domingo, 9 de enero de 2022

El origen del hombre, según la CIencia.

   INQUIETUDES  ESPÍRITAS

1.- ¿ Por qué  olvidamos nuestras vidas anteriores ?

2.-  El origen del hombre, según la Ciencia.

3.- La Ley de Consecuencias puede ser la explicación para algunas desigualdades humanas?

4.- Elevación








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 ¿ POR QUÉ OLVIDAMOS NUESTRAS VIDAS ANTERIORES ?

                                  


Antes de analizar el por qué olvidamos las vidas pasadas al reencarnar, comenzaremos analizando cómo funciona la memoria. 

Primeramente la dividiremos en dos apartados: “La memoria ordinaria o cerebral” y “La memoria profunda o subconsciente”. La primera son los recuerdos de cuando estamos encarnados o en estado de vigilia (despiertos), los cuales desarrollamos en el día a día y en los que prácticamente la totalidad de la población, exceptuando algún caso extraordinario, no recuerda sus vidas anteriores. Esto no nos tendría que resultar tan extraño, ya que ni siquiera recordamos cuando estábamos en el vientre de nuestra madre, ni los primeros años de nuestra infancia. 

Esta memoria está adaptada a las necesidades de nuestra encarnación, la podemos cultivar con nuestro esfuerzo y voluntad diaria, pero, mucho más importante que esta resulta la segunda división “La memoria profunda” el YO profundo o subconsciente en el que están grabadas todas las existencias anteriores y todas las facultades que hemos desarrollado y aprendido anteriormente. Todo queda registrado en el libro del alma, más concretamente en el periespíritu, en los pliegues más profundos del ser. 

Cada espíritu tiene una vibración particular y aquellos que lo hacen al unísono se atraen. 

En la encarnación, esta vibración se reduce, porque la carne mucho más densa y pesada que el alma, comprime las funciones y capacidades de esta. Durante el sueño dicha vibración aumenta al aflojarse los lazos que unen el espíritu al cuerpo y llega a su esplendor tras la muerte quedando libre el alma. Aquí encontramos la clave de la imposibilidad de adquirir información y recuerdos de la memoria profunda y pasarla a la memoria cerebral. 

En conclusión, cuando encarnamos quedan sepultados nuestros recuerdos eclipsados por la carne. 

Si Dios*, es tan inmensamente justo y bueno, ¿Por qué no permite ese recuerdo? ¿Por qué nos coloca una venda en los ojos del recuerdo, aquí en la Tierra? Esto tiene una explicación muy lógica y al analizarla engrandece más a Dios y a su sabiduría: Si tenemos en cuenta que todo evoluciona a mejor y que nos mejoramos moralmente en cada encarnación, llegamos a la conclusión de que en las vidas anteriores fuimos peores de lo que somos en la actual. La historia nos lo demuestra, ya que salimos recientemente de la barbarie. Si de por sí la vida es dura, con el recuerdo de los sufrimientos y venganzas pasadas sería insoportable. 

Hay que comprender que estamos en un mundo de expiación y pruebas donde venimos a corregir antiguos errores del pasado; de no ser por el olvido del pretérito, los enemigos de otras vidas se perpetuarían por los siglos, las rivalidades, el odio y la discordia se avivarían de vida en vida. Con ese recuerdo de otras encarnaciones nuestros enemigos y víctimas nos reconocerían y nos perseguirían. Vemos a nuestra misma sociedad, que no admite ni perdona a los culpables, pese haber pagado sus deudas con la justicia humana, siguen siendo rechazados. Sin ese olvido los grandes criminales estarían marcados para toda la eternidad y no tendrían la oportunidad de rectificar sus crímenes. 

El alma culpable, al renacer en una nueva condición, encuentra el auxilio y la ternura necesaria para su rehabilitación. Dios*, sabiamente, quiere que bajo esa ternura que despiertan las criaturas en temprana edad, puedan alimentar sus almas con el amor necesario para modificar su sensibilidad interior, para emprender una nueva etapa con energías renovadas, bajo el escenario de la vida que mejor se le acopla a sus necesidades, ya que esta nueva existencia que comienza, con sus penas y luchas, se acopla a sus características como un guante a una mano, con la finalidad de poder saldar antiguas deudas y conseguir otros logros. 

