miércoles, 13 de diciembre de 2023

Las Profecías según el Espiritismo. Teoría de la presciencia

 INQUIETUDES ESPÍRITAS

1.-¿ Astrología o Evangelio?

2.- El cambio de sexo del Ser durante las diferentes existencias

3.- ¿ Es útil la propagación del conocimiento espírita ?

4.- Las Profecías según el Espiritismo. Teoría de la presciencia


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              ¿ Astrología o Evangelio?

                                     

   Por encima de todas las verdades astrológicas, nosotros tenemos el Evangelio.


En 2008 China fue castigada por una  serie de catástrofes naturales y agitada por violentas protestas en el TÍbet ( rincón del Dalai Lama). Después ocurrió un catastrófico terremoto de 7,9 grados en la escala Richter, en Sichuan. Algunos explicaron tales acontecimientos con base a la astrología china, un sistema tradicional desarrollado hace millares de años. Según esa creencia, 2008 fue el año de la Rata. El pueblo chino cree fervorosamente en la astrología de los animales.  Se difundió que el caballo entró en choque con el ratón. Eso es cosa muy común, bastante conocida del pueblo chino. Por tanto, si alguien nace en el año del caballo, por causa de ese conflicto, el año del ratón será muy turbulento para ese alguien. Todavía se cree que existe un remedio para eso, bastando que las personas carguen consigo un colgante de buey para amenizar los problemas, una vez que el buey es visto como amigo del ratón. (¡...).
No vamos a censurar las prácticas de las culturas extrañas a las nuestras, pues obviamente debemos respetarlas, pero nos caben unas reflexiones necesarias bajo la bandera Espírita, para la cuestión de la Astrología. Nuestro punto de partida es el recordatorio del Espíritu Emmanuel: " Las antiguas asertivas astrológicas tienen su razón de ser. El campo magnético y las conjunciones de los planetas influencian en el complejo celular del hombre físico, en su formación orgánica y en su nacimiento en la Tierra; además la existencia planetaria es sinónimo de lucha. Si las influencias astrales no favorecen a determinadas criaturas, urge que estas luchen contra los elementos perturbadores, porque, por encima de todas las verdades astrológicas, tenemos el Evangelio y el Evangelio nos enseña que cada cual recibirá por sus obras, encontrándose cada hombre bajo las influencias que merece.
La Astrología es, en su origen, un sistema de pensamiento y de creencias usado para explicar acontecimientos comunes y comportamientos humanos. Influenciaba al hombre, así como los dioses o las fuerzas sobrenaturales, en la ordenación del mundo y del Universo. Al respecto de esa creencia, sabemos no tener ninguna base científica, nada en relación a los propios astros: su masa, tamaño, distancia, intensidad magnética o electromagnética, movimiento, gravedad, etc. La Astrología está basada exclusivamente en figuras imaginadas y mitológicas que envuelven el nombre de algunos objetos celestes que los astrólogos escogen a placer, sin ningún criterio o fundamento lógico. Sino veamos: Las constelaciones por ejemplo, resultan del diseño que el agrupamiento de estrellas forma en el cielo, como: Leo, Virgo, etc., pero si nos fuese posible una significativa aproximación con esas constelaciones, no sería la misma forma de esos grupos estelares y una nueva configuración se nos diseñaría a la vista.
Como si no bastase, está la cuestión del proceso de los equinoccios, que ocasiona otro cambio: el que se opera en la posición de los signos del zodiaco. En el proceso de traslación de la Tierra alrededor del Sol. en un año, ella se encuentra cada mes, ante una constelación. Estas son en número de doce, a saber: Carnero, o Toro, los Gemelos, Cáncer, el León, la Virgen, la Balanza, el Escorpión, o Sagitario, o Capricornio, o Acuario, o los Peces. Son llamadas constelaciones zodiacales o signos del zodiaco, y forman un círculo en el plano del ecuador terrestre. Conforme el mes de nacimiento de un individuo, se decía que había nacido bajo tal o cual signo; de ahí los pronósticos de la Astrología. Pero en virtud de la procesión de los equinoccios, los meses ya no corresponden a las mismas constelaciones. Un individuo que nazca en el mes de julio, ya no está en el signo de Leo, sino en el de Cáncer. Cae por tierra así, la idea supersticiosa de la influencia de los signos.
A propósito, Kardec aun explica que la "Astrología se apoyaba en la posición y en el movimiento de los astros que él estudiara; pero en la ignorancia de las verdaderas leyes que rigen el mecanismo del Universo, los astros eran, para el vulgo, seres misteriosos, que la superstición atribuía una influencia moral y un sentido revelador. Cuando Galileo, Newton y Kepler hicieron conocidas esas leyes, cuando el telescopio rasgó el velo y escudriñó en las profundidades del espacio con una mirada que algunas criaturas encontraron indiscreta, los planetas aparecieron como simples mundos semejantes al nuestro y todo el castillo maravilloso se desmoronó.
