó en un lugar espacial, más alto que las nubes. Allí había criaturas muy diferentes a las que hay en la tierra, pájaros y ángeles que, sencillamente, eran formas superiores”.
Alexander compara los fuertes sonidos que emitían estas criaturas con “unos cantos gloriosos, que más tarde entendí como gritos de alegría”. Su viaje se produjo rodeado de millones de mariposas y una mujer, al modo de un ángel de la guarda, que le repitió tres mensajes concretos en un idioma desconocido pero entendible para el neurocirujano en aquellos momentos: “Sois amados y respetados, os querremos para siempre”, “no tienes nada que temer” y “no hay nada por lo que puedas hacer el mal”. Esta mujer también le prometió que le enseñaría muchas cosas de ese nuevo mundo, pero que inevitablemente debía volver a la tierra.
Los ecos de este debate ya han llegado a Europa de la mano del cardiólogo Pim van Lommel, quien se dedica a investigar experiencias cercanas a la muerte (ECM). “Las han vivido miles de personas, pero no todas las explican por temor a ser tachadas de lunáticas o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad. No todos experimentan lo mismo, pero sí citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal”, explicaba el médico en una entrevista concedida recientemente. El cirujano norteamericano sí es de los que cuentan su “visita al cielo” con todo lujo de detalles, “una aventura que comenzó en un lugar espacial, más alto que las nubes. Allí había criaturas muy diferentes a las que hay en la tierra, pájaros y ángeles que, sencillamente, eran formas superiores”.
Alexander compara los fuertes sonidos que emitían estas criaturas con “unos cantos gloriosos, que más tarde entendí como gritos de alegría”. Su viaje se produjo rodeado de millones de mariposas y una mujer, al modo de un ángel de la guarda, que le repitió tres mensajes concretos en un idioma desconocido pero entendible para el neurocirujano en aquellos momentos: “Sois amados y respetados, os querremos para siempre”, “no tienes nada que temer” y “no hay nada por lo que puedas hacer el mal”. Esta mujer también le prometió que le enseñaría muchas cosas de ese nuevo mundo, pero que inevitablemente debía volver a la tierra.
Del esoterismo a la física cuántica
“Sé que esto es tan extraordinario como increíble. Otros médicos me dicen que todo es cosa de mi mente, pero está lejos de ser una alucinación porque fue tan real o más que cualquier otro acontecimiento vital anterior”, asegura Alexander. La ortodoxia médica suele explicar estos casos como meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno). Una tesis que el experto en EDM, Pim van Lommel, pone en entredicho porque “si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras estar cerca de la muerte tendrían ECM porque todos la sufren, pero en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias”.Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición.
Unas experiencias que suelen cambiar por completo la filosofía de vida de sus protagonistas. “Antes de mi experiencia era muy escéptico con las experiencias cercanas a la muerte. Hoy en día sé que son una realidad. Durante toda mi carrera de más de 30 años fui defensor, al igual que la mayoría de mis compañeros, de que el cerebro genera conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción. Sin embargo, lo que me ha ocurrido cambió todas mis creencias y teorías, por lo que tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia”, añade el neurocirujano. Una postura que cada vez adoptan más investigadores médicos. Van Lommel ha llegado a la conclusión, después de analizar a cientos de pacientes con ECM, de que la conciencia “no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo”. Nuestra muerte, añade el investigador sólo es un cambio de conciencia, una transición porque “morimos en una dimensión para pasar a otras”. Una teoría alejada del misticismo que el cardiólogo “no creyente” defiende en términos de física cuántica. El caso del médico Eben Alexander no es un hecho aislado. Cada vez son más los científicos que apoyan las teorías sobre las experiencias cercanas a la muerte basadas en el acceso del ser a otro tipo de dimensiones, además de los testimonios de miles de personas con ECM. El debate no ha hecho más que empezar.
- Iván Gil- El Confidencial-( 23-11-14)-
“Sé que esto es tan extraordinario como increíble. Otros médicos me dicen que todo es cosa de mi mente, pero está lejos de ser una alucinación porque fue tan real o más que cualquier otro acontecimiento vital anterior”, asegura Alexander. La ortodoxia médica suele explicar estos casos como meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno). Una tesis que el experto en EDM, Pim van Lommel, pone en entredicho porque “si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras estar cerca de la muerte tendrían ECM porque todos la sufren, pero en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias”.Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición.
Unas experiencias que suelen cambiar por completo la filosofía de vida de sus protagonistas. “Antes de mi experiencia era muy escéptico con las experiencias cercanas a la muerte. Hoy en día sé que son una realidad. Durante toda mi carrera de más de 30 años fui defensor, al igual que la mayoría de mis compañeros, de que el cerebro genera conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción. Sin embargo, lo que me ha ocurrido cambió todas mis creencias y teorías, por lo que tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia”, añade el neurocirujano. Una postura que cada vez adoptan más investigadores médicos. Van Lommel ha llegado a la conclusión, después de analizar a cientos de pacientes con ECM, de que la conciencia “no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo”. Nuestra muerte, añade el investigador sólo es un cambio de conciencia, una transición porque “morimos en una dimensión para pasar a otras”. Una teoría alejada del misticismo que el cardiólogo “no creyente” defiende en términos de física cuántica. El caso del médico Eben Alexander no es un hecho aislado. Cada vez son más los científicos que apoyan las teorías sobre las experiencias cercanas a la muerte basadas en el acceso del ser a otro tipo de dimensiones, además de los testimonios de miles de personas con ECM. El debate no ha hecho más que empezar.
