martes, 11 de septiembre de 2018

¿ Riesgos o inconvenientes de recordar vidas pasadas?


            Temas para hoy:

-  Facultades mediúmnicas en la infancia
- ¿Riesgos o inconvenientes de recordar vidas pasadas?
- El Periespíritu. Principio de las manifestaciones
- Diferencias entre los Espíritus, a través de la Psicografía
- Bienaventurados los justos.

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FACULTADES MEDIÚMNICAS EN LA INFANCIA 

¿Es peligrosa la mediumnidad en la más tierna infancia? ¿Es perjudicial o beneficiosa? ¿Una manifestación aislada en el niño significa necesariamente una facultad a desarrollar?
No hay motivos de peso para impedir el normal desenvolvimiento de las facultades mediúmnicas en los niños, cuando estas se manifiestan espontáneamente y de forma natural. Existen múltiples casos de niños y adolescentes que demuestran gran capacidad y hasta una cierta madurez precoz en las tareas espirituales, en el ejercicio de una mediumnidad… Serenidad, aplomo, comprensión, etc., y otros tantos valores que dejan patente el bagaje acumulado en el pasado, el trabajo desarrollado en anteriores existencias.
Algunos de los médiums más celebres del pasado y del presente se iniciaron con sus experiencias bastante jóvenes. Por citar sólo algunos muy significativos: tenemos a la médium londinense Florence Cook (1856-1904), que comenzó con las materializaciones de Katie King a la edad de 15 años, y rigurosamente investigada por el Premio Nobel William Crookes. La señorita Ermance Dufaux, gran médium que a la edad de 14 años psicografió varias obras, como por ejemplo La Historia de Juana de Arco dictada por ella mismay la Historia de Luis XI(*); esta última obra es destacada por el propio Allan Kardec por su gran valor histórico y documental. También Eusapia Paladino (1854-1918), la médium italiana comenzó con 14 años sus primeras manifestaciones. Debemos mencionar a Francisco Cándido Xavier (1910-2002), el famoso médium brasileño; de pequeño ya veía a los espíritus con toda naturalidad, amigos invisibles para el resto de las personas; como también le ocurrió a su compatriota Divaldo Pereira Franco, que a la edad de 4 años comenzó a tener videncias, observó a su abuela materna desencarnada, (nunca la conoció, ya que había fallecido en el parto de su propia madre), y describiéndola ante el asombro de su madre y su tía.
Teniendo en cuenta que estamos hablando de menores, se trata de una grave responsabilidad, una cuestión delicada; sin embargo, hay que afrontarla sin miedo pero con prudencia. En primer lugar, observar y analizar al niño, viendo lo mejor para él y su entorno familiar y social, facilitándole un ambiente didáctico de realizaciones, de aprendizaje, de alegría; en donde no se vea cohibido, presionado o forzado a desarrollar algo que no le convenza o le haga sentir mal.
También hay que valorar si se trata de manifestaciones esporádicas o de algo que tiene una continuidad, un sentido de peso. No hay que olvidar que el espíritu del niño no se termina de acoplar a la materia hasta alrededor de los siete años, lo que significa que, hasta aproximadamente esa edad, se encuentra expuesto a percibir sensaciones o manifestaciones del otro plano de la vida. En esa etapa, el espíritu encarnado se encuentra mucho más cerca de su origen espiritual que de su realidad actual con la materia física; los lazos todavía no están consolidados; lo cual no significa que en el futuro vaya a desarrollar facultades u otras experiencias de tipo mediúmnico.
