jueves, 3 de febrero de 2022

No dejar nada por cumplir y saldar

   INQUIETUDES ESPÍRITAS

1,.Para la evolución del Espíritu, ¿ qué es mejor, ser rico o ser pobre?

2.- Influencia moral de los médiums

3.- No dejar nada por cumplir y saldar

4.- Los médiums involuntarios o naturales





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Para la evolución del Espíritu, ¿Es mejor ser rico o  pobre?

 





El Ser a lo largo de su andadura evolutiva, debe experimentar en este mundo indistintamente toda clase de situaciones humanas, incluidas las que se viven como ricos o poderosos, así como las de personas pobres en vidas de miseria. Estas experiencias al Espíritu  le son necesarias para conquistar un más amplio desarrollo de sus facultades, por lo que entre los seres humanos ambas situaciones, de riqueza y de pobreza, se deben considerar como transitorias o accidentales, sabiendo que  si se aprovechan debidamente podrían tener que experimentarse tan solo en una existencia humana, aunque generalmente no suele ser así,  pues en ambos casos ambas situaciones son igualmente necesarias como difíciles de superar con éxito, sobre todo la de la riqueza.  De  aquí se comprende que los Seres humanos no nos debiéramos apegar a nada material, porque nada material nos vamos a llevar de este mundo después  de la muerte del cuerpo, ni tampoco debiéramos dar demasiada importancia a las cosas de este mundo, en donde todo es transitorio y pasajero.

 El Ser humano cuando nace, normalmente ya es pobre o rico, según que nazca en el seno de una familia  acomodada  o carente de recursos.  Estas situaciones  pueden tener por  motivo una deuda  con la ley de Causa y Efecto, pero otras veces son elegidas por el Espíritu antes de su reencarnación;  en todo caso  constituyen pruebas que vienen a ser como un reto que el Ser aceptó antes de encarnar  para aprender de ellas y superarlas en el transcurso de su vida física. Pero sin embargo cuando después se encuentra inmerso  en la materia a lo largo de su vida, suele  sucumbir ante  estas  pruebas con facilidad.  En otros casos, es a la “suerte” o la “mala suerte”  a quien se le echa la culpa del estado económico y social de las personas.

 La prueba de la riqueza  aunque deseable desde un punto de vista  humano, no lo es cuando adquiere consciencia como Espíritu después de su desencarnación, porque suele ser la más difícil entre las dos y por lo tanto la que más suele fracasar y la más temida de afrontar por parte de los espíritus que aún no la han pasado; pero sin embargo es  muy necesaria para adquirir ciertos valores  espirituales y vencer defectos, tales como la soberbia, el egoísmo, el orgullo, las envidias, etc,  que de otro modo , si no se experimentara la situación de riqueza económica, son defectos espirituales que  no se conseguirían superar. Por lo dicho, si alguien se encuentra en esta situación, lleno de lujos y caprichos, debiera emplear al menos parte de sus bienes en la caridad hacia los más necesitados, y es aconsejable y deseable que su corazón no se mantenga apegado a estas riquezas.


 Debemos tener presente que debemos hacer de la riqueza un medio de beneficiar a otras personas y no un fin en sí misma; esta debe ser encaminada a lograr  metas más elevadas en el bien de los demás, pues solo así se puede justificar la triste veneración que se tiene a este ídolo material que es el dinero, por el que tanto bien y tanto mal se ha hecho a  multitudes de  personas en tantas ocasiones, por el que tantas vidas se han salvado unas veces y por el que tantas vidas se han quitado. 

 Es de tener en cuenta que en  casi todos los casos extremos de pobreza o de riqueza, cuando no lo son desde el nacimiento, intervienen por lo general los factores del esfuerzo de unos o  de la desidia de otros,

    Entre la pobreza y la riqueza, aunque esta última  humanamente no es la más dura, y es la más deseable, pero  espiritualmente si  que es la más difícil. Por eso los Espíritus conscientes de esto la retrasan tanto como pueden por temor al fracaso, porque saben que la riqueza es propicia para excitar toda clase de excesos y pasiones humanas, pero antes o después tendrán que afrontarla  porque es una experiencia totalmente necesaria en donde  se puede aprender en el fondo del alma lo que solo esta situación puede enseñar, y también como prueba para demostrarse a sí mismo sus capacidades espirituales y morales, que vienen a ser el indicador de su nivel  evolutivo.

