viernes, 9 de junio de 2017

LOS SUFRIMIENTOS EN ESTE MUNDO



Sumario de este Blog en el día de hoy:

- Destinos y pruebas
-¿Por qué hay espíritus obsesores?
- El Amor puesto en práctica
-Los sufrimientos en la Tierra



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                                   DESTINOS Y PRUEBAS

La pobreza es en la que el Ser espiritual adquiere sus primeras experiencias, y es la prueba consecuencial de todo rico que haya derrochado o hecho uso de la riqueza para sí solamente (egoísmo). Y en las más de las veces, es para doblegar el orgullo y la soberbia.
La riqueza es la prueba que todo pobre de hoy ha de pasar, y así tener la oportunidad de remediar algunos de los males por los cuales en sus existencias anteriores sufría. Es una prueba difícil, y más peligrosa que la pobreza y aún la miseria, aun cuando en nuestra apreciación humana nos parece lo contrario; ya que la riqueza suele desviar por los caminos del placer, de la vanidad y del orgullo, y endurece el alma para realizar el bien; creando con ello causas de dolor futuro. Salvo casos excepcionales, el rico no es feliz, porque la riqueza en sus bienes materiales no hace la felicidad, antes al contrario, crea infelicidad; ni es libre sino esclavo de su propia riqueza y de su ambición, hasta que aprenda a superar las pruebas de la riqueza, mediante una vida sencilla y fraterna, condición necesaria para una vida feliz. El lujo en cambio, lleva al hastío, a la molicie y al vicio, complica la vida y es una carga muy pesada en la ascensión espiritual.
Los bienes espirituales son muchísimo más valiosos que todos los bienes materiales que podamos ambicionar.
La autoridad, en las diversas modalidades: civiles, políticas, judiciales, económicas, etc., son aspectos por los cuales tiene que pasar el espíritu en el largo camino de la evolución, a fin de desarrollar en sí, el concepto de equidad y justicia.
Y es en las múltiples experiencias en el devenir de las vidas sucesivas que, a través de las injusticias y abusos de poder que la inexperiencia y falta de amor conducen, y el dolor consecuencial; que el Ser espiritual va aprendiendo a ser justo y bondadoso, que es la meta de esta clase de pruebas.
Dentro de los tres grupos citados, se presentan aspectos inesperados, que son pruebas para el Espíritu, a fin de adquirir las experiencias necesarias para alcanzar la sabiduría. Y solamente observando con detenimiento las circunstancias, podremos identificarlas.
Las incomprensiones, las ingratitudes, las críticas mordaces y venenosas de los ineptos, los ataques de los malintencionados, por ejemplo; las injurias y las ofensas de diverso modo, oprobios, calumnias, etc.; son algunas de las pruebas por las que hemos de pasar y superar, hasta alcanzar la meta liberadora de los mundos inferiores.
“Sufrir con paciencia las adversidades de flaquezas de nuestro prójimo”, reza una parte del catecismo cristiano. Y este concepto tiene un fundamento psicológico, aunque muy pocas veces comprendido; pues la actitud contraria conduce a la intolerancia y con ella a la desarmonía afectiva, de consecuencias desagradables y perjudiciales en la vida humana y en el proceso evolutivo.
Las adversidades que la vida humana nos presenta, son necesarias para desarrollar la fortaleza espiritual. Naturalmente que, como humanos nos desagradan. Y nos desagradan, porque acostumbramos a enfrentarnos a ellas en actitud egoísta de rechazo, y no de valentía y determinación de superarlas, cual corresponde.
Y al respecto de pruebas, analicemos algunas frases de un mensaje:
“Si llevas la cruz contra tu voluntad, la encontrarás siempre más pesada, y no obstante, es preciso que la sufras”. “Si llevas pacientemente la cruz de tus penas, recibirás fuerzas superiores, que te sostendrán y conducirán, infaliblemente, al término deseado en que no sufrirás más; pero, esto no será en la Tierra”. “Si rechazas una prueba, otras posiblemente encontrarás más penosas”.
En modo alguno esto significa castigo ni represalia, sino debido a que, cada rechazo o evasión de cualquier problema o vicisitud adversa, se debilita y siente con mayor intensidad las siguientes. Por ello, muy necesario es no rebelarse nunca, y sí aceptar las adversidades de la vida y aprender a superarlas. Pues, las adversidades de la vida, así como los sufrimientos de tipo kármico o expiatorio aceptados con resignación resultan menos pesados, a la vez son oportunidades que, aprovechadas y superadas, fortalecen al Espíritu para su ascensión. Por ello, todo intento de superación y perfeccionamiento, toda ascensión, requiere esfuerzo. Y sin esfuerzo, sin sacrificio, no hay ascensión posible.
Sebastián de Arauco
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            ¿Por qué  hay espíritus obsesores ?

