lunes, 7 de febrero de 2011

Terrorismo y Fundamentalismo


   Recientemente un periodista brasileño fue secuestrado durante cinco horas en el Líbano, por integrantes de un grupo terrorista religioso. El hecho ocurrió en Dahive, barrio controlado por Hezbollah o “ partido de Dios”. El Hezbollah también actúa en política, lucha contra Israel y hace oposición al gobierno libanés. El gobierno libanés admitió que contra el “partido de Dios” poco o nada puede hacer. En verdad el fenómeno del terrorismo contemporáneo tiene invadidos los noticiarios internacionales. Periódicos, revistas, sitios y emisoras de televisión de todo el mundo, dedican tiempo y espacio para especular con el tema, con sus variaciones y complicaciones en las sociedades castigadas por la violencia de acción.


   Los discursos psicopatológicos religiosos son apuntados como factores de comprensión causantes de la cuestión en la actualidad. En la difusión mediática esos elementos son la base para la comprensión del fenómeno, eliminando prácticamente factores socio políticos y económicos de su discurso. Con todo, la búsqueda de un entendimiento mas amplio del problema engloba el conocimiento de las relaciones internacionales, la historia, política y sociología y antropología, a los cuales, el periodista actualizado , puede recurrir, siempre que se refiera al terrorismo contemporáneo.

   En rigor, la medida occidental, patrocinada por el capital norte americano, refuerza, aun mas, la dicotomía existente entre Oriente y Occidente, engendra representaciones monolíticas de la región, encuadrando su número sobre el molde de la cuestión Árabe. Esta la vemos expresada a través de las imágenes, por la amenaza de la Jihad, como el temor de que muchos musulmanes se enfrenten contra el mundo.

   Esa medida patrocinada, casi siempre da la impresión de que es una forma de religiosidad armada y eventualmente violenta, conocida como “fundamentalista”, y un fenómeno puramente islámico ( idea impuesta por Israel y el Tio Sam ). Por eso el fundamentalismo es un fenómeno mundial y, en algunas religiones, e incluso en partidos políticos, viene siendo dado como respuesta a los problemas de nuestra modernidad. Hay fundamentalismo en el partido republicano americano, en el judaísmo fundamentalista, en el cristianismo fundamentalista, en el budismo fundamentalista.


El terrorismo islámico es abundante en las páginas de periódicos y revistas.

   Reduccionista, esta denominación nos permite una comprensión de la complejidad que envuelve al terrorismo, sus causas socio políticas y , deja implícito que el problema del terrorismo está en la religión, por tanto en todo lo musulmán, cuando en realidad es un recurso de pequeños grupos que hacen una lectura extremista de la religión y/ o de los partidos políticos.


   Analicemos el tema sobre el aspecto del fanatismo, término que viene del latín fanáticus, que quiere decir,   “ el que pertenece a un templo”. El fanático ocupa el lugar del esclavo ante el señor absoluto, que puede ser una divinidad, un lider mundial, una causa suprema o una fe ciega. “ La intolerancia es la incapacidad de convivir con los diferentes estando en el principio de ese proceso. En cuanto no enfrentamos nuestro miedo, nuestro temor y nuestro horror por la diferencia y por la aloternancia, por los múltiples y heterogéneos “otros”, en nosotros y fuera de nosotros, permaneceremos llenos de un lógico terror y sus múltiples formas”.

   El fanatismo es realimentado por un sistema de creencias totalitarias y primitivas, que tiene por misión agradar a un líder supremo empeñado en la lucha contra el “Mal”. El fanático cree, ciegamente, que puede exorcizar a personas y cosas supuestamente poseídas por el “demónio”, combatir las fuerzas del “Mal” o salvar a la humanidad del caos.

   Define el diccionario que el fanatismo es el “ culto excesivo de alguien o de alguna cosa; celo religioso excesivo; pasión política, intolerancia, sectarismo, exaltación exagerada, faccionismo, dedicación excesiva”. Los síntomas del fanatismo, en grupo, son : oraciones, privaciones, peregrinaciones, discursos fonológicos y martirios, que pueden terminar con el sacrificio de la propia vida
tratando de salvar al mundo de los peligros o de lo que él entiende que es el “Mal”.

   El  fanáticos se preocupa más frecuentemente de los otros que de él mismo: quiere salvar el alma de los otros, librarlos del pecado, abrir sus ojos, modificar sus hábitos alimentarios, etc, “ por el simple hecho de que ellos tienen poca o ninguna personalidad”.