Estos nuevos lazos familiares, bajo el olvido del pasado, son una oportunidad perfecta para poder acercar estos enemigos de otras vidas y conseguir sustituir los sentimientos que albergan de odio, rencor y resentimiento por amor, cariño y fraternidad. Ya nos dijo Jesús** “Reconcíliate con tu enemigo mientras estas en el camino”. 

Dios*, bajo el olvido de las vidas pasadas y las relaciones de parentesco nos ofrece una de las llaves más importantes que tenemos para nuestra evolución y progreso en la actual encarnación, sin esto la humanidad caminaría mucho más lenta. 

Si analizamos la cuestión y somos sinceros con nosotros mismos: ¿Cuántas cosas quisiéramos todos borrar de nuestra vida actual que son otros tantos obstáculos para nuestra paz interior? Por un momento imaginemos que se multiplican todos esos tormentos. Pues eso sería el recuerdo del pasado. Demos gracias por poder empezar de cero en esta vida, de no ser así sería un suplicio para la gran mayoría de la población. Aunque esto no será eternamente así, pues a medida que el ser humano progrese moralmente, su campo psíquico se dilatará y las facultades del espíritu irán ganando terreno en la Tierra. 

Día llegará en que el recuerdo del pasado sea normal, claro que para llegar a esto tendremos que haber depurado la conciencia y no puede albergar el alma ningún resentimiento hacia ninguna persona, ya seamos agresores o víctimas. 

Realmente dicho olvido del pasado no se produce totalmente, ya que tenemos un faro que nos guía llamado intuición en el fondo de nuestra conciencia, para rescatar conocimientos profundos y llevarlos a la conciencia cerebral. Esto es lo que nos interesa recordar del pasado, las adquisiciones, logros y capacidades adquiridas, de aquí vienen nuestras habilidades, vocaciones y predisposiciones. 

Ahora citaremos un ejemplo: Dos personas en igualdad de inteligencia, estudian un mismo asunto, uno lo asimila muy rápido mientras que al otro le cuesta mucho trabajo comprenderlo. Esto es porque uno sólo tiene que recordarlo, entrando en acción la intuición y el otro es la primera vez que se enfrenta ante esa materia. Llegados a este punto analizaremos en qué circunstancias se puede dar el recuerdo de las vidas pasadas, cómo bajo una modificación de la vibración es posible llegar a esa memoria profunda. 

En primer lugar examinaremos los individuos que se acuerdan de otras vidas de una manera natural: de ciertos lugares, objetos, personas, etc. Esto se suele dar en países donde el conocimiento de la ley de la reencarnación está extendido y hay menos barreras psíquicas para que se de esta circunstancia, aunque es poco usual, ya que esto suele ocurrir si ese recuerdo es útil para su actual encarnación. 

En Oriente se han podido comprobar y certificar algunos casos de este tipo. Continuamos estudiando algunos sueños de vidas pasadas: Al dormir tenemos un desprendimiento del alma, esta más libre, puede acceder al archivo del pasado aunque se encuentra con el bloqueo vibratorio de hacer llegar esa visión del alma al cerebro del cuerpo físico .

A continuación citaremos algunos casos de niños pequeños que dicen acordarse de cosas ya vividas: Esto tiene una explicación y es porque hasta los siete años aproximadamente el alma no se encuentra totalmente imbuida por la materia y ese pequeño desprendimiento los hace más partícipes del plano espiritual, más perceptibles y más accesibles a recuerdos de otras vidas. Los hay que narran con exactitud vidas anteriores, siendo comprobadas algunas (existen varios ejemplos en el libro El problema del Ser y del Destino de León Denis pág. 212 a 214 de ed. Kier). Según va creciendo el niño el engranaje espiritual se completa con el cuerpo, quedando el espíritu totalmente absorbido por la materia, siendo ya el recuerdo de las vidas anteriores imposible. 

A los niños no se les debe forzar la percepción espiritual, si la tuvieran hay que tratarlo como algo natural, sin darle importancia, lo habitual es que esto cese con la edad.

 Seguidamente nos centraremos en la sugestión: Con esta puede llegar a producirse un desprendimiento parcial del alma con la consiguiente modificación vibratoria que restablece la relación cerebral y la conciencia profunda; hay distintas fases, a más amplio desprendimiento, más profundo y amplio es el recuerdo. 