Además, ese tipo de “vivencias puntuales” también pueden tener un sentido espiritual trascendente, una “siembra para el futuro”. No hay que olvidar que, en esa etapa infantil, el espíritu está mucho más sensible y abierto para recibir estímulos, experiencias y, sobre todo, descubrir nuevas cosas, por la receptividad natural del niño. El día de mañana, aunque los derroteros de la vida le lleven por otros caminos poco espirituales o alejados de las creencias trascendentes o religiosas, las experiencias vividas de pequeño le van a dejar un poso, una brecha interior, por donde podrá constatar, a poco que se pare a analizar, la realidad espiritual que le envuelve. Vendrá a ser como una sugerencia sutil, un llamado a la conciencia más profunda, con capacidad para sobrepasar los prejuicios o los preconceptos acumulados a lo largo de su vida. Del mismo modo, las experiencias vividas podrían significar un punto de referencia, un auxilio en momentos de duda, o una invitación para la toma de decisiones sobre el camino a tomar, las ideas que se debe replantear. No se trata de creer por creer en base a lo que otros han vivido, sino de aquello que él mismo experimentó y sobre lo que no le cabe la menor duda o autoengaño.
Muchos otros, sin embargo, por su atraso evolutivo, por los prejuicios acumulados a lo largo de su existencia o por la falta de compromiso, de espiritualidad, o también, dejándose llevar por las tendencias materiales y su creciente presencia en la vida diaria, desaprovechan una oportunidad muy valiosa, menospreciando por completo lo vivido en la tierna infancia, quedando como algo difuso, hasta dudoso, como si de un sueño se tratara, de una alucinación pasajera, o como algo aislado que se encuentra escondido en el baúl de los recuerdos, en el inconsciente profundo.
El mundo espiritual superior es muy generoso con nosotros, en función de nuestras necesidades y características; no escatima esfuerzos por trasladarnos la semilla oportuna para que nos acerque a la realidad espiritual, hacia un despertar de la conciencia dormida, una invitación a la reflexión, al cambio de rumbo; una mirada hacia el interior, que es donde se encuentra la esencia de una verdad que estamos llamados a descubrir. Puede ser a través de la videncia de un ser querido fallecido, una voz clara pero invisible que traslada un mensaje, etc. Se trataría de una referencia que nos demuestra a nivel personal la existencia de la vida después de la vida, la pervivencia del espíritu, la existencia de algo trascendente que, de alguna manera, se ha podido tocar u observar. También puede ser una señal-recordatorio de lo efímera que es la vida física.
Al mismo tiempo, no podemos olvidar el momento evolutivo que está viviendo nuestro mundo, una Transición Planetaria, en donde se está produciendo desde hace varias décadas, tal y como nos anuncia la espiritualidad por diferentes fuentes, una migración hacia nuestro plano de espíritus muy adelantados, procedentes de otras dimensiones y mundos más avanzados, así como otros que pertenecen a nuestra órbita terrestre, y que, gracias al nivel evolutivo alcanzado con su esfuerzo, les permite ayudar en estos momentos de transición. Los niños índigo, los niños cristal, así como otros de características especiales, llegan a demostrar unas capacidades poco comunes, tanto en inteligencia como en otros aspectos de carácter espiritual.
No obstante, en el capítulo XVIII del Libro de los Médiums, ítem 222, nos encontramos con la siguiente argumentación: “Aun en las condiciones más propicias, será preferible que un niño dotado de la facultad mediúmnica no la ejerza sino bajo la mirada de personas con experiencia que le enseñen, con su ejemplo, el respeto debido a las almas de los que vivieron en el mundo. Según esto, se ve que la cuestión de la edad está subordinada tanto a las condiciones del desarrollo físico como a las de carácter o madurez moral”.
En resumen: “No se debe forzar el desarrollo de una facultad en los niños cuando no es espontánea, y en todos los casos se ha de emplear con gran moderación” (Allan Kardec).
 2018, Amor, Paz y Caridad
(*)Extraído de la Revista Espirita de marzo de 1858; Confesiones de Luis XI.