 Nadie debe envidiar al rico, porque su prueba espiritual es  muy difícil  y detrás de su aparente bienestar, a veces se ocultan muchas miserias e infelicidades.

 El dicho o la creencia de que el dinero atrae la felicidad, a veces parece cierto, pero en todo caso es una felicidad que suele ser falsa, vacía y efímera; otras veces las codicias de la riqueza y del poder que genera, por  su empleo egoísta, no traen la felicidad, sino la desgracia. Sin embargo, a veces entre los pobres se suelen encontrar grandes almas llenas de abnegación y de virtudes, y vemos que en su vida, que puede parecer miserable para algunos, sin embargo son felices en su sencillez humana, porque no necesitan nada más que lo poco que tienen, a pesar de que no posean un conocimiento espiritual que les de sentido y fuerza para superar cada día  su situación humana miserable.

  Hay que tener en cuenta que las personas, cuanto más ricas y poderosas son, más obligaciones y responsabilidades  sociales y morales pesan sobre ellas. El rico en realidad no es dueño de nada; es solamente un depositario de los bienes que Dios le confió para por su medio poder hacer el bien a los demás; viene a ser como un intendente al que si hace un mal uso de la fortuna que se le confió, se le pedirán severas cuentas. Además su fortuna, debido a las responsabilidades que les acarrea su correcta administración, o al tormento que les ocasiona  conservar el poder del oro al que se aferran, muchas veces en sí misma les resulta  más bien una esclavitud, un castigo o una expiación; cualquier cosa menos felicidad. 

 Por el peligro de las riquezas materiales, Jesús de Nazaret  afirmó que era más fácil que un camello entrase por el ojo de una aguja, que  un rico entrase en el reino de los cielos.

       La  prueba de la pobreza  la afronta mejor el Espíritu deseoso de progresar y de adquirir las virtudes necesarias para su ascenso moral, porque  esta situación humana. que sin duda es dura y difícil,   facilita el desarrollo de la humildad, de la abnegación, de la constancia y de la solidaridad. Sin embargo, aunque parezca  menos arriesgada para el éxito de la misión del Espíritu en la vida, es de tener en cuenta que también ofrece graves  riesgos, como pueden ser el de  la  envidia, los celos,  la desesperación, el suicidio, etc.

- Jose Luis Martín-      

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INFLUENCIA MORAL DE LOS MEDIUMS

 

227. Si el médium, desde el punto de vista de la ejecución, sólo es un instrumento, ejerce con relación a la moral una gran influencia. Puesto que para comunicarse el Espíritu extraño se identifica con el Espíritu del médium, esta identificación no puede tener lugar sino cuando entre los dos hay simpatía y, sí puede decirse así, afinidad. El alma ejerce sobre el Espíritu extraño una especie de atracción o de repulsión, según el grado de su semejanza o diferencia; así, pues, los buenos tienen afinidad por los Buenos y los malos por los malos; de donde se sigue que las cualidades morales del médium tienen una influencia capital sobre la naturaleza de los Espíritus que se comunican por su intermediario.

Si es vicioso, los Espíritus inferiores vienen a agruparse a su alrededor y están siempre prontos para tomar el puesto de los buenos que se han llamado. Las cualidades que atraen con preferencia a los buenos Espíritus son: la bondad, la benevolencia, la sencillez de corazón, el amor al prójimo, el desprendimiento de las cosas materiales; los defectos que les alejan son: el orgullo, el egoísmo, la envidia, los celos, la ira, la ambición, la sensualidad y todas las pasiones por las cuales el hombre se une a la materia.

228. Todas las imperfecciones morales son otras tantas puertas abiertas que dan entrada a los malos Espíritus, pero lo que ellos explotan con más habilidad es el orgullo, porque es el que menos deja conocerse a sí mismo; el orgullo ha perdido a muchos médiums dotados de las más bellas facultades, y que, sin esto, hubieran podido ser sujetos notables y muy útiles; mientras que, habiendo sido presa de Espíritus mentirosos, sus facultades se han pervertido en primer lugar, después aniquilado, y más de uno se ha visto humillado por las más amargas decepciones.