Con el regreso a la carne quedan eclipsados los recuerdos, esto es lo que comúnmente conocemos como “Regresiones”. Desde mi punto de vista sólo lo recomendaría para poder acceder al foco de alguna patología, nunca como medio de curiosidad, ya que tiene sus riesgos. 

Si analizamos y pasamos por el filtro de la razón, la gran mayoría de regresiones que realizan los profesionales y estudiosos del mundo psíquico, suelen tener por resultado el recuerdo de vidas en las que la inmensa mayoría han sido Reyes y personalidades muy conocidas, en la actualidad conozco cinco personas que dicen haber sido Cleopatra, cuando la lógica nos dice que eso es imposible. La ciencia psíquica no es como las matemáticas donde dos más dos son cuatro, cada persona es diferente y si por ley natural no se produce este recuerdo, forzándolo sólo obtendremos resultados positivos si buscamos algún fin noble. 

Finalmente llegamos al desprendimiento total con la muerte del cuerpo físico, esto es la libertad para el espíritu. Aquí se producirá el recuerdo completo de todas las vidas, pero recuerde, querido lector, que la primera condición para recordar es querer recordar. Por eso nos encontramos con comunicaciones de espíritus que continúan, como en la Tierra, sin el recuerdo del pasado; ciertos dogmas religiosos son un gran impedimento a la hora de producirse este recuerdo gradual del pasado. Al comprimir nuestra mente bajo ciertas teorías que resultan ser una venda oscura para nuestras percepciones espirituales, una vez que pasamos el sepulcro, a las personas que creen en la reencarnación y los que han alimentado el espíritu con conocimientos del más allá, les cuesta menos trabajo adaptarse y despertar las facultades espirituales después de la muerte. 

Vista, oído, tacto, etc., se unen y se multiplican, lo bello es mil veces más bello y lo penoso es mil veces más penoso. Aquí llegamos a un punto culminante del ser, ya que con la memoria acariciando las existencias anteriores encuentra el sentido de esta última encarnación que acaba de completar al encontrar en los crímenes y dolores del pasado la causa de los logros y expiaciones sufridas junto con la razón de su situación actual. Ve la correlación de sus vidas pasar, el pasado explica lo presente y deja prever el porvenir, por desgarrador que sea este examen es justo y necesario, pues puede ser el punto de partida de las resoluciones saludables y de la redención. Acaba de conocer sus aciertos y sus errores y se convierte en su propio juez. 

Has leído bien, no hay ningún verdugo de la inquisición, sino que para el espíritu que ya se le ha despertado su conciencia será el mismo el que tenga que enfrentar su balance. Comienza un periodo de examen y recogimiento, será dichoso por los logros obtenidos y sufrirá por los errores y las oportunidades perdidas. 

La conciencia del hombre recto y honesto goza de un equilibrio y una unión con las leyes de Dios*, la del criminal no deja minuto de reposo. Constantemente reproduce los males causados creando una situación continua de amargura, dolor y vergüenza, siendo dominado y absorbido por esa vibración, por ese sentimiento que es peor que cualquier mal físico al no encontrarle fin. 

Tras esto llegará una nueva encarnación y así hasta que nos hayamos depurado bastante para ascender a planos mejores. 

El principio de afinidad lo rige todo en el plano espiritual y asigna a cada uno su lugar. Cuando nos centramos en una sola existencia, marcando un principio y un final, todo carece de sentido, caminamos en un laberinto con los ojos cubiertos dejándonos llevar por la fuerza de las pasiones, perdiendo oportunidades maravillosas de crecimiento espiritual. Así tan sólo tenemos una visión parcial de nuestra existencia, pero cuando subimos la montaña de la conciencia y observamos desde la cumbre la inmensidad de las existencias, la justicia divina resplandece; vemos lo que fuimos e imaginamos lo que seremos y desde esta perspectiva es desde donde tenemos que enfrentar con fuerza y valor las pruebas de esta encarnación que nos ayudarán a conocernos y a dominar nuestras pasiones. 