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¿ Riesgos o inconvenientes de recordar vidas pasadas?

¿En qué le puede perjudicar al espíritu el recuerdo de otras vidas? Si el espíritu conserva la memoria de sus vidas pasadas, ¿no tomará mayor conciencia del proceso evolutivo y 
aprovechará mejor la encarnación para evolucionar? 

* El razonamiento que haces es correcto para los espíritus que han alcanzado ya cierto nivel evolutivo, pero no para los espíritus menos avanzados, a los que un exceso de información podría obstaculizar su desarrollo, por no saber emplear correctamente este conocimiento. De forma que el conocimiento se va haciendo accesible a medida que el 
espíritu va evolucionado y va esforzándose por buscarlo. 

- ¿ En qué manera pueden entorpecer la evolución de un ser los recuerdos de las vidas pasadas ? 
* Imaginad que alguien ha sido un asesino en una vida pasada y que tanto él cómo otros espíritus que convivieron con él recuerdan las fechorías que cometió. Este espíritu ahora ha reflexionado respecto al daño que hizo y tiene el propósito de enmendarse en la nueva vida que ha comenzado. Imaginad que volviera a encarnar en medio de las personas que convivieron con él y que recuerdan lo que hizo. En esas circunstancias, el espíritu estaría marcado por su pasado y seguramente recibiría el desprecio continuo de las personas que recuerdan que fue un asesino y que no son suficientemente avanzadas espiritualmente 
para comprender que todos hemos errado en el pasado y que todos hemos necesitado de innumerables oportunidades para rectificar. 
     Podría haber algunos que quisieran ajustarle las cuentas, tomarse la revancha por las cuentas pendientes del pasado. Asimismo, el espíritu podría, bajo esa presión del entorno, torturarse emocionalmente o, lo que es peor, vengarse de aquellos que le oprimen y volver a retomar sus actividades delictivas, con lo cual, lejos de conseguir una mejora, estaríamos condenándole al estancamiento espiritual. 

- ¿Y cómo le beneficiaría el olvido de las vidas pasadas? 
* Podéis considerar como si el espíritu se hubiera acogido a un programa de protección de testigos, en el que al testigo protegido, antiguo delincuente, a raíz de querer colaborar con la justicia, y para evitar represalias de sus antiguos compañeros, se le da una nueva identidad, un trabajo nuevo en un lugar diferente, para que inicie una nueva vida lejos del peligro, con el objetivo de reinsertarle en la sociedad. En este caso, este efecto, el de la nueva identidad, se consigue mediante la reencarnación y el olvido de las vidas pasadas. 

- ¿Y siempre ha de ser así, es decir, nunca podremos recordar lo que hemos hecho en vidas anteriores mientras estemos encarnados, sin esperar a la muerte? 
   * Nunca no. De hecho, como te dije al principio, existen personas que tienen recuerdos esporádicos de otras vidas, sobre todo en la infancia, y algunos consiguen recordar algunos detalles a través de hipnosis regresiva. En Oriente, se conocen muchos más casos de recuerdos espontáneos de vidas pasadas en niños que en Occidente. Y esto se debe a que al ser regiones en las que se cree en la reencarnación, los padres no reprimen a los niños cuando éstos cuentan lo que recuerdan. 
     Pero el recuerdo consciente sólo será posible cuando en el mundo encarnen mayoritariamente espíritus que hayan avanzado suficiente en el aprendizaje del amor para no utilizar el pasado como excusa para no amar. Recordaréis cuando comprendáis que todos somos hermanos y que hemos errado en el pasado, y que todos hemos necesitado de innumerables oportunidades para rectificar. Así ocurre en mundos más avanzados, en los que recordar una o varias vidas anteriores es lo normal. 

- No parece que en las zonas donde predominan las religiones orientales, que creen en la 
reencarnación, como el hinduismo y el budismo, estén mejor que nosotros. Ahí está el ejemplo del hinduismo, donde la creencia en la reencarnación se utiliza para justificar las desigualdades entre humanos. 
Me refiero al sistema de castas.          



* Para que veas un ejemplo de que es la evolución interior y no el conocimiento exterior lo que hace que el espíritu evolucione, ya que aun creyendo en la existencia de la reencarnación, han manipulado su significado para justificar su egoísmo. También es un ejemplo de que para los espíritus menos avanzados, un exceso de información obstaculiza su desarrollo evolutivo, por no saber emplear correctamente este conocimiento. Los hinduistas que justifican el sistema de castas, sin conocer el pasado directo del espíritu, ya están presuponiendo que el que se encarna en la casta de los intocables ha debido ser alguien que ha actuado mal en otra vida, y lo utilizan como excusa para, en vez de  ayudarle, hacerle la vida lo más difícil posible. ¡Qué lamentable conclusión, basada en el egoísmo del que, tras encarnar en la casta más favorecida materialmente, en lugar de echar una mano al desfavorecido, se la pisa para que ni siquiera por su propio esfuerzo salga de la miseria! De esta forma, en la próxima encarnación, los que se creyeron mejores por haber sido materialmente favorecidos, sí que se exponen a encarnar en una situación de miseria como la de los intocables, para que sientan en carne propia lo que es la miseria, el racismo y la incomprensión. Con esta experiencia, cuando estén en situación de cambiar el estado de las cosas, por ejemplo, volviendo a encarnar en la casta dominante, tal vez se acuerden de lo que aprendieron interiormente en la vida anterior en la que fuero intocables y trabajen por la abolición del sistema de castas. Por el contrario, el budismo, de origen posterior y espiritualmente mucho más avanzado, al tiempo que mantiene la creencia en la reencarnación, incorpora la creencia en el amor al prójimo, y no busca ya argumentos para oprimirlo, de manera que los budistas son creyentes en la reencarnación pero no “castistas”, es decir, están en contra del sistema de castas. 
V.G
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Sabio es aquel que reconoce su infinita pequeñez ante la grandeza de la vida. 
- Marco Prisco-( Espíritu)

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         El Periespíritu - Principio de las

                     Manifestaciones. 


