viernes, 21 de enero de 2011

El Perdón



El maestro Jesús nos dice en su dulce evangelio: "Aprendisteis que fue dicho: Amaréis a vuestro prójimo y odiaréis a vuestros enemigos. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian y orad por los que os persiguen y calumnian, para que seáis hijos de nuestro Padre que está en los cielos, que hace salir el sol sobre los buenos y sobre los malos, y que hace llover sobre los justos y los injustos; porque si amáis solo a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?...".


En este fragmento podemos comprender claramente las condiciones necesaria para conseguir cumplir con nuestros compromisos y metas espirituales, dentro del evangelio se presentan diversos ejemplos sobre el mismo aspecto, "el perdón", y la importancia radica en que es mediante la aplicación honesta del perdón que podremos mejorar nuestro nivel moral y modificar la dirección de nuestro proceso evolutivo.

Todos nosotros hemos cultivado en existencias anteriores, o incluso en la existencia presente, ciertas conductas que han afectado a otros hermanos, o hemos podido ser el objeto de esas actividades impropias que nos causaron perjuicio, muchos de nosotros podemos estar siendo victimas de persecuciones espirituales debido al daño que fuimos capaces de aplicar durante una vida anterior, generando en nuestra actual encarnación perturbación y aflicción.

En casas espíritas de todo el mundo al enfrentarse a procesos de obsesión, lo primero que se recomienda es la terapia del perdón, cuyo objetivo fundamental es que la persona pueda reconocer la posibilidad de que pudo haber causado mucho perjuicio a un hermano y que solo a través de su arrepentimiento honesto pueda conseguir solventar la situación.

El mejor ejemplo sobre el perdón lo conseguimos en el mismo Dios, que a pesar de nuestras faltas nos brinda continuamente oportunidades para enmendar nuestros errores, pero esto sucede debido a que Dios nos conoce íntimamente y sabe que tarde o temprano ajustaremos nuestra conducta y retornaremos a Él, pero lamentablemente nosotros somos seres simples e ignorantes en proceso de perfeccionamiento y no conocemos siquiera lo que estaremos haciendo el día de mañana.

Es en esta simplicidad y deficiencia moral que generamos nuestra propia desdicha, guiándonos por nuestras necesidades materiales y no por la ley de amor que nuestro Padre nos enseña, causándole a nuestros hermanos cantidad de vilipendios en nombre de nuestra comodidad y de nuestras conveniencias, promoviendo el odio y no el amor fraternal, y dando origen a tantos procesos vengativos que solo sirven para hacernos recapacitar mediante el dolor y la aflicción.

El perdón queridos hermanos, es el bálsamo que subsana nuestras heridas, es la guía que nos muestra el camino hacia Dios, es la confianza total sobre la voluntad de nuestro Padre, pues quien tiene fe y amor en su corazón no juzga lo que le suceda de negativo, y sabe tolerar y aceptar las pruebas bajo el conocimiento de que todo será en beneficio de su progreso evitando promover el odio hacia quien le causa el mal, brindándole mas bien todo su amor y comprensión, entendiendo de que aquel que obra en contra de las leyes de Dios lo hace por ignorancia.

Perdonemos con el corazón y estaremos en el camino de la verdad, abracemos a quienes nos quieren mal y estaremos dando un paso importante en la comprensión del amor fraternal, brindémosles ayuda a quien nos odia y recibiremos en nuestros corazones el sustento divino de nuestro Padre, sigamos el mandamiento mas importante de todos, "Amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a ti mismo", y estaremos en vías al verdadero perfeccionamiento moral que nos acerca a la luz divina.

Por: Edann

Revista Digital Espírita El Consolador.Net

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