   El fanático se puede volver un ser potencialmente explosivo, sobre todo, si el fanatismo se combina con una inteligencia tecnológicamente preparada. Fanático inteligente es un peligro para la civilización. El terrorismo, por ejemplo, que actúa con la única meta de destruir enemigos aleatorios, es realizado por indivíduos fanáticos, cuya inteligencia es solamente preparada para esa finalidad.

   Para el terrorismo, sustentado por el fanatismo, los inocentes deben pagar por los enemigos; la destrucción debe ser el único lenguaje posible. El fanatismo parece surgir de una estructura psicótica. El hecho de que el sujeto pueda verse como el único que está en ese lugar lleno de la verdad absoluta, de “ haber sido escogido por Dios para una misión cualquiera”, ya constituye un síntoma suficiente para muchos psiquiátras que diagnosticarán por ello una locura o psicosis. Siguiendo el razonamiento de Sigmund Freíd, vemos que “ aquello que el psicótico paranóico vivencia lo hace propio de él, mientras que el parafrénico lo experimenta en la piel de otro”. O sea, somos llevados a suponer que el fanatismo está más cerca de la parafrenia que de la paranoia.

   El fanatismo es la intolerancia extrema para con los diferentes. Un evangélico fanático es incapaz de diálogo y respeto con un católico o con un budista y viceversa. Un fanático de derechas no querrá diálogo con los de la izquierda y este con aquel. Organizaciones como el Ku Klux Klan, son intolerantes por igual con todos los negros, adultos, mujeres o niños. Son tan fanáticos los terroristas suicidas musulmanes como los fundamentalistas cristianos norte americanos que atacan clínicas de abortos, persiguen homosexuales, prhiben las enseñanzas de la teoría evolucionista de Darwin, obligando a los profesores a enseñar la doctrina creacionista tal como interpretan la Bíblia, o los protestantes de Irlanda del Norte que atacan a los niños católicos, o los terroristas vascos que quieren ser un país independiente por medio del asesinato y del terror.

   El principio del perfeccionamiento de la fe y de la vida humana está en la naturaleza de las creencias, porque estas constituyen el móvil de las acciones y modifican los sentimientos. Sí, modifican sentimientos¡;    ¿ Será esto una utopía? Solo será para aquellos que no creen en el progreso del espíritu; no será para los espíritas que creemos en la perfectibilidad infinita del alma. El progreso consiste en el mejoramiento moral, en la depuración del Espíritu, en la extirpación de los vicios materiales y morales. Ese es el verdadero progreso, el único que puede garantizar la felicidad del ser humano por ser opuesto al mal.


   La certeza en la vida futura es un elemento de progreso porque estimula al Espíritu. Solamente ella puede dar al hombre el coraje en sus pruebas, porque le señala la razón de ser de esas pruebas, la perseverancia en la lucha contra el mal porque le señala un objetivo. Sabemos que todas las religiones proclaman la inmortalidad. ¿ Porque entonces hasta hoy, no dieron los resultados que cabría esperar?. Creemos que será por causa del egoísmo, base de los mas nefastos fanatismos.

Tenemos la convicción de que detrás de los nuevos fanatismos religiosos- católicos, evangélicos, espíritas, musulmanes, etc, es el ardor místico del religioso que le lleva a una cristalización de la fe, desembocando en una falsa doctrina de virtudes. A base de miedo, miedo a todo, miedo del mundo, que es encarado de modo desconfiado y hostil.

El fanatismo religioso no conoce límites y se trasfiere a la categoría de absoluto, que pasa a ser apasionado de Dios, de las instancias temporales, políticas, religiosas, culturales, etc. En fin, todo pasa a ser regulado por la omnipotencia de Dios y por la mediación infalible e iluminada de un líder.Por tanto, el miedo, convertido en un absoluto, pasa a regir peligrosamente, las vidas de los que se dejan seducir por el fanatismo de un líder, sea político, sea religioso.

   La Doctrina Espírita nos hace entender quienes somos, efectivamente, quien es realmente el ser humano en su vocación y circunstancia, visión que posibilita a su vez, la comprensión y la vivencia de una vida social, moralmente correcta, a partir de la cual podemos juzgar con rectitud determinadas actitudes e ideas propuestas por grupos políticos y /o religiosos, corresponden a aquello que el propio Creador espera de nosotros.

   La Inteligencia Suprema que es Causa Primera de todas las cosa, nos quiere abiertos para la realidad, para la belleza de las cosas creadas, para la ventura transcendente de la libertad humana, y no acongojados por el miedo, y en último análisis, ciegos por el fanatismo. Tal vez con aquella ceguera suprema, denunciada por Jesús Cristo: “ Si fueseis ciegos, no tendríais pecado; pero vosotros mismos decís “ Nosotros vemos”, y por eso, vuestro pecado permanece”.



Jorge Hessen

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