En muchas ocasiones les empuja a ello la venganza por algún hecho traumático con  su víctima, desde un pasado  anterior, o simplemente, lo hacen  por el solo deseo de hacer mal  por envidia, porque como ellos sufren, a su vez buscan alivio en una venganza ciega, haciendo sufrir a cualquiera que quede a su alcance. Tengamos presente que actúan por propia voluntad, porque nadie está programado para el sufrimiento, la desidia o el mal.
Cierto porcentaje de casos de obsesión están directamente relacionados con la Reencarnación, pues  los casos de obsesión particularmente graves,  suelen ser por venganzas de los Espíritus obsesores hacia los obsesados, a causa de conflictos graves existentes entre ambos, y que se suelen remontar hasta vidas anteriores.
         En toda obsesión como en cualquier sufrimiento, están presentes las leyes de  Causa y Efecto.   El dolor resulta de la falta de respeto al orden establecido, en cuanto que el odio es fruto del egoísmo y de un personalismo mal entendido.
     Existen obsesores y obsesados porque existen endeudamientos espirituales entre ambos y además una falta de caridad y de la capacidad de saber perdonar. Todo problema de obsesión  procede de alguna transgresión de moralidad, ética, legal o espiritual, y como nadie se puede librar de su conciencia culpable, allá donde esté el deudor estará también su  deuda y enseguida les alcanzará el cobrador de la misma....
En algunos casos las  obsesiones o perturbaciones más o menos graves, se suelen producir cuando la persona obsesada o perturbada tiene una mediumnidad o una sensibilidad psíquica más o menos desarrollada, pero encubierta, y aunque no haya  un motivo particular de venganza por parte de ningún ser desencarnado, alguno de estos aún ligado a la materia, se aprovecha de esta puerta abierta que para ellos es la mediumnidad y  que les permite manifestarse en nuestra dimensión física, y entonces ocupan el aura física del médium,  cuyo espíritu tratan de anular  de su cuerpo.  Tan apegados a la materia están, que cuando encuentran una mediumnidad de estas características, a veces llegan a creer que esa materia les pertenece a ellos.
El espíritu perseguidor también sufre su propia aflicción. Viene a ser un ex-transeúnte del vehículo somático que experimenta y guarda en su alma  las  aflicciones acumuladas de las que no consigue liberarse ni siquiera  con  el paso del tiempo. Víctima de sí mismo por su propia dejadez y descuido, transfiere la responsabilidad de lo sucedido a otra persona que por cualquier circunstancia interfirió negativamente durante una vida anterior,  o bien porque las cree culpables de alguna desdicha sufrida en el pasado, por ser más fácil encontrar razones de su desgracia  en manos de culpables imaginarios,  antes que reconocer la parte de responsabilidad que debe aceptar sobre sus hombros personales como consecuencia de actitudes infelices  propias.
Después de la muerte pierden el cuerpo físico, pero no el uso de la razón, por lo que se hallan deambulando por  los niveles  psíquicos de la  inconsciencia,  encontrándose  con  los centros de discernimiento superior  de su enemigo inerme, tal vez  anestesiado por los vapores del alcohol o de  las locuras a que se entregó;   así, ambos se imantan por procesos de sintonía psíquica  con su aparente verdugo que sin saberlo, sintoniza con la mente de quien se cree dilapidado por él, generando  entonces los prolegómenos de lo que más tarde se transformará en una psicopatía obsesiva..
Otra motivación importante y generadora de los casos de Obsesión por venganza, es a causa de tantos casos de abortos provocados.  Hay muchos Espíritus que tenían un serio proyecto de vida y un compromiso espiritual con los que iban a ser sus padres, y cuando ya estaban ligados a la materia de un feto o embrión que necesitaban para entrar en una nueva existencia humana, se vieron rechazados y asesinados dentro del cuerpo de quien iba a ser su madre, a veces por ella misma o con su consentimiento. Entonces, ante la terrible agresión sufrida y el desamor sufridos, se volvieron vengativos y a quien más odian, que suele ser al padre o a la madre, o bien a quien más facilidad les ofrece para ser influenciado  por ellos para ser utilizado en sus planes de venganza, a causa de una mediumnidad descontrolada, y así  lo van acosando mentalmente poco a poco,  atormentándolo con sus reproches y amenazas, que se suelen percibir  con claridad durante el sueño en una primera fase de  la invasión; en una segunda fase las víctimas de la obsesión  llegan a percibir claramente voces  incluso estando  en estado de vigilia de modo muy frecuente y este asedio  a veces  les induce finalmente al suicidio o a la locura.
- Jose Luis Martín-



“El ejercicio del Amor, de las iniciativas altruistas y la plegaria habitual, son verdaderos antídotos contra estados obsesivos y nerviosos”.
                                 -Divaldo Pereira Franco-


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          EL AMOR PUESTO EN PRÁCTICA

      Irradiando amor de nosotros, estamos creando una atmósfera psíquica de armonía a nuestro alrededor y una vida más feliz; estaremos vigorizando nuestras células nerviosas y las células de los tejidos, evitando un envejecimiento prematuro; estaremos contribuyendo a un más perfecto funcionamiento de las diversas glándulas endocrinas y exocrinas, reguladoras de la salud, con lo que mejoraremos la salud del cuerpo y del alma; y consecuencialmente, una suave sensación de paz y dicha inundará nuestra alma y mente. Porque, cada acto de amor genera felicidad. Además de todo ésto, cuando vibramos en amor, deseando bien a todos, estamos creando también un campo magnético protector contra las acometidas de las fuerzas negativas invisibles. 