- Iván Gil- El Confidencial-( 23-11-14)-
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¿QUÉ SUCEDE CUANDO MORIMOS…?
Bien. ¿Qué deseas Saber?
¿Qué Sucede Cuando Morimos?
¿Piensas que sólo porque mueren dejan de existir?
No lo sé. Por eso Te lo pregunto.
Cuando mueren no dejan de existir. ¿Eso es definitivo para ti?
Si…
Bien…
El motivo por el que no dejan de existir cuando mueren es que ni siquiera mueren. No pueden, puesto que son la vida en sí y la vida NO puede morir. Por lo tanto, ustedes no pueden morir…
En el momento de su muerte, lo que sucede es…que continúan viviendo. Por este motivo, muchas personas que han “muerto” no lo creen, porque no tienen la experiencia de estar muertas. Por el contrario, se sienten (puesto que están) llenas de vida. Por lo tanto, hay confusión.
El Yo, puede ver el cuerpo que yace allí, desplomado, sin movimiento; sin embargo, el Yo se mueve de pronto por todos los lugares.
A menudo, tiene la experiencia de volar literalmente por toda la habitación; luego, de estar en todas partes en el espacio, todo al mismo tiempo. Cuando desea ver algo en particular, de pronto descubre que lo está experimentando.
Si el alma (el nombre que entonces recibe el Yo) se pregunta, “¿Quién es esa persona?”, de inmediato el alma se encuentra frente o cerca de esa persona.
Así, en muy poco tiempo, el alma aprende que puede ir a cualquier parte, con la velocidad de su pensamiento.
Una sensación de libertad y ligereza increíbles se apodera del alma y, por lo general transcurre muy poco tiempo antes de que la entidad “se acostumbre” a ir a cualquier parte CON CADA PENSAMIENTO.
Si la persona tenía hijos y debe pensar en esos niños, de inmediato, el alma está en la presencia de esos niños, en cualquier sitio que estén. Así el alma aprende que no sólo puede estar en dos sitios a la vez, o en tres, o en cinco.
Puede existir, observar y desempeñar actividades simultáneas en estos lugares, sin dificultad ni confusión.
Puede “reunirse nuevamente” consigo mismo al regresar de nuevo a un sitio, simplemente reenfocándolo.
En la otra vida, el alma recuerda lo que era bueno de recordar en esta vida; que a todo efecto es creado por el pensamiento y que la manifestación es un resultado de la intención…
¿Lo que enfoco como intención, se convierte en mi realidad…?
Exactamente…
La única diferencia es la velocidad con que experimentas el resultado. En la vida física, podría haber un lapso entre el pensamiento y la experiencia. En el reino del espíritu, no hay lapso y los resultados son instantáneos.
De esta manera, las almas recién partidas, aprenden a controlar con mucha precaución sus pensamientos, porque experimentan lo que piensan….
Aquí utilizo la palabra “Aprender” de una forma vaga, más como una forma de hablar, que como una descripción real. El término “recordar” sería más preciso.
Si las almas encarnadas aprendieran a controlar sus pensamientos con la misma rapidez y eficiencia que las almas espiritualizadas. Todas sus vidas cambiarían.
En la creación de la realidad individual, el control del pensamiento, o lo que algunos llaman ORACIÓN, lo es todo…
El control del pensamiento es la forma más elevada de oración.
Por lo tanto, se piensa sólo en las cosas buenas, en las correctas. No ahonda en la negatividad y en la oscuridad. Incluso en momentos cuando la situación parece sombría, especialmente en esos momentos, se ve sólo la PERFECCIÓN, expresa únicamente gratitud e imagina sólo la manifestación de perfección que elijas.
En esta forma se encuentra la tranquilidad. En este proceso se encuentra la PAZ…
En este conocimiento se encuentra la alegría…
Neale Donald Walsch
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LA CARTA PÓSTUMA
Brenda Schimitz
Brenda Schimitz fue una mujer bastante especial. Cuando fue diagnosticada de cáncer de ovario, no cayó en un agujero negro y profundo, sino que comprendió rápido que a partir de aquel momento sus días deberían ser mejor aprovechados. La carta que recibió su marido después de la muerte de ella,lo dejó estremecido.
Poco antes de morir, ella escribió una carta para su marido, señalando sus últimos deseos. Ella preparó todo de manera que su mejor amiga leyese su carta por la radio cuando David - su marido-se hubiese apasionado de nuevo. Y todo aconteció exactamente como ella quería.