¿Quién puede saber más de la muerte, sino los propios muertos? Pues bien, la voz de ellos es la que nos desvela todos estos misterios de la vida diciéndonos que no tengamos miedo a la muerte, ella nos reunirá a todos un día: “Aprovechad vuestra encarnación, trabajar y amaos, dedicad cada minuto en el bien, en sed mejores cada día ya que nada se pierde. Cada nuevo amigo sincero, cada lazo de amistad que afianzáis en la Tierra perdura en la eternidad e incrementa vuestra familia espiritual. Abrid el corazón a todos vuestros hermanos”

Por Javier Gargallo para el periódico espiritista El Ángel del Bien nº 3 Julio de 2008, publicada por el Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra” 

(Tomado de Zona Espírita)

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EL ORIGEN DEL HOMBRE, SEGÚN LA CIENCIA

El hombre.- De lo que anteriormente me has dicho, deduzco que los tres Reinos de la Naturaleza están íntimamente ligados, pasando del mineral al vegetal y de este al animal, por gradaciones lentas e inapreciables, y en cuanto al origen de las especies animales me enseñaste que proceden unas de otras por evolución progresiva, no creación, formando todas una inmensa  cadena que empieza en los seres unicelulares más simples, que se confunden con los vegetales y minerales, pasando luego por peces, reptiles, aves y mamíferos, hasta llegar al hombre. También me dijiste que el cuerpo humano es una forma modificada del cuerpo animal y aunque no debo presumir de que la especie humana se aparta de la ley del Progreso, en virtud de la que fueron apareciendo las demás especies, como son tan grandes las distancias existentes entre el hombre y su antecesor, el mono, me gustaría que me dieses algunas pruebas que desvaneciesen mis dudas.

La Ciencia.-  Hasta hace poco la opinión de considerar al hombre como descendiente del mono, solo era una teoría de grandes pensadores; hoy esa teoría es una verdad científica, gracias a una ciencia nueva que ha sabido leer en la historia...

El hombre.- Pero la historia , además de ser incierta ay ofrecer muchas dudas, solo abarca un brevísimo tiempo, porque ¿ qué son tres o cuatro mil años, desde que el hombre inventó la escritura y pudo consignar los sucesos, ante los muchos millones de años que cuenta la existencia de la Tierra?.

La Ciencia,. La historia de que quería hablarte no es la escrita por el hombre, sino la más sabiamente escrita por la Naturaleza sobre la misma tierra, con caracteres imborrables e infalibles. Cuando la Ciencia ha aprendido a deletrear en ese gran libro cuyas hojas son las capas superiores de la Tierra, se ha descorrido el velo que ocultaba muchos misterios a su investigadora mirada.

  Los diferentes cataclismos y los constantes cambios que la Tierra ha experimentado en los largos periodos de su historia, han quedado impresos en las capas de su superficie, y como si Dios hubiese querido que algún día el hombre conociese lo que era la vida en esos largos periodos, quedaron en esas capas los necesarios testimonios, auténticos.

  La Geología, estudia, define y precisa con exactitud casi matemática la duración de cada uno de esos grandes periodos, y la Paleontología nos dice qué animales vivieron en esos periodos, por los fósiles encontrados en las capas terrestres.

  Pues bien, los últimos descubrimientos de la Paleontología nos permiten afirmar que el hombre existe sobre la Tierra desde hace, al menos, trescientos mil años. Y no es esa la única deducción que nos ofrece, sino que nos muestra como era el hombre de entonces, y los de épocas posteriores, y sus notables diferencias con el de hoy.

  Cierto es que del chimpancé, el orangután, el gibón y el gorila (las cuatro clases de monos antropomorfos), al hombre, hay diferencias que le hacen cambiar de especie, pero esas diferencias van desapareciendo gradual y paulatinamente, en los fósiles de los hombres que nos han precedido.

  Como  no es posible ahora entrar en detalles, me limitaré a decirte que el hombre de hace doscientos mil años tenía todos los detalles de los antropomorfos: cejas muy espesas, redondas y prominentes; frente baja, estrecha y escapada hacia atrás; y lo que es más de tener en cuenta, carecía de la palabra, o al menos no podía articular como el hombre de hoy, pues no tenía la apófisis donde se unen los músculos del lenguaje.

El hombre.- ¿Y por qué llaman hombre a ese ser que, además de carecer de palabra, tiene más semejanza con el gibón o el gorila?

La Ciencia.- Cuestión de palabras. Era un mono hominal, o un esbozo de hombre. Sin embargo se le da este último calificativo porque ya tenía inteligencia suficiente para fabricar hachas y otros objetos de piedra con que defenderse de las fieras.