9. Los Espíritus, según hemos dicho, tienen un cuerpo fluídico al que se da el nombre de periespíritu. Su sustancia es tomada en el fluido universal o cósmico,
que lo forma y alimenta, como el aire forma y alimenta el cuerpo material del hombre. El periespíritu es más o menos etéreo según los mundos y el grado de depuración del Espíritu. En los mundos y en los Espíritus inferiores, su naturaleza es más grosera y se acerca mucho a la materia bruta.

10. En la encarnación, el Espíritu conserva su periespíritu, que es el órgano de transmisión de todas las sensaciones. Para las que vienen del exterior, puede
decirse que el cuerpo recibe la impresión, el periespíritu la transmite, y el Espíritu,
el ser sensible e inteligente, la siente. Cuando el acto parte de la iniciativa del
Espíritu, puede decirse que este quiere, el periespíritu transmite y el cuerpo ejecuta.

11. El periespíritu no esta encerrado en los limites del cuerpo como en una caja. Por su naturaleza fluídica es expansible; irradia al exterior y forma alrededor del cuerpo una especie de atmósfera, que el pensamiento y la fuerza de voluntad pueden extender más o menos. De aquí se sigue, que personas que no están en contacto corporal, pueden estarlo por medio del periespíritu y transmitirse, aun a pesar suyo, las impresiones y a veces hasta la intuición de sus pensamientos.

12. Siendo el periespíritu uno de los elementos constitutivos del hombre, desempeña un papel importante en todos los fenómenos psicológicos, y hasta cierto punto en los fisiológicos y patológicos. Cuando las ciencias médicas tomen en consideración la influencia del elemento espiritual en la economía, habrán dado un gran paso y nuevos horizontes se abrirán ante ellas; muchas causas de las enfermedades serán explicadas entonces y se encontrarán poderosos medios de combatirlas.

13. Por medio del periespíritu obran los Espíritus sobre la materia inerte y producen los diferentes fenómenos de las manifestaciones. Su naturaleza etérea, no podría ser obstáculo para ello, puesto que se sabe que los más poderosos motores se hallan en los fluidos más rarificados y en los imponderables. No hay, pues, que maravillarse de ver que con ayuda de semejante palanca, los Espíritus producen ciertos efectos físicos, tales como golpes y ruidos de toda clase; elevación, transporte, lanzamiento de objetos en el espacio, etc. Para explicarse esto, ninguna necesidad hay de acudir a lo maravilloso a los efectos sobrenaturales.

14. Obrando los Espíritus sobre la materia, pueden manifestarse de muchas maneras diferentes: por medio de efectos físicos, tales como los ruidos y movimientos de objetos; por la transmisión del pensamiento, por la vista, el oído, la palabra, el tacto, la escritura, el dibujo, la música, etc., en una palabra, por todos los medios que pueden servir para ponerles en relación con los hombres.

15. Las manifestaciones de los Espíritus pueden ser espontáneas o provocadas. Las primeras tienen lugar inopinadamente y de improviso; con frecuencia se producen en las personas mas extrañas a las ideas espiritistas. En ciertos casos y bajo la acción de ciertas circunstancias, las manifestaciones pueden ser provocadas por la voluntad, bajo la influencia de las personas dotadas al efecto de facultades especiales.
    Las manifestaciones espontáneas han tenido lugar en todas las épocas y países. Sin duda alguna el medio de provocarlas era también conocido en la antigüedad, pero constituía el privilegio de ciertas castas que no lo revelaban más que a escasos iniciados bajo rigurosas condiciones, ocultándolo al vulgo a fin de dominarlo con el prestigio de una fuerza oculta. Se ha perpetuado, empero, a través de las edades, hasta nosotros, en algunos individuos; pero desfigurado casi siempre por la superstición o confundido con las prácticas ridículas de la magia, lo que había contribuido a desacreditarlo. Hasta entonces, no habían pasado de ser gérmenes plantados aquí o allá. La Providencia había reservado a nuestra época el  conocimiento completo y la vulgarización de esos fenómenos, para purificarlos de la mala liga y hacerlos servir en pro del mejoramiento de la humanidad, en disposición hoy de comprenderlos y deducir sus consecuencias.