Por tanto, para los espíritas, la Astrología no tiene ningún fundamento lógico en cuanto a la influencia de los astros sobre el destino de los hombres. Aunque pese al acatamiento respetuoso que merecen los estudios astrológicos, sabemos sin embargo, que dentro de nuestro pináculo celestial y de la conjunción de los astros, quien nace bajo esta o aquella acción magnética por ellos emanada, puede hasta sufrir ciertas influencias psicofísicas y comportamentales, pero sin que eso modifique su destino, que es trazado por nuestras acciones y reacciones del pasado. Eso, por que alguien que naciese fortuitamente dentro de una conjunción astrológica favorable, estaría engañando las Leyes de Dios. André Luiz nos informa sobre esa cuestión, de la siguiente forma: "Jamás hay que impresionarse con pronósticos astrológicos desfavorables, en la certeza de que si las influencias influyen, nuestra voluntad es fuerza determinante". El Maestro de Lión plantea a los Benefactores: ¿ Hay personas a las que parece perseguir una fatalidad, independientemente de su manera de actuar; la infelicidad no está en su destino?". Los Espíritus le enseñan que " Puede ser que sean pruebas que deben soportar y que escogieron. Pero aun una vez, lleváis  a cuenta del destino, que no es lo más frecuente, sino la consecuencia de vuestra propia falta. En los males que te afligen, esfuérzate para que tu conciencia sea pura, y serás en parte consolado".
Admitir que el individuo pudiese ser blando o violento, tener vocación para el estudio u odiar los libros, ser trabajador o prejuicioso, por influencia astrológica, es algo extrañísimo. Podría haber sido un criminal, un desequilibrado cualquiera, en su encarnación anterior... Por una conjunción casual, renace ahora, dentro de un buen aspecto planetario, para gozar, entonces, de una felicidad que el justo no tiene?. Esto sería una aberración en los Estatutos de la Ley de Dios. Los astros no gobiernan nuestra vida. Solamente quien está siempre abierto a ceder ilusiones sobre los misterios del destino humano, cree en eso. Hay personas tan creativas, que hasta leen el futuro de los demás en los posos del café y lógicamente, muchos ganan dinero, apostando por la ingenuidad humana, no hay la menor duda.
Sabemos que hay muchos psiquiatras, psicoanalistas, psicólogos, astrólogos, esotéricos y aprovechadores de toda suerte, que se enriquecen a costa de la infelicidad ajena, de la depresión del prójimo. Existe todo tipo de comprimidos: píldoras para el dolor de dientes, dolor de cabeza, para adelgazamiento, para los disturbios del sueño, calmantes (ansiolíticos), excitantes, etc. Se hace propaganda de los comprimidos como si ellos lo pudiesen resolver todo. En verdad, cuando no entendemos el verdadero amor, nos quedamos buscando en los laberintos de la ilusión, una fórmula mágica para la felicidad. El Mundo exige que las personas estén permanentemente alegres, y por eso se tornó el paraíso de las drogas o del Prozac o de las ilusiones de los horóscopos.
Repetimos: la influencia de los astros existe, solamente, en el complejo celular del hombre, pero solamente en lo físico. En cuanto a esa influencia, nadie la podrá negar. Si hacemos un estudio, fatalmente iremos a comprobar que en las noches de Luna llena, hay un mayor número de partos en los animales, ahí también incluimos al hombre(animal racional). La influencia de la luna en las mareas es otro ejemplo que citamos. Los astros, por las energías que emiten, innegablemente, ejercen influencia unos sobre otros. En la Tierra, vía de consecuencia, determinados fenómenos naturales y determinadas materias absorben, igualmente, tales radiaciones de energía. Nuestra manera de ser, o nuestro carácter y nuestro destino son frutos de nuestras adquisiciones o acciones pretéritas, o sea, recibimos influencias de nosotros mismos o como mucho, de un ser humano para otro, pero jamás de los astros.
Ratificando este texto, en el libro La Génesis, capítulo 7, Allan Kardec destaca la impropiedad de la Astrología, abordando hechos científicos, pero para aclarar  sobre el asunto está la cuestión 867 de El Libro de los Espíritus. Pregunta el Codificador: " De donde viene la expresión : Nacer bajo una buena estrella?". Responden los espíritus mentores, incisivamente: "Antigua superstición, que prendía las estrellas a los destinos de los hombres. Alegoría que algunas personas hacen neciamente al tomarla al pie de la letra."
  Lo que proponemos, en estos razonamientos,  no pasa de ser un deliberado reproche a los que creen en la Astrología, pues es nuestro deber cristiano que nos respetemos unos a otros, y si hoy ya encontramos la luz de la Tercera Revelación, muchos la encontrarán también, mañana.
Jorge Hessen

