martes, 11 de enero de 2011

Preludios del regreso a la vida corporal


Antes de comenzar esta  charla, diré a  los  hermanos  lectores, que la lectura e interpretación de la  Doctrina Espírita, me ha hecho  pensar  seriamente, en  muchas  cuestiones, que hacen  a mi  vida  en  lo personal y que posteriormente, tales cuestiones, se reflejaron en  mis seres  queridos, en  mis  hijos, familiares, compañeros  de esta nueva encarnación.

            La  magnifica  obra del  Maestro  Allan  Kardec, en  su codificación, fue, es y será mi  guía  permanente para el estudio  de la Doctrina  y sus entretelones de la vida  material, más aún, la vida en el plano  Espiritual,  que  a mi entender es  nuestra verdadera morada.
            Entre las cuestiones  que me  fueron  presentando, en la medida  de mi entendimiento, me despertó  mayor  interés , en los procesos  reencarnatorios, tan  bien explicados en el  “Libro de los  Espíritus”;  capítulo IV “Pluralidad de las Existencias” y más específicamente, el capítulo VII, “Retorno a la  Vida  Corporal”, capítulos  éstos, tan amplios e importantes, para  nuestro entender, que los he  tomado como perfectos para la introducción de esta  charla.
            Si  bien  me encuentro entre hermanos  estudiosos del  Ideal Espírita, espero a través de la presente, poder  reafirmar  conceptos y si  Dios me lo permite, abrir nuevas expectativas, para el estudio más acabado de aquellos  hermanos que le interesen  “Los Preludios  del Regreso a la Vida  Corporal” y los entretelones  de cómo  se reencarna, abarcando los entretelones tan poco  comunes, en algunos casos, de una  nueva existencia, de una  nueva existencia que ha  de comenzar, el Espíritu  para su evolución  hacia  Dios.

  Debo aclarar lo mucho  que me ha ayudado para el logro de esta  charla, el  contenido  que se encuentra en el  libro “Misioneros de la Luz”, los capítulos XII, XIII y XIV. Preparación, de Experiencias, Reencarnación y Protección, respectivamente, dictado por el Espíritu de André Luiz, al Médium, Francisco Cándido  Xavier.        
            Para ir entrando en el tema,  he tomado del capítulo, cuarto, del  Libro de los Espíritus, “Pluralidad de las Existencias”, el punto  número  (dos) “Justicia de la reencarnación”, en la pregunta N° 171, dónde el Maestro Allan  Kardec, pregunta al mundo espiritual de Luz; ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación? Respondiéndose: En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar lo repetimos: Un buen padre siempre deja siempre a sus hijos, una puerta  abierta al arrepentimiento, ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido el  mejorar? ¿Acaso todos los hombres  no son hijos de Dios?,. Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos  sin perdón.

 Para no dejar  puntos poco claros a éste respecto, el Maestro Allan Kardec, nos dice: “Todos los Espíritus  tienden hacia la perfección y Dios les  provee los medios de obtenerla  mediante las pruebas de la vida  corporal. Pero en su  justicia  les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba”

 No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad  de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar  obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su  voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su  muerte estuviera irremediablemente fijada, Dios  no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y nos hubiera tratado con imparcialidad.

  La Doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el  hombre, muchas existencias sucesivas, es la única  que responde a la idea  que nos formamos de la justicia de Dios para con los hombres de una condición  inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestra esperanza, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos los indica y los Espíritus así lo enseñan.

 Saliendo de las textuales palabras del maestro Allan Kardec y entendiendo que en mayor o menor medida, somos deudores ante la Justicia  Divina y que muchos de nosotros ya hemos tenido  varias existencias, llegando el momento de preguntarnos: ¿Cómo se han operado esta y aquellas? ¿Hemos sido siempre concientes del cumplimiento de esta ley? ¿Quién nos orienta en La nueva travesía  terrestre? Estas y un sin número de preguntas tienen respuesta, siempre y cuado veamos al ser humano, al Espíritu inmortal, dentro de un punto de vista independiente, único y no generalizar la  reencarnación como un hecho puramente usual, basándonos en el imperativo de la procreación y que las virtudes o desgracias del recién llegado, son obra de la suerte.