  El examen de cráneos fósiles de épocas posteriores, o sea, de las más cercanas a nosotros, denota un creciente desarrollo y un perfeccionamiento considerable sobre los precedentes, acercándose más a la forma del hombre actual.

El hombre.- Los descubrimientos de la Paleontología que has mencionado, confirma de modo irrecusable que los antropomorfos son los progenitores del hombre. ¿Puede esa Ciencia decir algo acerca de si todos los hombres proceden de la misma pareja, y en qué punto de la Tierra apareció, o si aparecieron varias parejas en varios puntos del planeta?.

  La Ciencia,. Los datos adquiridos tienden a demostrar que, cuando nuevas fuerzas misteriosas (de las que un día te hablaré), impulsaban el advenimiento sobre la Tierra de una nueva especie animal superior, los monos antropomorfos más perfectos procrearon seres algo más superiores y con mayor potencia y aptitud, los cuales, encontrando elementos vitales nuevos, fueron modificando progresiva y paulatinamente su organización, para acomodarse a las nuevas necesidades, desapareciendo después el tipo intermedio. Y esto ocurrió, no solo en una sola comarca de la Tierra, sino donde quiera que las condiciones vitales fueran propicias para ello.

El hombre.- Los monos antropomorfos, ¿son iguales en todos los países ?

La Ciencia.- No. Antes al contrario, tienen diferencias características. Por ejemplo: los de Oceanía son braquicéfalos (de cabeza redonda), y los de África son dolicocéfalos (de cabeza alargada).

El hombre.- He hecho la pregunta anterior porque si los antropomorfos tienen diferencias fisiológicas, según los países, y puesto que los hombres proceden de ellos, ¿no será cierto que el origen de varias razas humanas tenga por causa estas diferencias de sus progenitores?

La Ciencia.- Juzgas acertadamente, y lo que te parece solo una teoría, la Paleontología y la Antropología confirman como un hecho.

  En efecto, examinados los rasgos fisionómicos y aun las cualidades morales de los antropomorfos y de los hombres de una zona determinada, se ve que tienen gran semejanza y a su vez grandes diferencias con los de otra apartada región.

  Las razas humanas son consecuencia de las diferencias de los antropomorfos, de donde proceden, y esto confirma también que el hombre apareció en diferentes regiones y por muchas parejas; y aun después del cruzamiento de unas razas con otras, modificó los tipos primitivos, dificultando poder señalar cuales fueron estos; la Antropología,  de acuerdo con la Etnología y la Filología, esperan llegar a conclusiones satisfactorias.

  Después de lo dicho, creo que te habrás formado un concepto definido y concreto acerca del origen del hombre y de las razas humanas, sin necesidad de entrar en otros mil detalles comprobatorios. No obstante, no terminaré sin mencionar un extraño fenómeno que indica, de modo harto elocuente, no solo que el hombre procede de la animalidad inmediatamente inferior a él, sino que todas las especies, proceden unas de otras, empezando por la más sencilla.

  Me refiero a lo que sucede con el desarrollo del feto humano. En los primeros días siguientes a la concepción, el feto tiene la forma de un gusano, luego toma sucesivamente la forma de los peces, de los reptiles, de los pájaros, de los cuadrumanos, y por último adquiere la forma humana. Y no solo es cuestión de parecido en la forma, sino también en sus órganos internos; por ejemplo, el corazón que primero tiene solo una cavidad, después dos, luego tres y finalmente cuatro, como el corazón de los peces, reptiles, aves y mamíferos. De modo que el hombre desde su concepción hasta su nacimiento, pasa por todos los grados de la animalidad, pudiendo considerarse como la síntesis de los animales en la Tierra.

El hombre.- Comprendo que después de lo dicho no puede oponerse una objeción científica a esta opinión del origen del hombre. La única duda que me queda solo es de carácter especulativo: ¿ Los animales de donde procede el hombre, no tienen más que instinto, ¿de dónde procede la inteligencia que tiene el hombre?

La Ciencia.- ¿Qué entiendes por inteligencia y por instinto?, ¿Dónde termina la segunda y empieza la primera?, ¡ Siempre cuestión de palabras !. Sin embargo en nuestra próxima charla nos ocuparemos de esta cuestión.

-Dr. E. García Gonzalo-

( Tomado de la Rev. Fraternidad Cristiana Espírita nº 42)


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 ¿La ley de Consecuencias  puede ser la explicación para algunas  desigualdades humanas?