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  EL CAMBIO DE SEXO DEL SER DURANTE  LAS DIFERENTES EXISTENCIAS 

                                                               

   Es un hecho establecido que cada Espíritu ha nacido muchas veces como hombre y como mujer, El cambio de sexo, en el proceso de evolución palingenésica, esta confirmado: por lo que puede asegurarse que el Espíritu no tiene sexo definido, aunque en cada periodo o ciclo de su evolución muestra una predominancia o polarización hacia uno u otro sexo.

   En algunos casos, la condición sexual masculina o femenina, cambia inmediatamente en la siguiente encarnación, y vuelve a cambiar acto seguido; mientras que en otras ocasiones, un Espíritu encarna repetidas veces en un mismo sexo y luego cambia al sexo alterno.

   Un elemento curioso que se percibe en las investigaciones del Dr. Muller, es la influencia de factores culturales o psicológicos, puesto que las mujeres, en sus regresiones recuerdan en un 24% de los casos, haber vivido antes como hombres, al tanto que a la inversa, solo un 4% de los hombres recuerdan haber sido mujeres.

- Jon Aizpúrua- de su obra "Tratado de Espiritismo"

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   ¿ ES ÚTIL LA PROPAGACIÓN DEL CONOCIMIENTO ESPÍRITA ?

  Al ser el Espiritismo la prueba palpable y evidente de la individualidad y de la inmortalidad del alma, es la destrucción del materialismo, de esa negación de toda religión, de esa llaga de toda sociedad.  El número de materialistas que él ha conducido hacia ideas más sanas, es considerable y aumenta todos los días. Solo esto, ya sería un beneficio social.

El Espiritismo no solo prueba la existencia del alma y su inmortalidad, sino que muestra su estado feliz o infeliz según los méritos de su vida. Las penas y recompensas futuras ya no son una teoría, son un hecho patente que lo tenemos ante nuestros ojos. Ahora bien, como no hay religión posible sin la creencia en Dios, en la inmortalidad del alma, en las penas y recompensas futuras, el Espiritismo hace revivir esas creencias en aquellos en los que estaban apagadas, deduciéndose de esto que él es el más poderoso auxiliar de las ideas religiosas: da religión a quien no la tiene, la fortifica en aquellos que es vacilante, consuela por la certeza del futuro; hace tomar con paciencia y resignación las tribulaciones de la vida y desvía el pensamiento del suicidio, pensamiento que es rechazado naturalmente cuando se ven sus consecuencias. He aquí por qué son felices los que han penetrado esos misterios; es para ellos una luz que disipa las tinieblas y las angustias de la duda.

  Si consideramos ahora la moral enseñada por los Espíritus superiores, ella es toda evangélica. Con eso está todo dicho: predica la moral cristiana en toda su sublimidad, y hace más: muestra su necesidad para la felicidad presente y futura, porque las consecuencias del bien y del mal que hacemos, están allí, delante de nuestros ojos. Al reconducir a los hombres a los sentimientos de sus deberes recíprocos, el Espiritismo neutraliza los efectos de las doctrinas subversivas de orden social.

- Allan Kardec. Revista Espírita de 1859.

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LAS PROFECÍAS SEGÚN EL ESPIRITISMO

Teoría de la Presciencia

1. ¿Es posible el conocimiento del futuro? Se comprende la previsión de los acontecimientos que son la consecuencia del estado presente, pero no de los que no tienen con éste relación alguna y, menos aun, de los que se atribuyen a la casualidad. Las cosas futuras no existen, se suele decir, están aún en la nada. Pues entonces, ¿ cómo saber que han de suceder? Sin embargo, los ejemplos de profecías realizadas son numerosos, de donde se deduce que existe aquí un fenómeno cuya clave no se tiene, puesto que no hay efecto sin causa. Pues bien, esa causa es la que intentaremos hallar, ayudados por el Espiritismo, clave, en sí, de tantos misterios y que nos mostrará, además, que el hecho mismo de las profecías no se aparta de las leyes naturales.