Esto quiere decir, que cada ser esta subordinado indefectiblemente a sus obras del pasado y que en el mayor de los casos, descendemos a la tierra, endeudados con la Justicia Divina, para soportar  pruebas o difíciles expiaciones que se muestran desde el primer día de nuestro nacimiento, habiendo elegido en el mayor de los casos, nosotros mismos, lo más conveniente para nuestro adelanto, y en otros casos la reencarnación se impone, sobre todo cuando, el Espíritu no es todavía apto para realizar una elección con conocimientos propios del acto que ha  realizar y sus consecuencias.

  Las pruebas están a la vista ¿Cuántas veces hemos visto nacer niños, ciegos o sin sus extremidades o con crueles enfermedades, sin ningún pecado aparente? Casos  que turban nuestra  razón y hasta veríamos a un Dios injusto, sino tuviéramos  el conocimiento que nos proporciona el estudio del Espiritismo, más cuando profundizamos la ley de causas y efecto, que se acciona con el Libre Albedrío de nuestros actos. Y con un sentimiento de Amor y caridad, esos seres de gran elevación nos dicen; ¡Todo se paga! Y necesario ha de ser para que la balanza de la Justicia Divina, volcada, hacia el lado del  bien nos haga merecedores de vestir con el color  blanco del manto nupcial y los colores áuricos de las virtudes adquiridas, para siempre.

 Pues para la Justicia Divina, no hay errores, sólo entre los hombres existen falsas  sentencias y delitos impunes, procederes estos  que indican  la inferioridad  espiritual del  mundo en  que vivimos.
            No es el propósito del presente escrito, indagar sobre tratados de leyes terrenales, ni de sus aplicaciones, solo me extendí brevemente en estas cuestiones que son de carácter introductorio, pero afirmando nuevamente que todo impedimento físico del  grado  que fuese, es la parte visible, es el efecto de una causa.
            Para continuar  esta charla, primero veremos  los acontecimientos de cómo el Espíritu llega de su retorno de la vida  material a la vida Espiritual. Es como ver el inicio de una nueva etapa.
            Durante la vida  material, el Espíritu se halla ligado al cuerpo por su envoltura semimaterial, que se denominó periespíritu. La muerte solo destruye el cuerpo y no al periespíritu, el cual se separa del cuerpo cuando cesa en éste la vida orgánica. Las observaciones  realizadas nos dicen que el desprendimiento del periespíritu se opera de diferentes formas, es gradual y en un plazo muy variable. En algunos Espíritus es rápida, éste proceso de liberación con la materia inerte, más aún hablando de Espíritus  muy apegados al cuerpo  físico, es más lento y largo, semanas, meses y hasta largos años, y en el peor de los casos, sienten con espanto, cómo es roído su  cuerpo físico.

Bien sabemos que el grado de adelanto moral, cumple un rol importantísimo, cuanto más conocimiento hay  de la individualidad del ser,  del desapego  de las pasiones  que embrutecen al alma y el conocimiento del “Porque de la vida”, el Espíritu escapa más rápido de esas  ataduras, y felices aquellos que transitaron el camino del  bien, se liberan  dando gracias a Dios por la dicha que experimentan.

¿Pero que hay de aquellos que no han sabido ir por ése camino angosto y recto, qué por  producto de la misma ignorancia, tomaron atajos hacia la delincuencia, el homicidio y hasta el suicidio? Algunos pensando que con éste accionar se terminarían  sus  suplicios, sus pesares y desdichas. Y cuando reingresan a la Patria Espiritual, sienten el remordimiento de sus actos, y una voz  que les  dice, ¡En cuanto te has equivocado, por no escucharme, que soy tu  guía, ni a tu propia conciencia que es la palabra de Dios!