       Como anteriormente se dijo, las diferentes situaciones y pruebas humanas son resultado de pruebas elegidas desde antes de nacer, o bien de deudas contraídas en el pasado y que necesitan del reajuste de la Ley.

Habría que preguntarse de donde proceden las aptitudes de ciertos niños para desarrollar y manifestar desde muy corta edad, un avanzado nivel de ciencia o de arte u otros conocimientos no aprendidos su actual existencia- y menos a tan tempranas edades-, lo que resulta algo anormal y extraordinario. Este es el caso de los llamados niños prodigio”, mientras que vemos como  también existen niños deficientes psíquicamente, comparados con  una mayoría de un nivel común “muy normal”. Asimismo habría que preguntarse de donde proceden las diversas inclinaciones y vocaciones. La vocación no es otra cosa que un impulso natural procedente de experiencias análogas obtenidas de vidas anteriores. Las vocaciones, por si mismas constituyen un testimonio de la reencarnación del espíritu como una verdad incuestionable.

Hay niños que desde muy pequeños manifiestan unos instintos precoces en cuanto a virtudes  y defectos o vicios innatos, y ello a veces en fuerte contraste con el ambiente social y educativo absolutamente contrario, en el que se desarrollan junto a otros niños y adultos con caracteres y tendencias opuestas. Los materialistas achacan esto a la herencia genética, pero, cuando esos padres y abuelos del niño no tienen nada en común con esas habilidades, inclinaciones, vocaciones  y cuestiones humanas y espirituales del niño, se hace difícil admitir esa explicación por si misma, y más cuando ya tenemos asumido que somos una realidad espiritual infinita,  mas allá de la materia de nuestro cuerpo físico finito.

La genética solamente aporta al Espíritu la facilidad o en otros casos el entorpecimiento para manifestar o para desarrollar las facultades adquiridas y desarrolladas a lo largo de sus anteriores existencias.

 Los defectos o vicios innatos que traemos desde vidas anteriores, son el único pecado original” con el que nacemos en este mundo, y del que sí que somos responsables por no haberlos corregido todavía, y esta clase de pecado que nadie nos ha atribuido gratuita e injustamente solo por el hecho de nacer, no queda limpio con el ritual de ningún bautismo religioso, sino con la transformación consciente y con  la mejora  mora del individuo.

La variedad de caracteres y de grados de moralidad y de aptitudes que se observan en tantos individuos que conviven en medio de nuestro conglomerado humano, son producto de sus obras y de los esfuerzos realizados a lo largo de su historia evolutiva espiritual .

Cuando alguien duda de la reencarnación como un fenómeno real, se tendría que preguntar el por qué de las desigualdades sociales y humanas; el por qué unos nacen ricos y otros pobres, unos con salud perfecta al lado de otros de salud delicada, etc .

Las aptitudes e instintos humanos, si no tuviesen la explicación que ofrece la Ley de la Reencarnación junto a la de Causa y Efecto, nos podrían llevar a admitir a un dios o a una naturaleza absurdos o injustos y sin sentido, lo cual lleva a la conclusión más coherente de negar la existencia del espíritu o de Dios.  Por eso, la ignorancia de esta realidad y el empacho creado por los dogmas religiosos sin sentido y otros de carácter científico materialistas que se les oponen, han sido caldo de cultivo del  ateísmo, del nihilismo  y del materialismo. Sin embargo a la luz de la reencarnación, las diferencias sociales desde el nacimiento así como el resto de las desigualdades humanas naturales, no son producto de ningún dios caprichoso e injusto ni de la casualidad, sino que se tratan de  reajustes para el progreso del Ser espiritual, y  transitoriamente cumplen una función necesaria para la evolución individual y colectiva.