   Tomemos, como comparación, un ejemplo usual que nos ayude a comprender el principio 
que nos proponemos esclarecer.

2. Supongamos a un hombre apostado en la cima de una elevada montaña, observando la 
vasta planicie que se extiende a sus pies. En esa ubicación, un kilómetro significa poca cosa, pues con facilidad podrá abarcar con una sola mirada todos los accidentes del terreno, desde el comienzo hasta el final de la ruta. El viajero que recorre ese camino por primera vez, sabe que caminando llegará a destino: lo que constituye una simple previsión como consecuencia de su marcha. Pero los accidentes del terreno, las subidas y bajadas, los ríos que deberá cruzar, los bosques que ha de atravesar, los precipicios en que pueda caer, los ladrones acechando su paso, las casas hospitalarias que puedan darle asilo, todo esto y muchas otras cosas más son independientes de la persona del viajero: conforman para él lo desconocido, el porvenir, porque su visión no se extiende más allá del pequeño círculo que lo rodea. En cuanto a la duración, la mide por el tiempo que pone en recorrer el camino. 
Quitadle los puntos de referencia y ya no podrá apreciarla cabalmente. Respecto al hombre que ocupa la cima de la montaña y que sigue con la vista al viajero, para él todo es presente.

   Supongamos que el hombre de la montaña descendiera y le manifestara al viajero: “En tal lugar encontraréis tal cosa, seréis atacado y socorrido.” Le estará prediciendo el porvenir, porvenir sólo para el viajero, ya que para el hombre de la montaña, ese porvenir es presente.


3. Si salimos del círculo de cosas puramente materiales y penetramos, con el pensamiento, en el dominio de vida espiritual, veremos reproducirse este fenómeno en una escala mayor. Los espíritus desmaterializados son como el hombre de la montaña: el espacio y el tiempo no existen para ellos. Pero la extensión y la penetración de su visión son proporcionables a su depuración y elevación en la jerarquía espiritual. Son, en relación a los espíritus inferiores, como el hombre provisto de un poderoso telescopio con aquel que no tiene más que sus propios ojos. Estos últimos poseen una visión restringida, porque además de no poder sino muy difícilmente alejarse del planeta al que están sujetos, poseen un periespíritu de naturaleza burda que les impide ver las cosas distantes, tal cual acontece con la neblina y los ojos del cuerpo.

Se comprende, por lo tanto, que según el grado de perfección un espíritu pueda visualizar un período de algunos años, de algunos siglos e, incluso, de muchos miles de años, pues, ¿qué es un siglo en comparación con el infinito? No ve producirse los acontecimientos en forma sucesiva, como los accidentes en el camino del viajero: ve simultáneamente el comienzo y el fin del período.

Todos los acontecimientos que en ese lapso constituyen el futuro para el hombre de la Tierra, son para él parte del presente. Podría acercarse a nosotros y decirnos con total certeza: Tal cosa ocurrirá en tal momento, porque él la ve de igual manera a la que el hombre de la montañas ve lo que le espera al viajero en su camino. Si no lo hace así, es porque el conocimiento del porvenir resultaría perjudicial para el hombre, dificultaría su libre albedrío. Paralizaría el trabajo que debe cumplir para progresar: el bien y el mal que le esperan conforman lo desconocido y constituyen una prueba.


    Si tal facultad, aunque restringida, puede formar parte del patrimonio de la criatura, ¿hasta dónde alcanzará en el Creador que abraza el infinito? Para Él, el tiempo no existe: el comienzo y el fin de los mundos constituyen el presente. Ante esta inmensidad, ¿ qué es la duración de la vida de un hombre, de una generación o de un pueblo?


4. No obstante, como el hombre debe cooperar al progreso general y ciertos acontecimientos deben resultar de su colaboración, puede ser de utilidad, en casos especiales, que intuya estos hechos, a fin de que prepare el camino y esté listo para actuar cuando llegue el momento. Por eso Dios permite a veces que se levante una punta del velo. Pero la finalidad debe ser siempre útil, nunca para satisfacer una mera curiosidad. No todos los espíritus están encargados de esta misión, ya que hay algunos que conocen del futuro tanto como los hombres: sólo algunos espíritus suficientemente adelantados se hacen cargo de esta misión. Hay que hacer notar que estas revelaciones siempre son espontáneas y nunca, o raramente, son la respuesta a una requisitoria directa.


CAPÍTULO XVI DE LA GÉNESIS

Allan Kardec

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