Todos los años una emisora local de radio realiza los deseos navideños más bonitos. Cuando vieron la carta de Brenda, saltaron las lágrimas y quisieron colaborar inmediatamente. El primer deseo de Brenda era el de un día especial para el nuevo amor de David. Brenda escribió: "Ella simplemente lo merece, porque ella es a partir de ahora la madre de mis hijos. ¡ Y para eso va a necesitar de muchas fuerzas!
Ella deseó también un inolvidable viaje para toda la familia, para que se pudiesen divertir juntos. "Para que ellos sigan juntos y jamás se separen".
La familia viajó a Disney World
Por último, deseó al personal del Hospital Mercy (en donde ella fue tratada), una noche llena de alegría y diversión. Realmente ella pensó en todo.
David sabía que Brenda siempre estaría a su lado. El día que ella murió, un doble arco iris se formó en el cielo. Y la canción preferida de ella era "Somewhere Over the Rainbow". Esto no podía ser una simple coincidencia.
Brenda también escribió una carta para Jane, el nuevo amor de David, agradeciéndole por todo y deseando todo el amor del mundo. Todos los deseos de Brenda fueron realizados por la radio y los patrocinadores de la ciudad.
El marido se emocionó mucho el día que se leyó la carta por la radio.
Ciertamente fue muy difícil a Brenda escribir esa carta. Sabiendo que iba a morir y que su familia continuaría viviendo. Brenda tenía un alma pura.Ella luchó hasta el final y pensó siempre en su familia.
HE AQUÍ LA CARTA ÍNTEGRA DE BRENDA SHMITZ :
¡Hola, querido equipo Star 102.5!
Mi nombre es Brenda Schmitz. Cuando ustedes lean esta carta yo ya habré perdido mi guerra contra el cáncer de ovario. Yo escribo esta carta para que mi mejor amiga se la envíe a ustedes cuando sea el momento adecuado para eso. Estoy teniendo que escribirla en la computadora porque tiemblo demasiado para hacerlo a mano. Es especialmente importante para mi que mi amado marido reciba esta carta después de haber encontrado un nuevo amor. ¡ Eso significa mucho para mí!.
A lo largo de los años yo gustaba especialmente de sus programas de Navidad. Ustedes tratan a las personas muy bien y cuidadosamente, y es exactamente eso lo que hace las noches de Navidad tan especiales. Reflexioné sobre los últimos días de mi vida y conté a David mis deseos para cuando yo ya no estuviese. Tengo la certeza de que respetará y cumplirá mis últimas voluntades, como hizo siempre, mi fantástico David. Yo se que es todo muy difícil para él. Y que él tome la decisión adecuada y encuentre una mujer cuidadosa, comprensiva y amorosa, que lo acompañe en la crianza de nuestros hijos. Ella deberá ser una mujer increíble. Yo daría todo por conocerla personalmente. Pero eso no me es permitido. A mi amiga le dí una lista con las cosas que deberá hacer cuando sea el momento adecuado. La apertura de esta carta era una de esas cosas .
Nosotros tenemos cuatro hijos: Carter, Josh, Justin y mi pequeño Max, que tiene dos años; es el más pequeño de todos. Poco después de su nacimiento fui diagnosticada de cáncer.Perder a su madre es un infierno para toda criatura. Pero la conciencia de mi pequeño Máx fue madurando lenta y dolorosamente. Duele mucho no poder presenciar como ellos poco a poco se convertirán en hombres. Le pedí a Davíd que cuente a Max muchas cosas de mí, para que no me olvide tan rápido. Él es un niño tan feliz, inteligente y bonito. ¡ Voy a sentir mucho la falta de todos!
Yo escribo esta carta porque tengo un deseo. Un deseo para David, para los niños, para la nueva mujer y para sus hijos, caso de que los tenga. Me gustaría que todos supiesen que los amo por encima de todo y deseo una vida de amor y armonía para todos. Y tengo la esperanza de que tu puedas hacer una pequeña cosa por mi, cambiar tu vida para siempre y que seas consciente de que yo siempre estaré a tu lado.
Me gustaría desear para la nueva mujer de David un día, o mejor, un fin de semana especial, con peluquería, maquillaje, masaje, compras y todo lo demás. Las mujeres simplemente amamos esos días que hacen que nos sintamos bien, y son un bálsamo para el alma. Para ser una buena madre para los niños, dedicándose especialmente con Max, es necesario fuerza. Yo también quiero que ella sepa que la llevo en mi corazón. Agradecida, yo te amo, quien quiera que tu seas. Hablen calmadamente conmigo durante un minuto de silencio, yo les oiré. Para toda la familia, deseo un inolvidable viaje a un lugar mágico, en donde pasen momentos que jamás olvidarán. Y por fin, tengo un deseo para los médicos y enfermeras de la unidad del cáncer del Hospital Mercy, sobre todo para el Dr.Carlson, el Dr. Turner, Deb Schnoor y Maríe Rudolf. Les deseo una noche con bebidas, comida, música, alegría y diversión, como agradecimiento por todo lo que ellos hacen diariamente por los pacientes de su unidad.
Que los cielos les envíen fuerzas. Agradecida por todo. Los deseos están ahí para que en todos se manifiesten. Brenda.
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