El orgullo se traduce en los médiums por señales no equívocas sobre las cuales es tanto más necesario el llamar la atención como que es una de las extravagancias que deben inspirar desconfianza sobre la veracidad de sus comunicaciones. En primer lugar es una confianza ciega en la superioridad de estas mismas comunicaciones y en la infalibilidad del Espíritu que se los da; de aquí dimana cierto desdén por todo lo que no viene de ellos por que se creen el privilegio de la verdad. El prestigio de los grandes nombres con los cuales se adornan los espíritus para justificar que les protegen, les ofusca, y como su amor propio sufriría confesando que son engañados, rechazan toda clase de consejos; los evitan aun alejándose de sus amigos y de cualquiera que pudiese abrirles los ojos; si son condescendientes en escucharles, no hacen caso de sus avisos, porque dudar de la superioridad de su Espíritu, es casi una profanación. Se ofuscan por la menor contradicción, por una simple observación crítica, y, algunas veces llegan hasta aborrecer a las personas que les han hecho favores. Merced a este aislamiento provocado por los Espíritus que no quieren tener contradictores, éstos están satisfechos con entretenerles en sus ilusiones; de este modo les hacen aceptar a su gusto los más grandes absurdos por cosas sublimes. Así, pues, confianza absoluta en la superioridad de lo que obtienen, desprecio de lo que no viene de ellos, importancia irreflexiva dada a los grandes nombres, no admitir consejos, tomar mal toda crítica, alejamiento de aquellos que puedan dar avisos desinteresados, creencia en su habilidad a pesar de su falta de experiencia; tales son los caracteres de los médiums orgullosos.

Es menester convenir también que el orgullo está excitado en el médium por aquellos que le rodean. Si tiene facultades un poco trascendentales, es buscado y elogiado; se cree indispensable y muy pronto afecta el aire de suficiencia y desdén cuando presta su concurso. Más de una vez, nos lamentamos, por los elogios que dimos a ciertos médiums, con el objetivo de animarlos.

 

                   LIBRO DE LOS MEDIUMS - ALLAN KARDEC

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NO DEJAR NADA POR CUMPLIR Y SALDAR                  



Hermanos queridos: Ese tic tac que llega a vuestros oídos procedente de ese reloj de sobremesa, marca exactamente vuestro fugaz paso por este planeta, y al ser fugaz os quiero decir que el tiempo es ligero y habéis de aprovecharlo de una manera más eficaz y más productiva.

Tenéis el tiempo graduado para conseguir, si vuestra voluntad fuese firme, los objetivos que os impusisteis al pedir esta reencarnación. Casi siempre dejáis algo por cumplir y tenéis que volver para terminar de saldar la cuenta de vuestros errores.

Vosotros sabéis todas estas cosas; tenéis conocimiento casi exacto de lo que sois y de lo que seguiréis siendo; también sabéis que la coraza material sólo sirve de instrumento al alma para que pueda hacer sus manifestaciones en ese ambiente, por tanto, saber sufrir sus dolores y sus satisfacciones; conocéis perfectamente que nada muere, que todo se transforma, que todo se renueva y que todo lo de Dios es eterno; por consiguiente, debéis, en todo momento, tener un cuidado especialísimo para no dejar nada por cumplir; nada por saldar; nada que por vuestra pereza os dé motivo a nuevas cuentas, así como para conseguir, en sucesivas etapas, que esa coraza vaya siendo más perfecta, al unísono de un alma más pura. Esa es vuestra principal atención y vuestro deber en esta etapa.

La vida tiene muchas alternativas; alternativas que están escritas en una historia que anteponéis a vuestra encarnación. Sufrís, lloráis, os lamentáis e incluso renegáis. ¡Ah, hermanos! Mucho cuidado; que no hacéis ni pasáis nada más que lo que vosotros habéis querido elegir para vuestra purificación. Y si en ocasiones el dolor es más profundo que vuestros ánimos y que vuestra fortaleza, es porque los habéis agudizado con vuestra incomprensión y poca fe en los acontecimientos que os suceden. Por tales causas tener siempre el temple firme, poner el pecho a las adversidades y mostrar la sonrisa cuando la lanza del dolor hiera. Tener siempre tranquilidad de espíritu. No maldigáis ni reneguéis de cualquier accidente penoso de la vida y decir siempre: «Dios mío, dadme fuerzas para llevar a cabo, en esta breve etapa, las obligaciones que me impuse ante Tu grandeza.»