En ése momento y en el mejor de los casos, al Espíritu lo envuelve un sentimiento   profundo de arrepentimiento, ya cansado de seguir huyendo de sus equívocos del pasado, piden a Dios el socorro, para salir de ése estado tormentoso, he iniciar la transformación de su Espíritu, sabiendo  que no hay otro camino  mejor.
            ¿Pero cómo se opera esa asistencia? Hablamos de Espíritus que poca idea pueden tener de la bondad del Supremo y hasta de la existencia de Espíritus de gran luz y bondad, con tanto amor, comprensión y caridad.  Ellos son los intercesores del plano Espiritual  y relacionados con el plano material, son los que conforme a la voluntad  Divina, ponen de su luz fraterna, la paz en los hogares, interceden entre los enemigos, calman las angustias, despiertan nuestra conciencia, nos levantan el ánimo en los momentos de duras pruebas, ayudan fluidificando a enfermos y moribundos, en pocas palabras, son los “Misioneros de la Luz. Ante la ignorancia y la debilidad del ser. Por mil circunstancias distintas hemos de decir que todos los casos de Espíritus reencarnantes, no son  iguales, y la diversidad de ellos se encuentra en relación entre el debe  y el haber. Como dice el dicho; “La siembra es libre, pero la cosecha es obligatoria”, no obstante recordemos que Dios es todo amor y ante nuestros desvíos del camino del bien, él siempre nos extenderá su misericordiosa mano.

Muchas veces nos hemos preguntado, ¿Cómo es el  Mundo Espiritual?, he ahí  una pregunta  que abordaremos unos instantes.

Para algunos sólo es el espacio infinito, poblado de planetas y millares de Espíritus errantes que sin cesar  se agitan en torno a sus necesidades, donde se reconocen por su luz y progreso alcanzado. Y para otros el Mundo Espiritual es maravilloso, con caracteres  iguales a los de la Tierra, con poblados donde habitan los Espíritus que allí residen, con lugares específicos para cada cosa y con una organización estructurada, que solo el arquitecto del  universo es capaz de crear.

Para una mejor interpretación de lo expuesto, he indagado de diferentes libros sobre el tema y del  volumen “La Vida en el Mundo Espiritual” de André Luiz, he extraído los siguientes párrafos, que a modo de introducción, incluye a otras obras, y que en la citada  hay una gran coincidencia en las respuestas que dan los Espíritus, aún en diferentes tiempos y lugares.

 En la obra “El Espiritismo”, escrita por Sir Arthur Conan Doyle, cuya fama mundial hace innecesaria  aquí su presentación. En la edición al español y refiriéndose a la notable mediumnidad del gran sabio Sueco Samuel Swenderborg, dice lo siguiente: “Encontró que  el otro  mundo consistía en un número de esferas diferentes que presentaban grados de luminosidad y felicidad, a cada una de las cuales vamos después de la muerte, según las condiciones espiritual  en que nos encontramos en la vida. Allí somos juzgados de una manera automática por una especie de ley espiritual que determina el resultado último, por el resultado total de nuestra vida, de suerte  que la absolución o el arrepentimiento en el lecho de muerte son de poco provecho.
 Encontró en aquellas esferas, que la escena y las condiciones de este Mundo, estaban reproducidas con fidelidad, así como el armazón general de la sociedad. Halló casa  en la que vivían familias, templos en los cuales se oraba, salones en donde la gente se reúne para fines sociales, etc.

 En la misma obra, Conan Doyle, menciona al notabilísimo médium norteamericano Andrés  Jakson  y dice lo siguiente: “En su visión del más allá, Davis vio una disposición de universo que corresponde muy aproximadamente a la de Swedenborg, y a lo que más tarde dijeron los Espíritus y fue aceptado por los Espiritistas. Vio una vida que se parecía a la de la tierra, una vida que puede llamarse semimaterial, con placeres y objetivos adaptados a nuestra naturaleza, que la muerte no modifica en modo alguno. Vio estudio para los estudiosos, labor genial para los enérgicos, arte para los artistas, belleza para los amantes de la naturaleza, reposo para los cansados. Vio frases graduales en la vida Espiritual, a través de las cuales se asciende a lo sublime y a lo celestial.