      En verdad os digo que, cuando derramemos amor sobre los seres queridos en nuestro hogar y sobre los necesitados de afecto (que son muchos), amor recibiremos en manifestaciones diversas. Cuando aprendamos a prodigar amor sobre nuestros relacionados en forma de comprensión, afabilidad, servicio desinteresado, deseo y acción de bien; nuestra vida será inmensamente más agradable y feliz; aún cuando los egoístas, en su miopía psíquica, no puedan apreciar esta verdad. 

    Comenzad hoy mismo, al llegar a vuestro hogar, a practicar la comprensión y tolerancia hacia las imperfecciones e incomprensiones de los que componen vuestro hogar. 

    Tomad una actitud amorosa hacia todos los que os rodean, incluyendo aquellos que no os quieren bien, y comenzaréis a sentiros más felices. Al comienzo, puede que os cueste algún esfuerzo, pero vale la pena; ya que estaréis contribuyendo a vuestra propia felicidad. 

Y por último, necesario es tener presente que, el amor puro actúa como vibración purificadora del alma humana, evitando así la acción depuradora del dolor. 

Y por consiguiente, la práctica del amor en sus diversas manifestaciones, será la fuerza que abrirá la puerta de los Planos Superiores -ambientes de felicidad- al final de la actual vida terrena, librándonos de los ambientes de sufrimiento al pasar al Más Allá. 

Sebastián de Arauco.

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    LOS SUFRIMIENTOS EN LA TIERRA

      Los dolores de la Tierra son a veces independientes de nosotros, pero muchos de ellos dependen de nuestra voluntad. Remontémonos a su origen y veremos que la mayoría son los resultados de causas que hubiéramos podido evitar. ¿Cuántos males y enfermedades debe el ser humano a sus excesos, a la ambición, a sus pasiones, en suma? El hombre que haya vivido siempre con sobriedad, sin abusar de nada; el que siempre haya sido sencillo en sus gustos y modesto en sus deseos, se ahorrará muchas tribulaciones.^ Y lo propio acontece con el Espíritu. Los sufrimientos que soporta son siempre la consecuencia del modo como vivió en la Tierra. Sin duda alguna, ya no le aquejarán la gota ni el reumatismo, pero sí otros dolores que no son menores. Hemos visto que sus congojas son el resultado de los lazos que existen todavía entre él y la materia; que cuanto más desembarazado está de la influencia de esta última –dicho de otro modo, cuanto más desmaterializado se halla-, menos sensaciones aflictivas experimenta. 
      Ahora bien, de él depende liberarse de dicha influencia ya en esta vida: tiene su libre arbitrio y, por tanto, le cabe elegir entre hacer y no hacer. Dome sus pasiones animales, no tenga odio ni envidia, celos ni orgullo, no se deje dominar por el egoísmo, purifique su alma mediante los buenos sentimientos, practique el bien, no conceda a las cosas de este mundo más importancia de la que merecen, y entonces, incluso bajo su envoltura corpórea ya se hallará depurado, ya estará desprendido de la materia, y cuando abandone esa envoltura no sufrirá más su influencia; los sufrimientos físicos que haya experimentado no dejarán en él ningún penoso recuerdo ni le quedará de ellos ninguna impresión desagradable, porque sólo afectaron al cuerpo y no el Espíritu; se sentirá dichoso de haberse liberado, y su tranquilidad de conciencia lo eximirá de todo padecimiento moral. 
       Por nuestra parte, hemos interrogado a miles de Espíritus que pertenecieron en vida a todas las categorías de la sociedad, a todas las posiciones sociales. Los hemos estudiado en la totalidad de los períodos de su vida espírita, desde el instante mismo en que dejaron su cuerpo. Los seguimos paso a paso en esa vida de ultratumba para observar las mudanzas que en ellos se operaban, en sus ideas y sensaciones, y desde este punto de vista los hombres más vulgares han sido los que nos proveyeron de elementos de estudio no menos valiosos. Ahora bien, siempre hemos comprobado que los padecimientos se hallan en relación con la conducta, cuyas consecuencias sufren, y que esa nueva existencia constituye la fuente de una inefable ventura para aquellos que han seguido el recto camino. 
       De lo que se deduce que los que sufren es porque así lo quisieron y sólo deben achacarlo a ellos mismos, así en el otro mundo como en éste.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
ALLAN KARDEC


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