 Sin otras explicaciones que las ofrecidas por algunas disparatadas filosofías religiosas o materialistas ( cuando las dan), tendríamos que admitir que en realidad Dios no existe, o que estas cosas son obra del azar, o si existe Dios, es un dios injusto e incomprensible que las hace porque es todo poderoso y caprichoso, que actúa dejando todo al azar y que por eso precisamente, no debemos de tratar de comprender nada de esto, porque es incomprensible ( para los ateos y agnósticos), y esta magna obra imperfecta que es la Humanidad, con sus desigualdades, en medio de una enorme sociedad terrestre en la que estamos inmersos, solo es producto de las luchas humanas y de la casualidad existencial.  A veces también se ha tratado de explicar esta situación de las desigualdades humanas, alegando que Dios es como un gran artista pintor que ( caprichosamente, añado yo), ha plasmado en su obra, que es el cuadro de la Creación, de la Naturaleza y de la Humanidad que está inmersa en ella, a los Seres humanos de modo caprichoso y aleatoriamente desiguales , como elementos variopintos y multicolores de ese cuadro, como si los Seres humanos no fuésemos todos por igual hijos de Dios – que es infinitamente  Perfecto, Justo, Bueno y Equitativo ( si no fuese así no sería Dios, y sin embargo Dios existe)-; somos todos salidos de Su propia Esencia, sencillos e ignorantes, pero con todas las potencialidades divinas perfeccionables hasta el infinito.

Las desigualdades humanas no son contrarias a la más rigurosa justicia, pues además, hemos de tener en cuenta que no hemos sido creados todos al mismo tiempo , por lo cual unos somos más “viejos”, con más experiencia y con más larga andadura evolutiva, que otros espíritus más “jóvenes” con menor número de experiencias humanas vividas y menor desarrollo psíquico y de consciencia. Por el contrario, estas desigualdades vistas desde el conjunto y el fin de las múltiples existencias, ya no son tales: son momentos evolutivos individuales y diferentes, pero que finalmente conducen todos a la misma Meta que es Dios.

 Cuando no son situaciones y pruebas voluntarias que el propio espíritu acepta o solicita antes de volver al mundo físico, con el fin de impulsar algún aspecto de su evolución, en otros casos son el producto generado por los propios Seres humanos, o la consecuencia de sus actos que generamos al desviarnos de lo que en la conciencia nos señala la ley del Amor y de la Caridad.  El uso acertado o equivocado de nuestra libertad durante nuestros pasos por las vidas físicas, con nuestros actos y nuestras omisiones, vienen a resultar como los sucesivos fotogramas que se suceden en la película infinita del Ser y van determinando sus futuras experiencias evolutivas para seguir asimilando el necesario aprendizaje.

- Jose Luis Martín-

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 Elevación 

Espíritu, alma: tú que recorres estas páginas, ¿de dónde vienes y adónde vas? Subes del fondo del abismo y escalas los innumerables grados evolutivos de la vida. Vas hacia las moradas eternas donde la gran ley nos llama y donde la mano de Dios nos conduce. ¡Tú vas hacia la luz, hacia la sabiduría, hacia la belleza!
Contempla y medita. Por todas partes hermosas y poderosas obras solicitan tu atención. De su estudio extraerás, con el aliento y la confianza, el justo sentimiento de tu valor y de tu porvenir. Los hombres no se odian, no se desprecian sino porque ignoran el magnífico orden por el cual están todos íntimamente unidos.
Tu camino es inmenso, pero el fin sobrepasa en esplendor si todo lo que se puede concebir. En este momento pareces muy pequeño en medio del colosal Universo; pero tú eres grande por la idea, grande por tus inmortales destinos.
¡Trabaja, ama y ora! ¡Cultiva tu inteligencia y tu corazón! Desarrolla tu conciencia, hazla más vasta, más sensible. Cada vida es un surco profundo de donde debes salir purificado, dispuesto para las futuras misiones, apto para trabajos cada vez más nobles, más grandes. Así, de esfera en esfera, de morada en morada, proseguirás tu carrera, adquiriendo fuerzas y facultades nuevas, unido a los seres que has amado y que han vivido y revivirán contigo.
¡Juntos evolucionaréis en común sobre la espiral de las existencias, en medio de maravillas insospechadas, pues el Universo, como tú mismo, se revela por el trabajo y desarrolla sus vivientes metamorfosis, ofreciendo goces,satisfacciones siempre crecientes y siempre renovadas a las aspiraciones y a los deseos puros del Espíritu!
En las horas de indecisión, vuélvete hacia la Naturaleza; es la gran inspiradora, el templo augusto donde, bajo misteriosos velon, Dios, escondido, habla al corazón del bueno, al Espíritu del pensador. Observa el profundo firmamento: los astros que lo pueblan son las etapas de tu largo peregrinaje, las estaciones de la gran vía donde tu destino te lleva. 

- León Denis -

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