  En la página 443, Conan Doyle dice: “En el mismo círculo familiar del autor, recibiese también este mensaje: Por amor a Dios, sacude y despierta a esa gente que no quiere creer. El mundo necesita saber lo que pasa  aquí. Si yo en la tierra hubiese sabido lo que aquí me esperaba, mi vida habría sido muy distinta”
“Os esperan infinidad de sorpresas, todas bellas y nobles, dulces y radiantes. La vida es sólo una preparación para estas esferas. Sin esta preparación no habría podido  yo entrar  en este  glorioso y admirable  mundo. En la tierra nos aleccionamos, y este mundo es el premio, nuestro verdadero hogar, nuestra verdadera vida: es el sol después de la lluvia.

 Por último mencionaré, al gran periodista Inglés Williams T. Steads, que fuera director  de la famosa  “Review of Reviews”, en su muy interesante libro, titulado, “CARTAS A JULIA”, en él aparecen los dictados que a través de su propia mediumnidad hubo de hacerle el Espíritu de Julia, corrobora cuando deja expuesto, y en la página 84 de su edición española, traducción del  gran  espírita Argentino “Cosme Mariño, refiriéndose al célebre médium Staiton Moses, transcribe lo siguiente: Pregunta: ¿Las esferas son reales cómo en este mundo?
Respuesta: En todo semejante. Sólo el  cambio de condiciones  hace la diferencia. Hay aquí  plantas, frutos, bellos paisajes, animales y pájaros como entre  vosotros. Las condiciones materiales son diferentes.

 Dado el tema  que exponemos, ha sido necesario citar estas comunicaciones de seres respetables que avalan la gran y hasta incomprensible organización que hay en el Mundo de los Espíritus, y cómo es él, dándonos una valiosa información para poder avanzar en esta  charla. A  mi entender nos dan estas comunicaciones, una ubicuidad de cómo se trabaja, habiendo  lugares específicos para cada cosa. 

 Así lo manifiesta André Luiz, que después de pasar  algunos años en el umbral a merced de entidades denigrantes y bajo fuertes sufrimientos debido al desapego  de su  familia, y el olvido   de Dios, por no necesitar  de él, recuerda al constructor del Universo y en un sentimiento de arrepentimiento sincero, pide al la ayuda  del Padre Celestial, para salir de tal situación. Relatando su experiencia, nos comenta: “No sé, cuanto  tiempo ha pasado desde que mi idea, fue la  pedir  ayuda, pero, ¡Ah! Es preciso haber sufrido mucho para entender todas las misteriosas bellezas de la oración; es necesario haber reconocido, la humillación, la extrema desventura para poder tomar con eficiencia el sublime elixir de la esperanza. Fue en ése instante que las espesas  neblinas que me cubrían se disiparon y alguien surgió, como emisario de los cielos. Un simpático  viejecito me sonrió paternalmente. Se inclinó, fijo en los míos  sus  grandes ojos lúcidos, y dijo:

-¡Valor,  hijo  mío! El señor no te desampara.

 Junto a él, se encontraban dos entidades, que a la señal del intercesor, Clarencio, lo llevaron hasta un lugar de grandes puertas, similar a un hospital de la Tierra. Preguntando donde se encontraba, le respondieron: Este es “Nuestro  Hogar”, aquí ayudamos a los Espíritus  débiles y enfermos por las grandes luchas que han tenido en el campo mental. Aquí es el lugar donde se opera la transformación de los Espíritus, que quieren y deben continuar con su progreso  Espiritual.

 Consideré necesario, este resumen  del rescate  del  iluminado, André Luiz, para no dejar huecos oscuros del lugar donde se realizan “Los Preludios del Regreso a la Vida Corporal”.