Porque pudiera ocurrir que, faltando al compromiso contraído o siendo inconsecuentes en un deber, tuvierais que pasar esta encarnación llena de dolores e inconvenientes, haciéndola casi nula para vuestro progreso. Y digo casi nula porque, por muy poco progreso que realice un alma en una encarnación, siempre adelanta algo. ¿Pero no es mejor, queridos hermanos, que veamos la terminación de la jornada alegres y sonrientes, en lugar de contritos y tristes? Por otra parte, vivís y tenéis muchos acontecimientos: miedo, casualidad, excitación, cosas inverosímiles para vosotros, accidentes que creéis provocar cuando casi siempre, queridos hermanos, sois los actores de lo que ha de suceder ineludiblemente, porque así está pedido por vosotros. Al no proceder entonces como debierais, al dejar la envoltura que os atrofia la inteligencia, veis con claridad los hechos en su verdadera magnitud y consecuencias, comprendiendo que obrasteis mal y que tenéis el deber ineludible de corregirlo.

¿Cómo? Acudiendo en busca de quienes se le hiciera daño para devolverle más cantidad de amor que mal se le hubiera causado. Ahí tenéis, hermanos míos, ese problema casi indescifrable para todos. ¿Por qué tienen que correr las almas en busca de aquellos a quienes les hicieron daño? Para repararles ese mal con amor y pedirles humildemente que, lo mismo que Dios perdona las faltas de Sus hijos, porque es así de amplia Su bondad, ellos, al perdonar con toda su alma los agravios recibidos en la existencia anterior o anteriores y estar dispuestos de una manera resolutiva y firme a devolver doble y triple amor por aquel mal que se les causó, cumplen con el deseo divino y por ello recibirán las bendiciones del Padre.

Nada más, queridos hermanos. Que la bendición de El esté con todos nosotros.

Extraído por Juan Carlos Mariani del libro. Desde la otra vida.

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LOS MÉDIUMS INVOLUNTARIOS O NATURALES.

Esta facultad no es por sí misma el indicio de un estado patológico, porque no es incompatible con una salud perfecta. Si el que la posee sufre, es por razón de una causa extraña; así los medios terapéuticos son impotentes para hacerla cesar. Puede, en algunos casos, ser consecuencia de cierta debilidad orgánica, pero nunca es causa eficiente. No se podría, pues, razonablemente, concebir ninguna inquietud al punto de vista higiénico; no podrá tener ningún inconveniente, a no ser que si el sujeto que ha llegado a ser médium facultativo, abuse de la facultad, porque entonces habría en él emisión demasiado abundante de fluido vital, y a consecuencia debilidad de los órganos.

Por lo mismo que estos fenómenos corresponden al orden moral, se debe evitar con un cuidado no menos escrupuloso todo lo que pueda sobreexcitar la imaginación. Se saben los accidentes que puede ocasionar el miedo, y se sería menos imprudente si se conocía todos los casos de locura y de epilepsia que tienen son origen en los cuentos de hechiceros y brujerías. ¿Qué sería, pues, si se persuadía que es el diablo? Los que difunden tales ideas no saben la responsabilidad que contraen: pueden matar. Pues el peligro no es sólo para el sujeto, es también para los que le rodean, que pueden asustarse pensando que su casa es una guarida de demonios. Esta funesta creencia es la que ha causado tantos actos atroces en los tiempos de ignorancia. Con un poco más de discernimiento, sin embargo, se hubiera podido pensar que quemando el cuerpo poseído por el diablo, no se quemaba al diablo.

 Lo que es preciso hacer cuando una facultad semejante se desenvuelve espontáneamente en un individuo, es dejar al fenómeno seguir su curso natural: la Naturaleza es más prudente
que los hombres; la Providencia, por otra parte, tiene sus miras, y el más pequeño puede ser instrumento de los más grandes designios. Pero es menester convenir en que este fenómeno
adquiere algunas veces proporciones fatigosas e importunas para todos; (1) pero he aquí en todos los casos lo que deberá hacerse.

En el cap. V., de las Manifestaciones físicas espontáneas hemos dado ya algunos consejos con este objeto, diciendo que es necesario procurar ponerse en relación con el Espíritu para saber de él lo que quiere. El siguiente medio está igualmente fundado sobre la observación.

Los seres invisibles que revelan su presencia por efectos sensibles son, generalmente, Espíritus de un orden inferior, y que se pueden dominar por el ascendiente moral; este ascendiente es el que es preciso tratar de adquirir.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.

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