OBRAS PÓSTUMAS. ALLAN KARDEC.

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    DIFERENCIAS ENTRE LOS ESPÍRITUS A                TRAVÉS DE LA PSICOGRAFÍA


                                
247. Los Espíritus sistemáticos generalmente son bastante aficionados a escribir; por esto buscan los médiums que escriben con facilidad y de los que procuran hacerse instrumentos dóciles y sobre todo entusiastas, fascinándoles. Son casi siempre habladores, muy prolijos, procurando compensar la calidad por la cantidad.- Se complacen 
en dictar a sus intérpretes escritos voluminosos e indigestos y a menudo poco inteligibles, que felizmente tienen por antídoto la imposibilidad material de ser leídos por las masas. 
Los Espíritus verdaderamente superiores son sobrios de palabras; escriben poco y dicen mucho; además esta prodigiosa fecundidad debe ser siempre sospechosa. 

EL LIBRO DE LOS MEDIUMS. 286 
ALLAN KARDEC 


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       BIENAVENTURADOS LOS JUSTOS

                               


¿Usted se considera una persona justa?


Las respuestas ciertamente son de lo  más variadas.

Unos dirán que nunca  piensan sobre el asunto.

Otros responderán inmediatamente que no, que no se consideran justos.

Otros sí que se consideran muy justos, y así en adelante.

Primeramente, sería interesante definir  lo que es justicia.

En la visión cristiana, la justicia consiste en cada uno respetar los derechos de los demás.

Y las bases de la justicia están en la afirmativa de Cristo  de que queramos para los otros lo que queremos para nosotros.

Jesús coloca al propio individuo como referencial de justicia ya que nadie, en su conciencia desea el mal para sí mismo.

Entendiendo la justicia de esa manera, si observamos nuestras acciones diarias percibiremos que no hemos sido muy justos, salvo raras excepciones.

En el hogar, por ejemplo, cuando dejamos de hacer la parte que nos cabe, en el contexto familiar, estamos procediendo con injusticia.

Es muy común dejarnos puertas y ventanas abiertas, objetos fuera de lugar, papeles esparcidos por el suelo, sin percibir que estamos siendo injustos, pues alguien tendrá que hacer lo que nos cabria hacer a nosotros.

No actuamos con justicia al estacionar el vehículo ocupando espacios más allá  de lo que necesitamos, impidiendo que otros motoristas  usen el aparcamiento.

En el trabajo, cuando usamos el material exageradamente, desperdiciando sin necesidad, actuamos con injusticia.

Cuando no aprovechamos el tiempo  que nos está siendo  remunerado por la empresa, para hacer cosas particulares, somos injustos.

Personas que arrojan papeles y otros objetos en las calles y calzadas, actúan con injusticia, aun mismo que quieran disculparse alegando que alguien es pagado para hacer la limpieza.

Si tomáramos en cuenta que la verdadera justicia consiste en hacer a los otros lo que nos gustaría que los otros nos hiciesen, aun estamos distantes  de considerarnos personas justas.

Lo que ocurre, normalmente, es que queremos ver nuestros derechos respetados,  sin importarnos con respeto que debemos a los demás, como prescribe la Doctrina Cristiana.

Vale recordar, no en tanto, que, si somos injustos  en las pequeñas cosas, lo seremos también en las grandes, pues Jesús recomienda que si quisiéramos ser grandes, antes, tenemos que aprender  a ser pequeños. Y eso es muy lógico.

Nadie nace ya adulto. Construimos nuestro carácter poco a poco.
De esa forma, practicando la justicia en las pequeñas situaciones, estaremos preparándonos para la justicia en mayor amplitud. Ese es el camino.

Sin embargo aunque la justicia de los hombres no catalogue nuestros pequeños delitos, ellos no pasan desapercibidos por las Leyes Divinas.
Siendo así, vale la pena actuar con corrección en todas las circunstancias pues conforme asegura nuestro Hermano Mayor, Jesús, recibiremos de conformidad con nuestras obras, sean ellas grandes o no lo sean.

Redacción de Momento Espirita

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