 De aquí en adelante, veremos, cómo se trabaja en este hospital de salvamentos y rescate de las almas, poniendo en particular un caso de reencarnación y la imperiosa asistencia de los mentores espirituales para que este se lleve a cabo.

 Para quienes  no hayan leído la obra  “Como se Reencarna”  de André  Luiz, aclararé, que “Nuestro  Hogar” es un hospital que se encuentra en la periferia de nuestro planeta, donde hay varios servicios de ayuda, entre ellos, se encuentra el MINISTERIO DE PLANEAMIENTO DE REENCARNACIONES, en ese  lugar es en donde se organizan, las nuevas reencarnaciones de los Espíritus, que esperan el momento para regresar a la tierra a cumplir con las nuevas pruebas asignadas. Ya hemos mencionado que cada  caso es particular, como particular será  su materia que se prepara de acuerdo a las luchas que el Espíritu tenga que enfrentar. Seria extensísimo exponer cada caso en particular. Es por eso  que tomamos  un caso  en particular, que es el de Segismundo, gran trabajador de nuestro  hogar, pero como muchos de nosotros se encuentra endeudado con la Providencia Divina, por un crimen cometido en una pasada encarnación.
 Sin embargo, no hay deuda que no se pueda pagar, aunque para ello debe reinar el imperativo de la asistencia recíproca entre los implicados. En este caso se le recomendó al amigo, Segismundo, encarnar en el hogar, ya constituido de quien fuese  su  victima, hoy Adelino, que pasará a tomar el lugar de padre, este casado con la mujer que sin pensarlo promovió aquel acontecimiento, siendo una mujer de la calle y bajo una pasión desenfrenada, Segismundo, dio  muerte a su adversario, cortando una existencia y por ende oportunidades de progreso.

 Al desencarnar, estos, cada uno a su vez, bajo intensas vibraciones de odio y desesperación, padecieron por durante muchos años en las zonas inferiores del astral. Mas tarde, debido a la intercesión de amigos redimidos, los antiguos cónyuges obtuvieron su vuelta a la Tierra, mediante la reencarnación, con el fin de santificar los lazos sentimentales y reaproximarse a los antiguos adversarios. Pero como acontece casi siempre, los héroes en la promesa flaquean, en la realización, por apegarse mucho más a propios deseos que a la Voluntad  Divina. Pero ya en posesión del tesoro de la nueva reencarnación, regresa el endurecimiento espiritual y al menosprecio de las leyes de Dios.

 Este es el caso de Adelino, que en estos momentos no soporta el acercamiento de Segismundo, como si recordara los momentos  vividos, en el pasado, no obstante hay algo peor, cada hombre, cada Espíritu crea de sus propios pensamientos y sentimientos la estabilidad para las trillones de células del organismo físico, y el pensamiento envenenado de Adelino, destruye las sustancias de la hereditariedad, intoxicando la cromatina dentro de la bolsa seminal, y por más que pueda atender a los llamados de la naturaleza, no alcanzaría los objetivos sagrados de la procreación, dada la lamentable disposición de su  vida íntima, aniquilando las células creadoras al nacer y aunque nos aniquile por completo, intoxica los genes dificultando nuestra acción.

Pero la intercesión no se hizo esperar y al cabo de algunas noches de trabajo, se logra el acercamiento de los implicados en este proceso, reconociendo cada uno de ellos lo que se debía hacer, para bien en común de ambos.

 El hecho más sobresaliente es el de Adelino que al unirse a Segismundo, reconoce  su compromiso tomado, y después de un gran abrazo con quien fuese si  adversario, sede el sentimiento de odio y en esos momentos lo envuelve una luz divina, quitando de él la oscura niebla que tanto perturbaba  su Espíritu a su físico, dejando el paso libre a los mentores Espirituales para continuar  con la labor  de la reencarnación.

Transcurrida la noche, los tres Espíritus se reúnen con los constructores espirituales, para  planificar la nueva reencarnación de Segismundo, que de aquí en adelante comenzaré a detallar.

