jueves, 17 de febrero de 2011

Despues de la muerte ¿vamos a alguna parte?

¿Dónde queda el Ser después de su desencarnación?



Tras la desencarnación definitiva, primeramente experimentan la experiencia del “tunel”, o bien permanecen antes un tiempo como dormidos o  sumidos en un estado mental de turbación o confusión, tratando de intervenir en el plano físico en donde tratan de hacerse notar entre los “vivos”, ignorando entretanto que ellos ya no pertenecen a este mundo.

Pero no todos se quedan ligados al plano material, pues tras un periodo corto de turbación, muchos se sienten atraídos inmediatamente al nuevo plano de existencia que les corresponde después del autojuicio. Al hablar de los planos de existencia, me refiero a mundos existentes dentro de una misma franja vibratoria, pues en el universo todo lo existente es  energía vibratoria, incluido el plano material en donde ahora existimos corporalmente. Y abundando en este punto, es de aclarar que existen nueve planos vibratorios de existencia, cada uno de los cuales contiene innumerables mundos, desde los más inferiores hasta los más  superiores desde donde irradian los mas elevados Espíritus colaboradores y ejecutores de  la obra de Dios.

Este alejamiento del ambiente terrenal  después de la desencarnación, no lo hacen en solitario, sino que son conducidos por Espíritus Guías hasta planos espirituales  acordes a su grado evolutivo, con mundos etéreos en donde hay ciudades espirituales perfectamente organizadas para recuperar , educar  a los espíritus que a ellas llegan, con Asilos y Hospitales en donde en principio se alojan y se recuperan para incorporarse después con normalidad , activamente a la vida en el mundo espiritual, hasta que llegue el momento de proseguir aprendiendo en los mundos materiales mediante el proceso reencarnatorio.  Esto nos podrá costar comprenderlo e incluso en muchos casos  será debido a las tradicionales y ambíguas explicaciones religiosas sobre el más allá, que recibieron en otros momentos de sus vidas, pero lo cierto es que “como es abajo, es arriba”, lo que significa que los espíritus no  son  algo abstracto que vive flotando en el éter, o que caso de que existan como una realidad concreta, sean solo como una energía psiquica ubicada en no se qué lugares llamados cielo o infierno, tal como alguna vez  nos contaron. La realidad es que como ya se ha explicado, siguen existiendo con sus cuerpos espirituales y se ubican en ciudades del plano espiritual correspondiente, en donde siguen aprendiendo y evolucionando, recuperando fuerzas y ánimo para seguir después otra clase de lecciones prácticas, de nuevo en la materia, ampliando así  sus experiencias evolutivas en los planos físicos. Por tanto, ciertamente existen estas ciudades bien organizadas en el mundo espiritual. Tengamos presente que nuestro mundo físico es una copia del espiritual y viceversa, y esto además de ser lógico y coherente, es lo que nos vienen a explicar y describir desde lo que llamamos "el más allá", espíritus benefactores  que traen en sus comunicados, instrucciones y descripciones, una nueva luz al espíritu humano, que así hemos dejado de ver la muerte como el final de la existencia, y sí como el final de una etapa de la existencia, a la que han antecedido otras muchas y a la que seguirán muchas más.

Cuando el proceso de desencarnación ha sido largo y penoso tras una prolongada enfermedad, la turbación natural que la acompaña comienza de modo seguido o intermitente incluso desde algunos días antes del momento final. Según se conoce por comunicados mediúmnicos de Seres espirituales que viven en esa otra dimensión que llamamos “Más Allá”, en estos casos los seres recién desencarnados cuyas energías espirituales están tan agotadas, son conducidos a esos Hospitales del Mas Allá, en donde se recuperan poco a poco del trance  de su desligamiento físico hasta recobrar su lucidez completa.

Es de señalar  y comprender que la mayoría de los Seres cuando desencarnan, necesitan un periodo de tiempo mas o menos largo o corto para aprender a desenvolver su nueva forma de vida, por lo que quedan en estado errante cerca del plano físico a la espera de una nueva rencarnación. Durante este periodo de erraticidad llegan finalmente a comprender y a aceptar su realidad, quedando  en fase de adaptación a su nueva forma de existencia, que puede ser mas o menos prolongada en el tiempo ,y  puede suponer desde algunos días hasta algunos meses o años.

- Jose Luis -


“¿ De donde ha nacido el alma?. Las unas vienen hacia nosotros y se vuelven; las otras se van y vuelven”.

Los Vedas –

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