Como dijimos anteriormente, Segismundo, era un trabajador de “Nuestro Hogar, tareas  que sostuvo con ahínco durante más de treinta años, trabajando en distintos ministerios de asistencia. Como no puede ser de otra manera, todo acto es tomado en cuenta y debido a su perseverancia, la Providencia Divina había determinado  que no desencarnaría en un mar de sangre, como   le había sucedido a su adversario. Pero solo atenuaba la prueba, que debería pasar para el rescate definitivo de este drama del pasado.
Para todo esto, ya estaba confeccionado el mapa celular del nuevo cuerpo que lo acompañaría en su nueva existencia.
  Textualmente dice: las entidades que se hallan a la vista son trabajadores de nuestra esfera, y los rollos  blancos que llevan, son mapas de formas orgánicas, elaborados por orientadores de nuestro plano, especializados en conocimientos biológicos de la existencia terrenal. De conformidad con el grado de adelanto y de acuerdo con el servicio que le va ha ser asignado en posesión de un nuevo cuerpo carnal, se hace necesario establecer planos adecuados a los fines esenciales.
            En el gráfico se verificaban como arabescos, delineando el contorno físico y orgánico, tildados con puntos negros, las imagines de las molestias del corazón que sufriría a la edad madura, demarcándose grandes perturbaciones en los nervios cardíacos, siendo esta enfermedad, necesaria para el rescate del pasado.

 Por la extensión del tema, veremos como se opera la reencarnación desde el primer momento.

 Para poder habitar el mundo físico, el Espíritu debe reducir su  periespíritu  o envoltura espiritual que le da la configuración humana hasta alcanzar la forma de feto periespiritual, es decir la forma “preinfantil” que ha de permitirle el encaje en el útero periespiritual de la futura madre encarnada. Permanece allí  hasta incorporar y absorber las energías que se condensan desde el mundo físico y que luego conformará el cuerpo. Desde ese momento el Espíritu reencarnante queda ligado con tenues hilos a la nueva organización fetal y en la medida del crecimiento de éste, el  Espíritu de apoco va perdiendo la conciencia de su ser, va entrando en la turbación que se completará con el primer contacto con las vida física, en el primer llanto de la nueva vida.

 Nadie es desconocedor de las leyes que rigen la procreación y el acto en si, y aunque parezca una “moneda corriente”, este acto es tan importante  y sublime, como la existencia misma….

 Aún después del acto en si, los mentores espirituales trabajan para fluidificar el espermatozoide, seleccionado y el que determinará el sexo del reencarnante, ya establecido. De la misma forma lo es con el óvulo materno. Una vez lograda la fecundación, comienza la división celular, cada una de ellas con su correspondiente carga de información, en que darán la formación de distintas partes del organismo físico. Este momento es de vital importancia dado que por cualquier motivo, se cortase este proceso, llamado interfase celular, podría propiciar, desde deformaciones hasta el aborto espontáneo. Este proceso es vigilado por mentores espirituales con absoluto cuidado hasta la formación total del feto y después del nacimiento hasta los primeros 7 años de vida, donde se consolida definitivamente el ser espiritual a su nueva materia.

 Tratando de no dejar puntos poco claros, diré que la hereditariedad cumple su papel en la formación  física y que en muchos casos interviene para que se cumpla lo dispuesto con anterioridad.

Par ir cerrando el tema, manifestare lo siguiente: Son innumerables los proyectos de cuerpos futuros en los sectores del servicio. Se desprende de ello que la mayoría de los enfermos en la carne, son almas que trabajan en la ingente conquista de si mismas. Nadie traiciona la Voluntad de Dios, en los procesos evolutivos, sin incurrir en graves tareas de rectificación; y todo lo que intenta engañar a la naturaleza, cuadro legítimo de las leyes divinas, acaban por engañarse a si  mismos.

Ofrecida en  la  Asociación  Madre  Eloísa.-   Buenos  Aires – Argentina -

Orador: Juan  Carlos  Mariani
Apoyo en la divulgación – ADE-SERGIPE-BRASIL
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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